Astrología Esotérica
Por el Maestro Tibetano Djwhal Khul
(Alice A. Bailey)
EL ZODÍACO
Y LOS RAYOS
Mis
primeras palabras sobre este tema serán de índole enteramente preliminar.
Trataré de sentar las bases para encarar, en forma algo distinta -y bastante
más esotérica- la ciencia de la astrología. Me referiré a algunas cosas que
probablemente podrán ser calificadas por los astrólogos académicos y sin
inspiración, como revolucionarias y erróneas, improbables o indemostrables.
Sin embargo, la astrología no ha demostrado todavía realmente su valor al mundo
del pensamiento y de la ciencia, a pesar de los muchos éxitos definidamente
demostrables. Por lo tanto, pediré a quienes leen y estudian esta parte del
Tratado sobre los Siete Rayos, que tengan en cuenta el comentario anterior y
estén dispuestos a considerarlo como hipótesis, esforzándose por analizar la
teoría o sugerencia, y por comprobar las conclusiones a que se ha llegado en
pocos años. Si pueden hacerlo, sobrevendrá un despertar de la intuición que
convertirá a la astrología moderna en algo de mucha importancia y significación
para el mundo. La astrología intuitiva reemplazará eventualmente a lo que hoy
se llama astrología, retornando de este modo al conocimiento de esa antigua
ciencia que relacionó las constelaciones y nuestro sistema solar, atrajo la
atención sobre la naturaleza del zodíaco e informó a la humanidad sobre las
interrelaciones básicas que rigen y controlan los mundos fenoménico y
subjetivo.
1. Tres
Afirmaciones Básicas.
La
afirmación hecha frecuentemente de que la astrología es una ciencia exacta, a
pesar de las muchas computaciones matemáticas, está lejos de serlo. Lo curioso
es que está basada en la ilusión, y como bien saben, el zodíaco sólo es el
recorrido imaginario del sol a través de los cielos, desde el punto de vista de
nuestro insignificante planeta. El sol no está en ningún signo del zodíaco,
sino simplemente parece estarlo al pasar entre nuestra pequeña esfera -la
Tierra- y las constelaciones, en cualquier estación o tiempo determinado.
Antiguamente
se creía que la Tierra era el centro del sistema solar, y que alrededor de ella
giraban el sol y los demás planetas. Ésta era la posición y conocimiento
exotérico, no la comprensión esotérica. Posteriormente, cuando nuevos
descubrimientos trajeron mayor luz a la mente humana, nuestro planeta fue
descentralizado y la verdad fue vista con mayor claridad, aunque todavía queda
mucho por descubrir, lo cual podría ser hasta de naturaleza revolucionaria.
Desde ciertos ángulos astrológicos debe tener lugar un proceso similar de
descentralización y el sistema solar ya no debe considerarse un punto alrededor
del cual gira el zodíaco, o a través del cual el sol pasa durante su gran ciclo
de aproximadamente 25.000 años. Los astrólogos que poseen visión interna
podrán negar que ésta sea la actitud comúnmente adoptada, sin embargo -a fin de
esclarecerla y en conexión con el público en general- la inferencia es
permitida y aceptada por los ignorantes. Sobre esta teoría, concerniente al
zodíaco, se apoya ampliamente lo que denominamos la Gran Ilusión. Quisiera que
recuerden esto al estudiar juntos las nuevas formas de encarar la más grande y
antigua de todas las ciencias. La astrología es una ciencia que debe volver a
su original belleza y verdad, para que el mundo pueda obtener una perspectiva
más veraz y una apreciación más justa y exacta del Plan divino, tal como es
expresado en la actualidad por medio de la Sabiduría de las Edades.
La segunda
afirmación que quisiera hacer es que en la actualidad la astrología es
esencialmente la más pura presentación de la verdad esotérica en el mundo,
porque es la ciencia que trata de las fuerzas y energías que condicionan, rigen
y actúan a través del espacio, y sobre él y todo lo que en éste se encuentra.
Cuando sea captado este hecho, cuando el origen de esas energías sea mejor
comprendido y la naturaleza del espacio correctamente captada, tendremos un
horizonte más amplio y más íntimamente relacionado; las relaciones entre
entidades individuales y planetarias, del sistema y del cosmos, serán entonces
conocidas y comenzaremos a vivir científicamente, vivir científico que es el
propósito inmediato de la astrología.
Aquél que
cree actualmente en la astrología adopta por lo común la posición de que él es
un individuo importante -por lo menos para él-, que vive sobre ese importante
planeta, la Tierra (importante para la humanidad), y que por medio de la
astrología puede descubrir su destino y saber lo que debe hacer.
No me refiero en este comentario a esos pocos
astrólogos que poseen un verdadero conocimiento esotérico, siendo en realidad
muy pocos, y sólo un puñado de ellos lo practican actualmente. Al investigador
moderno le agrada creer que sobre y a través de él hacen impacto y fluyen esas
energías que provienen del signo en el cual está el sol en el momento de su
nacimiento: considera que él responde a las fuerzas de los distintos planetas,
a medida que rigen las casas de su horóscopo, y cree que las tendencias y
circunstancias de su vida están determinadas así. Esto le hace creer que él es
un factor importante aislado. Las interpretaciones modernas no recalcan la
importancia del signo naciente (el ascendente), lo cual se debe a que muy pocos
están preparados para actuar como almas y tampoco tienen en cuenta las energías
que actúan constantemente sobre nuestro planeta, procedentes de otras
constelaciones o de muchos planeas “ocultos”. En la Sabiduría Eterna se dice que
existen alrededor de setenta de estos planetas en nuestro sistema solar.
Quisiera
presentar un cuadro más verdadero y exacto. Esto es posible ahora porque la
percepción, la relación y la integridad grupales, comienzan a ocupar un lugar
prominente en la conciencia humana. A medida que esto sucede, la personalidad,
que es individualista, separatista y autocentrada, retrocederá acrecentadamente
a segundo término, y el alma que posee conciencia grupal y es incluyente y no
separatista, irá destacándose cada vez más. En consecuencia, desaparecerá
gradualmente el interés por el horóscopo individual, y el cuadro planetario
universal y del sistema ocupará un lugar prominente en la conciencia del individuo.
El hombre se considerará a sí mismo como parte integrante de un todo mucho más
importante, y se interesará más por el grupo mundial, que de sí mismo, como
individuo.
Por lo
tanto no me ocuparé del tema de la astrología esotérica desde el punto de
vista del horóscopo. Las relaciones universales, la interacción de energías,
la naturaleza de lo que se halla detrás de la Gran Ilusión, la engañosa
“apariencia de las cosas tal como son” y el destino de nuestro planeta, de los
reinos de la naturaleza y de la humanidad como un todo, constituyen las partes
más importantes de nuestro tema.
No me
preocupa si los astrólogos modernos aceptan o rechazan las ideas que expongo.
Trataré de presentarles ciertos hechos tal como los reconoce la Jerarquía e
indicarles, si puedo, las realidades subjetivas, de las cuales la ilusión
externa es sólo la apariencia fenoménica, condicionada por los pensamientos del
hombre a través de las épocas; recalcaré la realidad de la vivencia de las
Fuentes de las cuales fluyen y emanan todas las fuerzas y energías que actúan
en nuestro planeta. Ante todo me esforzaré por demostrarles esa unidad
omnipenetrante y esa síntesis subyacente, base de todas las religiones y de
las innumerables fuerzas trasmitidas, y trataré de apartarlos, como individuos,
del centro de su propio escenario y conciencia -sin privarlos de su propia
individualidad e identidad- y sin embargo les demostraré que son parte de un
todo mayor, que podrán percibirlo conscientemente cuando puedan actuar como
almas, de lo cual hoy son inconscientes o sólo registran y sienten la realidad
interna en la cual viven, se mueven y tienen su ser.
Esto me
lleva a la tercera afirmación, la cual es tan básica y fundamental que les
pediría se detengan a considerarla, aunque no capten plenamente todas sus
implicaciones. La Sabiduría Antigua enseña que “el espacio es una entidad”. La
astrología esotérica se ocupa de la vida de esta entidad y de las fuerzas y
energías, los impulsos y los ritmos, los ciclos, el tiempo y las estaciones.
Esto lo afirmó H.P.B. en La Doctrina Secreta. Recuerden que existe una clave
astrológica para La Doctrina Secreta, la cual no puede todavía ser revelada en
su totalidad. Sin embargo, puedo insinuarles y sugerirles algunas líneas de
acercamiento que, si se mantienen en la conciencia de los astrólogos
iluminados, permitirá que algunos de ellos, en fecha posterior, descubran la
llave que -haciéndola girar en bien de la humanidad- revelará el cuarto gran
fundamento de la Sabiduría Eterna, de los cuales tres ya han sido dados en el
proemio de La Doctrina Secreta.
El espacio
es una entidad y la “bóveda celeste” -como poéticamente se la denomina- es la
apariencia fenoménica de esa entidad. Observarán que no digo apariencia
material, sino fenoménica. Conjeturar sobre la naturaleza, la historia y la
identidad de esa entidad, sería inútil y de ningún valor. Tendremos una idea
vaga, que proporcionará una analogía, aunque eluda las especificaciones, si nos
esforzamos por considerar a la familia humana, el cuarto reino de la
naturaleza, como una entidad que forma una sola unidad y se expresa a través de
las innumerables y diversificadas formas del hombre. Cada uno de ustedes, como
individuos, son parte integrante de la humanidad, no obstante cada uno lleva su
propia vida, reacciona a sus propias impresiones, responde a las influencias e
impactos externos, y a su vez emana influencias, envía irradiaciones
temperamentales y expresa alguna cualidad o cualidades, afectando así, en
cierta medida, a su medio ambiente y a aquellos con quienes entran en contacto.
Sin embargo, durante todo el tiempo, forman parte de la entidad fenoménica
denominada humanidad. Podríamos ampliar esta idea hasta abarcar una entidad
fenoménica mayor, el sistema solar. Esta entidad es en sí misma parte
integrante de una vida aún mayor, la cual se expresa a través de siete sistemas
solares, de los cuales el nuestro es uno. Si pueden captar esta idea surgirá en
la conciencia una vaga imagen de una gran verdad esotérica subyacente.
Consideraremos brevemente la vida y las influencias, las radiaciones y
emanaciones de esta entidad y el efecto unido que producen sobre nuestra vida
planetaria, en los reinos de la naturaleza y en las civilizaciones humanas en
desarrollo.
El tema es
tan vasto, que he tenido que afrontar el problema de descubrir la mejor manera
de tratarlo, decidiéndome por la brevedad y afirmación concisa de los hechos
(hechos para los que trabajamos en el aspecto interno de la vida, pero
razonablemente sólo hipótesis para ustedes), eludiendo el análisis detallado y
los pormenores. Me esforzaré por hacerlo de lo universal a lo particular y de
lo general a lo específico, pero siempre acentuando lo universal y lo general y
no lo particular y específico. De los estudiantes de astrología dependerá la
debida aplicación de la verdad a lo específico, pues en este aspecto es donde
ha errado la astrología moderna, invirtiendo el procedimiento correcto y
verdadero, poniendo el énfasis sobre lo específico y particular, el horóscopo
personal y el destino individual y no sobre las grandes energías y sus
Fuentes, las cuales son finalmente responsables de la manifestación de lo
específico. Esta posición y presentación de la verdad debe ser alterada.
Por lo
tanto, la astrología esotérica trata de la Vida y las Vidas, que animan los
“puntos de luz” dentro de la Vida universal. Constelaciones, sistemas solares,
planetas, reinos de la naturaleza y el hombre microscópico, son el resultado de
la actividad y la manifestación de la energía de ciertas Vidas, cuyos ciclos de
expresión y sus infinitos propósitos, están fuera de la comprensión de las
mentes más avanzadas e iluminadas de nuestro planeta.
El próximo
punto que deben captar, es que el éter del espacio constituye el campo en y a
través del cual actúan las energías que provienen de innumerables Fuentes de
origen. Por lo tanto, estamos relacionados con el cuerpo etérico del planeta,
del sistema solar y de los siete sistemas solares, de los cuales el nuestro es
uno, y con el vasto y general cuerpo etérico del universo en el cual estamos
localizados. Empleo deliberadamente la palabra “localizados” por las
inferencias que puede tener. Este amplio campo como también los más reducidos y
conocidos, proporcionan el medio de trasmitir las energías que actúan sobre y a
través de nuestro sistema solar, esferas planetarias y todas las formas de vida
que existen en esas esferas. Forma un ininterrumpido campo de actividad en
constante e incesante movimiento -medio eterno para el intercambio y
transmisión de energías.
En conexión
con esto y a fin de comprenderlo mejor será útil estudiar al hombre individual.
De esta manera podemos obtener una tenue comprensión de la verdad básica y
subyacente. Los estudiantes deben recordar siempre que la Ley de Analogía es un
medio de interpretación. El esoterismo enseña -y la ciencia moderno está
llegando a la misma conclusión- que subyacente en el cuerpo físico y en su
complejo e intrincado sistema de nervios, existe un cuerpo vital o etérico,
contraparte y verdadera forma del aspecto fenoménico externo y tangible, siendo
análogamente el medio para transmitir fuerza a todas las partes de la
estructura humana y el agente de la conciencia y de la vida que mora
internamente. Determina y condiciona al cuerpo físico, pues constituye en sí el
receptáculo y el transmisor de energía proveniente de los diversos aspectos
subjetivos del hombre y también del medio ambiente en el cual vive el hombre
interno y el externo.
Agregaré
aquí otros dos puntos. Primero: el cuerpo etérico individual no es un vehículo
humano aislado y separado, sino que en forma curiosa es parte integrante del
cuerpo etérico de esa entidad que denominamos familia humana. Este reino de la
naturaleza, por medio de su cuerpo etérico, forma parte integrante del cuerpo
etérico planetario, que no está separado de los cuerpos etéricos de otros
planetas, sino todos ellos conjuntamente con el cuerpo etérico del sol,
constituyen el cuerpo etérico del sistema solar, que está relacionado con los
cuerpos etéricos de los seis sistemas solares, los cuales forman con el nuestro
una unidad cósmica, afluyendo a ellos energías y fuerzas de ciertas grandes
constelaciones. El espacio es etérico en su naturaleza, y su cuerpo vital está
compuesto de la totalidad de los cuerpos etéricos de todas las constelaciones,
sistemas solares y planetas que se encuentran en él. En todas partes de esta
áurea red cósmica circulan constantemente energías y fuerzas, constituyendo la
base científica de las teorías astrológicas. Así como las fuerzas del planeta y
del hombre espiritual interno (para mencionar sólo un factor entre muchos)
fluyen en el plano físico a través del cuerpo etérico del hombre individual y
condicionan su expresión externa, actividad y cualidades, así también las
variadas fuerzas del universo fluyen a través de cada parte del cuerpo etérico
de esa entidad que llamamos espacio, y condiciona y determina la expresión
externa, las actividades y las cualidades de cada una de las formas que se
hallan dentro de la periferia cósmica.
Segundo, en
el cuerpo etérico humano hay siete centros principales de fuerza, agentes
distribuidores y acumuladores de electricidad, que proporcionan al hombre
fuerza dinámica y energía cualitativa, produciendo efectos definidos sobre su
manifestación física externa. Por medio de su constante actividad aparecen en
el hombre sus cualidades y comienzan a emerger las tendencias de sus rayos,
indicando claramente su etapa de evolución.
Este
“control de la forma por medio de un septenario de energías” (como lo define El
Antiguo Comentario) constituye una regla inalterable del gobierno interno de
nuestro universo y de nuestro particular sistema solar como en el caso del
hombre individual. Existen, por ejemplo, en nuestro sistema solar, siete
planetas sagrados, que corresponden a los siete centros de fuerza individuales
del hombre. Los siete sistemas solares, de los cuales el nuestro es uno, a su
vez son los siete centros de energía de Aquel a quien me he referido en otros
libros como “Aquel del Cual Nada Puede Decirse
Mucho se ha
expuesto en los libros ocultistas, pero el astrólogo común es profundamente
ignorante. Es esencial que aprenda a pensar en Totalidades más grandes y que se
preocupe más agudamente de las Fuentes emanantes y de las Causas que persisten
eternamente, en vez de ocuparse de los efectos que producen dichas Fuentes
sobre esa creación efímera, el ser humano y su existencia temporaria, en un
insignificante planeta. Al hacerlo, descubrirá por sí mismo los signos de la
divinidad esencial del hombre -divinidad que se observa en la captación
infinita de su conciencia cuando está iluminada por la luz del alma y en su
poder para proyectar su pensamiento en la conciencia de esas múltiples Vidas,
cuyos “movimientos energéticos” debe forzosamente compartir, debido a que su
pequeña porción de energía es parte integrante de la de Ellas.
Un aspecto
de la energía, no tenido muy en cuenta por los astrólogos modernos, y sin
embargo de primordial importancia, es la energía que irradia o emana de la
Tierra. Como todos los seres humanos viven en su superficie y están por lo
tanto proyectados dentro del cuerpo etérico del planeta (razón por la cual el
hombre camina erecto), el cuerpo del hombre está siempre bañado por las
emanaciones y radiaciones de nuestra Tierra y por la cualidad integrante de
nuestro Logos planetario, a medida que envía y transmite energía dentro de Su
medio ambiente planetario. Los astrólogos siempre han recalcado las
influencias y energías entrantes a medida que hacen impacto y actúan a través
de nuestro pequeño planeta, pero no han considerado adecuadamente las
cualidades y fuerzas emanantes, contribución del cuerpo etérico de nuestra
Tierra al todo mayor. Esto lo consideraremos más adelante, pero he sentido la
necesidad de llamarles la atención sobre ello.
Otro punto
que deben observar es que la influencia de la Luna es de naturaleza y efecto
puramente simbólicos, siendo simplemente el resultado de antiguas ideas y
enseñanzas (heredadas desde la época lemuriana) y no se basa sobre ninguna
verdadera radiación o influencia. En esas épocas remotas y hasta mucho antes de
la época lemuriana, que en esos días constituía una antigua tradición, la Luna
era considerada como una viviente entidad vital. Pero quiero que tengan en
cuenta que la Luna no es hoy otra cosa que una forma muerta. No tiene radiación
ni emanación de ninguna especie y, en consecuencia, no produce efecto alguno.
Desde el punto de vista del conocedor esotérico, la Luna es simplemente un
obstáculo en el espacio -una forma indeseable que debe desaparecer algún día.
La astrología esotérica considera que el efecto producido por la Luna es
mental y el resultado de una poderosa y muy antigua forma mental; no obstante,
la Luna no posee cualidad propia ni puede transmitir nada a la Tierra.
Permítanme repetir: la Luna es una forma muerta. No tiene en absoluto emanación
alguna. Por eso se dice en la Antigua Enseñanza que la Luna “oculta a Vulcano o
a Urano”. Esta insinuación o inferencia siempre ha existido y los astrólogos
harán bien en experimentar la sugerencia dada sobre La Luna, y en vez de
trabajar con ella que trabajen con Vulcano, cuando se trata del hombre común y
no evolucionado y con Urano cuando consideran al hombre muy evolucionado, y
obtendrán resultados interesantes y convincentes.
Los
estudiantes deberían recordar que las doce constelaciones que constituyen
nuestro zodíaco particular son receptores de innumerables corrientes de energía
que llegan de muchas fuentes. Éstas se mezclan y fusionan con la energía de
cualquier constelación determinada y -transmutada y “refinida
esotéricamente”.- oportunamente hallan su camino hacia nuestro sistema solar.
Quisiera
llamarles la atención aquí sobre algunos comentarios que hice en el Tratado
sobre Fuego Cósmico, pues son oportunos y valiosos. Los resumiré en algunas
frases:
“La
astrología se ocupa del efecto que producen en la sustancia de las envolturas
las influencias, vibraciones, etc., de los distintos planetas. Constituyen
esotéricamente las influencias de los centros solares... Las fuerzas que emanan
de ellos actúan sobre los centros planetarios..., todo lo cual está oculto en
el karma del Hombre celestial. Se impartirá mucho sobre esto cuando exista la
verdadera astrología esotérica... Los estudiantes de astrología están aprendiendo
recientemente el abecé de este estupendo tema, y apenas si tocan los bordes
exotéricos de ese gran velo que ha sido sabiamente tendido sobre la ciencia
planetaria”.
Tratado
sobre Fuego Cósmico, págs. 826-27.
A
continuación se enumeran -en forma incompleta pero adecuada para nuestro
propósito- las influencias principales que provienen de Fuentes muy distantes,
llegan a nuestra vida planetaria y producen efectos definidos sobre el hombre
y la humanidad como un todo:
1.
La constelación de la Osa Mayor.
2.
Las Siete Hermanas de las Pléyades.
3.
Sirio, la Estrella del Perro.
1.
Los siete sistemas solares, de los cuales el
nuestro es uno.
2.
Los siete planetas sagrados, de los cuales el
nuestro no es uno.
3.
Los cinco planetas no sagrados o planetas
“ocultos”.
1.
Los siete centros planetarios.
2.
Los siete centros de fuerza en el cuerpo etérico
humano.
1.
Las doce constelaciones zodiacales.
Tenemos así
un nónuple impacto de energía. Esta clasificación es importante, pero debe
recordarse que existen también otros impactos, relativamente insignificantes.
A éstas
deben agregarse otras corrientes de energía, las cuales actúan definidamente
sobre nuestra vida planetaria y la afectan, tales como las que provienen de la
gran estrella Betelgeuse o de Antares, y de otros grandiosos soles y sistemas
solares relacionados con las constelaciones del zodíaco, cuyas fuerzas nos
llegan a través de esas constelaciones y no en forma directa.
Además de
las enumeradas, debería recordarse que técnicamente debe agregarse a esto la
irradiante influencia que llega directamente del planeta en el cual vivimos.
Sólo entonces podrán hacer un análisis cabal y un cuadro completo de las
energías a las cuales el cuerpo etérico del hombre (condicionando al cuerpo
físico, preeminentemente automático y negativo en sus reacciones) debe
responder y siempre responde. La comprensión de esa respuesta y el control
consciente e inteligente de las reacciones individuales, son sumamente
necesarios para el hombre, pero sólo llega a ser posible en una etapa avanzada
de evolución y cuando él (técnicamente comprendido) se acerca al Sendero. El
hombre aprende ante todo a controlar sus reacciones hacia los planetas, a
medida que rige y dirige los asuntos de su personalidad, desde las diversas
“estaciones” en las doce casas de su horóscopo. Hay dos maneras de hacerlo:
Primero:
Confeccionando debidamente el horóscopo y dando los pasos necesarios para
determinar lo que debe hacerse y así rechazar las influencias planetarias donde
se considere deseable a fin de controlar las reacciones de la personalidad.
Esto debe hacerse aplicando el poder del pensamiento. Requiere plena confianza
en la comprensión e interpretación del astrólogo y el conocimiento exacto de la
hora del nacimiento. A veces uno se pregunta si es posible saber la hora exacta
del nacimiento y si realmente habrá un astrólogo verdaderamente sabio.
Segundo:
Asumiendo conscientemente la posición del Observador espiritual y cultivando el
poder de responder al alma. Entonces, desde el ángulo de esa alma, el hombre
tiene que aprender a controlar las circunstancias y la serie de reacciones de
la personalidad.
Deben ser
consideradas también las siguientes actitudes y posiciones, adoptadas por el
astrólogo esotérico:
1.
Las influencias planetarias indican la tendencia de
las circunstancias externas de la vida. Cuando se interpretan correctamente
tanto para el hombre común como para el no evolucionado, pueden señalar y lo
hacen, el destino y el futuro de la personalidad, pero condicionan y controlan
totalmente al hombre que no ha tenido experiencia consciente del alma. En
cuanto el hombre llega a ser consciente de su propia alma y se esfuerza por
controlar su “sendero de la vida”, las influencias de los planetas de por sí se
debilitan definitivamente y van aminorando; el horóscopo de la personalidad es
indeciso y muchas veces inexacto: la fuerza que fluye a través de los planetas
y no la fuerza de los planetas rigen y controlan. Entonces el hombre llega a
ser receptivo a las energías más elevadas y sutiles del sistema solar y de las
doce constelaciones regentes.
2.
El signo del Sol -como se lo denomina- indica la
naturaleza física, mental y espiritual del hombre. Contiene el secreto del rayo
de la personalidad y de la respuesta o no del hombre al Alma, el verdadero
hombre. Indica también la integración ya lograda y la actual etapa de
desarrollo de las cualidades del alma, del equipo actualmente disponible, de la
cualidad de la vida presente y las posibles relaciones grupales inmediatas.
Desde el ángulo de la Sabiduría Eterna, indica sólo esto y nada más,
constituyendo lo opuesto de la usual posición astrológica. Expongo esto porque
la humanidad ha evolucionado bastante como para que, dentro del menor tiempo
posible, la astrología del alma sea una posibilidad, constituyendo -desde
muchos puntos de vista- lo opuesto al procedimiento normal. Esto es prudente,
necesario y también inevitable. Los astrólogos se dividirán eventualmente en
dos tipos: los astrólogos exotéricos, que se ocuparán de los horóscopos de la
personalidad, y los esotéricos, que se ocuparan de los propósitos del alma.
3.
El signo ascendente indica las posibilidades más
remotas, la meta espiritual y el propósito de la encarnación inmediata y de las
sucesivas. Este signo se ocupa de la lucha que libra el hombre espiritual para
“continuar” desde la etapa avanzada, de modo que cuando la energía de la vida
se haya agotado temporariamente y tenga lugar “la muerte de la personalidad”,
se encuentre “más próximo al centro de su vida, más cerca del centro de su
grupo y se aproxime al centro de la Vida divina”, según lo expresa la Sabiduría
Eterna. La frase: “muerte de la personalidad” tiene dos significados definidos:
a.
Puede significar la muerte del cuerpo físico -que
inevitablemente es seguida por dos etapas, la de la muerte del vehículo
emocional y la subsiguiente disipación de la temporaria y siempre cambiante
forma, asumida durante la encarnación por la cuota asignada de energía mental.
b.
La subjetiva y mística “muerte de la
personalidad”. Esta frase indica la trasferencia del foco de distribución de
energía, desde la personalidad (un centro definido de fuerza) al alma (otro
centro definido de fuerza).
Comprendo
que estos conceptos no están de acuerdo con los postulados de la astrología
usual. Sin embargo, la astrología no perdería tiempo si experimentara estas
ideas durante un tiempo y los astrólogos descubrirían algunos problemas más
interesantes y atrayentes y quizás llegarían a una exactitud desconocida en la
actualidad. Probablemente sería de utilidad que me extendiera sobre este punto.
En conexión
con el signo del Sol, con el signo ascendente y el efecto de la forma mental
relacionada con la Luna, la posición de la astrología esotérica es:
1.
El signo del Sol. - Indica el actual problema del
hombre; fija el paso o ritmo establecido de su vida personal; se relaciona con
la cualidad, temperamento y tendencias de la vida, que tratan de expresarse
durante esta particular encarnación y sugiere el aspecto rajásico o actividad
del hombre nonato. Fundamentalmente las fuerzas de este signo indican la línea
de menor resistencia.
2.
El ascendente o signo naciente. - Indica la vida
futura y el inmediato propósito del alma para esta encarnación. Mantiene el
secreto del futuro y presenta la fuerza que, correctamente empleada, conducirá
al hombre al éxito. Representa el aspecto sátvico o armónico de la vida, y
puede producir correctas relaciones entre el alma y la personalidad en una
encarnación dada, señalando así el camino para reconocer la fuerza del alma.
3.
La Luna. - Este tipo de fuerza (procedente de
ciertos planetas y no de la Luna) indica el pasado. En consecuencia, resume
las limitaciones y los obstáculos presentes. Rige el cuerpo físico y muestra
dónde se halla la prisión del alma.
La
siguiente declaración que quisiera hacer, que deriva de las anteriores, es que
las energías del zodíaco, del planeta y del sistema, actúan como fuerzas
obstaculizadoras o estimulantes, según el tipo de vehículo o cuerpo sobre el
cual actúan. La naturaleza de estos vehículos y su capacidad para atraer,
responder, rechazar, absorber y trasmutar, dependen totalmente del grado de
evolución obtenido y también de la condición general planetaria y sicológica
en que se encuentra la familia humana en determinado momento. Un ejemplo de
esto puede verse actualmente en el mundo, donde las fuerzas hacen impacto,
casi violentamente, sobre nuestra vida planetaria con una nueva medida y
compás, evocando una respuesta muy intensificada de los pensadores del mundo,
estimulándolos a realizar un esfuerzo sobre líneas ideológicas y, al mismo
tiempo, producir en las masas y en las personas poco evolucionadas el terror,
el miserable fatalismo, el agotamiento físico general y muchas otras
reacciones indeseables de la naturaleza-forma. La comprensión de estos efectos
obstaculizadores o estimulantes, puede ser fácilmente lograda por quienes son
capaces de captar la naturaleza de las actividades del planeta Saturno, el cual
condiciona principalmente el grado de evolución, donde es posible hacer una
elección definida y aceptar o rechazar conscientemente la oportunidad, y
también donde la responsabilidad personal llega a ser un hecho reconocido en
una vida planeada y ordenada. Este punto del proceso evolutivo humano está
descrito en El Antiguo Comentario con frases simbólicas:
“En medio
de las arremolinantes fuerzas permanezco confuso. No las conozco, pues durante
todo mi pasado me impulsaron de aquí para allá en el lugar donde actuaba ciego
e inconsciente. Me impelieron de un lugar a otro, de un punto a otro, de arriba
abajo de esta tierra, y no hallé lugar donde reposar.
“Ahora las
conozco y aquí permanezco y no me moverá hasta conocer la Ley que rige este ir
y venir en la Tierra. Puedo girar y volver mi rostro hacia los distintos
caminos, enfrentar amplios horizontes y sin embargo todavía permanezco
“Yo mismo
determinaré el camino a seguir. Entonces avanzaré. No viajaré de aquí para allá
en la Tierra ni giraré en el espacio. Pero avanzare.
Hay otra
idea revolucionaria que la ciencia astrológica esotérica incorpora a su
aspecto moderno y exotérico. En el ciclo mayor de las muchas encarnaciones del
hombre, éste -como es bien sabido- pasa a través del círculo zodiacal de Piscis
a Aries, retrogradando a través de los signos al seguir la órbita o el sendero
de la retrogradación del Sol. Esta frase siempre me ha confundido. Pero es que
la aparente retrogradación, basada sobre la precesión de los equinoccios es
parte integrante de la Gran Ilusión. En el momento en que el hombre empieza a
salir de esa ilusión y no está sujeto al espejismo y al efecto del maya
mundial, entonces el movimiento de la gran rueda de la Vida gira en dirección
opuesta, y el hombre comienza (lenta y trabajosamente) a actuar en dirección
contraria. Así pasa a través de los signos de Aries a Piscis, comenzando
paciente y conscientemente a actuar como un alma que lucha por alcanzar la luz,
hasta que al finalizar el sendero en Piscis, surge como un conquistador y
salvador mundial. Entonces conoce el significado del triunfo sobre la muerte,
porque ha superado y vencido el deseo.
Este camino
opuesto, por el cual viaja el hombre a través de los signos zodiacales,
requerirá un reajuste de los métodos empleados por los astrólogos cuando hacen
el horóscopo a los aspirantes evolucionados, discípulos e iniciados.
Por lo
tanto el astrólogo deberá interpretar el horóscopo de acuerdo al grado de
evolución del individuo en el sendero o (en otras palabras) al lugar que ocupa
el individuo en la rueda de la vida. Requerirá del astrólogo intuitivo trabajo
y reflexión, lo cual dependerá del contacto con el alma y de la prolongada meditación
para determinar el proceso de interpretación astrológica de quienes son ya
almas vivientes y activas y están en las etapas finales del sendero. Tales
dificultades no se presentarán al confeccionar el horóscopo del hombre común
no evolucionado.
Podría
agregarse que los signos del zodíaco conciernen principalmente a la expresión
de la vida del Hombre Celestial –en lo que respecta a nuestro planeta- y, por
lo tanto, al destino y la vida del Logos planetario. Además conciernen al gran
hombre de los cielos, el Logos solar. En este caso me refiero al efecto que
producen en todo el sistema solar, y actualmente pocos astrólogos están
capacitados para ocuparse de tal efecto. Quisiera recordarles que para esas
vidas que animan a esas grandes constelaciones, y cuya radiación -dinámica y
magnética- llega hasta nuestra Tierra, tal efecto es incidental y pasa
inadvertido. El principal efecto producido sobre nuestros Logos planetario nos
llega por Su intermedio y afluye a través de ese gran centro planetario
denominado Shamballa. Por lo tanto puede evocar mayor respuesta de las mónadas,
las cuales se expresan por medio del reino de las almas y del reino humano,
manifestándose por lo tanto a través de la Jerarquía y de toda la humanidad.
Esto es algo muy importante y debe ser observado y vinculado a toda la
enseñanza que poseen sobre el interesante tema de los tres centros planetarios
mayores. El trabajo de las influencias zodiacales consiste en evocar el
surgimiento del aspecto voluntad del Hombre Celestial y de todas las mónadas,
almas y personalidades, que constituyen el cuerpo planetario de expresión. Esta
afirmación significa ahora muy poco para ustedes, pero mucho para esos
estudiantes que dentro de unas décadas estudien lo que aquí expongo.
Correctamente comprendido, justifica gran parte de lo que está aconteciendo
actualmente en el mundo.
Debido a
que estas influencias afluyen a todo el planeta y de allí a los centros de
fuerza del mismo, producen dos efectos:
Uno, sobre
el hombre evolucionado, energetizando los centros que se hallan arriba del
diafragma para que entren en actividad y él pueda responder a la radiación y
actuación de la Jerarquía.
El otro,
sobre el hombre no evolucionado, permitiéndole actuar como un ser humano común,
no iluminado.
Debemos
observar aquí que todas las energías -zodiacales, del sistema y planetarias-
tienen un efecto definido sobre la vida de las formas de todos los reinos de la
naturaleza. Ninguno puede escapar a estas influencias irradiantes y magnéticas.
La meta de la evolución de la humanidad es llegar a ser vital y conscientemente
consciente de la naturaleza de dichas energías y empezar a conocerlas y
utilizarlas. La Jerarquía ha hablado siempre sobre este campo del ocultismo.
Podría decirse que el discípulo debe tener conciencia de las influencias
planetarias y comenzar a utilizarlas, para así llevar a cabo el propósito del
alma. El iniciado debe ser consciente de las influencias zodiacales que emanan
desde afuera del sistema solar, que pueden ser reconocidas como:
1.
La vibración registrada en uno de los siete
centros.
2.
La revelación de un tipo particular de luz,
mostrándole un color específico al iniciado.
3.
La nota peculiar.
4.
Un sonido rector.
Toda la
historia del zodíaco puede ser resumida en forma pintoresca, aunque exacta, en
la siguiente afirmación: Existen tres libros en los cuales estudian y aprenden
los tres tipos de seres humanos:
1.
El Libro de la Vida-Iniciados-las doce
constelaciones.
2.
El Libro de la Sabiduría-Discípulos-los doce
planetas.
3.
El Libro de la Forma o de la Manifestación-la
humanidad-las 12 Jerarquías Creadoras.
En resumen
se podría decir que:
1.
Los signos del zodíaco afectan principalmente al
hombre que vive centrado debajo del diafragma. Éste es el hombre término
medio. Estos signos condicionan así cuatro centros:
a.
La base de la columna vertebral.
b.
El centro sacro.
c.
El centro plexo solar.
d.
El bazo.
2.
El grupo interno de los sistemas solares, que
actúan en conjunción con los signos zodiacales, afectan principalmente a
quienes viven arriba del diafragma, condicionando así a:
a.
El centro cardíaco.
b.
El centro laríngeo.
c.
El centro ajna.
d.
El centro coronario.
3.
Tres energías actúan por medio del centro
coronario, sólo después de la tercera iniciación.
También
podría mencionar uno o dos puntos más a fin de ilustrarlos: De las
innumerables energías que hacen impacto sobre nuestro planeta, lo atraviesan y
producen efectos sobre él, la astrología esotérica subraya los cuatro tipos de
fuerza que afectan a lo que podríamos llamar la personalidad de nuestra Tierra,
y son:
1.
La cualidad de nuestro sistema solar. Dios es un
fuego consumidor, y también es amor. Esto constituye la enseñanza esotérica y
exotérica de la verdad.
2.
La cualidad del Logos de nuestro planeta a medida
que afluye a través de las cadenas, rondas, razas y reinos de la naturaleza.
3.
La cualidad del planeta complementario de la
Tierra, su polo opuesto, considerado esotéricamente, el planeta Venus.
4.
La cualidad de atracción de los tres planetas, lo
cual produce un triángulo esotérico de fuerza.
En varias
ocasiones he empleado la frase “pasar a través de” los centros y las formas.
Este concepto debe dar la idea de centros de distribución, a los cuales llegan
las energías entrantes y salen como irradiaciones. Podrían captar la idea si
explicara la nueva proposición (nueva para ustedes, aunque vieja para los
esotéricos) sobre los centros que hay en el cuerpo etérico humano. Los cuatro
centros que se encuentran arriba del diafragma -cardíaco, laríngeo, ajna y
coronario- son básicos y principalmente centros receptivos. Los centros que se
encuentran debajo del diafragma -el centro que está en la base de la columna
vertebral, más el sacro, el plexo solar y el bazo- son energetizados por los
cuatro centros receptores superiores para que entren en actividad. Producido
esto, se manifiesta como personalidad, magnetismo e influencia física, hasta el
momento en que recorre a la inversa -como alma- el zodíaco. Ello está
simbolizado por la revolución del Sol alrededor del zodíaco, de Aries a Piscis,
en vez del movimiento inverso de Aries a Tauro. Esto se repite en la
estructura humana y, oportunamente, los cuatro centros inferiores devuelven lo
que han recibido. Así invierten el proceso normalmente seguido, y los centros
que se encuentran arriba del diafragma se convierten en radiactivos, dinámicos
y magnéticos. Es un intrincado estudio ocultista y concierne al modo en que
responde el cuerpo etérico a las energías entrantes. Finalmente relaciona el
centro inferior de la base de la columna vertebral, con el centro superior, el
coronario. Ésta es la analogía de la relación que existe entre la Tierra y el
Sol. Reflexionen sobre ello.
A medida
que desarrollamos y estudiamos estos tópicos recordemos siempre que estamos
considerando los siete rayos y sus interrelaciones en el proceso cósmico.
Esotéricamente nos conciernen:
1.
Los siete rayos y los doce signos del zodíaco.
2.
Los siete rayos y las doce Jerarquías Creadoras.
3.
Los siete rayos y los planetas, conforme van
rigiendo las doce casas de expresión.
A medida
que pensamos, reflexionamos y correlacionamos los diversos aspectos de la
enseñanza, descubriremos que surgen tres proposiciones, que rigen la afluencia
de vida al planeta y al hombre individual, las cuales han sido anteriormente
descritas en el Tratado sobre los Siete Rayos y seria de valor exponerlas.
1ra. Proposición: Cada vida de rayo es una expresión de
la Vida solar, y cada planeta está por lo tanto:
1.
Vinculado con todas las demás vidas planetarias.
2.
Animado por la energía que emana de uno de los
siete sistemas solares, de los cuales el nuestro es uno.
3.
Activado por una triple corriente de fuerza
proveniente de:
a.
Otros sistemas solares fuera del nuestro.
b.
Nuestro sistema solar.
c.
Nuestra vida planetaria.
2da. Proposición: Cada
vida de rayo es receptora y custodio de las energías provenientes de:
1.
Los siete sistemas solares.
2.
Las doce constelaciones.
3ra.
Proposición: La cualidad de la
vida de rayo -manifestándose en tiempo y espacio- determina la apariencia
fenoménica.
Antes de
introducirnos más en el estudio de este tema quisiera recalcar dos puntos:
Primero,
estamos considerando las influencias esotéricas y no la astrología en sí.
Nuestro tema versa sobre los siete rayos y sus relaciones con las
constelaciones zodiacales, o en otras palabras, sobre la interacción de las
siete grandes Vidas que animan a nuestro sistema solar, con las doce
constelaciones que componen nuestro zodíaco.
Segundo,
que necesariamente tenemos que estudiar estas energías y su interacción desde
el ángulo del efecto que producen sobre el planeta e incidentalmente sobre las
formas de los diversos reinos de la naturaleza, particularmente en conexión
con el cuarto reino, el humano. y con el hombre individual -el hombre común, el
discípulo y el iniciado.
No
entraremos en definiciones relacionadas con la técnica astrológica ni
emplearemos los innumerables términos técnicos. Si en la presentación de este
vasto tema y en el proceso de indicar la posición de la Sabiduría Eterna sobre
esta nueva y venidera (aunque muy antigua) “ciencia de energías efectivas”,
como se la ha denominado, puedo presentar un nuevo acercamiento o señalar
relaciones insospechadas y, desde el punto de vista de la Sabiduría Eterna,
corregir lo que los Instructores del aspecto interno de la vida consideran
errores, con lo cual espero descubrir algunos astrólogos sensibles a lo nuevo.
Creo que hay investigadores en las actividades astrológicas que tendrán una
mente bastante abierta para admitir hipótesis y experimentarlas
equitativamente. Repito: No escribo un tratado sobre astrología sino sobre los
siete rayos, sus equivalentes y correspondientes energías, los efectos que
produce la energía de rayo y la interacción de estas energías y sus efectos
sobre las diversas fuerzas planetarias, particularmente las de la Tierra. Para
tal fin estoy buscando astrólogos equitativos que experimenten debidamente con
los factores y sugerencias que podría indicar. Teniendo esto presente,
prosigamos.
He indicado
que estas energías se dividen en tres grupos:
1.
Las que provienen de ciertas grandes
constelaciones, en activa relación con nuestro sistema solar y que, desde
épocas remotas, han estado siempre vinculadas a nuestro sistema por el mito y
la leyenda. Nuestra constelación está relacionada en forma peculiar con esas
constelaciones.
2.
Las que provienen de las doce constelaciones
zodiacales. Se sabe que tienen un efecto definido sobre nuestro sistema y vida
planetarios.
3.
Las que provienen de los planetas que están dentro
de la periferia de influencia de la esfera del Sol.
Desde
cierto punto de vista se puede generalizar y decir que, en el sistema solar,
éstas son las analogías de los tres grandes centros de fuerza que producen y
controlan la manifestación y el progreso evolutivo en el ser humano:
1.
Las grandes constelaciones externas, aunque
controladoras, son análogas a ese centro de fuerza que llamamos la Mónada y a
su universal voluntad de poder, característica del primer aspecto divino.
2.
Las doce constelaciones podrían ser consideradas
como que personifican el aspecto alma, y su efecto sobre el individuo debe ser
considerado y estudiado ahora en términos de conciencia y desenvolvimiento de
la vida del alma, que en esencia constituye la voluntad de ama.
3.
Los doce planetas (siete sagrados y cinco no
sagrados) son efectivos (empleando la palabra en un sentido técnico) en
relación con la vida externa, el medio ambiente y las circunstancias del
individuo. El contacto que establecen con la fuerza debe ser interpretado, en
su mayor parte, en términos de la personalidad humana, el tercer aspecto divino,
ejemplificando así la voluntad de saber.
Quisiera
que recordaran que estoy hablando totalmente en términos de conciencia, de
respuesta y reacciones del individuo a las fuerzas que hacen impacto sobre él.
El efecto producido por la emanación de nuestro planeta Tierra, es la analogía
del que produce ese conglomerado de átomos y moléculas que denominamos cuerpo
físico denso y su respuesta al tirón y atracción de cualquiera o de todos los
cuerpos sutiles.
En lo que
concierne a la influencia de los siete sistemas solares, sólo mencionaré -más
no puedo hacer- los que están vinculados astrológicamente con las
constelaciones de la Osa Mayor, las Pléyades y Sirio, las cuales están
íntimamente relacionadas con aquéllos, pero como su efecto exacto es
trasmitido, no pueden observarse todavía resultados perceptibles en la humanidad
y en otros reinos de la naturaleza, ni el individuo puede observar el efecto
que producen las tres grandes constelaciones, hasta que él llegue a ser
consciente de la vibración monádica, después de la tercera iniciación. Muchas
potentes influencias actúan continuamente sobre nuestro sistema solar y el planeta,
pero -en lo que concierne al hombre- sus mecanismos de respuesta y de reacción
continúan siendo “ocultamente insensibles”, porque no poseen aún la cualidad
que les permitirá algún reconocimiento perceptible, ya en los vehículos densos
o en los sutiles, ni siquiera por el alma. Más adelante, durante el proceso
evolutivo, vendrá el reconocimiento y la respuesta, pero para el propósito
astrológico y los efectos reconocibles, pueden ser considerados hoy
inexistentes, excepto cuando reaccionan en el cuarto reino de la naturaleza,
que es un ente viviente en el cuerpo del Logos planetario. Estas fuerzas
producen un efecto consciente tan ínfimo como el que se produce en los átomos
y las células del dedo meñique en el momento elevado de contacto, en la meditación
matutina. Puede haber una respuesta general y un estímulo a través de todo el
cuerpo, pero el átomo inteligente no responde conscientemente. La vibración es
excesivamente elevada.
No es útil
hacer conjeturas sobre estas líneas. Un vasto sistema de energías entrelazadas
está activo y circula rápidamente por todo el cuerpo etérico cósmico -del cual
el cuerpo etérico de nuestro sistema es parte integrante-, pero es totalmente
fútil la investigación especulativa en las líneas dadas y seguir oscuras sendas
hasta no haber construido y seguido el principal camino de acercamiento. Sólo
será posible dar un esbozo general del método astrológico, hasta que el hombre
pueda pensar en términos más amplios y poseer una capacidad más sintética. Por
lo tanto nos limitaremos, para su consideración, al vasto campo de energías que
ya he delineado. Sólo trataremos las fuerzas principales que están en
circulación, lo que bastará para nuestra generación y época. Nos conciernen
energías que evocan y pueden evocar respuesta, y de las cuales el hombre podrá
ser consciente y, en muchos casos, ya lo es.
Podría ser
de utilidad comentar aquí, en forma general y extensa, y con muchas y
necesarias reservas, el amplio alcance de estas respuestas:
1.
La vida y circunstancias de la humanidad no
desarrollada están primordialmente condicionadas por la influencia del zodíaco
menor y, en consecuencia, por la posición de los planetas en las doce casas.
2.
La humanidad inteligente común y los que están en
el sendero de probación, y se acercan al del discipulado, responden
conscientemente a:
a.
Los planetas que afectan sus personalidades.
b.
El signo del Sol, que indica las tendencias de la
vida ya establecidas y constituye la línea de menor resistencia.
c.
El ascendente en pequeña medida. Indica la meta de
la vida para ese ciclo particular, o si no durante un período de siete vidas.
Las dos últimas constituyen el Zodíaco mayor.
3.
Los discípulos e iniciados pueden empezar a
responder conscientemente a todas las influencias anteriormente mencionadas,
manejándolas constructivamente, y también a esas fuerzas potentes e
infinitamente sutiles que desde las tres constelaciones mayores mencionadas,
afluyen a nuestro sistema solar. En las primeras etapas los cuerpos sutiles
responden y el cerebro no las registra, pero después de la tercera iniciación
se las reconoce en el plano físico.
Volviendo
al tema de este Tratado sobre los Siete Rayos, señalaré que éstos tienen una
estrecha conexión con las siete estrellas de la Osa Mayor (aquí se repiten los
cuatro y los tres como diferenciación secundaria) y con las Siete Hermanas, las
Pléyades. La primera constelación es para el Logos planetario el agente de
fuerza positiva, y la otra le imparte el aspecto negativo. En consecuencia,
existe un intercambio de energías entre las vidas de los siete Logos
planetarios y las estupendas e insondables Vidas que animan a estas
constelaciones mayores. Existen grandes triángulos de fuerza entrelazados entre
los siete planetas y esos dos grupos de siete estrellas cada uno. Oportunamente
se descubrirá que el secreto más recóndito de deducción astrológica, en
sentido planetario, está vinculado con estos “triángulos sagrados”, que están
a su vez representados por los triángulos (que cambian y se trasladan) que
pueden ser construidos en relación con los siete centros.
En la
confección del horóscopo del planeta (que algún día será posible realizar) se
hallará que la línea de estas fuerzas y nuestra respuesta planetaria a ella,
tiene un efecto mucho más poderoso que la influencia de las constelaciones
zodiacales sobre el ente humano. Esto se debe a la inconmensurablemente
avanzada etapa evolutiva de los Espíritus planetarios que han trascendido (en
Sus vidas individuales) en gran parte la influencia de las doce constelaciones
y están respondiendo rápidamente a las vibraciones superiores de sus grandes
Prototipos, las “tres constelaciones íntimas”, como se las denomina
esotéricamente. En las vidas de estas grandes Entidades esta analogía
corresponde a la forma en que un individuo evolucionado puede contrarrestar la
influencia de los planetas y dominar así la vida de su personalidad, de tal
manera, que la predicción y la certeza en lo que respecta a la actividad y las
circunstancia, ya no son posibles. El alma domina y los planetas cesan de
condicionar la vida y lo mismo sucede con las constelaciones y los Logos
planetarios. Pueden contrarrestar las influencias inferiores a medida que
despiertan y responden a las vibraciones infinitamente superiores de las tres
constelaciones mayores.
2. Las
Jerarquías Creadoras.
Quizás
sería oportuno intercalar un diagrama o clasificación, que sugiriera algunas de
esas energías entrelazadas que actúan por medio de nuestro sistema solar, lo
atraviesan, retornan, estimulan y energetizan todas las partes de nuestro
sistema solar. Sólo evocan respuesta consciente cuando el vehículo de expresión
y de respuesta es adecuado al impacto, afirmación que atañe tanto al Logos
solar, a los Logos planetarios y a todas las formas y en todos los reinos de
nuestro planeta. Lógicamente existirá una reacción inconsciente, pero será en
una escala general o masiva, y gran parte de ellas afluyen a nosotros desde
esas distantes constelaciones, por intermedio de la quinta Jerarquía Creadora.
Esta Jerarquía, que está al borde de la liberación, se halla en el plano
intelectual de la conciencia y puede, por lo tanto, ser utilizada como punto
focal y transmisor de las energías superiores a nuestro sistema solar y al
planeta. Si estudian cuidadosamente el diagrama de las doce Jerarquías
creadoras en la página 38 observarán que dicha Jerarquía ejerce influencia sobre
el séptimo Rayo de Orden Mágico y de Organización Ceremonial y recibe su
influencia. La función básica de este rayo es relacionar el espíritu y la
materia y producir la forma manifestada. El signo del zodíaco con el cual está
más estrechamente vinculado es el de Cáncer, el Cangrejo, el signo de las
masas, y una de las “puertas” que conducen a la vida manifestada.
La
siguiente información sobre las Jerarquías puede ser de utilidad. Ha sido
extraída de varias fuentes. Quisiera recordarles que los siete planos de
nuestro sistema solar son los siete subplanos del plano físico cósmico. Las
cuatro Jerarquías Creadoras que han logrado la liberación están ahora enfocadas
en el plano astral cósmico. De allí su potencia, aunque se hallen fuera de
manifestación. La quinta Jerarquía Creadora existe en el más elevado nivel
etérico y se unirá a las otras cuatro Jerarquías cuando la sexta Jerarquía
Creadora esté a la altura de la oportunidad cósmica y se vaya acercando a la
liberación. Las siguientes tabulaciones muestran algunas de las relaciones astrológicas
en conexión con:
a.
La constelación de la Osa Mayor,
b.
Las Pléyades o las Siete Hermanas,
c.
Sirio.
d.
Los siete sistemas solares:
1.
La Jerarquía de poderes creadores está dividida en
siete (4 y 3), dentro de las Doce Grandes Ordenes.
2.
Tres Jerarquías son -en este ciclo mayor- de
profundo significado: la cuarta, o Jerarquía creadora humana, y las dos
Jerarquías dévicas, la quinta y la sexta.
3.
La cuarta Jerarquía creadora es en realidad la
novena, por eso se la denomina la Jerarquía de los Iniciados. Esto puede
observarse si se consultan las tabulaciones.
4.
Se ha dicho en el Tratado sobre Fuego Cósmico que
en la novena, décima y undécima Jerarquías (contando de abajo arriba) tenemos
un indicio de la naturaleza de Agni, el Señor del Fuego, suma total de la
vitalidad del sistema.
5.
Mucha luz puede obtener el estudiante sensato si
estudia los números vinculados a estas Jerarquías:
a.
Las primeras cinco son consideradas como abstracciones
puras.
b.
A la Primera Jerarquía le corresponde los números
6.1.7.
A la
Segunda Jerarquía le corresponde los números 7.2.6.
A la
Tercera Jerarquía le corresponde los números 8.3.5.
A la Cuarta
Jerarquía le corresponde los números 9.4.4.
A la Quinta
Jerarquía le corresponde los números 10.5.3.
A la Sexta
Jerarquía le corresponde los números 11.6.2.
A la
Séptima Jerarquía le corresponde los números 12.7.1.
Es
necesario tener en cuenta esto, porque en la Doctrina Secreta, los números de
la Jerarquía son distintos, y esto se ha hecho para ocultar, pero también
confunde al estudiante.
6.
Las primeras cuatro Jerarquías alcanzaron la
liberación en el primer sistema solar. Su influencia llegó a la Tierra por
intermedio de la quinta Jerarquía creadora.
7.
Por lo tanto, están relacionadas a los cuatro
rayos que actúan como rayos menores de Atributo, regidos por el Tercer gran
Rayo Mayor -de Inteligencia Activa.
8.
Piscis encabeza la lista de los signos zodiacales,
porque rige el actual ciclo mundial astrológico de 25.000 años. Fue también uno
de los signos dominantes que influyó sobre nuestro planeta en el momento de la
individualización, cuando vino a la existencia el reino humano. Está básicamente
relacionado con la primera o más elevada Jerarquía Creadora, que a su vez está
relacionada con el tercer Rayo de Inteligencia Activa, producto del primer
sistema solar. El desarrollo de la iluminación a través de una inteligencia
despierta es la primera meta de la humanidad.
9.
La quinta Jerarquía Creadora (a la que también le
corresponde el número 8) se halla al borde de la liberación. Está conectada
peculiarmente con la décima Jerarquía Creadora, con la constelación de
Capricornio y con la personalidad humana, que vela y temporariamente oculta
tras la forma y la mente, el principio crístico. El número ocho también es
considerado, de acuerdo a ciertos sistemas numéricos, el número del Cristo.
10. Los Grandes
Constructores y los Menores actúan en el segundo y tercer plano de nuestro
sistema solar, y sus actividades se reflejan en el trabajo de los Señores
lunares y las Vidas elementales.
11. Observarán
que a la Jerarquía humana (en la tabulación 9.4.4. ) no se le asigna ningún
elemento determinado, porque tiene que fusionar y sintetizar o todos. Esto es
parte de las grandes pruebas iniciáticas en Escorpio.
12. Esta
clasificación ha sido hecha únicamente en relación con la cuarta Jerarquía
Creadora, la humana, y no con otras manifestaciones planetarias.
El gráfico
fue recopilado del escaso conocimiento revelado hasta ahora sobre el tema y es
exacto hasta donde lo permiten las circunstancias.
Cada una de
estas siete Jerarquías de Seres, contenidas dentro de las Doce, que son los
Constructores o Agentes de Atracción, constituyen (según su categoría) las
intermediarias; todas encarnan uno de los tipos de fuerza que emanan de las
siete constelaciones. Por lo tanto, su trabajo como intermediarias es doble, y
son:
1.
Los mediadores entre el Espíritu y la materia y
2.
los que transmiten a las formas las fuerzas
provenientes de fuentes foráneas al sistema solar, que se hallan dentro de
éste.
Cada uno de
estos grupos de Seres es análogamente de naturaleza septenaria, y los cuarenta
y nueve fuegos de Brahma son la manifestación inferior de su naturaleza ígnea;
cada grupo también puede considerárselo “caído” en sentido cósmico, porque
están implicados en el proceso de construcción, u ocupan formas de distintas
densidades.
1a
Jerarquía.
Emana del
Corazón del Sol central espiritual. Es el Hijo de Dios, el Primogénito en
sentido cósmico, así como Cristo fue el “Hermano mayor de una vasta familia” y
la “primera flor de la planta humana”. El símbolo de esta Jerarquía es el Loto
dorado con sus doce pétalos cerrados.
La Doctrina
Secreta, T. 1., págs. 235-50; T. VI, págs. 199-200.
Deben
recordar que esta Jerarquía es la sexta, pues ya han desaparecido cinco, las
cuales fueron producto del sistema anterior, donde el objetivo era la
Inteligencia o Manas. Las cinco Jerarquías liberadas son la suma total de
manas. En el orden es la quinta Jerarquía, y se dice que está en proceso de
lograr la liberación final o recibir la cuarta Iniciación, y es la causa de
ciertos fenómenos en nuestro planeta, por eso ha merecido ser llamada la
“Estrella del Sufrimiento”. Existe un vínculo kármico entre el reino animal y
la quinta Jerarquía Creadora del sistema anterior, que se expresa en el hombre
como la necesidad de crucificar la naturaleza física animal, especialmente en
la línea sexual. Debe recordarse que las Jerarquías actúan bajo la Ley de
Atracción, Ley de los Constructores.
Esta
primera (sexta) Jerarquía tiene el primer aspecto del sexto tipo de
electricidad cósmica como tipo de energía, y maneja por lo tanto un poder
especial, conjuntamente con el fuego inferior o “fuego por fricción”, a medida
que se expresa en el sexto plano. Dichas vidas son llamadas “los ardientes
Hijos del deseo” y fueron “los Hijos de la necesidad”. El Antiguo Comentario
refiriéndose a ellos dice:
“Ardían por saber. Se
lanzaron hacia las esferas. Son el anhelo del Padre por la Madre. Sufren por
ello, arden y anhelan, por medio de la sexta esfera de sensación”.
2a
Jerarquía.
Está
estrechamente vinculada con la Osa Mayor. Se ha dicho que entró a través del
segundo ventrículo del Sagrado Corazón y sus Miembros son los (según la
Doctrina Secreta) prototipos de las Mónadas y también la fuente de la Vida
monádica. pero no son las Mónadas, sino mucho más que eso.
Esta
Jerarquía, literalmente la séptima, está constituida por esas vidas que afluyen
a nuestro sistema, que en el primer sistema solar permanecieron en su propio
plano, porque eran demasiado puras y santas para obtener una oportunidad en esa
evolución tan materialista e intelectual. Aún en este sistema solar, lo único
que podrán hacer es influir sobre los Jivas o Mónadas encarnantes,
impartiéndoles la capacidad de comprender la naturaleza de la conciencia
grupal, la cualidad de los siete Hombres Celestiales, pero no serán capaces de
expresarse plenamente. Algunas claves de este misterio se obtendrán si el
estudiante considera cuidadosamente que en nuestro sistema solar y en nuestros
siete planos tenemos únicamente el cuerpo físico del Logos, y que ese cuerpo es
una limitación para la expresión de Su triple naturaleza. La primera (sexta)
Jerarquía trata de expresar la vibración mental del Logos, y la segunda su
naturaleza emocional, o astral cósmica.
La segunda
(séptima) Jerarquía tiene como tipo de fuerza al segundo aspecto del séptimo
tipo de fuerza de los muchos que ya existen. Se obtendrá una idea del relativo
grado de evolución del Logos solar, mediante el estudio de los diversos
aspectos de fuerza que está expresando en esta particular encarnación. Dicha
energía impulsa a las Mónadas a la encarnación física, pues se expresa en el
séptimo plano. Las energías que hoy actúan son las que el Logos ha desarrollado
y adquirido en previas encarnaciones. Lógicamente existen brechas y faltan
ciertos tipos de fuerza, debido a que todavía tiene mucho que adquirir
cósmicamente.
La energía
de esta Jerarquía da por resultado la manifestación del Divino Andrógino y los
siete centros de fuerza que constituyen las siete energías espirituales.
3a
Jerarquía (la octava).
Es
peculiarmente interesante. A sus miembros se los denomina “las Tríadas”, porque
contienen en sí las potencias de la triple evolución mental, síquica y
espiritual. Esta Tríada de Vidas son inherentemente las tres Personas y, desde
cierto punto, la flor del sistema anterior. Vista desde otro ángulo, cuando es
estudiada como la “flor de las Ocho anteriores”, constituyen los óctuples
puntos que esperan la oportunidad de surgir como llamas. Son los devas
preparados para servir, lo cual consiste en dar a otra Jerarquía ciertas
cualidades que no tiene. Esta Jerarquía es considerada como la gran donadora de
la inmortalidad, mientras tanto se “mantiene fuera de encarnación”. Sus
miembros son los Señores del Sacrificio y del Amor, pero no pueden salir del
cuerpo etérico logoico y entrar en el vehículo físico denso.
Esta
Jerarquía maneja el tercer aspecto de la fuerza eléctrica del primer tipo de
energía cósmica. Representa el ciclo consecutivo de ese primer tipo simbolizado
por el número 8. Las fórmulas de estas energías eléctricas son demasiado
complicadas para darse aquí, pero el estudiante debe tener presente que tales
Jerarquías expresan:
1.
Energía cósmica septenaria.
2.
Prana cósmico.
3.
Energía solar o fuego eléctrico, fuego solar y
fuego por fricción.
Cada
Jerarquía manifiesta una triple energía o un aspecto de cada uno de las arriba
mencionados, las cuales tienen nueve diferenciaciones, porque las dos primeras
son triples, y también la tercera. El rechazo de las vidas triádicas por los
entes de la cuarta Jerarquía, la de las Mónadas humanas, con el tiempo
precipita al hombre en la octava esfera, el cual se niega a convertirse en un Cristo,
un Salvador y permanece autocentrado.
Hemos
tratado ya las primeras tres Jerarquías, consideradas como que siempre “ven la
Faz del Regente de la Profundidad”, o que son tan puras y santas que Sus
fuerzas están en contacto con Su fuente de emanación.
Consideraremos ahora muy brevemente dos Jerarquías, las
cuales nos conciernen muy de cerca, los entes humanos autoconscientes. Estos
dos grupos son literalmente tres, así como la quinta Jerarquía es dual, y
produce cierta confusión; su significado oculto subyace detrás del fatídico
número trece. Son los “Buscadores de la satisfacción” y la causa de la segunda
caída a la generación; ésta es la razón por la cual el Ego adopta una naturaleza
inferior. La cuarta y quinta Jerarquías son la novena y la décima, o los
“Iniciados” y los “Seres Perfectos”. Los seres humanos o “Jivas Imperecederos”
son los que evolucionan por medio de graduadas series de iniciaciones
autoinducidas, o producidas en nuestro planeta con ayuda foránea. Progresan mediante
el matrimonio con el siguiente orden, el quinto, los cuales se completan y
perfeccionan, y debido a este hecho oculto, la cuarta Jerarquía es considerada
masculina y la quinta femenina.
4a Jerarquía.
En el grupo
de la cuarta Jerarquía creadora tiene lugar el aspecto más elevado del hombre,
su “Padre en el Cielo”. Estas vidas son los puntos de fuego que deben
convertirse en la llama, realizándose por intermedio de la quinta Jerarquía y
de los cuatro pabilos, o las dos Jerarquías duales inferiores. De esta manera
podrá observarse que en lo concerniente al hombre, la cuarta, quinta, sexta y
séptima Jerarquías son, durante el ciclo de encarnación, su mismo ser.
Constituyen los “Señores de Sacrificio” y los “Señores de Amor”, la flor de
Atma-Budhi.
Cuando se
estudian estas Jerarquías, una de las más valiosas lecciones a aprender es el
lugar y la importancia que tiene el hombre en el esquema. La Jerarquía, por
ejemplo, que constituye la esencia de la intangible Vida del Espíritu y del
principio budhi, es la causa esotérica del matrimonio cósmico entre espíritu y
materia, basado en el amor y deseo del Logos, pero cada Jerarquía se expresa
también por medio de esa manifestación particular que la mente finita del
hombre considera como la Jerarquía misma. Sin embargo, no es así, y debe
tenerse cuidado y saber diferenciar dichas Jerarquías.
Sus
miembros constituyen gérmenes latentes de centros de fuerza y se manifiestan
subjetivamente: dan calor y vitalizan a grupos de formas; florecen y se
expresan por medio de una forma o de otra Jerarquía. Están interrelacionados y
son negativos o positivos entre sí, según el caso.
Según lo
afirma La Doctrino. Secreta, T. 1., pág. 239. esta Jerarquía constituye el
plantel de los Jivas encarnantes, Jerarquía que lleva en sí los gérmenes de
las Vidas que alcanzaron la etapa humana en otro sistema solar, las cuales no
estaban capacitadas para proseguir más allá, debido a la llegada del pralaya,
que los impulsó a un estado de latencia. La condición de la Jerarquía es
similar, sólo que en escala cósmica, en lo que respecta a las simientes de la
vida humana retenidas en estado de oscuración durante un período
intercadenario. Las otras tres Jerarquías tratadas (primera, segunda y tercera)
fueron las que (en anteriores kalpas de manifestación logoica) habían pasado
más allá de la etapa humana. Por lo tanto son grupos arupa o sin forma, así
como los restantes son grupos rupa o con forma. La cuarta Jerarquía Creadora,
la novena, ocupa en este sistema solar lo que podría considerarse el tercer
lugar:
Primero, las Vidas o las tres Personas de la
Trinidad.
Segundo, los Prototipos del hombre, los siete
Espíritus.
Tercero, el hombre, o la manifestación
inferior del aspecto Espíritu autoconsciente.
Es
necesario considerar cuidadosamente esto, pues no se refiere al aspecto forma
sino únicamente a la naturaleza de las Vidas que se expresan a través de otras
vidas, que también son autoconscientes o plenamente inteligentes, mientras que
ciertas Jerarquías no lo son.
Las cuatro
Jerarquías inferiores se ocupan de la manifestación en los tres mundos, o del
cuerpo físico denso del Logos solar. Son las que pueden descartar o bien
atravesar el cuerpo etérico del Logos solar y tomar las formas compuestas de
sustancia gaseosa, líquida o densa. Las otras no pueden hacerlo ni pertenecen a
la generación física.
Los
estudiantes deben tener en cuenta que, desde el punto de vista del Logos, los
Ángeles solares, en el plano mental (el quinto subplano del plano físico
cósmico), están en encarnación física, y lo que se llama “segunda caída” es
aplicable aquí. La primera caída significa tomar una forma construida de
materia etérica cósmica, tal como sucede con los Hombres Celestiales, los
prototipos de los Jivas humanos. En este último caso los cuerpos utilizados se
llaman amorfos desde nuestro punto de vista, y son cuerpos vitales animados por
el prana cósmico. En nuestro caso y en los grupos restantes, las formas están
compuestas de sustancia de los tres planos inferiores (aquello que el Logos no
considera un principio) y, por lo tanto, es materia que todavía responde a la
vibración del sistema anterior. Esto significa que las cuatro Jerarquías
inferiores son eslabones entre la vida pasada y la futura. Constituyen el
presente. Como no habían finalizado los contactos con el activo principio inteligencia
en el kalpa anterior, deben continuar tales contactos en éste. Lo lograrán en
el presente sistema; los cuatro se convertirán en los tres y constituirán entonces
las tres Jerarquías amorfas superiores del próximo sistema.
Antes de
continuar considerándolas, es necesario señalar que a algunas se las denomina
“jerarquías dominantes” y a otras “jerarquías subsidiarias”. Significa que en
este sistema solar algunas se están expresando más plenamente que otras, lo
cual entraña, como consecuencia, que su vibración será más sentida que la de
los grupos subsidiarios. Los grupos dominantes son el segundo, el cuarto y el
quinto, y ello se debe a que:
a.
El segundo constituye la gran expresión de la
dualidad, el Hijo, a medida que vitaliza al Sol.
b.
El cuarto constituye la Jerarquía de Mónadas
humanas, la mediadora o sintetizadora que expresa el fruto del ler. Sistema y
la meta del 2do. Sistema.
c.
El quinto o décimo, está estrechamente vinculado
con las cinco jerarquías liberadas, siendo la expresión de su vida sintetizada.
Podría decirse entonces que la quinta Jerarquía sirve como representante de
los cinco grupos liberados, y la cuarta constituye el grupo representante del
actual sistema, mientras que la segunda representa (para el hombre, o ambos
grupos unidos) aquello que es el aspecto Espíritu, el Padre, lo Desconocido.
5a
Jerarquía.
Como
sabemos por el estudio de La Doctrina Secreta, la quinta Jerarquía creadora es
muy enigmática. Este misterio es incidental a la relación de la quinta
Jerarquía con los cinco grupos liberados, relación, respecto a nuestro planeta,
que no es sagrado, puede ser comprendida en parte si se observa la historia del
Buddha y Su obra. En La Doctrina Secreta, T. VI, se insinúa esto.
La relación
de la quinta Jerarquía con cierta constelación, tiene también que ver con este
misterio. Se halla oculto en karma del Logos solar y concierne a Su relación
con otro Logos solar y a la interacción de fuerza entre ambos en un mahakalpa mayor.
Encierra el verdadero “secreto del Dragón”, y la influencia del dragón o la
“energía serpentina” fue lo que causó el influjo de energía manásica o mental,
en el sistema solar. Mezclado estrechamente con el karma de estas dos
Entidades cósmicas, estaba el de esa Entidad cósmica menor, la Vida de nuestro
planeta, el Logos planetario. Este triple karma introdujo la “religión
serpentina” y las “Serpientes o Dragones de Sabiduría” en los días lemurianos.
Tenía que ver con el kundalini solar y planetario, o fuego serpentino. Existe
un indicio en el hecho de que la constelación del Dragón tiene la misma
relación con el UNO, mayor que nuestro Logos, como el centro en la base de la columna
vertebral la tiene con el ser humano. Concierne al estímulo y vitalización y
la consecuente coordinación de los fuegos en manifestación.
También
tenemos una clave del misterio en la relación que existe entre dicho quinto
grupo y los dos polos contrayentes. Son los Quíntuples Vínculos, “los Unidores
Benignos” y “los Productores de la Expiación”. Esotéricamente son “los
Salvadores de la Raza” y de Ellos emana ese principio que -en conjunción con el
aspecto más elevado- eleva el aspecto inferior hasta el Cielo.
Cuando
estos misterios sean cuidadosamente estudiados, incluyendo el estudio de la
vida de los más grandes exponentes del principio de unificación, se evidenciará
cuán grande y omnimportante es el lugar que ocupa en el esquema.
Por esta
razón las Entidades de la quinta Jerarquía son llamadas “los Corazones del Amor
Ardiente”; salvan mediante el amor; a su vez dichas vidas están particularmente
cerca del gran Corazón de Amor del Logos solar. Estos grandes Ángeles de
redención, los Hijos de los Hombres en su verdadero plano, el mental, son por
lo tanto descriptos siempre como que adoptan la forma del loto de doce pétalos
-esta simbología los vincula con “el Hijo del divino Amor”, el sistema solar
manifestado, del cual se dice que es un loto cósmico de doce pétalos, y que el
loto causal logoico tiene también doce pétalos.
Tenemos
entonces una afluencia directa de energía que viene a través de:
a.
El logoico loto egoico de doce pétalos. El plano
mental cósmico.
b.
El loto solar de doce pétalos.
c.
El corazón logoico planetario, también un loto de
doce pétalos.
d.
El humano loto egoico de doce pétalos en el plano
mental.
e.
El centro cardíaco de doce pétalos de un ser
humano.
O expresado
de otra manera, la energía fluye directamente de:
a.
El Logos solar por medio de tres grandes centros
cósmicos:
1.
El Sol central espiritual.
2.
El Corazón del Sol.
3.
El Sol físico.
b.
El centro cardíaco del Logos planetario, situado
en el cuarto plano etérico cósmico (nuestro plano búdhico).
c.
El loto egoico de un ser humano en el plano
mental, que es literalmente una analogía del “corazón del Sol”. En el sistema
humano el punto monádico es un reflejo del “Sol central espiritual”.
d.
El centro cardíaco de un hombre en el plano
etérico del plano físico, que a su vez es una analogía del Sol físico.
Así el
minúsculo átomo humano se conecta con la gran Vida central del sistema solar.
Esta quinta
Jerarquía constituye igualmente, de acuerdo a la ley, un distribuidor de
energía para el quinto subplano de cada plano del sistema; sólo debe tenerse en
cuenta que en los tres mundos es el quinto subplano, considerado desde arriba
hacia abajo, mientras que en los mundos de la evolución superhumana es el
quinto de abajo hacia arriba. Esta Jerarquía maneja, como sabemos, los aspectos
duales de manas, uno en los tres mundos y otro que se expresa en esferas
superiores.
Debe
recordarse que estos grupos son (aunque se los denomine amorfos) las
verdaderas formas de todo lo que perdura, pues están en el cuerpo etérico del
Logos solar o del Logos planetario. Debe ponerse gran énfasis sobre este
punto. Durante mucho tiempo, los estudiantes consideraron que la forma es el
cuerpo físico denso, mientras que para el ocultista el cuerpo físico no
constituye la forma, sino una burda ilusión o maya, y considera al cuerpo vital
como la verdadera forma. Por lo tanto, estas Jerarquías son la suma total de
las vidas vitales y el sustrato o la sustancia de todo lo que existe. Podemos
considerar el tema de la manera siguiente:
a.
Los cuatro grupos superiores son la expresión de
las Jerarquías a través de los tres éteres cósmicos, el segundo, el tercero y
el cuarto.
b.
Los dos grupos inferiores constituyen las vidas
que actúan como materia involutiva (orgánica e inorgánica) del cuerpo físico
denso logoico, el líquido y el gaseoso, con la sustancia viviente de los cuatro
subplanos superiores del cuerpo físico denso del sistema.
c.
La quinta Jerarquía tiene una posición interesante
como cuerpo mediador entre los cuatro grupos superiores y los que se encuentran
en los tres subplanos inferiores. Existe una analogía vital y significativa
entre los siete centros de la cabeza y los siete grupos de egos en el plano mental,
y una analogía oculta entre los tres centros de la cabeza (glándula pineal,
cuerpo pituitario y centro alta mayor) y la expresión de estos siete grupos de
egos en los tres mundos. Este hecho es muy esotérico y los estudiantes que
meditan sobre las leyes de unificación deben tener en cuenta esta analogía.
Es útil
recordar el lugar que ocupan estas Jerarquías en el esquema y comprender que
alrededor de la totalidad de estos cuerpos vitales se reúne gradualmente la
manifestación densa, a la cual consideramos materia evolutiva. Las formas
(desde la forma de cada átomo hasta el cuerpo del Ego, desde la forma de una
flor hasta el inmenso loto planetario o solar) son construidas porque las
Jerarquías existen como un conjunto de vidas germinales que dan impulso,
proporcionan el modelo y constituyen, por su misma existencia, la razón de ser
de todo lo visible en cada plano.
6a y 7a
Jerarquía.
Proporcionan
las formas sustanciales en los tres mundos, tienen una aplicación vital y
ocupan un lugar muy interesante. Desde el punto de vista logoico no se
considera que constituyen principios, pero desde el punto de vista del hombre
le proporcionan a él Sus principios inferiores. Mantienen con el Logos la misma
relación que el cuerpo físico denso con el hombre, y todo lo que concierne a su
evolución debe ser estudiado -especialmente aquí- como que se llevan a cabo en
el vehículo físico logoico. Se ocupan del despliegue de energía física, de la
expresión de los propósitos divinos en el vehículo físico y de la organización
física de cierta gran Vida cósmica.
Esto ocurre
especialmente cuando analizamos estas dos Jerarquías. Constituyen el residuo
inferior del sistema anterior, y la energía de esa materia (líquida, gaseosa y
densa) que la vibración del átomo logoico permanente -en el plano de adi- atrae
hacia sí al construir la forma divina. Con propósitos de clarificación y generalización,
debe observarse que la séptima Jerarquía es la vida o energía que se encuentra
en el corazón de cada átomo, su aspecto positivo, y la sexta Jerarquía, la vida
de las formas de todos los cuerpos etéricos de cada objeto tangible. La
función de esta Jerarquía está bien descripta en las palabras de El Antiguo
Comentario:
“Los devas
oyen la palabra emitida. Se sacrifican, y con su propia sustancia construyen la
forma deseada. Extraen la vida y el material de sí mismos, entregándose ellos
mismos al impulso divino”.
Tratado
sobre Fuego Cósmico, págs. 934-43.
Antes de
continuar con el análisis de la tabulación y de demostrar las interrelaciones
que existen en este ciclo particular zodiacal, entre los doce signos del
zodíaco y los doce planetas, quiero indicar ciertas cosas en conexión con estas
constelaciones zodiacales. Son generalizaciones, pero de ellas podrá deducirse
lo específico y lo particular.
Ante todo
señalaré que los doce planetas que gobiernan las doce casas, conciernen
primordialmente a la expresión del hombre en el plano físico; afectan
poderosamente el aspecto personalidad; sus influencias, además de las
condiciones kármicas heredadas, producen esos estados ambientales y
circunstancias que ofrecen la oportunidad para desarrollar y eventualmente
controlar el aspecto forma de la vida.
Segundo,
las doce constelaciones se ocupan principalmente de estimular el alma dentro de
la forma, produciendo actividad subjetiva, que a su vez produce cambios en la
expresión externa, por medio de la fusión de la energía de la constelación con
la de los planetas. El efecto producido tiene dos etapas:
1.
La primera es cuando el signo del Sol domina al
hombre y gradualmente lo capacita para responder al alma, desarrollándose sus
posibilidades latentes para esta vida. El efecto del signo del Sol se denomina
algunas veces “la potencia del Sol de la Probabilidad”.
2.
La segunda es cuando existe una acrecentada
respuesta a las energías ocultas por el signo ascendente. Evocan lo inesperado
y producen un aceleramiento del progreso evolutivo y el desarrollo de la vida
interna. El signo ascendente se denomina en lenguaje esotérico “el Sol de la
Posibilidad”.
Por el
efecto que produce la energía que afluye de los signos zodiacales, el hombre se
prepara para la “crisis de orientación”, en la cual, lenta y gradualmente,
invierte su modo de progresar en la rueda de la vida y conscientemente comienza
el viaje de retorno a su fuente de origen. Entonces va de Aries a Piscis vía
Tauro, Escorpio y Capricornio, en vez de pasar de Aries a Tauro vía Sagitario,
Leo y Cáncer. La triplicidad de las constelaciones mencionadas en estas dos
grandes rutas alrededor del zodíaco, tiene un efecto definido y trascendente y
se la denomina “los signos trascendentales de influencia.”. Durante este
proceso se desarrolla el principio mental, la mente discriminadora, y en esta
específica conexión (no en forma general), el énfasis se pone sobre la
influencia que ejercen Aries, Géminis y Libra. Bajo esta influencia, el hombre
aprende a vencer el deseo, comprobando y experimentando todo tipo de deseo e
impulso egoísta. Así, gradualmente y con infinito dolor, el alma humana aprende
a actuar primeramente como miembro de la familia humana y después como entidad
espiritual, el alma divina.
Por lo
dicho observarán que ciertas actitudes adoptadas por los astrólogos esotéricos,
invierten la posición de la astrología ortodoxa actual. La razón de ello es que
cuando descienden las ideas del plano de las ideas, “se invierten” en el plano
astral y, por tal motivo, están sujetas a la gran ilusión. La astrología debe
oportunamente liberarse de esta inversión.
Una
comprensión exacta del efecto que producen las distintas energías y fuerzas,
pondría en evidencia que cuando las condicionantes fuerzas planetarias, las
energías en expansión del signo del Sol y la tendencia de la energía impulsora
del signo ascendente, son controladas y dirigidas por el hombre espiritual
iluminado, tenemos un alma al borde de la liberación.
Las
energías de las doce constelaciones -en una etapa final de experiencia y
desenvolvimiento- y de las tres grandes constelaciones que condicionan al
Logos solar, se mezclan con las energías innatas de los siete rayos, o de los
siete Logos planetarios. Esto marca un punto de perfección. Estas foráneas
energías (me refiero a las de las constelaciones mayores) son llevadas a la
Tierra por intermedio de los siete planetas sagrados y los cinco no sagrados, y
cuando hay una total fusión de las energías relacionadas y, por lo tanto, una
plena expresión, llega a su fin un gran período mundial. Por largo tiempo
durante este ciclo de reencarnaciones y períodos de manifestación, el ser
humano está condicionado casi totalmente por la actividad de los planetas no sagrados
que, como bien saben, son cinco:
El Sol
(ocultando un planeta)
La Luna
(ocultando un planeta)
La Tierra
Marte
Plutón
El hombre
-hablando simbólicamente- es “la estrella de cinco puntas, y de las ígneas
puntas afluyen externamente las fuerzas del hombre, y en cada una de esas
puntas aparece un centro de recepción”. Ésta es una expresión gráfica, cuyo
significado es claro. Sin embargo, cuando el hombre se acerca al Sendero del
Discipulado, la influencia de los planetas sagrados se hace acrecentadamente
efectiva, hasta que después de la quinta y final iniciación ya no producen
efecto los planetas no sagrados, aunque el iniciado maneja potentemente las
energías de los mismos, a medida que afluyen a través de sus vehículos de
recepción, de respuesta y de expresión, pues deben tenerse en cuenta las tres
actividades y propósitos.
Las
energías de las doce constelaciones se mezclan con las de los doce planetas,
pero su poder para evocar respuesta y recibir conscientemente, reconocer y
emplear las energías, depende completamente del tipo de mecanismo de respuesta
de la Vida planetaria y del hombre individual. Se ha dicho acertadamente, que
la conciencia depende de los vehículos de la misma y del grado de desarrollo y
capacidad del individuo para identificarse con las energías e impulsos que le
llegan, no dependiendo únicamente de lo que ya ha reconocido como parte o
aspecto de sí mismo. Podría decirse que la respuesta a las realidades superiores
y cualidades reveladas y hechas posibles por el impacto de las energías de los
signos zodiacales, depende parcialmente de la menguante influencia de los
planetas para mantener sujeto el aspecto conciencia del hombre. Reflexionen
sobre esto, porque encierra una verdad profundamente esotérica.
Así, dos
corrientes potentes de energía -cósmica y del sistema- llegan al hombre por
intermedio de los condicionantes centros planetarios de fuerza (los siete
esquemas planetarios del sistema solar y sus siete correspondientes centros en
el planeta en que vivimos), afluyendo por intermedio de las simbólicas doce
casas. Por esta razón se dice que nuestro sistema solar tiene una “dualidad
intrínseca” (Amor-Sabiduría), y que la principal tarea del hombre es “regular
los pares de opuestos”.
Por lo
tanto, el tema de la dualidad aparece en toda la historia de la evolución del
hombre. En los tres planos del desenvolvimiento humano la reconciliación
avanza.
1.
En el plano físico tenemos la fusión de las
fuerzas densas y etéricas. Esto es consumado en el Sendero de Purificación.
2.
En el plano astral debe efectuarse la resolución
de los pares de opuestos. Esto es consumado en el Sendero del Discipulado.
3.
En el plano mental, el Ángel de la Presencia y el
Morador en el Umbral están frente a frente. Su síntesis se produce en el
Sendero de Iniciación.
A este
respecto lo que es verdad en el hombre lo es también para toda la humanidad,
para el Logos planetario de la Tierra y para todos los Logos planetarios y el
Logos solar. La analogía entre la fusión de los pares de opuestos en el plano
físico, por ejemplo, puede ser vista en la fusión consciente y dirigida de las
fuerzas planetarias, con la energía de cualquier planeta específico o grupo de
planetas. La analogía, que implica la discriminación para regular y
contrarrestar las fuerzas de los pares de opuestos en el plano astral, puede
observarse cuando las energías del signo del sol y de los planetas están
perfectamente dirigidas y ajustadas. La analogía también puede extenderse al
plano mental, y cuando las energías de los signos del Sol y el ascendente están
coherentemente mezcladas y expresadas (tanto en
el caso del individuo como en el de la vida planetaria) sobreviene un punto de
crisis, en el cual se enfrentan alma y personalidad. El Ángel de la Presencia,
distribuyendo fuego solar y manteniendo enfocado el fuego eléctrico, y el
Morador en el Umbral, expresando y utilizando fuego por fricción, llegan a
“conocerse íntima y ocultamente”. Entonces se abre ampliamente la puerta a
través de la cual la vida y la luz de las tres constelaciones mayores pueden
-después de la tercera iniciación- estar esotéricamente disponibles para que el
iniciado sea un ser humano liberado o un Logos planetario.
Cuando los
astrólogos comprendan la verdadera significación de la constelación de Géminis
-los Gemelos- y las fuerzas duales que afluyen a través de este signo (las
“fuerzas en conflicto”, como a veces se las denomina, o “los hermanos pendencieros”)
y hacen impacto sobre nuestra vida planetaria, entonces se conocerá el
verdadero método para resolver las dualidades.
Resulta
interesante observar que siete de los símbolos expresados en los doce signos
del zodíaco son de naturaleza dual, y de ellos puede inferirse la dualidad:
1.
Los dos cuernos del Carnero en Aries.
2.
Los dos cuernos del Toro en Tauro.
3.
Las dos figuras de los Gemelos en Géminis (dos
líneas).
4.
Las dos pinzas del Cangrejo en Cáncer.
5.
Los dos platillos de la Balanza en Libra.
6.
Las dos líneas paralelas de fuerza en Acuario.
7.
Los dos Peces en Piscis.
Estas siete
constelaciones están relacionadas íntimamente con seis de los siete planetas
sagrados y con uno de los no sagrados. Dos. signos son simples figuras y no
tienen ningún significado dual, y son:
8.
El símbolo de Leo, que es simplemente la cola del
León. La flecha, en el símbolo que representa a Sagitario.
9.
Contienen la idea de separación aislada y del
deseo centralizado. Dos signos son de construcción definidamente triple y esto
tiene un significado claro para el esotérico.
10. Virgo es un
signo triple.
11. Escorpio es
también un signo triple, muy parecido a Virgo. Ambos son cruciales en la
experiencia del ser humano, pues indican la función de la triple forma y la
liberación del hombre aprisionado en ella, por medio de las pruebas que ha de
pasar en Escorpio, donde comprueba para él y para el mundo la realidad de lo
que Virgo ha velado u ocultado.
12. El símbolo
del signo Capricornio es muy misterioso. Oculta el misterio de los Cocodrilos o
Makaras. Está construido en forma inexacta y decididamente engañosa, y debería
ser considerado un misterio y, por lo tanto, no debe ser definido.
Estos
signos y sus relaciones con los planetas sagrados y no sagrados serán
considerados más adelante.
En resumen:
El hombre deberá ser estudiado como una entidad triple, un compuesto individual
(expresándose en los tres mundos):
a.
El alma espiritual reflejando a la Mónada.
b.
El alma humana reflejando el alma divina.
c.
La naturaleza forma que debería ser la reveladora
de las dos superiores.
Tres
Jerarquías creadoras condicionan al hombre encarnado, la 4ta. (o 9na.) la 5ta.
(o 10ma.) y la 6ta. Éstas, en colaboración, crean al hombre y al mismo tiempo
constituyen el campo de su expresión. Por lo tanto, el hombre es una mezcla de
fuego eléctrico, porque es una Llama divina y, oportunamente, responde a las
tres influencias controladoras mayores. Es también fuego solar, pues es un
Ángel solar en manifestación. Entonces llega a responder acrecentadamente a las
influencias de las doce constelaciones. Además es fuego por fricción, y queda
bajo la influencia de los planetas. La clasificación siguiente podrá aclarar
en parte esto:
I Fuego
Eléctrico Sendero de Iniciación 4ta. Jerarquía plena expresión del alma vida monádica.
Meta: Identificación con la Mónada. Produce
responsividad en las tres constelaciones.
II Fuego
Solar Sendero del Discipulado 5ta.
Jerarquía plena experiencia de la vida del alma.
Meta: Identificación con el Alma. Produce
responsividad en las doce constelaciones zodiacales.
III Fuego
por Fricción Sendero de Evolución 6ta. Jerarquía vida experimentada vida humana.
Meta: Identificación con la Personalidad. Produce
responsividad en las influencias planetarias.
3. La Gran
Rueda y el Desenvolvimiento Espiritual.
Antes de
darles lo que falta del gráfico de las constelaciones como conductoras de las
energías cósmicas o transmisoras de sus propias energías, quisiera decirles que
mucho de lo que explicaré estará basado sobre:
1.
La rueda de la vida y el sendero del hombre, el
ser humano, al pasar a través de los signos de acuerdo al método conocido por
la astrología ortodoxa. Al igual que los planetas, éste retrograda
aparentemente a través de los signos y parece que atravesara las constelaciones
de Aries a Tauro. Pero todo es parte de la Gran Ilusión.
2.
La rueda de la vida y el sendero del hombre, el
alma espiritual o divina, al pasar a través de los signos del zodíaco, de
acuerdo al método estudiado por el astrólogo esotérico. Éste es el Sendero de
la Realidad, así como el otro es el Sendero de la Ilusión. Lleva al discípulo a
recorrer el sendero, desde su comienzo en Aries hasta su culminación en Piscis.
El método
actual se basa en la verdad transitoria de que el hombre común está sujeto a la
naturaleza ilusoria de la manifestación, “así como el hombre piensa así es
él”. Sin embargo cuando se convierte en Hércules, el Dios Sol (o Ángel solar),
comienza a invertir el proceso (también aparentemente) y tiene lugar una
definida reorientación. Los Instructores del aspecto interno, estudian los
horóscopos únicamente en relación con las tres entidades siguientes:
1.
El horóscopo del planeta, como expresión de la
vida del Logos planetario, que implica el estudio del horóscopo del espíritu
del planeta, como también de la vida que lo anima y su relación e interacción
mutuas. El espíritu de la Tierra es para su Logos planetario lo que la
personalidad, por ejemplo (o la naturaleza forma), es para el alma del hombre.
Los dos horóscopos están superpuestos, surgiendo entonces “el canon
planetario”:
2.
El horóscopo de la familia humana, o del cuarto
reino de la naturaleza, considerado como la entidad que esencialmente es,
constituye en realidad el estudio de dos horóscopos como en el caso anterior;
el del reino de las almas, de los divinos hijos de Dios en el plano mental, y
el estudio de la entidad, la vida coherente del aspecto forma del cuarto reino
de la naturaleza. Esto se hace también superponiendo ambos horóscopos,
confeccionados en gran escala y en un material trasparente, desconocido por la
humanidad. En ellos se observa el diseño que surge cuando “el alma y la personalidad
se unen” y aparecen con toda claridad las condiciones, los posibles desarrollos
y relaciones y el futuro objetivo inmediato.
3.
Los horóscopos de los discípulos. Los Maestros no
estudian el horóscopo del hombre común y no evolucionado, pues no es de valor.
Esto supone también el estudio de los dos horóscopos del discípulo en
observación -uno, el del alma, el otro, el de la personalidad, aplicándose
nuevamente el proceso de superimposición. En uno de los horóscopos se estudiará
y se observará la nueva orientación y la reorganizada vida embrionaria interna;
en el otro se pondrá atención sobre la vida externa, en concordancia o no, con
las condiciones internas. Así emergerá el canon de la vida, indicará las
posibilidades, desaparecerán los problemas y estará claramente expuesto el
próximo paso a dar.
Aquí
también es evidente hasta qué punto el “principio de dualidad” existe en todas
las cosas. Consiste en un dualismo cambiante, de acuerdo a donde se pone el
énfasis, porque el dualismo está presente hasta en la última y final iniciación
-presente en las etapas posteriores del proceso evolutivo, en el reajuste de
las relaciones de la forma, pero no está presente en la conciencia del
discípulo de grado avanzado. Este punto tan importante debe ser captado.
Aquí tiene
cabida un tercer punto, a continuación de los dos anteriormente acentuados.
Gran parte de nuestro estudio estará dedicado a establecer la relación de las
seis constelaciones que se hallan en la mitad superior de la rueda zodiacal,
con las seis que están en la mitad inferior; consideraremos la energía que es
un ser humano -observen esta frase-, cuando recorre el camino en forma
contraria a las manecillas del reloj, de Aries a Tauro, y luego -invirtiendo el
proceso- lo hace de Aries a Piscis. Consideraremos las dualidades
proporcionadas por una de estas constelaciones y su opuesto; por lo tanto
estudiaremos las grandes cualidades que otorga una constelación y su signo
opuesto. Tales puntos los trataremos de la manera siguiente:
1.
Desde el punto de vista del comienzo en Aries,
hasta que el hombre -después de muchas vueltas en la rueda de la vida- llega al
punto de retroceso y reorientación. Progresa desde el punto en que, en Cáncer,
forma parte de la masa, posee conciencia de masa incipiente y descentralizada,
y no reconoce objetivo alguno (excepto la satisfacción del deseo instintivo),
hasta que en Escorpio se convierte en el discípulo triunfante, que se encontró
a sí mismo en Leo. Entonces se produce la Crisis de Reorientación, la cual
puede extenderse largo tiempo y constituir un intervalo de innumerables vidas
de esfuerzo.
2.
Desde el punto de vista del hombre que se halla en
el sendero de probación, buscando la luz y luchando a través de los signos
(según lo expresa El Antiguo Comentario al considerar este punto)
“Gira de derecha a izquierda y luego de izquierda a derecha. Gira en
forma errátil sobre un eje de deseos. No sabe adónde ir ni qué hacer. El cielo
se oscurece”.
Aquí el
signo Géminis comienza poderosamente a desempeñar su parte en la vida de los
discípulos; Sagitario gradualmente “perfora el corazón con sus flechas,
entonces en la trayectoria de la flecha el hombre llega a Capricornio”. Luego
viene la Crisis de Renunciación.
3.
Desde el punto de vista del discípulo juramentado
o del iniciado que recorre nuevamente el Sendero del Sol y se da cuenta que lo
que descubrió que él era en Leo, tiene su culminación en Acuario. La conciencia
separativa individual se trasforma en conciencia grupal en Acuario, y comienza
a comprender el significado de la fundamental combinación de los signos, ese
“triángulo en la conciencia” de la humanidad:
Cáncer Leo Acuario
Percepción de la masa Percepción individual Percepción grupal
Conciencia instintiva Conciencia
inteligente Conciencia intuitiva
Entonces,
desde el punto de vista de la realización en Capricornio, el hombre actúa
durante varias vidas alrededor del sendero zodiacal y desciende al mar de la
conciencia de la masa para llegar a ser lo que los libros antiguos llaman “el
cangrejo que limpia el Océano de la materia que circula alrededor del alma del
hombre”, para oportunamente convertirse, en Piscis, en un activo salvador
mundial. Desciende al mundo de los hombres para salvar al género humano y
desarrollar el plan. Entonces llega a ser “el pez que nada libre en el océano
de la materia”.
El iniciado
debe expresar siempre, en cada signo del zodíaco, la culminación y el fruto
espiritual de la experiencia obtenida en vidas anteriores, el experimento
mundial y la realización del alma. El egoísmo debe convertirse en un servicio
vital activo, y el deseo debe demostrar que ha sido transmutado como aspiración
espiritual pura para identificarse con la voluntad de Dios. Uno o dos puntos
más deben ser tratados para que puedan dedicarse al estudio, teniendo en sus
mentes ciertas ideas definidas y claramente formuladas. Las mencioné en otros
libros, pero será útil volver a exponerlas y ampliarlas. Quisiera que las
tuvieran presentes cuando lean y estudien.
He dicho
frecuentemente que la ciencia de la astrología está basada en una condición
inexistente. No se basa en nada material, sin embargo, está eternamente basada
en la Verdad. El zodíaco es, como bien saben, el derrotero imaginario del Sol
en los cielos. Pero, desde el punto de vista exotérico es mayormente una
ilusión. Pero al mismo tiempo las constelaciones existen y las corrientes de
energía que pasan y repasan, se entremezclan y entrelazan por todo el espacio,
las cuales no son de manera alguna ilusorias, sino que expresan definitivamente
las eternas relaciones. El abuso de las distintas energías ha creado esta
ilusión. Este sendero ilusorio es una realidad para la humanidad, como lo son
las ilusiones personales de cualquier individuo, las cuales se deben a la
polarización del individuo en el plano astral.
También es
interesante observar a este respecto que, debido a la precesión de los
equinoccios, un cuarto tipo de fuerza ejerce presión sobre el planeta y al
hombre raras veces se lo reconoce y se le da el lugar que le corresponde en el
horóscopo. El mes y el signo, o el lugar que ocupa el Sol en los cielos, en
realidad no coinciden. Cuando decimos, por ejemplo, que el Sol está en Aries
impartimos una verdad esotérica, pero no un hecho exotérico. El Sol estaba en
Aries al principio de este gran ciclo; pero no ocupa exactamente hoy la misma
posición cuando está en ese signo.
Debe
recordarse que es necesario conocer el momento y el lugar del nacimiento al
confeccionar el horóscopo del individuo, a fin de obtener una comprensión
correcta y deducciones exactas, referentes a las constelaciones, los planetas y
la Tierra, pues debe haber una hora fija sobre la cual basar los cálculos. La
hora fija aún es desconocida en la astrología exotérica, aunque la Jerarquía
posee la información necesaria y no la divulgará hasta que llegue el momento
oportuno. El conocimiento de dicha información interna constituye la base de
las afirmaciones que he hecho o haré, que al investigador ortodoxo le parecerán
revolucionarias. Deben rectificarse constantemente las primitivas conclusiones
a que llegó la humanidad, y el ejemplo más destacado es la afirmación bíblica
de que la fecha original de la creación fue en el año 4.004 a.C. La ciencia
moderna considera esto un error, pero todavía muchos lo creen.
Anteriormente
insinué cuál fue el cómputo astrológico definido que serviría de base para
citar la época de ese “Gran Acercamiento” de la Jerarquía a nuestra
manifestación planetaria, cuando tuvo lugar la individualización y apareció el
cuarto reino de la naturaleza. Dije que ese estupendo acontecimiento ocurrió
hace 21.688.345 años. En ese tiempo el Sol estaba en Leo. El proceso que
entonces se inició en el plano físico y produjo acontecimientos físicos
externos, tardó aproximadamente 5.000 años para madurar; el Sol estaba en
Géminis cuando tuvo lugar la crisis final de la individualización y se cerró la
puerta al reino animal.
Se dice que
Sagitario rige la evolución humana, pues el Sol estaba en ese signo cuando la
Jerarquía inició su Acercamiento, a fin de estimular las formas de vida sobre
nuestro planeta. Por lo tanto Sagitario gobernó el periodo de acercamiento
subjetivo.
El Sol
estaba en Leo cuando tuvo lugar la individualización en el plano físico, como
resultado del estímulo aplicado.
El Sol
estaba en Géminis cuando este Acercamiento fue consumado y se fundó la
Jerarquía en la Tierra. Éste es uno. de los grandes secretos que tipifica el
Ritual Masónico, pues el símbolo del signo Géminis originó el concepto de los
pilares, tan familiar a los masones. Simbólicamente hablando, podría
establecerse que:
1.
Leo rige el grado E .. A..
2.
Géminis rige el grado F .. C..
3.
Sagitario rige el grado del M .. M .. hasta el
episodio del surgimiento del Maestro, y Capricornio rige la parte final de la
ceremonia y la H.. R.. A..
Para el
neófito que no tenga una intuición desarrollada y disciplinada resulta confuso
conciliar las discrepancias y contradicciones aparentes que se hallan en las
enseñanzas de la Sabiduría Eterna. Esta misma dificultad surgirá en la ciencia
de la astrología, por eso sería conveniente dar algunas referencias sobre este
tema. Les recordaré que la verdad ocultista establece que la interpretación y
la comprensión correctas se fundan en el grado de desarrollo del individuo.
H.P.B. señala en La Doctrina Secreta que para algunas personas el principio más
elevado del que puedan ser conscientes, es el más inferior para otras. Las constelaciones
y los planetas que rigen a las personas pueden tener y tienen, un efecto sobre
la masa y otro sobre el hombre común, y un tercer efecto sobre el discípulo o
el iniciado. Como las diversas energías y fuerzas circulan por todo el cuerpo
etérico de nuestro sistema solar, su recepción y efecto dependerá del estado de
los centros planetarios y del punto de desarrollo de los centros del individuo.
Por eso difieren ampliamente los horóscopos y las tablas, y aparecen diferentes
planetas rigiendo las constelaciones. Parece que no hay una regla fija, lo cual
confunde al estudiante. La astrología ortodoxa impone una serie de reglas
planetarias, siendo correctas en lo que concierne a la masa humana. Pero el
discípulo, que vive centrado arriba del diafragma, responde a otras
combinaciones, de las cuales me ocuparé especialmente. De allí que los tres
diagramas no coincidan. Fueron transcritos a fin de explicar la situación en
lo que respecta a los tres grupos:
1.
La mayoría de la gente comprendida en las conclusiones
astrológicas ortodoxas reconocidas.
2.
Los discípulos e individuos evolucionados,
comprendidos en las conclusiones de la astrología esotérica.
3.
Las Jerarquías Creadoras que proporcionan la
posición intermedia en este ciclo mundial.
Constelación Regente Rayo Relacionado
con:
1. Aries Marte 6to. Rayo Escorpio El Mismo regente
2. Tauro Venus 5to. Rayo Libra El Mismo regente
3. Géminis Mercurio 4to.
Rayo Virgo El Mismo regente
4. Cáncer La Luna 4to. Rayo Ninguno
5. Leo El Sol 2do. Rayo Ninguno
6. Virgo Mercurio 4to. Rayo Géminis El
Mismo regente
7. Libra Venus 5to. Rayo Tauro El Mismo regente
8. Escorpio Marte 6to. Rayo Aries El Mismo regente
9.
Sagitario Júpiter 2do.Rayo Piscis El
mismo regente
10.
Capricornio Saturno 3er. Rayo Ninguno
11. Acuario Urano 7mo.
Rayo Ninguno
12. Piscis Júpiter 2do.
Rayo Sagitario El mismo regente
a.
Los planetas no sagrados van en bastardilla.
b.
Todos los rayos están representados excepto el
primero. Esto es interesante porque las masas se mueven dentro de su horóscopo
y el aspecto voluntad está latente, pero inexpresado.
V.
TABULACIÓN. LA RELACIÓN EN LA ASTROLOGÍA NO ORTODOXA
CONSTELACIONES
Y REGENTES PLANETARIOS EN CONEXIÓN CON DISCÍPULOS E INICIADOS
Nota: En los
horóscopos vinculados al SENDERO, el progreso va. de Aries a Piscis a través de
Tauro, etc.
Constelación Regente Rayo Relacionado
con:
1. Aries Mercurio 4to. Rayo Virgo El mismo rayo
2. Tauro Vulcano 1er. Rayo Piscis El
mismo rayo
3. Géminis Venus 3er. Rayo Ninguno
4. Cáncer Neptuno 6to. Rayo Escorpio El mismo rayo
5. Leo El Sol 2do. Rayo Acuario El mismo rayo
6. Virgo La Luna 4to. Rayo Aries El
mismo rayo
7. Libra Urano 7mo. Rayo Ninguno
8. Escorpio Marte 6to. Rayo Cáncer El
mismo rayo
9.
Sagitario La Tierra 3er. Rayo Capricornio-El mismo rayo
10.
Capricornio Saturno 3er. Rayo Sagitario El mismo rayo
11. Acuario Júpiter 2do. Rayo Leo El
mismo rayo
12. Piscis Plutón 1er. Rayo Tauro El mismo rayo
Nota: En conexión con los discípulos y los signos
zodiacales, Géminis y Libra son dos constelaciones que -por medio de sus
regentes- expresan la energía de 5to. y 7mo. rayos. Por alguna razón oculta no
están relacionados con los otros signos.
La relación
que existe entre las otras constelaciones, por medio de los planetas que
expresan los rayos es:
1.
Tauro y Piscis, por medio de Vulcano y Plutón, se
relacionan con el ler. Rayo. Transmutación del deseo en sacrificio y de la
voluntad individual en voluntad divina.
El Salvador
Mundial
2.
Leo y Acuario, por medio del Sol y Júpiter, se
relacionan con el 2do. Rayo. El desarrollo de la conciencia individual en
conciencia mundial. Así el hombre llega a ser un servidor mundial.
El Servidor
Mundial
3.
Sagitario y Capricornio, por medio de la Tierra y
Saturno, se relacionan con el 3er. Rayo. El discípulo centralizado se convierte
en iniciado.
El Iniciado
4.
Aries y Virgo, por medio de Mercurio y la Luna, se
relacionan con el 4to. Rayo. Armonización del Cosmos y del individuo a través
del conflicto, produciendo unidad y belleza. Los dolores del parto del segundo
nacimiento.
El Cristo
Cósmico e Individual
5.
Cáncer y Escorpio, por medio de Neptuno y Marte,
se relacionan con el 6to. Rayo. Transformación de la conciencia de la masa en
la conciencia incluyente del discípulo.
El
Discípulo Triunfante
Les llamaré
la atención sobre el hecho de que en la IV. Tabulación la relación es entre los
planetas regentes y en la V. Tabulación se hace hincapié sobre el rayo
condicionante.
Constelación Ortodoxa Discípulo Jerarquía
1. Aries Marte Mercurio Urano
2. Tauro Venus Vulcano Vulcano
3. Géminis Mercurio Venus La Tierra
4. Cáncer La Luna Neptuno Neptuno
5. Leo El Sol El Sol El Sol
6. Virgo Mercurio La Luna Júpiter
7. Libra Venus Urano Saturno
8. Escorpio Marte Marte Mercurio
9.
Sagitario Júpiter La
Tierra Marte
10.
Capricornio Saturno Saturno Venus
11. Acuario Urano Júpiter La
Luna
12. Piscis Júpiter Plutón Plutón
Constelación Regente Rayo Relacionado
con:
1. Aries Urano 7mo. Rayo Ninguno
2. Tauro Vulcano 1er. Rayo Piscis El
mismo rayo
3. Géminis la Tierra 3er. Rayo Libra El
mismo rayo
4. Cáncer Neptuno 6to. Rayo Sagitario El mismo rayo
5. Leo El Sol 2do. Rayo Virgo El
mismo rayo
6. Virgo Júpiter 2do. Rayo Leo El
mismo rayo
7. Libra Saturno 3er. Rayo Géminis El mismo rayo
8. Escorpio Mercurio 4to. Rayo Acuario El
mismo rayo
9.
Sagitario Marte 6to.
Rayo Cáncer El mismo rayo
10. Capricornio Venus 5to. Rayo Ninguno
11. Acuario La Luna 4to. Rayo Escorpio El mismo rayo
12. Piscis Plutón 1er. Rayo Tauro El
mismo rayo
Nota: Aries y Capricornio, en
conjunción con la energía de 5to. y 7mo. rayos, están solos. Las otras
constelaciones y rayos están relacionados entre sí, en todos los casos:
a. 1er. Rayo: Tauro y Piscis, por medio de Vulcano y Plutón
b. 2do. Rayo: Leo y Virgo, por medio del Sol y Júpiter
c. 3er. Rayo: Géminis y Libra, por medio de la Tierra y Saturno
d. 4to. Rayo: Escorpio y Acuario, por medio de Mercurio y la Luna
e. 6to. Rayo: Cáncer y Sagitario, por medio de Neptuno y Marte
En vista de
lo antedicho y partiendo del hecho básico de la gran ilusión, se deberá
recordar que la exactitud de la predicción e interpretación astrológicas
estarán basadas en tres factores:
1.
La potencia de las formas mentales que han sido
construidas en conexión con los doce signos. Estas formas mentales fueron
originalmente construidas o introducidas en el plano mental por la Jerarquía en
la época atlante, y desde entonces han ido constantemente acrecentando su
poder. Sirven de puntos focales para ciertas fuerzas y capacitan al individuo
para estar, por ejemplo, en contacto con grandes depósitos de energía, los
cuales lo condicionan en forma definida.
2.
La intuición del astrólogo. La confección del
horóscopo sirve para que el astrólogo se ponga en armonía con el individuo,
pero es de poca utilidad para ambos si la intuición y la sensibilidad del
astrólogo no están activas.
3.
La capacidad del astrólogo para responder a los
cambios que se producen continuamente en cualquier período específico, tales
como la desviación y el gradual traslado o cambio ocasionado por la precesión
de los equinoccios, o el lento desvío del polo del planeta. A esto debe
agregarse que, a medida que el hombre evoluciona, se perfecciona también
constantemente el mecanismo de respuesta, o los vehículos de la conciencia. Por
lo tanto, sus reacciones a las influencias planetarias y a la energía de las
distintas constelaciones cambian con igual persistencia, y esto debe tenerse en
cuenta. En consecuencia, es esencial que el astrólogo moderno empiece a
estudiar el punto de evolución del sujeto, previamente a la confección del
horóscopo, asegurándose el lugar que ocupa en el sendero de evolución. Para eso
es necesario que haga un estudio de los rayos, investigando la cualidad, las
características y los objetivos de la vida.
Los
astrólogos podrán, oportunamente, confeccionar el horóscopo del alma, que es
sensible a otras combinaciones de fuerzas, distintas de las que controlan la vida
de la personalidad. El discípulo y el iniciado responden distintamente a las
influencias entrantes, y sus respuestas difieren de las del hombre no evolucionado
o de la persona centrada en sí misma. Esto tendrá que ser reconocido. Quienes
viven “debajo del diafragma” y reaccionan a las entrantes energías por medio
de los centros inferiores, tendrán un tipo de horóscopo diferente del discípulo
y del iniciado, y esto requerirá una interpretación distinta. Anteriormente me
he referido a ello y les recordaré algunos de los puntos mencionados:
1.
Los discípulos que están en el sendero del
discipulado son fuertemente influidos por Mercurio y Saturno: Uno trae
iluminación, el otro ofrece oportunidades.
2.
En las distintas iniciaciones, la influencia de
los planetas afecta al candidato en forma totalmente distinta de la anterior.
Cíclicamente las energías provenientes de las constelaciones afluyen a través
de los centros planetarios.
a.
En la primera iniciación, el discípulo debe luchar
contra las fuerzas cristalizadoras y destructoras de Vulcano y Plutón. La
influencia de Vulcano llega a lo más recóndito de su naturaleza, mientras que
Plutón trae a la superficie y destruye los obstáculos generados en esas
regiones inferiores.
b.
En la segunda iniciación, el candidato está sujeto
a la influencia de tres planetas -Neptuno, Venus y Júpiter- los tres centros
-plexo solar, cardíaco y laríngeo- están activamente implicados.
c.
En la tercera iniciación, la Luna (velando un
planeta oculto) y Marte crean un pavoroso conflicto, pero finalmente el hombre
se libera del control de la personalidad.
d.
En la cuarta iniciación, nuevamente Mercurio y
Saturno provocan grandes conflictos y hacen una revelación sin guiar, pero su
efecto es muy diferente del de la experiencia anterior.
e.
En la quinta y última iniciación, Urano y Júpiter
aparecen y producen una “organización benéfica” de todas las energías que se
hallan en el equipo del iniciado. Cuando esta organización se ha completado le
es posible al iniciado “evadirse de la rueda, entonces verdaderamente puede
vivir”.
Durante
todo ese tiempo, la energía del Sol (ocultando un planeta sagrado hasta ahora
desconocido) llega firme y persistentemente al hombre por medio del Ángel
solar.
CAPITULO
SEGUNDO
LA
NATURALEZA DE LA ASTROLOGÍA ESOTÉRICA
CONSIDERACIONES
PRELIMINARES
Después
de haber estudiado lo que antecede, será evidente que uno de los resultados que
deberán surgir debido a la explicación de este nuevo acercamiento a la
diagnosis astrológica (en lo que al individuo concierne) sería la confección de
horóscopos más precisos de los seres humanos avanzados -discípulos e
iniciados-, lo cual hasta ahora no ha sido posible hacer con exactitud.
Únicamente podrá efectuarse esto si se experimenta e investiga correcta y
sabiamente.
He
establecido dos reglas para dos tipos de personas:
1. La serie, generalmente aceptada, de reglas planetarias ortodoxas
para el hombre común y sin desarrollo.
2. Una nueva combinación de reglas y constelaciones para los que se
hallan en el Sendero.
No
obstante es necesario recordar que, debido al vasto número de posibles
combinaciones que hay en el sendero de la vida del individuo, que dependen del
grado de su desarrollo evolutivo, hay un número infinito de posibles
permutaciones, complejidades y relaciones, las cuales a través de una amplia
generalización, lógicamente inadecuada, pueden ser divididas en tres grupos:
1. El hombre común que carece de desarrollo, cuya vida está regida
por los centros que están debajo del diafragma y pone el énfasis de las
energías y fuerzas entrantes en el plexo solar, o en el centro sacro.
2. Un gran número de personas que se hallan en una etapa intermedia,
cuyas energías y fuerzas están enfocadas principalmente en los centros
inferiores, pero que al mismo tiempo y con frecuencia, actúan a través del
centro laríngeo y evocan una tenue respuesta de los centros cardíaco y ajna.
3. Las personas que se hallan en cualquiera de las etapas finales del
Sendero, cuyo énfasis pasa rápidamente de los centros inferiores a la tríada
superior y al centro más elevado de la cabeza que está en proceso de despertar.
Ellas también se dividen en dos grupos:
a. Quienes emplean el centro plexo solar como un vasto centro de
distribución para las energías entrantes y comienzan a trabajar por medio de
los centros cardíaco y laríngeo, cuya meta es despertar totalmente el centro
ajna.
b. Quienes emplean estos centros, pero el centro cardíaco se halla
plenamente despierto y el triángulo de fuerza en la cabeza (desde el centro
ajna al centro coronario y de éste al centro que se encuentra en la médula
oblongada) comienza a funcionar.
Cuando
estos centros están despertando, sus combinaciones más simples son los
triángulos siguientes: La Ciencia de los Triángulos subyace en toda deducción
astrológica, así como también en los centros del cuerpo humano. Esto ya lo
saben, pero las cuatro triplicidades de la astrología ortodoxa son sólo
rudimentos de esta verdadera ciencia, que están detrás de las interpretaciones
ortodoxas.
1.Base de la columna vertebral.
I. 2.Centro sacro
3.Centro plexo solar.
1.Centro laríngeo
II. 2.Centro Cardíaco
3.Centro ajna
1.Centro ajna
III. 2.Centro coronario
3.Centro en la médula oblongada
Lamentablemente,
el principio organizador no es tan simple como puede parecer en la
clasificación dada, porque el énfasis, el enfoque, el método de coordinación y
de vitalización, más la apariencia de estos triángulos esotéricos, varían con
los tipos de rayo. La Ciencia de los Triángulos de Energía fundamenta la nueva
ciencia esotérica, tanto en la astrología como en la ciencia de laya-yoga, o
ciencia de los centros. Esta antigua yoga y esta aún más antigua ciencia
astrológica deben ser estudiadas hoy en una vuelta más elevada de la espiral.
Hasta ahora, la enseñanza dada sobre los centros ha sido heredada de la época
atlante y ha estado velada en las antiguas formas y fórmulas, fundamentalmente
inapropiadas para nuestro actual estado de desenvolvimiento, grandemente
avanzado. Lo mismo puede decirse de la astrología ortodoxa o exotérica. Ambas
ciencias deben ser reorientadas y reajustadas, y la astrología debe basarse en
la comprensión más profunda de la relación que existe entre los planetas
-sagrados y no sagrados-, entre los centros y ciertos prominentes “ciclos de
polarización”, que emergen como resultado preordenado de “períodos de crisis”.
Esta última frase encierra una verdad básica e importante.
1.
Los Centros y los Triángulos de Fuerza.
Como
bien saben, existen cinco planetas no sagrados y siete son considerados
sagrados. Estas doce vidas planetarias (con sus propios ciclos, períodos de
crisis y momentos de polarización) están estrechamente relacionadas con los
siete centros. Los cinco centros a lo largo de la columna vertebral están
relacionados con los cinco planetas no sagrados; pero en el hombre común o no
evolucionado, están enfocados casi totalmente en el plano astral y en el cuerpo
astral. Se debería observar que:
1. Dos de los planetas no sagrados (la Tierra y la Luna) están
vinculados a dos centros que tienen poco predominio en el hombre muy
evolucionado:
a. El bazo recibe emanaciones pránicas del planeta en que vivimos, y
concierne a los cuerpos etérico y físico y a su relación física.
b. El centro ubicado en el pecho, relacionado con la glándula timo,
está inactivo en el hombre evolucionado, pero vinculado al nervio vago, antes
de despertarse el centro cardíaco.
2. Dos de los planetas no sagrados (Marte y Plutón) funcionan en
conexión con el centro sacro (Marte) y el plexo solar (Plutón). Este último se
halla activo en el hombre que se está “vivificando en un sentido muy elevado y
su naturaleza inferior se pierde en el humo y las tinieblas de Plutón, que rige
la tierra ardiente inferior, a fin de que el hombre pueda vivir en la verdad,
en la región superior de la luz”.
3. El Sol (que representa a Vulcano, planeta sagrado) rige el centro
que está delante de la garganta, relacionado con la glándula paratiroides, no
con la tiroides, la cual está relacionada con el centro laríngeo. Este centro
delante de la garganta, queda inactivo cuando comienza la actividad del período
creador de la garganta. Actúa como mediador entre los órganos creadores
superior e inferior (entre los centros sacro y laríngeo), y conduce eventualmente
a esa actividad creadora que en conciencia es la del alma funcionante. Vulcano
fue uno de los primeros trabajadores creadores entre los hombres y también
estaba relacionado a “Caín que asesinó a su hermano”. El simbolismo que
encierran estos antiguos mitos será fácilmente interpretado por el estudiante
intuitivo.
Algunas
de las tareas que me propongo emprender en este capítulo del Tratado sobre los
Siete Rayos son:
1. Considerar por qué cinco de los siete rayos se expresan a través
de dos grupos de planetas -sagrados y no sagrados- y también a qué centros
rigen estos dos grupos de rayos. Así relacionaremos:
a. Los siete centros del cuerpo etérico del hombre.
b. Los siete centros de la cuarta Jerarquía Creadora, de la cual las
siete razas son su expresión.
c. Los siete centros planetarios.
d. Los siete y los cinco planetas, que son los siete centros de
energía del sistema solar y responden a la energía de las doce constelaciones
del zodíaco.
Estos
centros planetarios serán estudiados desde dos ángulos:
a. El ortodoxo.
b. El del discipulado y la iniciación.
2. Considerar las energías de las tres constelaciones mayores, porque
cada una fluye a través de tres constelaciones zodiacales, formando así grandes
triángulos entrelazados de fuerza. De este modo están involucradas nueve de las
constelaciones zodiacales y éstas a su vez fusionan y mezclan sus energías en
tres principales corrientes de fuerza en el Sendero de Iniciación. Estas tres
corrientes de fuerza fluyen a través de:
a. Leo, Capricornio y Piscis,
b. Saturno, Mercurio y Urano (la Luna), a
c. Los centros coronario, ajna y cardíaco, a
d. Los centros laríngeo, plexo solar y base de la columna vertebral.
Debe
recordarse que el centro sacro y el bazo están primordialmente conectados con
la emanación planetaria de la Tierra.
3. Considerar las Tres grandes Cruces cósmicas:
La Cruz Cardinal La
Cruz Fija La Cruz Mutable
a.
La iniciación El discipulado La evolución
b.
El Logos planetario La humanidad Los reinos de la Naturaleza
c.
La iniciación cósmica La
iniciación solar La iniciación
planetaria
d.
El espíritu El alma El cuerpo
e.
La vida La
conciencia La forma
f. La mónada El
ego La
personalidad
g.
Las tres iniciaciones Las dos Iniciaciones El hombre común
(Iniciados) (Discípulos)
y
la relación de estas tres Cruces con los doce planetas, más el tránsito general
del alma encarnada
4. Detallar el tópico de la interacción entre los tres grupos de
planetas regentes, tal como fue dado en la Tabulación VI. Éstos, en todos sus
efectos, son los agentes mediante los cuales se llevan a cabo los propósitos de
Dios.
Antes
de seguir con los aspectos más técnicos de nuestro tema quisiera elaborar el
del zodíaco, su historia y simbolismo desde un ángulo más filosófico y
espiritual, a fin de darles un cuadro subjetivo del progreso del hombre
mientras recorre la trayectoria del Sol en el sendero de la vida. Ésta es una
frase técnica y se refiere a la actividad de un Sol, un planeta, una Jerarquía
o un hombre, después de un momento de crisis dando por resultado “un período de
polarización”, que conduce inevitablemente a un nuevo impulso y trayectoria
progresivos. Estas tres palabras -crisis, polarización y trayectoria- son la
base de la ley cíclica y rigen el proceso evolutivo. Desde el punto de vista de
la humanidad el paso del Sol alrededor del zodíaco es, aparentemente, un
proceso lento y laborioso que tarda aproximadamente (en el factor tiempo)
25.000 años. Desde el ángulo de la visión interna es una trayectoria alrededor
del Sendero de la Vida que dura únicamente un instante, “borrando el pasado, el
presente y el futuro en la radiante gloria del trabajo realizado”.
II.
Las Crisis y los Signos.
Seguiremos
al hombre de un signo a otro hasta que -en el afán y el dolor- forje el equipo
y desarrolle penosamente el mecanismo que le permitirá llegar a un mayor
momento de crisis en su vida cíclica, donde comenzará a liberarse del sendero
de la gran ilusión, el cual ha recorrido durante eones desde Aries a Tauro vía
Piscis y -retrocediendo- empezará a recorrer el sendero de luz desde Aries a
Piscis vía Tauro. Este cambio de experiencia está bellamente expresado en la
sexta parte de El Antiguo Comentario:
“La
Cruz de muchos cambios (la Cruz Mutable A.A.B.) sigue su rotación, llevando en
sí crucificada la forma de un hombre, en quien existe la simiente de toda
ilusión.
“Pero
el hombre que ha sido crucificado desciende -aunque no lo sepa- y palpa su
camino hacia otra cruz (y con dolor y muchas lágrimas percibe) -una cruz de luz
enceguecedora, de ardiente dolor, de amarga pena, y sin embargo es la Cruz de
la Liberación, la Cruz estática, fija en los cielos y custodiada por el Ángel.
“Detrás
de esa Cruz aparece otra Cruz que él no puede alcanzar (¡el Ángel custodia el
camino!) hasta que el Toro desgarre y despedace al hombre; entonces -la Luz
brilla; hasta que la terrible Serpiente luche con el hombre y lo ponga de
rodillas, entonces -se eleva hacia la Luz; hasta que el León sea domado y el
secreto de la Esfinge revelado, entonces -se revela la Luz interna; hasta que
el hombre eleve su cántaro de agua y se una a las filas de los Portadores de
Agua, entonces la afluencia de la corriente de la vida llenará su cántaro y
agotará el estancado charco, purificando su fuente; así revela el camino oculto
que conduce a la recóndita Luz, ocultada por la última Cruz. Entonces, desde la
Cruz del hombre, el Iniciado halla su camino; pasa al Ángel y deja tras sí el
velo interno rasgado, y ascendiendo a la Cruz mayor, penetra en el día, el día
final. Se detiene para él la rueda. Se desvanecen para él el Sol y las
estrellas. Se ve una gran Luz y...”
Las
tres cruces del Gólgota fueron símbolos bíblicos de estas tres cruces
astrológicas: la Cruz Común o Mutable, la Cruz Fija y la Cruz Cardinal.
Deberán
recordar, aunque trazaré el progreso del hombre de un signo a otro alrededor
del sendero zodiacal, que no existe necesariamente esta ordenada secuencia del
recorrido ni el paso ininterrumpido de un signo a otro, tal como lo estoy
delineando. Todas las almas encarnan en el signo de Cáncer. Con esto quiero
significar que la primera encarnación de cada ser humano tuvo lugar en este
signo, el cual ha sido reconocido en todas las épocas como “la entrada en la
vida de quienes deben conocer la muerte”, así como la constelación de
Capricornio es considerada otra puerta, llamada esotéricamente “la entrada en
la vida de quienes no conocen la muerte”. A medida que transcurren las edades,
el hombre entra en todos los signos y sale de ellos y el signo de cada uno es
determinado por la naturaleza del rayo de la personalidad, que como bien saben,
cambia vida tras vida. En esos signos aprende las lecciones necesarias, amplía
su horizonte, integra su personalidad, empieza a sentir al alma condicionadora
y así descubre su dualidad esencial. Cuando está en el Sendero del Discipulado
(y en éste incluyo al de la Iniciación) un murmullo esotérico le dice que está
siendo condicionado por el infatigable Observador, el alma, y está sujeto (en
las etapas finales del Sendero) exactamente a doce encarnaciones, una en cada
uno de los doce signos. En ellas debe probarse a sí mismo, logrando grandes
momentos de crisis, particularmente en cada una de las constelaciones de la
Cruz Fija. De un punto a otro, de una etapa a otra y, finalmente, de una Cruz a
otra, lucha por su vida espiritual en las doce casas y en las doce
constelaciones, sujeto a innumerables combinaciones de fuerzas y energías -de
rayo, planetarias, zodiacales y cósmicas- hasta que se “renueva” y se convierte
en “el hombre nuevo”, es sensible a toda la gama de vibraciones espirituales en
nuestro sistema solar y logra ese desapego que le permitirá eludir la rueda del
renacimiento. Ha realizado esto ascendiendo a las tres Cruces -la Cruz de la
Personalidad o la forma cambiante; la Cruz del Discípulo o el alma eterna, y la
Cruz del Espíritu. Esto realmente significa que ha pasado por tres crisis
trascendentes en su ciclo de vida:
I. La Crisis de Encarnación La Cruz
Mutable.
La
Ascensión sobre la Rueda Personalidad
y vida de la forma.
El
Ciclo de Renacimiento en la forma Experiencia.
Manifestación de la Humanidad
II. La Crisis de Reorientación La Cruz Fija.
El
Cambio a la segunda Cruz La
vida del alma.
Preparación
para el Segundo Renacimiento Conciencia.
Manifestación Crística
III. La Crisis de Iniciación La Cruz Cardinal.
La
Transfiguración La
Vida del Espíritu.
Manifestación de la Divinidad
Al
estudiar el sistema de entrelazamiento de energías, en lo que afectan y
condicionan a un ser humano, el tema de las Tres Cruces es de profundo y
práctico interés, especialmente porque proporciona esos puntos de crisis donde
el hombre sale del sendero común de evolución y entra en el sendero del
discipulado o -después de la tercera iniciación asciende a la tercera Cruz.
Esto fundamentará nuestro pensamiento y todo lo que voy a decir. Será de valor
recordar constantemente las doce energías básicas (cinco mayores y siete
menores, que en realidad -y aparte del retroceso astral debido a la Gran
Ilusión- son siete mayores y cinco menores), las cuales se desarrollan, en la
expresión humana, por intermedio de los Señores de los doce signos y los doce
Regentes planetarios. Estas doce energías básicas emanan de las siete estrellas
de la Osa Mayor (trasmitidas por las siete estrellas de la Osa Menor) ; dos de
ellas vienen de Sirio y tres de las Pléyades. Éste conjunto (si puedo usar un
término tan poco ortodoxo) constituirá la condición de la mayor esfera solar de
influencia al fin de la Gran Era de Brahma, como se la denomina esotéricamente.
En el “intervalo de la evolución” (lo cual es una traducción inadecuada de una
frase oculta aplicada a un ciclo mundial, en los Archivos de los Maestros)
estas energías fueron rebajadas a fuerzas y son literalmente diez y seis -les
recordaré que es desde el ángulo de la manifestación- y literalmente hacen 7 +
7 + 2 =16.
En
estos números reside oculto el misterio de nuestro proceso evolutivo. Pero el
énfasis siempre debe ser puesto sobre los Rayos de Energía y Cualidad a medida
que fluyen a través de las constelaciones zodiacales y los planetas.
Lógicamente, el conocimiento de los rayos es la base de la nueva astrología. La
siguiente clasificación tiene implicaciones fundamentales a este respecto y
todo lo que diré se basará en ella.
Siete
estrellas de la Osa Mayor constituyen las Fuentes originantes de los siete
rayos de nuestro sistema solar. Los siete Rishis de la Osa Mayor (según se los
denomina) se expresan por medio de los siete Logos planetarios, los cuales son
Sus representantes y a los Cuales representan en lo que a la relación
prototípica concierne. Los siete Espíritus planetarios se manifiestan por medio
de los siete planetas sagrados.
Cada
uno de los siete rayos, provenientes de la Osa Mayor, son transmitidos a
nuestro sistema solar por medio de tres constelaciones y sus planetas regentes.
La siguiente tabulación aclara esto, pero debe ser interpretada únicamente en
términos de la actual vuelta de la gran Rueda zodiacal (25.000 años).
TABULACION
VIII
Rayo Constelación Planetas ortodoxos Planetas esotéricos
Aries, el Carnero Marte Mercurio
I.
Voluntad o Poder Leo, el León El Sol El Sol
Capricornio,
la Cabra Saturno Saturno
Géminis, los
Gemelos Mercurio Venus
II.
Amor-Sabiduría Virgo, la Virgen Mercurio La Luna
(Oculta
un planeta)
Piscis, los
Peces Júpiter Plutón
Cáncer, el
Cangrejo La Luna Neptuno
III.
Inteligencia ActivaLibra, la Balanza Venus Urano
Capricornio,
la Cabra Saturno Saturno
Tauro, el
Toro Venus Vulcano
IV.
Armonía a través Escorpio, el
Escorpión Marte Marte
del conflicto Sagitario, el Arquero Júpiter La Tierra
Leo, el León El Sol El Sol
V.
Ciencia Concreta Sagitario, el
Arquero Júpiter La Tierra
Acuario, el
Portador de Agua Urano Júpiter
Virgo, la
Virgen Mercurio La Luna
VI.
Idealismo-Devoción Sagitario, el Arquero Júpiter La Tierra
Piscis, los
Peces Júpiter Plutón
Aries, el
Carnero Marte Mercurio
VII.
Orden Ceremonial Cáncer, el Cangrejo La
Luna Neptuno
Capricornio,
la Cabra Saturno Saturno
Es
evidente que son necesarios muchos trabajos correlativos y reajustes de ideas
para que la nueva astrología sea de utilidad práctica y oportunamente sustituya
a la que ahora prevalece. La nueva astrología comprende realmente cinco
ciencias:
1. La Ciencia de los Rayos.
2. La Ciencia de la Interpretación esotérica, llevada a cabo por
medio de:
3. La Ciencia de los Triángulos.
4. La Ciencia de los Centros.
5. La Ciencia del Destino.
Esta
última ciencia estará basada sobre las cuatro anteriores y constituirá la
futura interpretación fundada en un conocimiento correcto de los rayos
-personal y egoico- y de la influencia de los triángulos -zodiacal, planetario,
racial y humano. Estos últimos triángulos se establecen mediante el estudio de
los centros humanos individuales. Cuando todo esto se haya. comprobado y
desarrollado en el nuevo tipo de horóscopo que se confeccionará posteriormente,
entonces se aplicará la Ciencia del Destino y se descubrirá lo que indica el
futuro. El horóscopo personal progresado, es la simiente embrionaria de ello.
Algunas
indicaciones de relativo valor pueden ser obtenidas considerando los triángulos
humanos, como se han expuesto en el Tratado sobre Fuego Cósmico, donde se
sugiere que:
“Sería
conveniente que el estudiante observara la interesante sucesión de triángulos
que existen y la forma en que deben ser vinculados por la progresión del fuego,
antes de que éste pueda vivificarlos completamente y luego pasar a otras
transmutaciones. Podemos enumerar algunos de estos triángulos, recordando
siempre que de acuerdo al rayo, ascenderá geométricamente el fuego y así será
la secuencia correlativa de los puntos que se deben tocar. Aquí reside uno de
los secretos de la Iniciación y también algunos de los peligros que implica la
publicación prematura de informes sobre los rayos:
1. El triángulo pránico.
a. El centro entre los hombros.
b. El centro cerca del diafragma.
c. El bazo.
2. El hombre regido desde el plano astral.
a. La base de la columna vertebral.
b. El plexo solar.
c. El corazón.
3. El hombre regido desde el plano mental.
a. La base de la columna vertebral.
b. El corazón.
c. La garganta.
4. El hombre parcialmente regido por el Ego, el hombre avanzado.
a. El corazón.
b. La garganta.
c. La cabeza, es
decir, los cuatro centros menores y su síntesis, el centro ajna.
5. El hombre espiritual hasta la tercera iniciación..
a. El corazón.
b. La garganta.
c. Los siete centros de la cabeza.
6. El hombre espiritual hasta la quinta iniciación.
a. El corazón.
b. Los siete centros de la cabeza.
c. Los dos lotos de múltiples pétalos.
“Estos
distintos períodos demuestran las diferentes radiaciones triangulares. No podemos
deducir, de lo antedicho, que si el fuego está centrado en un triángulo, que no
se manifieste en otro. Cuando el fuego pasa libremente por cualquier triángulo,
arde continuamente, pero hay siempre un triángulo más radiante y luminoso que
los otros. Al observar estos resplandecientes triángulos de luz, que surgen de
ruedas y vórtices de fuego, los clarividentes y los instructores de la raza
pueden apreciar el lugar que ocupa el hombre en el esquema de las cosas y
juzgar su progreso. En la culminación de la experiencia de la vida, cuando el
hombre ha alcanzado su meta, cada triángulo es una senda radiante de fuego,
cada centro una rueda de fuerza ígnea viviente que gira a velocidad
vertiginosa; el centro no sólo gira en dirección específica en esta etapa, sino
que literalmente gira sobre sí mismo, formando un globo iridiscente, llameante
y viviente, de fuego puro, manteniendo en su interior cierto perfil geométrico,
y vibrando al mismo tiempo tan rápidamente que el ojo apenas puede seguirlo.
Sobre todo, en la cúspide de la cabeza se ve un despliegue ígneo que hace
insignificantes a los demás centros; del corazón de este loto de muchos
pétalos, surge una llama de fuego con el matiz básico del rayo a que pertenece
el hombre. Esta llama se eleva y parece hacer descender una masa de luz
eléctrica, cuyo descenso proviene del Espíritu, desde el plano más elevado.
Esto indica la fusión de los fuegos y la liberación del hombre de las ligaduras
de la materia”.
Tratado
sobre Fuego Cósmico, págs. 160 - 61.
En
la actualidad, los horóscopos son confeccionados basándose en la condición de
la personalidad o en el rayo de la personalidad, si el astrólogo tiene la
fortuna de hacerlo o de acertarlo con exactitud. Sin embargo, si el sujeto es
una persona evolucionada, con frecuencia el horóscopo está equivocado, porque
los planetas que gobiernan al hombre común o no evolucionado, no ejercen
influencia sobre el hombre espiritual y el discípulo. Los acontecimientos del
hombre común están condicionados en el plano físico de la vida, primordialmente
por la posición de los planetas en las doce casas; siendo a su vez
condicionados por ciertas influencias kármicas que el hombre evolucionado ha
trascendido o está trascendiendo. El horóscopo eventualmente confeccionado,
basado en el rayo del alma, y los signos zodiacales que rigen las actividades y
las influencias del actual grupo de Regentes planetarios serán
considerablemente aminoradas. Nuevas potencias planetarias (impartiendo
energías zodiacales) controlarán y precederán a las antiguas, poniendo al
hombre en contacto con diferentes fuerzas. Finalmente llegará el momento en que
será sensible a toda la gama de las vibraciones; los horóscopos que se
confeccionarán serán denominados “horóscopos de las cruces” y no serán simples
indicaciones de las influencias planetarias en las doce casas. Dudo que algún
astrólogo sea capaz de hacerlo. Éste es el tipo de horóscopo por el cual los
Maestros juzgan a Sus discípulos y es muy interesante; ya me he referido a
ellos anteriormente en este tratado. Estos “horóscopos de las Cruces” son
preparados antes de la tercera iniciación, cuando el hombre comienza a
acercarse a la Cruz Cardinal de los cielos. Les recordaré, aunque es una
información sin valor, que la quinta iniciación mayor de nuestro planeta es la
primera iniciación cósmica, así como la tercera es la primera del sistema. Las
dos primeras iniciaciones tienen implicaciones planetarias. Lo antedicho posee
una profunda significación astrológica y esotérica.
3.
Los Efectos Espirituales de las Constelaciones Zodiacales.
Ahora
describiré el efecto espiritual que produce el paso del alma alrededor de la
rueda de la experiencia. Trataremos de considerar, en el caso de cada
constelación, el efecto general que produce sobre el alma -adquiriendo experiencia-
desde el ángulo ortodoxo, a medida que va desde Aries a Tauro vía Piscis y
luego -como discípulo, regido por otras influencias- lo hace de Aries a Piscis
vía Tauro. Así se invierte el proceso común y el hombre se reorienta y
“enfrenta el Oriente”, según se dice esotéricamente. Entonces expresa en la
forma más elevada posible las cualidades del rayo de su alma, así como en el
primer caso expresó la cualidad del rayo de la personalidad.
No
puedo ser más específico. Primero, trato de indicar y sugerir algunas
deducciones espirituales e impartir una idea general de los efectos que produce
la gran ilusión sobre las condiciones resultantes y, segundo, el resultado de
las grandes pruebas que cada discípulo sufre oportunamente cuando él mismo
invierte la dirección de la rueda de la vida.
ARIES,
EL CARNERO
Estrictamente
hablando, lo que voy a decir concierne al tipo puro de primer rayo, porque
Aries es el signo zodiacal por el cual el primer Rayo de Voluntad o Poder,
llega a nuestra idea planetaria. Son muy raros estos tipos puros y, en este
período de evolución, son completamente desconocidas. La mayoría de las
personas está regida por el rayo de su personalidad; actualmente los tipos de
primer rayo se expresan a través de sus personalidades, que pertenecen a todos
los rayos; simplemente les pediré que consideren lo que voy a decir desde el
ángulo de los efectos sobre el carácter, de los problemas presentados y de la
cualidad desarrollada. No puedo ser más explícito hasta que se haya
desarrollado algo más la Ciencia de los Rayos. El astrólogo debe asegurarse
cuál es el tipo de rayo, antes de poder confeccionar el adecuado horóscopo del
alma. Mis observaciones son por lo tanto generales y no específicas,
universales y no particulares. No impongo doctrina alguna. Indico fases para
especular, que podrían ser iluminadoras y fructíferas.
Aries
es una de las Constelaciones de la Cruz Cardinal de los Cielos. Es la Cruz de
Dios, el Padre y, por lo tanto, de la mónada encarnante. Es la expresión de la
voluntad o poder, cuando se expresa por medio del gran proceso creador. Cuando
el iniciado (como veremos más adelante) se transfiere a la Cruz Cardinal, de la
cual descendió cuando vino a la encarnación, y en vez de ascender a ella
asciende a la Cruz Común o Mutable, ya no se identifica con la forma ni con el
alma, sino con la voluntad divina y el propósito y el plan eternos. Entonces se
convierte en su plan y propósito; no conoce otros porque son desconocidos hasta
para el iniciado de tercer grado. Entra así en la Cámara del Concilio de Dios,
y llega a ser parte del cónclave de Shamballa; ya no actúa simplemente como
miembro de la Jerarquía en el plano mental. Entonces puede actuar por medio de
los tres centros del mundo -Humanidad, Jerarquía y Shamballa.
Aries
inicia el ciclo de manifestación. Todas las almas, como entidades individuales,
vienen por primera vez a la encarnación humana en el signo de Cáncer emergiendo
como entidades mentales en el signo de Aries, como entidades emotivas en el
signo de Tauro y como entidades vitales en el signo de Géminis, tomando
entonces forma física en Cáncer. Éste es un ciclo evolutivo subjetivo. Así
viene a la existencia en el océano del plano físico, el mundo de la materia.
Sin embargo, el primer impulso se inicia en Aries, porque Aries es el lugar
donde adquiere forma la idea original de entrar en actividad, lugar donde nacen
las ideas; en realidad la verdadera idea constituye un impulso espiritual que
toma forma -subjetiva y objetiva. Allí se origina la respuesta del alma al
aspecto o cualidad más elevado de la deidad, porque allí aparece la “voluntad
de encarar”. El primer aspecto del rayo de la Mónada, respondiendo al primer
aspecto divino, evoca respuesta del primer aspecto del rayo del alma, y el
primer paso hacia la encarnación es dado sobre ese plano del sistema, el plano
mental. Aries “despierta la voluntad de llegar a lo más inferior y allí
controlar, conocer totalmente y enfrentar todas las experiencias”, según reza
un antiguo enunciado.
Las
notas clave del signo de Aries son cuatro, impartiendo todas las misma idea.
Pueden ser expresadas en los cuatro preceptos dados a continuación, que
simbólicamente son impartidos al alma encarnante:
1. Expresa la voluntad de ser y hacer.
2. Desarrolla el poder de manifestar.
3. Entra a luchar por el Señor.
4. Llega a la unidad por medio del esfuerzo.
Creación-Ser-Actividad-Lucha-Síntesis,
componen la naturaleza del Señor de la primera constelación, capacitándolo para
ejercer influencia sobre nuestro planeta y lograr esos resultados.
Así
comienza el gran ciclo de lucha hacia la expresión, y las palabras
fundamentales de La Doctrina Secreta -con las cuales están familiarizados-
expresan la meta y el propósito del primer signo de la Cruz Cardinal:
“La
materia es el vehículo para la manifestación del alma en este plano de
existencia; el alma es el vehículo para la manifestación del espíritu en un
plano más elevado; los tres son una trinidad sintetizada por la vida que los
compenetra a todos”.
D.S.,
T. 1., pág. 106.
Lo
que aparece en Aries como energía espiritual, en Cáncer entra en la etapa del
alma, en cuyo signo ella encarna en la forma por primera vez, llega a un punto
de equilibrio en Libra, donde el alma y la personalidad logran una colaboración
equilibrada y, en Capricornio, la voluntad llega a la realización y se alcanza
una meta visualizada. En Capricornio el hombre llega al máximo de la ambición
personal o se convierte en iniciado, obteniendo su objetivo espiritual. La
diferencia entre ambas metas depende del método progresivo alrededor de la
rueda de la vida. Debe recordarse -hablando general y simbólicamente- que las
Cruces también giran, y son los rayos de la Gran Rueda.
El
hombre no evolucionado va desde Aries a Capricornio, a Libra y a Cáncer,
mientras que el evolucionado invierte el proceso. Para mayor claridad podríamos
considerar la gran experiencia de la vida como que tiene lugar en las tres
ruedas que están dentro de la rueda de la vida, vista desde tres ángulos:
1. La rueda de Encarnaciones.
2. El ciclo ordinario de evolución.
3. El período de cautiverio donde el hombre está atado a la rueda.
4. La Cuádruple influencia de la Cruz Común.
5. La vida en los tres Mundos.
6. El desenvolvimiento de la Personalidad.
1. La Rueda ajustada o revertida.
2. El ciclo del discipulado.
3. El período de surgimiento, en que el hombre cambia las
revoluciones de la rueda.
4. La cuádruple influencia de la Cruz Fija.
5. La vida en los cinco mundos de la evolución superhumana.
6. El desenvolvimiento del alma a través de la personalidad.
1. La Rueda controlada o dominada.
2. 2.El ciclo de iniciación.
3. 3.El período de liberación del trabajo de la Gran Rueda.
4. 4.La cuádruple influencia de la Cruz Cardinal.
5. 5.La vida en los siete mundos de nuestro siete planos.
6. 6.La fusión del espíritu, del alma y de la personalidad.
Por
lo tanto, en Aries comienza el proceso de la 'iniciación más antigua”, por la
cual ya ha pasado y pasará toda la familia humana. La primera gran iniciación
cósmica (respecto a la humanidad) es la iniciación de la encarnación -la
individualización. Este proceso culmina, eones más tarde, en la reversión de la
rueda y en la obtención de una meta definida en Capricornio. Culmina cuando se
logra la transferencia de la Cruz Fija a la Cruz Cardinal, que es a su vez la
secuencia lógica de la trasferencia de la Cruz Mutable o Común, a la Cruz Fija.
Por lo tanto, en su manifestación inferior, Aries es el creador de esas
actividades, condiciones y procesos, que conducen a la manifestación del alma
por medio de la forma y, luego, a esas empresas creadoras superiores que a su
debido tiempo llevan a manifestar el espíritu por medio del alma. Estos
procesos demuestran, oportunamente, la verdadera naturaleza de la triplicidad,
en la cual ya los introduje en el primer tomo de este tratado:
Vida-Cualidad-Apariencia.
Aries
es también el que proporciona el Fuego (Fuego Eléctrico) a nuestro sistema
solar y la naturaleza dinámica de Dios, que contiene en sí las cualidades que
fomentan y nutren el calor y también el fuego que consume y destruye. Desde el
punto de vista de la astrología esotérica existen tres signos mayores, donde
tienen lugar “tres muertes”:
1. Aries, que en distintos lugares en el Sendero de la Vida, obliga
al alma a penetrar en la tierra ardiente y la somete a un proceso purificador
durante la encarnación. Por medio del fuego menor de la mente arden “las selvas
de la experiencia extinguidas por las llamas; entonces aparece desvelado el Sendero
y nada impide la visión”.
El
Antiguo Comentario
Por
medio del ígneo proceso y de la lucha que le llegan al individuo por la
influencia que ejerce el regente planetario Marte, el Dios de la Guerra, tiene
lugar la purificación necesaria. Esta purificación, a través de la visión,
llega al hombre evolucionado por medio de la actividad del regente subjetivo
del planeta, Mercurio, principio iluminador que libera la mente, indica el
camino que debe seguir el hombre durante la vida y le permite ser consciente
del Plan divino, que fundamenta toda su ígnea experiencia.
2. Escorpio produce oportunamente la muerte de la personalidad, de lo
cual nos ocuparemos más adelante, cuando consideremos este signo. Esotérica y
exotéricamente, Escorpio es el signo de la muerte y de la inhumación en la
tierra, del descenso a las profundidades, para ascender nuevamente a las
cumbres (la cima de la montaña en Capricornio). En algunos libros muy antiguos
se dice que “el calor de la tierra, la madre, y la picadura del escorpión, son
los dones benéficos que la rueda al girar proporciona al hombre al comenzar y
al finalizar”. Cuando estos dones son aceptados y utilizados conducen al hombre
a la liberación y oportunamente lo liberan del control y el sufrimiento de la
Cruz Fija.
3. Piscis trae la renunciación o la muerte de todas las influencias
que sujetan al hombre a la rueda del nacimiento y su liberación del control de
la Cruz Mutable o Común.
Es
interesante observar que cada uno de estos tres signos de la muerte se halla en
una cruz distinta:
a. Aries La Cruz
Cardinal.
b. Escorpio La Cruz Fija.
c. Piscis La Cruz
Mutable.
Las
influencias de estos tres signos producen “las tres designadas y necesarias
muertes” en la vida del ser humano. Me refiero a los signos, independientemente
de sus regentes planetarios. Hay algo en esa energía que afluye a través de
estos signos, que determina previamente un proceso de cristalización y la
destrucción eventual de algún tipo de control ejercido por la forma. El Antiguo
Comentario expresa estas ideas en los términos siguientes:
“El
fuego ardió y por medio de ese fuego he muerto a la vida y nací a la muerte.
Nuevamente he muerto para la forma”. (Aries)
“El
calor de la tierra, el temperamento ardiente de la madre, destruyó la forma,
liberó al alma, y mató al yo inferior”. (Escorpio)
“Las
aguas ahogaron al hombre. El pez desapareció. Luego reapareció y sólo para
morir, o sino para morir y traer la salvación”. (Piscis)
Tenemos
aquí, simbólicamente, la muerte por medio del fuego, la muerte por medio de la
tierra y la muerte por medio del agua -quemado, asfixiado y ahogado-, pero en
este ciclo mundial no se conoce ni se comprende la muerte por medio del aire.
Por lo tanto no existen cuatro muertes, porque la meta de nuestro sistema,
durante la manifestación, es “la iniciación o la liberación por medio del
aire”, para que el pájaro de la vida, surgido del tiempo y el espacio, pueda
volar libremente. El concepto que tiene la Ley de Correspondencia sobre la
muerte final está implícito en las palabras liberación, renunciación e
iniciación ultérrimas, lo cual poco significa para la humanidad, pues concierne
al Logos planetario y a Su ciclo de vida. Estas tres muertes las sufre el
hombre, el individuo y la entera familia humana, liberando al alma para que entre
en tres grandes centros planetarios:
1. La muerte por inmersión, o por las aguas de Piscis, libera al
hombre para que entre en ese gran centro que llamamos Humanidad, allí adquiere
experiencia. He aquí el misterio de las diosas-peces de este signo, que desovan
continuamente sus hijuelos.
2. La muerte por asfixia en Escorpio, libera al hombre para que entre
en ese centro planetario, denominado la Jerarquía.
3. La muerte por el fuego, o la ardiente muerte en Aries, libera al
hombre para que entre en otro centro denominado Shamballa.
Queda
mucho por extraer de estas ideas ¿ no es verdad?, ofrecidas como
consideraciones sugestivas e insinuaciones relacionadas con la Ciencia de los
Triángulos, la base esotérica de la astrología, así como la doctrina de la
trinidad (micro y macroscómica) es la base esotérica del ocultismo. Por lo
tanto hay tres clases de muerte. Esta ciencia de morir divinamente subyace en
la bien conocida frase: “El Cordero sacrificado desde la fundación del mundo”.
Cuando la relación entre Aries, Escorpio y Piscis sea comprendida adecuadamente
(como vinculación y fusión de las tres cruces), una nueva luz será arrojada
sobre las ciencias subsidiarias -esotéricas y exotéricas. Se esclarecerá la enseñanza
dada en La Doctrina Secreta sobre las mónadas reencarnantes denominadas los
Sacrificios divinos, los Señores del Conocimiento, de la Voluntad y del
Sacrificio. Estas mónadas, nosotros mismos, son los Señores de la Incesante y
Perseverante Devoción -devoción hasta la muerte.
También
aquí es interesante observar que a través del planeta regente Marte, el hombre
común, nacido en este signo, está relacionado con Escorpio; así la Cruz
Cardinal está relacionada con la Cruz Fija. De esta manera se pueden observar
puntos de crisis cuando el horóscopo es considerado desde este ángulo. También
Aries está relacionado al nacimiento, por medio de Mercurio, que rige
esotéricamente a Aries y también a Virgo, de quien Mercurio es el regente
exotérico. Además por medio de Urano, Aries está relacionado con Acuario, el
signo del servicio mundial que conduce a la muerte y a la liberación en Piscis.
Urano
es el planeta a través del cual fluye la energía zodiacal, en relación con las
Jerarquías creadoras de nuestro planeta desde una de las estrellas de la Osa
Mayor. La astrología esotérica trata de estas relaciones, y por medio de ellas
puede ser captado lo universal y comprender lo particular. El ser humano,
debido a sus eventuales y reconocidas relaciones grupales, es más importante
que lo que aparenta ser en su vida individual, y esto trata de elucidarlo el
horóscopo ortodoxo, que determina únicamente su insignificante destino y sino.
La astrología esotérica indica su utilidad grupal y el alcance de su conciencia
potencial.
Recordaré
que al dar al Sol o a la Luna como regentes de un signo, me refiero
frecuentemente a uno de los planetas ocultos, Urano o Vulcano. Éstos son
empleados indistintamente y resulta difícil decir a qué planeta esotérico se
refiere, a no ser que ya estén informados. A ello se debe mi anterior
referencia a Urano.
Respecto
a Aries, que es el agente principal, o expresa el primer Rayo de Voluntad o
Poder, el rayo destructor, podría decirse que la energía de primer rayo
proviene del Prototipo de la Gran Osa Mayor, que se transmuta en la fuerza y la
actividad del Logos planetario de primer rayo y se desarrolla como Su triple
actividad, guiado por tres planetas regentes -Marte, Mercurio y Urano.
Marte
personifica la fuerza de sexto rayo y conduce al idealismo y, frecuentemente,
al fanatismo destructor, la lucha, la contienda, la guerra, el esfuerzo y la
evolución. La idea de Dios en Aries se convierte en plan concreto en
Capricornio, aunque ese objetivo sea el pleno florecimiento de la vida
planetaria en todas sus formas, la ambición de la personalidad que desarrolla
sus propias ideas y ambiciosos proyectos mundanos, o la aspiración espiritual
(ambición mundana trasmutada en su aspecto superior) del iniciado que trata de
llevar a cabo los planes de Dios y desarrollarlos como si fueran propios. En
todos los casos, Marte conduce al campo de batalla en Escorpio.
Mercurio
personifica la energía de cuarto rayo y eventualmente lleva al hombre alrededor
de la rueda de la vida y, por medio del conflicto, puede llegar a obtener la
armonía. Mercurio ilumina la mente y es el mediador entre el alma y la
personalidad y el Mensajero de los Dioses. Esta mediación produce, en el primer
caso, una inevitable oposición entre los pares de opuestos y un dilatado
conflicto, conflicto que finalmente termina en una victoria y se desvanece la
ilusión por medio de la iluminación de la mente inferior. En la literatura
esotérica se dice con frecuencia que Mercurio y el Sol son uno. El Sol es el
símbolo del Hijo de Dios, el mediador entre el Padre-Espíritu y la
Madre-Materia. Por lo tanto, Mercurio guía a Aries hacia Virgo (nuevamente
hablando en forma simbólica) donde la idea o la Palabra de Dios comienza a
tomar forma y, en consecuencia, la vida latente en Aries lleva a la “crisis de la
hora del nacimiento”, previamente al nacimiento del Cristo, cósmicamente
considerado, aunque el nacimiento del Cristo individual tiene lugar en
Capricornio al finalizar el necesario período de gestación.
Urano
personifica la energía del séptimo rayo y su trabajo es análogo al de Mercurio,
porque dicho rayo relaciona espíritu y materia y une el fuego eléctrico y el
fuego por fricción, trayendo la manifestación. Urano lleva al alma hacia la
tierra ardiente durante las etapas finales del Sendero, cuando el fuego de
Aries y los fuegos engendrados por la potencia de Urano producen el calor
llameante de la última tierra ardiente. El iniciado debe atravesar finalmente
esta tierra ardiente. Urano rige el Camino oculto y, en sentido esotérico, está
vinculado con el Hierofante de los Misterios de la Iniciación.
Por
lo tanto, en relación con Aries y la vida del alma, que allí se manifiesta
subjetivamente, tenemos ciertos signos afines donde el alma, en manifestación
objetiva, pasa a través de crisis peculiares y definidas:
1. La crisis del campo de batalla conduce a la batalla culminante en
Escorpio y a la liberación para entrar en la vida en Capricornio, el lugar de
las iniciaciones superiores después de la reversión de la rueda.
2. La crisis del lugar del nacimiento en Virgo, efectuada a través de
la actividad de Mercurio, conduce por intermedio de Leo, al nacimiento del
Cristo en Capricornio. El individuo consciente del yo en Leo llega a ser
iniciado consciente del Cristo en Capricornio.
3. La crisis de la tierra ardiente, producida por la actividad de
Urano. Se penetra en ella por libre elección del iniciado, que lo decide en
Libra, el punto de equilibrio, donde comúnmente llega el momento de revertir la
rueda. Allí debe decidir sí continúa como es común o de acuerdo a la costumbre,
o revierte la rueda para pasar a través de la tierra ardiente hacia la
liberación. Libra es el polo opuesto de Aries y, en consecuencia, están
estrechamente relacionados.
Observarán
que los rayos que están relacionados o se expresan a través de Aries, están
curiosamente equilibrados. Los rayos 1ro. y 7mo. constituyen lo superior y lo
inferior, por eso exigen el punto de equilibrio en la rueda que proporciona
Libra. Los rayos 6to. y 4to. llevan la energía del segundo rayo, el principal
rayo constructor, a ese proceso equilibrador, que capacita al hombre para
construir de nuevo y proveerse de un cuerpo espiritual de manifestación.
Llamaré
la atención sobre el hecho de que, por medio de Urano, Aries se relaciona con
Acuario. En los nebulosos comienzos de Aries, el tenue surgimiento de las ideas
latentes personificadas -después del girar de la rueda en dos direcciones- ha
traído la liberación en Capricornio y también al servidor del mundo en Acuario,
que voluntariamente permanece sobre la gran rueda (empleando la Cruz Cardinal
como signo condicionante), quedando así dentro de su esfera de influencia a fin
de ayudar a la humanidad a liberarse de la Cruz Fija.
En
la trayectoria zodiacal hay cuatro signos y son: nacimiento, iniciación y
renovada realización cíclica:
1. Aries, es el “lugar del nacimiento de las Ideas divinas”, aunque
estas ideas sean almas traídas a la encarnación y controladas por Marte -hasta
llegar al punto de reorientación y ser sensibles a la influencia de Mercurio-,
o el nacimiento de las ideas de Dios en forma de planes jerárquicos, a los
cuales llega a ser sensible el iniciado.
2. Cáncer, es el “lugar del nacimiento a la vida de la forma”, la
puerta para entrar en la encarnación física. Es el signo en que nace la
humanidad como una unidad totalmente integrada, el lugar en que surge el cuarto
reino de la naturaleza. La humanidad ha “surgido de la roca y del agua y trae
con ella su morada” (como lo expresa El Antiguo Comentario) y la conciencia
instintiva masiva viene a la existencia. Observen esta frase.
3. Leo, es el “lugar del nacimiento del individuo”, el advenimiento a
la forma del hombre autoconsciente individual, surgiendo de la masa y del
rebaño en Cáncer, siendo sustituidos por la conciencia instintiva y la
autoconciencia y por un sentido de responsabilidad de índole individual.
4. Capricornio, es el “lugar del nacimiento del Cristo”; el lugar del
“segundo nacimiento” y el escenario para el surgimiento del quinto reino de la
naturaleza, en el momento adecuado. En este signo el iniciado obtiene una
percepción espiritual, que más tarde se manifiesta en Acuario y en Piscis como
el hombre, el trabajador mundial, y el hombre, como el salvador mundial -ambos
con una misión universal.
Insinuaciones
como éstas ayudarán al astrólogo del futuro a determinar el tipo de horóscopo
que deberá confeccionarse. Surgirán dos preguntas, las cuales requerirán
respuestas razonadas:
1. El sujeto ¿ es una personalidad que progresa dando vueltas y
vueltas alrededor de la rueda, perfeccionando la conciencia del yo,
desarrollando una plena personalidad por medio de la experiencia y la actuación
de la Ley del Karma, sujeto a la Gran Ilusión, y llegando oportunamente a la
cumbre de la ambición personal en Capricornio?
2. ¿ esa persona comienza a manifestarse como alma, proyectando luz a
través de la densa niebla de la ilusión y preparándose para pruebas mayores en
Escorpio, a las cuales les seguirá la iniciación en Capricornio?
Preguntas
subsidiarias serían por ejemplo: ¿ Para qué muerte se está preparando el
hombre? ¿ Se aproxima a una inminente crisis que indicaría un nacimiento en
algún nuevo estado de conciencia? Sin embargo, la pregunta crucial a ser
determinada en cada caso es ¿en qué dirección progresa el hombre alrededor de
la rueda de la vida? El horóscopo ortodoxo concierne a la vida de la
personalidad, y la forma está atada a “la rueda de la vida cuando gira de
derecha a izquierda” (de Aries a Tauro vía Piscis), pero el alma está atada a
la rueda a medida que gira de izquierda a derecha de Aries a Piscis vía Tauro.
Este movimiento antagónico de la rueda constituye el “girar sobre sí mismo
(según lo expresa La Biblia), y conduce al conflicto que se libra en la vida
individual de la humanidad y la vida del planeta. En las primeras etapas de la
evolución y en la Cruz Mutable, la conciencia está totalmente identificada con
la vida de la forma y con la vida de la autoconciencia, autoconservación y
autoenriquecimiento. Viene entonces un intervalo en que esta conciencia empieza
a trasformarse en conciencia de grupo, identificándose con el alma y su
propósito. La experiencia de la Cruz Fija abarca este período. Pudiera
señalarse aquí que las experiencias de las tres Cruces tienen un significado
masónico y tendrían vinculación con la Logia Azul:
a. La Cruz Común El
grado E .. A..
b. La Cruz Fija El grado F
.. C..
c. La Cruz Cardinal El grado M .. M ..
Mucho
saldrá a la luz sobre la masonería cuando sus implicaciones astrológicas sean
estudiadas y comprendidas. Mucho también será revelado acerca de la vida y del
propósito individuales cuando el destino de ciertos planetas (en los distintos
signos del zodíaco) sean correctamente investigados y captados, e interpretados
sus significaciones simbólicas. Por ejemplo, es bien conocido, teórica y
matemáticamente que:
1. El Sol está exaltado en Aries. El Sol representa aquí la vida del
espíritu, que se expresa plenamente como resultado del gran proceso evolutivo
iniciado en Aries. La vida de Dios, que en este signo es “impelida a la
actividad”, llega oportunamente a su consumación. La latencia se convierte en
potencia y la media noche se fusiona en el mediodía. Dios, el Padre, rige.
2. El poder de Venus disminuye en este signo, el cual es perjudicial
para Venus. La razón de ello se debe a que el Sol está exaltado y resplandece
en toda su gloria, las otras luminarias menores se desvanecen. Así como la
personalidad se pierde de vista en la luz del alma, el Ángel solar, así también
desaparece el alma y su poder de radiación cuando la Presencia, que hasta ahora
se ha ocultado, aparece y domina la escena al finalizar el gran ciclo mundial.
Se dice que las mentes encarnantes, seres humanos, y los Ángeles solares, vinieron
originalmente de Venus, y a su vez ceden su lugar a la Mónada, el UNO. La mente
da lugar a la intuición y la razón a la percepción pura.
3. Saturno “cae” en Aries. Esto tiene dos significados, porque es un
signo dual. Primero: Saturno es el Señor del Karma, el que impone la
retribución y demanda el pago de todas las deudas, por lo tanto, nos condena a
la lucha por la existencia, tanto desde el aspecto forma como desde el aspecto
alma. Por eso Saturno cayó cuando el hombre vino a la procreación. Saturno “siguió
a los hijos de los hombres hasta el lugar inferior que ellos ocupaban”.
Segundo: el poder de Saturno termina totalmente y su trabajo queda realizado
cuando el hombre (el hombre espiritual) se ha liberado del karma o del poder de
las dos cruces, la Común y la Fija. Esotéricamente Saturno no puede seguir al
hombre hasta la Cruz Cardinal.
Mucho
podría elaborarse sobre esto, pero lo antedicho dará el indicio del significado
esotérico de estos tres acontecimientos en cada signo. También mucho podrá indicarse
respecto al hombre cuyo horóscopo se está confeccionando.
Los
decanatos pueden también ser tratados de dos maneras, según la dirección que el
hombre sigue, en forma simbólica, en la rueda y entra por lo tanto en el signo.
Si entra en Aries cuando está sobre la Cruz Común, estaría bajo la influencia
de Marte, el Sol y Júpiter, según Sefarial. Esto significa conflicto,
revelación y satisfacción del deseo y ambición, a medida que transcurren los
eones. Cuando se reorienta y asciende a la Cruz Fija, está bajo la influencia
de Júpiter, el Sol y Marte, porque el iniciado y el discípulo culminan su
carrera en cualquier signo y finalmente deben librar una predominante lucha y
batalla. Advertiré que Alan Leo tenía una vislumbre del significado interno de
los decanatos cuando asignó a Marte, al Sol y a Venus, en los tres decanatos.
Hizo contacto con la verdad de la interna reversión subjetiva sobre la rueda,
que trae otras energías e influencias, al sustituir a Venus por Júpiter. La
mente y el corazón deben estar coordinados y puestos en actividad cuando la
gran reversión tiene lugar.
Hemos
visto que Aries es el signo de los comienzos -el comienzo del proceso creador,
el primer paso del alma (el microcosmos del ya iniciado macrocosmos) hacia la
encarnación; el comienzo de los repetidos y constantes ciclos de experiencia,
el período en que el alma cambia su dirección, propósitos y métodos y,
finalmente, inicia ese proceso definitivamente definido que se denomina
regeneración e iniciación espirituales. Existen cuatro palabras de importancia
vital, que marcarán los cambios conforme vayamos estudiando el sendero de
evolución o el progreso del alma, alrededor de la gran rueda, como personalidad
y discípulo, que se dirige hacia el proceso final de liberación. Estas cuatro
palabras expresan los impulsos y móviles subjetivos e introducen en realidad
cuatro ciclos diferentes de progreso sobre el sendero, en sus diversas etapas,
desde la individualización a la iniciación, y son:
1. La recreación, en la cual la influencia de Cáncer, combinada con
la de Aries, produce el impulso para encarnar en el plano físico.
2. La regeneración, en la cual la creciente influencia de la Cruz
Fija, actuando sobre la Cruz Mutable, produce esos cambios internos que
eventualmente llevan a
3. La reorientación, o el gran ciclo de repolarización que tiene
lugar a través de la influencia de Libra (la Cruz Cardinal) y “la desviación
del Toro en la mitad de su carrera”, según se expresa en los libros antiguos.
Este proceso de reorientación lleva a transitar alrededor de la rueda, donde
firme y constantemente el hombre interno subjetivo se manifiesta en la
expresión externa y la personalidad retrocede a segundo plano. Finalmente,
siguen doce vidas donde es experimentada la etapa final de
4. La Renunciación, y el discípulo o iniciado renuncia a todo por
amor a la humanidad y para prestar servicio, ofrendándose en el altar del
sacrificio, obteniendo como resultado, la liberación final.
Esta
liberación, en realidad, se produce doce veces; porque la liberación, la
victoria y el triunfo deben ser experimentados en cada signo, así como el
cautiverio, la derrota y el fracaso fueron experimentados en todos los signos
del Zodíaco mientras el hombre actúa como personalidad. Estas cuatro palabras y
su significado, fundamentan todo cuanto diré sobre la experiencia dual en la
gran rueda de la vida. Quisiera que lo retengan en la mente.
Al
recorrer el gran ciclo de Aries a Tauro, el hombre penetra nuevamente en el
signo de Aries por el potente impacto de Tauro, que en esta etapa de
desenvolvimiento nutre su ardiente deseo por obtener, en la encarnación física,
ventajas materiales y constantes adquisiciones mundanas. Después de un período
de recreación pasa a encarnar en Piscis y empieza otra vez la gran ronda de la vida
manifestada, pues Piscis es el océano donde él es “el pez” controlado por las
leyes de la sustancia, o existencia material. En la grande segunda etapa pasa
de Aries a Tauro, porque el fin ha transmutado el deseo en aspiración. Después
de haber comprobado su lealtad al ideal de la vida espiritual en los signos
intermedios, pasa nuevamente a Piscis, haciéndolo en dirección opuesta a su
procedimiento usual, adquiriendo el derecho de ascender a la Cruz Cardinal de
los Cielos, el poder de recibir la última iniciación planetaria y el privilegio
de entrar en uno de los siete senderos, a los que me he referido en otros
libros, lo cual oportunamente le concede “plena libertad en los siete sistemas
solares”, denominada así para distinguirla de “la libertad de las siete esferas
planetarias”, que la experiencia de la iniciación le ha garantizado después de
un proceso de intenso entrenamiento en cualesquiera de las escuelas planetarias
(de acuerdo a su tipo de rayo) y al sendero del servicio elegido.
Por
lo tanto observarán la significación que encarnan las dos palabras clave del
signo Aries:
1. “Y el Verbo dijo: Busquen nuevamente la forma”. El hombre.
2. “Surjo y desde el plano de la mente rijo”. El iniciado.
La
experiencia conduce a la regencia y el hombre que en este signo es fuerza
personificada de primer rayo, desarrolla el poder de organizar, controlar las
fuerzas, particularmente la energía de la muerte, y el poder de destruir
aplicado con amor, de dominar las multitudes, de colaborar con el plan y de
aplicar la Voluntad, guiando y dirigiendo en forma debida y correcta los
asuntos planetarios.
Antes
de ocuparnos de los once signos restantes del zodíaco, y a fin de proporcionar
una estructura sólida sobre la cual erigir la nueva astrología, por cuyo medio
pueden captar el procedimiento dual del alma alrededor de la gran rueda, diré
que la expuesto sobre Aries volverá a ser tratado cuando consideremos los otros
signos. Hallarán que he indicado las significaciones y algunas verdades que
están vinculadas a:
1. La nota clave de los signos. Ésta expresa el efecto fundamental
producido en el hombre, cuando progresa en una de las dos direcciones.
2. La naturaleza de la Cruz, sobre la cual el hombre está crucificado
en un determinado momento.
3. La influencia de los regentes planetarios -ortodoxos o esotéricos.
4. Los rayos que se expresan principalmente a través de determinado
signo; la clave para saber en qué signo se expresan puede ser hallada en lo que
al rayo de la personalidad concierne, en el regente planetario exotérico, y en
lo que al alma respecta, en el regente planetario esotérico.
5. Las cualidades del signo y las del hombre nacido bajo determinado
signo.
6. La interacción entre un signo y su polo opuesto.
7. Los planetas que están exaltados o en detrimento, o caen en un
signo particular; un estudio de ello indicará las tres faces del Sendero con su
correspondiente ciclo evolutivo, a fin de introducirse cada vez más en la
materia o en la vida de la Cruz Mutable; el intervalo de reajuste, o la lucha
por la liberación, que conduce a ascender a la Cruz Fija, y el período de
liberación, o su final ascensión a la Cruz Cardinal.
8. La significación de las palabras clave del método de progresa a
través de los signos.
9. El terna subyacente, en cualquier signo zodiacal especifico, lo
abarcan las ideas de recreación, regeneración, reorientación y renunciación.
Antes
de tratar este tópico, respecto a Piscis, quisiera aclarar uno o dos puntos.
Consideraré algunos problemas a medida que surgen en la conciencia de los
investigadores y estudiantes, porque es imposible tratarlos simultáneamente en
las observaciones preliminares. La confusión producida sería casi insuperable
en la mente del investigador. Poco a poco trataremos los diversos puntos
debatibles, y si tienen paciencia y evitan llegar a conclusiones parciales, el
cuadro de la nueva astrología comenzará a emerger con mayor claridad. Por ahora
el reajuste de las ideas produce una temporaria e inevitable confusión.
Una
de las preguntas que surgen normalmente fue expresada por un estudiante
interesado en astrología. Aceptada la inevitabilidad de que un hombre invierte
oportunamente el tránsito a través de los doce signos, ¿ en qué momento y signo
se invierte el Sol? ¿ En qué punto, en el recorrido del zodíaco, puede tener
lugar la reversión del Sol?
A
no ser que se posea algún conocimiento sobre la naturaleza de esa gran ilusión
de la constitución del Sol, será difícil comprender el significado de mi
respuesta. El Sol a que se refieren es el Sol físico y su aparente recorrido en
el cielo. Esta apariencia no cambiará externamente, y -he aquí lo importante de
esta afirmación- el verdadero Sol bajo el cual nuestra vida planetaria actuará
eventualmente y al cual responderá, es el Corazón del Sol. Cuando dicho corazón
ejerza control, entonces el hombre espiritual vivirá simultáneamente una vida
dual (problema del hombre iluminado por el alma y por la luz del día) que
implicará nuestras aparentes experiencias y situaciones y nuestra percepción
espiritual interna del alma. La personalidad seguirá respondiendo a las
influencias que le llegan del Sol físico, pero las actividades de la vida y la
experiencia subjetiva del hombre interno serán condicionadas por las energías
que le llegan del “Corazón del Sol”. Quisiera recordar que la enseñanza de la
Sabiduría Eterna impartida en La Doctrina Secreta, que también detallé en
posteriores libros, de que el Sol debe ser descubierto y conocido en su triple
naturaleza, es triple como la Trinidad. La siguiente clasificación puede servir
para aclarar más esta idea:
1. El Sol físico Forma Personalidad Ejerce
influencia sobre la Cruz
Mutable.
2. El Corazón del Sol Conciencia
del Alma Ejerce influencia sobre la
Cruz Fija.
3. El Sol Central espiritual Vida Ejerce influencia
sobre la Cruz
Cardinal.
Con
la palabra influencia me refiero a las energías que afluyen a nuestro planeta
desde estos tres aspectos del Sol a través de las tres Cruces. Reflexionen
sobre ello y recuerden que nuestro Sol se desplaza a través del espacio (y
arrastra consigo a nuestro sistema solar en su esfera de influencia) alrededor
de nuestra estrella central condicionante, que según se presume está situada
correctamente en la constelación de Tauro, el Toro, en las Pléyades. Desde el
punto de vista de nuestro planeta, parece que pasa también a través de los doce
signos del zodíaco; éste es un símbolo macrocósmicamente considerado desde el
punto de vista dramático y centralizado del ser humano individual, el
microcosmos. Resulta interesante comparar el simbolismo y la verdad subyacente,
vinculados con los zodíacos mayor y menor y con sus ciclos de doce meses y de
25.000 años. Ello verifica gran parte de lo que he impartido sobre el alma,
influida oportunamente por los planetas esotéricos, y la personalidad, influida
por los planetas ortodoxos. El zodíaco mayor simboliza al alma, y el menor a la
personalidad. En el ciclo de la personalidad el zodíaco menor condiciona el
curso de ésta y las doce casas planetarias son de importancia predominante. Más
adelante, la influencia ejercida por los doce signos reemplaza a la influencia
de los planetas.
También
quisiera subrayar -quizás innecesariamente- que Sirio, la Osa Mayor y Las
Pléyades, actúan por medio de las doce constelaciones, ejerciendo en particular
su influencia a través de nueve de ellas, pero estas constelaciones mayores no
forman parte del zodíaco que nos concierne. Conjuntamente con los siete
sistemas solares, de los cuales el nuestro es uno, constituyen las diez
constelaciones vinculadas a un zodíaco aún mayor, que no está condicionado por
la significación numérica del número doce. Por eso al número diez se lo
considera el número de la perfección. Existe mucha confusión en las mentes de
algunos estudiantes que tienen poco conocimiento sobre este punto -considerado
astrológicamente.
Será
difícil quizás comprender que el proceso involutivo de todos los reinos de la
naturaleza está relacionado con el tránsito del alma (en este caso es el ánima
mundi o del mundo) de Aries a Piscis vía Tauro, pero no viceversa. El ánima
mundi procede de este modo en el arco involutivo y no como lo hace la
personalidad. El ánima mundi al término de cada gran ciclo pasa a Piscis y no a
Tauro. Emerge a la manifestación externa en Cáncer, el signo de la masa o vida
grupal, actividad de la masa o grupal; su difusa conciencia aún no se ha
individualizado, como lo ha hecho la conciencia del hombre. Cuando el alma del
mundo entró en Cáncer, después de haber progresado alrededor de la gran rueda,
y llegó el momento para que se manifestara la cuarta Jerarquía Creadora a
través del cuarto reino de la naturaleza, tuvo lugar la reversión y desde
entonces continuó como hasta ahora. Debe recordarse enfáticamente que estamos
estudiando únicamente el progreso del hombre, el hombre individualizado, y sus
reacciones a las influencias zodiacales y planetarias y, también sus reacciones
mentales y emocionales a la gran ilusión y a la realidad espiritual, a medida
que ambas actúan en su vida objetiva y subjetiva. Debemos considerar en un
sentido más amplio, la influencia del zodíaco y los planetas, sobre:
1. El espíritu de la Tierra, personificación del planeta físico y la
suma total de todas las formas de vida en todos los reinos de la naturaleza,
estas son expresiones del ánima mundi o del alma del mundo.
2. La humanidad, el hombre individualizado y, finalmente, el hombre
iniciado, personificación del alma humana o ego; diferenciación del alma del
mundo, que se expresa como una personalidad (una analogía del espíritu del planeta)
y finalmente como un alma espiritual (la analogía del Logos planetario).
3. El Señor del Planeta, una de las grandes vidas o Hijos de Dios,
considerado hoy como “un Dios imperfecto”, en lo que concierne a nuestro
planeta y, sin embargo, realmente perfecto desde el ángulo de la humanidad.
La
triple división anterior expresa los tres aspectos mayores de la antigua y
esotérica ciencia de la astrología y sus tres divisiones, que estudia hoy la
Jerarquía. Porque la humanidad perdió la conciencia que permite hacer contacto
con el espíritu del planeta (conciencia subhumana, base del animismo) y por no
haber desarrollado aún la conciencia que le permite entrar en la Vida y la
Mente del Logos planetario, la humanidad se ha ocupado únicamente de la segunda
división, y esto lo ha hecho en su aspecto inferior.
Ahora
podríamos ocuparnos de otros dos puntos, que para comprenderlos tendrán que
aceptar mis afirmaciones, por lo menos como hipótesis temporarias, puesto que
no están en condiciones de conocerlas como verdades. La astrología exotérica ha
dicho, y esto es ampliamente aceptado, que Vulcano, Urano, Plutón y Neptuno, no
rigen signos, sólo tienen afinidad con ellos. Me ocupo de esto porque vamos a
considerar al planeta Plutón en relación con Piscis. Esta afinidad es sólo una
verdad parcial y temporaria desde el punto de vista del astrólogo moderno. Su
existencia sólo ha sido supuesta o descubierta hace dos o tres siglos, aunque
la Jerarquía siempre lo ha sabido. Ya he dado los signos que ellos rigen y la
astrología del futuro aceptará mi afirmación y trabajará con dichos planetas.
Primitivamente en la historia humana se tuvo que aceptar hipotéticamente el
hecho de Marte y Mercurio como regentes de signos zodiacales y después se
comenzó a comprobar la exactitud de la hipótesis. La astrología antigua era
evidentemente incompleta; pero hasta que el hombre respondió en forma
manifiesta a las influencias que le llegaban, por ejemplo, de Urano o Plutón,
las cuales afectan la vida del alma mucho más que la de la personalidad, no
fueron descubiertas, excepto por los esotéricos entrenados. La humanidad
responde hoy rápidamente a las influencias espirituales más elevadas y, por lo
tanto, podemos esperar que se vayan descubriendo cada vez más fuerzas sutiles.
PISCIS,
LOS PECES
Este
signo es también dual. En Aries tenemos la dualidad vinculada a la unión del
espíritu y la materia, durante la gran actividad creadora de la manifestación,
al comenzar el ciclo evolutivo, mientras que en Piscis tenemos, en lo que al
hombre concierne, la fusión o combinación del alma y la forma, produciendo la
manifestación del Cristo Encarnado, el Alma individual perfecta, la
manifestación completa del macrocosmos. Así los polos opuestos mayor y menor
-el ser humano y Dios, el micro y el Macrocosmos- son llevados a su
manifestación y expresión designadas. Hasta que el hombre no se acerque a la
meta, estas palabras significan muy poco, aunque un estudio dual del signo
Piscis puede revelar muchas cosas que serán significativas y sugestivas. La
meta de la Deidad, el surgimiento del Plan de Dios y la naturaleza de Su eterno
propósito, constituyen para nosotros un tópico de interesantes conjeturas.
Existe la posibilidad de que este plan y propósito sean muy diferentes de lo
que suponemos, lo cual está basado en nuestra formulación de una Deidad que es
producto de nuestros procesos mentales, del fervoroso idealismo (dos de los
tres aspectos de la naturaleza de la personalidad) y del intento de interpretar
Sus infinitos propósitos en términos de nuestra condición finita. Tengamos esto
siempre presente. El mecanismo de la divina percepción aún no ha sido
desarrollado en la familia humana y sólo es utilizado en cierta medida por el
iniciado de tercer grado. La dualidad de Piscis debe ser estudiada en relación
a sus tres notas clave:
1. Esclavitud o cautiverio.
2. Renunciación o desapego.
3. Sacrificio y muerte.
Durante
el primer ciclo de experiencia el alma está cautiva en la sustancia; ha
descendido a la prisión de la materia y se ha vinculado con la forma. De allí
el símbolo de Piscis formado por dos peces, unidos por una franja. Un pez
representa el alma, el otro la personalidad o naturaleza forma, y hallándose
entre ellos el hilo o sutratma, el cordón plateado, que los mantiene ligados entre
sí, durante todo el ciclo de vida manifestada. Más adelante y sobre la rueda
que gira a la inversa, la personalidad es cautivada por el alma; pero durante
largos eones la situación es a la inversa, el alma es la prisionera de la
personalidad. Esta esclavitud dual llega a su fin cuando se produce lo que
llamamos la muerte final, y el aspecto vida se libera totalmente de la forma.
Deberán también recordar que el alma es una forma desde el punto de vista de la
Mónada, aunque una forma mucho más sutil que la que conocemos en los tres
mundos de la evolución humana. Hay además una renunciación dual, a la cual se
refieren estas palabras clave, pero ante todo el alma renuncia a la vida y a la
luz de la Mónada, su origen (simbolizado por la frase “el Hogar del Padre”), y
desciende al océano de la materia; entonces, revirtiéndose, el alma renuncia á
la vida de la forma, el centro de la personalidad. El alma se desapega
conscientemente de la Mónada, el Uno, y actúa desde su propio centro, creando
nuevos y materiales apegos. Más tarde, después, sobre la rueda invertida, se
desprende de la personalidad y vuelve a apegarse conscientemente a Aquel que la
envió. Tal es la culminante historia de Piscis. Los Señores de Voluntad y
Sacrificio descendieron a la manifestación, sacrificando su elevada posición y
oportunidades en los planos superiores de la manifestación, a fin de redimir la
materia y elevar a Su propio nivel, las vidas que la animan (las Jerarquías
Creadoras inferiores) debido a que constituyen la cuarta Jerarquía Creadora.
Tal el propósito subjetivo que fundamenta el sacrificio de estas vidas divinas,
que somos esencialmente nosotros mismos, cualificadas por el conocimiento, el
amor y la voluntad, y animadas por una perenne y perseverante devoción. Tratan
de producir la muerte de la forma, en su significado ocultista, y la
consiguiente liberación de las vidas que moran en ella, para llevarlas a un
estado superior de conciencia. Todos los Salvadores del mundo -pasados,
presentes y futuros- son el símbolo manifestado y la garantía eterna de este
proceso. En reconocimientos como éstos debe buscarse la fuente principal de la
vida de servicio. Las personas nacidas en este signo prestan frecuentemente
servicio a la raza y proveen sus necesidades en algún nivel de conciencia. De
tal manera se preparan para el sacrificio final en Piscis, el cual “los absorbe
nuevamente en su móvil original” como lo expresa El Antiguo Comentario. Es por
esta razón que la vida de servicio y la intención orientada hacia él,
constituyen un modo científico de lograr la liberación. En Acuario, el signo
del servicio mundial, se aprende finalmente la lección que en Piscis trae al
Salvador mundial. De allí mi constante insistencia sobre el servicio.
Cuando
el hombre individual entra en su ciclo de encarnaciones y emerge en el signo de
Cáncer, que se halla en la Cruz Cardinal, asciende metafóricamente a la Cruz
Mutable y empieza su largo aprisionamiento en la forma, y debe aprender las
lecciones de la servidumbre, continuando el aprendizaje hasta que ha
transformado la servidumbre en servicio. Alterna entre los pares de opuestos,
desde el ángulo emocional astrológico y desde el punto de vista de los cuatro
brazos de la Cruz Mutable. El temperamento sensible y fluido en Piscis
-mediumnímico y polarizado síquicamente- debe estabilizarse en Virgo, donde se
logra la introspección mental y el análisis crítico, que sirven para impedir la
fluidez de Piscis. Ambos signos se equilibran mutuamente. Podríamos estudiar el
proceso dual que se efectúa en la Rueda mediante la Cruz Mutable, de la cual
Piscis forma parte, y es:
1. Piscis - El que inicia aquí el camino de la vida, lo hace con esa
receptividad material que le permitirá responder a todo contacto durante el
ciclo de manifestación. En esta etapa es negativo, fluido y está dotado de una
conciencia instintiva que contiene en sí la potencialidad de la intuición, pero
su simiente está aletargada. La mente, el instrumento de recepción de la
intuición, no ha despertado aún en esta etapa.
2. Sagitario - El hombre común comienza aquí a demostrar la tendencia
a centralizarse más y la fluidez y la negatividad de Piscis se concentran en
lograr lo que desea. El hombre demuestra instintos egoístas centralizados, y
aunque posea trato amistoso y bondadoso, lo hace por que desea la popularidad,
lo cual es una buena expresión del sujeto individual sagitariano y manifiesta
la tendencia del alma a convertir todo mal en bien. Las lecciones de la vida se
van aprendiendo y el experimento prosigue.
3. Virgo - El Hombre que era fluido en Piscis y emocionalmente
egoísta y pleno de deseos en Sagitario, empieza a centrarse más intensamente y
a razonar y pensar. El alma latente está llegando a ser internamente activa,
llevando a cabo un proceso de germinación y el hombre oculto hace sentir su
presencia. El intelecto está despertando, y el instinto -después de pasar por
las etapas emocionales- está siendo trasmutado en intelecto.
4. Géminis - En el hombre no evolucionado u hombre común, la
experiencia sufrida en los tres brazos de la Cruz Mutable, lo ha llevado a la
etapa en que el “sueño de la vida” puede ser cambiado por el reconocimiento de
la realidad, y la gran ilusión puede ser considerada como indeseable y falsa.
El sentido de la dualidad en esta etapa es instintivo, pero está llegando a ser
más real y más complejo. El hombre comienza a soñar con la estabilidad, los
cambios ordenados y la unión con aquello que siente que es la parte muy real de
sí mismo. La visión mística surge en su conciencia y se hace consciente de su
yo superior, a través del primer tenue destello de la intuición.
La
experiencia en la Cruz Mutable dura largo tiempo y hace que el hombre vuelva
una y otra vez a la esfera de influencia de Aries, que fortalece, mediante la
actividad regente del primer rayo, la voluntad del hombre (no importa a qué
rayo pertenezca) y termina un ciclo tras otro con la “palabra de destrucción”.
Repetidas veces entra en el signo de Piscis y halla su camino alrededor de la
gran rueda, hasta que la experiencia del cambio y de la mutabilidad y el
establecimiento del proceso de transmutación, trasladan su conciencia, de las
etapas instintiva e intelectual, a los tenues comienzos de los procesos
intuitivos en Géminis. Viene luego un gran proceso de polarización y el momento
de transferencia, después de los cuales la influencia de la Cruz Fija produce
la reversión, y las lecciones aprendidas en la Cruz Mutable deben ser aplicadas
y demostrados los efectos en la Cruz Fija. No debe creerse que en las primeras
etapas de desenvolvimiento la experiencia se adquiere únicamente en la Cruz
Mutable. El hombre vive y experimenta en todos los signos, pero las influencias
que afluyen a través de la Cruz Mutable tienen un efecto más poderoso sobre él,
que las que afluyen en las primeras etapas a través de la Cruz Fija. Sólo
cuando el alma llega a ser más activa en la forma y el hombre es consciente de
su dualidad, la efectividad de las energías de la Cruz Fija es reemplazada por
las de la Cruz Mutable, análogamente a como en la tercera iniciación, las
energías de la Cruz Cardinal empiezan a controlar al hombre, y tienen un
incentivo más persistente que las de las otras dos cruces.
Cuando
el alma se hace más activa, puede observarse que los efectos de la Cruz Fija se
producen en los cuatro signos, conjuntamente con los efectos que produce la
fuerza de la Cruz Mutable, pues “lo que se ha dominado y luego abandonado es
firmemente retenido y transformado”.
Géminis
- El hombre, sobre la rueda que gira a la inversa, en Géminis, va siendo cada
vez más consciente de la intuición y recibe mayor influencia de “los Hermanos
que viven en la Luz”, como a veces se denomina a los Gemelos. La luz de la
personalidad se desvanece y aumenta la del alma. La fluidez de Piscis y la poca
evolución de Géminis ceden su lugar a la respuesta de la personalidad a la
impresión del alma y a la consiguiente estabilización de la vida en el plano
físico.
Virgo
- La mente, influida por Virgo, que ha sido analítica y censuradora, cambia ese
defecto por la cualidad mental descripta mejor por las palabras iluminación y
revelación. El Cristo, que la Virgen debe dar a luz, aunque todavía no ha
nacido, sabemos que está presente en la matriz. La vida es reconocida. El
proceso de revelar la conciencia crística se lleva a cabo inteligentemente, y
las aspiraciones egoístas y los experimentos del hombre no evolucionado ceden
su lugar al altruismo del discípulo iluminado e intuitivo.
Sagitario
- Signo del discípulo centralizado. La vida que responde con fluidez a la
materia, se convierte en la vida que responde al espíritu, preparándose para la
iniciación en Capricornio. La flecha de la mente es certeramente proyectada
hacia la meta.
Piscis
- Aquí, en la etapa final, Piscis representa la muerte de la personalidad, la
liberación del alma de su cautiverio y su retorno a la tarea de Salvador del
mundo. Termina la gran realización y experimenta la muerte final. “Ya no existe
el mar” reza un antiguo libro, que significa inevitablemente la “muerte de los
peces” y la liberación de la vida aprisionada para que entre en nuevas formas o
nuevos ciclos de Aventura divina.
La Cruz Mutable -de la cual
Piscis constituye uno de los brazos- es, predominantemente, la Cruz de las
“repetidas encarnaciones”, de los diversos experimentos llevados a cabo en los
distintos signos y regentes exotéricos, y de las muchas experiencias que
conducen a las sucesivas y continuas expansiones de conciencia. Por lo tanto es
la Cruz del Hijo de Dios, el Cristo encarnante, aunque en relación con ella
constituye la Cruz del Cristo planetario, así como la Cruz Fija es la del
Cristo individual en cada ser humano y la Cruz Cardinal es la del Cristo
cósmico. Podría decirse que aquí nos concierne la Cruz de las masas, y la
conciencia que ella ejemplifica es la instintiva y su fusión con la conciencia intelectual;
es la Cruz del ánima mundi y del alma humana antes de que se aclare en la mente
del hombre la conciencia de la dualidad y es previa a la transferencia a la
Cruz Fija. En consecuencia, está más íntimamente vinculada con la Cruz Cardinal
de los Cielos, porque la conciencia de las masas que es la conciencia
significativa de la Cruz Mutable, se convierte en conciencia grupal o
conciencia sintética de la divinidad, después de haber pasado por el período
intermedio, o “intervalo vital”, de la intensa autoconciencia del hombre que
está en la Cruz Fija. Este intervalo humano es la sección transversal del
desarrollo de la conciencia, pero su principal empeño es transmutar, en todos
los reinos de la naturaleza, la conciencia de la masa en la conciencia grupal
de los tres reinos superiores por mediación del reino humano que, por su tipo
peculiar y específico de percepción, puede relacionar las expresiones
superiores e inferiores de la divinidad. Aquí, y en relación con esto, el signo
Piscis es muy importante, porque es el signo del mediador. La mediumnidad en su
verdadero significado expresa la conciencia de las masas -impresionabilidad,
negatividad, receptividad. Estos puntos se irán aclarando a medida que
estudiemos los signos y sus innumerables interrelaciones. La idea que deseo
impartirles es que, en esta etapa, la influencia de Piscis en el arco
involutivo, a medida que el Sol va retrocediendo a través de los signos, se
hace sentir mayormente a través del ánima mundi y del Cristo oculto, encarnado
y aprisionado; el germen de la vida crística es impresionado síquicamente y se
hace constantemente más sensible a estas impresiones síquicas, impelido por el
deseo siempre mutable y continuamente consciente de todos los contactos
entrantes, aunque es incapaz todavía de interpretarlos correctamente, por que
la mente aún no ha despertado en forma adecuada en Virgo. Este Cristo oculto es
incapaz de evitar el “contacto con el agua”. Esto se logra eventualmente y en
la actual etapa humana se está logrando con gran rapidez, donde otro grande y
mayor cambio se considera deseable, y éste es el resultado de muchos cambios
menores. Siempre es necesario el cambio, pero el método pasa de una constante
variabilidad y mutabilidad en la Cruz Mutable, a ciertos cambios de índole mayor,
efectuados por una más permanente tendencia de la vida.
En
esta etapa el hombre posee los poderes y las características del Cristo
interno, pero no se manifiestan, y son únicamente posibilidades latentes, pues
está totalmente controlado por la naturaleza forma (la prisión) y su medio
ambiente. Los poderes ocultos del alma son negativos, y los de la naturaleza
forma positivos y comienzan a expresarse acrecentadamente potentes. Las
tendencias espirituales del hombre están inhibidas (porque Piscis es con
frecuencia un signo de inhibición e impedimento) y la naturaleza animal y los
poderes de la personalidad -particularmente el emocional- son cualidades
evidentes y visibles del hombre. Puede hallarse gran parte del simbolismo
vinculado al Cristo latente y a la personalidad expresiva externa, si se
estudia el relato bíblico de Jonás y la ballena. No tengo tiempo para
extenderme sobre ello, pero es una parábola que concierne a la etapa pisciana
de conciencia y al despertar de la conciencia crística, con la consiguiente
polémica que ello involucra. Jonás representa al oculto Cristo prisionero,
alerta a los peligros de la situación, y la enorme ballena representa la
esclavitud de la encarnación y también la personalidad.
En
este signo dual, el alma aprisionada y la personalidad, inician ese proceso que
transmutará:
1. La naturaleza inferior en manifestación superior.
2. Los poderes síquicos inferiores en facultades espirituales
superiores, por ejemplo:
a. La negatividad, en control positivo del alma.
b. La mediumnidad, en mediador.
c. La clarividencia, en percepción espiritual.
d. La clariaudiencia, en telepatía mental y, finalmente, en
inspiración.
e. El instinto, en intelecto.
f. El egoísmo, en altruismo divino.
g. La adquisición, en renunciación.
h. La autopreservación, en desinteresado servicio al mundo.
i. La autoconmiseración, en compasión, simpatía y divina
comprensión.
3. La inhibición espiritual y mental, en expresión del alma y
sensibilidad mental.
4. La dedicación a las necesidades del yo, en dedicación y respuesta
desarrollada a las necesidades de la humanidad.
5. El apego al medio ambiente y a las condiciones de la personalidad
(identificación con la forma), en desapego a la forma y capacidad para
identificarse con el alma.
El
médium común de grado inferior es el ejemplo más destacado de los peores
aspectos de Piscis -negatividad, impresionabilidad, sensibilidad animal y
emocional y total falta de desarrollo del principio mental. Sería de interés
averiguar científicamente dos cosas:
1. Si en la mayoría de los médium de tipo inferior (en particular los
de trance) domina Piscis en sus horóscopos en forma poderosa.
2. Si esos médium que están llegando a ser más positivos y
autocontrolados y comienzan a obtener una vislumbre de las analogías más elevadas
en su trabajo -actividad interpretativa y mediadora- tienen a Virgo realmente
potente y activo. En el primer caso podría indicar el despertar de la mente y
producirse, oportunamente, un cambio en la influencia que los controlaba, de la
regencia planetaria exotérica a la de los planetas más esotéricos. Podría
agregarse que el espiritismo y el trabajo que realiza el movimiento espiritista
están bajo la influencia de Piscis con Cáncer en el ascendente, y en algunas
etapas sucede lo contrario -Cáncer, con Piscis en el ascendente.
Respecto
a los rayos que se expresan a través de los regentes planetarios y que absorben
las influencias del signo Piscis o colaboran con ellas, influyendo de este modo
a nuestro planeta y a la humanidad, tenemos una situación muy interesante. Dos
rayos mayores se expresan a través de los regentes de Piscis, exotérico y
esotérico: el primer Rayo de Voluntad o Poder, enfocado por intermedio de
Plutón, y el segundo Rayo de Amor-Sabiduría. La interacción de estas dos
potencias:
1. Produce la dualidad de este signo.
2. Constituye el mayor problema de Piscis -sensibilidad síquica.
3. Origina la atracción del Sendero, primeramente el sendero de
evolución y después la atracción del sendero de probación, cuya consiguiente
transferencia a la Cruz Fija (es todo lo que podemos comprender
inteligentemente) comienza realmente en Piscis; aunque impulsado (si puedo
utilizar esta palabra) en Aries, comienza y termina en Piscis.
4. Precipita el proceso de transmutación y la eventual evasión por
medio de la muerte.
5. Revela el significado, la actividad y la belleza de la muerte y
del trabajo del destructor.
Por
lo dicho anteriormente se evidenciará cuán importante y poderoso es este signo.
A través de Júpiter, su regente ortodoxo, esa fuerza ejerce presión y “une
todo” y, en este caso, vincula a los dos peces y los ata en relación activa. En
consecuencia, es la actividad de la fuerza de segundo rayo que relaciona alma y
forma, uniendo a ambas; esta potencia magnética describe peculiarmente la
actividad de Piscis. Desde otro ángulo y en un signo dual, puede observarse
también que actúa en Géminis. En Piscis, se demuestra el esclavizante ángulo de
la relación y los dos peces no pueden evadir se uno del otro; existe también en
Géminis una relación definida entre los dos hermanos; pero en tal relación no
hay franja que los ate, y a ese respecto están latentes la libre elección y la
determinación. En relación con la dualidad menor que existe en todo ser humano,
la de la cabeza y el corazón, la de la mente y el amor y la de la voluntad y la
sabiduría, el trabajo de Júpiter consiste en desarrollar estas dos cualidades y
conducirlas a una interacción sintética. Oportunamente debe producirse una
total fusión entre el amor y la mente, antes de que un salvador del mundo pueda
manifestarse y actuar eficientemente; éste es, preeminentemente, el resultado
final de las fuerzas de la Cruz Mutable, porque desarrollan las cualidades
liberadas por los planetas activos en Piscis, Sagitario, Virgo y Géminis, los
cuales son:
Exotéricos
- Júpiter y Mercurio.
Esotéricos
- Plutón. La Tierra. La Luna
(ocultando a Vulcano) y Venus.
Como
bien saben, Plutón representa la muerte o la región de la muerte; la Tierra
representa la esfera de la experiencia; la Luna o Vulcano, representa la
glorificación por medio de la purificación y el desapego de la materia, y Venus
representa el surgimiento del principio amor, por el poder rector de la mente.
Los estudiantes hallarán interesante desarrollar por sí mismos las implicaciones.
La astrología ortodoxa asigna únicamente dos planetas a estos cuatro signos, lo
cual indica una interacción definida. Júpiter y sus influencias indican que la
encarnación es el método “benéfico” para el desarrollo evolutivo, y que el
camino del Amor-Sabiduría (segundo rayo) es el que debe seguir la humanidad.
Mercurio indica que la línea de menor resistencia para la humanidad, es la
armonía por medio del conflicto, porque Mercurio manifiesta la energía de
cuarto rayo que es búdhica e intuitiva y expresa al Cristo, así como Mercurio y
el Sol son uno. Pero los planetas esotéricos son más explícitos en sus
inferencias, y cuando el hombre está preparado para recibir su influencia
parece responder en forma cuádruple, lo cual ocurre en las etapas primitivas.
Personifican los reconocimientos y las reacciones que condicionan la conciencia
del hombre cuando se está preparando para descender de la Cruz Mutable y
ascender a la Cruz Fija. Por lo tanto, a través de:
1. Venus - bajo el poder de la mente, se transmuta en sabiduría por
la instrumentación del amor.
2. La Luna - bajo la esclavitud de la forma, para que mediante la
experiencia en ella, se logre la liberación y “la elevación de la materia” en
Vulcano.
3. La Tierra- bajo la influencia de la experiencia de la influencia
planetaria (distinta de la experiencia individual) a fin de transmutar su
conciencia personal en percepción grupal.
4. Plutón - bajo el poder destructivo de la muerte -muerte del deseo,
de la personalidad y de todo cuanto lo retiene entre los pares de opuestos para
lograr la liberación final. Plutón o la muerte nunca destruye el aspecto
conciencia.
Por
lo tanto, seis planetas rigen la Cruz Mutable en lo que atañe a la humanidad, y
esto en sí es significativo, porque seis es el número de la gran tarea que debe
ser realizada durante el período de manifestación; es el número de “la Bestia”,
que es la naturaleza inferior en lo que respecta al hombre, y no sólo es todo
aquello que trata de destruir la vida superior, sino lo que puede ser
controlado y finalmente dirigido por el alma. La significación de los números
tiene cabida en esta ciencia de la astrología esotérica, y la ciencia de los
números es en sí una rama de aquella.
Amor-Mente-Experiencia-Forma-Comprensión-Humana-Muerte: son las notas claves de
la cuarta Jerarquía Creadora, el reino humano, y están personificados en las
influencias planetarias que afluyen a través de estos planetas desde sus signos
afines. Por la actividad de estas fuerzas que actúan en dicha etapa a través de
la Cruz Mutable, el hombre es conducido a una gran crisis de Polarización y a
un punto de cambio fundamental, para los cuales lo han preparado los
innumerables y primitivos cambios.
Estas
palabras también rigen, desde un ángulo distinto, los procesos llevados a cabo
en el Sendero del Discipulado y en el de Probación. La tarea del discípulo
consiste en comprender su significado en forma práctica y efectiva y en
ocuparse de las energías que estos planetas liberan, subordinándolas a las
energías liberadas por la Cruz Fija, en la cual el discípulo permanece, y
acrecienta así la potencia de ellas, mediante una oculta combinación.
Respondiendo en forma activa e inteligente a las energías liberadas y
anteriormente dominadas por la experiencia en la Cruz Mutable y relacionándolas
a las potencias desencadenadas sobre él, mientras estuvo crucificado en la Cruz
Fija, aprende a prepararse para las doce grandes pruebas en los doce signos,
para lo cual lo preparó la experiencia adquirida en las dos cruces.
Piscis
rige los pies, de allí que la idea de progresar, de lograr la meta y de hollar
el Sendero de Retorno ha sido la subyacente revelación espiritual del gran
ciclo que estamos pasando. Además la era pisciana, ciclo menor del cual estamos
saliendo en la actualidad, ha sido el origen de todas las enseñanzas impartidas
por las religiones del mundo, sobre las diversas etapas del Sendero de Retorno.
Algunos astrólogos también sostienen que Piscis rige los procesos procreadores.
Esto es esencialmente correcto, porque una vez que el hombre se está acercando
al sendero o se halla en él, llegará a ser intensamente creador, en un sentido
más elevado, y los procesos físicos procreadores cederán su lugar,
esotéricamente, a la regeneración y a la creación en el plano mental, en vez de
hacerlo únicamente en el plano físico. Este funcionamiento creador superior
llega a ser posible bajo la influencia de la aspiración y la intuición. Esto
comienza a tener lugar cuando los cuatro regentes esotéricos suplementan las
actividades de los dos regentes exotéricos. Es interesante señalar que el
astrólogo Alan Leo sugiere que Neptuno sea el reemplazante de Júpiter.
Presintió y captó el misterio de la iniciación, aunque no comprendió la
magnitud de su descubrimiento. Neptuno enfoca las influencias de Piscis en lo
que concierne a toda. la humanidad y no estrictamente al hombre individual,
pero esto sucede únicamente en la etapa final del sendero del discipulado. Hoy
la humanidad está alcanzando rápidamente la posición de discípulo mundial; Alan
Leo, intuyendo esto, sugiere que Neptuno sea el reemplazante de Júpiter.
Esotéricamente,
la razón de que Venus esté exaltado en Piscis tiene conexión con la relación de
Piscis con el signo de Géminis, del cual Venus es el regente esotérico, y
también con el hecho de que Venus es el alter ego de la Tierra, estando
estrechamente relacionado al reino humano. Este tema es demasiado vasto y
complicado para elaborarlo aquí, pero debe tenerse presente. Como hemos visto,
los peces están ligados en Piscis, y son el símbolo del cautiverio del alma en
la forma, antes de pasar por la experiencia de la Cruz Fija, y también los
Gemelos en Géminis son símbolos de la misma dualidad fundamental; pero la
experiencia de las muchas y variadas encarnaciones ha hecho su trabajo, y la
franja (que uno a los dos peces) está en proceso de disolución, porque parte
del trabajo de Plutón es “cortar el hilo que ata las dos vidas opuestas”. La
tarea de Venus consiste en “volver a unir las vidas separadas”, pero sin ningún
hilo que las ate. Por eso Venus está exaltado en Piscis, y al finalizar el
ciclo mayor, los Hijos de Dios, que son los Hijos de la Mente, son ascendidos a
la gloría mediante la experiencia y la crucifixión, porque han aprendido a amar
y a razonar correctamente. Las influencias de Piscis, Géminis y Virgo, se
fusionan y mezclan oportunamente (en forma simbólica la Cruz debe convertirse
en la línea y después en el punto). Sagitario está regido esotéricamente por la
Madre Tierra, trayendo esas condiciones por las cuales el sendero mismo logra
la glorificación. En consecuencia, tenemos al final de la era (me refiero a la
revolución mayor del zodíaco y no al ciclo menor) la glorificación de Venus, de
Virgo, la Virgen, y de la Madre Tierra -dos planetas y una constelación-,
potencias todas que producen cambios definidos en el sistema solar. Representan
las tres potencias divinas de la materia y la sustancia, más la fuerza de
Sagitario que las impulsa hacia una consumación aún mayor. Hay un amplio e
interesante campo de investigación en relación con:
a. El planeta Venus-regente de la constelación de Géminis.
b. La Tierra en la cual vivimos, denominada frecuentemente “Madre
Tierra”.
c. Las Diosas-Peces del signo de Piscis.
d. Virgo, la Virgen.
Géminis
y Sagitario están vinculados por medio de sus planetas regentes (pues la Tierra
está más estrechamente relacionada con Venus que con ningún otro planeta).
Tenemos nuevamente las seis potencias que liberan de la esclavitud de la forma,
esclavitud que tuvo lugar en Cáncer, en lo que concierne a la masa de la
humanidad (me refiero al nacimiento del reino humano) y en Piscis, en lo que
concierne al individuo.
Al
señalar el significado de los hechos anteriores, no considero las razones que
proporciona la astrología ortodoxa respecto a la exaltación o caída, de algunos
planetas en ciertos signos; me interesa el efecto que la influencia menguante y
creciente ejerce sobre el sujeto, el hombre. Tengan esto presente y, al mismo
tiempo, recuerden que nos referimos aquí a la gran ilusión, y la principal
tarea del hombre en este ciclo mundial consiste en dominarla y disiparla a fin
de inaugurar el reino de lo Real. La tarea que emprenden los iniciados, después
de la última experiencia de las doce pruebas finales en los doce signos, es
revelar lo Real. Por lo tanto, cuando vemos que el poder de Mercurio merma en
Piscis y que finalmente “cae” en este signo, ¿ cuál es el significado esotérico
y espiritual? Simplemente que, después de la etapa de la iniciación en Capricornio,
como resultado de la inversión de la rueda y las consiguientes experiencias, y
del triunfo en Escorpio, el poder de la mente disminuye constantemente, hasta
que por último (como otros aspectos de la vida de la forma en los tres mundos)
llega a su fin, y sus significados y aspectos iluminadores entre el alma y el
cerebro físico ya no son necesarios. El hombre que adquiere definitivamente
plena conciencia del alma, no necesita ningún mediador, sino que él mismo trata
directamente con su fuente de origen. Tenemos aquí nuevamente a Mercurio bajo
otro nombre, esta vez como el Sol, mediando entre los aspectos más elevados
-alma y espíritu-, porque Mercurio y el Sol son Uno. Por medio de Mercurio la
mente es iluminada se establece la relación entre la personalidad y el alma. A
medida que Mercurio, el Sol -el mediador-, se traslada a un plano más elevado,
ya no es el mediador entre dos etapas diferentes de conciencia, sino entre la
vida y la conciencia misma; esto es algo muy diferente y trae la comprensión superior.
Esto, lógicamente resulta incomprensible hoy porque no es una mediación entre
diferencias, sino una fusión de lo que ya está relacionado. ¿ Pudieron
comprender algo de esta afirmación?
La
misma interpretación simbólica debe regir la comprensión de los tres decanatos.
Alan Leo y Sefarial dan una lista de los decanatos, y aunque existe mucha
semejanza entre ambas, también hay, sin embargo, una importante diferencia. Leo
se acerca mas a la interpretación esotérica de la astrología, mientras Sefarial
es puramente exotérico. De acuerdo a Sefarial, los tres decanatos están regidos
por Saturno, Júpiter y Marte, ofreciendo la oportunidad de agotar el karma y
tener éxito en ello, e indicando el método empleado, el del conflicto y la
guerra. Alan Leo da Júpiter, la Luna y Marte. Por lo tanto, indica el éxito
incidental de todo el discipulado y la consiguiente preparación para la
iniciación, la visualización de la visión con la cual Júpiter recompensa al
discípulo y la experiencia que confiere Vulcano, el cual hasta ahora ha estado
oculto, pero su influencia ha reemplazado constantemente todo control lunar,
porque la personalidad o aspecto forma de la vida se pierde de vista en la
radiación del Sol, el Alma. La luz de Vulcano y la luz del Sol son una, y los tres
-Mercurio, Vulcano y el Sol-, representan la síntesis y una radiación que
oportunamente oscurece la luz de Mercurio, el cual cae a segundo plano y
Vulcano también se hace invisible y sólo queda el Sol. Tenemos, en
consecuencia, la visión del Sol, la experiencia y el esfuerzo de la
personalidad, método de realización regido por Marte.
Las
palabras clave de este signo tienen implicaciones evidentes. Cuando concierne a
la personalidad y la rueda gira en forma normal para las personas comunes o no
evolucionadas, la palabra es: “Y el Verbo dijo: Entra en la materia”. El alma
pronuncia su mandato a su instrumento, durante las primeras etapas de la
evolución, y la respuesta llega inmediatamente de quien “ciega el alma a la
verdad, manteniéndola en vil cautiverio”. Estas palabras pueden interpretarlas
ampliamente y desde el propio punto de vista, que es el único útil para ustedes
e indica lo que está detrás en el sendero de evolución, la etapa del sendero en
que se encuentran ahora y el paso inmediato, la visión, la experiencia y el
esfuerzo que tienen por delante.
Al
finalizar lo que he de decir sobre la constelación de Piscis, haré una
sugerencia práctica, que a la larga evitará muchas dificultades a los
estudiantes. Cuando lean, recopilen todas las afirmaciones que hago sobre algún
signo particular, planeta o constelación mayor. Entonces tendrán directamente
ante ustedes la información necesaria sobre cualquier punto específico y podrán
estudiar con pleno éxito esta complicada astrología de transición. Sin embargo
¿ creen que es más complicado para el principiante, que un libro de texto sobre
física o química? No lo creo. Lo que complica el problema son sus dudas y
desconfianza sobre la verdad y la comprobación de las afirmaciones hechas. No
obstante, el principiante en química debe aceptar las afirmaciones del experto
que ha escrito su libro de texto, y así las acepta hasta que llega el momento
en que puede verificarlas por sí mismo, mediante el experimento. A este
respecto podrían replicar diciendo que las conclusiones presentadas por el
autor han sido comprobadas infinidad de veces, en muchos casos durante siglos y
durante décadas en otros, no quedando lugar a dudas. Esto también es verdad
respecto a. la ciencia de la astrología, porque durante miles de años sus
fundamentos han sido comprobados y se ha hallado que son correctos; sus
expertos son más sabios, más sintéticos y altruistas que ningún otro grupo de
científicos. Me refiero a los verdaderos astrólogos esotéricos que están hoy
detrás del movimiento astrológico mundial. Quisiera que recuerden esto y se
consideren principiantes, dejando de lado todas las conclusiones, hasta haber
captado algo más de lo esencial y de la teoría. En algunos casos la astrología
exotérica puede haberlos preparado para ello.
ACUARIO,
EL PORTADOR DE AGUA
Esta
constelación es, para nuestro sistema solar, de suprema importancia en la
actualidad, porque es el signo en que nuestro Sol está entrando rápidamente y
su influencia va adquiriendo mayor impulso y potencia en cada década que pasa.
Por lo tanto, es en gran parte responsable de los cambios que se están
efectuando en todos los reinos de la naturaleza en nuestra vida planetaria y,
debido a que es un signo de aire, su influencia es omnipenetrante e
interpenetrante. Para muchos tipos de mente esta influencia es intangible y, en
consecuencia, incapaz de producir los resultados deseados; pero la verdad es
que estos intangibles resultados penetrantes son de mayor potencia y sus
efectos tienen más alcance que los acontecimientos más concretos y
espectaculares. No tengo la intención de tratar aquí estos subjetivos y
potentes efectos. Ya he indicado y sugerido mucho más en otros libros. Sólo
estoy generalizando en esta delineación de la significación subjetiva de los
doce signos y tratando de dar un amplio cuadro, aunque no detallado, de lo que
podría llamar líneas de la nueva astrología y su método para acercarse a los
aspectos más esotéricos implicados en el horóscopo del alma. La nueva
astrología se ocupará de los significados y las significaciones y no tanto de
los símbolos y los acontecimientos externos, tales como los sucesos y las
actividades mundanas.
Las
notas clave de este signo son tres y muy fáciles de comprender, aunque resulta
muy difícil demostrar cuando se manifiestan en la rueda revertida, y éstas son:
1. El servicio prestado a la personalidad, el yo inferior, que
eventualmente se transmuta en servicio a la humanidad.
2. La actividad superficial y egoísta, que se trasforma en profunda e
intensa intención de actuar en bien de la Jerarquía.
3. La vida autoconsciente que, finalmente, se trasforma en sensible
percepción humanitaria.
La
cualidad de estas notas clave cambia la naturaleza mezquina y superficial, en
otra de intenso propósito y de profunda convicción. El hombre acuariano de
grado inferior, no evolucionado, que se halla en la Cruz Mutable, se manifiesta
por medio de una superficial autopercepción. Esto madura en Leo y se convierte
en autoconciencia fuertemente arraigada y en un profundo interés por las
necesidades y deseos del yo. Debido a que continúa la interacción entre Leo y
Acuario (porque son polos opuestos) se produce una intensificación de todas las
cualidades y desaparece la superficialidad, hasta que -en la rueda revertida-
la intensa autoconciencia de Leo se expande en la percepción grupal de Acuario.
Lo individual se convierte en lo universal. El hombre aislado y separatista,
por sus reacciones y percepciones, se convierte en el género humano y al mismo
tiempo conserva su individualidad; ya no es simplemente un ser humano
individualmente autocentrado y separatista, sino que se convierte en la
humanidad misma, perdiendo su identidad personal en el bien de la totalidad,
pero reteniendo su Identidad espiritual. De servirse a sí mismo pasa a servir
al mundo, aunque es siempre el individualizado Hijo de Dios hasta después de la
tercera iniciación.
Cuando
se estudian los doce signos es interesante trazar la relación que tiene la
conciencia con el signo precedente y con el posterior. Esto sucede
peculiarmente en conexión con el signo de Acuario. La cualidad material y
terrena de Capricornio se “disuelve en el aire” en Acuario. El “pez” individual
del otro signo se trasforma oportunamente en el alma, y aparece la cualidad de
ésta, y en la rueda revertida se manifiesta como la penetración de la sabiduría
(Piscis) y el amor universal del acuariano verdaderamente evolucionado. A
medida que la rueda de la personalidad “gira hacia la ilusión”, la
superficialidad y la naturaleza aérea del acuariano no evolucionado, se profundiza
gradualmente en la naturaleza material, concreta y rocosa de Capricornio. El
hombre común de Acuario exhibe todo lo que tiene y frecuentemente detrás de
ello no hay nada. Esotéricamente el acuariano evolucionado pone todo lo que
posee en su cántaro de agua, lo conserva allí para cuando lo demande el
servicio y la necesidad y lo brinde libremente.
Acuario
es también un signo dual y representa dos vibraciones, de allí surge su
relación con Piscis; porque así como Piscis, en la rueda de la ilusión, la Cruz
Mutable representa la sustancia y la esclavitud, en Acuario la sustancia y el
ánima mundi, o alma aprisionada, comienzan a trabajar con mutua tolerancia, y
en el individuo acuariano superior el alma y el espíritu se expresan a través
de la sustancia. Por consiguiente existe una relación astrológica entre la
franja de estrellas de la constelación de Piscis, que une los dos peces, y la
cualidad y naturaleza de Acuario relacionadora ata en un todo activo y
sintético. El acuariano reconoce el vínculo que mantiene todo unido subjetiva y
realmente, mientras que en Piscis la energía de la relación constituye una
franja aprisionadora que confina y cautiva. Reflexionen sobre esto. Es un error
considerar el margen de contacto que existe entre dos signos, durante el
tránsito del Sol, como límite rígido y fijo. Esto no es así, pues no existen
líneas rígidas de demarcación que separen dos zonas totalmente distintas de
experiencia y de conciencia en la órbita solar. Sólo parece ser así y es parte
de la gran ilusión.
Los
regentes de Acuario son de peculiar interés. Forman un grupo eficaz de planetas
y traen las influencias del séptimo, segundo y cuarto rayos. Éstos son los
rayos que determinan, preeminentemente, tanto las etapas finales del progreso
del hombre como las iniciales, y son más poderosas al comienzo del sendero
involutivo y al final del sendero evolutivo, que en el período intermedio.
Determinan las etapas finales y los acontecimientos en el Sendero de
Iniciación. El séptimo rayo trae a la manifestación, en el plano físico, el
principal par de opuestos -espíritu y materia- relacionándolos entre sí,
produciendo oportunamente un todo funcionante. El segundo rayo produce la
expresión del alma y de la conciencia espiritual y también el poder de irradiar
amor y sabiduría en la tierra, mientras que el cuarto rayo indica el campo de
servicio y el modo de alcanzar la meta. El conflicto y la lucha son los modos o
métodos, para lograr la armonía y expresar así las características
verdaderamente humanas, porque el cuarto rayo y la cuarta Jerarquía Creadora
constituyen esencialmente una expresión de la verdad.
Algunos
astrólogos asignan a Saturno como uno de los regentes. Alan Leo también lo
hace, pero señalaré que, en este caso, se refiere totalmente al progreso del hombre
común en la Rueda de la Vida, y el Saturno que él presiente como regente de
Acuario, es la influencia saturniana de Capricornio, en cuyo signo Saturno rige
dos campos.
En la rueda revertida se agota la
influencia saturnina en Capricornio y el hombre se libera del karma y no es
necesario que se le ofrezca una oportunidad, porque es un iniciado liberado, un
verdadero Maestro Masón, que puede dedicarse al servicio mundial sin ser
impedido o detenido por los pensamientos del yo o deseos egoístas. Entonces
queda bajo la influencia de Urano, el misterioso y oculto planeta. Su voluntad
está enfocada y desarrollada por las influencias uranianas, conviniéndose en un
líder. Efectúa los cambios deseados y produce esas nuevas condiciones que
ayudarán al alma de la humanidad a expresarse más libremente. Siendo el agua el
símbolo de la sustancia y de la expresión material, además de una motivación
emocional, Acuario tiene en consecuencia una actividad dual, y el tercer rayo
se expresa poderosamente a través de este signo, llegando a nuestro planeta a
través de Urano y la Luna, que en este caso oculta o vela simbólicamente a
Urano. Por lo tanto, tenemos la doble influencia que ejerce Urano, expresando
la cualidad y trayendo las energías del séptimo rayo en un caso, y las del
tercer rayo en otro. En último análisis, el séptimo rayo es la energía
diferenciada y enfocada del primer rayo, cuando expresa la voluntad del primer
aspecto de la divinidad en la Tierra, por medio del poder de relacionar y traer
a la manifestación objetiva -por un acto de la voluntad- el espíritu y la
materia. Esto lo efectúa mediante la actividad del tercer rayo, expresándose a
través de la humanidad y sus unidades individuales, aunque se combina con la
energía de los tres rayos liberados por medio de los planetas regentes:
1. Urano-Séptimo Rayo-La voluntad de ser y de conocer simultáneamente
en todos los planos de manifestación.
2. Júpiter-Segundo Rayo-La fusión del corazón y la mente, propósito
subjetivo de la manifestación. Esto se lleva a cabo en la rueda exotérica,
mediante la actividad del tercero y séptimo rayos.
3. La Luna-Cuarto Rayo-La voluntad de ser y conocer, más la fusión
del corazón y la mente, resultado del trabajo realizado en la cuarta Jerarquía
Creadora bajo la influencia de la energía que produce armonía por medio del
conflicto.
Respecto
a la Luna quisiera llamarles la atención sobre el hecho de que está relacionada
con una de las Jerarquías Creadoras, pues la Luna por sí misma ejerce
influencias exotéricas sobre el método común de proceder en la rueda de la
vida, y en el planeta que ella vela y oculta (Urano en este caso) tenemos la
energía esotérica que lleva a esta Jerarquía a la realización subjetiva.
Urano
imparte actividad innata y espontánea, produce desarrollo evolutivo -natural y
espiritual. Es el anhelo de mejorar las condiciones.
Júpiter
imparte la tendencia inherente de fusionarse, que nada podrá detener, pues
promueve el logro inevitable de la síntesis final.
La
Luna ayuda a crear esas condiciones que conducen a la grandiosa transformación
crítica del instinto en intelecto. Esto lo efectúa la Luna, pero Urano lleva a
cabo, en la conciencia humana, la gran transferencia de la percepción
intelectual en conocimiento intuitivo. Tengan presente que las fuerzas esotéricas
se combinan con las fuerzas de los planetas exotéricos u ortodoxos, los cuales
no niegan su influencia. Sólo las complementan y dominan. De esta manera se
enriquece el hombre, amplía su experiencia y expande su conciencia debido a las
nuevas energías; pero en ningún momento se alteran las condiciones y los
efectos alcanzados y logrados bajo antiguas influencias. Ellas han determinado
su naturaleza y fijado sus cualidades; y son por lo tanto persistentes y
energéticas; pero las nuevas y profundas influencias y potencias son las que en
el futuro, en la Cruz Fija, condicionarán y motivarán gradual y constantemente
todas sus actividades. En lo sucesivo, en vez de hablar de los planetas
ortodoxos, cuando tratemos las influencias planetarias, mencionaremos los planetas
exotéricos y esotéricos y estableceremos así nuestro vocabulario y palabras
explicativas más acordes con la enseñanza interna. En astrología tratamos en
todo momento con las energías que producen movimiento y actividad subjetiva y
externa; nos ocupamos de los impactos que numerosas fuerzas hacen sobre la
expresión de la vida y del propósito humano, planetario y del sistema, y los
efectos resultantes. Cuando estos efectos y actividades son puramente objetivos
(y bajo esta palabra ubico a todos los acontecimientos y sucesos que ocurren en
los tres mundos de la experiencia humana, en los planos físico, astral y
mental) tenemos la demostración de la personalidad. Cuando están relacionados
conscientemente al mundo de las causas y son el resultado de la “correcta y
consciente dirección” del centro emanante, el alma, las fuerzas de la
personalidad quedan sometidas a la difusión de las energías del alma, entonces
la personalidad o naturaleza forma llega a ser magnética en forma distinta,
atrayendo hacia sí las energías de un plano superior y dinámico, que hasta
ahora concernían al hombre, el cual ha aprendido a controlar y utilizar. En
otros casos, las energías del alma intensifican ciertas fuerzas de la
personalidad, y el efecto de los planetas exotéricos es complementado por una
firme y constante afluencia de energías provenientes de los planetas
esotéricos, que empiezan a tener un dominante efecto esotérico. En Capricornio,
por ejemplo, la influencia de Saturno es esotérica y exotérica; en Tauro,
Vulcano tiene un efecto esotérico y jerárquico, mientras que en Leo, el Sol
rige a los tres -en lo que respecta a la vida exotérica, esotérica y
jerárquica. Esto lo estudiaremos más adelante, en esa parte del libro en que
consideraremos la constelación de Leo. Las influencias planetarias son
inusitadamente potentes en Acuario durante este ciclo mundial, porque, en forma
peculiar, es un signo culminante para la mayoría de las personas que van de
Aries a Piscis en la Cruz Fija. Son raros y muy pocos los que en el signo
Piscis culminan la experiencia de la vida en las tres Cruces, por lo cual
llegan a ser Salvadores del mundo. Sólo entonces conocen el aspecto superior
del primer rayo, expresándose a través de las actividades de la Muerte. Sin
embargo, el conjunto de iniciados del mundo culminan sus experiencias en
Acuario y llegan a ser servidores mundiales liberados. En este ciclo dan la
espalda al propio progreso y a todo deseo por satisfacer su propia aspiración
espiritual, convirtiéndose en portadores del agua de la vida para la humanidad,
ingresando así en las filas de la Jerarquía. Quienes llegan a la realización en
Piscis y alcanzan una etapa superior en su evolución, pasan a ese centro
denominado Shamballa; pero la mayoría de los iniciados y discípulos permanecen
apegados al segundo centro, el de la Jerarquía servidora.
Acuario
es, preeminentemente, un signo de constante movimiento, de actividades
cambiantes y de mutaciones periódicas, y el símbolo de este signo expresa este
estado de actividades, siendo por lo tanto un signo en que el iniciado domina y
comprende la significación de los ciclos. Los resultados de la experiencia del
valle (en el lenguaje empleado por los místicos de todas las épocas) y de la
cima de la montaña con su visión de luz, están vívidamente representados por el
signo. El acuariano puede experimentar profunda depresión, el propio desprecio,
o conocer y pasar por la exaltación del alma y la sensación del poder
espiritual otorgado por el control que ejerce el alma, conociendo todo como
interacción, acción y reacción, necesarias para el progreso y la comprensión.
Actúa con la Ley de Acción y Reacción.
En
Leo, el centro y punto de conciencia del hombre es él mismo; gira sobre sí
mismo y su propio eje, siempre vinculado y relacionado consigo mismo, siendo el
individuo autocentrado que consagra todos sus pensamientos, tiempo y servicio a
su propio bienestar e interés personal. Pero en Acuario, el polo opuesto de Leo
y signo de culminación, el hombre se exterioriza; no hay ningún centro o
círculo que circunscriba la influencia, sino únicamente dos líneas de energía
que se exteriorizan y afluyen de él hacia el mundo de los hombres. El individuo
que en Leo es consciente de sí mismo, en Acuario llega a ser servidor
consciente, y esto está muy bien expresado en los símbolos de ambos signos. El
acuariano se consagra al servicio grupal y al bienestar de la humanidad y, por
ejemplo, el acuariano común, en la Cruz Mutable, seria el empleado fiel, el
socio y trabajador de alguna firma o empresa, dentro de cuyos límites confina
todos sus intereses, y a cuya prosperidad consagra todo lo que posee. En la
Cruz Fija, esta dedicación a los demás se trasforma en servicio al mundo.
Se
dice que Acuario rige el sistema sanguíneo y su circulación. A través de la
sangre es distribuida por todo el cuerpo humano la fuerza de la vida. Por lo
tanto simboliza la tarea del acuariano liberado que distribuye vida espiritual
en el cuarto reino de la naturaleza. Las influencias acuaríanas actúan también
como dadoras de vida en otras formas de vida planetaria y en otros reinos de la
naturaleza, de los cuales no nos ocuparemos, pues limitaremos nuestra atención
a la humanidad.
Acuario,
como ya se sabe, es uno de los brazos de la Cruz Fija, la cual es,
preeminentemente, la Cruz del Discipulado y de las tres iniciaciones mayores,
de las que puede decirse que:
1. En Tauro. - El deseo es transmutado en aspiración; la oscuridad es
reemplazada por la luz y la iluminación; se abre el ojo del toro, el tercer ojo
espiritual u “ojo único” de El Nuevo Testamento. “Si tu ojo es uno, dijo
Cristo, todo tu cuerpo estará lleno de luz”. Este ojo único reemplaza a los dos
ojos del yo personal. La atención del hombre se enfoca en la realización
espiritual. Camina en el Sendero del Discipulado.
2. En Leo. - El hombre autocentrado se trasforma oportunamente en la
expresión de la vida del alma y se dedica a realizar la meta espiritual de la
impersonalidad. Aquí emprende la preparación para la primera iniciación,
recibiéndola en él o bajo este signo si es el ascendente, convirtiéndose en “el
León que busca su presa”, el alma que cautiva a la personalidad.
3. En Escorpio. - El discípulo pasa por las pruebas que le permitirán
recibir la segunda iniciación, demostrando que la naturaleza de deseos es
subyugada y conquistada, que la naturaleza inferior (ascendida al cielo) es
capaz de alcanzar la meta en el mundo durante este período, y que desde los
cimientos terrenos de Escorpio, la personalidad puede ser probada de tal manera
que demuestre su aptitud para prestar el servicio mundial exigido en Acuario.
Esto está bellamente expresado en la leyenda de Hércules, el Dios Sol, que
vence a la hidra de nueve cabezas o serpiente del deseo, cuando fue forzado a
arrodillarse y, desde esa posición de humildad, levantó en vilo a la serpiente
y obtuvo la liberación.
4. En Acuario. - Culmina el largo esfuerzo del alma y concluye la
experiencia del discípulo en la Cruz Fija. El hombre recibe la tercera
iniciación y es liberado del control de la personalidad, recibiendo las dos siguientes
iniciaciones en la Cruz Cardinal.
A
continuación daré los nombres de los Tres Cruces, extraídos de los antiguos
archivos y, por lo tanto, difíciles de traducir:
1. La Cruz Mutable-La Cruz de la Experiencia mutable y adquirida.
Lugar de la acción y de la reacción, del control kármico y de la respuesta a
los impactos que conducen a despertar la conciencia, respecto a la meta
inmediata.
2. La Cruz Fija-La Cruz de la Transmutación. El deseo se transforma
en aspiración y el egoísmo en altruismo.
3. La Cruz Cardinal-La Cruz de la Trascendencia. La vida de la
personalidad, la vida de la forma y la vida planetaria, ya no controlan. El
hombre se libera.
La
sustancia, el océano de la vida, el agua, el símbolo del deseo, y el impulso
por encarnar, son transmutados en luz del alma, en sustancia de luz y en anhelo
de hollar conscientemente el Sendero de Retorno, más el ansia de prestar
servicio. El deseo se desarrolla y enfoca en Tauro cuando el hombre se halla en
la Cruz Mutable y progresa alrededor del zodíaco; se reorienta y repolariza en
Tauro cuando el hombre ha ascendido a la Cruz Fija, y es abandonado
eventualmente en ese signo. En Escorpio, el polo opuesto de Tauro, la
personalidad es humillada, lucha con el alma; en este signo, la personalidad
“muere en sentido oculto y luego resucita como aire y luz” para convertirse,
desde ese momento, en servidora del alma. En Leo, el individuo es consciente de
su propia identidad, concentra sus propósitos, aprende las lecciones y la
aplicación del egoísmo (porque es uno de los mejores medios para aprender y
descubrir que es contrario a las leyes del alma), siendo eventualmente tan
castigado por los procesos de la vida, que llega a darse cuenta de la futilidad
del propio interés. En Acuario, el hombre es consciente de la belleza de la
vida y del interés grupales y de su responsabilidad individual hacia el grupo,
empezando a vivir su vida y dedicándose a prestar servicio a la humanidad.
Respecto
a la conciencia los estudiantes hallarán iluminador estudiar el tema en la
siguiente revelación:
1. Conciencia subjetiva latente en Aries.
2. Conciencia de la dualidad en Géminis.
3. Conciencia de la masa en Cáncer.
4. Autoconciencia individual en Leo.
5. Conciencia equilibrada en Libra.
6. Conciencia grupal en Acuario.
En
esta clasificación Podrá apreciarse la diferencia que existe entre astrología
exotérica y esotérica. La astrología exotérica trata de las características y
las cualidades de la personalidad y de los aspectos de la forma, como también
de los acontecimientos, sucesos, circunstancias y el medio ambiente
condicionante, que aparecen en el horóscopo personal, indicando que hay control
planetario, pero no control solar. La astrología esotérica se ocupa
principalmente del desenvolvimiento de la conciencia, de los impactos que a
despiertan a los dones peculiares de cualquier signo particular y de la
facultad que otorga un rayo y también de la reacción del hombre y su
consiguiente enriquecimiento mediante su respuesta a la influencia de un signo,
actuando por medio de planetas esotéricos, desde el ángulo de la percepción
humanitaria, del discipulado y de la iniciación. Esto básicamente se refiere a
sus experiencias desde el ángulo de las tres Cruces, las cuales implican:
primero mutación, luego orientación y, finalmente, iniciación. Estas tres
Cruces ocuparán un lugar prominente en el delineamiento astrológico.
Llegamos
ahora a un punto muy interesante en conexión con Acuario. Aparentemente no
existe ningún planeta que esté exaltado o “caiga” en este signo. El único afectado
es el Sol, cuyo poder disminuye. ¿ Cuál es la significación simbólica de esto?
Es la relación que existe entre Acuario y Capricornio, entre la Cruz Fija y la
Cruz Cardinal y entre la tercera iniciación y las que le siguen y el punto de
equilibrio alcanzado entre Piscis y Capricornio, enfocados en Acuario. No me
refiero a la matemática ortodoxa o a las razones astronómicas, pues en realidad
dependen de las razones subjetivas y espirituales, las cuales nos conciernen.
Uno de los hechos que surgirá en nuestra conciencia al estudiar estas líneas
esotéricas, es que todas las indicaciones externas no señalan la verdad, sino
únicamente el camino a las realidades subjetivas, de las cuales los hechos
externos son sólo símbolos ilusorios. Reflexionen sobre esto y mantengan la
mente abierta.
Ningún
planeta está exaltado ni cae en Acuario, porque el verdadero acuariano -después
de la correspondiente experiencia en la Cruz Mutable y en la Cruz Fija- ha
llegado a un punto de equilibrio. No está regido por los pares de opuestos sino
que utiliza a ambos para fines espirituales. No lo obstaculizan la tierra ni el
agua (Capricornio y Piscis); ha superado las pruebas de los procesos de
encarnación e iniciación, y permanece libre distribuyendo energía y vida,
simbolizadas por las dos líneas onduladas. Es interesante recordar que durante
el progreso del alma, en lo que concierne a la humanidad, de los cuatro signos
de cada Cruz uno tiene mas importancia que los otros. Cada signo, en cada una
de las tres Cruces, está relacionado con uno de los cuatro reinos de la
naturaleza, y la preponderante influencia de rayo afluye, por medio del signo,
al reino en consideración. En conexión con la humanidad los signos importantes
de las tres Cruces son:
a. La Cruz Mutable Piscis.
b. La Cruz Fija Escorpio.
c. La Cruz Cardinal Capricornio.
En
Acuario, el iniciado lleva a su consumación todo lo adquirido en Leo mediante
la influencia del Sol, porque, en lo que concierne a la humanidad, existe en
este signo una condición excepcional, pues el Sol rige toda expresión
-exotérica, esotérica y jerárquica. Rige a la personalidad, al alma y a la
cuarta Jerarquía Creadora. De allí que el Sol (físico) aminore su poder en
Acuario. Al recibir la tercera iniciación la luz de la personalidad se
“extingue”, o es atenuada por la luz del Sol subjetivo, influyendo al alma.
Aquí hay mucho para reflexionar, pero muy poco puede indicarse directamente,
pues el curioso hecho de este triple control, ejercido por un planeta,
constituye uno de los misterios de la iniciación. Está vinculado a la relación
que existe entre Leo y Acuario, porque lo inusitado de Leo es que tiene todas
sus influencias regentes concentradas por intermedio de un planeta. Leo indica
la cumbre de la realización del alma humana. Nos inclinamos a creer que la
iniciación y la liberación constituyen la realización del reino humano y el
logro de la humanidad, pero no es así. Iniciación es la realización y el éxito
obtenido por el alma que, finalmente, ha logrado dominar a la personalidad y
manifestar su verdadera naturaleza y carácter, a pesar del personalismo y del
antagonismo del ser humano, empeñado en llevar a cabo sus propios propósitos.
Literalmente constituye la realización de ciertos objetivos deseados, para cuyo
logro los entes del quinto reino de la naturaleza han trabajado durante eones y
expresan el fin de la tarea, del sacrificio y servicio planetarios
obligatorios. Esta realización culmina en la tercera iniciación y de allí en
adelante, por propia elección y como alma, el hombre emancipado y libre sirve
en el plano físico, consciente de la intención y del propósito.
Los
decanatos de Acuario están regidos (según Alan Leo) por Saturno, Mercurio y
Venus, y el efecto que producirán ya comienza a vislumbrarse en los asuntos
humanos y condiciones mundiales. Saturno es el planeta del discipulado y de la
oportunidad; está hoy extremadamente activo, presentando al discípulo mundial
esas situaciones y crisis difíciles que demandarán una libre elección,
discriminación precursora, respuesta inteligente y correcta decisión,
produciendo así la destrucción de lo que obstaculiza, sin abandonar los
verdaderos valores de los cuales puede ser consciente la humanidad. El
discípulo individual ha enfrentado siempre estas circunstancias condicionantes
y liberadoras, y la humanidad se encuentra hoy en la misma situación. Nos
hallamos ante el portal del nuevo mundo, de la nueva era y sus nuevos ideales,
cultura y civilización.
Saturno,
que nos ha ofrecido la oportunidad y proporcionado la elección para producir
los cambios necesarios y destruir lo que impide la libre expresión del alma, se
aparta oportunamente a fin de permitir que Su gran Hermano, Mercurio, arroje
sobre la situación la luz del alma -intuitiva e iluminadora-, para poder
interpretar por medio de nuestras mentes iluminadas, el significado de los
acontecimientos, relacionando lo viejo con lo nuevo y el pasado con el futuro,
mediante la luz del presente.
De
aquí la utilidad subjetiva de la actual tendencia general hacia los procesos de
la meditación que capacitan para ser “impresionados desde lo alto” (entendido
técnicamente) e iluminados por la luz del alma.
Entonces,
cuando haya terminado la tarea de Saturno y de Mercurio durante el tercer
decanato, Venus, la unión del corazón y de la mente, introducirá la tan
esperada era de amor-sabiduría, de hermandad y de expresadas relaciones
fraternales. Oportunidad, Iluminación, Hermandad son los dones que Shamballa
proyecta conferir al género humano durante la era acuariana, siempre que los
hombres se preparen para ello, los acepten y utilicen. Sólo el futuro pondrá en
claro la reacción del hombre.
Según
otros astrólogos, los tres decanatos están regidos por Venus, Mercurio y la
Luna. Podrán observar aquí la relación entre la astrología y la rueda de la
vida normal o revertida. La Luna toma aquí el lugar de Saturno. ocultando al
planeta Urano. En este caso, Urano, el planeta oculto, representa la ciencia
exotérica que penetra en el aspecto oculto de la vida de la forma y tenemos el
período en que el hombre no está suficientemente alerta ni consciente para
aprovechar la oportunidad y aplicarla a los fines esotéricos o del alma, pero
puede identificarse con los aspectos más avanzados de la forma. La energía que
produce oportunidad, iluminación y amor fraternal, tal como se expresa y se
logra en la Cruz Fija, se demuestra en la Cruz Mutable o Común, como
dificultad, mente voluble y versátil (inestable y oscura) y como sexo.
Esto
aparece nítidamente en las palabras dirigidas al hombre en la Cruz Mutable
cuando atraviesa un ciclo acuariano. Dichas palabras son: “Y el Verbo dijo: que
rija el deseo en la forma”, porque el deseo se convierte en adquisición de
conocimiento, y el conocimiento de lo que está oculto en cualquier etapa del
sendero de evolución relaciona al individuo con Urano. Cuando el hombre se
halla en la Cruz Fija surgen las palabras: “Soy el agua de la vida vertida para
los hombres sedientos”. Las implicaciones son tan claras que el tema no
necesita mayor explicación ni elucidación.
Ahora
consideraremos más extensamente a Capricornio. Los tres estudios sobre Piscis,
Acuario y Capricornio serán algo más extensos que los anteriores, porque he
venido preparando la base para lo que diré sobre el quinto punto: las tres
Cruces. Extraeremos ciertas consideraciones en conexión con ellas, que serán de
valor; Piscis forma parte de la Cruz Mutable, Acuario de la Cruz Fija y
Capricornio de la Cruz Cardinal, por lo tanto, no es necesario repetir
detalladamente lo que he dicho al ocuparme de otros signos. Los tres son signos
de comienzo o de final, de acuerdo al estado de la rueda de la vida. También
resumen e inician las actividades de los otros nueve signos que son fundamental
y estrictamente signos humanos, y sintetizan los resultados de la experiencia
adquirida en las tres Cruces.
Ahora
podemos encarar en forma rápida esta tesis respecto a las implicaciones
filosóficas de la Gran Rueda del Zodíaco porque en este punto puedo dejar lo
que resta por decir sobre las tres Cruces, hasta que lleguemos a la parte VI,
donde habrá muchas cosas interesantes que señalar. Y las he tratado en forma
algo extensa cuando se estudiaron estos tres primeros signos de la rueda del
zodíaco, al girar de Aries a Tauro, vía Piscis. Cada uno de estos tres signos
se halla en una de las cruces y constituyen en sí y en sus relaciones, una
completa unidad. Resulta interesante observar que cada uno de ellos representa
el comienzo (en la Cruz Mutable) o la culminación (en la Cruz Fija). Cuando
representan el comienzo, tenemos:
1. Aries ler. Aspecto Movimiento externo hacia
la encarnación
latente.
Voluntad de manifestarse.
Experiencia
en la Cruz Cardinal.
2. Piscis 2do. Aspecto Deseo de existir en la
forma.
latente El amor o deseo por las cosas
materiales.
Mutación
constante.
Experiencia
en la Cruz Mutable o Común.
3. Acuario 3er. Aspecto Consagración al yo inferior.
latente Egoísmo.
Experiencia sobre la Cruz Fija.
Cuando
estos tres signos constituyen el final del ciclo de expresión en la rueda
revertida, tenemos:
1. Acuario 3er. Aspecto Consagración al servicio
del Todo.
expresado Muerte o negación de todo
egoísmo personal.
Culminación
de la experiencia en la Cruz Fija.
2. Piscis 2do. Aspecto Surgimiento de un salvador
del mundo.
expresado
Muerte de todo deseo y
amor separatista, incluso el
anhelo
y aspiración espirituales.
Culminación
de la experiencia en la Cruz Mutable.
3. Aries ler. Aspecto Aparición de la voluntad
de colaborar con el Plan.
expresado
Muerte de la propia
voluntad.
Culminación de la experiencia en la Cruz Cardinal.
La
misma consideración fundamental aplicada a las tres Cruces puede aplicarse a
Géminis, Tauro y Aries o la inversa, a Aries, Tauro y Géminis, recordando
siempre que la Cruz Mutable rige la rueda en el proceso común y la Cruz Fija en
el progreso invertido, durante el discipulado. La Cruz Cardinal rige en
realidad ambos procesos; pero esto sólo es comprendido cuando ha tenido lugar
la iniciación:
1. Aries - Rige el Sendero del Discipulado. Voluntad de retornar al
Origen. Determinación para lograr la liberación. La causa originante de los
cambios en las Cruces Fija y Mutable.
2. Tauro - Deseo de vencer al deseo. Anhelo de liberarse.
Transmutación del deseo en amor.
3. Géminis - La fusión de los opuestos; el trabajo inteligente de la
unificación; síntesis.
En
la rueda común estos signos otorgan:
1. Géminis - Experiencia de los pares de opuestos. Dualidad
pronunciada y separatista. Interacción entre los gemelos: La naturaleza del
alma y de la forma.
2. Tauro - El reenfoque de los deseos inferiores antes de dar otra
vuelta en la Gran Rueda, tratando de satisfacer a la personalidad. El Hijo
Pródigo viaja hacia un país lejano.
3. Aries - Nuevamente el principio y el fin.
Debe
recordarse que Aries es, definidamente, esa divina manifestación a la que el
Cristo se refirió cuando dijo: “Soy el Alfa y el Omega, el principio y el fin.”
No obstante, su significado sólo puede ser captado cuando las experiencias en
la Cruz Mutable y en la Cruz Fija han sido trascendidas y conscientemente se
asciende a la Cruz Cardinal después de la tercera iniciación, “la rueda que
gira sobre sí misma y va rodando de norte a sur y luego de este a oeste a
medida que progresa y lo realiza en un instante”. Ésta es una forma simbólica
de expresar la actividad unida de todos los estados de conciencia logrados en
las dos primeras ruedas, proporcionados al iniciado por la experiencia de la
vida durante muchas rondas en el zodíaco; también significa ese tipo de
conciencia que trasciende la del Cristo Mismo, para el cual el Cristo y el Buddha
se están preparando. La experiencia en la Cruz Cardinal (concerniente al
desenvolvimiento cósmico) trasciende toda conciencia posible adquirida en las
otras dos cruces y para lo cual han preparado al iniciado. Podría decirse que:
1. La Cruz Mutable, a su debido tiempo y cuando se han asimilado sus
lecciones, otorga conciencia planetaria.
2. La Cruz Fija otorga conciencia del sistema.
3. La Cruz Cardinal otorga conciencia cósmica.
CAPRICORNIO,
LA CABRA
Éste
es uno de los signos más difíciles de explicar porque, como bien saben, es el
más misterioso de los doce. Es el signo de la cabra que busca su sustento en
los lugares más rocosos y áridos del mundo, y por lo tanto relaciona al hombre
con el reino mineral. También es el signo de los Cocodrilos, que viven en el
agua y en la tierra; espiritualmente es el signo del Unicornio, “la bestia que
lucha y triunfa”, de las antiguas mitologías. De acuerdo al simbolismo de estos
animales, el signo nos da un cuadro completo del hombre, con sus pies en la
tierra, corriendo libremente y ascendiendo las cumbres de la ambición mundana o
de la aspiración espiritual, en busca de lo que él comprende (en un momento
dado) que es su mayor necesidad. Como la cabra, Capricornio, es el hombre
terreno, humano y codicioso, que trata de satisfacer el deseo, o el aspirante
egoísta que trata de satisfacer su aspiración. Este signo representa al hombre
como un animal ambicioso, en dos sentidos de la palabra: en las primeras etapas
de la Cruz Mutable, el hombre, la mezcla del deseo (agua) y de la naturaleza
animal (tierra), y en la rueda revertida, el hombre, la fusión del alma y la
forma. También nos proporciona un cuadro del iniciado triunfante, el “Unicornio
de Dios”, el símbolo del Unicornio con su único cuerno protuberante sobre el
testuz, semejante a una lanza, en vez de los dos cuernos de la cabra.
Resulta
interesante estudiar los tres signos simbolizados por animales con cuernos.
Aries, el carnero con los cuernos vueltos hacia abajo, significa la venida a la
manifestación, el ciclo involutivo y de experiencia en la Cruz Cardinal, cuando
expresa la voluntad de Dios de manifestarse. Tauro, los cuernos del toro
vueltos hacia arriba, sobre un círculo, representa el impulso del hombre, el
Toro de Dios, hacia la meta de la iluminación y la liberación del alma, y los
dos cuernos (dualidad) protegiendo el “ojo de la luz” en el centro del testuz
del toro, el “ojo uno” de El Nuevo Testamento, que “llena de luz a todo el
cuerpo”. Luego Capricornio, la cabra, relacionado particular y estrechamente a
Aries, oculta (como un velo esotérico) el simbolismo del Unicornio, donde los
dos cuernos y el ojo único se fusionan, y está representado por el largo y
derecho cuerno del Unicornio en el centro del testuz.
Detrás
de todo esto se halla el misterio dual de Leo, porque Leo -en lo que a la
humanidad concierne- es la clave o el indicio de todo el zodíaco, y esta
constelación encierra dos grandes misterios:
1. El misterio de la Esfinge, conectado con la relación que existe
entre Leo y Virgo, y ligado al secreto de los Ángeles Solares. No es el
misterio del alma y la forma, sino el de la mente inferior y la superior y su
mutua relación.
2. El misterio del León y el Unicornio. Una antigua canción de cuna
encierra este secreto, y se refiere a que “el León y el Unicornio fueron a la
Ciudad”, y esto contiene peculiarmente el secreto de la iniciación y de la
ascensión del ser humano hasta el portal donde se lo admite que entre en la
Jerarquía, y también la “elevación mística” para lo cual la Masonería posee la
clave. Esto tiene que ver con el surgimiento de la conciencia del iniciado
(nueva y centralizada) y la derrota del rey de los animales (la personalidad)
lo cual conduce a que la conciencia grupal y mundial, el altruismo y la
iluminación, triunfen sobre la autoconciencia y el egoísmo. La verdadera
versión de este antiguo mito, dice que el rey de los animales es cegado y
muerto, porque el cuerpo del Unicornio le atravesó el ojo y el corazón.
El
símbolo de este signo es intencionalmente indescifrable. A veces se lo llama la
“Signatura de Dios” y no trataré de interpretarlo, en parte porque nunca ha
sido trazado correctamente, y por otra porque su delineamiento correcto y la
capacidad del iniciado para descifrarlo produce una afluencia de fuerza que no
sería deseable, excepto después de la debida preparación y comprensión. Es
mucho más potente que el pentágono, y deja al iniciado “sin protección”.
En
un antiguo tratado astrológico, que nunca vio la luz del día, pero que será
descubierto a su debido tiempo, está descrita la relación que existe entre los
animales cornúpetos del zodíaco:
“El
Carnero, la víctima propiciatoria y la Cabra sagrada, son Tres en Uno y Uno en
Tres. El Carnero se convierte en el segundo y el segundo en el tercero. El
Carnero engendra y fertiliza todo; la Víctima propiciatoria en el desierto, que
todo lo redime; la Cabra sagrada que se fusiona en el Unicornio, levantando,
ensartada en el dorado cuerno, a la forma vencida -en esto se halla oculto el
misterio.”
Evidentemente
los tres signos cornúpetos ocultan tres misterios:
El
misterio de Dios, el
Padre La Creación
El
misterio de Dios, el Hijo La Redención
El
misterio de Dios, el
Espíritu Santo La liberación
También
se podría decir que la Voluntad del aspecto Padre, manifestándose por medio de
Aries, rige a Shamballa; el amoroso deseo del Hijo es atraído hacia la
Jerarquía, y la actividad penetrante e inteligente del Espíritu Santo anima ese
centro de vida divina denominado humanidad. Por lo tanto tenemos:
Shamballa Jerarquía Humanidad
Voluntad Amor Inteligencia
Aries Tauro Capricornio
Tanto en sus aspectos superiores
como en los inferiores estos signos guardan el secreto del “cuerno de la lucha
y el cuerno de la abundancia, sometidos y cuidados por el Cuerno de la Vida”.
Un antiguo proverbio dice: “El Carnero -cuando se ha convertido en la Víctima
propiciatoria, ha buscado la iluminación como el Toro de Dios y ha trepado a la
cumbre de la montaña a semejanza de la cabra- cambia así su forma por el
Unicornio. Grande es la clave oculta”. Ampliando algo más el simbolismo podría
decirse que:
1. El Carnero conduce a la vida creadora en la Tierra y a la
oscuridad de la materia. Éste es el azul de media noche.
2. El Toro conduce a los lugares de deseo en busca de “la
satisfacción iracunda”. El rojo de la codicia y la ira, se cambia oportunamente
en la luz dorada de la iluminación.
3. La cabra conduce por caminos áridos en busca de alimento y agua,
“la necesidad de verde”; pero la Cabra es también capaz de ascender hasta la
cumbre de la montaña.
Ésta
es la experiencia en la Cruz Mutable en lo que concierne a estos tres signos. Y
en la Cruz Fija:
1. El Carnero se transforma oportunamente en la Víctima propiciatoria
y la Voluntad de Dios en el Amor, y así demuestra la salvación.
2. El Toro se transforma en el que otorga luz, y la oscuridad del
primer ciclo es iluminada por el Toro.
3. La Cabra se transforme en el Unicornio, conduciendo a la victoria.
El Cocodrilo, la Cabra y el Unicornio, representan tres etapas del
desenvolvimiento del hombre.
Aries,
Tauro y Capricornio son los grandes transformadores bajo el gran Plan creador.
Son de naturaleza catalítica. Cada uno abre la puerta que conduce a uno de los
tres centros divinos de expresión, que son los símbolos en el cuerpo del Logos
planetario de los tres centros superiores del hombre, el coronario, el cardíaco
y el laríngeo:
Aries.
Abre la puerta que conduce a Shamballa, cuando se pasa por las experiencias de
Tauro y Capricornio.
Tauro.
Abre la puerta que conduce a la Jerarquía, cuando es comprendida la
significación de Géminis y Leo, y pueden ser recibidas las dos primeras
iniciaciones.
Capricornio.
Abre la puerta que conduce a la Jerarquía, en un aspecto más elevado, cuando
pueden ser recibidas las tres últimas iniciaciones y es comprendida la
significación de Escorpio y Virgo.
En
estos signos y sus relaciones sobre la Cruz Fija reside oculto el misterio de
Makara y de los Cocodrilos.
Las
notas clave de este signo indican un proceso de cristalización. La facultad de
concretar de Capricornio puede ser considerada de varias maneras.
Primero,
Capricornio es un signo terrestre, y expresa el punto más denso de
materialización concreta de que es capaz el alma humana. El hombre es entonces
“de la tierra, terrestre”, y lo que El Nuevo Testamento llama “el primer Adán”.
En este sentido Capricornio contiene en sí mismo la simiente de la muerte y del
fin -la muerte final, que oportunamente tiene lugar en Piscis. Reflexionen
sobre esto. Cuando la cristalización ha llegado a cierto grado de densidad y
obtenido lo que se denomina dureza, es destruida y desintegrada fácilmente, y
el hombre nacido en Capricornio lleva a cabo su propia destrucción, lo cual se
debe a su naturaleza fundamentalmente materialista y a los “golpes del
destino”, que son la actuación de la ley del karma. Una y otra vez se logra
cierto grado de concreción, para sufrir nuevamente la destrucción, previa a la
liberación de la vida y a la reconstrucción de la forma.
Segundo.
Capricornio es siempre el signo de la finalización, y su símbolo es
frecuentemente (aunque no siempre) la cima de la montaña, porque marca el punto
más allá del cual no se puede ascender, en algún ciclo determinado de vida. Por
eso Capricornio es el signo que esotéricamente ha sido denominado “detención
periódica”. El progreso llega a ser imposible bajo las formas existentes y debe
descender al valle del dolor, de la desesperación y la muerte, antes de iniciar
un nuevo intento de escalar las cumbres. El intento actual de trepar al monte
Everest es asombrosamente simbólico, y la Jerarquía lo observa con mucho
interés, porque en este esfuerzo vemos el intento de la humanidad por llegar a
la cumbre de la montaña, cuya cima, hasta ahora, vio frustrado todo esfuerzo.
Ésta es una cuestión de gran importancia e interés, pero cuando la humanidad
emerja a la luz y a la relativa gloria de la nueva civilización, conquistará al
mismo tiempo la última cima. Lo que representa el más denso materialismo y la
culminación de la grandeza terrena permanecerá, pero estará bajo los pies de la
humanidad.
Tercero,
Capricornio, como consecuencia de lo anterior, es el signo donde se inaugura un
nuevo ciclo de esfuerzo, en lo que respecta al hombre común o al iniciado.
Esfuerzo, tensión, lucha y contienda, contra las fuerzas naturales del bajo
mundo, o las difíciles condiciones vinculadas a las pruebas del discipulado o
la iniciación, son las características de la experiencia en Capricornio.
Quizás
algunos sepan que antiguamente sólo había diez signos, y en esa época
Capricornio marcaba el fin de la rueda zodiacal, y no como lo hace ahora
Piscis. Los signos Acuario y Piscis no fueron incorporados a los signos por la
simple y llana razón de que la humanidad no podía responder a sus influencias
peculiares, pues los vehículos de contacto y el mecanismo de respuesta no
estaban adecuadamente desarrollados. Originalmente había ocho signos, luego
diez y ahora doce:
1. En los días lemurianos, durante el período primitivo del hombre
animal y antes de aparecer la humanidad sobre la Tierra, en el período
intermedio de desarrollo, ocho signos ejercían influencia en el planeta y en
los reinos de la naturaleza que existían en él. No había respuesta a las
influencias de Leo y Virgo. El misterio de la Esfinge no existía, y ambos
signos no formaban parte de la rueda zodiacal. Después tuvo lugar la
individualización, la simiente crística fue plantada en el hombre y estos dos
signos empezaron a ejercer influencia sobre la humanidad, influencia que fue
reconocida gradualmente, y el zodíaco contó con diez signos. Dominaba la Cruz
Mutable, que entonces era la Tau, pues no estaba Piscis, y sólo Géminis, Virgo
y Sagitario eran evidentes. El círculo de experiencia estaba marcado de Aries a
Capricornio.
2. En los días atlantes, el hombre había llegado a responder en tal
forma a las influencias planetaria y solar, que fue abierta la puerta de la
iniciación para la experiencia jerárquica, y se agregaron dos signos más. Estos
dos signos eran las analogías superiores de Leo y Virgo, y los polos opuestos
de estos dos fueron: Acuario y Piscis. Sus influencias llegaron a ser activas y
efectivas, y formaron parte de la rueda zodiacal, porque el hombre empezó a responder
a sus potencias. Entonces la Cruz Fija pudo actuar esotéricamente en la vida de
la humanidad, y tuvo lugar la primera reversión de la rueda en la vida de los
hombres evolucionados de la época. Esta reversión fue la verdadera causa de la
gran contienda o batalla entre los Señores de la Faz Oscura (como se los
denomina en La Doctrina Secreta) y los Señores de la Luz -contienda que aún
persiste. Entonces algunos hombres alcanzaron la etapa del discipulado, en la
cual pudieron ascender conscientemente a la Cruz Fija y prepararse para una
iniciación mayor. Contra esto lucharon las fuerzas del materialismo y de la
obstrucción (como a veces se las denomina) librando la batalla en el signo de
Escorpio.
3. Hoy, en la época Aria, se desarrolla un conflicto similar en una
vuelta más alta de la espiral. La razón consiste en que algunos discípulos e
iniciados del mundo, han alcanzado cierto grado de desenvolvimiento y se están
preparando para ascender a la Cruz Cardinal y recibir algunas de las
iniciaciones superiores. El conflicto se libra entre la humanidad (controlada
por los Señores del Materialismo) y la Jerarquía (controlada por las fuerzas de
la Luz y del Amor), y ante nuestros ojos se está librando la batalla. Las
influencias de los doce signos del zodíaco (particularmente siete de ellos)
están implicadas hoy, y los hombres de todos los tipos y rayos responden a esas
influencias, y en una forma u otra están implicados en el asunto.
Observarán,
por lo tanto, que si las fuerzas concentradas de la Cruz Cardinal son ahora
definidamente poderosas -y lo son- la batalla es terrible porque:
1. La humanidad como un todo se halla en tal estado de convulsión
debido a que debe dar el gran paso adelante en el desenvolvimiento de la
autoconciencia y también expresar el sentido de responsabilidad, que es el
primer florecimiento y fructificación de la percepción autoconciente. Este
hecho es responsable de arrastrar al conflicto, en forma peculiar y
pronunciada, a las fuerzas de Cáncer (de naturaleza involutiva), de Leo (que concierne
a la individualización) y de Géminis (que expresa la dualidad esencial del
hombre). Por eso tenemos hoy la actividad de la conciencia de la masa en Cáncer
que indica la actividad de la Cruz Cardinal en la etapa involutiva; la
autoconciencia en el hombre, manifestada en Leo, y el signo más humano de todos
que indica la Cruz Fija; y Géminis, que proporciona el sentido de la naturaleza
dual del hombre -humana y divina-, constituyen, la meta de la experiencia
consciente en la Cruz Mutable. En consecuencia, tenemos ahora un signo en cada
una de las tres cruces, particularmente activo, influyendo a las masas de
hombres de todas partes. Un breve estudio de las condiciones del mundo, en lo
que al hombre concierne, lo comprobará.
2. En la actualidad, los discípulos del mundo y la humanidad avanzada
se hallan igualmente en un estado similar de convulsión. Están pasando pruebas
y experiencias antes de dar un paso mayor, en algunos casos consistirá en
recibir la primera iniciación y en otros la segunda. Esto es producido y traído
por las fuerzas de Tauro, Leo y Escorpio y también por la compenetrante
influencia general de Géminis. Tenemos aquí tres signos, en la Cruz Fija y uno
en la Cruz Mutable condicionando y afectando a los discípulos del mundo, de
extraordinaria importancia y potencia en la actualidad, debido a la etapa de
evolución y a la sensibilidad de los discípulos e iniciados del mundo.
3. Los iniciados, a su vez, están siendo sometidos a los impactos de
las energías procedente de Escorpio, Capricornio y Piscis -afluencia de fuerza
proveniente de cada una de las tres Cruces. Estas tres fuerzas capacitan al
iniciado para recibir la tercera iniciación.
Será
interesante observar que el promedio de la humanidad está, por lo tanto, sujeta
a la influencia de los tres signos mayores, y condicionada en la actualidad por
la potencia que llega de cada una de las tres cruces, presentando a los hombres
la responsabilidad de elección y evocando su libre albedrío, su tendencia hacia
la autodeterminación y su firme decisión en esta época de crisis mundial.
Observarán que los discípulos del mundo están relacionados con las masas por su
respuesta a la influencia que emana de Géminis y entre sí, a través de
Escorpio, lo cual les otorga la capacidad de responder a las pruebas y al
sentido de visión (mediante el ojo iluminado de Tauro) y de emplear el poder de
la individualidad por medio de una personalidad evolucionada, mediante la
potencia de Leo. Los iniciados están relacionados con los discípulos del mundo
a través de la constelación de Escorpio, con el centro jerárquico por medio de
Capricornio y con la masa, a través de Piscis, el signo de los Salvadores del
mundo,
Por
lo tanto, siete constelaciones se hallan en predominante y estrecha combinación
en el actual momento de crisis, siendo responsables de los asuntos mundiales,
tal como existen hoy:
Cáncer La
Cruz Cardinal. “Ambas puertas están abiertas de par en par
Capricornio
Tauro
Leo La Cruz Fija. “Los Discípulos
dominan el mundo.”
Escorpio
Géminis La Cruz Mutable. “La salvación del
mundo es hoy posible
Piscis
Los
regentes planetarios exotéricos y esotéricos de Capricornio son los mismos, y
Saturno que rige el curso del hombre en este signo, no importa si se halla en
la rueda común o revertida, o si está en la Cruz Mutable o en la Cruz Fija.
Cuando ha recibido la tercera iniciación y puede ascender conscientemente a la
Cruz Cardinal, se libera, del dominio de Saturno y queda bajo la influencia de
Venus, regente de la Jerarquía, la de los Cocodrilos. Si consultamos la
enumeración dada lo demostrará. Técnicamente cuando un hombre está en la Cruz
Cardinal, comprende claramente la significación del propósito y las
potencialidades de las Jerarquías Creadoras, que le abren de par en par las
puertas a todas Ellas. En la Cruz Mutable y en la Cruz Fija tenemos el llamado
rayo verde, controlando no sólo las obligaciones kármicas en la vida cotidiana
en el sendero de evolución, sino también las experiencias y los procesos
evolutivos. La razón reside en que Capricornio es un signo terrestre y los
rayos tercero y quinto actúan preeminentemente por medio de este signo,
personificando al tercer aspecto mayor de la divinidad, la inteligencia activa,
además de su poder subsidiario, el quinto rayo de la mente, los cuales a través
de Capricornio, afluyen a Saturno y a Venus, llegando así a nuestro planeta, la
Tierra. De los cuatro Señores del Karma, Saturno es el más poderoso y obliga al
hombre a enfrentar el pasado y a prepararse, en el presente, para el futuro. Tal
es la intención y propósito de la oportunidad kármica. Desde cierto ángulo,
Saturno puede ser considerado el Planetario Morador en el Umbral, pues toda la
humanidad debe enfrentar a ese Morador y también al Ángel de la Presencia, y al
hacerlo descubrirá que el Morador y el Ángel constituyen esa compleja dualidad
que es la familia humana. Saturno lo hace posible, debido a una relación
peculiar con el signo de Géminis. El hombre individual descubre esto y enfrenta
los dos extremos mientras está en Capricornio; la cuarta y quinta Jerarquía
hacen lo mismo en Libra.
Por
lo tanto, a través de Saturno y Venus, Capricornio se conecta con Libra y
también con Géminis y Tauro; estas cuatro constelaciones -Tauro, Géminis, Libra
y Capricornio- constituyen un poderoso cuaternario de energías, produciendo
entre ellas esas condiciones y situaciones que permitirán al iniciado demostrar
su preparación y capacidad para la iniciación. Se las denomina “Los Guardianes
de los Cuatro Secretos”
Tauro
- Guarda el secreto de la Luz y confiere iluminación al iniciado.
Géminis
- Guarda el misterio o secreto de la dualidad y otorga al iniciado una palabra
que conduce a la fusión de los pares de opuestos mayores.
Libra
- Guarda el secreto de la estabilidad, del equilibrio y, finalmente, pronuncia
la palabra que libera al iniciado del poder de los Señores del Karma.
Capricornio
- Guarda el secreto del alma misma, y lo revela al iniciado en el momento de
recibir la tercera iniciación. Esto se denomina a veces el “secreto de la
Gloria oculta”.
Por
intermedio de otros regentes planetarios, mediante los cuales actúan los rayos
tercero y quinto, Capricornio está conectado con otras constelaciones además de
las cuatro mencionadas; pero para nuestro propósito éstas son las más
importantes. Los estudiantes pueden deducir, si lo desean, cuáles son las
restantes energías entrelazadas, relacionando los rayos, los regentes
planetarios y las constelaciones y consultando las clasificaciones ya dadas. El
tema, sin embargo, es muy confuso para el principiante, por eso me ocupo
primeramente de la filosofía y del simbolismo de los signos, a fin de
familiarizarlo con el esquema general y el amplio entrelazamiento universal.
Los
rayos tercero y quinto están peculiarmente activos en el Sendero del Discipulado,
así como los rayos sexto y cuarto dominan en el Sendero de Evolución y los
rayos primero y séptimo en el sendero de la iniciación. Como bien saben, el
segundo rayo controla y domina a los demás rayos:
Sendero Rayos Planetas Constelaciones
Evolución 6to. y 4to Marte. Mercurio Aries.
Géminis. Cáncer. Virgo.
Escorpio.
Discipulado 3ro. y 5to Venus.
Saturno Géminis. Sagitario.
Capricornio.
Iniciación 1ro. y 7mo Vulcano. Urano Tauro.
Libra. Piscis.Plutón
En
esta clasificación observarán uno o dos puntos interesantes, que deberán ser
cuidadosamente considerados por todos los astrólogos después de determinar en
una de sus tres divisiones, el lugar aproximado del sujeto en el sendero de
evolución. Primero, la constelación de Géminis aparece dos veces, debido a su
estrecha conexión con la cuarta Jerarquía Creadora. Segundo, durante el período
de la Cruz Mutable, cinco constelaciones tienen que ver con la experiencia del
hombre en el sendero de la vida diaria, de los constantes renacimientos y de la
dificultad kármica. Cuatro de ellas conducen a Escorpio, donde se produce la
reversión de la rueda. Tercero, en el Sendero del Discipulado tres
constelaciones controlan y conducen a la actividad en Capricornio, siendo
posible en ese período recibir la iniciación. Cuarto, en el Sendero de
Iniciación la actividad de la tres Cruces se siente simultáneamente por
intermedio de los “poderes liberados” de Tauro, Libra y Piscis. Observarán que
la influencia de primer rayo, expresada a través de Plutón y Vulcano, se siente
únicamente en forma positiva en el Sendero del Discipulado. Esta potencia de
primer rayo sólo últimamente la ha experimentado la entera humanidad cuando se
acercaba a la etapa del discípulo mundial, y un vasto número de individuos
entró en los Senderos del Discipulado y de Probación. De ahí el reciente
descubrimiento de Plutón y el poder percibido de Vulcano, velado por la
potencia de Mercurio y oculto detrás de este planeta.
Las
influencias y potencias de segundo rayo están continuamente presentes, y se
proyectan en nuestra vida y esfera planetaria vía el Sol (que vela un planeta
oculto) y Júpiter, los cuales arrastran las fuerzas de Leo, Sagitario, Piscis,
Acuario y Virgo a nuestro planeta, y, a través de él, a todos sus reinos de la
naturaleza.
De
los puntos mencionados pueden obtenerse indicios respecto a las fuerzas
entrelazadas de las doce constelaciones, al afluir a todos los reinos de la
naturaleza y a través de ellos, trayendo no sólo sus propias potencias
individuales, sino también la de los siete rayos, enfocadas a través de los
planetas sagrados y no sagrados -las Vidas planetarias descubiertas y por
descubrir. Esotéricamente se ha dicho que al iniciado se le otorga una visión
de estos poderes y de sus numerosas líneas onduladas (vistas como ríos y
corrientes de luz) desde la cima de la montaña de Capricornio, cuando se ha
alcanzado esa cumbre. Esta visión aparece ante los ojos del asombrado discípulo
en la iniciación de la Transfiguración. Las grandes experiencias en las cumbres
de las distintas montañas relatadas en la Biblia, tienen que ver con
Capricornio. Moisés, el Dador de la Ley en el Monte Sinaí, es Saturno en
Capricornio, imponiendo al pueblo la ley del karma. Tenemos aquí un indicio
sobre la significación del pueblo judío como centro de distribución del karma.
Mediten sobre las palabras: “centro de distribución del karma”. El monte de la
Transfiguración en El Nuevo Testamento es Venus en Capricornio, cuando el amor,
la mente y la voluntad se unen en la persona de Cristo, “siendo transfigurado”
ante todos los hombres. Al mismo tiempo tuvo la Visión del Padre y lo que debía
hacer cuando “fuera a Jerusalén”, el lugar de la muerte y la ciudad de la paz.
Este Jerusalén es Piscis. En Acuario, Cristo puso a sus discípulos en contacto
con el “hombre que lleva un cántaro de agua”, Acuario, y en el aposento alto
los indujo a la unión y a la unidad bajo el simbolismo de la cena de la
comunión. La humanidad se está preparando hoy para esa cena, como hemos visto
al estudiar la última constelación.
El
significado astrológico de El Nuevo Testamento es aún poco comprendido. El
Cristo nació en Capricornio, cumplió la ley bajo Saturno, inició la era de la
hermandad inteligente bajo Venus y es el perfecto ejemplo del iniciado
capricorniano, que llega a ser el servidor del mundo en Acuario y el Salvador
del mundo en Piscis, completando así la ronda del zodíaco y capacitándose para
poder exclamar triunfalmente en Piscis: “Consumado es”.
El
polo opuesto de Capricornio es Cáncer y, como ya se ha enseñado, ambos signos
son los dos grandes portales del zodíaco -uno abre la puerta a la encarnación,
a la vida de la masa y a la experiencia humana, y el otro, a la vida del
espíritu, a la vida del reino de Dios, vida y propósito de la Jerarquía de
nuestro planeta. Cáncer permite que el alma entre en el centro mundial llamada
humanidad; Capricornio permite que el alma participe conscientemente de la vida
de ese centro mundial que denominamos Jerarquía; Libra permite que el alma
entre en el centro mundial que llamamos Shamballa, por ser el polo opuesto de
Aries, lugar de los comienzos. Libra manifiesta el perfecto equilibrio del
espíritu y la materia, unidos al principio en Aries. Estos equilibrios y
relación de los grandes opuestos, espíritu y materia, están simbolizados por la
situación en que se halla la personalidad al equilibrar los pares de opuestos
en el plano astral y descubrir entre ellos el “estrecho sendero del filo de la
navaja”, que lleva al hombre al reino del alma. Cuando el hombre pasa repetidas
veces alrededor del zodíaco, como comúnmente sucede, continua y conscientemente
entra a la vida en Cáncer, constelación en la cual se aplica y administra la
ley del renacimiento. Pero únicamente en el zodíaco revertido, el hombre
aprende a pasar, con análogo propósito consciente, a través de la puerta en
Capricornio. Cinco veces debe pasar a través de esa puerta con la conciencia
plenamente despierta, y estos cinco acontecimientos frecuentemente se denominan
las cinco iniciaciones mayores. Considerando a la cuarta Jerarquía Creadora
como un todo, las apariencias y experiencias de la vida del Logos planetario
por medio de las cinco razas -dos pasadas, una presente, la Aria, y dos
futuras- constituyen las analogías planetarias de las cinco iniciaciones. Es
muy interesante estudiar esto, porque en el momento en que cualquier raza
particular viene a la existencia, se abren de par en par las puertas de Cáncer
y Capricornio, porque estos signos están ocultamente alineados.
Un
estudio de las características y cualidades del hombre nacido en el signo de
Capricornio revelará muchas cosas sobre la familia humana, porque el
capricorniano puede expresar lo mejor y lo peor de lo que el hombre es capaz.
Es el signo de los extremos, debido a que en esa época existían sólo diez
signos. Capricornio fue el primero en la rueda común y el último en la rueda
revertida, lo cual es evidente. Esotéricamente todos los Salvadores del mundo y
los Dioses Soles han nacido en Capricornio; pero también los peores tipos de
hombres perversos, materialistas, crueles, orgullosos, egoístas, interesados y
ambiciosos. En tales casos la cabeza rige al corazón, mientras que en el caso
de la perfecta influencia ejercida por Capricornio, la cabeza y el corazón
están perfectamente equilibrados.
Capricornio
rige las rodillas, y esto es simbólicamente verdad, pues sólo cuando el sujeto
capricorniano aprende a arrodillarse con toda humanidad, y de rodillas sobre la
cumbre rocosa de la montaña, ofrece su corazón y su vida al alma y al servicio
a la humanidad, se le permite pasar la puerta de la iniciación y se le confía
los secretos de la Vida. Unicamente de rodillas puede atravesar esa puerta.
Mientras se mantenga arrogantemente donde no ha ganado el derecho de estar,
nunca se le podrá confiar la información impartida a los verdaderos iniciados.
La antigua forma de peregrinación en la India, por la que los devotos pasaron o
progresaron de un lugar sagrado a otro de rodillas, indica la profunda
necesidad que tiene el capricorniano de ser humilde. La India está regida por
Capricornio, y allí se conoce esta verdad. Aunque la India ha permitido que el
acto físico reemplace a la actitud espiritual, sin embargo el significado
simbólico es eternamente veraz. Cuando el hombre nacido en Capricornio, puede
arrodillarse en espíritu y en verdad, es que está preparado para los procesos
iniciáticos en la cumbre de la montaña.
Es
significativamente bello e instructivo el simbolismo que subyace en el hecho
astrológico de que Marte está exaltado en Capricornio, mientras que el poder de
la Luna disminuye en ese signo y Júpiter y Neptuno caen. Marte es el Dios de la
Guerra, el productor de conflictos y, en este signo terreno, Marte triunfa en
las primeras etapas de la evolución de la cuarta Jerarquía Creadora y en la
historia de la vida del hombre común y no evolucionado. El materialismo, la
lucha por satisfacer las ambiciones personales y el conflicto contra las
tendencias espirituales más elevadas, progresan constantemente y éste, el más
materialista de los signos, es el campo de batalla donde los antiguos orden y
hábitos luchan contra las nuevas y más elevadas tendencias e inclinaciones. La
India, regida por Capricornio, ha sido un campo de batalla en el transcurso de
las edades. Port-Said, regida por este signo, es sinónimo de la satisfacción de
todos los deseos terrenos y animales del tipo más bajo y una de las ciudades
más impías del mundo -el lugar de reunión de lo peor de los tres continentes.
Pero
a medida que la evolución prosigue, el poder de la Luna, símbolo y regente de
la forma, disminuye cada vez más y el hombre, en la rueda revertida, se va
liberando constantemente del control de la materia. El atractivo encanto hacia
lo material decae en forma creciente. Júpiter, regente de Piscis y también de
Acuario, cae en Capricornio. Esta caída debe ser estudiada desde dos ángulos,
porque Júpiter en su aspecto inferior proporciona el cumplimiento del deseo y
satisface la demanda, mientras que en el superior exterioriza la expresión del
amor, que atrae hacia sí, magnéticamente, lo deseado pero en bien del todo. Por
lo tanto, Júpiter alcanza en Capricornio, su punto más inferior de expresión en
el aspecto más denso de la materia, y luego -cuando triunfa el amor y muere el
egoísmo- se disipa y desaparece este aspecto inferior. El simbolismo se refiere
a la “caída” de los aspectos superiores, y después a la caída o desaparición de
todo lo que es vil y ruin. El amor se ciega cuando predomina el deseo; el deseo
se disipa cuando triunfa el amor. Neptuno es otro planeta que según se dice cae
en este signo y por las mismas razones. Neptuno es el Dios de las aguas, y está
esotéricamente relacionado con Piscis. Debe observarse que Neptuno y Júpiter
están exaltados en Cáncer, el gran signo donde se cumple el deseo de encarnar;
el poder de ambos disminuye en Virgo, donde se sienten los primeros signos de
la conciencia crística; ambos caen en Capricornio cuando la conciencia y la
vida crística llegan a su plena fructificación. Como podrán ver, hay mucho que
dilucidar sobre estas tres líneas, y las sugerencias mencionadas indicarán que
puede hacerse un estudio comparativo y una investigación filosófica fructífera.
En
Capricornio tenemos el triunfo de la materia, porque alcanza allí su expresión
más densa y concreta, triunfo que es seguido por el del espíritu. En
Capricornio la naturaleza terrena se expresa plenamente y hay también grandes
posibilidades espirituales. En la India, por ejemplo, Capricornio expresa una
degradación general y al mismo tiempo, las cumbres de la realización
espiritual; un estudio de la India -su historia, características y cualidades
espirituales- revelará mucho referente a las influencias y posibilidades de
este signo.
Las
tres partes en que se divide cada signo, denominadas decanatos, son de especial
interés en el caso de Capricornio. Como sucede en todas las analogías, esta
triplicidad puede relacionarse con los tres aspectos de Dios y del hombre
-espíritu, alma y cuerpo. El decanato
central es, en consecuencia, de importancia peculiar en nuestro período
mundial, porque concierne al efecto que producen las influencias planetarias,
los rayos solares y la energía de las constelaciones sobre el alma o aspecto
conciencia. Esto es verdad, ya sea que consideremos al hombre en la rueda común
o en la rueda revertida. Desde el punto de vista de la interpretación
astrológica, y en caso de que el astrólogo no esté seguro de la dirección en
que gira la rueda, éste es el único decanato con su regente, del cual puede
estar seguro. Por lo tanto, la influencia del regente es inevitable. Esto
sucede notablemente en lo que al signo de Acuario concierne y en él está
entrando nuestro Sol; sus tres decanatos Saturno, Mercurio y Venus, producen
inevitablemente dificultad, iluminación y amor fraternal. En la rueda común
todos nuestros asuntos externos son controlados por Saturno, en consecuencia
nos hallamos hoy en un estado de caos y dificultades, pero en lo que concierne
a la conciencia de la raza, Mercurio está siendo cada vez más activo. Una firme
iluminación que está teniendo lugar, arroja luz sobre todos los problemas -luz
sobre los gobiernos y la política, mediante experimentos y el estudio de
grandes y básicas ideologías; luz sobre la naturaleza material del mundo por
medio de las diversas ramas de la ciencia; luz sobre la humanidad misma por
medio de la educación, la filosofía y la sicología. Esta luz se está
difundiendo hasta en los lugares más oscuros de nuestro planeta y en sus muchas
formas de vida.
Dos
series de regentes están disponibles para estos tres decanatos. De acuerdo a
Alan Leo, tenemos Saturno, Venus y Mercurio. Según Sefarial tenemos Júpiter,
Marte y el Sol. De los dos, el primero es más correcto y esotérico. Los
verdaderos regentes son Saturno, Venus y el Sol. Debo recordarles que Mercurio
y el Sol son intercambiables, pero en este caso, el Sol representa
exotéricamente a Mercurio y esotéricamente a un planeta oculto.
Saturno
relaciona a Capricornio con Acuario, el signo anterior en la rueda común, y
Júpiter, exotéricamente entendido, relaciona a Capricornio con Sagitario en la
rueda revertida. Para todos los esotéricos el Sol es evidentemente el regente
del tercer decanato, velando un planeta oculto profundamente significativo, que
revela la divinidad en el momento de recibir la tercera iniciación. Advertirán
que en este gran signo de iniciación, Saturno revela la naturaleza del tercer
aspecto de la divinidad, la de la sustancia inteligente; Venus revela la
naturaleza del segundo aspecto, que es conciencia o amor inteligente, mientras
que el Sol -el Sol físico junto con el corazón del Sol- revela la síntesis de
ambos.
Las
palabras clave en la rueda común son: “Y el Verbo dijo: Rija la ambición y sea
abierta la puerta de par en par”. Tenemos aquí la clave del impulso evolutivo,
del secreto del renacimiento y de esa palabra que repercute desde Cáncer a
Capricornio. La puerta de la iniciación siempre permanece abierta, pero durante
eones el hombre prefiere la puerta abierta de Cáncer. La ambición lo impele sin
cesar vida tras vida, hasta que descubre la inutilidad de toda satisfacción
terrena. Gradualmente, la ambición espiritual y el deseo por la liberación
ocupan el lugar de la ambición mundana, llegando a ser un impulso imperioso,
hasta que finalmente llega el momento en que un verdadero sentido de la
realidad sustituye a las ambiciones terrena y espiritual. Entonces el hombre
puede en verdad decir: “Estoy perdido en la luz suprema, sin embargo, vuelvo la
espalda a esa luz”. Para él no existe ahora otra meta que la de prestar
servicio. Por lo tanto retrocede, atravesando la puerta de Cáncer, pero
manteniendo firmemente la conciencia en el signo de Acuario. De un iniciado del
mundo en Capricornio, llega a ser un encarnado servidor del mundo en Acuario y,
más tarde, un Salvador del mundo en Piscis.
SAGITARIO,
EL ARQUERO
Este
signo es, como ya saben, peculiarmente humano y está conectado en forma
definitiva con la aparición de la humanidad en la Tierra. Existen tres signos
zodiacales que están más estrechamente vinculados con el hombre que cualquier
otro, y son: Leo, Sagitario y Acuario. En forma peculiar (pero todavía no
demostrable) están relacionados con los tres aspectos, cuerpo, alma y espíritu.
La siguiente clasificación o afirmación concisa de algunas implicaciones
importantes, puede servir para aclararlo:
Leo Sagitario Acuario
El
León. El
Centauro. EI
Portador de Agua.
El
Hombre. El
Arquero. El
Servidor.
Conciencia
del yo. Conciencia
enfocada. Conciencia
de grupo.
Naturaleza
física. Naturaleza
emocional. Naturaleza mental
inferior.
El
hombre integrado. El Hombre
que aspira. El hombre mental
intuitivo.
El
Alma humana. El Alma
humana espiritual. El
Alma espiritual.
Individualización. Discipulado. Iniciación.
Personalidad. Enfoque egoico. Enfoque
monádico.
La
Cruz Fija. La
Cruz Mutable. La
Cruz Fija.
Centralización. Orientación. Descentralización.
Unidad
individual. Dualidad
presentida. Unidad
universal.
Fuego. Fuego. Aire.
Egoísmo. Lucha. Servicio.
Evolución. El sendero final. Liberación.
Podría
continuar resumiendo las cualidades y características de éstos y su peculiar
interrelación, pero lo enumerado será suficiente para demostrar la conexión que
existe entre ellos y sus efectos progresivos sobre el sujeto que pasa periódica
y cíclicamente bajo sus influencias. Con frecuencia se los describe como los
signos que -si son estudiados- revelarán el intento divino en el hombre,
marcarán los puntos de crisis en su progreso y (cuando las tres influencias que
expresan hayan realizado su trabajo) llevarán al hombre “de puerta en puerta,
porque Leo es el signo que sigue a Cáncer, y Sagitario el que precede a
Capricornio”. Estoy citando palabras de un antiguo libro sobre los signos.
Sagitario
está representado algunas veces como un arquero sobre un caballo blanco,
y un estudio sobre el significado de este simbolismo revelará mucha enseñanza
interna, siendo una de las posteriores formas de representar esta constelación
Anterior.. mente, en Ja época atlante (de cuyo período hemos heredado lo que
conocemos sobre astrología) el signo fue descrito frecuentemente como el
Centauro -el fabuloso animal mitad caballo y mitad hombre El simbolismo del
caballo predominó en los símbolos y mitos atlantes, así como el carnero y el
cordero predominan en nuestras ilustraciones modernas. Este primitivo signo del
Centauro representó la evolución y el desenvolvimiento del alma humana con sus
objetivos y egoísmos humanos, su identificación con la forma, sus deseos y sus
aspiraciones El Arquero sobre el caballo blanco, que es el símbolo ario más
marcado de este Signo, significa la orientación del hombre hacia una meta
definida El hombre ya no forma parte del caballo, ni se identifica con él; es
el factor controlador. La meta definida del Centauro que es la satisfacción del
deseo y los incentivos animales se convierte, en etapas posteriores, en la
nieta de la iniciación la cual culmina en Capricornio después de realizar en
Sagitario el trabajo preliminar La nota clave del Centauro es ambición, la del
Arquero es aspiración y orientación; ambas son expresiones de las metas humanas
Una es la de la personalidad y la otra la del alma. En Leo pasa de la ambición
a la aspiración, del egoísm0 al intento de ser altruista, y del
centralizado autointerés individual, a la centralización del discípulo en
Sagitario, y de allí a la iniciación en Capricornio. Es interesante observar
que el símbolo astrológico de este signo, Utilizado comúnmente, está representado
simplemente por la flecha con un fragmente del arco. El Arquero y el Centauro
han desaparecido del cuadro, y en gran parte se debe a que el énfasis o enfoque
de la vida humana, no está basado en 'os hechos de la vida externa objetiva en
el plano físico, sino sobre alguna forma de enfoque interno o énfasis, que
varía desde las muchas etapas de ambición astral o emocional, a la aspiración
espiritual, y de las actividades de la mente inferior, centralizada en el
interés egoísta, a la iluminación de esa mente enfocada en el alma. Un antiguo
catecismo que todos los discípulos deben aprender, formula las siguientes
preguntas y da las correspondientes respuestas:
“¿Dónde
está el animal, oh Lanu, y dónde el hombre?
Fusionado
en uno, oh Amo de mi Vida. Los dos son uno. Pero ambos han desaparecido y nada
queda, sino el profundo fuego de mi deseo.”
“¿Dónde
está el caballo, el blanco caballo del alma? ¿Dónde el jinete de ese caballo,
oh Lanu?
Fueron
hacia el portal, oh Amo de mi Vida. Pero algo pasa rápidamente ante los pilares
de un portal abierto -algo que yo disparé.”
“¿Qué
te queda, oh sabio Lanu, ahora que los dos caballos te han abandonado y el
jinete se ha liberado? ¿Qué resta?
Nada,
sino mi arco y mi flecha, oh Amo de mi Vida; éstos me bastan y, cuando llegue
el momento apropiado yo, tu Lanu, me lanzaré rápidamente tras la flecha que
disparé. Dejaré los caballos en este lado de la puerta, pues ya no los
necesitaré. Entraré libre, recuperaré la flecha que disparé y aceleraré mi
camino atravesando una puerta tras otra, y todas las veces la flecha irá
rápidamente delante.”
Por
esta razón las notas clave de Sagitario son cinco:
1. Dualidad adherida o fusionada - El Centauro.
Dualidad
no adherida - El Arquero.
Liberación
o centralización - El Arco y la Flecha.
2. La ambición humana que conduce oportunamente a la aspiración
espiritual.
3. Un límpido haz de luz, actitud intuitiva enfocada, del discípulo
consagrado.
4. El “retorno de la flecha de la intuición”, como se la denomina a
veces. Es la vara de la flecha de la aspiración, que vuelve a quien la envió,
como flecha de la intuición. Sagitario es uno de los signos intuitivos, porque
sólo la intuición servirá para llevar al hombre al pie de la montaña de la
iniciación en Capricornio.
5. El idealismo es el poder de ver la visión y orientarse hacia ella.
Éste es el trabajo de Marte, expresión del sexto rayo..
Un
estudio de los mapas de la familia humana en las diversas etapas, desde el
período de la experiencia en la Cruz Mutable, donde la personalidad es erigida,
construida, desarrollada e integrada, hasta la crucifixión final de la
personalidad en la Cruz Fija de los Cielos, revelará que todas las veces que el
hombre está bajo la influencia de Sagitario, es con la finalidad de orientarse
hacia un nuevo y elevado objetivo, la tarea de reenfocarse hacia una meta
superior y desarrollar algún propósito básico y orientador. Estos propósitos en
desarrollo pueden abarcar desde el deseo puramente animal, la ambición egoísta humana,
hasta la lucha del discípulo o iniciado, que aspira lograr la necesaria
liberación hacia la cual lo ha impulsado todo el proceso evolutivo. Es
interesante a este respecto trazar el desenvolvimiento de la conciencia humana,
mediante la influencia de las energías desencadenadas a través de los distintos
signos zodiacales:
1. El instinto,
que rige al deseo - Cáncer. Conciencia no evolucionada de la masa. Yo deseo
2. El intelecto, que rige a ha ambición - Leo. Conciencia individual.
Yo sé
3. La intuición que rige a la aspiración - Sagitario. La conciencia
del alma en las primeras etapas. Primera y segunda iniciación. Yo visualizo
4. La iluminación que rige a la intuición - Capricornio. Conciencia
del alma en las etapas posteriores. Yo comprendo
5. La inspiración que rige al servicio - Acuario. Conciencia grupal.
Yo surjo
6. La identificación que rige a la liberación - Piscis. Conciencia
divina. Yo y el Padre somos uno.
Estos
seis signos -Cáncer, Leo, Sagitario, Capricornio, Acuario y Piscis- constituyen
la estrella de seis puntas de la cuarta Jerarquía Creadora o humana. Cáncer y
Piscis marcan los dos extremos. El cangrejo simboliza la prisión (la dura
caparazón y la roca bajo la cual siempre se protege el cangrejo) y el pez
significa la liberación. Entre estos -en Leo, Sagitario, Capricornio y Acuario-
tenemos las cuatro etapas de desarrollo de la personalidad, la lucha con los
pares de opuestos y, finalmente, la liberación para prestar pleno servicio
espiritual. En conexión con el desarrollo del intelecto a la intuición, y su
culminación, como aspiración divina de la personalidad (“inspirada desde lo
alto” como técnicamente se la denomina a esta etapa) pueden ser útiles las
siguientes ideas. Simplemente las insinúo, dejando que el lector desarrolle las
distintas implicaciones.
Hemos
visto que Cáncer es el signo de la vida instintiva y que el intelecto o la
mente, llegó en Leo a formar parte del equipo individual del hombre. Este
conocimiento intelectual es el resultado de la lenta evolución de la naturaleza
instintiva que, cuando alcanzó cierto grado de desarrollo, quedó, de un nuevo
modo, bajo la influencia directa de la Jerarquía del planeta, y después -bajo
el estímulo de las energías procedentes del planeta Venus- tuvo lugar una
fusión que dio como resultado el surgimiento de la autoconciencia individual en
el hombre. Gradualmente, a medida que transcurrieron los eones, la naturaleza
instintiva invariablemente retrocedió a segundo término, o debajo del umbral de
la conciencia, mientras que el intelecto se convirtió en un factor más
dominante y acrecentadamente potente. En Escorpio se libera la mente para
entrar en plena actividad regente. Esta liberación tiene lugar en dos etapas:
Etapa
1 - El intelecto llega a ser dominante y poderoso y controla eventualmente a la
naturaleza emocional.
Etapa
2 - El intelecto es iluminado por la luz del alma.
Cuando
los servidores de la humanidad se ocupan de los discípulos probacionistas y de
la humanidad común, deberían recordar estas dos etapas y no confundirlas cuando
tratan de prestar ayuda a quienes se hallan en cualesquiera de ellas. En el
primer caso, el énfasis se puso sobre la lucha de la personalidad, para
liberarse de la garra del deseo inferior y en el segundo, para liberarse del
espejismo mundial circundante, revelado cuando la luz del alma se proyecta
sobre él, a través de la mente iluminada y reflectora. En la primera etapa el
razonamiento entrenado y la mente razonadora son puestos en actividad por el
alma; en la segunda, la iluminación del alma debe afluir a la mente, entonces
se refleja sobre el plano astral como un proyector de luz. Esto ocurre en el
sendero de probación y se denomina la experiencia del discípulo en los valles o
las profundidades.
El
intelecto, que ya ha sido desarrollado, utilizado y finalmente iluminado, llega
a ser en Sagitario sensible a un tipo de experiencia mental, denominado
percepción intuitiva. Destellos de luz iluminan los problemas; se ve una lejana
aunque posible visión; el hombre empieza a ascender de las profundidades a las
que descendió en Escorpio, y ve ante sí la montaña que sabe que deberá ascender
oportunamente en Capricornio. Ya no camina en la oscuridad; ve lo que debe
hacer, por lo tanto, hace rápidos progresos y recorre “rápidamente el camino .
“Vuela de un punto a otro buscando las flechas que ha disparado”. Hablando en
forma figurada, debe bajar constantemente de su caballo blanco (la personalidad
evolucionada y purificada) y descubrir a dónde lo conducirán las flechas de la
aspiración intuitiva; “viaja sobre las alas del alma” (observen la relación que
tiene con los pies alados de Mercurio, el mensajero de los Dioses) y llega a
convertirse, en su propia personalidad, en el Dios alado: Mercurio, que como
bien saben, rige a Géminis, el polo opuesto de Sagitario. Esto lo hace hasta
que ha establecido una relación equilibrada entre la personalidad y el alma y
puede actuar como ambas con igual facilidad, en cualquier momento.
Esto
acontece en el Sendero del Discipulado y se denomina la experiencia del discípulo
en los llanos de la. Tierra, porque el sendero entre los pares de opuestos
corre derecho y llano, dejando a ambos lados las profundidades de la
experiencia de la personalidad y las cumbres de la experiencia del alma -en
esta etapa de la evolución.
En
Capricornio el iniciado aprende a comprender el significado de la creciente luz
que acompaña su progreso cuando asciende a la cumbre de la montaña. Los
destellos de la intuición, con los cuales se va familiarizando, se trasforman
en la brillante y constante luz del alma, irradiando sobre la mente y
proporcionando ese punto de fusión que siempre debe ser la “fusión” de dos
luces,. la mayor y la menor, a que me referí en el Tratado sobre Magia Blanca.
La luz de la personalidad y la luz del alma se mezclan.. No es necesario
extenderme más sobre esto, porque lo que pueda decir ahora no será más de lo
que es -la teoría de la iniciación. Esto tiene lugar en el Sendero de
Iniciación y se denomina la experiencia en la cumbre de la montaña. Todas son
necesarias -la profundidad, el llano y la cima de la montaña.
Sagitario,
como bien saben, es uno de los cuatro brazos de la Cruz Mutable. Una idea de la
simbología general de esta Cruz. desde el ángulo de la cualidad, podrá
obtenerse en las dos series de características que distinguen al hombre en esta
Cruz -al hombre no evolucionado y al aspirante a la divinidad, las cuales
podrían ser enumeradas de la manera siguiente, aplicando a cada brazo una frase
apropiada:
El
Hombre Géminis -
Mutabilidad. Inestabilidad. Interacción.
no Sagitario -
Deseos ambiciosos. Dirección. Orientación.
evolucionado Virgo - Vida materia. Valoración
de una idea.
Piscis
- Sensación. Mediumnidad. Fluidez.
El Hombre Géminis - Reconocimiento del alma y de la forma.
Interacción del alma.
Sagitario
- Aspiración espiritual centralizada. Discípulos.
evolucionado
Virgo - La Madre del Cristo Niño.
Gestación.
Piscis
- El Salvador del mundo. El Mediador.
Referente
a lo antedicho es interesante observar que los Gemelos separados y desapegados,
se convierten en el Centauro en Géminis, el hombre-bestia en Sagitario,
mientras que Virgo, la Virgen, se convierte en la diosa-pez en el polo opuesto,
Piscis. Podría escribirse un tratado sobre el tema de la relación de los
opuestos en el círculo zodiacal, pues expresan el espíritu y la materia y su
interrelación, más el juego de las energías cualitativas, testimoniando al
mismo tiempo el hecho de que ambos son uno y simplemente la expresión de las
grandes Vidas mutables, sin embargo, son vidas espiritualmente fijas e
iniciadas. Por esta razón la constelación Libra ocupa un lugar excepcional en
la gran Rueda, porque la energía que viene de esta constelación controla lo que
(a falta de un término más adecuado) podría denominarse “el eje de la rueda”,
siendo ese punto intermedio en el espacio, donde las doce energías zodiacales
se encuentran y cruzan. Libra, por lo tanto, controla “el momento de la
reversión de la rueda” en la vida de cada aspirante, porque llega un momento en
loa ciclos de vida donde logra un punto de estabilidad y obtiene un relativo
equilibrio, y Libra preside este acontecimiento. Algún día será interesante
emprender una investigación científica del poder equilibrador que maneja Libra
y del consiguiente análisis del efecto de Libra en la vida individual. Entonces
quizás sería posible descubrir si esa vida en que el hombre lleva
particularmente adelante el proceso de reversión no sería acaso aquella en que
el Sol está en Leo y Libra en el ascendente. Aún no se han hecho estudios
estadísticos, y hay mucho que realizar sobre ello. Sólo hago sugerencias, pues
creo que así se hará. También una análoga investigación sobre la historia del
espiritismo y los médium asociados a éste, comprobará que la mayoría de los
médium del mundo son de tipo inferior y exclusivamente de trance -negativos y
generalmente ignorantes- nacidos en Cáncer con Piscis en el Ascendente, o en
Piscis, con Cáncer en el Ascendente. Tales estudios necesariamente implicarán
el estudio de centenares de casos llevados a cabo durante un largo período, a
fin de comprobar lo que estoy tratando de explicar. También sería interesante
hacer un análisis de esas encarnaciones particulares y sus horóscopos, en que
los polos opuestos aparecerán relacionados entre sí -uno como el signo del Sol
y el otro como el Ascendente, pues estas vidas expresan algún grado de
equilibrio o de culminación; en ningún caso serán negativas ni carecerán de
orientación, oportunidad o propósito. Esto sucede particularmente en la Cruz
Fija de los Cielos.
Como
verán, mi propósito en esta parte del tratado consiste en evocar el interés y
la búsqueda e incitar a los estudiantes a que investiguen en forma científica,
estadística y analítica. Sólo así serán comprobadas mis premisas básicas y,
oportunamente, sustituirán a los insatisfactorios métodos actuales -métodos que
la mayoría de los astrólogos con verdadera capacidad y percepción, consideran
deplorables e insatisfactorios.
El
regente de Sagitario, desde el punto de vista ortodoxo, es Júpiter, y desde el
punto de vista del Sendero del Discipulado, la Tierra. Marte rige este signo
desde el punto de vista de las Jerarquías implicadas. El hecho más interesante
emerge cuando estudiamos la Cruz Mutable como una totalidad, conectada con los
regentes de los cuatro signos. Desde el punto de vista de la astrología
ortodoxa, únicamente dos planetas, Júpiter y Mercurio, rigen los cuatro signos.
Mercurio rige a Géminis y Virgo, mientras que Júpiter rige a Sagitario y
Piscis. La razón es evidente si estudiamos la naturaleza de los rayos que se
expresan por medio de estos signos. Mercurio es el agente o mensajero del
cuarto Rayo de Armonía a través del Conflicto, mientras que Júpiter es el medio
por el cual se expresa el segundo Rayo de Amor-Sabiduría. Ambos rayos rigen la
masa humana en la Cruz Mutable y están estrechamente vinculados con el proceso
de la encarnación masiva, de la cuarta Jerarquía Creadora. Su función es
fusionar y mezclar en un todo cooperativo las grandes dualidades que se
expresan por medio del cuarto reino de la naturaleza. Será evidente el
significado de esto. Es fácilmente discernible de qué modo, mediante las
influencias de Mercurio y Júpiter, el deseo material puede ser trasmutado en
amor divino y el conflicto, característica distintiva de la familia humana,
puede ser instrumento que resuelva la disonancia en armonía. El determinante
canon y la dirección de este proceso deben tomar forma en la Cruz Mutable antes
que las energías de la Cruz Fija puedan trasformar al hombre ambicioso y
egoísta en discípulo altruista. Todo esto debe ser iniciado forzosamente en la
Cruz Mutable que es esencial y significativamente, la Cruz de la mente
variable, fluida e inquieta, y en esta Cruz se desarrolla finalmente la
naturaleza mental y comienza a ejercer su integrador control sobre la
personalidad. Cuando continúa este proceso, finaliza la experiencia en la Cruz
Mutable y comienza a desempeñar su parte la Cruz del Discipulado.
En
conexión con el aspecto subjetivo del desenvolvimiento es todo lo contrario,
pues el discípulo que ha venido a la encarnación esotéricamente bajo la
influencia de la Cruz Mutable en la vida de la personalidad, se halla en la
Cruz Fija como alma, está regido por la energía dirigida de cuatro planetas,
tres de los cuales no son sagrados. Generalmente estos cuatro sustituyen o más
bien comienzan a dominar la influencia de Mercurio y Júpiter, proporcionando
mayor facilidad de expresión y ejerciendo esa influencia que llevará a la
personalidad a una correcta relación con el alma, pues tal es, esencialmente,
la tarea de la Cruz Fija y la meta del discípulo. En conexión con los planetas
que rigen a Sagitario, exotérica y esotéricamente, puede obtenerse fácilmente
una idea de la complejidad de las fuerzas con las cuales debe luchar cada discípulo,
y la significación de las fuerzas de rayo que afluyen a y por medio de él.
Tomen,
por ejemplo, la constelación que ahora estamos considerando, y recuerden que
las mismas corrientes básicas de energía deberán ser observadas en relación con
el signo en que el hombre pueda venir a la encarnación. Deberemos considerar:
1. El signo del Sol. - En este caso, Sagitario condiciona las
circunstancias, indica la herencia y obliga al medio ambiente a ser explícito,
en lo que al sujeto concierne.
2. El signo Ascendente. - El ascendente puede ser uno de los once
signos.
3. La Cruz Mutable. - Las cuatro energías que están “en el punto
medio” tienen un efecto unificado y definido sobre el sujeto. La misma
afirmación se aplica a las otras dos Cruces.
4. Los planetas ortodoxos. - Éstos condicionan la personalidad. En
este caso tenemos a Mercurio y a Júpiter. Las doce casas regidas por los
planetas son también de primordial importancia, desde el ángulo de la energía
trasmitida.
5. Los planetas esotéricos. - Éstos producen, en forma más dinámica,
renovada o acrecentada energía planetaria de rayo. En el caso de Sagitario
estas energías son: Venus, la Luna, la Tierra y Plutón.
6. El regente planetario de una Jerarquía. - En este caso particular
es el planeta Marte, rige a la sexta Jerarquía Creadora, los Señores lunares
(los elementales de la triple personalidad), que deben ser sometidos al control
del Señor solar.
Un
estudio de lo expuesto revelará relaciones muy interesantes y probará mi
afirmación referente a la multiplicidad de energías a que puede responder el
maravilloso mecanismo del hombre y llegar a ser acrecentadamente sensible a
medida que prosigue la evolución.
No
puedo hacer aquí un análisis detallado de las numerosas energías que afluyen a
través del discípulo cuando llega a las etapas finales de la Cruz Mutable,
determinando en Sagitario “dirigir sus pasos hacia otro camino de la vida y con
intenso fervor ascender a otra Cruz”, según lo expresa El Antiguo Comentario.
Unicamente puedo señalar que las siguientes fuerzas de rayo afluyen en el
hombre por intermedio de los siguientes planetas:
Exotéricos Mercurio 4to.
Rayo Armonía a través del
Conflicto.
Júpiter 2do.
Rayo Amor-Sabiduría.
Esotéricos Venus 5to.
Rayo Ciencia Concreta. Mente.
La
Luna 4to. Rayo Armonía a través del Conflicto.
La
Tierra 3er. Rayo Inteligencia Activa.
Plutón ler. Rayo Aspecto destructivo.
Jerárquico
Marte 6to. Rayo Devoción.
Guerra a muerte contra la
personalidad
o la forma.
Un
análisis de esto demostrará que las “fuerzas del conflicto” son poderosas en
este signo, principalmente en la vida del discípulo. La Armonía a través del
Conflicto está incesantemente activa, y aparece en las asignaciones ortodoxas y
esotéricas. El poder destructivo de primer Rayo enfocado en Plutón, trae
cambio, oscuridad y muerte. A esta intensidad y potencia de Plutón debe ser
agregada la fuerte y dinámica energía del planeta Marte. Este signo pone a la
familia humana y al individuo bajo la le y de la lucha por un ideal superior o
inferior, basada aquí en el sexto Rayo de Devoción, actuando sobre el individuo
nacido en el signo Sagitario y también sobre toda la cuarta Jerarquía Creadora.
Como podrán ver, esto produce una terrible situación, pues las fuerzas que
actúan sobre el discípulo son de naturaleza trascendental -siempre y cuando el
mecanismo de percepción sea adecuado para responder. Estas fuerzas siempre
están presentes en todos los signos, pero la respuesta y la sensibilidad a sus
impactos depende de la naturaleza del mecanismo de respuesta. Cavilen sobre
este pensamiento, porque esta sensibilidad marca la diferencia entre el
discípulo y el hombre común.
Tales
influencias planetarias constituyen las características de los Hijos de la
Mente de origen venusino, características de los Señores del Sacrificio y de la
Voluntad, actuando en tiempo y espacio como la cuarta Jerarquía Creadora. La
vida de la forma es regida por la Luna que vela un planeta oculto; estos Hijos
de la Mente viven en la Tierra y, por lo tanto, dentro del cuerpo del Logos
planetario, y por ser de naturaleza definidamente inteligente, se convierten en
Señores del Conocimiento; que alcanzan su meta por la luz de la mente y el
método del conflicto, pues también son los Señores de la Devoción Incesante y
Perseverante. Quienes han estudiado La Doctrina Secreta recordarán que estos
nombres están relacionados con los planetas que rigen a Sagitario. Son los
“nombres cualitativos” de los divinos Manasaputras, los Agnishvattas, nosotros.
Un
estudio del párrafo anterior indicará la importancia del signo Sagitario en la
vida de los Hijos de Dios encarnados.
Señalaré
también que, por medio de Júpiter y sus influencias, Sagitario está relacionado
a otras tres grandes constelaciones:
1. Piscis - Indica exotéricamente la meta final del hombre.
2. Acuario - Indica esotéricamente el propósito de toda la evolución
material y el objetivo de los procesos de la encarnación.
3. Virgo - Indica jerárquicamente el propósito del Cristo cósmico.
Ambos,
la Tierra y Saturno (uno no sagrado y el otro sagrado), son exponentes o
expresiones del tercer Rayo de Inteligencia Activa. y esta relación de rayo
sirve para relacionar las influencias de Capricornio con Sagitario,
proporcionando así un campo de energía donde el discípulo centralizado puede,
finalmente, convertirse en iniciado. Ésta es la meta fijada para el sujeto
nacido en Sagitario -sea para iniciarse en alguna forma de experiencia
sensoria, o en una empresa espiritual y consciente. El resultado de toda
experiencia, en cualquier signo del zodíaco, debería ser definidamente una
expansión de conciencia, y no importa qué forma adopte esta experiencia,
culmina en un determinado tipo de iniciación. Los estudiantes harían bien en
considerar la iniciación como un proceso determinante en la vida y esforzarse
para que en ella cada experiencia o ciclo de experiencias en la vida se
desarrolle como una iniciación en un campo más amplio de percepción, de
expresión y de contacto.
Muy
poco más puedo decir y comentar a esta altura del estudio. El hombre que está
acercándose al sendero del discipulado, o es ya discípulo -juramentado o en
observación- sacará provecho de un estudio profundo y sistemático de este
signo. Sugiero que el estudiante retenga en la mente la posición de este signo.
Escorpio se encuentra a mitad de camino entre dos signos de estabilidad o
equilibrio -Libra y Sagitario. Libra marca un intervalo o punto notable de
estabilidad, antes de las rigurosas pruebas y comprobaciones en Escorpio.
Sagitario marca otro punto de equilibrio, después de esas pruebas, porque el
Arquero debe adquirir y mantener firmes el ojo, la mano y la posición, antes de
disparar la flecha que, cuando va certeramente dirigida y se la sigue
correctamente, lo conducirá a través del portal de la iniciación.
Al
estudiar a Sagitario es evidente que uno de los más importantes temas es el de
la Dirección. El Arquero guía su caballo hacia algún objetivo específico; envía
o dirige su flecha hacia un punto deseado; apunta a una meta específica. Este
sentido de dirección o guía, es la característica del hombre iluminado, del
aspirante y del discípulo, lo cual se va reconociendo acrecentadamente. Cuando
se desarrolla correctamente esta facultad sensitiva de orientación, se
convierte en las primeras etapas en un esfuerzo por identificar toda la
actividad del alma y de la personalidad con el Plan de Dios, y esto es, en
último análisis, la ordenada orientación, el pensamiento de Dios. No existe
verdadera orientación que no sea la del pensamiento, y quisiera que recordaran
que el pensamiento es poder. Todos los discípulos deben reflexionar sobre este
enunciado, porque no podrán lograr una verdadera comprensión de la orientación
del Plan de Dios a no ser que trabajen con algún aspecto de sus propias vidas
que esté sujeto a la orientación de sus propias mentes. Sólo entonces podrán
comprender. En la rueda común de la vida, el hombre nacido bajo este signo o
con éste en el ascendente, será influido por lo que las Antiguas Escrituras
hindúes llaman kama-manas, que inadecuadamente se traduce por las palabras
deseo-mente. Esta fuerza dual controla e influye en la vida, y en las primeras
etapas de desenvolvimiento se enfoca en el deseo y su satisfacción, y en
posteriores etapas del desarrollo exclusivamente de la personalidad, se enfoca
en el control que ejerce la mente sobre el deseo; en la actualidad el objetivo
más importante es el empleo inteligente de todos los poderes para satisfacer
adecuadamente el deseo, que constituye en este caso una simple ambición por
lograr alguna meta o realizar algún objetivo. Este proceso de satisfacer la
personalidad tiene lugar en la rueda común. En la rueda revertida la meta es
expresar amor-sabiduría, la cual se desarrolla siempre en forma altruista y
está consagrada al bien de la totalidad y no a satisfacer al individuo.
Se
dice que Sagitario rige los muslos, los centros principales del poder físico y
la fuerza protectora y también al centro sacro, que proporciona la energía que
los poderes creadores de la vida física utilizarán. Esto también es
simbólicamente verídico. En Sagitario, el discípulo tiene que descubrir dos
cosas en sí mismo: el poder para progresar en el Sendero y recorrer el Camino,
y la capacidad de crear en un sentido más elevado y espiritual. Esto -concierne
a la relación que existe entre los centros sacro y laríngeo. Dichos poderes
(superiores) son aún embrionarios en las primeras experiencias sagitarianas del
discípulo, pero se van desarrollando y adquieren mayor potencia a medida que él
vuelve cíclicamente a experimentar la vida en este signo.
Resulta
interesante observar que ningún planeta está exaltado ni cae en Sagitario. Lo
único que sucede es que el poder de Mercurio disminuye grandemente. Por esta
razón Sagitario está considerado esotéricamente un signo de estabilidad y no de
extremos. No hay grandes caídas ni exaltaciones. Ello indica que el discípulo
debe recorrer un camino parejo entre los pares de opuestos, sin que lo influyan
“el poder de exaltación ni la potencia de lo que cae . Los valles ni las
alturas producen efectos demostrables.
Mercurio,
que es la expresión del cuarto Rayo y también la de Dios en los procesos
mentales, disminuye definidamente su poder en este signo, por dos razones,
esotéricamente hablando:
Primero,
el discípulo ha cesado definitivamente de identificarse con su propia
personalidad y procesos humanos, o con el reino humano, antes de recibir la
iniciación. En el futuro pondrá el énfasis en el alma espiritual y en el quinto
reino de la naturaleza, en Sagitario comienza a expresar esta primera etapa,
implicando un completo retiro, en sentido personal, del aspecto forma de la
vida. Esto implica también (en cierto momento de crisis) un punto de
equilibrio.
Segundo,
después de haber desarrollado, probado y verificado la verdad del poder de la
mente en el signo de Escorpio, comienza a disminuir su actividad y va cediendo
su lugar a la intuición, lo cual es esencial antes que el discípulo entre en el
signo de Capricornio y empiece a prepararse para la iniciación.
En
lo que respeta a los tres decanatos de Sagitario, Sefarial da como regentes a
tres planetas, Mercurio, la Luna y el Sol, mientras que Alan Leo da a Júpiter,
Marte y el Sol, recalcando, como siempre lo hace, las modalidades de los
esotéricos. Generalmente, aunque no siempre, se sintoniza con las
significaciones esotéricas. Júpiter, sustituyendo a Mercurio, da expansión,
porque la mente mercuriana es siempre una limitación, aunque temporaria. La
Luna cede el lugar a Marte, que confiere la cualidad de la devoción y la capacidad
para luchar por un ideal. Este concepto y método idealista de trabajar,
constituye siempre la característica del discipulado durante las primeras
etapas de desenvolvimiento en el Sendero. El Sol, tipificando al Ángel Solar,
permanece constante a través de los procesos exotérico y esotérico y, por lo
tanto, la astrología lo reconoce como presencia y presión constante. Este hecho
indica, en sí, una significativa verdad. El alma permanece eternamente presente
-en el pasado, en el presente y en el futuro.
Para
terminar citará dos palabras clave de este signo. Una, cuando prosigue en la
rueda común, la otra, en la revertida. Su significado y significación son tan
evidentes que no es necesario dilucidarlos. El mandato para el hombre que se
halla en la rueda ortodoxa es el siguiente: Y el Verbo dijo: “Buscad el
alimento”.
Para
el hombre que se halla en la rueda invertida el Verbo surge: “Veo la meta.
Alcanzo esa nieta, y luego veo otra”. Que las palabras de este último mandato
dado al discípulo tengan algún significado para el corazón y la mente.
ESCORPIO,
EL ESCORPIÓN
Consideraremos
ahora un signo de primordial importancia para la vida del hombre en evolución.
Algunos signos están estrechamente relacionados -por el flujo y reflujo de
energías- a ciertas constelaciones mayores, las cuales se encuentran, en
algunos casos, peculiarmente conectadas con los signos del zodíaco. Cuatro
signos zodiacales se relacionan misteriosamente con lo que podríamos denominar
“la expresión de la personalidad” (si puedo emplear este término inadecuado, a
falta de otro mejor) del Logos solar mismo, o el Cuaternario Divino, la
cuádruple manifestación de la Deidad.
Estos
cuatro signos son Aries-Leo-Escorpio--Acuario, e implican la expresión de la
energía de un signo cardinal y tres signos que forman parte de la Cruz Fija de
los cielos. Podríamos expresar esta verdad de otra manera: Dios, el Padre, la
Voluntad de manifestarse, inicia el proceso creador desarrollado por la
actividad de Dios, el Hijo, el Cristo cósmico, crucificado en la Cruz Fija de
los cielos. La actividad de Dios, el Espíritu Santo, implícita en la Cruz
Mutable, está estrechamente vinculada al sistema solar anterior; la energía de
ese aspecto divino se ocupa totalmente de manipular las fuerzas heredadas de
ese sistema, innatas en la naturaleza de la sustancia misma; este aspecto
divino es, para la total manifestación divina general, lo que la naturaleza
inferior (vida de la forma o personalidad, en los tres mundos de la evolución
humana) es para el alma, en lo que concierne al ser humano individual. Respecto
a estas tres Personas de la Trinidad divina podemos decir que:
1. Aries es el punto focal para la expresión del primer aspecto de la
divinidad, el aspecto voluntad.
2. Leo es el punto focal para la expresión del segundo aspecto, el de
Amor-Sabiduría o conciencia, principalmente en lo que concierne a la humanidad.
3. Virgo es el punto focal para la expresión del tercer aspecto, el
de inteligencia activa. Este signo simboliza la función más elevada de la materia.
Los
cuatro signos, Aries-Leo-Escorpio-Acuario, están relacionados a las siguientes
estrellas, que no están incluidas en los doce signos del zodíaco, pues
constituyen otro campo de relaciones:
1. Aries con una de las dos estrellas que se encuentran en la
constelación de la Osa Mayor, denominadas los dos Punteros.
2. Leo con Polaris, la Estrella Polar, que se encuentra en la Osa
Menor.
3. Escorpio con Sirio, la estrella del Perro.
4. Acuario con Alcyone, una de las siete Pléyades.
Muy
poco puedo decirles referente a las energías que fluyen hacia los cuatro signos
zodiacales desde esos distantes aunque poderosos puntos de energía saliente,
que forman parte de la expresión de la vida de una Identidad
inconmensurablemente superior y más evolucionada que nuestro Logos solar.
Algunas indicaciones podrán, sin embargo, serles útiles a los astrólogos
verdaderamente esotéricos que estudien estas páginas, particularmente en lo que
se refiere a Escorpio que, en esta particular etapa de la evolución humana,
rige el Sendero del Discipulado. También observarán aquí que Leo, Escorpio y
Acuario, forman un peculiar triángulo de fuerza; pero de esto me ocuparé más
adelante en el capítulo tercero, titulado “La Ciencia de los Triángulos”.
Aries,
como es de esperar, está estrechamente vinculado a la Osa Mayor, pero
especialmente a una de las estrellas llamadas los Punteros, que señalan la
Estrella Polar, que actualmente es la principal “estrella. de orientación”.
Orientación, voluntad, propósito y plan, están conectados con el Logos solar y
con sus empresas evolutivas, vinculadas a las innumerables vidas, manifestadas
en el vehículo de expresión denominado sistema solar. Todas responden a las
influencias de primer rayo, que es para cualquier intención y propósito la
energía de la personificada voluntad divina, descrita esotéricamente como “el
inevitable propósito dirigido”. En nuestro sistema solar, Vulcano y Plutón son
expresiones o custodios, de esta energía de primer rayo y, como ya he dicho,
son planetas esotéricos. El primer indicio de la verdadera voluntad espiritual
sólo comienza a manifestarse en el Sendero del Discipulado -de allí el tardío
descubrimiento de estos dos planetas (tardío en lo que respecta al tiempo y
desde el ángulo del conocimiento humano), pues únicamente en este período de la
raza Aria la humanidad comienza, en gran medida, a manifestar (y nada mas que a
manifestar) una reacción o respuesta a la voluntad espiritual de la deidad, que
llega a nuestro planeta y a nosotros vía Aries, Vulcano y Plutón. Por lo tanto,
tenemos la siguiente línea directa de la energía de la voluntad:
1. El Puntero más alejado de la Estrella Polar está en la
constelación de la Osa Mayor. Esotéricamente hablando, es un' gran depósito o
punto focal de energía divina que lleva a cabo el propósito de Dios. El Puntero
más cercano a la Estrella Polar expresa ea aspecto inferior de la voluntad, la
cual -refiriéndose a la humanidad- llamamos voluntad propia.
2. Aries, donde aparece la voluntad de crear o de manifestarse, y se
inicia el gran experimento divino.
3. Vulcano y Plutón, relacionados a los dos Punteros, sólo ahora
están empezando, en forma clara y definida, a afectar la respuesta humana.
Hasta la fecha su efecto ha sido de naturaleza planetaria, y no ha tenido ningún
efecto en el cuarto ni en el segundo reino de la naturaleza.
4. Shamballa, custodio del plan para nuestro planeta.
Leo
es el signo donde la conciencia de la individualidad es desarrollada, utilizada
y finalmente consagrada al propósito divino. Está relacionado a Polaris, la
Estrella Polar (que se encuentra en la Osa Menor), y también es peculiarmente
susceptible a la influencia del Puntero que se halla en la Osa Mayor y el más
cercano a la Estrella Polar. Esotéricamente hablando, la Estrella Polar es
considerada la “'estrella de la reorientación”, por la cual se desarrolla el
arte de “volver a encarar y recobrar lo que se ha perdido”. Esto,
oportunamente, llevará al hombre a su fuente de origen. Por lo tanto, se podría
inferir correctamente que este Puntero y la energía que emana de él, gula a la
humanidad en el sendero involutivo e influye constantemente al hombre que se
halla todavía en la Cruz Mutable. Entonces, la energía del Puntero que está más
alejado de la Estrella Polar comienza a hacer sentir su presencia, y el
discípulo en el sendero registra una sensación de correcta orientación o guía
que (si se la sigue) acerca al hombre a la Jerarquía. Aquí podemos ver la
necesidad divina de lograr el alineamiento, representado en el simbolismo del
cielo, y cuando ha sido alcanzado, se produce una afluencia directa de energía
divina, y el hombre se vincula en forma nueva y creadora con las fuentes de
abastecimiento divino. Los astrólogos harían bien (en conexión con los
horóscopos de los discípulos y particularmente de los iniciados) tener en
cuenta los dos Punteros y la Estrella Polar. Ambos están misteriosamente
conectados con los tres aspectos del hombre encarnado -espíritu, alma y cuerpo.
No se me permite impartir más que esto, sin embargo puedo hacerles algunas
sugerencias. Estas tres estrellas personifican los tres aspectos de la voluntad
divina. Son los tres a8pectos de la total expresión de la divinidad en
manifestación, y subyacen en la Ciencia de los Triángulos. Esto lo elaboraré
más adelante.
Aparece
también otro triángulo de energía, Aries, Leo y Polaris, que están doblemente
vinculados por medio de los Punteros.
Escorpio
está bajo la influencia o la energía que afluye de Sirio. Es la gran estrella
de la iniciación, porque nuestra Jerarquía (expresión del segundo aspecto de la
divinidad) está bajo la supervisión o control espiritual magnético de la
Jerarquía de Sirio. Éstas son las principales influencias controladoras
mediante las cuales el Cristo cósmico actúa sobre el principio crístico en el
sistema solar, en el planeta, en el hombre y en las formas inferiores de
expresión de la vida. Esotéricamente se la denomina la “brillante estrella de
la sensibilidad”. Tenemos, por lo tanto:
Polaris
-la Estrella de Dirección- rigiendo a Shamballa.
Más
adelante, otra Estrella Polar sustituirá a Polaris debido a la interacción de
fuerzas y al cambio y movimiento generales en el universo. El nombre y la
cualidad de esta estrella únicamente será revelado en la iniciación:
Sirio-la
Estrella de la Sensibilidad-rigiendo a la Jerarquía.
Alcyone-la
Estrella del individuo-rigiendo a la humanidad.
Por
lo que antecede, podrán ver cómo se va desarrollando gradualmente el Plan que
ha sido trazado para este Tratado. Fue necesario que les indicara la naturaleza
y el propósito de los tres centros divinos -Shamballa, Jerarquía y Humanidad-
antes de que pudiera presentarles en forma clara esta parte de la enseñanza, o
indicarles la naturaleza de las energías que afluyen a nuestro sistema
planetario desde distantes constelaciones y signos zodiacales.
Escorpio
es la gran constelación cuya influencia determina el punto de cambio en la vida
de la humanidad y en la del ser humano individual. Por primera vez en la
historia del género humano y de los discípulos, la energía de Sirio, afluyendo
a los siete grupos que forman nuestra Jerarquía planetaria, evoca respuesta.
Les recordaré un hecho básico en el proceso evolutivo que, con el tiempo, la
astrología comprobará científicamente más allá de toda controversia. Este hecho
radica en que las energías y fuerzas afluyen incesante, potente y cíclicamente
sobre nuestro sistema y vidas planetarias. No obstante, sólo se consideran hoy
como existentes cuando se evoca una respuesta definida. Provienen de
innumerables fuentes extrañas a nuestro sistema y esquemas planetarios; pero
hasta que el hombre no responda a ellas y las registre, los científicos ni los
astrólogos las reconocerán, y por ahora es como si no existieran. Esto deben
tenerlo en cuenta a medida que les imparto la enseñanza, porque puedo
indicarles ciertas fuentes de energía viva, todavía desconocidas para ustedes,
que actúan sobre nuestro sistema y su contenido. La dificultad no se deberá a
una inexactitud mía, sino a la falta de sensibilidad del mecanismo de respuesta
que actualmente utiliza el género humano y los discípulos.
En
consecuencia tienen, en conexión con el Sendero del Discipulado, las siguientes
líneas de “energía influyente”:
1. Sirio-actuando en forma séptuple a través de los siete rayos y sus
siete grupos, pues constituyen la Jerarquía activa.
2. La Cruz Fija-la fusión de las cuatro energías principales que
afluyen a nuestro sistema solar, a nuestro planeta y a través de la humanidad.
3. Escorpio-un aspecto de la Cruz Fija, ejerce un poder peculiar y
especializado sobre el Sendero del Discipulado y prepara, mediante pruebas y
experiencias,
a. el proceso de reorientación, por el cual el hombre asciende a la
Cruz Fija y abandona la Cruz Mutable;
b. al discípulo para la primera, segunda y tercera iniciaciones.
Después de la tercera iniciación ya no se siente el poder de su peculiar
prueba.
4. La Jerarquía-Agente de distribución para los diversos reinos de la
naturaleza.
5. Marte y Saturno-Estos dos planetas son extraordinariamente
potentes en lo que respecta a la iniciación en la vida de la Jerarquía; Marte
es potente en lo que respecta a Escorpio, y Saturno a Capricornio. Esto
involucra intensificada actividad de los rayos sexto y tercero y sus energías
que, cuando son correctamente empleadas, traen la liberación del control de la
forma y la independización del individuo consciente.
Repito,
los astrólogos harían bien en trabajar con esta línea de fuerzas fusionadas,
estudiando sus implicaciones y efectos en la vida del discípulo.
Acuario,
relaciona a la humanidad con las Pléyades y, en consecuencia, con Tauro, en
forma poco común. La clave para esta relación se encuentra en la palabra deseo,
llevando, por medio de procesos transmutadores, la experiencia de la vida a la
aspiración, abandonando finalmente el deseo en Escorpio. Acuario, Alcyone y la
Humanidad, constituyen un triángulo de fuerza muy interesante. Alcyone es una
de las siete Pléyades, y se la denomina “la estrella del individuo” y a veces
“la estrella de la inteligencia”. Estuvo potentemente activa durante los
sistemas solares anteriores, donde la tercera persona de la Trinidad fue
singularmente omnipotente y muy activa, así como en la actualidad el Cristo
cósmico, la segunda persona de la Trinidad, está peculiarmente activa en este
sistema solar. Las energías provenientes de Alcyone impregnaron la sustancia
del universo con las cualidades de la mente. Como consecuencia de esta antigua
actividad, la misma fuerza. estuvo presente cuando se produjo la individualización
en nuestro sistema solar, porque en él y principalmente en nuestro planeta
Tierra, es donde se han hecho sentir los resultados de la primera actividad.
Dos de nuestros planetas, la Tierra (no sagrado) y Urano (sagrado), son
directamente el producto de esta actividad de tercer rayo. Es muy importante
recordarlo. También les pediré que vinculen esta idea con la enseñanza de que,
a través del centro divino de actividad inteligente llamado humanidad, el
cuarto reino de la naturaleza actuará, oportunamente, como principio mediador
para los tres reinos inferiores. La humanidad es el Mensajero divino para el
mundo de la forma; Mercurio, esencialmente, lleva luz y vida a otras
manifestaciones divinas; los divinos Salvadores del mundo son los símbolos eternos.
Este
venidero proceso de servicio planetario, a través del tercer centro divino,
sólo es verdaderamente eficaz cuando rige Acuario y cuando nuestro Sol está
pasando a través de ese signo del zodíaco. De allí la gran importancia que
tienen los próximos 2.000 años. Por lo tanto, únicamente cuando un hombre es un
servidor mundial y está llegando a tener conciencia del grupo, puede empezar a
tener lugar este deseado objetivo de manifestarse. Hoy comienza a suceder por
primera vez en la historia planetaria. Es uno de los primeros frutos de la
iniciación, y sólo. en la próxima raza raíz después de nuestra actual raza
Aria, comenzaremos realmente a comprender el significado de los procesos y la
verdadera naturaleza de las energías que se liberarán en el planeta por
intermedio de la humanidad. Por esta razón Júpiter y Urano (expresiones del
segundo y séptimo rayos) son los regentes exotérico y esotérico de Acuario.
Por
lo tanto, tenemos que estudiar las siguientes líneas de fuerza:
1. Alcyone-en las Pléyades, las madres de los siete aspectos de la
vida de la forma y las “esposas de los siete Rishis de la Osa Mayor”. Ellas
están conectadas con el aspecto Madre que nutre al Cristo Niño.
2. Acuario-el Servidor del mundo, el transmisor de energía que evoca
respuesta magnética.
3. Júpiter y Urano-planetas de benéfica culminación. El segundo rayo
de amor y el séptimo, que fusiona espíritu y materia para “la gloria final” del
Logos solar, se hallan en plena colaboración.
4. La Humanidad-punto focal de todas estas energías y la divina
distribuidora para el hombre individual y, más adelante, para los tres reinos
inferiores de la naturaleza.
Como
verán, de una amplia generalización sobre las constelaciones externas (externas
respecto al zodiaco y al sistema solar), voy siendo más específico, demostrando
cómo ciertas estrellas en estas constelaciones están relacionadas definidamente
a nuestro planeta por líneas directas de energía. Comúnmente estas líneas de
fuerza nos llegan a través de uno de los signos zodiacales y -en raros casos-
van directamente a un planeta, siendo este último caso extremadamente raro.
También he relacionado a nuestro sistema solar, otra constelación denominada
Osa Menor, reflejo o corolario de las energías principales de su gran
Prototipo, Ursa Maior, la Osa Mayor. Estos datos contienen un gran misterio
vinculado a la interrelación de la Ursa Maior, la Ursa Minor y las Pléyades,
las cuales constituyen una de las más grandes e importantes triplicidades que
existen en los cielos, hasta donde hemos podido, astronómicamente, comprobar la
naturaleza de nuestro universo inmediato. Esta información carece de
importancia para ustedes y únicamente tiene significación para los iniciados de
cuarto grado. No obstante, sirve para evidenciar más la integridad esencial y
la dependencia entrelazada del Universo.
A
fin de comprender mejor la naturaleza del discipulado y los procesos de
estabilización y correcta dirección, debe preceder a la experiencia de la
iniciación en Capricornio un cuidadoso estudio de las implicaciones
espirituales del signo de Escorpio y de su función como proveedor de “puntos de
crisis” y “momentos de reorientación”, que será de gran valor para el
estudiante dedicado. Aunque trato de sentar las bases para una nueva astrología
y proporcionar cierta medida de información técnica desde el punto de vista de
la Jerarquía, mi motivo fundamental es siempre el mismo: indicar el camino del
proceso viviente y estimular esa curiosidad divina, ese sentido de
exteriorizada aventura espiritual y la vehemente aspiración, latente en todos
los discípulos, de progresar que, cuando sea debidamente estimulada, les
permitirá continuar en forma más severa y sensata en el Sendero de Retorno. De
otra manera no tendría valor práctico ni sería de importancia lo que trato de
impartirles. Sé que seré comprendido, y que la nueva astrología vendrá a la
existencia de acuerdo a la capacidad esotérica de quienes lean y reflexionen
sobre mis palabras. Intensamente ansío que en estos días en que la influencia
de Escorpio y del planeta Marte se siente tan fuertemente en los asuntos del
mundo, pueda cultivarse la verdadera percepción interna, desarrollarse el
optimismo y la comprensión, y la. naturaleza de las pruebas a que está sometido
el discípulo mundial, la humanidad, sean estimadas en su verdadero valor para
que la luz afluya en el camino del hombre. Únicamente por medio de la
comprensión llegará la solución y se rectificarán los errores.
Las
pruebas de Escorpio son tres y conciernen íntimamente a la preparación de la
triple personalidad para:
1. reorientarse hacia la vida del alma y, posteriormente,
2. evidenciar su preparación para la iniciación, y
3. demostrar sensibilidad al Plan, convirtiéndose en un discípulo
centralizado en Sagitario.
Las
tres principales pruebas se dividen también en tres etapas, y en el Sendero del
Discipulado el hombre puede pasar nueve veces en ese signo de prueba y
experiencia. El hecho de que estas tres pruebas existan en tres etapas puede
sugerir algo a los astrólogos esotéricos, sobre el propósito de los tres
decanatos en que está dividido cada signo -punto que tengo la esperanza de
dilucidar cuando estudiemos la Ciencia de los Triángulos. Cada prueba (y por lo
tanto cada decanato) concierne a los tres aspectos de lo que en este Tratado
sobre los Siete Rayos hemos llamado vida, cualidad y apariencia. Así, las tres
grandes pruebas en Escorpio son en realidad nueve, de allí las nueve cabezas de
la Hidra o Serpiente, vinculadas siempre a Escorpio y también a la naturaleza
de la estupenda victoria lograda en este signo por Hércules, el Dios-Sol.
Es
interesante observar que cada uno de los grandes Hijos de Dios, cuyos nombres
están preeminentemente en el pensamiento de los hombres -Hércules, el Buddha y
el Cristo- están asociados en los archivos de la Gran Logia Blanca con tres
signos especiales del zodíaco (que constituyen en forma peculiar el “decanato
zodiacal”), en cada uno de los cuales pasaron de la prueba a la victoria:
1. En Escorpio-Hércules se convirtió en el discípulo triunfante.
2. En Tauro-el Buddha logró la victoria sobre el deseo y llega a la
iluminación.
3. En Piscis-el Cristo venció a la muerte y se convirtió en el
Salvador del mundo.
Estas
tres constelaciones forman un triángulo de iniciación de profunda importancia,
porque proporciona las condiciones y energías que pondrán a prueba y
perfeccionarán los tres aspectos de la personalidad, a fin de que se conviertan
en verdaderos reflejos de los tres aspectos divinos; conciernen principalmente
al alma y al cuerpo y se expresan, por lo tanto, a través de la Cruz Mutable y
la Cruz Fija, pero no de la Cruz Cardinal. A lo antedicho podríamos agregar lo
siguiente:
1. Escorpio lleva la prueba directamente a la vida del plano físico,
y cuando se la enfrenta y maneja allí, la vida del hombre es ascendida a los
cielos, y el problema implicado en la prueba se resuelve por el empleo de la
mente razonadora.
2. Tauro rige el deseo y lleva la prueba al plano emocional o astral,
y hace ascender la sensibilidad-deseo del aspecto forma de la vida al mundo de
la percepción sensoria, denominada plano intuicional.
3. Piscis lleva la prueba a la región de los procesos mentales, el
reflejo del aspecto voluntad de la divinidad; el problema del iniciado en este
signo está expresado por el Cristo, en la frase: “Padre, hágase tu voluntad y
no la mía”. Las pruebas hacen ascender la voluntad propia de la personalidad a
la región de la voluntad divina, trayendo como resultado la inspiración y el
surgimiento de un Salvador del Mundo.
Mediten
sobre esto y aprendan las lecciones de los apetitos, del deseo y de la propia
voluntad, porque son numerosas y útiles.
Las
tres pruebas de Escorpio también conciernen a los tres aspectos del ser humano,
cuando se fusionan y mezclan en el plano físico. Primero, la prueba de la
apetencia que constituye las predilecciones y tendencias naturales inherentes a
la naturaleza animal, las cuales son principalmente tres: el sexo, la comodidad
física y el dinero, como energía concretizada. Segundo, las pruebas conectadas
con el deseo y el plano astral. Son de naturaleza más sutil, produciendo
efectos automáticos en el plano físico; no son inherentes a la naturaleza
animal sino impuestas por la naturaleza de deseos, que también son tres: temor,
odio y ambición, o deseo de poder. Tercero, las pruebas de la censuradora mente
inferior, que son: orgullo, separatividad y crueldad. Recuerden que el peor
tipo de crueldad no es de naturaleza física, sino más bien de carácter mental.
Por lo tanto, dentro de las categorías de lo que debe ser probado y comprobado
que no existe, tenemos las siguientes categorías, que volveré a enumerar debido
a su importancia fundamental:
1. Sexo-la relación entre los pares de opuestos. Éstos pueden ser
utilizados en forma egoísta o fusionados divinamente.
2. Bienestar físico-condiciones de vida que han sido apropiadas
egoístamente.
3. Dinero-egoístamente acaparado (si puedo utilizar esta frase).
1. Temor-que condiciona hoy la actividad.
2. Odio-factor que condiciona las relaciones.
3. Ambición-que condiciona los objetivos.
1. Orgullo-satisfacción intelectual, convirtiendo a la mente en una
barrera que impide que el alma controle.
2. Separatividad-actitud aislada, convirtiendo a la mente en una
barrera que impide las correctas relaciones grupales.
3. Crueldad-sentirse satisfecho con los métodos de la personalidad,
convirtiendo a la mente en un instrumento del sentido de poder.
Cuando
estos defectos son reconocidos y superados, el resultado es doble: el
establecimiento de las correctas relaciones con el alma y con el medio
ambiente. Ambos resultados son el objetivo de todas las pruebas en Escorpio.
Las
notas clave de este signo son: prueba, experiencia y triunfo. También pueden
ser denominadas lucha, fortaleza y actitudes sagitarianas. Otro ángulo de la
experiencia en Escorpio puede ser descrito con dos palabras: recapitulación y
reorientación. Dos factores muy ocultistas surgen del pasado en Escorpio y
empiezan a embargar la atención del discípulo. Uno es la memoria y el otro
-como consecuencia de la memoria- el Morador en el Umbral. Memoria, en el
sentido dado aquí no es simplemente una facultad de la mente, como se supone
con frecuencia, sino que es esencialmente una fuerza creadora. Básicamente es
un aspecto del pensamiento y -conjuntamente con la imaginación- un agente
creador, porque, como bien saben, los pensamientos son cosas. Desde lo más
recóndito de la memoria de un pasado profundamente arraigado, que se recuerda
definidamente, y desde la subconsciencia racial e individual (fundada en
reservas de pensamientos y deseos establecidos, heredados e inherentes) surge,
de las vidas y experiencias individuales pasadas, la suma total de todas las
tendencias instintivas, de todos los espejismos heredados y de todas las fases
de las erróneas actitudes mentales; a éstos (que constituyen un todo fusionado)
denominamos el Morador en el Umbral, que es la suma total de las
características de la personalidad, que no fueron superadas ni sojuzgadas y finalmente
deben ser vencidas antes de poder recibir la iniciación. En cada vida se
realiza algún progreso, se perfeccionan algunos defectos de la personalidad y
se logra algún progreso real. Lo que queda por conquistar y las antiguas deudas
por saldar, son numerosas y excesivamente potentes y -cuando se ha establecido
adecuadamente el contacto con el alma- llega una vida en que la personalidad
altamente desarrollada y poderosa, llega a ser en sí misma el Morador en el
Umbral. El Ángel de la Presencia y el Morador se enfrentan, entonces algo debe
hacerse. Eventualmente la luz del yo personal disminuye y decae ante la
llamarada de gloria que emana del Ángel, y la gloria mayor oscurece a la menor.
Sin embargo, esto sólo es posible cuando la personalidad entra ansiosamente en
relación con el Ángel, se reconoce como el Morador y, como discípulo, empieza
la batalla entre los pares de opuestos, iniciándose las pruebas en Escorpio.
Estas pruebas y experiencias son siempre autoiniciadas; el discípulo se coloca
en un medio ambiente positivo o condicionante, donde las pruebas y la
disciplina son ineludibles e inevitables. Cuando la mente ha alcanzado un nivel
de desarrollo relativamente elevado, se evoca el aspecto memoria en forma nueva
y consciente, entonces toda predisposición latente, instinto racial y
emocional, situación no superada, y todo defecto controlador, surgen a la
superficie de la conciencia, entablándose en consecuencia la lucha. Sin
embargo, la nota clave de Escorpio es Triunfo. Ésta es su mayor expresión en el
plano físico. Como resultado de la lucha y la victoria, el hombre divino -que
no se expresa aún perfectamente, si puedo explicar así la situación- se arraiga
en el plano físico con tal precisión y claridad, que es imposible eludir y
evadir las conclusiones a que llegan su familia, sus amigos y el grupo, de que
él es un discípulo; desde ese ángulo se lo vigila meticulosamente; aprende el
significado de la palabra ejemplo; debe enfrentar el antagonismo de quienes lo
observan, iniciando así las primeras etapas conscientes que lo llevarán hacia
la percepción y la respuesta grupales, además del servicio grupal. Tal es el
resultado y la recompensa de la experiencia en Escorpio.
En
este signo el hijo pródigo vuelve en sí y habiéndose alimentado de las migajas
de la vida y agotado los recursos del deseo y la ambición mundanas, dice: “Me
levantaré e iré a mi Padre”. El aspirante pasa en la vida dos crisis
principales como éstas:
1. Cuando el hombre mundano inteligente vuelve en sí y se reorienta
hacia el alma y sus requisitos. Esto conduce a las pruebas en Escorpio.
2. Cuando el iniciado de tercer grado -en una vuelta más alta de la
espiral- se reorienta hacia la Mónada y pasa por las pruebas más sutiles, hasta
lograr ciertos reconocimientos indescriptibles y espirituales. Sobre esto no me
extenderé.
Poco
puedo agregar sobre el hecho de que Escorpio se halla en uno de los cuatro
brazos de la Cruz Fija. En el estudio de los signos anteriores, mucho se ha
tratado sobre la Cruz, y no es necesario repetirlo. El deseo en Tauro se
convierte en aspiración espiritual en Escorpio. La oscuridad de la experiencia
en Escorpio se convierte en iluminación en Tauro, pues debe recordarse que
donde están implicados los pares de opuestos siempre se benefician mutuamente,
porque existe una línea directa de fuerza y de contacto entre ambos, que rara
vez es reconocida.
Ahora
consideraremos los Regentes que rigen el signo de Escorpio. Su influencia es
potente en las vidas del hombre común y no desarrollado, que responde más
fácilmente a las influencias planetarias de las doce casas del horóscopo de la
personalidad, que en el hombre más avanzado que va siendo directamente influido
por los signos zodiacales. Por medio de estos Regentes, dos Rayos son puestos
en una poderosa posición controlante en Escorpio, el sexto Rayo de Devoción y
el cuarto Rayo de Armonía a través del Conflicto, estando este último
peculiarmente relacionado con la modalidad del desarrollo humano, y el primero
con los métodos de la época pisciana, que está justamente pasando. Marte y
Mercurio controlan, y el primero está particularmente activo, porque es el
planeta ortodoxo que controla a la personalidad en Escorpio y también el
planeta esotérico que condiciona el desenvolvimiento del discípulo. Marte es el
factor dominante en las experiencias y pruebas del discípulo, previas a la
experiencia en Sagitario y a la iniciación en Capricornio, por las siguientes
razones:
Primero,
Marte es definidamente el planeta que rige y controla el vehículo físico.
Aparece, ante todo, como regente ortodoxo en Aries, signo en que se efectúa el
primer desenvolvimiento hacia la manifestación objetiva o encarnación física.
En Escorpio, el resultado de todas las luchas pasadas, durante el aparentemente
interminable peregrinaje alrededor del zodíaco o rueda de la vida, ese vehículo
es también llevado a un punto culminante por medio de las actividades de Marte,
que no ha estado activo en los signos intermedios entre Aries y Escorpio en lo
que concierne a la rueda revertida. El discípulo debe demostrar ahora la
fuerza, el carácter y la cualidad que ha desarrollado y desplegado en sí mismo
durante su larga peregrinación. Comenzó en Aries teniendo como regente a Marte,
iniciándose la gran guerra entre las dualidades que constituyen el hombre. Así
fueron puestos en relación los pares de opuestos. En Escorpio, con el mismo
planeta rigiendo su vida interna, prosigue la guerra, y en este caso Marte rige
no sólo el cuerpo físico sino todo el vehículo de la forma, denominada la
personalidad en los tres mundos. Todos los aspectos de la naturaleza inferior
están involucrados en esta crisis, porque Marte es el regente esotérico en
Escorpio, y las pruebas aplicadas implican la naturaleza de la forma -grosera y
sutil, integrada y potente. Por lo tanto, desde el ángulo ortodoxo, Marte rige
a Aries y esotéricamente a Escorpio, y no aparece nuevamente en la vida del
individuo, excepto en la medida que éste responde a la vibración masiva en
Sagitario, donde Marte aparece rigiendo la sexta Jerarquía Creadora, los
señores lunares de la naturaleza forma, que oportunamente deben ser
sacrificados en el aspecto espiritual superior y controlados por el Ángel
solar. En consecuencia, el efecto de Marte es en su mayor parte masivo y de resultados
grupales, produciendo grandes luchas, llevando finalmente a la gran revelación.
En Aries, constituye la revelación final de la naturaleza del conocimiento y
del propósito de la encarnación; en Escorpio, revela la visión de la liberación
y del servicio a prestar; en Sagitario revela también el propósito del control
que ejerce el alma sobre los reinos inferiores de la naturaleza, por intermedio
del centro humano de energía. En consecuencia, nunca debe ser olvidado que
Marte establece relaciones entre los opuestos, y es un factor benéfico y no
maléfico como a veces se lo supone. Cuando lleguemos al estudio de las
Jerarquías y sus relaciones con los signos, serán aclarados ciertos puntos aún
oscuros y lo haremos al final de esta parte que trata sobre la astrología y los
rayos. Entonces hallaremos que Escorpio rige y gobierna la cuarta Jerarquía
Creadora, la humana, desde el ángulo del alma y no desde el ángulo de la
naturaleza inferior. Esta lucha final en Escorpio, sólo tiene lugar cuando se
ha alcanzado el punto de equilibrio entre el alma y el cuerpo, en Libra, y en
Escorpio la preponderancia de la energía espiritual se impone sobre las fuerzas
inferiores personales. Escorpio gobierna al iniciado, verdadero nombre
esotérico del hombre, y mediante su regente planetario jerárquico son revelados
los Hijos de la Mente, los Mensajeros de la Deidad; pero la revelación se
produce a través de Marte y la actividad marciana.
Segundo,
Marte está estrechamente relacionado con el sexo, un aspecto de los pares de opuestos,
cuyo efecto consiste en vitalizar definidamente la corriente sanguínea;
vitaliza, purifica y estimula todos los aspectos y organismos del cuerpo
mediante la corriente sanguínea. Será evidente que las pruebas en Escorpio y la
actividad de Marte son potentes para despertar la naturaleza inferior y traer
su rebelión final y establecer la última oposición, por así decirlo, de la
personalidad contra el alma. Marte lleva al Arjuna mundial a la lucha activa.
La totalidad del hombre emprende entonces la “lucha de los sexos”, que se
resuelve en su aspecto más elevado por medio de la batalla entre la
personalidad o naturaleza forma, altamente evolucionada, y el alma que intenta
ser el máximo factor controlante.
Como
se sabe, el color asignado a Marte es el rojo, analogía del color de la
corriente sanguínea, por eso a Marte se lo asocia con la pasión, la ira y el
sentido general de oposición. El sentido de dualidad es excesivamente poderoso.
De allí la necesidad de que toda la vida del hombre (pues en este sentido la
sangre es la vida) debe ser llevada al conflicto, sin dejar de implicar algún
aspecto de la naturaleza humana, de aquí que surja también la necesidad de que
el discípulo eleve al cielo su naturaleza física, su naturaleza emocional o de
deseos, y sus procesos mentales. Esto sucede como consecuencia del
subyugamiento de “la serpiente del mal” (la naturaleza de la forma con sus
incitaciones y exigencias) por medio de “la serpiente de la sabiduría”, nombre
esotérico dado con frecuencia al alma.
Respecto
a la relación simbólica entre Marte y la sangre, produciendo el conflicto
resultante entre la vida y la muerte (porque Escorpio es uno de los signos de
la muerte) es interesante observar que el cristianismo está regido por Marte.
Nos inclinamos a reconocer con facilidad que el sexto rayo, que actúa a través
de Marte, rige al cristianismo. Es una religión de devoción, fanatismo, máxima
valentía e idealismo, que pone el énfasis espiritual sobre el individuo, su
valor y sus problemas, el conflicto y la muerte. Todas estas características
nos son familiares por la presentación teológica cristiana. Sin embargo, ~s
preeminentemente una religión que ha librado una guerra cruel y muchas veces
ilógica contra el sexo y sus implicaciones; ha acentuado el celibato militante
(militante en lo que concierne a la mujer, sus derechos y su naturaleza); ha
considerado la relación sexual como uno de los principales males del mundo y ha
puesto el énfasis sobre la naturaleza inviolable del vínculo matrimonial si lo
ha sancionado la iglesia. Tal ha sido el resultado del efecto benéfico y
maléfico del impacto de la fuerza de sexto rayo sobre la naturaleza forma. Poca
importancia se le ha dado a la influencia que ejerce Marte sobre el
cristianismo, convirtiéndolo definidamente en una religión militante, a menudo
cruel y sádica (como lo atestiguan los crímenes y torturas llevados a cabo en
nombre del Cristo, el Representante prominente del amor de Dios). A través de
la enseñanza teológica cristiana corre abundante e incesantemente el tema de la
sangre, y se considera como fuente de salvación o relación sanguínea, y no el
aspecto vida que la sangre vela y simboliza. El cristianismo está regido por el
credo de un Cristo crucificado y muerto y no el credo del Maestre resucitado.
Una de las razones de esta tergiversación de la verdad se debe a que San Pablo,
el gran iniciado, antes de recibir la tercera iniciación, en la época en que
vivía como lo relata en los Hechos de los Apóstoles, estaba bajo la poderosa
influencia de Marte y había nacido en Escorpio; el estudio de su horóscopo
demostraría esto, si pudieran estudiarlo como lo hacemos quienes estamos
relacionados con la Jerarquía. El fue quien le dio el sesgo de Escorpio-Marte a
la interpretación y exposición de la doctrina cristiana y desvió la energía
hacia esos canales de la enseñanza ajenos a los propósitos de su Fundador. Tal
es frecuentemente el efecto indeseable de las actividades de los discípulos
bien intencionados sobre el trabajo que emprenden después que desaparece aquel
que inicia un determinado trabajo para la Jerarquía, o abandona su tarea a fin
de asumir otros deberes.
Los
temas de la sangre y de la muerte, del sufrimiento y de las exigentes pruebas
del discípulo, del valor del conflicto individual y de ser consciente de las
penurias de la existencia, se deben básicamente a las influencias combinadas de
Escorpio y Marte que han regido durante tanto tiempo al cristianismo, y sólo
ahora empiezan a perder algo de su influencia.
Será
de gran valor un estudio de los procesos de la muerte tal como el signo de
Escorpio los condiciona y tal como los vemos actuar en el signo de Piscis. La
muerte producida por las influencias de Plutón y la muerte producida por las
influencias de Marte son ampliamente diferentes. La muerte en Piscis por medio
de la energía de Plutón es transformación -transformación tan vital y básica
que ya no se ve al Anciano. Se hunde en las profundidades del océano de la
vida, desciende al averno, cuyas puertas no lo retienen. El nuevo y viviente
Uno deja allí abajo aquello que lo ha atado en el transcurso de las épocas y
asciende desde las profundidades hasta las alturas, cerca del Trono de Dios”.
La
conexión que tienen estas palabras con el Cristo, el actual Salvador del mundo,
se manifiesta en sus implicaciones; sin embargo, fueron escritas en nuestros
archivos hace más de siete mil años. La muerte en Escorpio es de naturaleza
distinta y también está descrita en la misma antigua escritura como:
el
Anciano muere ahogado. Tal es la prueba. Las aguas lo cubren y no puede
evitarlo. Se ahoga. Se apagan los fuegos de la pasión. La vida de deseos cesa
su llamado, y ahora desciende al fondo del lago. Más tarde asciende nuevamente
a la Tierra, donde el blanco corcel espera su llegada, y montándolo se dirige
hacia la segunda muerte” (es decir hacia Piscis).
Evidentemente
aquí se refiere a Sagitario. El discípulo -después de la muerte de la
personalidad y luego de matar el deseo- sigue hasta Piscis, donde nuevamente
muere “para una resurrección eterna”. En Escorpio se produce la muerte de la
personalidad con sus anhelos, deseos, ambiciones y orgullo. En Piscis tiene
lugar la muerte de todos los apegos y la liberación del alma a fin de prestar
servicio en escala universal. El Cristo ejemplificó en Piscis la sustitución
del apego por el amor. El cristianismo ejemplifica la muerte de la personalidad
con sus implicaciones individuales y no universales; ha carecido completamente
de amor, y el color controlador del cristianismo ha sido realmente el rojo. No
es la expresión del Cristo, sino la presentación de Escorpio-Marte por San
Pablo. Marte ha regido el cristianismo porque San Pablo interpretó mal el
significado esotérico del mensaje de El Nuevo Testamento, y lo interpretó mal
porque la verdad -como todas las verdades que llegan a la humanidad- debió
pasar a través del filtro del cerebro y la mente de su personalidad; por eso
inevitablemente le dio un sesgo y esguince personales, siendo responsable de la
penosa historia del cristianismo y de la desafortunada situación actual de las
naciones -ostensiblemente naciones cristianas- que todavía arrastran el odio,
están regidas por el temor y, al mismo tiempo, por el idealismo, gobernadas por
la fanática adhesión a su destino nacional, según lo interpretan, “buscando el
derramamiento de sangre”, demostrado en la acumulación de armamentos. Éstas son
características de sexto rayo, acentuadas por Escorpio y condicionadas por
Marte, que siempre rige el sendero del discípulo individual; hoy el discípulo
mundial, la entera humanidad, se halla en el portal del sendero. Todo Occidente
está en la actualidad bajo la influencia marciana, pero esto terminará en los
próximos cinco años.
Tercero.
Marte rige los cinco sentidos, siendo la base de todo el conocimiento humano en
lo que concierne o se refiere a lo tangible u objetivo. Por lo tanto, Marte
rige la Ciencia, de allí la razón de que exista en esta era un fundamental y
permanente materialismo en la ciencia -materialismo que rápidamente va
decayendo a medida que Marte se acerca al fin del presente ciclo de influencia.
La tendencia de la ciencia moderna está cambiando y se dirige al reino de lo
intangible y al mundo de lo inmaterial. Por eso también decae la oposición al
ocultismo y se aproxima su día de poder. Estos sentidos más sutiles sustituirán
a los sentidos físicos, sobre los cuales Marte ha ejercido durante tanto tiempo
un exitoso control, siendo también el motivo del desarrollo de los sentidos
síquicos y de la aparición, en todas partes, de los poderes sutiles y
esotéricos de la clarividencia y clariaudiencia. Este desarrollo será
inevitable a medida que las influencias de Escorpio y de Marte empiecen a
disminuir, como ya está sucediendo. En el año 1945 vimos desaparecer casi
totalmente esta influencia particularmente en el plano astral. Los astrólogos
deberían recordar que las influencias de las constelaciones, signos y planetas,
actúan sobre tres niveles de percepción -tres niveles descendentes- que se
sienten primero, en el plano mental, después en el astral y, finalmente, en el
físico. Los astrólogos se ocupan principalmente de este último plano poniendo
el énfasis sobre los acontecimientos y sucesos, no sobre sus causas
condicionantes. En la actualidad la astrología se ocupa de los efectos y no de
aquello que los causa. Hay mucha confusión sobre esta cuestión, y los
horóscopos de los tres niveles son a menudo muy tergiversados. A un horóscopo
que podría ser interpretado estrictamente en el plano mental se le da una
interpretación física, y así los acontecimientos que son totalmente mentales se
los describe como ocurrencias físicas. Una sugerencia para esta triple
interpretación, que eventualmente deberán reconocer los astrólogos, puede
hallarse en la relación que existe entre planetas ortodoxos, esotéricos y
jerárquicos y en los rayos, de los cuales son la expresión.
Por
lo antedicho verán cuán importantes son, en este período, las funciones de
Escorpio y Marte en nuestro planeta, y también observarán el breve tiempo de
que dispone la humanidad para que pueda (correcta o erróneamente) manejar sus
pruebas. Comprenderán también la presión bajo la cual la Jerarquía debe luchar,
ahora que la energía marciana se está expresando en el plano astral. ¿Elevará
el Hércules mundial este problema a los cielos? y “¿ levantará en vilo la
Hidra” de la pasión y el odio, de la codicia y la agresión, del egoísmo y la
ambición, a la región del alma? ¿ O llevará todo este asunto al plano físico
con su inevitable corolario de desastre, guerra y muerte mundiales? Éstos son
los problemas que encara la Jerarquía.
Escorpio
también está vinculado en forma muy interesante, con la constelación de Cáncer,
debido a la influencia de sexto Rayo, y debe recordarse que este rayo se
expresa por medio de Neptuno, pero en forma esotérica y espiritual.
Esotéricamente Neptuno rige a Cáncer. Por lo tanto, el significado es claro,
pues Cáncer es el signo del nacimiento, la puerta de la encarnación y el signo
de la generación; Escorpio es el signo del sexo y de la regeneración, y el
nacimiento siempre es el resultado designado de la relación sexual. El Padre,
espíritu, y la Madre, materia, cuando se unen, producen al hijo. Las pruebas,
las dificultades y los sufrimientos de esta era son síntomas e indicios de que
“está viniendo a la manifestación” una nueva civilización y cultura. Presagian
el nacimiento de una nueva era que todo el mundo aguarda. Ello ocurrirá si
-hablando esotéricamente- la energía de sexto rayo de Marte, se trasmuta en
energía de sexto Rayo de Neptuno, el primero es “objetivo y está harto de
sangre” y el segundo es “subjetivo y está pletórico de vida”.
Un
gran misterio está velado y oculto en la relación mencionada, pues
Cáncer-Neptuno es la expresión del séptimo rayo que rige y controla a la octava
Jerarquía Creadora. Ésta es una de las cinco Jerarquías cuyos nombres
desconocemos y está particularmente al borde de la liberación, al mismo tiempo
que está estrechamente vinculada con el principio mente, cuando actúa a través
de los ángeles solares, o por medio de la Jerarquía humana. Está relacionada al
nacimiento de la cuarta Jerarquía Creadora, y es incomprensible para quienes no
hayan recibido la cuarta iniciación, pero debe recordarse este hecho
interesante porque la conexión entre los rayos sexto y séptimo despertó ese
poderoso “deseo de encarnar” y produjo la caída de los ángeles solares en
épocas primitivas. Esta influencia de sexto rayo que llega desde tres ángulos
-ortodoxo, esotérico y jerárquico- incluye a Neptuno y a Marte y predispone a
la raza y al individuo a que lleguen a ser discípulos centrados en Sagitario.
Esta constelación es regida por Marte, poniendo al hombre bajo el control de
los 'Señoras lunares, la sexta Jerarquía Creadora, o en estrecho contacto con
ellos. Los estudiantes deberían estudiar con cuidado sus horóscopos, recordando
la diferencia que existe entre las cinco Jerarquías no manifestadas y las siete
que están ahora en expresión, y de las cuales forma parte la sexta Jerarquía
Creadora. Esta Jerarquía, desde el ángulo más amplio de las doce Jerarquías y
no sólo de las siete manifestadas, es la undécima o la segunda. En consecuencia
el sexto Rayo de Devoción es muy poderoso en esta era o ciclo, de allí que cada
país exprese sus mejores y peores rasgos, ofreciendo el dramático ejemplo de
una intensa devoción a las cosas materiales y a los valores espirituales.
Escorpio
y Acuario están también peculiarmente relacionados entre sí por medio del
planeta Mercurio, que rige a la familia humana (porque es el planeta jerárquico
de Escorpio), y por intermedio de Neptuno, que rige a Cáncer, gobernando así la
expresión en el plano físico. A este respecto la Luna es considerada como el
regente ortodoxo y jerárquico de Acuario. Les recordaré que la Luna es
considerada generalmente como que vela u oculta algún planeta y tres son los
que ella oculta. Aquí se requiere la intuición del astrólogo y del estudiante
esotérico. Estos planetas son Vulcano, Neptuno o Urano. Los tres crean e
influyen a ciertos aspectos del principio Madre, que nutre y alimenta la vida
de la realidad interna divina, hasta el momento en que el Cristo-Niño es dado a
luz. Determinan o condicionan la naturaleza física, astral y mental, creando
así la personalidad. Forman un triángulo de inmenso poder creador, sobre cuya
tema. me extenderé más adelante cuando trate la Ciencia de los Triángulos. Lo
que intento exponer es que, a través de la influencia de Mercurio y Neptuno, se
desarrolla la conciencia grupal del individuo, a fin de que mediante las
pruebas en Escorpio y -la experiencia en Acuario, el discípulo adopte en el
plano físico- la posición de un servidor mundial; todos los servidores del
mundo son trabajadores que están descentralizados y regidos por la necesidad y
las reacciones de la masa o del grupo. Ésta es una de las razones por las
cuales los discípulos en entrenamiento son absorbidos por el grupo de un
Maestro, que integralmente es una colectividad de individuos imbuidos de la
idea de grupo, aprendiendo acrecentadamente a reaccionar a ella. En este
período mundial y de un modo peculiar, en lo que respecta a la raza Aria, a la
cual pertenece el mundo occidental, Neptuno es esotéricamente conocido como el
Iniciador. En ciertas fórmulas antiguas, el gran instructor de Occidente y
actual Iniciador mundial, el Cristo, es conocido como Neptuno que rige el
océano, cuyo tridente y símbolo astrológico significa la Trinidad en
manifestación, y es el Regente de la era pisciana. La fórmula en términos
esotéricos es: “. . . las diosas peces, que han salido de la tierra (Virgo) y
penetrado en el agua (Piscis), conjuntamente dan a luz al Dios Pez (el Cristo),
quien introduce el agua de la vida en el océano de la sustancia, trayendo luz
al mundo. Así trabaja Neptuno”. Sin embargo es un gran misterio que sólo es
revelado en la segunda iniciación donde se demuestra el control que ejerce el
fluido plano astral.
Por
ser Cáncer la puerta hacia la encarnación, está estrechamente relacionada a
Escorpio, por medio de Neptuno y Marte, y ambos expresan la energía de sexto
Rayo. En Cáncer tenemos la devoción del alma, desarrollada en tal medida que el
anhelo de manifestarse sobrepasa a todos los demás anhelos, obligando al alma a
cumplir con los procesos de encarnación. En Escorpio, ese mismo espíritu de
devoción (que está basado en el sentido de la dualidad y en la necesidad de ir
hacia aquello que no es el Yo) va en dirección contraria, y el anhelo de
liberarse y de hollar el Sendero de Retorno llega a ser tan fuerte que el
discípulo se somete a las pruebas, invierte -a costa de enorme dolor- su
posición en la rueda de la vida y asume la actitud del Observador, en
contradicción con la del Experimentador.
Cesan
las antiguas identificaciones; empiezan a aparecer nuevas tendencias hacia
identificaciones superiores más sutiles y espirituales; entonces Neptuno y
Marte comienzan a desempeñar su parte.
Un
detenido estudio de estas relaciones revelará el hecho de que los cuatro signos
del zodíaco desempeñan la parte preponderante en la vida del hombre que actúa
cuando está encarnado, y tiene el Sol en Escorpio o Escorpio en el Ascendente,
y son:
1. Aries Cruz Cardinal Impulso iniciador Vida
2. Cáncer Cruz Cardinal Impulso enfocado Encarnación
3. Escorpio Cruz Fija Impulso hacia la reversión Retorno
4. Acuario Cruz Fija Impulso grupal Servicio
Estos
signos son 1-4-8-11. Los números son muy significativos en sí mismos, porque
son signos de voluntad-deseo, expresión humana, principio crístico y de
iniciación. No es necesario extenderme sobre este crúadruple tema y la verdad
de sus enseñanzas implicadas, porque es claro y evidente que la historia del
alma está encerrada en estos números.
Quisiera
tratar otro punto interesante que servirá para demostrar la potencia de
Escorpio y sus energías en la vida del discípulo. Como bien saben, Escorpio es
uno de los cuatro brazos de la Cruz Fija de los cielos. En esta Cruz, el hombre
bien equilibrado permanece exactamente en el centro donde se unen los cuatro
brazos y, por lo tanto, en el punto donde la energía de los cuatro signos y sus
planetas regentes pueden afluir a través de él y evocar las reacciones
necesarias, producir las condiciones en que sea posible la prueba y efectuar la
reversión requerida de las corrientes de la vida en la naturaleza del hombre,
ubicándolo en la rueda revertida.
Los
planetas que lo regirán y condicionarán en algún aspecto de su naturaleza son:
Planeta Signo Rayo Escuela
Venus Tauro 5to. Ortodoxa
Vulcano Tauro 1ro. Jerárquica.
Esotérica
El
Sol Leo 2do. las tres
Marte Escorpio 6to. Ortodoxa.
Esotérica
Mercurio Escorpio 4to. Jerárquica
Urano Acuario 7mo. Ortodoxa
Júpiter Acuario 2do. Esotérica
La
Luna Acuario 4to. Jerárquica
En
esta clasificación se ha omitido la influencia de un sólo Rayo, el tercer Rayo
de Inteligencia Activa. Los demás rayos afluyen vertical y horizontalmente a la
naturaleza del hombre y a su medio ambiente. La vida y la cualidad y la
apariencia, todas pasan por las pruebas, pero toda esa experiencia debe ser
pasada subjetivamente y, finalmente, levantada “en vilo” y elevada al mundo de
los valores espirituales, donde todos los problemas deben ser solucionados a la
luz de la intuición y por el alma, por lo tanto son indeseables el estímulo del
intelecto y el enfoque de la atención del discípulo en el plano físico (el
mundo de los valores materiales).
La
influencia de tercer rayo por consiguiente es omitida o “desviada ocultamente”,
según se dice, excepto en la medida que la. sustancia del cerebro es automáticamente
condicionada por el tercer rayo, regente subconsciente de la materia. Esta
afluencia de seis potencias, proporciona el escenario y las condiciones para
las pruebas; todas estas energías de rayo se expresan como subrayos activos del
rayo al cual pertenece el alma del discípulo, de allí la necesidad de
asegurarse el rayo a que pertenece el alma antes de confeccionar el horóscopo y
hacer el mapa.
Esto
me lleva a decir algunas palabras sobre dos puntos. Al tratar el horóscopo de
la personalidad del hombre común sin aspiraciones, el astrólogo debe tratar de
descubrir el rayo de la personalidad, por el estudio del carácter, de las
referencias físicas, de las cualidades emocionales, del tipo de mente y de la
naturaleza del medio ambiente. Entonces estará capacitado para confeccionar un
mapa muy útil, con los planetas ortodoxos que rigen la vida. Lo mismo debe
hacerse en el caso del horóscopo de un discípulo, procurando descubrir el rayo
del alma, el cual pone su marca y acentúa su cualidad y naturaleza en el caso
de personas evolucionadas; cuando esto surge con claridad, el hombre
evidentemente es un discípulo, y los planetas esotéricos ¡regirán su horóscopo.
Habiendo determinado el rayo del hombre que está sometido a las pruebas en
Escorpio, el astrólogo podrá ubicar después los otros rayos en lo que a él
respecta y su probable experiencia.
Otro
punto al que deseo referirme, es el constante uso de la palabra relación o
relaciones, y frases análogas. Esto es inevitable debido a que la ciencia de la
astrología es totalmente, en último análisis, la Ciencia de las relaciones y,
en consecuencia, no tiene objeto eludir el término, especialmente cuando no hay
otro que lo sustituya adecuadamente. Interrelación, interdependencia,
intercomunicación, interacción, son las palabras que rigen la base científica
de la astrología y que hoy están empezando a generalizarse es relación con la
conducta y los asuntos humanos. Su empleo irá acrecentándose. Las etapas
preparatorias para la fusión, mezcla y síntesis del mundo están presentes hoy,
y en ello reside la esperanza del mundo y la seguridad de que los problemas
serán solucionados finalmente en forma correcta.
Respecto
a la vida vertical y horizontal en la Cruz Fija, ea. instructivo observar que
la vida vertical del hombre en esa Cruz (no importa en qué signo pueda hallarse
temporariamente su Sol) es siempre Acuario-Leo. Esto indica que el individuo
autocentrado en Leo, aprende la lección de la Cruz, se descentraliza, es
consciente del grupo y se dedica a prestar servicio. El brazo horizontal es
Tauro-Escorpio, indicando que el deseo por lo material es finalmente sustituido
por el deseo de los valores espirituales, demostrado por medio de las pruebas
en Escorpio. La Tierra y el Agua (Tauro y Escorpio) deben fusionarse y relacionarse,
y esta verdad, vinculada a estos dos signos del zodíaco, fundamenta todas las
enseñanzas sobre el bautismo y la purificación. Los deseos materialistas
terrenos en Tauro deben, a su debido tiempo, quedar bajo la influencia del agua
purificadora en Escorpio. El bautismo por el agua (nombre dado a la segunda
iniciación) requiere un período preparatorio de prueba y purificación, lo cual
debe proporcionar la experiencia en Escorpio. Análogamente también deben ser
fusionados fuego y aire (Acuario y Leo), y de esta manera los cuatro elementos,
lo mismo que seis de los siete rayos, deben desempeñar su parte en el
condicionamiento del hombre en Escorpio para las etapas finales del Sendero.
Es
muy reveladora la ubicación de los planetas en este signo, y está también de
acuerdo con el propósito general de la experiencia en Escorpio, bosquejada
anteriormente. Urano está exaltado en este signo, y allí disminuye el poder de
Venus, mientras que la Luna cae. ¿ Qué demuestran simbólicamente estos hechos?
Trataré de hacerles ver con claridad la belleza de lo que ello implica.
Urano
es un planeta que tiene las características de la mente científica, que en esta
etapa de la trayectoria del discípulo, significa que puede empezar a vivir la
vida esotérica y que el camino del conocimiento divino puede reemplazar al
camino místico del sentimiento, y además que el conocimiento puede ser
trasmutado en el camino de sabiduría y de luz. Esto trae necesariamente el
aspecto voluntad o influencia de primer rayo (Vulcano), fusionado con el
séptimo rayo (Urano), produciendo la manifestación deseada en el plano físico.
Por lo tanto, Urano inicia un nuevo orden y condiciones de vida y -cuando se ha
desarrollado en la vida del discípulo- trae a su vez la comprensión de las
causas de las cosas, tal como son, y el deseo de cambiar el antiguo orden y
orientación en nuevos, lo cual produce la reversión de la rueda. Este
acontecimiento puede verse hoy con mucha claridad en relación con la humanidad
y los procesos mundiales. La influencia de Urano, llevada a su lógica
conclusión, trae finalmente el consecuente desenvolvimiento espiritual, en
contraposición al humano; por esta razón Urano está exaltado en este signo y
asume una posición de poder e influencia dirigida.
Venus,
la mente inteligente, disminuye su poder en este signo, porque el intelecto
-habiendo sido desarrollado y utilizado- debe ahora subordinarse al poder más
elevado del alma, la intuición espiritual. El Hijo de la Mente, el Ángel solar,
también debe ahora manifestarse como el Hijo de Dios. Cuando el Ángel solar
controla oportunamente, debe ceder su lugar a la Presencia, la cual ha estado
velada u oculta. Venus debe menguar y el Sol -como símbolo de la Deidad- crecer
su influencia y finalmente ocupar el lugar de Venus. Tales son las
significaciones simbólicas y esotéricas.
La
Luna se considera que actúa en su verdadera naturaleza y, por lo tanto, expresa
simbólicamente lo que está muerto. La Luna representa a la personalidad y, en
la victoria final lograda en Escorpio, la personalidad es totalmente vencida y
derrotada. Se mata el deseo, porque mediante el deseo expresado de cualquier
tipo, la personalidad demuestra vida, cualidad y apariencia. Reflexionen sobre
esto, pues la Luna cae en Escorpio y desaparece su influencia.
Los
extremos se unen en el discípulo que se halla en el punto medio o en el centro
de la Cruz Fija en Escorpio. La imaginación espiritual, el factor que presta
mayor servicio al hombre, comienza a sustituir a ese antiguo espejismo por el
cual hemos erigido el mundo irreal, donde nos parece que vivimos, nos movemos y
tenemos nuestro ser. La autoindulgencia iniciada en Tauro, cede su lugar a la
actitud altruista del discípulo en Escorpio; también la ambición cede su lugar
a la actividad ejecutiva del alma, mientras que el apego a los deseos
-simpatías y antipatías- de la personalidad se trasmutan en tenaz propósito.
del alma. Los poderes ocultos de la naturaleza del alma -son secretos y están
mal aplicados, porque no han sido comprendidos y, por lo tanto, fueron mal dirigidos-
son sustituidos por los misterios de la iniciación y la comprensión práctica de
las energías conferidas, de este modo, al receptor. Tales son algunas de las
grandes transformaciones que acontecen en la vida del discípulo que se somete
inteligentemente a las pruebas y dificultades en Escorpio.
Los
tres decanatos y sus regentes difieren según los astrólogos. Un grupo da a
Marte, el Sol y Venus como rigiendo los decanatos de Escorpio, mientras que
otro considera a Marte, Júpiter y la Luna como los tres regentes. Quizás la
verdad se halla en ambas conclusiones si las vemos desde el punto de vista
esotérico y del hombre no evolucionado, punto interesante para que lo
investiguen y estudien los astrólogos. Algún día sabrán, con toda claridad, la
posición de los cinco planetas sugeridos que rigen los decanatos (ya están de
acuerdo respecto a uno). No. puedo decir la verdad esencial, porque un nuevo
planeta está surgiendo en este signo, y le corresponde al hombre descubrirlo y
ubicarlo correctamente dentro de la circunferencia de la Gran Rueda.
Las
palabras clave de este signo son significativas e iluminadoras. Engaño y
triunfo -el control ejercido por maya y por el alma- conflicto y paz, tales son
los secretos ocultos de este signo y están resumidos para todos los discípulos
en éstas dos palabras clave. En la rueda común sobre la cual se encuentra el
alma, ciega y aparentemente desamparada, surge el Verbo en los siguientes
términos: “Y el Verbo dijo: que florezca maya y que rija el engaño”. En la
rueda revertida el alma entona o canta las palabras: “Guerrero soy y salgo
triunfante en la batalla”.
LIBRA,
LA BALANZA
El
signo Libra, en forma muy paradójica, es peculiarmente interesante,
precisamente por que su mayor interés estriba en que carece de espectacularidad
-excepto en el caso de los discípulos, o de quienes se están acercando al
sendero. Es el signo de la estabilización, de la cuidadosa apreciación de los
valores y de la obtención del correcto equilibrio entre los pares de opuestos.
Podría ser considerado como el signo en que aparece la primera visión real del
Sendero y la meta hacia la cual el discípulo debe dirigir finalmente sus pasos,
el estrecho sendero del filo de la navaja que corre entre los pares de
opuestos, en el cual -para recorrerlo sin peligro- es necesario desarrollar el
sentido de los valores y el poder para utilizar con acierto la facultad
analítica equilibradora de la mente. Es también el signo de la percepción
intuitiva que, en el sendero común de progresión alrededor del zodíaco, viene
después de la normalmente drástica experiencia del hombre en Escorpio, y es,
por lo general, de tal naturaleza, que el instinto de autoconservación se ha
despertado en gran medida, y ante la apremiante necesidad del hombre (no el discípulo
en este caso), surge un llamado al alma y evoca respuesta. Entonces son
vagamente sentidos y reconocidas los primeros tenues destellos de la intuición.
Entonces sigue la experiencia en Libra, donde dedica una vida a la reflexión
silenciosa ~ concienzuda, o se halla en una condición de insensibilidad
estática; puede ser una vida de estabilización, de sopesar esto o aquello y de
determinar a qué lado se inclinarán los platillos, a fin de que en el próximo
signo se produzcan ciertos resultados ya designados. La siguiente vida en
Virgo, vivida bajo la influencia del aspecto material de Virgo, la Madre, puede
ser de naturaleza materialista o personal, o evidenciar un lento surgimiento de
la vibración del alma, indicando esa vida oculta espiritual de la cual la
Virgen Madre constituye el custodio preordenado. A medida que se efectúa
periódica y cíclicamente el progreso alrededor de la rueda de la vida, estas
experiencias y actividades vibratorias se intensifican, hasta que llega el
momento de la reversión de la rueda. Entonces Libra conduce hacia Escorpio, y
la vida activa del alma (activa por medio de la naturaleza de la personalidad y
no simplemente en su propio plano) es registrada y observada en Virgo y
equilibrada y valorizada en Libra, produciendo oportunamente las pruebas y
experiencias entre el alma y la personalidad, la cual lucha poderosamente con
determinación para conservar el estado de expresión equilibrada entre ambas,
allí donde no es posible que prepondere la influencia de la personalidad.
Puede
hablarse también de Libra en términos del proceso de meditación, tal como se
enseña en Oriente y Occidente. Por lo tanto puede ser considerado como el
“intervalo entre dos actividades”, descripción dada a la etapa de la meditación
denominada contemplación. En las cinco etapas de meditación (como se la enseña
generalmente) tenemos: concentración, meditación, contemplación, iluminación e
inspiración. Estas cinco etapas van paralelas con los cinco signos
estrictamente humanos del zodíaco:
1. Leo. - Concentración. - La vida del alma enfocada en la forma.
Individualización. Autoconciencia. El hombre medio no evolucionado. Experiencia
humana.
2. Virgo. - Meditación. - La vida del alma como la siente el hombre.
El período de gestación. La etapa del Cristo oculto. El hombre inteligente. La
personalidad ocultando la vida crística.
3. Libra. - Contemplación. - La vida del alma y la forma están
equilibradas. Ninguna predomina. Equilibrio. El intervalo donde el alma se
organiza para luchar, y la personalidad espera. Éste es el Sendero de
Probación. La dualidad es conocida.
4. Escorpio. Iluminación. - El triunfo del alma. La culminación de la
experiencia en Tauro. La disipación del espejismo astral. Afluye la luz del
alma. El Sendero del Discipulado. El discípulo.
5. Sagitario. - Inspiración. - La preparación para la iniciación. El
alma inspira la vida de la personalidad. El alma se expresa por medio de la
personalidad. El Iniciado.
Quisiera
recordarles que aunque la iniciación se recibe en Capricornio, el hombre es un
iniciado antes de ser iniciado. Éste es el verdadero secreto de la iniciación.
Tenemos, por lo tanto, la actividad que hace que la personalidad se acreciente
y desarrolle, al mismo tiempo que vela y oculta al oculto hombre en el corazón,
el Cristo en cada forma humana. Entonces tiene lugar el intervalo en que se
alcanza el punto de equilibrio entre ambos, donde ninguno domina. Los platillos
de la balanza oscilan hacia atrás y adelante, en cualquier dirección o -como a
veces se dice- el hombre también oscila entre los pares de opuestos. De allí la
importancia de este signo en la expresión de la vida del hombre y también su
Peculiar dificultad, proporcionando la curiosa experiencia oscilante que llega
a ser, primero, acentuadamente anonadante para el hombre que trata de ser
totalmente humano, pero que se da cuenta que en sí mismo halla impedimentos y
anhelos que lo impulsan hacia algo que es más elevado que lo humano y, segundo,
para el aspirante o discípulo. Su interés y su objetivo se enfocan en la vida del
alma; pero halla en si mismo lo que siempre trata de llevarlo a las antiguas
modalidades, hábitos y deseos.
A
este signo a veces se lo denomina “el lugar del juicio”, porque allí se decide
y se da el paso irrevocable que separa las “ovejas de las cabras”, o esas
constelaciones regidas por Aries (el Carnero o Cordero) y por Capricornio (la
Cabra). En realidad señala la diferenciación que existe entre la rueda común de
la vida y la revertida. Antes de que Leo--Virgo fuera dividido en dos signos,
Libra se hallaba literalmente a mitad de camino. La situación era la siguiente:
Aries Tauro Géminis Cáncer Leo Virgo
Libra
Escorpio Sagitario Capricornio Acuario
Piscis
y
en esta ronda del zodíaco (en lo que concierne a la humanidad) está descrita
toda la historia de la raza. Involucra los comienzos mentales en Aries (la
voluntad de manifestarse) y la iniciativa de la exteriorización de la vida; en
Tauro dirige su deseo, trayendo la manifestación; entonces en Géminis emerge su
conciencia dual o comprensión del cuerpo-alma; en Cáncer avanza el proceso de
la encarnación física, seguido por el desenvolvimiento dual del cuerpo-alma o
conciencia objetiva y subjetiva, y en Leo-Virgo aparece el hombre-Dios. Luego
viene Libra, donde se alcanza, oportunamente, el punto de equilibrio entre el
hombre espiritual y el personal, preparando la etapa para el quíntuple proceso
final, que en realidad es la analogía subjetiva de la exteriorización en el
Sendero de Ida, que se lleva a cabo en el Sendero de Vuelta, o sendero de
Retorno. Después tiene lugar la reversión de la rueda y el comienzo de la nueva
orientación o discipulado en Escorpio, la vida dirigida y controlada del
discípulo en Sagitario, la iniciación en Capricornio, seguida por el servicio
en Acuario y por el trabajo del Salvador del mundo en Piscis. Y la liberación
final.
En
este período mundial el signo de la Esfinge se divide en dos (el León y la
Virgen, el alma y la forma), porque el estado de evolución humana y la
comprensión consciente es una dualidad reconocida; sólo en el denominado
“juicio final” se producirá otra fusión y Virgo-Libra formarán un sólo signo,
porque entonces habrá finalizado el sentido del dualismo antagónico del hombre,
y los platillos de la balanza se habrán inclinado finalmente a favor de lo que
la Virgen-Madre ha ocultado para que no se exprese durante eones.
El
juicio final, en lo que concierne a este ciclo planetario, tendrá lugar en el
próximo gran ciclo mundial; para entonces dos tercios de la raza humana habrá
desarrollado el principio crístico, en una de las varias etapas de
desenvolvimiento, o en una de las finales del Sendero de Evolución; serán
discípulos probacionistas o aceptados, o bien estarán en el Sendero de
Iniciación. Eventualmente, en forma misteriosa, nuevamente habrá sólo diez
signos en el zodíaco; Aries y Piscis formarán un sólo signo, porque “el fin es
como el principio”. A este signo dual fusionado se lo denomina en algunos
libros antiguos “el signo del Pez con cabeza de Carnero”. Entonces tendremos:
1.
Aries-Piscis. 6. Virgo-Libra.
2.
Tauro. 7. Escorpio.
3.
Géminis. 8. Sagitario.
4.
Cáncer. 9. Capricornio.
5.
Leo. 10. Acuario.
Entonces
el fuego y el agua se fusionarán, velando el pasado en vez del futuro, como
sucede ahora. La tierra y el aire se fusionarán y de esta manera se comprobará
la exactitud de la antigua profecía repetida en La Biblia de que “no habrá más
mar”. El aire (el cielo) habrá “descendido a la Tierra” y la fusión se
establecerá.
En
sentido cósmico y no individual, se manifestará el desenvolvimiento del Cristo
cósmico que “toda la creación espera”; así llegará la culminación del deseo
como resultado de la aspiración consagrada. Sólo entonces “se cumplirá el deseo
de todas las naciones” y aparecerá Aquel que todos los hombres esperan:
En
Tauro, Libra, Escorpio y Piscis, tenemos la historia del deseo.
1. Tauro-el Toro del deseo.-Rige el deseo material.
(Vida)
2. Libra-el equilibrio del deseo.-El objetivo opuesto al deseo es la
balanza o los platillos.
(Equilibrio)
3. Escorpio-la victoria del deseo espiritual.-El alma triunfante.
(Cualidad)
4. Piscis-la culminación del deseo divino.-El deseo de todas las
naciones. El Cristo Cósmico.
(Apariencia)
Tenemos
en Libra, por lo tanto, la experiencia individual de la vida equilibrada, donde
se lleva a cabo la experimentación, trayendo la consiguiente inclinación de los
platillos en una u otra dirección, hasta que el peso del deseo o la aspiración
espiritual, hace descender suficientemente uno de los platillos a fin de
indicar el camino que el hombre debe seguir en ese momento. Tenemos en Libra la
experiencia de la humanidad en donde se están haciendo los mismos reajustes y
experimentos; pero esta vez está implicada toda la raza humana, no sólo el
individuo. Esta experiencia grupal, llevada a cabo en el plano mental,
únicamente será realizada cuando todos los hombres estén polarizados
mentalmente y se constituya y tenga lugar el Día del Juicio, ya mencionado.
Precursores de esto son el “punto de crisis' en Libra, la presente situación
del mundo y el reajuste necesario; sin embargo, el equilibrio tiene lugar, en
la actualidad, en el plano astral y los deseos predominantes de los hombres
están en situación de proporcionar el factor decisivo, mientras que en el
próximo gran ciclo las mentes de los hombres decidirán. Los hombres más
destacados de la época -discípulos, aspirantes e intelectuales- están pasando
hoy las pruebas de la experiencia en Escorpio, en tanto que las masas se hallan
en los platillos de la balanza; el peso de los deseos de la masa los elevará
hacia una decisión espiritual, o los hará descender a los objetivos materiales
y egoístas.
Debido
a esta cualidad equilibradora de Libra, dicha constelación puede vincularse más
específicamente con los problemas sexuales que cualquier otro signo. Por lo
general, el estudiante común de astrología, vincula mentalmente el sexo con los
signos de Tauro y Escorpio, lo cual probablemente se deba a que al Toro se lo
considera, con frecuencia, el símbolo de los insanos impulsos del incontrolado
principio sexual, y también porque en Escorpio se aplican las pruebas
fundamentales. En las primeras etapas, para la mayoría de los aspirantes, el
sexo constituye un problema fundamental. Sin embargo, esotéricamente, en Libra
se plantea la cuestión y se planteará acrecentadamente, exigiendo una
respuesta; además en Libra debe producirse el equilibrio de los pares de
opuestos y llegar a una solución por medio de la actividad de la mente jurídica
y el establecimiento de un punto de equilibrio entre los principios masculino y
femenino. Esto también constituye (pues es parte de la simbología habitual) el
problema básico existente entre las Ovejas y las Cabras, entre lo negativo y lo
positivo y entre los que siguen ciegamente el instinto o la costumbre, y
quienes ascienden libremente hacía donde ellos eligen y son autodirigidas su
conducta y actitud. Esta autodirección puede llevarlos a la rueda de la vida,
ya hacia el deseo egoísta, o a la aspiración espiritual; pero lo que se debe
tener presente es que jurídicamente y en forma intencional, después de la
debida reflexión y de haber equilibrado las distintas modalidades, hacen lo que
les parece y consideran correcto y deseable. Esto en sí tiene una utilidad
básica y así aprenden; toda acción produce resultado y la mente jurídica pesa
la causa y el efecto más correctamente que ninguna otra.
No
tengo la intención de dar la solución del problema sexual. La humanidad lo
resolverá inevitablemente a medida que transcurran los eones y el instinto de
rebaño dé lugar a las actitudes premeditadas y autoconscientes del aspirante y
del intelectual. Sin embargo quiero recordarles que el instinto de rebaño, en
relación con el sexo, tiene sus bases, tanto en el deseo instintivo animal,
natural y normal, como en las actitudes emocionales, y de todas ellas la peor
es esta última categoría, pues lleva consigo profundamente arraigadas las
simientes de las dificultades. Abarcan desde la etapa del amor libre y la
promiscuidad general, hasta la estrecha ortodoxia, y también el fanático punto
de vista cristiano tal como se lo comprende normalmente, pero no en el sentido
en que el Cristo consideraba la vida. Este estrecho punto de vista y la normal
actitud anglosajona (resultado de la enseñanza de la Edad Media) consideran al
sexo inusitadamente pecaminoso y siempre indeseable, como algo que debe ser
soportado y sometido, dominado y mantenido secretamente en el fondo de la
conciencia cristiana, donde se oculta como un misterio lascivo. Esto se debe
también a la influencia ejercida por San Pablo, pero no a la enseñanza del
Cristo.
De
estas actitudes han surgido una violenta reacción, que hoy se halla en su
apogeo, siendo a su vez indeseable y peligrosa como lo son todas las reacciones
violentas, pues tan falsa es una como otra; en el centro de la balanza o eje de
la rueda, es donde puede observarse correctamente la verdadera perspectiva y la
acción indicada. Cuando la relación básica sexual sea finalmente establecida, y
el cuerpo y el alma (negativo y positivo) estén permanentemente relacionados en
las vidas de los aspirantes del mundo, entonces veremos la enseñanza sobre el
tema del sexo físico correctamente dirigida en el mundo. Esta enseñanza vendrá
por la fusión y síntesis de los mejores puntos de vista de los instructores
espiritualmente orientados, en ambos hemisferios, incorporando la experiencia
de Oriente y Occidente, y también el acercamiento del místico y del científico
a un misterio que es físico (que requiere comprensión científica) y místico
(que demanda interpretación espiritual). Implicará la ayuda y las conclusiones
de la profesión médica, a fin de dar la inteligente necesaria instrucción
física, y la ayuda del conocimiento cultural de los yoguis de la India, en
conexión con la energía que fluye a través de los centros -en este caso el
sacro. Finalmente, por medio de la actividad inteligente de los hombres del
mundo, orientados legal y jurídicamente, terminará la búsqueda de un
equilibrado y deseable punto de vista. Por los innumerables experimentos
sexuales que se llevan a cabo hoy, la generación próxima llegará a un punto de
equilibrio y, como consecuencia, se inclinarán los platillos hacia la dirección
deseada y deseable. Sobre esto no hay duda alguna; únicamente falta determinar
el momento, y éste será determinado astrológicamente. Por medio de las mentes
jurídicas y de la correcta legislación, el sexo será oportunamente considerado
como una función correcta y divina, que estará salvaguardado por la educación
adecuada de los jóvenes y de los ignorantes, y por medio de la correcta acción
de la juventud y la emergente generación altamente inteligente -los niños de
hoy.
La
enseñanza de hábitos sexuales erróneos, el ejemplo de la extendida prostitución
(aplico esta palabra tanto a los hombres como a las mujeres), la proliferación
de la homosexualidad (no en su predisposición y singular conformación
fisiológica, sino desde el ángulo de una mentalidad pervertida y de una
imaginación malsana que está hoy detrás de gran parte de su expresión), la
estrecha mentalidad cristiana heredada de un complejo de culpabilidad en lo
concerniente al sexo y a la herencia de cuerpos físicos enfermos, excesiva o
débilmente sexuales, han llevado a la raza a su actual caótico e ignorante
manejo de este importante problema. La solución no se hallará en los
pronunciamientos religiosos basados en una teoría caduca, o por la inhibición
fisiológica o el libertinaje legalizado; tampoco vendrá por medio de la
legislación, inspirada por las distintas escuelas de pensamiento de cualquier
comunidad o nación. Será el resultado de la actividad unida de las conciencias
espiritualmente orientadas, la actitud jurídica, la percepción intelectual y el
constante impulso del proceso evolutivo. Nada puede impedir la inevitabilidad
de la solución ni la aparición de actitudes deseables y condiciones en las que
el sexo pueda tener la correcta expresión.
Libra,
como ya saben, gobierna la profesión jurídica y mantiene el equilibrio entre el
bien y el mal, lo negativo y lo positivo y también entre Oriente y Occidente.
Esto último quizás les parezca una frase sin sentido, pero la verdadera y
correcta relación (que aún no ha sucedido) entre Oriente y Occidente, vendrá y
se establecerá por medio de la actividad de Libra y del trabajo de la profesión
jurídica.
Libra
ha sido “el promotor de la Ley”. La legislación fue hasta ahora engrosada por
la aplicación de esas negaciones y actitudes de temor, conservadas en el Código
Mosaico e impuestas mediante el castigo, debido a su quebrantamiento, etapa
probablemente necesaria para las razas infantiles, a fin de mantener un régimen
de “jardín de infantes” para los hombres. Pero el género humano está llegando a
la madurez y se requiere hoy una interpretación distinta de los propósitos e
intenciones de Libra, por medio de la Ley. La Ley debe llegar a ser custodio de
una rectitud positiva y no un simple instrumento para su aplicación. Así como
tratamos de eliminar la fuerza de nuestras relaciones nacionales, y hoy es
evidente que las condenas drásticas no han logrado prevenir la delincuencia ni
impedir que la gente actúe con violento egoísmo (y esto constituye toda la
delincuencia), y así como la actitud social (en contradicción a la posición
antisocial de los que quebrantan la ley) es considerada deseable y enseñada en
nuestras escuelas, así también está comenzando a surgir en la conciencia
pública la inculcación de correctas relaciones, la difusión del autocontrol y
el acrecentamiento del altruismo (que es, seguramente, la meta subjetiva y a
menudo incomprendida de todo procedimiento jurídico), constituyendo el
necesario acercamiento a la juventud. La influencia de Libra debería ser
impuesta en la infancia sobre líneas espirituales. La delincuencia será
desterrada cuando las condiciones ambientales en que el niño vive sean
mejoradas; cuando en los primeros años formativos se dé preferente atención al
equilibrio glandular, tanto como a los dientes, los ojos, los oídos, la
correcta postura y la adecuada alimentación, y cuando exista también una
distribución más apropiada del factor tiempo y cuando la sicología y la
astrología esotéricas contribuyan con sus conocimientos a educar a la juventud.
Los antiguos métodos deben ceder su lugar a los nuevos y la actitud conservadora
debe ser abandonada en favor del entrenamiento y experimentos físicos, síquicos
y religiosos, aplicados en forma científica y motivados místicamente. Al decir
religioso, no me refiero a la enseñanza doctrinaria o teológica, quiero
significar el cultivo de esas actitudes y condiciones que evocarán la realidad
en el hombre, y traerán a primer plano la conciencia del hombre interno
espiritual, logrando así el reconocimiento del Dios inmanente.
Sobre
esto nada más debo decir. Me he extendido algo sobre el sexo y el sistema
jurídico, porque ambos están regidos y condicionados por Libra, lo cual irá
aumentando. El tema es demasiado vasto e importante, sólo puedo indicarles las
líneas de acercamiento. El manejo superficial del problema no tendría valor alguno.
En este período de transición, por el que ahora está pasando el mundo, y en
este intervalo entre dos actividades -la de la era pisciana que está terminando
y la de la era acuariana que está entrando- regirá Libra oportunamente, y al
finalizar este siglo se verá su influencia ejerciendo un pronunciado control y
entrando en una posición de poder en el horóscopo planetario, por lo tanto no
hay por qué sentir ansiedad.
Cierta
relación o configuración de estrellas -siendo una de ellas Régulo, en Leo-
producirá una situación donde tendrá lugar la reorientación de la actitud de la
profesión jurídica; para beneficio del mundo serán centralizadas sus funciones
y deberes, y en este proceso la legislación para la niñez asumirá gran
importancia y será el poder motivador. Este paso jurídico será primeramente
abogado por Rusia y apoyado por los Estados Unidos de América. Antes del año
2035, tal legislación será universal, en su esfera de influencia y control.
Todo
esto acontecerá porque Libra rige el intervalo actual y podría ser considerado
como el “año de la tierra de nadie”, denominado así hace poco por uno de los
Maestros de Sabiduría. Un estudio del Bhagavad Gita. y de los problemas de
Arjuna, cuando desesperado se sentó entre los dos ejércitos adversarios, será muy
esclarecedor respecto a Libra. La gran batalla que se relata en esa antigua
escritura de la India aconteció realmente, por primera vez, a mediados de la
Era Atlante y en el signo de Libra. El principal conflicto del actual período
Ario se está librando en una vuelta más elevada de la espiral y bajo la
influencia de Escorpio. En el pasado, esto preparó al discípulo probacionista
mundial, la humanidad, para el Sendero del verdadero Discipulado. En el
presente está preparando al discípulo mundial para recibir la iniciación.
Durante el vasto intervalo entre el decisivo acontecimiento Atlántico y la era
actual, tuvo lugar una gran reorientación en la Rueda de la Vida; desde
entonces varios millones de hombres han pasado de Escorpio a Libra,
simbólicamente hablando, y “fueron pesados en la balanza”, luego reenfocaron su
vida de deseos hacia la aspiración espiritual, reforzando su determinación de
avanzar, y así han retornado a Escorpio en la rueda revertida. Reflexionen
sobre este pensamiento, pues constituye en la actualidad un verdadero problema
para la masa de hombres inteligentes.
Como
ya saben, Libra es uno de los cuatro brazos de la Cruz Cardinal. Esto explica
nuestra dificultad para comprender la naturaleza real de su influencia. La
significación de las energías que actúan sobre nuestro sistema solar, por medio
de los cuatro brazos de esta Cruz, o desde las cuatro constelaciones, Aries,
Cáncer, Libra y Capricornio, pueden ser resumidas en cuatro palabras: Creación,
Manifestación, Legislación e Iniciación. Difícilmente comprenderán el verdadero
alcance y significado de las palabras que he dado.
Cósmicamente
significan la actividad de la Deidad, cuando el espíritu y la materia son
puestos en una definida relación y, bajo el propósito divino, produce esa fusión
de energías vivientes que serán adecuadamente poderosas en tiempo y espacio,
para llevar dicho propósito a su deseada culminación. Esto es Creación, o Aries
en actividad. También significan la aparición objetiva de la forma mental que
Dios ha creado, en la cual están personificados Su deseo, Su voluntad, Su
propósito y Su plan. Esto es Manifestación, o Cáncer en actividad. Significan
también el desarrollo del plan de acuerdo a la ley espiritual y natural, cuya
expresión es evolutiva; tal la meta y expresión de la evolución, y revela
constantemente la naturaleza de Dios, porque las leyes bajo las cuales está
gobernado nuestro sistema solar expresan la cualidad y el carácter de Dios.
Esto es Legislación, o Libra en actividad, Significan, finalmente, el proceso
de iniciación donde, paso a paso y etapa tras etapa, de acuerdo a la ley y por
el método de la experiencia adquirida durante la manifestación, se comprende
conscientemente el plan creador. El desarrollo del plan es así llevado adelante
mediante una serie progresiva de comienzos, manifestaciones y culminaciones
-relativas en su naturaleza, pero conducen a una culminación absoluta. Esto es
Iniciación o actividad en Capricornio. Todo se produce en una vasta e
incomprensible escala, en lo que a la comprensión humana concierne.
Pero
deben ser captadas oportunamente en las etapas finales. del proceso evolutivo,
la conciencia y la comprensión de un propósito mayor que está detrás de la
intención más exotérica del desenvolvimiento de la conciencia en este sistema
solar, en el planeta y en el hombre. Cuando el hombre desarrolla esta
comprensión se convierte en un iniciado, abandona su posición en la Cruz Fija y
empieza el relativamente lento proceso de ascender a la Cruz Cardinal. Luego se
convierte en un colaborador del gran proceso y propósito creador. Empieza a
crear su propio cuerpo de expresión en la Cruz Cardinal y a sentir el impulso
de Aries, pero aún no lo comprende. Manifiesta conscientemente en el mundo lo
que trata de llevar a cabo, revelándole Cáncer los secretos de dicho mundo. Se
convierte en su propio legislador, rigiendo su conducta inteligentemente,
controlando sus impulsos intelectualmente y después Libra lo capacita para
equilibrar las leyes materiales y espirituales. Cuando ha realizado esto descubre
que está preparado para iniciar nuevos y más profundos experimentos (¿debería
llamarlos experiencias?) y, como participante en el plan divino y colaborador
en el propósito divino, llega entonces a ser su propio iniciador, y así está
preparado para recibir la iniciación. Tales son las paradojas de la vida
espiritual. El secreto de la Cruz Cardinal es revelado únicamente al hombre que
ha ascendido a la Cruz Fija y ha sufrido su cuádruple experiencia. No puedo
decir más de lo que ya he dicho.
Libra
es un signo de aire; hay tres de estos signos en el zodíaco, y su interrelación
constituye un estudio muy interesante, como lo son todas las triplicidades
principales, que bien merecen la concienzuda investigación del estudiante. Cada
uno de los tres signos se encuentra en una de las tres Cruces:
1. Géminis, los Gemelos Cruz
Mutable Dualidad.
2. Libra, la Balanza Cruz
Cardinal Equilibrio.
3. Acuario, el Portador de Agua Cruz
Fija Iniciación.
Por
Io tanto los tres representan la dualidad -sentida, dominada y resuelta en la
síntesis del gran Servidor del Mundo, identificada en el Hombre celestial, y
aportando su contribución, extraída de la suma total de la energía, durante su
experiencia en la rueda de la vida, para servir al Todo. Recuerden que la
iniciación es otro nombre para la síntesis y la fusión.
Desde
otro ángulo tenemos:
1. Géminis, los Gemelos Mente Causa de la dualidad.
2. Libra, la Balanza Supermente Causa de la Síntesis.
3. Acuario, el Portador de Agua Mente
Universal Alma.
Estos
tres signos son preeminentemente, signos de la mente de Dios a medida que se
expresan a través del hombre; al principio domina la mente inferior, causando
el reconocimiento del Yo y del no-yo, o el dualismo esencial que subyace en
toda manifestación; sin embargo, la mente superior aumenta constantemente su
poder y control, produciendo el equilibrio de los pares de opuestos mediante la
iluminación de la mente inferior; luego el alma, el eterno Hijo de la Mente,
llega a ser la última síntesis, enfocando y relacionando la mente universal con
los dos aspectos inferiores de la Mente de Dios.
Estas
indicaciones servirán para mostrarles una de las grandes interrelaciones que
existen entre las tres Cruces, de las cuales me ocuparé más detalladamente cuando
las estudiemos en otro lugar de esta segunda parte sobre astrología esotérica.
Resulta
interesante que en la nota sobre la quinta tabulación fueron omitidos Libra y
Géminis. No fue un error, sino algo de verdadera significación y una omisión
que merece ser reconocida, basada en dos hechos: Primero, hubo una época en
que, como habrán oído decir, sólo había diez signos, y en esos antiguos días,
así corno en la actualidad, existían divergencias de opinión entre los
astrólogos científicos. Diferían sobre cuáles serían los diez signos; referente
a esto había varias escuelas de pensamiento y dos de gran importancia. Una de
ellas fusionó o convirtió en un solo signo a Leo-Virgo, perpetuando su creencia
en la Esfinge; la otra suprimió totalmente a Géminis y a Libra, y era anterior
a la última, que en realidad tenía un zodíaco de once signos. Este hecho es
hoy, para ustedes, muy importante. El otro punto notable y de relativa
importancia es que Géminis y Libra son dos signos estrictamente humanos, y
corresponden al hombre común. Géminis, en la Cruz Mutable, representa la
humanidad del hombre, mientras Libra, en la Cruz Cardinal, rige su vida
espiritual y subjetiva. Los demás signos, en su culminación, conducen al hombre
más allá de la etapa de la humanidad común, y traen los siguientes estados de
conciencia:
1. Aries y Virgo. - El Cristo cósmico. Universal e individual.
2. Tauro y Piscis. - Los Salvadores del mundo, por ejemplo, el Buddha
y el Cristo
3. Leo y Acuario. - Los Servidores del mundo, por ejemplo, Hércules.
4. Sagitario y Capricornio. - Los Iniciados del mundo, por ejemplo,
los Maestros.
5. Cáncer y Escorpio. - Los Discípulos triunfantes.
Sin
embargo, el énfasis de Géminis y Libra. en lo que concierne a la humanidad,
está puesto sobre la realización y obtención del punto de equilibrio, antes de
que sea posible otra realización.
También
es particularmente instructivo el estudio de los regentes de este signo. Desde
el ángulo de la astrología ortodoxa Venus rige a Libra, mientras que, hablando
esotéricamente, rige a Urano. Saturno es el regente en este signo de esa
estupenda Jerarquía Creadora -uno de los tres grupos principales de
Constructores- que forman parte del tercer aspecto de la divinidad; Su meta
consiste en proporcionar una forma a los Hijos de la Mente, y de este modo
ofrecer una oportunidad para el sacrificio y el servicio. Un estudio de la
relación que tiene esta Jerarquía con los egos humanos, la cuarta Jerarquía
Creadora, será muy iluminador; me he ocupado algo de ella en el Tratado sobre Fuego
Cósmico. Si se lleva a cabo el estudio surgirá con toda claridad la naturaleza
y propósito de los tres regentes.
En
consecuencia, este signo se halla estrechamente vinculado al tercer aspecto de
la Deidad, y es por lo tanto un signo regente y condicionador de la Ley, del
Sexo y del Dinero. Reflexionen sobre esto. Los tres aspectos divinos son en sí
mismos triples, manifestándose de tres maneras, o por medio de tres aspectos
menores, y este tercer aspecto no es una excepción a la regla que subyace en
todas las triplicidades que condicionan los procesos de la evolución y la
manifestación. Por el estudio del signo de Libra vendrá la luz sobre el tercer
aspecto. El primer aspecto de voluntad o poder, se expresa en este signo como
Ley, legislación, legalidad, justicia; el segundo, se manifiesta como la
relación entre los pares de opuestos (de los cuales los platillos son el
símbolo), que en el plano físico se expresa como sexo; el tercer aspecto se
demuestra como energía concretizada que denominamos dinero, literalmente, el
oro, el símbolo exteriorizado de lo creado mediante la unión del espíritu y la
materia en el plano físico. El tercero es, como ya saben, el aspecto creador y
la energía que produce el piano tangible externo de la manifestación -el aspecto
forma de la vida.
Por
lo tanto, silos estudiantes quisieran hacer un cuidadoso estudio de los tres
-ley, sexo y dinero- a medida que se expresan hoy y se expresarán en el futuro,
obtendrán un cuadro de la realización física humana y de la futura expresión
espiritual, lo cual será muy instructivo y vale la pena hacerlo. Todo el
proceso está justificado por la actividad de los tres regentes de Libra: Venus,
Urano y Saturno.
Venus
rige en Tauro, Libra y Capricornio, origen de la mente inteligente, actuando
por medio del deseo (en las primeras etapas) o por el amor (en posteriores
etapas). En Tauro, significa que la mente se expresa por medio del deseo
inteligente, la meta del conocimiento para el hombre común. En Libra se obtiene
el punto de estabilidad o equilibrio, entre el deseo personal material y el
amor espiritual inteligente, porque en Libra las dos cualidades del deseo
cósmico son destacadas en la conciencia y equilibradas mutuamente. En
Capricornio representa el amor espiritual, expresándose perfectamente cuando el
trabajo de Tauro y Libra ha sido cumplido. Así puede ser trazado de un signo a
otro, en todo el sendero zodiacal, el hilo dorado del progreso evolutivo y así
puede verse la historia de la humanidad y visualizarse su meta. En una fecha
posterior se podrá trazar el mismo hilo dorado respecto a los otros reinos de
la naturaleza, pero aún no ha llegado el momento y el tema no sería de
importancia ni de valor. Sin embargo, cuando se despierte la conciencia del
hombre, de tal manera que pueda registrar lo que está ocurriendo en los tres
reinos inferiores de la naturaleza, entonces obtendrá mayor luz e información.
Esto acontecerá en ese período de la historia humana en que Libra predomine, y
los tres aspectos divinos de la tercera persona de la Trinidad, el Espíritu
Santo, el Creador -ley, sexo y dinero- dará la clave de los tres reinos
inferiores. La ley, ley natural (la exteriorización de la Ley espiritual
subjetiva) proporcionará la clave del reino animal: el sexo, o la conciencia de
afinidad, revelará el misterio del reino vegetal; el dinero revelará el secreto
del reino mineral, y todo esto se efectuará mediante la actividad de Venus,
cuando se comprenda mejor esta actividad en los signos, Tauro, Libra y
Capricornio. Esto lo elucidaré más detalladamente cuando lleguemos al estudio
de la Ciencia de los Triángulos. Aquí sólo diré que cada uno de estos tres
signos está relacionado a uno de los tres aspectos de la vida divina:
1. Tauro-reino animal-ley-ley natural.
2. Libra-reino vegetal-sexo--afinidad natural.
3. Capricornio--reino mineral-dinero-.--expresión concreta de la Ley
de Abastecimiento, y éstos forman un triángulo, en el cual Libra está en el
ápice y predomina.
Urano
es el regente esotérico de suma importancia en este signo, porque el séptimo
rayo actúa por medio de este planeta, personificando el principio de concreción
y materialización de lo que debe manifestarse objetivamente mediante la unión
del espíritu y la materia. Aquí se oculta el misterio del dinero, su creación y
producción. Quisiera señalar que el proceso creador concierne única y
exclusivamente al tercer aspecto de la divinidad. La creación del dinero se
produce mediante la relación de los tres aspectos de la tercera manifestación
divina -ley, afinidad y energía concretizada.
Es
aquí donde fracasan la mayoría de los místicos y servidores del mundo. Actúan
desde un plano demasiado elevado y desde el punto de vista del incentivo
espiritual. Normal y naturalmente (porque allí es donde está colocado el foco
de su conciencia) actúan desde el punto de vista del segundo aspecto, mientras
que el tercer aspecto (igualmente divino e importante) debe ser invocado y
evocado. Reflexionen sobre estas palabras. No consiste en unir el espíritu y la
materia, como entiende el ocultismo estos términos, sino relacionar la
necesidad física con el abastecimiento físico y unir dos cosas tangibles
mediante el poder de la imaginación creadora. Por esta razón muchas escuelas de
pensamiento tienen tanto éxito en materializar lo que necesitan y otras
fracasan tan significativamente. Actúan desde un plano demasiado elevado y no
tienen la capacidad de lograrlo. He dado sugerencias que pueden tener
resultados fructíferos si se las interpreta adecuadamente y actúan con móvil
correcto, grupalmente y con propósito altruista.
Por
medio del planeta Urano, Libra está relacionada a Aries y Acuario y también en
un sentido muy profundo se pone en contacto entre sí el gran par de opuestos
Aries-Libra. Por medio de su actividad, se efectúa una intensa interacción para
obtener en Libra aquello que tuvo su comienzo en Aries. Aries, Libra y Acuario,
constituyen por lo tanto otro triángulo de poder, que se considerará más
adelante. Estos triángulos, como sugerí anteriormente, dominarán en forma muy
interesante en la nueva astrología y condicionarán los mapas de aquellos cuyos
horóscopos están considerando.
Por
lo tanto, Libra está relacionado a cinco signos del zodíaco: Aries, Tauro,
Géminis, Capricornio y Acuario:
1. Aries Comienzo Creación Evolución.
2. Tauro Deseo Incentivo Progreso.
3. Géminis Dualidad Condición Interacción.
4. Capricornio Síntesis Iniciación Realización.
5. Acuario Objetivo Inclusión Servicio.
Esta
relación la establecen tres regentes: Venus, Urano y Saturno. Estos cinco
signos con Libra en el punto de equilibrio, crean una de las estrellas de seis
puntas de la evolución, y también relacionan esos signos con tres planetas, que
conciernen peculiarmente a la expresión de la conciencia crística en el mundo.
Estos tres planetas se hallan (a través de los rayos, de los cuales son los
medios) en la primera línea principal de fuerza, la de voluntad o poder y de
propósito y meta visualizada:
1.
Urano. - 7mo. Rayo de Magia Ceremonial. Dios, el Padre. El que
relaciona. El origen de la dualidad. El que percibe el fin desde el principio.
La conciencia espiritual.
De
la Intuición a la Inspiración
2.
Venus. - 5to. Rayo de la Mente. Dios, el Hijo. El Hijo de la Mente. El
que incluye. La conciencia egoica.
Del
Intelecto a la Intuición
3. Saturno. - 3er. Rayo de Inteligencia. Dios, el Espíritu Santo. El
que conoce. La mente. La conciencia humana.
Del
Instinto al Intelecto
Por
esta razón básica -fundada en la triple relación anterior- Libra es el “punto
de equilibrio” en el zodíaco. En la mayoría de las otras constelaciones, en una
etapa u otra, se produce un “punto de crisis donde el efecto de la energía que
afluye al hombre a través del signo (vía los planetas regentes) se halla en su
máximo punto de efectividad; esto, con el tiempo, precipita la crisis requerida
para librar al hombre de las influencias planetarias que condicionan su
personalidad y lo colocan más definida y conscientemente bajo la influencia del
signo del zodíaco. Pero en Libra no existe un punto de crisis, como tampoco en
Aries. Únicamente existe el intervalo de equilibrio como preludio de un
progreso más efectivo y sensible en el Sendero. Lo mismo sucede en Aries. Como
se dice esotéricamente: “Antes de la creación reina el silencio y la quietud de
un punto centralizado”. Esto es aplicable a Aries y a Libra -al primero en un
sentido cósmico y creador, al segundo en un sentido evolutivo, individual y
progresivo.
Los
siguientes planetas y sus rayos rigen la Cruz Cardinal, de la cual Libra es uno
de los brazos:
1. Marte 6to. Rayo Idealismo Devoción Lucha.
2. Mercurio 4to. Rayo Armonía a través del Conflicto.
3. Urano 7mo. Rayo Orden Ceremonial. Ley o Magia.
4. Venus 5to. Rayo Conocimiento Concreto o Ciencia.
5. Saturno Ser. Rayo Inteligencia Activa.
6. Neptuno Sto. Rayo Idealismo Devoción Lucha.
Tenemos
aquí seis planetas y cinco rayos de energía, y la expresión de las dos líneas
de energía espiritual: Sabiduría en dos de los rayos y planetas, y tres rayos y
planetas en la primera corriente principal de energía, voluntad o poder.
Observarán cómo tres de estos rayos predisponen definidamente al sujeto de
Libra a lograr una comprensión concreta, voluntad inteligente y conocimiento:
el primer rayo (que actúa por medio del 3ro. y 5to. rayos), el quinto y el
tercero. De allí la efectividad de Libra en el plano físico y el poder del
sujeto evolucionado de Libra para proyectar la expresión física, el propósito
espiritual interno, o la voluntad intencionada. H. P. Blavatsky fue un ejemplo
de esto; era una persona que estaba facultada para hacerlo.
En
este signo está exaltado Saturno, porque -en el punto de equilibrio- llega la
oportunidad y es presentada la situación que obliga a elegir y a tomar
inevitablemente una determinación. Esta elección debe hacerse inteligentemente
en la incipiente conciencia cerebral en el plano físico. Sólo ahora el pleno
propósito y el trabajo de Saturno realizado para la humanidad, puede alcanzar
un punto de utilidad grupal, porque justamente la humanidad ha alcanzado cierto
grado de inteligencia general y amplia, que puede hacer de cualquier elección
un definido acto consciente, implicando responsabilidades. Antes de la época
actual, únicamente unos pocos discípulos precursores y un puñado de personas
inteligentes podían elegir libremente, al producirse ese “punto de equilibrio”,
hacia qué lado querían “inclinar los platillos”. Hoy tenemos un sinnúmero de
esas personas, y de allí la intensa actividad de Saturno, a medida que entramos
en el primer decanato de Acuario; de allí también la actividad similar de la
humanidad porque se halla ahora en el sendero de probación, el cual es regido y
controlado por Libra; por lo tanto, el sendero de elección, de la deliberada
aplicación de medidas purificadoras y el punto decisivo que precede a Escorpio,
que gobierna el Sendero del Discipulado, puede debidamente desempeñar su parte.
El
poder de Marte es disminuido en Libra, el signo del intervalo, quedando Marte
temporariamente pasivo, antes de reunir sus fuerzas para un renovado esfuerzo
en Escorpio o para la aceleración de la vida espiritual en Virgo, de acuerdo a
como gira la rueda para el hombre.
El
Sol cae en este signo, porque ni la personalidad ni el alma predominan en el
hombre que es puramente de Libra, logrando así un equilibrio, dejando
esotéricamente de “sintonizarse entre sí”. No oye la voz de la personalidad ni
la del alma, pero como dice El Antiguo Comentario, “se produce una suave
oscilación. No se escucha ninguna nota estridente, no se ve ningún matiz
violento afectando a la vida (no sé como traducir las palabras originales) ni
se produce ningún vuelco en el carruaje del alma”. La significación del lugar
de los planetas en este signo emergerá claramente en la conciencia cuando sean
estudiados cuidadosamente, entonces llegará a definirse en sus mentes el
significado de Libra. Las características de este signo no son fáciles de
definir o comprender, porque en realidad constituyen la síntesis de todas las
cualidades y realizaciones pasadas, siendo difícil obtener una clara
presentación de los pares de opuestos. Respecto al hombre que se halla en el
sendero de probación, o está a punto de recorrerlo, podría decirse que sus
características y cualidades en este signo son:
EQUILIBRIO
DE LOS PARES DE OPUESTOS EN LIBRA
Volubilidad
y Versatilidad Posición
segura y afianzada.
Desequilibrio Equilibrio.
Preferencia.
Prejuicio Justicia. Juicio.
Estupidez
obtusa Sabiduría
entusiasta.
Falsedad
ostentosa Verdadera
expresión correcta.
Intriga Conducta
honesta.
Actitudes
materialistas Actitudes
espirituales.
Este equilibrio entre los pares
de opuestos hace difícil a veces comprender al hombre de Libra, pues parece
vacilar, aunque no por mucho tiempo, y frecuentemente en forma imperceptible,
porque siempre se produce el equilibrio final de las cualidades de que está
dotado.
Los
regentes de los decanatos de este signo son presentados como duales por las
distintas escuelas de astrología. Sefarial da la Luna, Saturno y Júpiter como
planetas controladores, mientras que Alan Leo propone Venus, Saturno y
Mercurio. En éste como en otros casos, la verdad está entre ambos, o en la
combinación de los dos. Los verdaderos regentes de los decanatos de Libra son
Júpiter, Saturno y Mercurio. No es necesario extenderse más sobre los efectos que
producen, excepto indicar que la influencia de Júpiter da por resultado “la
apertura de la puerta de la matriz” en Virgo, planeta que consideraré cuando
estudiemos en el próximo tema este signo del zodíaco.
Las
palabras o notas clave de este signo son tan claras y llanas que cualquier
explicación mía sólo servirá para confundir. Hablan directa y claramente al
corazón. Para el hombre medio que no ha desarrollado la conciencia espiritual,
la frase que se repite constantemente a través de los eones es: “Y el Verbo
dijo: Hágase la elección”. La respuesta viene oportunamente desde el alma y
como resultado del proceso evolutivo: “Elijo el camino que lleva entre las dos
grandes líneas de fuerza”.
VIRGO,
LA VIRGEN
Virgo
es el signo más significativo del zodíaco, porque su simbología concierne a la
meta del proceso evolutivo, que consiste en proteger, nutrir y por último
revelar la realidad espiritual oculta. Siempre está velada por cada forma, pero
la humana está equipada y dotada para manifestarse en forma muy distinta de
cualquier otra expresión de la divinidad, a fin de hacer tangible y objetivo lo
que está destinado a realizar el proceso creador. Géminis y Virgo están
estrechamente relacionados, pero Géminis presenta los pares de opuestos -alma y
cuerpo- como dos entidades separadas, mientras que en Virgo están fusionadas,
siendo de grande y suprema importancia una para la otra; la madre protege al
germen de la vida erística; la materia ampara, cobija y nutre al alma oculta.
La nota clave que más exactamente encierra la verdad, en cuanto a la misión de
Virgo, es: “Cristo en ti, esperanza es de gloria”. No existe otra definición de
este signo, más clara y adecuada que la expresada; quisiera que la recordaran
durante nuestro estudio del sexto signo del zodíaco (o el séptimo si no se
considera la rueda revertida).
En
todas las grandes religiones del mundo aparece la Virgen Madre, como puede
comprobarse por el estudio de cualquier libro sobre religiones comparadas. No
puedo explicarles más extensamente este reconocimiento universal de la tarea de
Virgo, ni es necesario hacerlo, porque ya lo hicieron adecuadamente muchas
escuelas de investigación. Sin embargo, podría señalar cuatro de los nombres de
la Virgen, familiares a todos, que dicen mucho sobre la naturaleza forma, de la
cual la Virgen es el símbolo. La palabra Virgo es el derivado y la corrupción
de una antigua palabra de raíz atlante, aplicada al principio materno en esos
legendarios tiempos. Esta Virgen fue la fundadora del matriarcado, que entonces
dominaba la civilización, evidenciado por varios mitos y leyendas que llegaron
a nosotros, sobre Lilith, la última de la Diosa Vírgenes de la época atlante;
el mismo concepto se encuentra en los tradicionales relatos de las antiguas
Amazonas a cuya reina derrotó Hércules, arrebatándole lo que ambicionaba. Ésta
es una alegoría que enseña, al hombre espiritual, a liberarse del control de la
materia. Tres de estas Diosas son Eva, Isis y María, siendo de significativa y
particular importancia en lo que respecta a nuestra civilización, porque
personifican la simbología de toda la naturaleza forma, que cuando está
integrada y funciona como persona, se denomina personalidad, la cual es (en lo
que a la humanidad concierne) la expresión desarrollada y cualificada de Dios, en
el tercer aspecto de la divinidad, el Espíritu Santo, la inteligencia activa y
el principio nutridor del universo. Este aspecto lo estudiaremos en Leo, y
veremos el desenvolvimiento de esa entidad y personalidad autoconsciente, que
en Virgo llega a ser la Madre del Cristo-Niño. Eva es el símbolo de la
naturaleza mental y de la mente del hombre, seducida por la atracción del
conocimiento que se obtendrá mediante la experiencia de la encarnación. Por eso
Eva aceptó la manzana del conocimiento que le ofreció la serpiente de la
materia y se inició la larga empresa humana del experimento, experiencia y
expresión que comenzó -desde el aspecto mental- en nuestra época Aria. Isis
representa esta misma expresión en el plano emocional o astral. Eva no tiene un
niño en sus brazos; el germen de la vida erística es todavía demasiado pequeño
para hacer sentir su presencia; el proceso involutivo aún está demasiado cerca,
pero en Isis se alcanza el punto medio; la activación de lo deseado (el deseo
de todas las naciones, como lo denomina la Biblia) ha tenido lugar, e Isis
representa, por lo tanto, en los antiguos zodíacos, la fertilidad, la
maternidad y la protectora del niño. María lleva el proceso al plano o lugar de
encarnación, el plano físico, y allí da a luz al Cristo-Niño. En estas tres
Vírgenes y Madres del Cristo, tienen la historia de la formación y función de
los tres aspectos de la personalidad mediante los cuales el Cristo debe
expresarse. El signo Virgo representa una síntesis de los tres aspectos
femeninos: Eva, Isis y María, y es la Virgen Madre que proporciona lo necesario
para la expresión mental, emocional y física de la oculta pero siempre presente
divinidad. Estas tres expresiones son llevadas a la necesaria perfección en
Leo, el signo de la desarrollada autoconciencia individual y del
desenvolvimiento de la personalidad.
Por
lo tanto Virgo es el polo opuesto del espíritu y representa la relación de
ambos, después que se han unido originalmente en Aries y han producido una
dualidad reconocida en Géminis.
Recordaré
algo que quizás al principio aumentará la posible confusión existente en las
mentes, pero que está detrás de todo lo que he dado. He hablado de los métodos
de prosecución alrededor del zodíaco: el método común de Aries a Tauro, vía
Piscis, y el método esotérico de Aries a Piscis, vía Tauro. Se refieren a la
evolución humana, la única que consideraremos en este tratado. Pero en el ciclo
involutivo mayor, que concierne al movimiento masivo del espíritu-materia y no
al progreso individualizado del hombre, el movimiento es de Aries a Piscis, vía
Tauro. En esta verdad se halla oculto el secreto del pecado original del
hombre, porque tuvo lugar una orientación errónea en una etapa de la historia
humana, y la familia humana fue en su totalidad contra la corriente zodiacal
normal -por así decirlo- y únicamente en el sendero del discipulado se logra la
correcta orientación y la humanidad penetra en el ritmo correcto del progreso.
Por lo tanto les pediría que diferencien el proceso involutivo que afecta a las
grandes Jerarquías Creadoras, de los procesos evolutivos que afectan a la
cuarta Jerarquía Creadora, la humana. Sin embargo, no están realmente en
situación de estudiar esto, pues al estar sobre nosotros el ciclo evolutivo,
nos hallamos excesivamente identificados con el proceso, como para poder
discernir claramente entre el Yo y el no-Yo cósmicos; todavía estamos
aprendiendo a diferenciar en pequeñísima escala el Yo y el No-Yo en conexión
con nuestro propio desenvolvimiento. Solo cuando nos identificamos con la
Jerarquía de nuestro planeta y con ese centro de fuerza espiritual, cuyo
contacto es el objetivo inmediato de los que están en el sendero del
discipulado, nos es posible captar (en el arco evolutivo) esos amplios
contornos y esas grandes extensiones de energía divina que están presentes en
el arco involutivo. Por esta razón no es posible aún hacer un estudio del
zodíaco, en conexión con los reinos subhumanos de la naturaleza.
Por
lo tanto, Virgo es la madre cósmica, porque representa cósmicamente el. polo
negativo del espíritu positivo; es el agente receptor en lo que concierne al
aspecto Padre. En un sistema solar anterior este aspecto materia fue el supremo
factor controlador, así como en nuestro sistema solar es de principal
importancia el alma, o principio crístico. Virgo es, desde ciertos ángulos, el
más antiguo de todos los signos, afirmación que no puedo comprobar. En aquel
primer sistema aparecieron los tenues síntomas (si se me permite utilizar tal
palabra) de la dualidad, un hecho comprobado en el sistema actual; verdad
conservada en la frase, “el Espíritu Santo protegió a la Virgen María”. La vida
del tercer aspecto divino actuó entonces sobre el océano de la materia pasiva y
preparó esa sustancia (durante incontables eones) para llevar a cabo su trabajo
en el actual sistema solar, sistema en el que debe nacer el Cristo-Niño, la
expresión de la conciencia divina y el resultado de la relación entre el
Padre-Espíritu y la Madre-Materia.
Otro
signo del zodíaco que también está íntimamente relacionado con el sistema solar
anterior es Cáncer; podría decirse que Cáncer es la expresión (en la etapa de
gran progreso) de la primera mitad del ciclo de vida en el primer sistema
solar, mientras que Virgo es la expresión igualmente avanzada de la segunda
mitad. En un esfuerzo por captar la situación, debe recordarse que el aspecto
conciencia, tal como comprendemos la capacidad de ser conscientes, estaba
totalmente ausente, excepto en una forma tan embrionaria, que todo el proceso
se parecía a la etapa de embrión en la matriz, previo a la aceleración del
punto medio del proceso de gestación. No perjudicará a nadie estimular el
ejercicio de la imaginación a fin de obtener así una vaga y tenue idea de la
síntesis del gran esquema evolutivo, Que en sentido cósmico concierne a la
triple personalidad de la Deidad, de la cual ya me ocupé en el Tratado sobre
Fuego Cósmico.
Éste
es el sexto signo cuya antiguo símbolo es la estrella de seis puntas, que
representa el proceso de involución y también el de evolución, llevado hasta el
punto de equilibrio, expresado en la relación existente entre Virgo y Libra. Si
consultan el Diccionario, comprobarán que astronómicamente se lo considera a
Virgo como ocupando en los cielos el lugar donde se halla Libra. Todo esto es
parte de la gran ilusión, que al astrólogo le resulta difícil captar. Hay un
movimiento y cambio constante en el espacio; la precesión de los equinoccios es
tanto una realidad como una ilusión. Todo el proceso y su interpretación
dependen del punto intelectual alcanzado en la evolución de la raza; la
respuesta del hombre a las fuerzas planetarias y a la influencia de los signos
del zodíaco depende de sus vehículos de respuesta y del mecanismo de recepción
con los cuales viene a la encarnación. Los cielos, constelaciones, signos y
planetas, significan una cosa para la Jerarquía, otra para los astrónomos y aún
otra para los astrólogos, mientras que para el ciudadano común son simplemente
confusas galaxias de luz. Necesito recordarles esto y señalarles que los hechos
astronómicos sólo son relativos en cuanto a la verdadera y real naturaleza de
aquello sobre lo cual ha habido un pronunciamiento científico; son exponentes
de la vida y de la potencia, pero no como ciencia, y el hombre común lo
comprende. Desde el punto de vista de la verdad esotérica son simplemente Vidas
personificadas, y la expresión de la vida, la cualidad, el propósito y la
intención de los Seres que las han traído a la manifestación.
Como
bien saben, Virgo es uno de los cuatro brazos de la Cruz Mutable. y -como
también saben- las cuatro energías que constituyen esta Cruz (pues las tres
Cruces son corrientes de energías que se cruzan) y expresan la meta del hombre
en cuatro etapas definidas. A la Cruz Mutable se la denomina a veces “la Cruz
del Renacimiento”, pone el énfasis sobre la constante mutación de lo cual es el
símbolo y es también “la Cruz de las Vidas mutables”. Representa pictóricamente
los cuatro puntos o movimientos críticos, durante el lapso de la existencia del
alma en manifestación:
I. Géminis.
1. La dualidad esencial sin relación. Los Gemelos.
2. El dualismo reconocido y sentido a través de:
a. La fusión de la masa en Cáncer.
b. La conciencia individual en Leo.
La
Etapa de la Humanidad.
II. Virgo.
1. El período del germen oculto de la vida espiritual.
2. El período del germen activo de la vida espiritual.
a. La gestación en las primeras etapas.
b. La etapa en que se activa la vida.
La
Etapa de Probación o Despertar.
III. Sagitario.
1. El sentido de la dualidad finaliza. Se obtiene la fusión.
2. La vida directa centralizada.
La
Etapa del Discipulado.
IV. Piscis.
1. La dualidad vinculada con la síntesis. Compárense los signos de
Géminis y Piscis.
2. El surgimiento del Salvador del mundo.
La
Etapa de la Iniciación.
A
través de toda esta relación, y como resultado del constante desenvolvimiento o
principio egoico, tenemos el tema del servicio. En Géminis surge la relación
entre la gran dualidad del alma y el cuerpo y, en esta etapa, el cuerpo o
forma, sirve al alma. En Virgo, la materia o sustancia, cambia o intercambia
sus servicios y uno sirve al otro. En Sagitario surge el servicio a la Vida Una
como servicio a la Jerarquía, expresión planetaria de la idea del servicio. En
Piscis aparece -como resultado del proceso evolutivo- el dedicado, entrenado y
probado Servidor o Salvador del mundo. Se ha dicho que Virgo “involucra el
servicio de lo inmediatamente presente” o. en otras palabras, que el Dios
inmanente evoca reacción del aspecto forma y así es servido.
Las
tres Cruces -cósmica, del sistema y humana- son profundamente interesantes en
su interrelación: esto lo descubriremos cuando estudiemos cuidadosamente su
significación, posición y efecto energetizante en el zodíaco -ambos en nuestro
planeta y entre sí. Esto lo haremos al final de esta parte del tratado.
Virgo
pertenece a la triplicidad terrena; comprender esta triplicidad será
iluminador. Los tres signos de tierra son Tauro-Virgo-Capricornio y están
relacionados entre sí en forma peculiar en conexión con el planeta no sagrado,
nuestra Tierra. La relación que nos concierne aquí es el encuentro y la fusión,
en la Tierra, de las energías de estos tres signos y sus efectos en los reinos
de la naturaleza, que nuestra Tierra manifiesta. Podría decirse que:
1. Tauro. - Incentivo que se halla tras la evolución. (Impulso).
Deseo por obtener experiencias y satisfacción.
La
Luz del Conocimiento
2. Virgo. - Incentivo que se halla detrás del discipulado. (Meta).
Deseo por expresarse, deseo espiritual.
La
Luz Oculta de Dios
3. Capricornio. - Incentivo que se halla detrás de la iniciación.
(Servicio). Deseo por obtener la liberación, deseo de servir.
La
Luz de la Vida
Todos
ellos expresan deseo, a medida que se van fusionando con la aspiración, proceso
que le trae al hombre luz y vida. En Virgo, empieza a comprender el propósito
por el cual existe la vida de la forma; el deseo por la satisfacción personal
comienza a cambiar y el deseo del hombre por reconocer internamente al Cristo
que mora, asume un creciente control, hasta que la realidad espiritual interna
es eventualmente liberada de la esclavitud de la materia y se expresa en el
mundo en su propia naturaleza. Exponiendo el mismo pensamiento en otros
términos, la luz del conocimiento, de la cual Tauro es el custodio, cede su
lugar a la luz de la sabiduría, de la cual Virgo es el guardián, sometiéndose
finalmente a la luz de la iniciación en Capricornio. Sin embargo, todo esto
acontece y debe acontecer en lo que esotéricamente se denomina “la superficie
radiante de la Tierra”, el plano de la forma; la ascensión o glorificación de
la Virgen aún no ha tenido lugar, y la elevación de la sustancia todavía no se
ha realizado. Es interesante observar que en Escorpio se establece la inevitabilidad
de esta ascensión final de la materia al cielo en Capricornio; esto está
previsto en la historia de Hércules en Escorpio, cuando levanta en vilo a la
Hidra por encima de su cabeza.
Virgo
simboliza profundidad, oscuridad, calma y calor; es el valle de la experiencia
profunda, donde los secretos son descubiertos y, oportunamente, “traídos a la
luz”; es el lugar de la lenta y suave, aunque poderosa crisis y periódicos
desarrollos que tienen lugar en la oscuridad, aunque conducen a la luz. Es la “etapa
ciega” que se encuentra en los rituales masónicos, y que precede siempre al don
de la luz. Virgo representa “la matriz del tiempo” donde el plan de Dios (el
misterio y el secreto de las edades) madura lentamente y -con dolor y malestar
por medio de la lucha y el conflicto- es llevado a la manifestación al
finalizar el tiempo señalado. Parecería que hoy (curiosa y convincentemente)
estamos entrando en el octavo mes del período de gestación; literalmente, es el
caso que concierne a la humanidad porque contando de Virgo a Acuario, signo en
el cual estamos ahora entrando, vemos que existen exactamente ocho signos:
Virgo, Leo, Cáncer, Géminis, Tauro, Aries, Piscis y Acuario, y que seguramente
garantizan el inevitable nacimiento de la nueva era, de la nueva conciencia y
de la nueva civilización y cultura.
Quisiera
detenerme aquí y aclarar algo más un punto vinculado al tránsito de la vida
humana alrededor del zodíaco. Este progreso o tránsito consta de tres
divisiones principales:
1. El tránsito o progreso de la humanidad, en repetidas veces,
alrededor del zodíaco, de Aries a Piscis, vía Tauro, hasta que en Virgo-Leo
(pues ambos signos son considerados esotéricamente inseparables) el movimiento
de las masas lleva al individuo a una vida de progreso autoconsciente y a un
método de progresión que ha sido cambiado alrededor de la rueda de la vida.
Esto acaeció en un pasado lejano.
2. El tránsito o progreso del hombre individual en dirección
contraria al de la masa. El individuo prosigue en esta etapa como las manecillas
del reloj, de Aries a Tauro, vía Piscis. Entonces su vida, durante largas
épocas, es predominantemente antisocial en un sentido espiritual, egoísta y
autocentrado. Realiza sus esfuerzos para sí y su propia satisfacción y empresas
personales, siendo esto cada vez más pronunciado, y ésta es la actual situación
de las masas.
3. El tránsito o progreso del hombre reorientado de Aries a Piscis
vía Tauro. En esta etapa final retoma el mismo método dirigido, rítmico y
mesurado del anterior movimiento de la masa, pero ahora con actitudes
cambiantes y mutables para servir altruistamente -una personalidad dedicada al
servicio de la humanidad y la reorientación voluntaria de sus energías, a fin
de dirigirlas hacia el logro de la síntesis y la comprensión. Ésta será la
situación futura de las masas.
El
astrólogo del futuro deberá tener en cuenta estos tres métodos de progresión.
Tal es el plan de Dios, como podemos percibirlo hoy. En este plan, Virgo, la Virgen,
representa la matriz del tiempo, y hace pasar a la personalidad-alma
(Leo-Virgo) a través de las tres etapas o ciclos mencionados. Representa
también la matriz de la forma y la madre nutridora que guarda el principio
crístico en su propia sustancia material, hasta que “en la plenitud del tiempo”
pueda dar a luz al Cristo-Niño. Hay tres signos principales vinculados con el
principio erístico en este período mundial:
1. Virgo. - La gestación -que gobierna nueve signos, de Virgo a
Capricornio, incluyendo a Virgo.
2. Capricornio. - El parto -tres signos de Capricornio a Piscis,
hasta la tercera iniciación, incluyendo a Capricornio.
3. Piscis. - El nacimiento -aparición del Salvador del mundo. Al
considerar estos puntos se le presenta al astrólogo otro problema, del cual
apenas me he ocupado, pero sus resultados determinantes. Debe establecer una
diferencia entre el horóscopo de la forma y el del viviente principio crístico
interno, lo cual condicionará a la nueva astrología, pero será desarrollado a medida
que los astrólogos trabajen con las hipótesis que he presentado.. Reflexionen
sobre estos hechos conectados con la vida erística; teóricamente son
familiares, pero sus implicaciones y significados esotéricos son abstrusos y
con frecuencia difíciles para quienes están educados a la antigua, con caducas
ideas y acercamiento a la verdad. Significa mucho más de lo que hasta ahora ha
sido captado. Los regentes de este signo son tres:
1. Mercurio. - Regente ortodoxo. Significa la energía versátil del
Hijo de la Mente, el alma. Es intercambiable con el Sol (hijo) y representa al
mediador o intermediario entre' el Padre y la Madre, el Espíritu y la Materia
y, sin embargo, es el resultado de la unión de ambos.
2. La Luna (Vulcano). -Regente esotérico. Su significado es similar
al del regente ortodoxo. La Luna (o energía de cuarto rayo) es vista aquí como
expresión de la energía de primer rayo, manifestándose por medio de Vulcano. La
Luna rige la forma y es la Voluntad de Dios para la manifestación por medio de
la forma.
3. Júpiter. - Es el regente jerárquico y rige la segunda Jerarquía
Creadora, la de los Constructores divinos de nuestra manifestación planetaria
(véase la tabulación sobre las Jerarquías). Ésta es la séptima Jerarquía
Creadora y también la segunda si se cuentan las cinco Jerarquías
inmanifestadas; en la significación de los números 2 y 7 será revelado gran
parte del misterio subyacente en estas Jerarquías.
Por
medio de estos tres regentes planetarios afluyen las energías de cuarto rayo,
gobernando la mente por medio de Mercurio y la forma física por medio de la
Luna; las energías de primer rayo expresan la voluntad de Dios, comenzando a
ejercer control en el hombre autoconciente (desarrollado en Leo) y las energías
de segundo rayo, que personifican el amor de Dios, afluyen a la manifestación.
Voluntad, amor y armonía a través del conflicto, son las fuerzas controladoras
que hacen al hombre lo que es, siendo las energías gobernantes que dirigen y
utilizan a la mente (Mercurio), a la naturaleza emocional, el amor (en Júpiter)
y al cuerpo físico (la Luna o la Voluntad esotérica) para los propósitos de la
expresión y manifestación divinas. Se evidenciará que la tarea de Mercurio, en
conexión con la humanidad, ha progresado muy satisfactoriamente y ha llevado a
la humanidad a su presente punto de evolución en el sendero de probación, y que
la energía de Vulcano está haciendo sentir poderosamente su presencia, de allí
las luchas que se libran en nuestro planeta entre los hombres voluntariosos
-ambiciosos y egoístas- y los hombres de buena voluntad que desean el bien de
la totalidad. Cuando la Jerarquía humana haya despertado plenamente las
posibilidades espirituales y no simplemente las materiales, se intensificará
inmediatamente el trabajo de Júpiter, regente benéfico que conducirá a la
familia humana a la senda de la paz y el progreso.
Virgo
está definidamente relacionado, por medio de varios regentes planetarios, con
otros ocho signos del zodíaco, los cuales nos conciernen, porque producen una
síntesis interrelacionada de nueve signos (incluyendo a Virgo). En esta
fructífera e interrelacionada síntesis numérica se oculta toda la historia del
progreso humano y el secreto del proceso de la manifestación divina. Es de
valor recordar aquí ciertos puntos:
1. Nueve es el número del hombre. La cuarta Jerarquía Creadora es en
realidad la novena si incluimos en nuestra numeración las cinco jerarquías
inmanifestadas. La Jerarquía humana es sólo la cuarta entre las siete que están
en expresión activa o manifestada.
2. Nueve iniciaciones conciernen a la humanidad, y son:
a. Cinco iniciaciones mayores planetarias, que puede recibir el
hombre.
b. Tres iniciaciones del sistema, de las que el Cristo ha realizado
dos.
c. Una iniciación cósmica, que relaciona al hombre con Sirio.
La
relación de Virgo con los ocho signos ejerce por lo tanto una influencia
definida sobre estos temas, y las nueve potencias unidas desempeñan su parte en
el desenvolvimiento de la vida crística en el individuo y en la masa humana.
De
este conjunto de signos y sus constelaciones auxiliares, tres son omitidos,
Leo, Libra y Capricornio. Los tres son signos de crisis, e indican la
influencia progresiva de los otros nueve y la situación que surge de sus
actividades. Constituyen los puntos de prueba en los procesos de la actuación
de las energías provenientes de los otros nueve signos, a medida que ellas
afectan al aspirante individual, y son:
1. Leo. - La Crisis de la Individualización. Esta se manifiesta en
dos etapas:
a. Incipiente poder difuso.
b. Integración de la personalidad.
Significa
el surgimiento de la personalidad y la preparación para la experiencia
crística. Es la autoconciencia y la síntesis inferior.
2. Libra. - La Crisis del Equilibrio. El surgimiento del sentido de
autodirección y equilibrio. Punto de equilibrio entre el alma y la forma.
Significa el surgimiento de la libre elección. Es la conciencia de la dualidad
y el esfuerzo de equilibrar a ambas.
3. Capricornio. - La Crisis de la Iniciación. Tiene cinco etapas y
significa el surgimiento de la dominante vida crística, y también la síntesis
superior y el control ejercido por la conciencia crística, que es conciencia
grupal.
Tenemos
por lo tanto nueve signos a través de los cuales afluyen las potencias cuyos
efectos creadores producen los cambios necesarios para el progreso del alma
hacia la expresión divina. También tenemos tres signos de crisis que determinan
la etapa de evolución. A este respecto debe observarse que:
1. Leo-Libra-Capricornio. - Constituyen el triángulo del Padre o el
aspecto Voluntad; señalan los puntos de logro por medio de las crisis
enfrentadas y la realización triunfante.
2. Cáncer-Virgo-Piscis. - Constituyen el triángulo de la Madre o
aspecto Materia, condicionado por la actividad inteligente. Indica los puntos
de oportunidad de tipo interno, en lo que concierne a la conciencia; tenemos
así el reconocimiento de la conciencia de la masa, del individuo y del grupo.
Un
cuidadoso estudio de las ideas expuestas será fructífero para establecer
métodos y relaciones, indicando también la clave que los astrólogos pueden
utilizar para confeccionar los horóscopos de las masas.
Cuando
estudiamos las distintas constelaciones se hizo evidente que la función
principal de los planetas consiste en ser agentes distribuidores de las
energías que emanan del zodíaco, cuando convergen en nuestro sistema solar y
son atraídas a nuestro planeta. Es necesario que los estudiantes comprendan más
ampliamente que la emanación, transmisión y recepción de las energías y su
transmutación en fuerza, por la entidad que las recibe, constituye la base de
las ciencias astrológicas. Las energías de los distintos signos son atraídas
por los diferentes planetas. de acuerdo con su etapa de desenvolvimiento y por
lo que esotéricamente se denomina “antigua relación” entre las entidades que
animan a los planetas y a las constelaciones. Esta relación existe entre los
seres y está fundada en la Ley de Afinidad, la cual produce la atracción
magnética y la respuesta dinámica entre las constelaciones y los planetas en el
sistema solar, y entre un planeta determinado y las formas de vida de otro
planeta y las “energías inminentes”, según se las denomina, que se están
recibiendo de una fuente mayor. La capacidad de recibir y beneficiarse de las
energías planetarias (recibidas a medida que emanan de alguna constelación)
depende del grado de evolución, que determina la receptividad y respuesta del
mecanismo de recepción. Esto constituye una ley inalterable que explica el
poder de ciertos planetas que hasta ahora quizás no han sido descubiertos y que
poco han tenido que ver con la evolución, debido a la falta de respuesta de las
formas receptoras. Los planetas, las energías y las fuerzas han existido
siempre, pero han sido ineficaces y, por lo tanto, no fueron descubiertos por
la falta de instrumentos necesarios de respuesta,. Por lo tanto, no tendrán
ningún efecto en la vida y en la historia de un individuo, y únicamente serán
potentes y “animarán magnéticamente” cuando el hombre alcance cierto punto de
evolución, esté llegando a ser sensible a las influencias más elevadas y se
vaya preparando para hollar el Sendero. Esta preparación indica que su
mecanismo de respuesta (la triple personalidad), es más sensible que el del hombre
común y puede responder a un campo superior de vibraciones, imposible de otra
manera. De aquí la diferencia que existe entre los planetas sagrados y los no
sagrados. Los Señores de los planetas (las Vidas de los rayos y los Logos
planetarios) están, en su propio nivel, desarrollados en forma desigual y
algunas se hallan más avanzados que otros en el sendero cósmico de
desenvolvimiento espiritual; Quienes se encuentran definidamente en el sendero
cósmico del discipulado son considerados como que animan a planetas sagrados,
mientras Quienes se encuentran en el sendero cósmico de probación se expresan
por medio de los planetas no-sagrados, punto que detallaré más adelante, cuando
lleguemos a la parte de este Tratado que se ocupa de ello. Aquí procuro indicar
que todo es cuestión de una desarrollada receptividad y sensibilidad.
En
la rueda revertida, por medio de los regentes planetarios (ortodoxos y
esotéricos, activos y en forma unida), el hombre en el sendero responde a un
número muy extenso de energías que le llegan desde muchos ángulos y
direcciones, de allí las dificultades del hombre en el sendero del discipulado.
Cuando se convierte en un iniciado aumenta rápidamente este campo de
vibraciones y es receptivo a esas energías tabuladas bajo el término de
jerárquicas, las cuales se refieren a las doce Jerarquías Creadoras. Las
fuerzas de estas Jerarquías (que no son planetarias ni del sistema) penetran en
el iniciado y pasan a través de él, despertando las respuestas del grupo que le
otorgan oportunamente conciencia del sistema y lo convierten en un servidor del
mundo en Acuario y en un Salvador del mundo en Piscis. Aquí hay una insinuación
respecto al período mundial en que estamos ahora entrando, y será
acrecentadamente evidente (si reflexionan sobre mis palabras) por qué entramos
en un signo donde las filas de los iniciados aumentan grandemente. En la etapa
de la iniciación las energías de los signos y sus constelaciones (debería decir
constelaciones auxiliares, pues expresan más exactamente la situación que el
modo común de decirlo) llegan en forma más pura y directa que en el sendero del
discipulado y en las primeras etapas dei desarrollo evolutivo. El iniciado
responde a influencias planetarias, del sistema y cósmicas, llegando a ser -si
puedo expresarlo así- un lente a través del cual “las innumerables luces que
son la energía misma” pueden afluir y enfocarse en nuestro planeta. El iniciado
sintoniza su conciencia con esas energías, convirtiéndose en un servidor
planetario.
El
otro punto sobre el cual quiero referirme es que algunos rayos se expresan por
medio de dos planetas. Por ejemplo, el cuarto Rayo de Armonía a través del
Conflicto, nos llega por medio de la Luna y Mercurio, mientras que el primer
Rayo de Voluntad o Poder, nos llega por medio de Vulcano y Plutón. La verdadera
razón de esto constituye uno de los secretos de la iniciación y está oculta en
el destino de la cuarta Jerarquía Creadora y en la voluntad de manifestarse del
Señor de nuestra Tierra, que pertenece al tercer Rayo de Inteligencia Activa;
se dice de Él que “cuando la tercera gran energía esté relacionada con la
cuarta Jerarquía Creadora, se comprenderá el misterio de los Siete perfectos”.
Una de las significaciones más evidentes de esta afirmación se halla en el
desarrollo de la inteligencia y del amor en el iniciado que, en el momento de
la expresión manifestada y en la última iniciación mayor, responderá a la
síntesis de esas energías que emanan de los “siete espíritus ante el trono de
Dios”, que son los representantes de los siete Rishis de la Osa Mayor y, Su
otro polo, las siete Hermanas de las Pléyades, simbólicamente reconocidas como
las siete esposas de los Rishis de la Osa Mayor. Tenemos aquí, en relación con
nuestro sistema solar, otro gran triángulo de energías cuyos puntos focales en
nuestra Tierra son las siete Espíritus ante el Trono. Más adelante me ocuparé
de este triángulo. Ahora simplemente me referiré a éste:
1. Los siete espíritus que responden a los siete planetas sagrados,
son:
a. Expresiones de la vida divina en la Tierra.
b. Puntos focales para los Señores de los siete rayos.
c. Regentes de los siete planos de conciencia y de la manifestación.
d. Representantes, porque responden a:
2. Los siete Rishis de la Osa Mayor, que son:
a. Expresiones de la Vida de Aquel sobre el Cual Nada Puede Decirse.
b. Los puntos focales positivos para las siete energías cósmicas
mayores.
c. Regentes de las siete Jerarquías Creadoras.
d. Relacionados como polos positivos a:
3. Las siete Hermanas o las siete Pléyades, que:
a. Expresan el dualismo de la manifestación en su relación con los
siete Rishis.
b. Proporcionan el polo negativo para el aspecto positivo de los
siete Rishis.
c. Se fusionan con las energías positivas de la Osa Mayor, trabajando
en forma unida mediante siete signos del zodíaco.
Tenemos aquí nuevamente
la complejidad de las fuerzas, actuando sobre nuestro planeta y aumentando su
número y potencia a medida que los vehículos de respuesta del planeta adquieren
un desarrollo más sensible y elevado, que son, por lo tanto, capaces de
reaccionar en forma más real y responder más rápidamente a las numerosas
fuerzas que hacen impacto sobre nuestras formas de vida planetaria. Un
astrólogo erudito y experto que trabaja con los Maestros de la Gran Logia
Blanca ha afirmado que “cuando la humanidad capte la diferencia que existe
entre los signos y las constelaciones y comprenda la naturaleza de los polos de
energía y responda a las Tres Realidades cósmicas, a las doce energías
cósmicas, a los siete Impactos planetarios y a la interacción de las doce
Jerarquías Creadoras, sólo entonces se verá una radiante luz y se determinará
finalmente el destino de nuestro Logos solar”. Detrás de esta afirmación hay
tres significados: uno para el hombre inteligente común, otro para el discípulo
y el tercero para los iniciados que han pasado el tercer grado.
Como
indiqué anteriormente, el signo Virgo está relacionado a nueve constelaciones,
y en este hecho reside una profecía y una garantía. Aquello que este signo vela
y oculta responde potencialmente a nueve corrientes de energía que -al actuar
sobre la vida de la forma y al evocar respuesta del alma- producen esos “puntos
de crisis” y “momentos de manifiesto desarrollo”, a los cuales me he referido
en mi explicación sobre Leo-Libra-Capricornio.
Por
medio de Mercurio, Virgo entra en estrecha relación con tres constelaciones
-Aries, Géminis y Escorpio. He aquí otra vez un triángulo de energía de gran
importancia en la vida del Cristo-Niño, que Virgo guarda, nutre y oculta en sí
mismo. Por medio de Aries y Escorpio, la vida y manifestación crísticas son
integradas con las de la cuarta Jerarquía Creadora; en esto hay un gran
misterio que concierne a la manifestación dual del principio crístico, tanto en
la forma en su propio plano, como en la manifestación espiritual, y también el
verdadero significado de las palabras que aparecen en el Bhagavad Gita cuando
Krishna (el principio crístico) dice a Arjuna (el discípulo mundial o aspecto
forma desarrollada) : “Habiendo compenetrado el Universo con un fragmento de Mí
mismo, Yo permanezco”. Tenemos aquí una referencia esotérica sobre la identidad
esencial del Hijo con el Padre, el “Uno Imperecedero”, y con la Madre eterna,
es decir, con el espíritu y la materia. Éste es el misterio fundamental de
Virgo, y será revelado cuando las energías que afluyen a Virgo desde Géminis,
vía el planeta Mercurio, hayan realizado su trabajo destinado, pues Géminis es
una expresión de la Cuarta Jerarquía Creadora inmanifestada -una de las Vidas
más elevadas del grupo que están más allá de las siete que condicionan nuestras
vidas en el sistema. Esas Vidas han logrado Su meta, pero Sus energías aún son
dirigidas y enfocadas sobre nuestro planeta. No se han manifestado en lo que
concierne a planetas desarrollados -como Urano, Júpiter o Saturno.
En
esta triple relación de tres constelaciones mayores puede observarse una clara
y comprensible característica, su dualidad esencial, cuyo efecto es evidente y
está dramáticamente presente en Virgo. Aries ve el comienzo o la iniciación de
la relación entre el espíritu y la materia. Géminis es definidamente el signo
de la dualidad y significa la relación de esas dos energías mayores, en la
humana o cuarta Jerarquía Creadora; este dualismo se acentúa en forma más
íntima y comprensible en Escorpio, en el cual la nota del ciclo evolutivo
dominante es “el Verbo hecho Carne”. Es el signo donde Cristo demuestra Su
control sobre la materia, apareciendo como el discípulo triunfante. Espíritu y
materia (Aries), alma y cuerpo (Géminis), la madre y el niño (Virgo), el Verbo
y la Carne (Escorpio) -tenemos aquí los cuatro signos del dualismo creador y la
evolución interrelacionada que presenta y describe la potencia y los objetivos
de la cuarta Jerarquía Creadora. Cuando Mercurio, el Mensajero divino, el
principio de la ilusión y la expresión de la activa mente superior, ha cumplido
su misión y “conducido a la humanidad hacia la luz” y cuando el Cristo-Niño ha
surgido de la matriz del tiempo y de la carne y ha entrado en la luz del día y
de la manifestación, entonces habrá cumplido su tarea ese gran centro que
llamamos humanidad. Reflexionen sobre esto, porque la significación de la
astrología esotérica emergerá con más claridad en las mentes si logran comprender
la cuádruple actividad de Mercurio y la interrelación de estos cuatro signos
del zodíaco -vinculados, como lo están, con el cuaternario logoico.
La
Luna, en este signo, por derecho de antigüedad y viejo control de la forma
mental, y también porque vela a Vulcano y a Neptuno, conecta las fuerzas de
Virgo con las energías de Tauro, Cáncer y Acuario. Esto es de peculiar
importancia porque relaciona el aspecto de la construcción de la forma con el
aspecto conciencia, el que, en una etapa más elevada de desarrollo, produce la
manifestación del principio crístico o Cristo-Niño. Esotéricamente se ha dicho
que cuatro de los nombres del Avatar Cristo son:
1. El Deseo de todas las Naciones. Tauro Cruz Fija.
2. Aquel a Quien las masas presienten Cáncer Cruz Cardinal.
o
anticipan.
3. Aquel que, para Ella, es el propósito Virgo Cruz Mutable.
de
la existencia.
4. Aquel que muestra la luz y da el agua Acuario Cruz Fija.
Estos
signos indican formas de conciencia, que son condicionadas y manifestadas por
las energías de dichos signos, cumpliendo cíclica e incesantemente su tarea
señalada. Por lo tanto, conciernen principalmente a la etapa del discipulado y
a la manifestación de un discípulo solar. De allí las dos energías provenientes
de la Cruz Fija. Ésta es, por lo tanto, una de las cruces intermediarias que
relacionan las tres mayores, y hay muchas semejantes.
Virgo
está relacionado a Tauro por medio de Vulcano. lo cual produce lo que podría
denominarse el aspecto resistencia de la voluntad de ser, que lleva al Hijo de
Dios encarnado a través de la experiencia del oscuro período en que la
personalidad llega a ser la Madre en la etapa de gestación, durante el periodo
de la infancia y de la adolescencia en el plano físico, hasta que el iniciado
llega a su plena madurez. Esto necesita resistencia, persistencia y continuidad
de esfuerzo, y es una de las características impartidas o estimuladas por las
energías que afluyen desde Vulcano. Podrán comprender que son atributos de
primer rayo y el reverso de lo que generalmente se acentúa, es decir, la muerte
o actividad del aspecto Destructor. Tauro es una expresión de la tercera
Jerarquía inmanifestada, de la cual nada sabemos, excepto que concierne a la
luz que libera de la muerte. En consecuencia, tenemos:
Tauro.
Iluminación.
Vulcano. Primer
rayo o resistencia.
La
tercera Jerarquía Creadora. Luz
liberadora.
Virgo La
vida crística latente e inexpresada (como lo es la 3ra. Jerarquía Creadora).
La Luna. La
naturaleza de la forma, la sustancia de la llama que alumbra el camino.
He
aquí un vasto campo de investigaciones sicológicas, en conexión con todas las
constelaciones, los planetas y las Jerarquías, pero es demasiado vasto para
considerarlo en este tratado. Ello constituirá la astrología del futuro y
empezará a ser comprendido cuando la percepción grupal y la continuidad de
conciencia se hayan establecido entre los hombres. Sin embargo, como gimnasia
mental e indicación de posibilidades, el concepto es de utilidad porque amplía
el horizonte y señala el maravilloso alcance del plan divino y la síntesis
subyacente en la manifestación.
Neptuno
es, como bien saben, el Dios de las aguas, y el término “agua” abarca muchos
ángulos de la sabiduría esotérica, tales como:
1. Todo el concepto de la materia -universal y pormenorizado.
2. “Las aguas de la sustancia”.
3. El Océano de la Vida.
4. El mundo del espejismo y la reacción astrales.
5. El plano astral en su totalidad.
6. El deseo y la naturaleza emocional.
7. El mundo de la encarnación circunscrita a las masas.
8. La existencia de la masa, como en Cáncer.
De
todos estos atributos o condiciones del polo femenino de la existencia (el
aspecto material) la constelación de Cáncer es extremadamente simbólica.
Precede a Leo, el signo de la individualidad y del esfuerzo autoconsciente, y
concierne al lento ritmo de la vida de la masa -que está instintivamente
activo, o bajo las reacciones de una conciencia impuesta, resultado de la
experiencia elegida después de la iniciación. Significa la vida de la masa,
conducida a una vida grupal después de la experiencia de la iniciación, cuyo
polo opuesto, Capricornio, representa y tiene plena expresión en Acuario,
completando la experiencia de Leo, y fusionándola con la de Cáncer y
Capricornio. Estos seis signos:
Cáncer Leo Virgo
Capricornio Acuario Piscis
forman
otra estrella de seis puntas de profunda significación, contraparte subjetiva
de la estrella de seis puntas (los triángulos entrelazados) que denominamos el
Sello del Rey Salomón. Este entrelazamiento de los mencionados triángulos,
constituye lo que se llama el triángulo de la humanidad y -de acuerdo a la
teoría de la Ciencia de los Triángulos- concierne a la relación del individuo
con la masa humana y del discípulo con el grupo. Estos triángulos merecen el
más cuidadoso estudio. El planeta Neptuno está predominantemente activo, a fin
de producir tal actividad en Cáncer, que pueda iniciar el impulso adecuado que
traerá progreso (por medio de los signos intermedios) en Acuario.
Quisiera
agregar algo más a la enseñanza dada sobre la Rueda de la Vida y su movimiento
revertido, que tiene lugar en una determinada etapa de la evolución. También
llamaré la atención sobre el hecho de que la dificultad del problema y la
intensificación de la vida de la dualidad consciente, que marca las primeras
etapas del sendero del discipulado hasta la tercera iniciación e inmediatamente
después, reside en que la rueda del zodíaco ejerce su influencia normalmente
sobre la naturaleza forma; las miríadas de vidas que constituyen la forma son
condicionadas por los signos del zodíaco, que también prosiguen en forma normal
-como las manecillas del reloj, debido a la precesión de los equinoccios,
mientras que la vida del discípulo enfocada en la conciencia egoica está
dirigida (o debería estarlo) por la rueda que gira en forma opuesta a las
manecillas del reloj. Ambos movimientos se oponen fuertemente uno al otro y,
simbólicamente hablando, producen con el tiempo esos “desgarramientos” que
siempre preceden a la iniciación y a la iluminación, según lo atestiguan los
místicos e iniciados. Esto es lo que en realidad destruye el velo de la
ilusión, referido simbólicamente en El Nuevo Testamento con la frase “el velo
del templo fue rasgado en dos, de arriba abajo”. Tal es el resultado de la
actividad dual de la Gran Rueda. Precede a la noche oscura del alma, cuando el
hombre pende entre el cielo y la tierra y exclama:
“¿Dónde
está Dios que me ha abandonado? No lo veo por ninguna parte, los demás dioses
tampoco están. Permanezco solo, despojado, sin embargo no temo. Veo la
oscuridad de la forma; veo la oscuridad del espíritu lejano. Toda luz del alma
parece haber desaparecido”. Luego dama triunfante: “Sé que soy la Luz de Dios.
Nada más existe”.
Por
medio de la Luna y también de Júpiter, Virgo es puesto en relación con Acuario,
que en este caso significa la séptima Jerarquía Creadora, o la sustancia
atómica con la cual se debe construir el cuerpo denso de manifestación, si la
vida crística (que la Virgen nutre) se manifiesta exitosamente. La causa de la
manifestación la constituye, esotéricamente hablando, el estímulo de las “vidas
muertas” (la denominada sustancia inorgánica), para que entren en actividad y
sean de utilidad a la positiva vida crística, agente del estímulo. Por eso la
Luna es el símbolo de la respuesta de las vidas muertas, al impacto espiritual
externo. La idea central del ocultismo, de que hasta el átomo más pequeño de
sustancia contiene en sí el germen de lo que puede responder a la energía
espiritual, está contenida es la enseñanza sobre la influencia de Júpiter, el
agente de segundo rayo del espíritu crístico.
En
lo que respecta a Júpiter, como podría suponerse por el estudio de los rayos,
Virgo está relacionado a Sagitario y Piscis. Éste es un impacto exotérico, que
produce un constante estímulo en la vida del Cristo que mora internamente.
Sagitario rige o condiciona (porque es lo que significa esta palabra) la
actividad de los señores lunares, que con su propia sustancia construyen el
cuerpo del hombre. En consecuencia será evidente, por qué el hombre comienza la
actividad centralizada en Sagitario y se convierte en el discípulo sensato;
entonces él puede ser el regente de su personalidad y gobernarla para que
eventualmente se convierta en el vehículo del alma, lo cual explica también la
reacción de la personalidad contra este control. Debido a hechos como éste, la
astrología está llamada a ser una de las más importantes ciencias del futuro;
cuando esto suceda, el control de la personalidad será ejercido
científicamente; serán utilizadas plenamente las influencias planetarias y las
energías provenientes de los signos a medida que aparecen cíclicamente,
haciendo un esfuerzo especial a fin de obtener, por ejemplo, cierta forma de
control durante el mes en que el Sol se halla en el signo de Sagitario.
La
relación existente entre Virgo y Piscis (entre la Virgen-Madre y las
Diosas-Peces) es bien conocida, porque son los polos opuestos, siendo sus
funciones peculiarmente intercambiables. En la revolución de la rueda común,
Aries y Escorpio marcan el comienzo y el fin, y culminan cuando la personalidad
ha sido equipada y completada. Exotéricamente constituyen el Alfa y el Omega.
En la vida del discípulo, Virgo y Piscis tienen la misma relación. Piscis
culmina el trabajo realizado durante este ciclo mayor mundial. Puede tenerse
una idea del proceso creador mencionado si se estudia la clasificación de las
nueve constelaciones y sus signos:
1.
Aries Comienzo La
Cruz Cardinal.
2.
Géminis Relación La Cruz
Mutable.
3.
Tauro Deseo La Cruz
Fija.
4.
Cáncer Movimiento La Cruz Cardinal.
5.
Escorpio Experiencia-Prueba La Cruz Fija.
6.
Sagitario Dirección La Cruz
Mutable.
7.
Acuario Servicio La Cruz Fija.
8.
Piscis Salvación La Cruz
Mutable.
9.
Virgo La Madre La Cruz
Mutable.
Surge
ahora un punto interesante. Los cuatro brazos de la Cruz Mutable están
representados en esta interrelación, indicando la total actividad de la Cruz
Mutable, o la etapa preparatoria de la evolución que ha preparado felizmente al
hombre para ascender a la Cruz Fija. La personalidad está preparada para ser la
madre del Cristo.
Si
consideramos los dos sistemas solares (el pasado y el presente) como una
unidad, se podría decir que:
1. La Cruz Mutable rigió al primer sistema solar. En ese sistema y en
el actual y también en toda la humanidad, esta Cruz rige o gobierna el sendero
de probación (que en realidad constituye toda la experiencia de la vida, antes
de recorrer el sendero del discipulado).
2. La Cruz Fija gobierna el actual sistema solar y corresponde al
sendero del discipulado.
3. La Cruz Cardinal gobernará y regirá el próximo sistema solar y, en
el actual sistema, gobierna el sendero de iniciación, hollado por la flor de la
raza.
El
hecho de que las cuatro energías de la Cruz Mutable, tres de la Cruz Fija y dos
de la Cardinal, afluyen en el signo de Virgo, con relativo poder y grado,
indica la importancia fundamental de este “signo de recepción”, según se lo
denomina. Se necesitan estas nueve energías para llevar al hombre al punto en
que el mundo y la influencia de dos sistemas solares hayan realizado su tarea
de:
1. Preparar el vehículo de protección y de recepción, la
personalidad, la forma, el hombre autoconsciente.
2. Traer de este modo a la manifestación al hombre que se halla
oculto en el corazón, el Cristo interno, el alma, el hombre consciente del
grupo.
El
objetivo y la culminación de la actividad de la Cruz Cardinal durante el
próximo sistema solar están ocultos en la revelación que le llega al hombre que
ha recibido la tercera iniciación, estando lógicamente conectado con el
Espíritu, o primer aspecto de la divinidad, o con la Mónada y la expresión de
la divina conciencia. Sin embargo, hasta que un hombre no haya recibido esta
iniciación no podrá beneficiarse de lo que yo pueda decir al respecto, pues
para ello las palabras son inútiles y en realidad no existen.
Como
ya he dicho, los Instructores esotéricos de la Jerarquía consideran que Virgo
está identificado con el tercer aspecto de la divinidad, el principio Madre, y
se dice que él dirige las energías que fueron desarrolladas y reconocidas en el
primer sistema solar. Por esta razón en el actual sistema solar, Virgo está
predominantemente sujeto a las influencias de las energías de segundo, cuarto y
sexto rayos por medio de Júpiter (segundo rayo), la Luna y Mercurio (cuarto
rayo) y Neptuno (sexto rayo). La Luna y Mercurio indican conjuntamente la
actividad de la mente inferior y superior y están, por lo tanto, relacionados
al tercer Rayo de Inteligencia Activa, que controló al primer sistema solar. En
consecuencia, sólo existe un planeta, Vulcano, que posee pura y estrictamente
energías de primer rayo. Estos son puntos que los astrólogos avanzados
elaborarán más adelante, pero en la actualidad significan muy poco.
Hay
otro punto que querría mencionar en conexión con las influencias planetarias,
porque recalca nuevamente la posición sintética de Virgo y su contribución,
como punto focal de gran importancia, para la distribución de energía a la
cuarta Jerarquía Creadora. Júpiter rige cuatro signos y cada uno de ellos
representa un elemento distinto de los cuatro que se están expresando en los
tres mundos de la evolución humana. La siguiente clasificación aclarará en
parte esto:
Virgo Piscis Sagitario Acuario
Tierra Agua Fuego Aire.
El
Cristo Oculto El Salvador
Oculto El Maestro Oculto El Servidor Oculto.
Júpiter-regente
y conductor de la EXPANSION
En
este signo, Virgo, el lugar que ocupan los planetas y el modo de expresarse es
de máximo interés, aunque las implicaciones son más esotéricas y difíciles de
comprender.
Mercurio
está exaltado en este signo, porque la madre está necesariamente regida por su
hijo, el Hijo de la Mente, que es también el Hijo de Dios. Ella es la
protectora de este hijo y responsable de su desenvolvimiento y de la
experiencia que vaya adquiriendo lentamente. Por ser Mercurio el Mensajero de
los Dioses y el Agente del control que Ellos aplican, es también el Agente del
tercer aspecto (inteligencia activa) desde un punto de vista, y del segundo
aspecto (amor-sabiduría) desde otro. Se considera que personifica ambos
aspectos del principio mental, la expresión de las mentes concreta y abstracta
de Dios. La mente concreta inferior fue desarrollada en el primer sistema
solar, y la mente intuitiva abstracta superior, la razón pura, está
desarrollándose en el actual sistema. Mercurio es la síntesis de manasbudi,
mente-sabiduría, la cual se expresa por medio del alma humana; Mercurio rige el
puente o antakarana. Mercurio alcanza el pleno poder en Virgo, porque Virgo es
la inteligencia y el Cristo oculto es sabiduría o razón pura.
Venus,
amor-sabiduría puro, viene a la generación en este signo y “ocultamente
desciende a la tierra”, representando (como tan cuidadosamente ha señalado La
Doctrina Secreta) el don de la mente y de la divinidad, personificados en el
Hijo de la mente, de allí el descenso del principio crístico a la generación o
a la materia. Virgo y Venus en conjunto, son dos aspectos de la inteligencia.
El simbolismo del descenso del espíritu a la matriz de la virgen-madre está
contenido en el hecho astrológico de que Venus cae en este signo; esotéricamente
desaparece de la vista y se desvanece en la oscuridad. Neptuno, la expresión de
sexto Rayo de Devoción Idealista, lógicamente es más impotente en este signo y
simultáneamente su “poder es disminuido”, porque el estímulo y el impulso de la
devoción y el deseo, ceden su lugar en este poderoso signo, al proceso natural
de la producción de la forma y a la actividad silenciosa que se lleva a cabo en
la matriz del tiempo y del espacio.
Júpiter,
a pesar de su poder latente, también “disminuye” su influencia en esta época,
porque el segundo principio o aspecto de la divinidad, el Hijo o germen del
Cristo venidero, el Hijo de la Mente, desciende a las profundidades y se halla
temporariamente velado u oculto. Recomendaría a los astrólogos del futuro una
cuidadosa investigación de las caídas, exaltaciones y disminuciones de poder
que tienen lugar en cualquier signo zodiacal; el entero problema debe ser
considerado en forma amplia y no tan específicamente desde el ángulo de los
horóscopos de la personalidad. Cuando los planetas están correctamente
relacionados con los rayos que expresan, entonces aparecerá el amplio tema de
la vida del alma, pues condicionan la personalidad, pero no en el mismo sentido
que las circunstancias materiales (cuerpo físico y medio ambiente material)
condicionan a la masa humana. Reflexionen sobre esto.
Respecto
a los decanatos señalaré lo que constantemente subyace en este tratado, que los
astrólogos deben estudiar el horóscopo de un individuo, teniendo en cuenta el
lugar que ocupa en la rueda del zodíaco y considerar hacia qué dirección va. ¿
Progresa alrededor de la rueda como personalidad, o va adelante como alma? El
conflicto que enfrentan todos los discípulos puede atribuirse al hecho de que
la vida de la forma del discípulo está influida, de una manera por la rueda, y
de otra por el aspecto conciencia o en dirección contraria. El discípulo entra
en el signo bajo la influencia de ese decanato que constituye para él el
primero, pero el tercero para el hombre común. Esto está ejemplificado en forma
interesante y práctica, por la constelación en la cual estamos entrando ahora.
Los tres decanatos de Acuario son, desde el ángulo del discípulo: Saturno,
Mercurio y Venus. En este orden lo afectan y llevan por el camino deseado,
ofreciéndole la oportunidad, por medio del conflicto, la iluminación de la
mente y, oportunamente, por el amor fraterno, que es sabiduría. Comúnmente
hablando, la masa humana pasará a través del signo por conducto de Venus,
Mercurio y Saturno, porque el hombre no evolucionado está influido por esas
cualidades que pueden ser mejor descritas como mente instintiva o afectividad
(Venus), amor fraternal en embrión; por el lento desarrollo de la mente a
través de la actividad de Mercurio, finalmente, como resultado de este desenvolvimiento,
sobreviene el conflicto y Saturno ofrece la oportunidad de sufrir y, a través
del sufrimiento, se aprende a elegir, a analizar y a decidir correctamente los
valores superiores. Estos puntos deben ser cuidadosamente considerados por los astrólogos.
Pero actualmente estamos en un punto de crisis y el problema tiene amplias
implicaciones, pues, por primera vez en su historia, la humanidad comienza a
ascender la Cruz Fija del discípulo, invirtiendo así su progreso en el círculo
zodiacal. Toda la humanidad -debido al gran porcentaje de aspirantes e
idealistas que piensan- está entrando en Acuario a través de la puerta abierta
de Saturno. Al mismo tiempo un gran número de personas se halla en la etapa
instintiva e irreflexiva, y su conciencia es predominantemente atlante. Éstos
entran a través de Venus, y de allí el conflicto.
De
acuerdo a Sefarial, los tres decanatos en los cuales Virgo está dividido, son
gobernados por el Sol, Venus y Mercurio, mientras que Alan Leo da Mercurio,
Saturno y Venus. Les recordaré un punto que a veces olvidan los astrólogos, y
es que en el caso del discípulo, Mercurio y el Sol son términos
intercambiables. Cuando el discípulo llega a ser consciente de que él mismo es
Mercurio, el Hijo de la Mente, y por lo tanto uno con el Cristo Universal, “el
Sol y sin embargo el Hijo de Dios” (como esotéricamente se lo denomina), él es
entonces un iniciado. Por lo tanto, los regentes que asigna Alan Leo son
verdaderamente esotéricos. Cuando el discípulo conoce a Saturno como el Dios
que brinda oportunidad y no como la Deidad que trae desastres, entonces está de
hecho y en verdad, y no sólo teóricamente, en el sendero del discipulado.
Cuando Venus es la fuente de la Sabiduría y la expresión de la transmutación de
la mente en intuición y del intelecto en sabiduría, entonces está preparado
para la iniciación. Está logrando rápidamente la liberación. La debilidad de
los regentes de los decanatos reside, según Sefarial, en el hecho de que
Mercurio y el Sol son uno, la elección es, por consiguiente, redundante; él
omite a Saturno y debido a ello, esotéricamente hablando, “la puerta no está
abierta”.
Nuevamente
las notas clave de este signo imparten claramente su significado y no es
necesario dilucidarlas. En la rueda común se pronuncia el siguiente mandato que
instituye la actividad de Virgo: “y el Verbo dijo, que reine la Materia”.
Después, en la rueda del discípulo, la voz surge de la Virgen Misma y dice “Yo
soy la madre y el niño, Yo, Dios, Yo, materia soy”.
Cavilen
sobre la belleza de esta síntesis y enseñanza, y sepan que ustedes mismos han
dicho la primera palabra como alma, al descender a la matriz del tiempo y del
espacio en un lejano y distante pasado. Ha llegado el momento en que pueden, si
así lo desean, proclamar su identificación con ambos aspectos divinos -materia
y Espíritu, la madre y el Cristo.
LEO,
EL LEÓN
Debido
a que estamos entrando en la era acuariana, donde será ejemplificada la
universalidad del espíritu de Acuario en su sentido de “distribución general”,
inevitablemente se producirá un punto de crisis. El verdadero tipo de Leo debe
reaccionar en forma nueva y excepcional a la oportunidad ofrecida; cuando digo
el tipo de Leo, me refiero a las personas cuyo sol está en Leo, o éste en el
ascendente, lo cual se debe a que Leo es el polo opuesto de Acuario, y la
interacción de energías entre ambos es mucho más potente que en cualquier otro
momento de la historia racial. No están en posición de verificar este hecho,
pero afirmo una realidad. De allí que aparezcan actualmente los dictadores en
distintos países y también que en el ciclo actual (antecámara de la nueva era)
exista una pronunciada actitud en estos dictadores -que frecuentemente es
ignorada, pero que tiene verdadero valor racial. Es la actitud que conduce a la
síntesis de la vida, objetivos e intenciones nacionales. Un ejemplo típico de
esta actitud es la de Hitler. No importa cuál sea nuestra opinión personal
sobre él, no cabe duda que ha unificado, fusionado y mezclado los distintos
elementos en la raza germana. Tal actividad es de naturaleza acuariana, pero en
su aspecto más inferior e indeseable. Su naturaleza es leonina, porque las
personas que pueden producir estos resultados deben ser necesaria e
incesantemente autoconscientes, característica principal de la persona de Leo.
No sé la parte que este signo pueda desempeñar en el horóscopo de Hitler, pues
no lo he investigado, pero desempeña una parte muy prominente en el horóscopo
de su alma.
Sugeriré
a los astrólogos modernos que construyan los horóscopos de las destacadas
personalidades del mundo actual, con los planetas que les he dado, como
regentes esotéricos; toda persona avanzada e importante está en el sendero del
discipulado o acercándose a él, y la influencia de los planetas esotéricos
acrecienta por lo tanto su poder. Esto podría ser muy iluminador y enseñar
muchas cosas. La tendencia a fusionar, mezclar y amalgamar, y la contraparte
espiritual de esta unidad es hoy más fuerte que nunca, y los tipos que producen
esto deben exotéricamente tener a Leo en una posición prominente en alguna
parte de su horóscopo, o al Sol controlando alguna casa importante. Si el
horóscopo no lo prueba, se debe a que no se conoce la hora exacta, el momento y
el día de nacimiento.
Leo
es el quinto signo del zodíaco, lo cual indica que forma parte del misterioso
número diez -el número de la perfección, una perfección relativa antes de
entrar en un nuevo ciclo de progreso. Consecuentemente, esto vincula a Leo con
Capricornio, el décimo signo del zodíaco, porque el proceso de iniciación
convierte a la persona autoconsciente en un individuo consciente del grupo.
Elijo estas palabras con cuidado y premeditación. En la rueda revertida éste es
el octavo signo, el signo del Cristo y de la realidad que mora internamente;
por lo tanto, marca así un nuevo ciclo. Cuando aparece la autoconciencia (como
ocurre en el momento de la individualización) se inicia un nuevo ciclo. Este
significado numérico vincula a Leo con Escorpio (el octavo signo del zodíaco)
de manera efectiva; tenemos, por consiguiente, el triángulo
Leo-Escorpio-Capricornio, que incluye a la humanidad e indica los tres puntos
importantes de crisis, en la trayectoria del hombre:
a. Autoconciencia o percepción humana. Unidad-Leo.
b. Conciencia de las dualidades en lucha. Discipulado-Escorpio.
c. Conciencia grupal como iniciado. Unidad-Capricornio.
Este
es un signo de fuego y el más preeminente en la actualidad. Los Hijos de la
Mente, los autoconscientes Hijos de Dios, son ante todo Hijos del Fuego, porque
nuestro “Dios es un Fuego consumidor”. Hay en ellos esa cualidad peculiar que
puede consumir y destruir y así extirpar todo lo que impide su expresión
esencialmente divina. Quisiera que recuerden la naturaleza purificadora del
fuego. Dos elementos de la naturaleza están vinculados en la conciencia
pública, con la idea de purificación -uno es el agua y otro el fuego. A este
respecto los signos de agua, Cáncer-Escorpio-Piscis, son interesantes, y los
signos de fuego Aries-Leo-Sagitario, justifican ser estudiados. El fuego
siempre lleva a cabo esotéricamente lo que el agua inicia.
En
Cáncer, las aguas purificadoras de la experiencia comienzan su trabajo
benéfico, empezando en la Cruz Cardinal, porque esta cruz concierne únicamente
a las totalidades y, por lo tanto, a la experiencia de la masa.
En
Escorpio, se aplican las aguas purificadoras de las pruebas y experiencias,
teniendo lugar en la Cruz Fijas siendo sus efectos extremadamente drásticos.
En
Piscis, las aguas purificadoras son aplicadas en la vida cotidiana y por medio
de los procesos de la encarnación; se refieren al “pez que nada en las aguas de
la materia donde encuentra su sustento”. Esto sucede en la Cruz Mutable de la
experiencia y existencia material comunes. Las influencias de las tres Cruces
ejercen así presión sobre el hijo de Dios encarnado que se halla en la rueda de
la vida diaria y en el orden habitual. En la rueda revertida el fuego ocupa el
lugar del agua y consume toda escoria. Así se logra gradualmente la purificación
de toda la naturaleza y el hombre llega a ser sensible a las influencias que
pueden ejercer presión sobre él cuando la ígnea triplicidad desempeña su parte
y la influencia de Aries-Leo-Sagitario empieza a reorientarlo hacia la
universalidad, la autoconciencia y las actitudes centradas. A medida que
continuamos con nuestro estudio irá apareciendo el significado de esta
afirmación. Estoy insinuando cosas de importancia espiritual y esotérica,
porque el signo Leo ejerce un control destacado en la vida del aspirante. Debe
conocerse a sí mismo mediante la verdadera autopercepción, antes de que pueda
conocer ese espíritu divino que es su verdadero Yo y también a sus semejantes.
Leo
forma parte de la Esfinge y no es necesario que me extienda sobre esto, porque
ya lo he tratado en otra parte, lo cual es un gran misterio. Virgo y Leo
representan conjuntamente al hombre íntegro, hombre-Dios y también
espíritu-materia. Es importante recordarlo, porque cuando la naturaleza del
mundo sea revelada no existirá ya el misterio de la Esfinge.
Las
notas clave de este signo son muy conocidas. Emite la nota de la individualidad
y de la verdadera autoconciencia. Muchas personas están convencidas de que son
autoconscientes cuando están impelidas por el deseo y empeñadas en satisfacer
ese deseo, o creen que son el centro dramático de su universo. Sin embargo la
única persona verdaderamente autoconsciente es el hombre consciente del
propósito, de una vida autodirigida y de un plan y programa de vida
desarrollados y definidos. Cuando esto está presente se infiere que hay
percepción mental y cierta medida de integración. Estar motivado sólo por la
emoción y activado por el deseo no indica poseer verdadera autoconciencia. En
el hombre no evolucionado predomina más el instinto que la autopercepción. En
el hombre autoconsciente verdaderamente evolucionado, no sólo existen la
orientación, el propósito y el plan, sino que posee también la conciencia del
agente activo del plan y de la acción. Reflexionen sobre esto.
Hay
dos notas claves subsidiarias y potentes en las persona de Leo, sobre las
cuales quisiera ocuparme aquí, para que perciban claramente la naturaleza de
las influencias manejadas por los de Leo, las cuales son la voluntad de
iluminar, que constituye el anhelo que impele hacia el autoconocimiento, la
autopercepción y el intelectualismo positivo, y también la voluntad de regir y
dominar, de naturaleza tan controladora en este signo, y de potencia tan sutil
en el tipo de Leo. La voluntad de regir lleva oportunamente al individuo, nacido
en este signo, a lograr el dominio de sí mismo y el control de la personalidad
(para móviles menos egoístas); también la misma tendencia lo conduce finalmente
a controlar, mediante la personalidad, regida por Leo, a grupos grandes o
pequeños. Esto -en una etapa avanzada- es una expresión de la fusión de la
energía de Leo y la potencia de Acuario. Ello es inevitable en la larga
trayectoria de hombres y razas, de allí que toda experiencia en Leo sea
preparatoria. La voluntad de iluminar impulsa a toda persona de Leo a
experimentar y obtener conocimiento; esto lo vincula con Tauro, que en su
frente “lleva la hermosa joya que ilumina”. En la relación Tauro-Leo-Acuario.
existe un significativo e importante triángulo zodiacal, en lo que concierne al
hombre, siendo peculiarmente significativo para la cuarta Jerarquía Creadora,
la humana. Por lo tanto, tenemos:
1. Tauro. - El incentivo hacia la experiencia, a fin de adquirir
conocimiento.
2. Leo. - La expresión de la experiencia, a fin de justificar el
conocimiento.
3. Acuario. - El empleo de la experiencia, a fin de convertir el
conocimiento adquirido en un factor de servicio.
Este
triángulo expresa la vida de la humanidad y demuestra finalmente la perfección
o culminación del camino humano. Otro triángulo, Leo-Virgo-Piscis, es de
naturaleza algo similar, pero estos tres producen una expresión más sutil de
conciencia:
1. Leo. - El hombre autoconsciente. Personalidad. Unidad inferior.
2. Virgo. - La vida o principio crístico latente. Dualidad.
3. Piscis. - Alma consciente del grupo. El Salvador del mundo.
Unidad.
Habrán
observado que he puesto insistentemente el énfasis sobre la conciencia y su
desarrollo progresivo, y no sobre la forma o agregado de formas que velan la
entidad consciente de cualquier naturaleza o grado del ser. Así como en el
Tratado sobre Fuego Cósmico procuré dar la clave sicológica de La Doctrina
Secreta e interpretar la conciencia subyacente que expresan los Seres
(considerados en La Doctrina Secreta) de manera que en este Tratado sobre los
Siete Payos estoy exponiendo la misma idea y trato simultáneamente de dar la
clave necesaria para la sicología exotérica moderna, como también algunas
indicaciones sobre la clave astrológica de La Doctrina Secreta a la cual H.P.B.
se refiere. Las entidades que menciona en su magistral obra de verdades
esotéricas, son aquí reveladas como influencias cósmicas, planetarias y
solares, evocando -en respuesta a Sus energías emanantes o a su actividad
vibratoria- un despertar de la conciencia en la forma, para que ésta llegue a
estar estrechamente alineada o relacionada con las de esas Entidades. Todas las
revelaciones parecen surgir en la conciencia de la raza, en su forma inferior o
más material, porque “la ascensión del conocimiento hacia la sabiduría” constituye
siempre la clave del progreso y, por lo tanto, la sicología exotérica y la
astrología mundana exotérica precedieron a la revelación de sus
significaciones; la naturaleza de la forma tuvo que ser evidente, y el hombre
acostumbrarse a ella antes de que pudiera ser revelado el significado que
estaba detrás de la forma.
Se
preguntarán que razón existe para proceder de este modo. Podría darles muchas,
pero una mínima reflexión intuitiva debería convencerlos. La comprensión y
poderes razonadores del alma son completos y están desarrollados. Pero las
almas -orientadas hacia la encarnación y la voluntad de sacrificarse- no poseen
aún en los tres mundos las formas necesarias adecuadas para expresar el
conocimiento que el alma posee en su propio plano y nivel de conciencia. Si los
significados internos de las formas simbólicas externas de la existencia fueran
registrados por una forma sin preparación (el mecanismo de respuesta del alma
en los tres mundos y, en el caso del hombre, involucrando un sistema nervioso,
glandular y cerebral sin preparación ni evolución), sobrevendría naturalmente
la destrucción de la forma por la energía del alma y destrozaría la expresión
inferior. Aquí puede ser observado y aplicado inteligentemente el significado y
propósito del tiempo, lo cual involucra un desarrollo definido del sentido
esotérico. Hay otras razones, pero ésta será suficiente. En el proceso
evolutivo tenemos, por lo tanto, primeramente la forma, gradualmente preparada,
ajustada, alineada y orientada durante muchos eones; detrás de esta forma
activa y a medida que ella mejora constantemente y responde al medio ambiente y
al contacto, se produce el lento despertar de la conciencia. Esta es la
reflexiva, intuitiva y amorosa alma que se aferra a su mecanismo de respuesta,
aprovecha toda posible ocasión de progreso hecha por la forma y aplica cada
influencia para la perfección del gran trabajo emprendido de acuerdo a la Ley
del Sacrificio.
Por
esta razón no he intentado comprobar en este tratado -en sentido científico,
moderno y exotérico-, la natural respuesta a los factores internos sicológicos
y a las influencias astrológicas esotéricas, las cuales podrán ser fácilmente
demostradas e instantáneamente evidenciadas cuando la ciencia moderna acepte
las premisas ocultistas, aunque en forma hipotética y experimental. Me limito
totalmente al tema del desarrollo de la conciencia, del significado y de las
significaciones y de la respuesta de esta entidad consciente a las innumerables
influencias e impactos vibratorios a los cuales está sujeta, porque forman
parte integrante de otras grandes Vidas. Reflexionen sobre esto. Éste es mi
frecuente mandato, que lo doy porque la actividad reflexiva es un potente medio
de revelación.
He
tratado de llamarles la atención sobre los conceptos precedentes, porque en el
signo que ahora estamos estudiando, se abre al investigador el tema de la
autoconciencia. La conciencia de la masa en Cáncer, cede su lugar a la
conciencia individual en Leo. De la masa o de la tribu surge el ente
autosuficiente que se hace acrecentadamente consciente de su unicidad, soledad
y aislamiento como “el uno en el centro de su pequeño cosmos”.
Esta
actitud continúa desarrollándose y se hace enfática y dinámica (empleo con toda
intención estas palabras) y conduce a la pronunciada conciencia egocéntrica del
hombre egoísta inteligente y al despliegue ambicioso del poder egoísta del
hombre que desea predominio y posición. Pero, oportunamente, llega el momento
en que la naturaleza de la Cruz Fija surge en la conciencia del hombre y la
influencia de Acuario (el polo opuesto de Leo) comienza a equilibrar la
conciencia de Leo. Entonces se produce un cambio gradual del enfoque de la
atención, apartándose de “aquel que permanece solo” y se proyecta al grupo
ambiental y luego a otro cambio importante, de los intereses egoístas a los
requisitos grupales. Esto imparte concisamente el objetivo logrado por el
hombre en la Cruz Fija; el efecto que produce esta Cruz es traer luz y
liberación. Esto puede verse claramente si comparamos las energías de los
cuatro brazos de la Cruz a medida que las manifiesta el hombre, antes y después
de la larga y drástica experiencia en la Cruz:
1. Tauro. - El Toro del Deseo. La luz de la aspiración y el
conocimiento.
2. Leo. - El León de la Autoafirmación. La luz del alma.
3. Escorpio. - El agente de la Decepción. La luz de la liberación.
4. Acuario. - El Cáliz del servicio al Yo. La luz del mundo.
La
Cruz Fija es la Cruz de la Luz. Y actuando continuamente a través de esta Cruz,
emanando desde Leo, se hallan “los fuegos de Dios” -cósmico, solar y
planetario-, purificando, intensificando la luz, haciendo oportunamente una
revelación al hombre purificado que se halla en la luz. De Aries proviene el fuego
cósmico, de Sagitario el fuego planetario y de Leo el fuego solar. Cada uno de
estos fuegos “limpia el camino, quemando”, para expresar los tres aspectos
divinos: espíritu (Aries), alma (Leo) y cuerpo (Sagitario). Tal es la base
científica de la yoga del fuego, aplicada por el hombre plenamente
autoconsciente para reflejar los tres aspectos divinos en los tres mundos, tres
modos de expresión divina en ellos. Este hecho tiene tal significación que se
descubrirá que ante el Portal de la Iniciación se halla la tierra ardiente que
debe atravesar todo discípulo e iniciado. El sujeto de Leo atraviesa esta
tierra ardiente con voluntad y olvido de sí mismo. Cuando ha alcanzado la plena
autoconciencia y la integración mental, y obtenido una personalidad efectiva,
entonces la atraviesa sin que lo detenga el sufrimiento.
Una
leve reflexión hará evidente por qué el Sol es el regente de las tres
condiciones de Leo -exotérica, esotérica y jerárquica.. Es correcto suponer que
el propósito del actual sistema solar es el desarrollo de la conciencia, y si
para el ser estrictamente humano la autoconciencia es la meta, entonces,
lógicamente, debe regir el Sol porque es la fuente de la conciencia física
(exotérica, simbólica de la personalidad), de la percepción del alma (esotérica)
y de la vida espiritual (jerárquica). Repito la necesidad de reconocer el
estímulo de la conciencia, como objetivo de todas las influencias astrológicas,
porque el tema sobresaliente de Leo es la actividad del ente autoconsciente, en
relación con su medio ambiente, o el desarrollo de la respuesta sensible a los
impactos circundantes, por aquel que se halla -como el Sol- en el centro de su
pequeño universo. Toda la historia y la función de Leo y sus influencias pueden
resumirse en la palabra “sensibilidad”, que podrá ser estudiada en cuatro
etapas:
1. Sensibilidad a los impactos condicionantes del medio ambiente, es
decir, a los impactos del mundo de la evolución humana, los tres mundos o
planos, por medio de los tres aspectos del mecanismo de respuesta del alma.
2. Sensibilidad a la voluntad, anhelos y deseos de la personalidad,
el hombre autoconsciente integrado, el yo inferior.
3. Sensibilidad al alma como factor condicionante, y no como
sensibilidad al mundo ambiental, como factor condicionante.
4. Sensibilidad espiritual del Dios-Hombre (el alma y la personalidad
fusionadas) al medio ambiente. En esta etapa de desenvolvimiento el hombre
liberado no está condicionado por su medio ambiente, sino que inicia la ardua
tarea de ser condicionado en relación al plan y propósitos divinos y, al mismo
tiempo, cultivar la sensibilidad a los impactos superiores de esos mundos que
conducen a la meta final.
Quisiera
que tuvieran presente tanto la sensibilidad innata espiritual como la
sensibilidad material externa, si quieren comprender verdaderamente las
influencias que ejerce Leo sobre los seres humanos y especialmente sobre la
persona nacida en este signo, o está en el ascendente, así como también sus
influencias sobre el planeta. En todo el universo el alma es el sensible y
consciente tema del plan divino -el alma, como ánima mundi o alma del mundo,
que anima todas las formas de vida inferiores a las del reino animal; el alma,
como alma animal y su extensión a los cuerpos de todos los animales, incluyendo
el cuerpo físico humano; el alma, como alma humana, que es una expansión aún
más amplia del mismo factor sensible, pero aumentado o estimulado, por el
principio de la autopercepción o enfocada sensibilidad personal hacia toda
expresión subhumana del alma, además de la percepción (consciente o
inconsciente) del alma inmortal o divina; el alma, como ego o alma espiritual,
en su propio plano -fuente de la conciencia, en lo que respecta a los tres
mundos de la evolución y la meta de todo el proceso actual evolutivo.
Los
tres aspectos del Sol -tratados en La Doctrina Secreta- son de importancia aquí
porque las influencias que fluyen a través y desde ellos, ponen de relieve toda
la subjetiva y latente conciencia mundial, y producen eventualmente (en la
revelación y liberación finales) la plena expresión de la conciencia de la
Deidad.
Esto
puede denominarse sensibilidad divina, mente universal, plan o propósito
divinos. Las palabras son inadecuadas para expresar aquello de lo que aún los
más elevados iniciados poco conocen. Estos tres aspectos del Sol son los
factores que hacen que la conciencia venga a la existencia, conciencia que
posibilita la obtención de la meta final y hace factibles todos los tipos de
conciencia, porque están arraigados en el Sol (simbólicamente hablando), y son
un aspecto inherente al todo mayor:
1. El Sol físico-el ánima mundi; el alma animal. Multiplicidad.
2. El corazón del Sol-el alma humana y el ego divino. Dualidad.
3. El Sol espiritual central-la conciencia divina. La voluntad del
Todo. La percepción de Dios. Unidad.
Como
ya se ha dicho, el Sol vela ciertos planetas ocultos y, en el caso de Leo, los
dos planetas por medio de los cuales el Sol enfoca sus energías o influencias
(como un lente) son Neptuno y Urano. El “corazón del Sol” emplea a Neptuno como
su agente, mientras que el Sol espiritual central derrama sus influencias a
través de Urano. Sin embargo, la actividad de Urano sólo se registra en una
etapa muy avanzada de desarrollo en el Sendero, análoga a ese punto de
evolución de la conciencia en que, por un acto de la voluntad, el hombre
consciente e iluminado (enfocado en el centro más elevado de la cabeza)
despierta el centro en la base de la columna vertebral, y hace ascender el
fuego kundalini. Haciendo una amplia generalización y, por consiguiente, algo
inexacta, podría decirse que este proceso es seguido en las Tres Cruces.
1. En la Cruz Mutable, el Sol físico y su influencia afecta al
hombre, estimula las células corpóreas y sustenta la naturaleza forma,
afectando los centros ubicados abajo del diafragma.
2. En la Cruz Fija, “el corazón del Sol” es llamado a la actividad y
a través de Neptuno derrama sus energías en el hombre, las que estimulan y
afectan los centros cardíaco, laríngeo y ajna.
3. En la Cruz Cardinal, el Sol espiritual central es llamado a la
actividad, y Urano se trasforma en el agente distribuidor y el centro cardíaco
llega a ser, en el cuerpo del iniciado, el centro mediante el cual ejerce
control y dirección.
Referente
a la Cruz Mutable, los rayos del Sol afluyen al hombre en forma triple
(combinando las energías inferiores del triple Sol) en y a través del hombre,
mediante Júpiter que es el agente de segundo rayo expresado por el Sol, en el
sistema y cósmicamente.
De
allí la triple relación, única en nuestro sistema solar, que existe entre el
Sol y Leo, y también la importancia del triángulo que controla al hombre nacido
en Leo -el Sol, Urano y Neptuno. La energía de Leo se enfoca a través del Sol,
y es distribuida a nuestro planeta por medio del Sol y los dos planetas que
éste vela.
Por
ser Neptuno el signo de la Deidad de las Aguas, está relacionado al sexto Rayo
que rige el plano del deseo, emocional o astral. Cuando Neptuno está así activo
en el hombre avanzado de Leo, la emoción-deseo ha sido trasmutada en
amor-aspiración, dedicados al alma y orientados hacia ella; toda la naturaleza
emocional o sensible, responde a las energías provenientes del “corazón del
Sol”, y cuando esto sucede, indica que el discípulo está preparado para la
segunda iniciación. Esta orientación se lleva a cabo por lo que se denomina “la
sublimación de la influencia de la Luna” que, como bien saben, es la madre
-hablando simbólicamente- de la naturaleza forma y refleja al Sol o aspecto Padre.
Esta afirmación tiene una significación excesivamente oculta. Esotéricamente
hablando, tenemos el surgimiento de un interesante triángulo de fuerza que
afecta al sujeto de Leo -el Sol, la Luna y Neptuno-, siendo la expresión de los
Rayos 2, 4, 6, y donde los tres están predominantemente activos, tenemos el
establecimiento de esa “actitud y alineamiento internos que obligan a abrir la
Puerta del lugar Sagrado”. Empleo aquí estas antiguas palabras porque expresan
concisamente lo que llevaría muchas páginas para elucidarlo, y porque emiten
esa nota de estímulo esotérico que despierta en el discípulo el poder de pensar
en forma abstracta.
En
conexión con el horóscopo del sujeto de Leo y el tema de la iniciación,
señalaré que cuando el Sol, la Luna (ocultando un planeta) y Saturno, están
combinados en cierta casa del horóscopo, tenemos lo que se denomina “el signo”
del hombre que debe recibir la iniciación. Siendo Leo el quinto signo del
zodíaco, contando de Aries vía Tauro, y también el octavo, contando de Aries
vía Piscis, está estrechamente vinculado, debido a la afinidad numérica con
Mercurio, llamado esotéricamente “el Mensajero de la octava puerta”. Mercurio
estaba activo en el tiempo de la individualización, cuando la “octava puerta”
fue abierta y tuvo lugar una iniciación mayor de nuestro Logos planetario,
produciendo en el reino humano el proceso de la individualización.
Desde
otro ángulo, como podrá anticiparse, Leo está relacionado con Escorpio, cuyos
números, en la rueda zodiacal, son idénticos a los de Leo, cinco y ocho.
Tenemos, por lo tanto, la formación del triángulo al cual me referí
anteriormente: Leo-Escorpio que conduce a la iniciación en Capricornio.
Debido
a que estamos tratando este tema, podríamos ocuparnos de otro aspecto. Agosto,
regido por Leo, es el mes de la estrella del Perro o Sirio, y pone a éste en
estrecha relación con Leo. En un sentido cósmico (e independientemente de
nuestro sistema solar) Leo es regido por Sirio, el cual constituye el hogar de
esa gran Logia que permite al hombre introducirse, como un humilde discípulo,
en nuestra quinta iniciación. Más adelante, cuando se establezca y actúe la
nueva religión mundial, hallaremos que el principal festival celebrado en
agosto, durante el período de la Luna llena, estará dedicado a la tarea de
establecer contacto, por medio de la Jerarquía, con la fuerza de Sirio. Cada
uno de los meses del año será dedicado más adelante (por medio de un
conocimiento exacto astronómico y astrológico) a la constelación que, en los
cielos, gobierna un mes determinado, así como Sirio gobierna a Leo. Esto lo
dilucidaré más adelante en los escritos referentes a los nuevos Acercamientos a
la realidad espiritual.
Mercurio
entra nuevamente aquí en nuestro estudio, formando así un cuaternario esotérico
que afecta poderosamente al cuaternario mayor del hombre -espíritu, alma, mente
y cerebro. Esta energía produce una interrelación y un despertar interno que
prepara al aspirante para la iniciación. Este cuaternario superior es
Sirio-Leo-Mercurio-Saturno. Por lo tanto tenemos:
Sirio Leo Mercurio Saturno
Espíritu Alma Mente Cerebro.
Vida Cualidad Iluminación Apariencia.
Inhalación Intervalo Exhalación Intervalo.
Esta
clasificación proporciona la clave de la realidad básica y la necesidad de
practicar la meditación como lo hace el discípulo y el iniciado; quizás esto no
sea inmediatamente evidente para ustedes, pero no puedo ampliar más estas
sugerencias, aunque la reflexión directa de una mente iluminada, con el tiempo
pueda traerles la percepción interna. La influencia de Sirio no se siente
conscientemente hasta después de la tercera iniciación, cuando la verdadera
naturaleza del aspecto espíritu comienza a alborear sobre la percepción
liberada e intuitiva del iniciado. Para el iniciado avanzado, que pertenece al
signo de Leo, Sirio llega a ser un factor muy importante en su vida, después de
la tercera iniciación. Empieza a responder a sus vibraciones porque rige al Sol
y a la Luna, controlando a ambos planetas, pues el Sol y la Luna se han
convertido para él en eso -simplemente planetas que deben ser regidos. Esto es
un gran misterio, pero afirmo simplemente una realidad. Sirio, Leo, el Sol, la
Luna y Mercurio, ahora influencias que conciernen al iniciado. Las tres
influencias de Sirio están enfocadas en Régulo, que es, como bien saben, una
estrella de primera magnitud llamada frecuentemente “el corazón del León”. Los
nombres dados a diversas estrellas por los astrónomos, en el transcurso de las
épocas, encierra un ocultismo más real de lo que hasta ahora se han imaginado,
y aquí tenemos un ejemplo de ello.
Es
evidente (si reflexionan un poco) que el Sol, cuando vela a Neptuno, produce un
efecto potente sobre la personalidad, simbolizada para nosotros por el cuerpo
astral, mientras que Urano (que está también oculto por el Sol) simboliza el
efecto del alma sobre la personalidad. De aquí la actividad del séptimo rayo,
que es, desde cierto ángulo, el aspecto inferior del primer rayo. Aquí tenemos
la idea que subyace en:
1. El despertar de la personalidad por el control y contacto que
ejerce el alma, que en su oportunidad expresará en los tres mundos, la
voluntad, el deseo y la intención del alma.
2. El despertar del séptimo centro (en la base de la columna
vertebral) por el alma, que actúa a través del primero, o el centro más elevado
de la cabeza, trayendo, como consecuencia, la ascensión del fuego kundalini.
Esto a su vez produce la fusión con las fuerzas superiores. Cuando ello
acontece, los tres centros principales del cuerpo son:
El coronario El
Cardiaco La
base de la
columna vertebral
El
Sol espiritual central El
corazón del sol El Sol
físico.
Sirio Mercurio Saturno.
El
Sol Urano Neptuno.
Debido
a que el alineamiento mencionado corresponde a una etapa muy elevada de la
iniciación, no será posible captar todas las implicaciones, pero la evidencia
es suficiente como para revelar el tema y el propósito subyacente en el gran
trabajo.
Cuando
tuvo lugar la individualización estaban activos varios y principales triángulos
de fuerza y los “Leones, o las divinas Llamas leoninas y anaranjadas” vinieron
a la existencia, y la humanidad llegó así al planeta. Me ocuparé brevemente de
otro triángulo: el Sol (segundo rayo), Júpiter (segundo rayo), y Venus (quinto
rayo). Evidentemente tenemos aquí otra esfera de influencia de gran
importancia, regida por Leo, triángulo al cual se refiere H.P.B. en La Doctrina
Secreta, cuya influencia trató de elucidar. Tan poderosa fue la influencia de
este triángulo que el efecto producido sobre la Luna consistió en despojarla de
vida, extrayendo “la simiente de la vida”, destruyendo así su influencia,
porque era indeseable en lo que a la humanidad concernía.
Por
medio de Urano, Leo está relacionado a otros tres signos del zodiaco: Aries,
Libra y Acuario; estas tres constelaciones forman, con Leo, lo que ha sido
llamado “el cuaternario subjetivo del alma reencarnante”, porque están
relacionados a los átomos permanentes. los cuales persisten vida tras vida y
constituyen -durante el ciclo de reencarnación- los depositarios de las
experiencias pasadas, durante la vida en los tres mundos:
1. Aries-Está vinculado con la intención del alma, la actividad
vibratoria, que (impulsada por la Mónada) inicia los sucesivos períodos
involutivos que producen la aparición en el plano físico.
2. Libra-Está relacionado con la unidad mental y según vimos cuando
estudiamos el signo de Libra, produce oportunamente el equilibrio de los pares
de opuestos. Esto se efectúa en el plano astral. La obtención de este
equilibrio invierte el paso alrededor de la rueda zodiacal, y tiene lugar
cuando se ha alcanzado la integración y el hombre está enfocado en el plano
mental. Entonces, mediante el empleo correcto de la mente, puede discriminar entre
los pares de opuestos, hallar el estrecho Sendero del filo de la navaja, que
pasa por entre ellos, y mantener su equilibrio en él.
3. Leo-Está conectado con el átomo astral permanente, porque el deseo
o el poder de alcanzar ocultamente lo que se desea, constituye la base de todo
sentido de percepción o respuesta, y la causa subyacente en el progreso o
movimiento evolutivo; ésta es la nota clave para el hombre que ha logrado la
verdadera actitud autocentrada, que lo convierte en un individuo. Luego, cuando
aumenta la respuesta y el mundo de los insignificantes asuntos se convierte
cada vez en un mundo de mayores valores y realidades, los deseos cambian en
aspiración y finalmente en intención, propósito y voluntad espirituales.
4. Acuario-Está vinculado oportunamente al átomo físico permanente,
que como saben, se halla en el plano etérico. Esta trama individual es el medio
de relacionarse con el todo. La conciencia universal de Acuario llegará a
expresarse cuando el cuerpo etérico individual esté en relación consciente con
el cuerpo etérico de la humanidad, del sistema solar y, lógicamente, del
planeta.
Debo
señalar que el término “átomo permanente” es esencialmente simbólico, y lo que
denominamos así, es sólo una unidad de energía dentro de la esfera de influencia
del rayo del alma, que en cualquier momento puede “volver a tomar” (si puedo
usar una frase tan poco eufónica). En estos átomos está archivada la memoria
del pasado del yo personal, y son las “células de la memoria” y también los
depositarios de las experiencias pasadas, de las cualidades adquiridas y de la
particular nota lograda por el cuerpo, del cual es el núcleo. Por ser de
naturaleza material, están vinculados únicamente al aspecto forma y dotados de
la misma cualidad de conciencia que el alma ha logrado desarrollar en los tres
mundos. El tema es muy abstruso y sólo será comprendido y correctamente
interpretado el simbolismo que involucra, cuando la clarividencia sea un
atributo normal del hombre común. Entonces podrá observarse el foco de la sustancia
de cualquiera de las formas -su centro energetizador. No les aconsejo que
reflexionen mucho sobre este tema, porque es excesivamente difícil y constituye
en sí una ciencia muy avanzada, y encierra el misterio del primer sistema solar
que ya pasó -aquí también hacen su contribución las células de la memoria. Por
medio de los átomos permanentes pueden actuar las Fuerzas del Materialismo. La
Gran Logia Blanca actúa a través de los siete centros.
Aries
empieza el proceso y es “el iniciador del proceso que lleva al progreso” y
-cuando finalice la era (hallándose ahora en la última o séptima iniciación) -
el Iniciador de los Misterios actuará de acuerdo a las instrucciones y energías
que emanan del Señor de la constelación de Aries. En último análisis y
esotéricamente hablando, el fuego es el gran liberador, y Aries el principal
signo de fuego que oportunamente “fusionará el principio con el fin, unirá los
pares de opuestos y eliminará el tiempo y el espacio”. En la actualidad el
Iniciador de los Misterios actúa inspirado por Capricornio -signo terreno- y
por energías que emanan de él, porque la humanidad se halla todavía atada a la
tierra. Las fuerzas de la iniciación producen grandes efectos en el plano
físico; allí es donde el iniciado debe demostrar su liberación, su comprensión
y su divinidad.
Debido
a su posición en la Cruz Fija, Leo queda bajo la influencia, directa o
indirecta, de seis planetas: el Sol, Neptuno, Urano, Júpiter, Venus y Marte.
Todos se expresan poderosamente en este signo, logrando un determinado punto de
revelación y produciendo, por medio de su actividad y su interacción unidas, la
estrella de seis puntas de la humanidad. Condiciona la conciencia del hombre,
pero no los acontecimientos, excepto en la medida que su conciencia asume
control en determinada etapa de su evolución. Vinculadas con la ciencia
esotérica de la astrología, hay ciencias subsidiarias como la Ciencia de los
Triángulos, a la cual me he referido con frecuencia; también existe la Ciencia
de las Relaciones, que concierne a las relaciones entre los innumerables
cuaternarios que pueden ser descubiertos en la interrelación planetaria, la
relación entre cuatro constelaciones, además de innumerables cuaternarios
humanos y divinos. Además tenemos la Ciencia de las Estrellas de Energía,
citadas cuando me referí a la estrella de seis puntas de la humanidad, y el
símbolo más conocido de esta ciencia es el Sello del Rey Salomón. Estas
estrellas, triángulos y cuaternarios, se hallan en todos los horóscopos
-humano, planetario, del sistema y cósmico- y constituyen el diseño de la vida
del ser particular que está siendo investigado; determina el momento de la
manifestación y la naturaleza de las emanaciones e influencias.
Los
cuadrados o cuaternarios se refieren a la apariencia material o expresión de la
forma; las estrellas conciernen a los estados de conciencia, y los triángulos
están vinculados con el espíritu y la síntesis. En los archivos de los
astrólogos esotéricos, conectados con la Jerarquía, se guardan los mapas de
esos miembro de la familia humana que han alcanzado el grado de adeptos y
posiciones superiores. Mapas compuestos de cuadrados, estrellas y triángulos
sobrepuestos, contenidos en la rueda zodiacal y colocados sobre el símbolo de
la Cruz Cardinal. Los cuadrados, que tienen cada uno sus cuatro ángulos y
puntas en una de las cuatro constelaciones zodiacales, están marcados en negro;
la estrella de cinco puntas está representada en color amarillo o dorado, y sus
cinco puntas en contacto con cinco de las constelaciones de la Gran Rueda; los
triángulos están marcados en azul, teniendo encima de cada punta del triángulo
un símbolo esotérico que representa las constelaciones de la Osa Mayor, de
Sirio y de las Pléyades, símbolos que no pueden ser revelados aquí, pero indican
la etapa de conciencia espiritual alcanzada y la respuesta del iniciado a esas
influencias cósmicas mayores. Un vistazo a estos mapas geométricos indicará
instantáneamente el estado del iniciado y también la etapa a la que intenta
llegar. Estos mapas son cuatridimensionales y no de superficies planas como los
nuestros. Esta afirmación es interesante pero carece de valor, excepto en lo
que indican la síntesis, la fusión del espíritu, el alma y el cuerpo, el grado
de desarrollo, corroborando el hecho de que “Dios geometriza” en lo que
concierne al alma. Estos mapas son muy interesantes.
La
relación de Leo con Cáncer, a través de Neptuno, ya ha sido tratada y, por lo
tanto, es fácilmente evidente si tienen una somera comprensión del aspecto
conciencia de la evolución. Existe ante todo la conciencia de la masa, la
conciencia del dramático y aislado yo y, finalmente, tenemos otra vez la
conciencia grupal, que es en realidad la forma más elevada de conciencia grupal
e individual combinadas para servir al Plan. Reflexionen sobre esta definición
porque estimulará la comprensión.
El
significado peculiar de Leo en la evolución general de la conciencia,
particularmente de la familia humana, está determinado por el control de esos
dos misteriosos planetas, Urano y Neptuno. En el hombre que está preparado para
recibir la iniciación, tenemos por lo tanto un doble control, es decir, el Sol
en sí y también cuando el Sol vela las influencias de ambos planetas o más bien
cuando las enfoca y transmite con intensidad. Esto produce los desarrollos
siguientes:
1. El Sol. - Plena autoconciencia. Esto -mediante la influencia del
Sol físico y del “corazón del Sol”- produce la percepción de la relación entre
el Yo superior y el yo inferior. El hombre llega a ser consciente de su dualidad
esencial.
2. Urano. - Conciencia oculta o esa inteligente condición fusionadora
que produce la unificación científica de los dos factores, los yoes superior e
inferior, por medio del inteligente empleo de la mente.
3. Neptuno. - Conciencia mística o esa sensibilidad innata que
conduce infaliblemente a una visión más elevada, al reconocimiento de la
interrelación involucrada en la dualidad esencial del hombre durante el proceso
de manifestación y a la actividad del mediador.
Tenemos
por lo tanto el Yo consciente integrado, actuando con pleno conocimiento oculto
y también con percepción mística, cuando las influencias de Leo, enfocadas por
medio del Sol, Urano y Neptuno, han sido adecuadamente desarrolladas en la vida
del discípulo avanzado. Ésta es una de las razones por las cuales Leo es un
signo de máxima importancia y por qué el sujeto inteligente de Leo puede
generalmente lograr su meta cuando ha percibido ese objetivo con exactitud.
Éste
signo ha sido descrito frecuentemente como el “campo de batalla de las Fuerzas
del Materialismo y de las Fuerzas de Luz”. Es considerado ocultamente uno de
los signos más materialistas, en la medida en que puede estar presente el deseo
egoísta de poseer objetos materiales y desplegar el control violento de un
espíritu posesivo; al mismo tiempo la persona avanzada de Leo puede actuar como
“inspirado Sacrificio espiritual”. Entonces es sensible a las condiciones del
mundo y se libera de los deseos personales.
Antes
de que el hombre individual pueda recibir la iniciación, debe ser plenamente
autoconsciente, estar místicamente orientado y esotéricamente desarrollado. Ha
de ser consciente de sí mismo tal como esencialmente es -un alma revestida de
una forma que a su vez se desarrolla y desenvuelve por medio de la actividad de
esa alma, y también un místico desarrollado, capaz de tener una visión pura,
motivada por designios espirituales, y de percibir la aplicación de la
sensibilidad inherente; además debe ser un ocultista entrenado, mentalmente
polarizado y profundamente consciente de las realidades, las fuerzas y las
energías de la existencia y estar libre por lo tanto de los espejismos e
ilusiones comunes, que coloran las reacciones y la vida del hombre medio.
Entonces está gobernado por el Sol físico, motivado por las energías que fluyen
del “corazón del Sol” (vía Neptuno) y unificado por medio de las fuerzas que le
llegan (vía Urano).
Más
allá de estos dos distantes planetas existe otro planeta que no ha sido
descubierto todavía, aunque se hacen grandes conjeturas sobre él, debido a
ciertos e inexplicables movimientos del planeta Neptuno. Por medio de este
planeta las Fuerzas (relacionadas con Leo y Acuario) son enfocadas en una
poderosa corriente de fuerzas; éstas afluyen a nuestra vida planetaria durante
el mes de agosto y se distribuyen a través de Urano y Neptuno. A este respecto
tenemos:
LEO
Y ACUARIO
El
Sol físico El
Corazón del Sol El
Sol central espiritual.
El
planeta no descubierto.
Urano
y Neptuno.
La
Jerarquía humana.
El
Reino animal.
Mapas de las líneas cósmicas de fuerzas
dirigidas, tales como las mencionadas, pueden darse para todas las energías de
las constelaciones y fuerzas planetarias, pero preferí indicar únicamente éste,
porque es muy importante para la humanidad; los otros podrían engañar dado el
actual grado de comprensión e influencia inteligente del hombre.
Les
advertiré que, por medio de estos planetas rectores, los rayos dados a
continuación son factores controladores en el mapa del nativo de Leo:
1. El Sol - 2do. rayo - amor-sabiduría.
2. Urano - 7mo. rayo - organización o manifestación dirigida.
3. Neptuno - 6to. rayo - centralización idealista. Devoción a un
objetivo.
El
hombre perfecto de Leo, el alma autoconsciente y amorosa (segundo rayo), lleva
su poder de expresión directamente desde su propio plano al plano de la
manifestación externa, pero conservando al mismo tiempo su control interno
(Urano) y, desde ese punto de realización, convierte su objetivo ideal (Neptuno)
en realidad en su conciencia, mediante la sensibilidad de la vibración superior
y el dirigido e inteligente servicio al Plan. Reflexionen sobre este resumen.
Cuando
Urano controla, el sujeto de Leo es, en forma significativa, el verdadero
observador, desapegado del aspecto material de la vida, pero la utiliza como
quiere. Su conciencia espiritual es capaz de expresarse grandemente y puede ser
(como frecuentemente lo han enseñado los astrólogos) un líder dinámico y
eléctrico, un precursor en nuevos campos del esfuerzo y también el centro
magnético de un grupo pequeño como el hogar, o vasto como una nación. Entonces
está polarizado arriba del diafragma, porque los aspectos inferiores más
materiales de la vida no ejercen gran atracción sobre él; por lo tanto es
profundamente consciente de su propia identidad, haciéndolo vivir
definitivamente en un estado de autoconciencia, con su consiguiente poder de
abstracción. Una vez que ha despertado espiritualmente es, en forma
instantánea, consciente de sus impulsos motivadores y esto lo lleva a una
impuesta autodisciplina -algo que el sujeto de Leo necesita imperiosamente,
pues siempre ha de ser autoimpuesto y autoaplicado, no aceptando medidas
disciplinarias que otros intenten imponerle. La disciplina que las personas
imponen al sujeto de Leo lo llevan invariablemente a la revolución y a la
rebeldía y a expresar aquello que la disciplina está destinada a eliminar.
La
disciplina que él mismo se impone lo lleva a la perfección, de lo cual es
notablemente capaz. Esta innata capacidad de controlar, frecuentemente da al
sujeto de Leo una actitud aparentemente negativa hacia la vida; inevitablemente
cree que su destino ha sido designado y que todo lo que debe hacer es
simplemente ser; a menudo se niega a cambiar o actuar, y cuando esta actitud es
llevada demasiado lejos lo conduce a una vida inusitadamente fútil. “El león
debe surgir de su guarida”, y este mandato es muy necesario para los aspirantes
de Leo. Cuando se cumple conducirá de la conciencia autocentrada de Leo a la
conciencia descentralizada y altruista de Acuario, que trasformará el
autoservicio de Leo en servicio grupal de su polo opuesto, Acuario. Podría aquí
agregarse apropiadamente que la plegaria o aspiración verbal del verdadero
sujeto de Leo, puede ser expresada con palabras del Cristo tan conocidas por
todos nosotros: “Padre, hágase tu voluntad y no la mía.”.
También
llamaré la atención sobre otro hecho interesante, en conexión con este signo.
Ningún planeta cae ni está exaltado en este signo, mientras el poder de Urano y
Saturno está algo disminuido, excepto en el caso del iniciado que responde
poderosamente a la influencia esotérica de Urano. Aquí tenemos la misma
enseñanza básica impartida cuando se dijo que el Sol regía exotérica, esotérica
y jerárquicamente. La conciencia de Leo es predominantemente autoconsciente,
por lo tanto, controla y por eso no puede ser influido. Este hecho será
comprendido progresivamente a medida que vaya apareciendo el sujeto avanzado de
Leo. Se caracterizará por la liberación personal del control externo. Sabe
innatamente que es el rey de sí mismo, el regente de su propia vida y por eso
ningún planeta está exaltado en él, ni cae. El poder de la mente, simbolizado
para Urano, es disminuido, porque no es la mente lo que realmente controla,
sino que el Yo o Alma utiliza y controla a la mente. Entonces el hombre no está
condicionado por su medio ambiente o los acontecimientos de la vida, sino que
los rige con deliberación, extrayendo de las circunstancias y del medio
ambiente lo que necesita. Saturno, el Señor del Karma, también disminuye su
poder en este signo. Por esta razón Sefarial se equivoca al dar a Saturno como
regente del primer decanato. Da a los tres decanatos como regidos por Saturno,
Júpiter y Marte. Sin embargo, Alan Leo se acerca más a la verdad cuando da al
Sol, Júpiter y Marte.
La
autorregencia, por medio del conflicto inicial, llevado a un feliz y exitoso
término por la benevolencia de Júpiter, es la verdadera historia del aspirante
avanzado de Leo; este pensamiento y el objetivo que resulta de esta comprensión
está resumido en los dos lemas de este signo:
1. Y el Verbo dijo: Que existan otras formas. Yo rijo porque Yo soy.
2. Yo soy Ése y Ése soy Yo.
Yo
soy - la palabra del individuo autoconsciente y egoísta de Leo.
Yo
soy Ese - la palabra del sujeto que rápidamente está adquiriendo la conciencia
superior y preparándose para una expresión nueva y universal en Acuario.
CÁNCER,
EL CANGREJO
No
será fácil para el estudiante común comprender este signo porque es el polo
opuesto -sicológicamente hablando- del estado de conciencia grupal hacia el
cual tiende hoy la humanidad. Resulta difícil para el estudiante casual
diferenciar con exactitud la conciencia de la masa y la conciencia grupal. Los
seres humanos están ya en el punto medio, generalmente hablando, entre estos
dos estados mentales, aunque quizás sería más correcto decir que una minoría
está llegando a ser consciente del grupo, mientras que la mayoría está saliendo
de la etapa de conciencia de la masa, convirtiéndose en individuos
autoconscientes. Esto explica gran parte de la actual dificultad mundial y el
choque de idealismos. Ambos grupos proporcionan un acercamiento distinto a los
problemas mundiales existentes. Por lo tanto, tenemos tres signos que (desde el
ángulo de la conciencia) están estrechamente vinculados, aunque ampliamente
separados, y producen efectos diferentes:
1. Cáncer-conciencia de la masa-conciencia instintiva.
2. Leo-autoconciencia-conciencia inteligente.
3. Acuario-conciencia grupal-conciencia intuitiva.
Gran
parte de esto ya lo hemos tratado y no es necesario repetirlo al estudiar los
polos opuestos de los signos hasta ahora considerados. No intento referirme
indebidamente y en detalle a los puntos con los cuales están familiarizados,
salvo llamarles la atención sobre la belleza y el desenvolvimiento sintético
del Plan divino.
Este
signo, como bien saben, constituye una de las dos puertas del zodíaco, porque a
través de él pasan las almas a la manifestación externa, a la apropiación de la
forma y a la consiguiente identificación con ella, durante largos ciclos. Es
“la puerta que está ampliamente abierta, ancha y fácil de atravesar, que
conduce sin embargo al lugar de la muerte y a ese largo período de aprisionamiento
que precede a la rebelión final”. Está aliada a la naturaleza material y a la
madre de las formas, así como la otra puerta, Capricornio, está aliada al
espíritu, padre de todo lo que ES.
Este
signo encierra el problema de la Ley de Renacimiento. La reencarnación está
implícita en el universo manifestado, tema básico y fundamental que subyace en
el latido del sistema. Existen ciertas cosas, en conexión con la reencarnación,
que quisiera aclarar.
Cáncer,
por estar principalmente vinculado al mundo de las causas, tiene un significado
interno muy indefinido y una aparentemente vaga sutileza, que el pensador común
no puede captar. Esto es verdad con respecto a todos los signos que forman la
Cruz Cardinal de los Cielos. En último análisis, únicamente el discípulo
iniciado puede sondear el verdadero significado de estas influencias
zodiacales, a medida que palpitan por todo el universo manifestado, pues son
principalmente la expresión del espíritu o la vida, más que del alma y el
cuerpo. Por lo tanto, hasta después de la tercera iniciación -como
frecuentemente se ha dicho- es poco lo que puede conocerse sobre “esa
misteriosa esencia, la divinidad en movimiento”. Al decir, por ejemplo, que las
notas clave de este signo pueden ser expresadas en la frase bíblica “el
espíritu de Dios se movía sobre la superficie de las aguas” ¿ significa en
realidad algo específico para ustedes? Podrán responder diciendo que Dios se
movió y produjo la sustancia por el movimiento de las formas tangibles
externas, pero eso ¿ les trasmite en realidad una verdad inteligible? En
Cáncer, Dios sopló el aliento de vida en las fosas nasales del hombre, y el
hombre se trasformó en un alma viviente. Con estas palabras se establece la
relación que existe en la mente de Dios, entre el espíritu (el aliento de
vida), el alma (la conciencia) y el hombre (la forma); sin embargo ¿, imparte
esta afirmación un concepto inteligible a sus mentes? No lo creo, porque la
síntesis de la relación final está más allá de la captación común y su vinculación
o unidad esencial (que está fuera de la conciencia y de la realidad conocida)
tiene lugar, ante todo, en este signo, uno de los más antiguos y el primero que
fue establecido y reconocido como factor influyente, por la antigua humanidad.
Expongo
una verdad básica -vagamente aceptada por ustedes-, que en Aries la sustancia
esencial de la manifestación despertó a una renovada actividad bajo el impacto
del deseo divino, impulsada por el Aliento divino, por la Vida divina o
Espíritu. En Cáncer esta sustancia viviente asumió una triple 'relación
diferenciada, a la cual damos los nombres de Vida (Aries), Conciencia (Tauro,
el signo que sigue a Aries) y dualidad manifestada (Géminis, el signo que
precede a Cáncer) ; estos tres,. fusionados, vienen a la manifestación externa
en Cáncer, completando así un cuaternario esotérico de gran importancia. Aquí
tuvo lugar la primera gran fusión incipiente e incomprendida. En Libra esto
alcanza un punto de estabilidad y de equilibrio algo estático (que más tarde es
alterado en Escorpio) de manera que esta triplicidad esencial se evidencia
claramente en mutua relación. En Capricornio, el signo de la iniciación, esta
triplicidad básica empieza a retornar al estado primitivo del “aliento del
espíritu”, pero esta vez con plena percepción y organización apropiadamente
lograda, de manera que la forma es una expresión perfecta del alma, la cual es
sensible y responde a los latidos de la Vida Una, a medida que esta vida
revela, mediante su actividad, la perfecta voluntad del Logos.
El
secreto (así llamado) de la Cruz Cardinal es el de la Vida misma, así como el
de la Cruz Fija es el del alma o el misterio de la Entidad autoconsciente,
mientras que la Cruz Mutable encierra el misterio de la forma. Estas palabras
contienen la clave del secreto de toda la manifestación y del misterio que fue
revelado al Cristo en la crucifixión final, donde testimonió Su reacción
comprensiva en la triunfal exclamación, registrada en El Nuevo Testamento:
“Dios mío, Dios mío, por qué me has abandonado”. Entonces abandonó la Cruz Fija
y la Identidad que hasta ese momento había conservado y Se identificó con la
que le fue entonces revelada. Estas palabras, traducidas en forma un tanto
inexacta, en La Biblia cristiana tienen tres significados o verdaderas significaciones.
La traducción sugerida en La Doctrina Secreta (T. IV, pág. 147), “La vestidura,
la gloriosa vestidura de mi fortaleza ya no me sirve”, expresa la revelación
interna de la Cruz Mutable, como le fue revelada al Salvador, observando la
vida desde el ángulo del alma. En las palabras, “Dios mío, Dios mío, porqué me
has abandonado” Le fue revelado el misterio de la Cruz Fija, abriéndose por
primera vez ante Sus ojos el secreto de la Cruz Cardinal. Aún no han sido dadas
las palabras que encierran ese misterio central. Uno de los factores que
distinguieron al Cristo, de los precedentes Salvadores del mundo, consistió en
que fue el primero de nuestra humanidad a Quien, habiendo logrado la divinidad
(y muchos la han logrado), se le permitió ver “el dorado hilo de luz y de vida
viviente, que vincula la luz que se halla en el centro de todas las cruces
manifestadas”, y se Le permitió conocer el significado de la vida cuando se
expresó en la Crucifixión Cósmica, episodio de la vida cósmica y no de la
muerte, como generalmente se supone.
Hércules
captó el verdadero significado de la Cruz Mutable y, con pleno conocimiento,
ascendió a la Cruz Fija con todo su corolario de dificultades y trabajos. El
Buddha comprendió por medio de la total iluminación, el significado de las
Cruces Mutable y Fija, porque poseyó el secreto de la revelación en Tauro, así
como el secreto de la energía dirigida en Escorpio fue el origen de la fuerza
de Hércules. Pero el Cristo, conociendo ambos secretos, comprendió con viviente
compenetración el misterio de la Cruz Cardinal, porque la luz de la
Transfiguración (sufrida en Capricornio) le reveló la gloria y el misterio
trascendental.
Existen
también dos palabras que imparten el propósito y la intención de expresarse en
la Cruz Cardinal. Esto explica la razón por la cual las dos “Puertas del
Zodíaco” se abren ampliamente al impulso y demanda del Espíritu divino. Una es
la palabra autoconservación, que produce el impulso de encarnar en Cáncer,
puerta que lleva la expresión del espíritu al plano físico. Este impulso
(cuando la forma constituye el objeto principal de la atención del alma y
aquello con lo que especialmente se identifica) produce la etapa de concreción
estática en el signo terrestre de Capricornio. La otra palabra es inmortalidad,
el aspecto divino de la autoconservación y principal factor condicionante del
proceso creador, que conduce a la total revelación de la evolución y a la
periódica aparición y revelación de la vida en la forma. En Capricornio, en la
tercera iniciación, este aspecto de la vida asume primordial importancia.
Por
lo tanto se habrán dado cuenta por qué es tan misteriosa la Cruz Cardinal, por
qué Cáncer y Capricornio son tan poco comprendidos por el astrólogo moderno y
por qué, en último análisis, únicamente los iniciados Hijos de Dios pueden
captar la significación de los cuatro signos que forman la Cruz Cardinal o
comprender la relación que existe entre las cuatro principales energías
divinas, las cuales -fluyendo a través de los cuatro brazos de esta Cruz- producen
el vórtice de fuerza (una fuerza sintética) que constituye ese lago de “pura e
ígnea luz” por el cual deben pasar oportunamente todos aquellos que reciben
iniciaciones superiores. Los que reciben las dos primeras iniciaciones deben
hollar el Sendero que atraviesa la Tierra Ardiente. Quienes reciben las
iniciaciones superiores han de sumergirse en el mar o lago de fuego, que es
esencialmente fuego de Dios, depurado en todos los aspectos de la forma
material, mediante la total purificación del deseo.
Todo
el tema del renacimiento es en la actualidad muy poco comprendido. En su
moderna presentación y en el énfasis puesto tan fuertemente en los pequeños e
insignificantes detalles, han tergiversado y desviado el amplio alcance del
tema, ignorando la verdadera importancia del proceso. Los grandes rasgos del
proceso de la encarnación han sido mayormente pasados por alto. En la discusión
sobre la longitud del tiempo en que un hombre está desencarnado y en la
consideración de la necia información sobre lo no comprobable y lo probable, y
en la pueril reconstrucción de vidas pasadas que hacen quienes se inclinan
hacia la Teosofía (ninguno de ellos posee conocimiento alguno de la verdad), se
pierde de vista la real verdad y belleza del tema.
Cáncer
es un punto de triplicidad acuosa, y el simbolismo que subyace en estos tres
signos de agua es muy interesante desde determinado ángulo. Tenemos, como bien
saben, el Cangrejo, el Escorpión, y las Diosas-Peces del signo de Piscis. En la
antigua Lemuria el símbolo de Piscis era una mujer con la cola de un pez, y el
recuerdo de este signo es la legendaria sirena. Al finalizar la época atlante
(cuando el consciente sentido de dualidad se hizo presente en las mentes de la
humanidad evolucionada de dicho período), la parte femenina del símbolo fue
descartada y los peces enlazados reemplazaron a las Diosas-peces. Tenemos, en
consecuencia, el Cangrejo, el Escorpión, con el aguijón en su cola, y el Pez.
El Cangrejo, de movimiento lento, identificado con la morada que lleva a cuestas,
vive en la tierra (vida del plano físico) y también en el mar (vida de las
emociones); el Escorpión, de movimiento rápido, de efecto mortífero para los
hombres que lo rodeon, es una criatura de la tierra y también el símbolo del
Cangrejo trasformado, resultado del proceso evolutivo, indicando la naturaleza
peligrosa del hombre que no se ha trasformado, y es por lo tanto dañino y
peligroso para los demás; los Peces representan al hombre a quien se lo ha
desposeído de la mitad de su símbolo original por habérsele quitado el símbolo
del materialismo, lo cual indica que se ha liberado de la materia. Los tres
signos de agua proporcionan una breve y simbólica historia del crecimiento del
hombre y del verdadero desarrollo de la personalidad, cuadro que representa la
ley de causa y efecto. Ustedes rueden elaborar estos conceptos y llegar así a
sus evidentes implicaciones.
Existe
también una significativa relación entre los cinco signos cuya naturaleza y
efectos son profundamente esotéricos, cuando son impelidos a esta particular
interacción. Entran en actividad únicamente al iniciarse el retorno de la rueda
de la vida, “rueda de acción vital y comprensión consciente”, según El Antiguo
Comentario. Se denomina así a la rueda que gira al contrario de las agujas del
reloj, de Aries a Piscis vía Tauro. Esta quíntuple relación es establecida
únicamente en el sendero del discipulado y efectuada por la vinculación
esotérica de Cáncer-Virgo-Escorpio-Capricornio-Piscis En los futuros horóscopos
de los discípulos esta significativa interacción de fuerzas será reconocida
como dominando al horóscopo en una etapa particular y peculiar del discipulado.
En este caso los discípulos nacerán en alguno de estos signos o estarán en su
ascendente.
Tenemos
dos signos, de agua y de tierra (Cáncer y Virgo) en la etapa del énfasis
subconsciente, donde cada cosa está latente y oculta. La conciencia humana es
sólo embrionaria en Cáncer, porque predomina la mente de la masa, no la mente
individual. En Virgo, la vida o conciencia crística está oculta y el
Cristo-Niño es aún embrionario en la matriz de la materia y del tiempo; durante
esta etapa, el énfasis está puesto sobre la forma que vela y oculta la
realidad. El alma humana y el alma divina (la dualidad esencial) están allí,
pero su presencia no es fácilmente percibida. En Escorpio se produce un punto
de transición, de cambio y de reorientación. Lo que hasta ahora estuvo oculto
aparece, y es traído a la superficie por medio de la experiencia, los
experimentos, las pruebas y “el aguijón de la vida”. En Capricornio -como
resultado de los efectos de la influencia de Cáncer, Virgo y Escorpio-, el
discípulo comienza a demostrar la capacidad de expresar la vida de dos reinos,
por lo menos en cierta medida es un ser humano evolucionado y además un ciudadano
del reino de Dios. Por lo tanto, para un iniciado, durante un período de tres
encarnaciones, los cuatro signos de revelación (Cáncer, Virgo, Escorpio y
Capricornio) intensifican su efecto sobre él, hasta que en la cuarta
encarnación empieza a responder a la influencia interna de Piscis. De esta
manera demuestra su capacidad para reaccionar a la influencia de Shamballa, y
cuando se ha establecido esta influencia, ayuda a salvar y salva. Actúa
constantemente como mediador mundial. Por lo tanto, podría decirse que:
1. En Cáncer, la influencia de la Jerarquía humana empieza a hacer
sentir su presencia y a incluir el dualismo del hombre. Éste surge claramente
en Virgo. El alma y el cuerpo están estrechamente relacionados y entrelazados
en una forma. El hombre es una personalidad consciente, resultado de la
experiencia en Cáncer que culminó en Virgo.
Este
es el camino de la humanidad. El centro humano está activo.
2. En Escorpio, la influencia de la Jerarquía esotérica pone su sello
sobre el ser humano, y es sometida a prueba su dualidad esencial, lo cual es
preparatorio para una nueva y más elevada unidad. Se encuentra en esa miserable
etapa donde no es ni alma ni forma -la etapa de transición.
Este
es el camino del discípulo. El centro jerárquico lo afecta poderosamente.
3. En Piscis, la influencia de Shamballa es el campo de actividad del
iniciado, y emerge el dualismo del alma y del espíritu en vez del dualismo del
alma y del cuerpo, que hasta ahora ha sido tan importante. Se le ha negado a la
forma el poder de mantener cautiva al alma, y las pruebas y experiencias del
iniciado hasta la tercera iniciación, tienen por objeto lograr este fin.
Este
es el camino del iniciado.
Habrán
observado el hecho interesante de que tenemos nueve signos, los cuales llevan
al hombre de la etapa de la prisión en la forma a la liberación en el reino de
Dios, de la etapa de conciencia embrionaria al pleno florecimiento del
conocimiento divino, de la condición de la percepción humana a la sabiduría
consciente del discípulo iniciado. Estos nueve signos expresan estrictamente el
desenvolvimiento humano -consciente y superconsciente, aunque comienza en
Cáncer con la percepción de la masa. Tres signos preceden a éstos y proporcionan
las realidades sutiles o subjetivas de la voluntad de ser (Aries), el deseo de
saber (Tauro) y el establecimiento de la relación (Géminis), constituyendo el
triple incentivo para la manifestación del hombre y del reino humano.
Corresponden cósmicamente a los planos logoico, monádico y espiritual, a los
cuales tiene acceso el iniciado avanzado, o sino cuando trata el austero
concepto en una vuelta inferior de la espiral y, en conexión con el hombre
común, corresponden a los vehículos mental, astral y etérico, del hombre, y
están por lo tanto relacionados a las expresiones superior e inferior de la
vida humana. En estas líneas he hecho varias sugerencias de importancia vital.
Uno de los símbolos que corresponden a un iniciado de cierto grado es la
estrella de cinco puntas con un triángulo en el centro, refiriéndose a la
energía del triángulo acuoso que acabamos de comentar y a la quíntuple
vinculación establecida en la conciencia del iniciado.
Entraremos
ahora a considerar los Regentes de este signo y a estudiar los planetas que
actúan como puntos focales y agentes distribuidores de ciertas energías
cósmicas. Mucho he indicado anteriormente sobre ello, y técnicamente puede
llegarse a una verdadera comprensión de la naturaleza de estas energías que
hacen impacto, si estudiamos e investigamos estos signos de acuerdo a la
relación que asumen al analizarlos en conexión con otros signos que pretenden
tener los mismos regentes planetarios. Hay un punto que quisiera aclarar, y es
que, en los dos regentes de este signo -la Luna y Neptuno-, los símbolos tienen
una estrecha relación entre la Madre de todas las Formas y el Dios de las
Aguas, es decir, entre los dos planetas. Este connubio esotérico representa
para la humanidad la síntesis de la forma y de la sensibilidad-deseo y, en
consecuencia, una verdadera afirmación de la etapa de conciencia denominada
atlante. Ésta prevalece hoy, y la sensibilidad y la identificación de la masa
con la forma y las formas, es la significativa indicación y la característica
sobresaliente de Cáncer y sus nativos en esta etapa. La Luna, sin embargo,
relaciona a Cáncer con otros dos signos, formando un triángulo cósmico,
Cáncer-Virgo-Acuario. En esta combinación tenemos el signo de la conciencia de
la masa, el signo de la conciencia crística y el signo de la conciencia
universal, estrechamente relacionados entre sí mediante la influencia de
Neptuno, velado por la Luna.
Análogamente
a Leo, que el Sol rige en sus tres expresiones (ortodoxa, esotérica y
jerárquica), Cáncer es el único signo regido por un sólo planeta, aunque en la
astrología ortodoxa la Luna sustituye a Neptuno, porque la naturaleza de la
forma predomina en la etapa más extensa del desarrollo humano, así como
esotéricamente la naturaleza sensoria sentimental domina al hombre común; ésta
es la tendencia estable contra la cual debe luchar el discípulo. En lo que
respecta a la mente de la masa (de la cual Cáncer es la verdadera expresión),
afortunadamente Neptuno está velado por la Luna, y la forma no registra ni
aminora muchos de los impactos a los cuales es sensible el verdadero hombre. La
humanidad media no está aún totalmente equipada para soportar plenamente estos
impactos, manejarlos constructivamente ni trasmutarlos e interpretarlos con
exactitud. En el sendero del discipulado y en todo el desenvolvimiento
esotérico, una de las mayores dificultades y el mayor problema del discípulo,
es su extremada sensibilidad a los impactos que le llegan de todas partes y su
rápida habilidad para responder a los contactos que vienen de “todos los puntos
cardinales, y de cada ángulo de la rueda zodiacal, de lo externo y de lo
interno, de arriba y de abajo y de todas partes”, según El Antiguo Comentario.
Además es muy difícil y penoso para el estudiante común de los tiempos
modernos, captar en Cáncer la conciencia de la masa, como también la percepción
grupal de la conciencia universal en Acuario y para este último desarrollo la
humanidad está jerárquicamente relacionada con la Luna, la cual vela a Neptuno.
El ser humano común ha comenzado recientemente a captar la etapa de la
conciencia crística individual en Virgo, a la cual está relacionado con el
mismo planeta.
Neptuno,
develado, no relaciona a Cáncer con ninguna otra constelación o signo; este
hecho es de gran importancia porque indica que cuando un hombre es un iniciado,
no reacciona a la emoción y al sentimiento comunes o a las relaciones de la
personalidad, que se expresan por el placer o el dolor. Todas son vencidas,
superadas y, oportunamente, la vida acuosa de las reacciones emocionales es
sustituida por la vida del amor verdadero e incluyente. Esotéricamente, el
control egoico “hace desaparecer” a la Luna y todo vestigio de la vida
neptuniana. Al iniciado no lo rige ya la Madre de las Formas o el Dios de las
Aguas. Cuando “las aguas se desbordan y dispersan”, la Madre da a luz al Hijo,
y esa entidad espiritual individual queda entonces liberada. Quisiera que
cavilen sobre esto.
La
Luna y Neptuno son, en consecuencia, las influencias directas que ejercen
presión sobre el sujeto de Cáncer y conducen a desarrollar la forma, que
encierra a la vida y al cuerpo astral-emocional. La máxima utilidad de estos
aspectos será captada si comprenden inteligentemente que, sin la forma y sin la
capacidad de recordar que es necesario responder sensiblemente a las
condiciones y circunstancias del medio ambiente, el alma nunca despertaría ni
adquiriría conocimiento en los tres mundos y, por lo tanto, tampoco conocería
al Dios manifestado.
Indirectamente,
y mediante las influencias de la Cruz Cardinal (de la cual Cáncer forma parte),
el canceriano está afectado o es influido por otros cinco planetas, Marte,
Mercurio, Urano, Venus y Saturno. El nativo de este signo responde al conflicto
(Marte), a la actuación de la luz de la intuición (Mercurio), a la atracción
cósmica de Urano, al intelecto de Venus y a la oportunidad que se presenta
(Saturno). Sin embargo, las influencias actúan subjetivamente sobre el morador
de la forma, y durante eones no son registradas conscientemente como potencia
por el individuo, hasta que la vida de la forma y la reacción a la emoción
sensitiva sentimental hayan desempeñado una parte activa y educativa para el
despertar de la mente. Una vez que ha tenido lugar el despertar del deseo y su
transmutación en aspiración más elevada, entonces entra la influencia de Virgo,
y el alma que responde -desarrollada por ras cinco influencias indirectas de la
Cruz Cardinal- comienza a participar activa y conscientemente en el drama de la
vida. Así desempeñan su parte en el desarrollo del hombre las influencias
directas e indirectas de los siete planetas; los estudiantes hallarán
interesante y de valor relacionar los efectos de estas siete fuerzas
planetarias con los siete principios que se están desarrollando en el hombre.
Ahora
consideraremos brevemente el efecto que producen las influencias de rayo cuando
se enfocan, a través de los siete planetas, en el hombre nacido bajo el signo
de Cáncer.
Aquí
hallarán ciertas indicaciones básicas sobre la naturaleza y los procesos de la
Ley de Renacimiento. Parecería que únicamente son aplicables hasta ahora dos
reglas, en conexión con el retorno del ego a la encarnación física. Primero, si
no se ha alcanzado la perfección, el alma debe retornar y continuar el proceso
de perfeccionamiento en la Tierra. Segundo, el deseo insatisfecho constituye el
impulso que predispone al ego a tal actividad. Ambas afirmaciones son
parcialmente verídicas y genéricas en su efecto, pero sólo verdades parciales e
incidentales a otras verdades mayores, aún no presentidas u observadas con
exactitud por los esotéricos; son secundarias y están expresadas en términos de
los tres mundos de la evolución humana, de la intención de la personalidad y de
los conceptos sobre tiempo-espacio. Fundamentalmente no es el deseo el que
impulsa al retorno, sino la voluntad y el conocimiento del plan. Tampoco es la
necesidad de lograr la perfección final lo que impele al ego a adquirir
experiencia en la forma, porque el ego o yo ya es perfecto. El incentivo
principal es sacrificio y servicio para esas vidas menores que dependen de la
inspiración superior (que puede dar el alma espiritual) y la determinación de
que ellas pueden, además, alcanzar estados planetarios equivalentes al del alma
sacrificada. Con el fin de negar oportunamente el concepto tiempo-espacio y
demostrarlo como una ilusión, en Cáncer se abrirá la puerta al alma sacrificada
y servidora. Tengan presente siempre esto, cuando estudien el tema del
renacimiento. Los términos renacimiento y reencarnación son engañosos; “impulso
cíclico”, “repetición inteligente, plena de propósito” y “consciente inhalación
y exhalación”, describirían con más exactitud este proceso cósmico. Sin
embargo, es difícil que capten esta idea, porque es necesario poseer la
capacidad de identificarse con Aquel que así respira -el Logos planetario-, y
el tema por lo tanto debe permanecer relativamente confuso hasta haber recibido
la iniciación. Esotéricamente hablando, el punto de mayor interés reside en el
hecho de que el renacimiento grupal tiene lugar en todo momento, y la
encarnación del individuo es incidental a este gran acontecimiento. Esto ha
sido en gran parte ignorado u olvidado, debido al intenso y egoísta interés en
la vida y experiencia personales, evidenciado en las detalladas conjeturas
sobre el retorno del individuo, expuesto en los libros comunes seudo
ocultistas, siendo la mayoría inexacta y ciertamente sin importancia.
Es
necesario comprender inteligentemente el Plan antes de que pueda surgir con
claridad, en la conciencia pública, la verdad real, respecto a la
reencarnación. Los grupos de almas vienen cíclicamente y al mismo tiempo a la
encarnación a fin de desarrollar el Plan y permitir que continúe esa
interacción entre el espíritu y la materia, la cual hace posible la
manifestación y amplía el desarrollo de las ideas divinas, tal como existen en
la Mente de Dios. Cuando los objetivos y métodos de actuación del Plan (tal
como la Jerarquía lo comprende) sean más familiares en el plano externo de la
vida, veremos un cambio total en la presentación de la enseñanza respecto a la
Ley de Renacimiento. Entonces veremos con más claridad la síntesis existente
en:
1. El plan divino, al manifestarse en el tiempo.
2. Las relaciones básicas, al manifestarse en el espacio.
3. Los efectos que se van produciendo, al demostrarse en los grupos.
4. La evolución de la comprensión, al fusionarse con la intuición y
el intelecto.
5. La quíntuple naturaleza de la expresión Iogoica, al desarrollarse
a través de los cinco reinos.
Cuando
esto sea correctamente intuido, producirá la revelación y presentación de este
tema tan abstruso, que está más allá de lo que hasta ahora ha podido imaginar
el hombre. Éste es uno de los secretos de la primera iniciación, secretos que
están hoy en proceso de exteriorización.
Se
descubrirá que el renacimiento es, en verdad, una interacción mágica y
magnética entre el aspecto forma de la vida y la vida misma. El alma lleva a
cabo conscientemente esta interacción, producto de ambos factores relacionados.
Esta afirmación es en si compleja y difícil y está muy lejos de poderse captar,
sin embargo, expresa un hecho significativo que El Antiguo Comentario describe
como:
“Quienes
demandan ser salvados claman en voz alta. Sus voces penetran en el mundo amorfo
y allí evocan respuesta.
“Quienes,
en distantes eones, se han comprometido a salvar y servir, responden. Su clamor
también surge, y resonando penetra en los distantes y oscuros lugares de los
mundos de la forma.
“Así
se establece un vórtice que se mantiene activo por el constante sonido dual.
Entonces se obtiene un contacto y, por un momento durante la eternidad, ambos
son uno -las Almas salvadoras y los Entes que deben ser servidos.
“Lentamente
la visión del Salvador Uno se convierte en una luz, la cual guía, hacia el
lugar de la luz, a Quienes Claman
Sugeriría
a los investigadores que el tema del “impulso cíclico” sea encarada desde el
ángulo del grupo, olvidando, al hacerlo, el espejismo de la impresión personal.
Un vistazo a la historia ayudará a esto, indicando -como lo hace- la
posibilidad de esclarecer y la utilidad de clasificar y aislar la actividad y
el carácter grupales a través de las épocas. Cuando los principales grupos
reencarnantes sean así diferenciados y su trabajo, en muchos sectores del
cuarto reino, sea visto con más claridad, entonces se comprenderá mejor el
tema, evocando la actividad de la intuición. Esto demuestra un segundo hecho
importante, es decir, que en este tiempo será únicamente posible trazar el
progreso de las almas evolucionadas que han encarnado y no la aparición cíclica
de las no evolucionadas. Estos “entes materiales” deben ser salvados por las
más avanzadas. El tema del servicio y del sacrificio aparece irreconocido a
través de la historia. La clave para comprender estos factores salvadores
reside en la venidera capacidad intuitiva para reconocer a los grupos
reencarnantes, como grupos y no como individuos, mediante sus cualidades de
rayo. Para este propósito hice una afirmación en el libro El Destino de las
Naciones sobre los rayos que rigen a ciertas naciones. Los grupos son regidos
por los signos astrológicos y por los rayos, así como lo son los individuos, y
estos rayos los afectan por medio de los planetas regentes. He abierto aquí un
amplio campo de investigación e indicado una nueva forma muy interesante de
registro e investigación histórica. La historia futura será la de los planes de
Dios en evolución, cuando se desarrollan por medio de los grupos de almas
servidoras que vendrán a la encarnación física influidos por la “dualidad
divina”, para llevar adelante el desarrollo de las vidas que constituyen las
formas, a través de las cuales trata de expresarse plenamente la divinidad. La
relación que existe entre el cuarto rayo y el cuarto reino de la naturaleza (la
cuarta Jerarquía creadora) es, hasta la fecha, una influencia predeterminante
en todos los conflictos mundiales y las causas de las guerras y conflictos a
través de las edades. El tema de este rayo es “Armonía a través del Conflicto”,
y el aspecto inferior de la energía del rayo que produce conflicto ha
controlado hasta ahora, y culmina actualmente debido al ímpetu de la entrante
nueva fuerza de Shamballa. A medida que se agota (y esto acontece rápidamente),
habrá un cambio de orientación hacia ese rayo mayor -el segundo rayo de
amor-sabiduría- del cual el cuarto rayo es un aspecto. Esta energía de segundo
rayo está muy potentemente enfocada a través de la constelación de Géminis, vía
Júpiter. Entonces se inaugurará un extenso ciclo de desarrollo benéfico, donde
el conflicto esencial para la interacción. de las dualidades será estabilizado
en el plano mental y -bajo la influencia de las almas servidoras y salvadoras
del quinto reino- cambiará totalmente la civilización del mundo.
También
es importante recordar que al estudiar las fuerzas de los rayos y sus efectos
en Cáncer, debemos hacerlo desde el ángulo de la mentalidad y reacción de la
masa, y no del individuo. Éste es uno de los signos de síntesis y de fusión
relativa que se produce en el nivel inferior de la espiral y significa la
fusión del cuerpo físico con el alma, pero sólo en las etapas embrionaria y
síquica, aún no individualizadas. Ésta es la etapa de la reacción de la masa
para los entrantes Hijos de la Luz.
Todo
el tema del zodíaco puede encararse desde el ángulo de la luz, su desarrollo y
acrecentada irradiación y la gradual demostración de lo que he denominado en
otra parte “la gloria del UNO”. El modo de desarrollar esta luz interna y su
exteriorización, permanecerá siendo durante mucho tiempo -desde el punto de
vista de sus efectos cósmicos- uno de los secretos de la iniciación. Por lo
tanto, no estará fuera de lugar que dé simbólicamente ciertas palabras y frases
que indicarán (para cada signo), esta “intensificación de la luz en la luz”,
como se dice esotéricamente, recordando que intentamos expresar condiciones
vinculadas al alma, cuya naturaleza esencial es luz. A medida que prosigue la
evolución, esta luz-alma afecta a la forma y produce secuencialmente la
revelación de esa forma, la naturaleza del tiempo-espacío y la meta:
1. Aries. - La. Luz de la. Vida Misma. este es el tenue punto de luz,
difuso y vacilante en el centro del ciclo de manifestación. Es el “faro del
Logos que busca lo que puede ser utilizado” para la expresión divina.
2. Tauro. - La Penetrante Luz del Sendero. Es un haz de luz que surge
desde un punto, en Aries, revelando la zona que controla la luz.
3. Géminis. - La Luz de la Interacción. Es una línea de haces del
luz, revelando lo que se opone a la dualidad básica de la manifestación, la
relación del espíritu con la forma. Es la luz consciente de esa relación.
4. Cáncer. - La. Luz dentro de la. Forma. Es la Luz difusa de la
sustancia misma, “la luz oscura” de la materia, mencionada en La Doctrina
Secreta.. Luz que espera el estímulo proveniente de la luz del alma.
5. Leo. - La Luz del Alma. Un punto reflejado de luz logoica o
divina. La luz difusa en Cáncer enfoca y revela oportunamente un punto.
6. Virgo. - La Luz dual fusionada.. Se ven dos luces -brillante y
fuerte la luz de la forma; opaca y tenue la luz de Dios. Esta luz se
caracteriza por el acrecentamiento de una y la disminución de la otra. Es
distinta de la luz en Géminis.
7. Libra. - La Luz que lleva al descanso. Es la luz que oscila hasta
que se logra un punto de equilibrio. Luz que se caracteriza por un movimiento
ascendente y descendente.
8. Escorpio. - La Luz del Día. Es el lugar donde se unen las tres
luces -luz de la forma, luz del alma y luz de la vida. Ellas se unen, se
mezclan, se elevan.
9. Sagitario. - Un haz de Luz enfocada y dirigida. En éste, el punto
de luz se convierte en haz de luz, revelando una luz mayor que ilumina el
camino hacia el centro de luz.
10. Capricornio. - La Luz de la Iniciación. Es la luz que allana el
camino hacia la cumbre de la montaña y produce la transfiguración, revelando
así el sol naciente.
11. Acuario. - La Luz que brilla sobre la Tierra, a través de los
mares. Es la luz que siempre brilla dentro de la oscuridad, limpiando con sus
rayos sanadores lo que debe ser purificado, hasta que la oscuridad se
desvanece.
12. Piscis. - La Luz del Mundo. Es la luz que revela la luz de la vida
misma, terminando para siempre con la oscuridad de la materia.
Las
relaciones establecidas entre los signos no son las existentes entre los
opuestos, sino la de los intermediarios que marcan, por lo tanto, el período
intermedio de relación y no el de culminación, como sucede cuando se considera
a los opuestos tales como Leo y Acuario o Cáncer y Capricornio. Estas
relaciones crean formas geométricas muy definidas, así como las cruces formadas
entre los opuestos crean las tres Cruces de los Cielos. Recomiendo la
consideración de esto. La clasificación, páginas 237-238, proporcionará una
relación nueva e interna de los signos entre sí, la que sólo llega a ser
efectiva y definidamente activa después de la iniciación. En consecuencia, es
de poca utilidad para el lector común actualmente, aunque no obstante abre
nuevos contactos e influencias astrológicas, muchas de las cuales se establecen
por medio de las influencias de rayo, lo que requiere, para una correcta
interpretación, la comprensión del estado evolutivo individual. Es esencial
para su debida comprensión, que el astrólogo sepa si el sujeto es poco
evolucionado, si es evolucionado, o si se halla en alguna de las etapas del
Sendero. Hay mucho que tener en cuenta en la nueva astrología esotérica
-predicción, interpretación desde el punto de vista de la personalidad y del
alma, indicaciones del carácter, así como también un detenido estudio de la Ley
de Renacimiento, a la que se puede llegar por la comprensión de las influencias
de Cáncer. Lo que surgirá más adelante, pero que resulta imposible elucidar
ahora, es que las doce Jerarquías Creadoras están conectadas con uno de los
doce signos del zodíaco, y éstos afectan definidamente a toda la familia humana
y también a cada uno de sus miembros. Un intenso estudio de las relaciones
indicadas en esta nueva clasificación, y también el estudio de las jerarquías y
de los signos, causará una revolución drástica, de suma importancia en la
astrología moderna. Más de esto no puedo indicar, ni será posible hacerlo hasta
que los astrólogos actuales hayan realizado un trabajo más concentrado, en las
líneas señaladas.
Aunque
parezca sencillo, lo más fundamental que deben captar hoy los astrólogos, es la
necesidad de saber -antes de interpretar- en qué etapa del sendero de evolución
se halla el sujeto en consideración. Insinuaré algo más. Por el estudio de las
personas nacidas en los signos cardinales se extraerá una información más
nítida sobre esto. Será de utilidad señalar aquí que:
1. Por medio de un estudio de la Cruz Cardinal -Aries, Cáncer, Libra
y Capricornio- los astrólogos pueden llegar a una comprensión más clara de:
a. Los seres humanos comunes individuales.
b. Los comienzos grupales.
c. El significado de la primera iniciación.
2. Por medio de un estudio de la Cruz Fija -Tauro, Leo, Escorpio y
Acuario- llegarán a una correcta interpretación de las vidas de:
a. Los iniciados.
b. La absorción del grupo en la síntesis.
d. El significado de la tercera iniciación.
3. Por medio de un estudio de la Cruz Mutable -Géminis, Virgo,
Sagitario y Piscis- pueden llegar al significado de:
a. Los discípulos.
b. La actividad grupal.
c. La segunda iniciación.
Lo
indicado anteriormente quizás no está de acuerdo con las ideas generalmente
establecidas y también parecerá contradecir los puntos que anteriormente
señalé, pero un cuidadoso estudio de las implicaciones sugeridas podrá aclarar
aún más el tema. Cada Cruz tiene su significado exotérico, con el que todos los
astrólogos están más o menos familiarizados; tiene además su significado e
importancia esotérica, que constituye un campo de investigación aún
inexplorado, y tiene su importancia espiritual que, lógicamente, sólo es
revelada en las iniciaciones mayores. Debe recordarse que éstas son las triples
diferenciaciones de la Vida Una y que Capricornio, por ejemplo, marca no sólo
el punto de la concreción más profunda y por lo tanto de la muerte, sino
también el punto de la iniciación más elevada y la entrada en el aspecto vida
de la Deidad.
No
puedo reiterar con demasiada insistencia que es necesario pensar continuamente
en términos de energía y fuerzas, de líneas de fuerza y relaciones de energía;
también los astrólogos deben pensar más en términos de cualidades y
características, porque ésta es actualmente la tendencia de la astrología
avanzada. Toda la historia de la astrología en realidad se basa en la
interacción mágica y magnética para producir la exteriorización de la realidad
interna; es la historia de la respuesta de la forma -tan vasta como en un
sistema solar, microcósmica como en un ser humano, y microscópica como en un
átomo o una célula- al impulso o la atracción de los focos de energía y de las
corrientes de fuerza, los cuales no son idénticos, pero deben ser tenidos en
cuenta en los cálculos e interpretación de la investigación astrológica.
La
energía enfocada en Cáncer se convierte en un punto focal magnético y atractivo
que conduce al proceso de la encarnación. A través de la puerta de Cáncer corre
“la luz mágica y magnética que guía al alma al oscuro lugar de la experiencia”.
Similarmente la atracción mágica de la energía de Capricornio en la rueda de
retorno (en contradicción con la rueda de renacimiento o de exteriorización) de
la manifestación o del discipulado, invariablemente aparta al alma
constantemente, de la vida de la experiencia y la forma y constituye “la luz
radiante que guía al alma sin peligro hacia la cumbre de la montaña”. El
reconocimiento de esto dilucida el hecho de que, en tiempo y espacio, el factor
controlador y la condición determinante lo constituye la sensibilidad hacia la
vida de la forma que posee el alma encarnada y que la lleva a la encarnación a
través de la puerta de Cáncer, o a la vida del alma, conduciéndola a la
iniciación a través de la puerta de Capricornio. Por la relación que existe
entre estos dos signos se obtiene uno de los cuadros más claros de la
interacción de los pares de opuestos, tal como existen en el zodíaco, y sería
benéfico estudiar durante un minuto los dos tipos de culminación a que llega
esta interacción entre los signos opuestos. Procuraré presentarlos en forma
clasificada y sugestiva para que los estudien y consideren más adelante. La
culminación, en el aspecto forma y en el aspecto alma, puede ser expresada de
la manera siguiente, teniendo en cuenta las limitaciones del idioma:
EN
LA RUEDA QUE GIRA COMO LAS AGUJAS DEL RELOJ
(de
Aries a Tauro, vía Piscis)
Para
la humanidad común,
1. Aries-Libra. - Los comienzos embrionarios inestables conducen al
equilibrio de la naturaleza síquica inferior y su expresión a través de la
forma. Deseo embrionario por expresarse, culminando en la pasión por
satisfacerlo. El amor inferior ejerce control.
2. Tauro-Escorpio. - El poderoso deseo inferior enfocado lleva a la
muerte y a la derrota. Cuando la naturaleza inferior triunfa oportunamente
provoca la saciedad y la muerte. El hombre es el prisionero del deseo y en el
momento de la culminación conoce su prisión.
3. Géminis-Sagitario. - La interacción fluídica y la inestabilidad
conducen al enfoque y determinación de la personalidad. El hombre está
devotamente centralizado en los logros de la personalidad. La triple naturaleza
inferior, sintetizada y dirigida, controla toda actividad.
4. Cáncer-Capricornio. - El anhelo de encarnar conduce a la más densa
encarnación e inmersión en la forma, la atracción de la vida de la forma y el
control ejercido por los procesos de concreción. El hombre llega a un punto de
cristalización después de muchas encarnaciones.
5. Leo-Acuario. - El individuo trata de expresarse en toda su
plenitud y finalmente llega a la etapa en que utiliza su medio ambiente para
fines estrictamente individuales. Domina a sus semejantes para objetivos
totalmente personales. El individuo aislado se convierte en el regente o
dictador del grupo.
6. Virgo-Piscis. - La materia virgen atrae al alma, y la Madre divina
llega a ser más importante que el hijo. La vida del alma está oculta.
EN LA RUEDA QUE GIRA EN
SENTIDO CONTRARIO A LAS AGUJAS DEL RELOJ
(de
Aries a Piscis, vía Tauro)
El
Discípulo y el Iniciado
1. Libra-Aries. - El equilibrio obtenido en el punto de descanso
proporciona el ímpetu mental para que controle el alma. La pasión es
transmutada en amor y el deseo inicial de Aries llega a ser la plena expresión
del amor-sabiduría. El deseo por manifestarse se convierte en aspiración de
ser.
2. Escorpio-Tauro. - La victoria final del alma sobre la forma. La
muerte y la oscuridad se demuestran como vida, y la luz como resultado de esta
relación de energía. La oscura noche del alma se convierte en sol radiante.
3. Sagitario-Géminis. - El resultado producido por este par de
opuestos relacionado, es esfuerzo egoico centralizado, actividad dirigida
espiritualmente y aptitud demostrada para la iniciación. Disminuye el poder de
la forma y aumenta el poder de la vida del alma.
4. Capricornio-Cáncer. - El iniciado elige entonces venir a la
encarnación y penetra libre y voluntariamente por ambas puertas. La atracción
de la materia es sustituida por la libre elección del alma. La vida en la forma
se convierte en útil método consciente
de servir.
5. Acuario-Leo. - Los intereses de la personalidad como expresión del
individuo son sumergidos en bien de la totalidad. El hombre individual egoísta
se convierte en servidor mundial, llegando a las cumbres del servicio más
elevado en ambos signos.
6. Piscis-Virgo. - Las formas revelan y liberan al alma que mora
internamente. Aparece el Salvador del mundo y nutre a las almas ocultas en
Virgo.
Por
lo tanto observarán que cuando las energías que afluyen a los signos del
zodíaco y a través de ellos son atraídas hacia la expresión de la forma, el
resultado de la interacción entre los signos opuestos, conduce a un aspecto
definido de la manifestación de la personalidad, determinado en gran parte por
el rayo de la personalidad. Cuando la tendencia de la vida está en proceso de
ser extraída de la forma y el alma se halla en proceso de revelarse, entonces
tenemos el énfasis egoico, lo cual ha sido determinado, en lo que respecta a la
cualidad, por la naturaleza del rayo egoico o del alma. Aquí se observará la
necesidad de conocer el grado de evolución del individuo cuyo horóscopo está en
consideración. Quisiera indicar que al estudiar cualesquiera de los signos será
conveniente considerar al mismo tiempo su signo opuesto o de culminación. Mucho
de lo que podría decir, por ejemplo, en conexión con el signo de Cáncer, ya lo
he dicho respecto a su signo opuesto, Capricornio, y lo mismo puede aplicarse a
todos los signos que estudiaremos.
Ahora
resultará claro por qué la Luna y Neptuno, transmitiendo las energías de la
naturaleza síquica inferior y de la forma, más la tendencia a realizar por
medio del conflicto, rigen a Cáncer directa o indirectamente en forma muy
potente. Controlan la forma y la naturaleza síquica inferior y producen el
campo de batalla (que más adelante se trasforma en la tierra ardiente) donde
ambos “enfrentan el conflicto final”, su analogía superior, el alma y el
espíritu, porque la materia es espíritu en su grado inferior y el espíritu es
materia en su grado superior. En estas palabras tenemos la verdadera clave de
la relación Cáncer-Capricornio. Cuando a estas potentes influencias se agrega
la fuerza del séptimo rayo (produciendo síntesis de expresión en el plano
físico) y la del tercer rayo (produciendo intensa actividad en la materia)
observarán que en este signo, todas las energías implicadas tienden a causar la
encarnación del alma en los tres mundos de la experiencia y expresión humanas.
El poder de Venus en este signo tiende a hacer de la mente el sirviente de la
personalidad, ayudado por las fuerzas de tercer Rayo de Inteligencia Activa.
Así queda preparado el escenario para la aparición del alma en la forma.
Hallarán que es un estudio interesante comparar los efectos de estas potencias
de rayo cuando encuentran su expresión final en Cáncer sobre:
1. El hombre no evolucionado, a medida que expresa el control que
ejerce la forma.
2. El hombre evolucionado, el iniciado y el Salvador, a medida que
demuestran el control que ejerce el alma. Las fuerzas que controlaron al alma
mientras había estado dominada por la forma, se convirtieron en instrumentos
para el servicio mundial.
En
cuanto estudiemos estos resultados llegaremos oportunamente a percibir las
relaciones que encaramos anteriormente cuando tratamos los regentes de este
signo -exotéricos y esotéricos- que ponen al sujeto de Cáncer en contacto con
Virgo, Acuario y Escorpio. Desde un punto de vista tenemos el aprisionamiento
del alma y la glorificación de la personalidad, finalizando con la muerte en
Escorpio; desde otro, tenemos la revelación del Cristo dentro de la forma, la
del individuo servidor y la revelación de la victoria final sobre la muerte. Si
a los acontecimientos antedichos se agrega el lugar que los planetas ocupan en
este signo, indicará una situación notable y al mismo tiempo algo abstrusa
-porque es la cruz final de la iniciación- que sólo podrá comprenderse con
claridad cuando se recorren las etapas finales del sendero. Por lo tanto, sólo
es posible dar unas pocas indicaciones. Dos planetas están exaltados en este
signo, Júpiter y Neptuno. Como es un signo de renacimiento, ambos planetas
indican el desenvolvimiento afortunado, el oportuno empleo del aspecto forma y
el desarrollo de la sensibilidad síquica superior e inferior.
Éstos
son desarrollos muy importantes para el alma que ha elegido encarnar. La
construcción de las formas adecuadas y el empleo y el control de la forma son
esenciales si se quiere colaborar correcta e inteligentemente con el Plan de
Dios. Júpiter garantiza esto en Cáncer desde la etapa inicial del nacimiento.
El amor como relación con la divinidad, y la sabiduría como relación con la
forma, residen detrás de los propósitos del alma. En tiempo y espacio, durante
largos eones, la forma controla y oculta al alma. Esto también es verdad
respecto a la fluida naturaleza síquica. Ambos (aspecto forma y naturaleza
síquica) alcanzan oportunamente una perfección concreta en Capricornio, para
llegar a ser otra vez en Cáncer el instrumento perfecto de servicio que el
iniciado maneja cuando trata de prestarlo a la masa, en vez de estar envuelto y
perdido en las masas. El poder de Saturno en este signo lleva a cabo los fines
y propósitos de las energías gobernantes, o rayos de armonía a través de los
conflictos (la Luna y Mercurio) y de Neptuno, porque en este signo Saturno está
en su lugar de detrimento, trayendo situaciones y condiciones difíciles que
llevarán a la necesaria lucha. Esto convierte a Cáncer en una prisión simbólica
y acentúa los sufrimientos y penas de una orientación errónea. El conflicto del
alma con su medio ambiente -llevado a cabo consciente o inconscientemente-
conduce a las penalidades de la encarnación y provoca esas condiciones de
sufrimiento que el alma voluntariamente ha emprendido cuando -con los ojos
abiertos y clara visión- eligió el sendero de la vida terrena con sus consiguientes
sacrificios y dolores, a fin de salvar las vidas con las cuales tuvo afinidad.
En
forma curiosa Sefarial da los regentes de los decanatos con más exactitud que
Alan Leo. Por lo general sucede lo contrario, pues Alan Leo es el más correcto
de los dos astrólogos. Sefarial da Venus, Mercurio y la Luna, mientras que Alan
Leo adjudica la Luna, Marte y Júpiter a esos decanatos. La mente, el empleo del
conflicto y la vida de la forma, son los factores que contribuyen a conducir al
alma por el camino de la encarnación. El instrumento que trae la liberación es,
en último análisis, el empleo y control correctos del órgano de iluminación, la
mente. De allí el necesario énfasis puesto siempre sobre la meditación cuando
el aspirante despierta a la oportunidad espiritual. La fuerza que se genera a
través del conflicto y la constante lucha, acrecientan constantemente la
reserva de fuerza y poder que permite al aspirante pasar las pruebas finales
del discipulado en Escorpio y enfrentar valerosamente en Capricornio las
experiencias de la iniciación y la ruptura de todas las ataduras forjadas en
los procesos de la encarnación.
En las palabras, el
Verbo del alma, dadas en este signo, se indica el objetivo de la existencia en
Cáncer y el propósito por el cual ha encarnado: “Construyo una casa iluminada y
moro en ella”. El método temporario que ha de seguir la personalidad también se
expone con claridad cuando se nos dice que el Verbo pronunciado por el alma al
encarnar es: “Que el aislamiento sea la regla y sin embargo la multitud
exista”.
Este
signo puede tener para todos un profundo significado. Ahora bien, al estar en
proceso de encarnación siguen el camino que han elegido. ¿Está aún iluminada la
casa que están construyendo? ¿ Es una morada iluminada o una oscura prisión? Si
es una morada iluminada su luz atraerá y dará calor a quienes están a su
alrededor, y la atracción magnética del alma, cuya naturaleza es luz y amor,
salvará a muchos. Si todavía son almas aisladas, tendrán que pasar por los
horrores del aislamiento y la soledad más absoluta, recorriendo solos el oscuro
camino del alma. No obstante, este aislamiento, soledad y separación, en la
oscura noche, son parte de la Gran Ilusión. Es una ilusión en la cual toda la
humanidad está sumergida como preparación para la unidad, libertad y
liberación. Algunos se pierden en la ilusión sin saber qué es la realidad y la
verdad. Otros caminan libremente por el mundo de la ilusión con el propósito de
salvar y elevar a sus hermanos. Si ustedes no pueden hacerlo, tendrán que
aprender a caminar.
GÉMINIS,
LOS GEMELOS
Al
considerar los restantes signos tendré realmente pocas cosas que decir, pues ya
señalé varios hechos y puntos cuando traté sus polos opuestos. Mucho de lo que
podría decirse sobre el signo de Géminis ha sido tratado en Sagitario; también
han sido considerados Virgo y Piscis en relación con este signo, porque los
cuatro forman la Cruz Mutable. Las repeticiones son necesarias y a menudo
útiles, pues sirven para aclarar y reforzar la enseñanza; pero quisiera ser más
amplio y -al tratar estos tres signos que indican las realidades subjetivas que
impelen a tomar forma en Cáncer- considerar las causas predisponentes más que
los hechos detallados y fácilmente comprobables
En
este ciclo mundial, Géminis, Tauro y Aries, son tres energías subjetivas o
signos condicionantes, que se hallan detrás de la manifestación subyacen detrás
de la experiencia de tomar forma en Cáncer y detrás de la manifestación en
Piscis. Éste es el signo que concierne principalmente al mundo moderno (con
ello me refiero a un inmenso período de tiempo) porque Piscis es el punto de
partida en la rueda que gira como las agujas del reloj actualmente, para esa
gran ronda zodiacal que tiene una duración aproximada de 25.000 años -la fecha
de su comienzo aún no ha sido revelada a los astrólogos modernos ni podría
serIo por medio de su ciencia. A medida que estudiamos Géminis y Tauro (Aries
ya lo fue) recordemos que su naturaleza es iniciadora de causas, y tiene un
efecto más específicamente síquico y una influencia más subjetiva de lo que
podría llevarnos a imaginar sus efectos estrictamente fenoménicos y físicos.
Creo
que estas insinuaciones y sugerencias son muy importantes para introducir y
utilizar la nueva astrología esotérica. Los estudiantes harán bien en aislar
primeramente las amplias afirmaciones generales referentes a los signos e
influencias zodiacales, antes de abordar el estudio intensivo de las detalladas
y nuevas sugerencias informativas que pueda haber dado. Una comprensión de lo
universal, antes del estudio de lo particular, es siempre un sabio
procedimiento ocultista.
En
cada una de las Cruces de los Cielos hay un signo y una influencia que, en
determinado ciclo mundial, predomina en las otras tres. Estos efectos
predominantes cambian necesariamente cuando cambia un ciclo mundial; pero, en
el ciclo actual, Géminis constituye la principal influencia en la cuádruple
influencia de la Cruz Mutable. El principal objetivo de estas cuatro energías
consiste en producir esos constantes flujos y periódicos cambios, en tiempo y
espacio, que proporcionarán un adecuado campo de experiencia para el
desenvolvimiento de la vida y la conciencia crísticas. Esto es aplicable
-cósmicamente hablando y también desde el punto de vista de un sistema solar- a
un planeta y a un ser humano. El campo de desarrollo para los tres reinos
inferiores depende de la condición y del poder de distribuir energía que posee
la humanidad. Por lo tanto, podríamos considerar, respecto a la Cruz Mutable,
los siguientes hechos:
Géminis.
- Fuerza que produce los cambios necesarios para la evolución de la conciencia
crística en un punto determinado en tiempo y espacio, siempre compatible con la
necesidad.
Virgo.
- Fuerza nutritiva que se halla en la sustancia misma, sujeta a los nueve
cambios cíclicos del período de gestación cósmica. Fomenta y protege la
embrionaria vida crística que se está preparando para la manifestación o
encarnación divina.
Sagitario.
- Actividad energética de la fuerza de la vida que se manifiesta en el sexto
mes, cuando -esotéricamente hablando- los tres aspectos de la naturaleza forma
y los tres aspectos del alma se integran y actúan. Dicha integración hace que
el sexto mes de la gestación física humana sea a veces tan crítico.
Piscis.
- La expresión de la vida y la activa aparición de la conciencia crística en la
forma; es también la energética aparición (simbólicamente hablando) de un
Salvador del mundo.
Por
lo tanto la Cruz Mutable es peculiarmente un símbolo cristiano,
significativamente relacionado con la vida crística y con el desenvolvimiento
de un Salvador del mundo, siendo particularmente potente cuando la Gran Rueda
gira en dirección opuesta a las agujas del reloj. Este hecho surgirá con mayor
claridad, cuando los astrólogos sean capaces de determinar con exactitud el
grado de evolución y el estado espiritual del sujeto cuyo horóscopo esté en
consideración. La naturaleza amorfa de la influencia de Géminis está
notablemente confirmada si se estudia la significación de la Masonería. Esta
institución mundial -como anteriormente dije- fue organizada bajo la influencia
y el impulso de este signo y está regida por él en forma poco común. La forma,
o simbolismo exotérico de la Masonería, ha sido cambiada frecuentemente durante
los milenios que ha estado activa. Su actual matiz judío es relativamente
moderno y no necesariamente durable; pero su significación y la historia de su
desarrollo constituyen la historia de la conciencia crística y la luz interna
que debe continuar invariablemente. Los que han entrado a través de los dos
pilares de Hércules y en el signo Géminis, los discípulos (Joaquín y Boaz)
entraron para quedarse.
Aparte
de la importancia que tienen las influencias de Géminis como poder dominante en
la Cruz Mutable, es también uno de los signos zodiacales más importantes por
ser el principal símbolo de la dualidad en el zodíaco. La constelación de
Géminis y su inherente influencia de segundo rayo, controla cada uno de los
pares de opuestos en la Gran Rueda. Por lo tanto, Géminis constituye con cada
uno de los pares de opuestos del zodíaco un tercer factor, y ejerce poderosa
influencia sobre las otras dos constelaciones, formando así con ellas ciertos
grandes triángulos zodiacales, que sólo llegan a ser importantes cuando se
consideran los horóscopos de seres humanos avanzados o de grupos esotéricos,
pero eventualmente -cuando se confecciona el horóscopo de un discípulo o de un
iniciado- el astrólogo esotérico tendrá que considerar su poder. Por ejemplo,
en el caso de un iniciado cuyo Sol esté en Leo, el triángulo de la constelación
de energía que determina la interpretación del horóscopo, sería
Leo-Acuario-Géminis. Cuando se trata de un sujeto cuyo Sol está en Géminis, el
triángulo condicionante sería Géminis-Sagitario-Piscis; este último forma parte
del triángulo que marca el fin y el principio y es, para este gran ciclo del
zodíaco, el Alfa y el Omega. Trataré de elucidar con mayores detalles estos
puntos cuando consideremos la fundamental ciencia astrológica de los
Triángulos. Las generalizaciones y sugerencias, en relación con los doce signos
del zodiaco, que han sido el tema principal de anteriores instrucciones,
estaban destinadas principalmente a sentar las bases y preparar las mentes para
la última parte dedicada a los triángulos; éste será el aspecto más importante
de la enseñanza sobre astrología esotérica y uno de los primeros que captará la
astrología moderna.
A
este signo a veces se lo denomina “la constelación de la resolución de la
dualidad en una síntesis fluida”. Rigiendo, como lo hace, a todos los pares de
opuestos en el zodíaco, preserva la interacción magnética entre ellos,
manteniéndolos fluidos en sus relaciones, con el fin de facilitar eventualmente
su transmutación en unidad, pues ambos finalmente deben llegar a ser Uno. Se ha
de recordar que -desde el ángulo del desarrollo final de las doce potencias
zodiacales- los doce opuestos deben transformarse en los seis fusionados, y
esto se produce mediante la fusión de los pares de opuestos en la conciencia.
Deténganse y reflexionen sobre lo antedicho. Los opuestos persisten eternamente
desde el punto de vista de la razón humana, pero para el iniciado cuya
intuición está activa, constituyen sólo seis grandes potencias, porque él ha
logrado “actuar libremente entre ambos”, según se dice. Por ejemplo, el sujeto
de Leo que tiene conciencia iniciática conserva la individualidad desarrollada
en Leo, lo mismo que la universalidad de Acuario; puede actuar, si así lo
desea, como individuo plenamente autoidentificado, poseyendo simultáneamente una
despierta percepción universal; lo mismo se puede afirmar de la actividad
equilibrada y la consiguiente fusión en todos los signos. Este análisis
constituye en sí mismo un campo de especulación interesante y de gran alcance.
Géminis
es, por lo tanto, uno de los más importantes de los doce signos, y su
influencia se halla detrás de cada uno de ellos -esto no es bien entendido por
los astrólogos, pero será mejor comprendido cuando se estudie el triángulo de
Géminis y los dos signos opuestos. Debido a que el Rayo de Amor-Sabiduría, el
segundo rayo, fluye a través de Géminis, se evidencia cuán verídica es la
enseñanza ocultista de que el amor subyace en todo el universo. Se nos asegura
que Dios es Amor, y esta afirmación es una verdad exotérica y esotérica. Este
subyacente amor de la Deidad llega a nuestro sistema solar principalmente a
través de Géminis, el cual forma un triángulo cósmico con las constelaciones de
la Osa Mayor y de las Pléyades. Éste es el triángulo del Cristo cósmico y el
símbolo esotérico que está detrás de la Cruz cósmica. Existe siempre el eterno
triángulo detrás de la cuádruple apariencia fenoménica. Simbólicamente hablando
y con las palabras de El Antiguo Comentario:
“Sobre
el triángulo dorado apareció el Cristo cósmico; Su cabeza en Géminis, un pie en
el campo de los Siete Padres y el otro afirmado en el campo de las Siete Madres
(a ambas constelaciones se las denomina a veces los Siete Hermanos y las Siete
Hermanas. A.A.B.) Así, durante eones, el Gran Ser permaneció, con su conciencia
dirigida internamente, consciente de tres pero no de cuatro. Intensa y
súbitamente oyó un sonido... Despertó a ese grito. Se desperezó y extendió
ambos brazos en amor comprensivo y, he aquí, se formó la Cruz.
Oyó
el grito de la Madre (Virgo), el del Buscador (Sagitario) y el del sumergido
Pez (Piscis). He aquí que apareció la Cruz Mutable, aunque Géminis permaneció
siendo la cabeza. Tal es el misterio.”
En
esta firmación esotérica está oculta una de las razones de por qué a Géminis se
lo considera un signo de aire; pues está cósmicamente relacionado (como lo
están Libra y Acuario, otros dos puntos de la triplicidad de aire) en forma muy
peculiar con la Osa Mayor, las Pléyades y Sirio. La relación es esencialmente
séptuple, y aquí hallarán un indicio sobre la resolución de los pares de
opuestos -implicando estas tres constelaciones, como lo hacen, las tres ideas
de oposición-equilibrio-síntesis, o fusión universal. Podría decirse que:
1. Géminis-conforma un punto de entrada para la energía cósmica de
Sirio.
2. Libra-está relacionada con las Pléyades y transmite su potencia.
3. Acuario-expresa la conciencia universal de la Osa Mayor.
Sería
de utilidad recordar aquí lo que frecuentemente he dicho, de que la Gran Logia
Blanca de Sirio es el prototipo espiritual de la Gran Logia Blanca de la
Tierra, de la cual la Masonería moderna es el reflejo distorsionado, así como
la personalidad es el reflejo distorsionado del alma. También les recordaré la
relación que existe entre Géminis y la Masonería, a la cual me he referido con
frecuencia.
Una
concienzuda consideración de lo que acabo de expresar servirá para remarcar, en
la conciencia, la importancia de la constelación Géminis, y la significación
interna de la Cruz Mutable. Todas las constelaciones en esta Cruz marcan puntos
de cambio, o son custodios de las energías que producen lo períodos necesarios
de reorientación, preparatorios a nuevos desenvolvimientos y actividades. Sería
interesante indicar que:
1. La Cruz Mutable-produce esas condiciones que traerán períodos de
cambio en la vida del planeta, de un reino de la naturaleza, o de un ser
humano. Mercurio desempeña una parte en esto.
2. La Cruz Fija-produce, como consecuencia de tales cambios internos,
ciertos grandes puntos de crisis, los cuales son inevitables y presentan
definidas oportunidades. Saturno produce esto en forma predominante.
3. La Cruz Cardinal-es responsable de efectuar ciertos grandes puntos
de síntesis, como consecuencia del cambio y de la crisis. Júpiter es
responsable del enfoque de energías en este punto.
Más
adelante me extenderé sobre ello, pero lo expuesto les dará (aunque en forma
concisa) algunas ideas positivas de gran importancia e indicará ciertas
situaciones que pueden esperarse en las vidas de aquellos cuyo Sol está en
cualesquiera de estos signos y sobre una de estas Cruces.
En
la expresión de la actividad de este signo de la dualidad, debemos considerar
la energía subjetiva cuando produce efectos objetivos. Este signo controla
esotéricamente el corazón de nuestro sistema solar y controla también el latido
de la vida que sustenta todo lo que es. Géminis está, en consecuencia,
conectado con el corazón del Sol, así como Cáncer está relacionado con el Sol
físico y Acuario con el Sol espiritual central. Tienen aquí otra vez un significativo
triángulo de naturaleza cósmica, cuyas energías están enfocadas a través de
tres aspectos del Sol, en forma muy misteriosa:
1. Cáncer Sol físico 3er, aspecto actividad inteligente del
Todo.
2. Géminis El corazón del
Sol
2do. aspecto amor del
Todo.
3. Acuario El Sol
espiritual central ler. aspecto voluntad del Todo.
Los
tres aspectos principales de la divinidad están en la actualidad enfocados a
través de estos signos. En la confección del horóscopo del planeta (algo que
nunca se ha realizado con exactitud, debido a la falta de datos disponibles
para el astrólogo exotérico) será de máxima importancia la influencia que
ejercen estas tres constelaciones. En Cáncer tenemos la conciencia sintética
inteligente de la masa, considerándola desde la conciencia de la materia misma
y de la percepción de todas las formas y átomos; en Géminis tenemos un
emergente reconocimiento de la dualidad que conduce a la experiencia y al
crecimiento de todas las formas inteligentes separatistas; en Acuario el
resultado de la actividad de Cáncer y Géminis produce una síntesis más elevada
y una conciencia grupal universal. El estudiante inteligente puede, con
moderada facilidad, en relación con la humanidad, dilucidarlo, pero es
análogamente aplicable a las formas de todos los reinos de la naturaleza y
también a la expresión planetaria y solar. La comprobada realidad de esto
constituye uno de los desarrollos del proceso iniciático al final del largo
sendero evolutivo. La atracción y repulsión son factores condicionantes de
nuestra vida solar, y este condicionamiento nos llega por medio de Géminis, lo
cual es efecto de una energía cósmica desconocida hoy por la humanidad. La luz
creciente y menguante que caracteriza la experiencia del alma desde el primer
vacilante paso hacia la encarnación y la experiencia en la Tierra, el
surgimiento y la caída de las civilizaciones y el crecimiento y desarrollo de
todas las manifestaciones cíclicas, se producen por la denominada “interacción
entre ambos hermanos”. En esa lejana época, cuando la ronda mayor del zodíaco
se inició en Géminis, como ahora en Piscis, existía una relación entre las
fases creciente y menguante de la Luna, debido al poder del latido de Géminis,
que ha disminuido grandemente, debido a que se ha extraído la vida sensible de
la Luna, pero aún continúa el ritmo iniciado allí, produciendo la misma ilusión
básica. Hablo en términos de hechos muy antiguos y no de reflejos, como ahora
sucede. Me refiero a las realidades y no a las sombras.
Géminis,
como habrán empezado a captar, está relacionado con el cuerpo etérico; es el
custodio de la energía condicionante, y el intermediario, en lo que respecta a
las esencialidades básicas, entre el alma y el cuerpo. Éstos son los dos
hermanos aliados. En el hombre común, el vehículo etérico es el transmisor de
la energía síquica que energetiza y coordina al cuerpo físico denso y permite,
por lo tanto, que la personalidad sea controlada astral y mentalmente. Cuando
el hombre se halla en el sendero del discipulado y, por lo tanto, en la rueda
revertida, que conduce a la iniciación, el cuerpo etérico llega a ser el
transmisor de la energía del alma y no de la fuerza de la personalidad; el
poderoso efecto del segundo Rayo de Amor-Sabiduría -actuando por medio de los
seis rayos subjetivos, de acuerdo al tipo de rayo- empieza invariablemente a
dominar al cuerpo vital, produciendo, en consecuencia, el cambio de fuerza y de
intensidad hacia los centros situados arriba del diafragma. Disminuye y se
desvanece el poder de la personalidad, mientras aumenta y crece el del alma.
Hay mucho que aprender del estudio de la actividad dual -superior e inferior-
del cuerpo etérico y de su relación y respuesta a la constelación de Géminis, y
es demasiado abstruso para el estudiante común. Sin embargo es un hecho
esotérico digno de recordarse, y algún día tendrá verdadero valor para el
astrólogo del futuro, y la astrología será elevada a un plano superior.
Entonces llegará la verdadera interpretación como también la verdadera curación
en todos los sectores de la vida humana, por la comprensión adecuada de las
potencias y energías disponibles que afluyen al planeta en cualquier momento
dado.
Consideremos
ahora los regentes de este signo, pues mucho se puede aprender de su estudio.
El regente ortodoxo es Mercurio que, como Mensajero de los Dioses o
“Intermediario divino, lleva mensajes de un polo a otro, con rapidez y luz”. En
este potente e importante planeta, tenemos nuevamente la idea de la dualidad,
ampliada y engrandecida por la influencia de Géminis. Mercurio es la expresión
del aspecto dual de la mente cuando media entre lo superior y lo inferior. Esta
mediación tiene dos etapas: Primero, el empleo de la mente inferior concreta,
como mediador dentro de la personalidad, que condiciona la vida de la
personalidad, analiza y discierne entre el yo y el no-yo humanos y acentúa la
conciencia del “yo y el tú”, así como la de la personalidad y su medio
ambiente. Segundo, lleva los mensajes del alma al cerebro y establece correcta
relación entre los yoes superior e inferior, por lo tanto la mente iluminada es
la que relaciona al alma con la personalidad. Este proceso de relaciones
superiores es llevado a cabo con rapidez en el sendero del discipulado. Existe
un tercer aspecto de Mercurio, el cual empieza a actuar cuando los otros dos se
han perfeccionado, o están en proceso de perfeccionarse rápidamente. En este
caso Mercurio es la mente abstracta -separada de todo contacto con la forma,
tal como lo comprendemos- y relaciona alma y espíritu, también en dos etapas.
Mercurio revela al alma la Tríada espiritual (atma-budi-manas, o voluntad
espiritual, amor espiritual y mente superior) que lleva al discípulo a la etapa
de la tercera iniciación. Entonces Mercurio llega a ser el revelador del
aspecto vida durante los procesos de las iniciaciones superiores. No es
necesario que me extienda sobre esto.
Sin
embargo, Mercurio acrecienta en forma peculiar, en el sujeto de Géminis, el
sentido latente de la dualidad, en sus diversas etapas, así como el sentido del
discernimiento, y lleva a esa agilidad y fluidez mentales que constituye uno de
los mayores acervos y también una de las mayores dificultades de este signo.
Esta agilidad deberá ser correctamente comprendida y manejada. Donde existe
facilidad para el acercamiento mental en cualquier dirección y en conexión con
los innumerables opuestos en manifestación, tenemos el surgimiento de un divino
Mensajero en su verdadero carácter, capaz de comprender los extremos y
relacionarlos divinamente entre sí. Géminis es predominantemente el signo del
Mensajero y ha traído muchos mensajeros de Dios en el transcurso de las épocas,
reveladores de nuevas verdades divinas e intermediarios entre el cuarto y el
quinto reino.
Por
esta razón Mercurio es el regente exotérico y Venus el regente esotérico, pues
ambos personifican las energías del cuarto Rayo de Armonía a través del
Conflicto y del quinto Rayo del Conocimiento Concreto o Ciencia, que es
comprensión embrionaria de las causas y condiciones resultantes de aquéllas y
también del Plan.
Nuevamente
tenemos aquí un dualismo (establecido por la actividad de estos dos regentes)
en la relación que existe entre el tercer reino de la naturaleza, el reino
animal, y el reino de Dios, o de las almas, el quinto reino de la naturaleza,
produciendo así el cuarto reino o humano. Las influencias van de Sagitario a
Géminis y viceversa. La actividad de Venus -bajo la influencia de Géminis-
produjo la gran crisis de la individualización, cuando los dos reinos se
aproximaron. Venus, Mercurio y la Tierra establecieron entonces un campo
magnético que hizo que la intervención de la Gran Logia Blanca en Sirio y el
estímulo dual en Géminis, fueran eficaces y produjeran resultados
significativos, de los cuales el cuarto reino de la naturaleza es su expresión.
El hecho de que Géminis es el tercer signo y personifica lo que se llama “una
tercera potencia”, lo capacitó para alcanzar con sus propias fuerzas el tercer
reino y producir esa reacción que dio por resultado la individualización o
humanización de sus formas superiores de vida. Como verán, Venus es también el
regente jerárquico de Capricornio, demostrando así el poder de la mente y su
lugar y propósito, respecto a las dos principales crisis humanas: Individualización
e Iniciación. Esto relaciona a la humanidad con Géminis en forma excepcional.
En la futura religión mundial se tendrá en cuenta este hecho y, en el mes de
junio en que esencialmente las influencias de Géminis son particularmente
fuertes, se aprovecharán debidamente a fin de acercar más al hombre a las
realidades espirituales. Así como Venus fue potente para producir la relación
de los pares de opuestos, como en el caso del quinto reino de las almas y el
tercer reino (la síntesis de los reinos subhumanos), que conducen a un gran
acercamiento entre el alma y la forma, también en la nueva religión mundial
será reconocido este hecho. Sé hará un llamado a esas fuerzas que pueden
utilizar esta potencia planetaria a fin de desarrollar el Plan divino en la
Tierra. Debido a que Venus relaciona ciertos pares de opuestos la mente de los
hombres lo ha vinculado erróneamente con el sexo y la vida sexual y relacionado
con los opuestos físicos, masculino y femenino.
Resulta
interesante ver que el regente jerárquico de Géminis es la Tierra, planeta no
sagrado. La Tierra también es el regente esotérico de Sagitario, el polo
opuesto de Géminis, siendo las únicas dos constelaciones que están regidas por
la Tierra, este hecho es de gran significado pues crea una situación poco común
en el sistema solar y una relación singular. La línea cósmica de fuerza que va
de Géminis a Sagitario y en forma inversa, está subjetiva y esotéricamente
relacionada a nuestra Tierra, garantizando así el desarrollo de su alma, el desenvolvimiento
de su forma como expresión de esa alma y conduciendo inevitablemente a nuestra
afligida humanidad, en este calamitoso planeta, a la puerta de la iniciación en
Capricornio.
En
esta afirmación y en el dolor y el pesar, que son cualidades distintivas de
nuestra vida planetaria, está oculto un misterioso secreto.
A
través de esta relación y por medio de las potencias que afluyen a nuestro
planeta, se establece una situación que podría ser expresada con las palabras
del Antiguo Comentario:
“Cuando
las fuerzas duales de los hermanos cósmicos (Géminis) se convierten en la
energía del Uno, el cual cabalga hacia la luz (Sagitario), entonces la cuarta
se trasforma en la quinta. La humanidad, el vínculo, se convierte en la
Jerarquía dadora de todo bien. Entonces se regocijan los Hijos de Dios.”
Un
breve estudio demostrará que en estos tres regentes tenemos la más interesante
secuencia de fuerzas, porque los rayos 3, 4 y 5 producen una síntesis de
actividad y de ávidas potencias, esenciales para el desenvolvimiento de la
humanidad. En este ciclo mundial, y para la humanidad como se halla hoy
constituida, tenemos:
1. 3er. Rayo. - Inteligencia Activa bajo la influencia de este tercer
signo, Géminis, condicionando lentamente al cuerpo etérico.
2. 4to. Rayo. - Armonía a través del Conflicto por la influencia de
Géminis-Sagitario, estableciendo situaciones en el plano astral, que producirán
conflicto en el cuerpo astral, esencial para el recorrido final en la tierra
ardiente y la subsiguiente liberación.
3. 5to. Rayo. - Conocimiento Concreto o Ciencia, bajo la influencia
de Capricornio, enfocada a través de Venus, que permitirá al hombre recibir la
iniciación.
Estas
tres energías, enfocadas por los tres planetas que rigen a Géminis, están
esencialmente dedicadas a desarrollar el cuarto reino de la naturaleza y
polarizadas en la Tierra, y ésta es uno de los regentes.
Mercurio,
la estrella del conflicto, es el planeta más importante de las relaciones,
porque rige y “dirige” (si puedo usar tal término) la interacción entre nuestra
Tierra y sus constelaciones condicionantes. En lo que a Géminis se refiere,
relaciona nuestro pequeño planeta con Virgo (Cruz Mutable), con Aries (Cruz
Cardinal) y con Escorpio (Cruz Fija), y su misión es por lo tanto de
importancia suprema. Por medio de esta interrelación y el consiguiente
intercambio, las tres Cruces cósmicas se relacionan estrechamente y, en
Géminis, están enfocadas sobre nuestro planeta ciertas influencias zodiacales
fundamentales -sintetizadas y coordinadas. Esto produce tensión, acción y
reacción, y esa condición de grandes luchas y dificultades, características de
nuestra vida planetaria, que eventualmente traerá el despertar de la humanidad
a la plena conciencia planetaria y, en el caso del Logos planetario, a la plena
conciencia cósmica.
Este
efecto es muy poderoso en Géminis porque los dos brazos de la Cruz Mutable
están relacionados de este modo, y el resultado de la actividad de Mercurio,
cuando rige a Géminis, es para producir una constante atracción entre los pares
de opuestos; en Virgo produce la lucha interna entre el no-yo exotérico y el yo
esotérico, entre la conciencia forma (planetaria, humana y subhumana) y el alma
dentro de todas las formas. Al considerar este tema deberán tener en cuenta las
siguientes formaciones astrológicas:
1. Géminis Virgo Mercurio
La
Tierra.
2. Géminis Aries Mercurio
La Tierra.
3. Géminis Escorpio Mercurio
La Tierra.
La
importancia de estas tres formaciones está basada en el hecho de que son triángulos
condicionantes, con las energías de dos constelaciones enfocadas en la Tierra,
a través de Mercurio, por ejemplo:
Géminis Aries
Mercurio
la
Tierra
Las
potencias de Géminis y de Aries, introducidas en nuestra vida planetaria a través
de Mercurio, enfocan la energía de la condicionante voluntad de ser en la
Tierra, produciendo comienzos iniciales como el de la encarnación, y la
iniciación o el comienzo de la organización, como también de los organismos.
Debe recordarse que existe la voluntad de estar en la forma y la voluntad de
liberarnos de la forma; pero estos aspectos de la voluntad se logran a través
del conflicto y la interacción, de lo cual son símbolos eternos las respectivas
energías de Géminis y Mercurio.
Mercurio,
debido a que relaciona a Géminis con Escorpio y con nuestro planeta, tiene un
efecto general o masivo, porque es el regente jerárquico de Escorpio y su
efecto es de naturaleza más planetaria que lo común y, por lo tanto, más
difícil de descubrir en nuestra actual etapa de desarrollo planetario y de
conciencia humana. Su verdadera significación no será comprendida hasta que la
conciencia individual del hombre sea también planetaria en su alcance y
captación, lo cual no ocurre hasta después de la tercera iniciación. He
acentuado el hecho de que existen dos de estas relaciones entre las
constelaciones y la Tierra, aunque no pueden comprenderse las implicaciones.
Cuando estudiamos, se suele olvidar con frecuencia, que no es posible para
ningún ente consciente, dentro de la esfera planetaria de influencia, concebir
condiciones distintas de las de la Tierra, pues este pequeño planeta constituye
inevitablemente para ese ente el centro mismo de su universo conocido y -bajo
la Gran Ilusión- las constelaciones con sus regentes y contrapartes
prototípicas giran alrededor de ella. Cuando el hombre haya progresado más y su
conciencia comience a despertar a la realidad, la naturaleza de esta ilusión
llegará a ser evidente para él, aunque en la actualidad no le es posible
hacerlo ni siquiera teóricamente. Estudien, por ejemplo, lo que aún debo decir
sobre la influencia de estas constelaciones relacionadas, y observen si les
imparte un conocimiento exacto, más allá de una idea general de las energías
enfocadas y las fuerzas relacionadas. Por lo tanto, permítaseme agregar que la
influencia de Mercurio, debido a que relaciona a Aries y Géminis con nuestra
Tierra, establece una situación excepcional en tiempo y espacio, porque incita
a hacer esfuerzos experimentales, o inicia una serie de comienzos para
relacionar las fuerzas opuestas y producir en nuestro planeta ciertos efectos
definidos y planeados, influyendo a los reinos de la naturaleza o al alma
individual en la forma, originándose así un conflicto que conduce finalmente al
equilibrio.
Esto
lleva a una culminación intermedia en Libra.
La
influencia que ejerce Mercurio a medida que relaciona a Virgo con Géminis
condiciona el alma dentro de la forma, sometiéndola a esas influencias que la
llevarán a intensificar el proceso evolutivo común, el consiguiente crecimiento
de la luz del alma y la disminución de la luz de la materia. Esto inicia esa
lucha que el ser humano sabe conscientemente que se libra en él entre el alma y
la personalidad.
Esto
conduce a una etapa final en Capricornio.
La
influencia que ejerce Mercurio, cuando relaciona a Escorpio y a Géminis,
origina esa etapa final en la conciencia que ubicará con toda seguridad, en el
lugar de poder, al alma dentro de la forma, llevando definitivamente al reino
del alma el equilibrio y el control adquiridos anteriormente. Esto, en
Escorpio, produce la terrible experiencia del discípulo, que actualmente es una
de las causas predisponentes del actual conflicto mundial. Resultará
interesante observar que la lucha tiende a ser condicionada principalmente por
las decisiones tomadas en Londres (regida por Géminis) y en los Estados Unidos
(gobernado también por Géminis). La humanidad está ahora en el sendero del
discipulado, he dicho frecuentemente, y Escorpio rige ese sendero, gobernando
Géminis el camino de los innumerables cambios que condicionan la lucha iniciada
en Aries, enfocada en Cáncer, llevada a una crisis en Escorpio y terminada en
Capricornio.
Cuando
Géminis, Escorpio y Mercurio estén correctamente relacionados, veremos a los
Estados Unidos entrar en el sendero del discipulado, porque abandonará su
actual política autocentrada, su bien intencionado rechazo a aceptar
responsabilidades y su innato temor y desconfianza. Cuando el poder en Londres
esté enfocado y orientado correctamente y dirigido con acrecentada eficacia
mediante la purificación drástica del móvil, entonces el efecto unido de ambos
esclarecimientos traerá la liberación humana. Esto se va comprendiendo
lentamente en Londres, antes que en Estados Unidos, que va despertando con más
lentitud.
Cuando
estas potencias son efectivas, conducen al verdadero servicio en Acuario.
Toda
esta actividad se intensifica por dos hechos: uno, porque la Tierra es el
regente jerárquico de Géminis, y el otro, porque Venus es su regente esotérico.
Esto intensifica todo lo que se lleva a cabo y conduce a desarrollar la
conciencia de la universalidad en nuestro planeta, de la cual la palabra
Jerarquía es la clave. Venus es también el alter ego de la Tierra, según se lo
denomina en la literatura ocultista, y es su verdadero planeta complementario y
suplementario. Hemos establecido dos relaciones duales: la de Géminis, los dos
hermanos, y la de la Tierra y Venus. La Tierra está peculiarmente relacionada
con el “hermano cuya luz está disminuyendo”, porque, como saben, no es un
planeta sagrado, y con el aspecto material o sustancial de la divinidad. Venus
está estrechamente relacionado con el “hermano cuya luz aumenta ciclo tras
ciclo” y, por lo tanto, con el alma, cuya naturaleza es amor. Esta situación de
Géminis-Venus reside en que nuestra Tierra es excepcionalmente el “planeta del
sufrimiento que libera y del dolor que purifica”; la energía que produce estos
factores liberadores está enfocada mediante Mercurio y Venus sobre nuestra
Tierra. En consecuencia verán la significación de ese triángulo de planetas
(sugerido en el Tratado sobre Fuego Cósmico), Tierra, Venus, Mercurio. Desde
cierto ángulo, ellos están relacionados a la personalidad de nuestros Logos
planetario:
1. La Tierra-cuerpo vital planetario.
2. Venus-vehiculo astral planetario o kama-manas (deseo-mente).
3. Mercurio-mente planetaria.
La
Tierra es también, en pequeña escala, un planeta intermediario o relacionador,
porque rige a Géminis y Sagitario, y es, por lo tanto, potente únicamente
dentro de esta línea de relación dual, que existe entre este particular par de
opuestos. En la Tierra se está llevando a cabo un gran proceso de equilibrio
entre dos grandes corrientes de energía cósmica, una emana de Sagitario, la otra
de Géminis. Esta condición, ayudada e influida por Mercurio y Venus, produce
una situación algo inusitada en nuestro planeta.
Venus
también establece una interacción entre Tauro, Géminis, Libra y Capricornio,
que (como la Tierra es uno de los regentes de Géminis) también origina el
“desesperado conflicto del alma, prisionera en el plano astral”, que
caracteriza nuestra vida planetaria. Estas cuádruples influencias y relaciones
producen las iniciaciones menores en el plano astral, que siempre preceden a
las iniciaciones mayores en Capricornio, para las cuales se preparan a su vez
en Escorpio. Tauro derrama, por medio de Venus, el deseo que sirve de estímulo
a la energía en nuestra Tierra; Géminis, vía Venus, despierta en la humanidad
(punto focal de nuestro esfuerzo planetario) el sentido de dualidad, factor
básico en el conflicto entre el deseo y la voluntad espiritual: en Libra, esto
alcanza un punto de equilibrio, donde el que lucha ve con claridad las
consecuencias y logra el punto de equilibrio deseado, por medio del inteligente
empleo de la mente Mercurio-Venus, asegurando el éxito de su esfuerzo final en
Capricornio. Observarán, por lo tanto, cuán necesario resulta establecer, con
exactitud, el grado de evolución del alma.
Los
tres planetas que rigen y condicionan a Géminis (por medio de una prolongada
actividad, aunque no por sus propias influencias) son, en este tercer signo,
eficaces para convertir este signo dual en una triplicidad activa; la ayuda
prestada a nuestra Tierra produce la aparición, en la forma, de las energías
duales del alma y de la personalidad síquica subjetiva. Reflexionen sobre esto.
Las energías de quinto, cuarto y tercer rayos, que afluyen a través de Venus,
Mercurio y la Tierra, producen la eternamente repetida triplicidad divina, y el
proceso de liberar al alma de la influencia de la forma.
Hemos
considerado aquí los rayos que afectan directamente a nuestro planeta, la
Tierra, enfocados a través de los tres planetas regentes, que emanan de ciertas
constelaciones. En último análisis, el planeta es el resultado o el efecto
(debería decir efecto resultante) de la influencia de rayo, así como en el ser
humano el cuerpo físico es el efecto de los rayos gobernantes. Por medio de los
planetas se manifiestan ciertas potencias, las cuales son tres, y podría
señalar aquí que los denominados planetas sagrados son esas potencias de rayo
que expresan el alma y el espíritu, y el rayo de la personalidad de la gran
Vida animadora, el Logos planetario, estando subordinados a los dos rayos
superiores, como en el caso del hombre después de la tercera iniciación. Un
planeta no sagrado, como la Tierra, está todavía sujeto al rayo de la
personalidad de la Vida animadora; aquí no es aplicable la analogía con el rayo
monádico esotérico.
Géminis
está regido indirectamente por los rayos que trasmiten esas potencias que, con
Géminis, constituyen la Cruz Mutable, y son la Luna, Júpiter, Marte y Plutón.
Trasmiten esas energías que expresan el cuarto, segundo, sexto y primer rayos.
Por consiguiente, en lo que concierne a Géminis, falta únicamente un rayo, el
séptimo Rayo de Organización, Magia Ceremonial y Ritual. Esto explica la
inestabilidad y la fluidez de la influencia de Géminis, grandemente responsable
del frecuente fracaso de la persona de Géminis para expresar la belleza, los
ideales, etc., presentidos, a fin de que se materialicen en el plano físico. El
séptimo rayo produce fijación en el plano exotérico de la experiencia y arraiga
(si puedo emplear tal término) las fuerzas de rayo en la forma, produciendo la
expresión concreta de los poderes o realidades subjetivas. Seis fuerzas se unen
en Géminis y, por esta razón, el doble triángulo o sello del Rey Salomón, es
uno de los símbolos subjetivos de este signo, que lo vincula a la tradición
masónica e indica también su dualidad esencial.
Por
lo tanto todas las potencias internas están presentes y únicamente se omite, en
las facultades del hombre nacido en Géminis, la energía estabilizadora de
séptimo rayo. Así se explica fácilmente la versatilidad del sujeto de Géminis.
La eficacia de Mercurio también sobresale en el aspecto interpretativo, porque
el sujeto de Géminis siempre puede hallar puntos de contacto con las personas
de casi todos los rayos. Es algo interesante recordar esto para comprender que
el gran ritual masónico fue inaugurado bajo la influencia de este signo, aunque
se omitió el rayo del ritual. Ello se debió a la reacción que provoca oposición
y, por lo tanto, interacción y lucha. De allí las pruebas y experiencias en el
procedimiento masónico.
La
influencia indirecta de la Luna, cuando personifica simbólicamente el cuarto
Rayo de Armonía a través del Conflicto, le proporciona a Mercurio la dual
tendencia a la lucha, característica de este signo, y además la tendencia dual
a la armonía, resultado inevitable de todo conflicto espiritual. En conexión
con la dualidad del conflicto, deberá recordarse que existe un conflicto
durante el proceso evolutivo, que conduce finalmente al conflicto en el Sendero.
Éstos son los dos aspectos de la lucha: inconsciente, bajo la dirección de la
forma, o consciente, bajo la dirección del alma. Exige además la armonización
de la personalidad y el logro de su integración; esto es la consecuencia o meta
del primer conflicto y luego la obtención de la armonía entre el alma y la
forma. En las etapas finales del Sendero se llega a esto a través de la lucha.
Así
también se evidencia el dualismo esencial de este signo. Cuando la influencia
de Júpiter llega a ser fuerte y poderosa en este signo, indica que es un
iniciado y señala el logro rápido “de la síntesis del dualismo”, alma y
espíritu. Por la actividad de Mercurio, el hombre cuyo Sol está en Géminis es
ayudado para obtener la síntesis del alma y la forma; por la actividad de
Júpiter, el hombre cuyo signo ascendente es Géminis, está capacitado para
obtener la integración consciente del alma y del espíritu. Observen ambos
puntos porque son de gran significado. El conflicto que producen estas etapas
de conciencia es fomentado por la influencia indirecta del planeta Marte, que
lleva la guerra hasta las profundidades mismas de las circunstancias, del medio
ambiente y del ser, confiriendo, al mismo tiempo, tal devoción al objetivo
visualizado -tal como puede verse en cualquier etapa determinada del Sendero-,
que es imposible el fracaso final. Hacia el final del proceso evolutivo el
discípulo empieza a responder conscientemente a la cuarta influencia indirecta
-la de Plutón, produciendo la muerte de todos los factores obstruyentes y de
cuanto impide la síntesis. Plutón, cuando afecta a Géminis, produce la muerte o
finalización de la naturaleza instintiva separatista, porque es el factor que
se halla detrás de todo dualismo, siendo inherente a lo que La Doctrina Secreta
denomina el principio de “ahankara”, o la percepción del ego separatista y
aislado; durante eones es hostil a la aspiración del alma que está aprisionada,
enfocada o identificada con algún aspecto de la personalidad, o con la
personalidad misma en una etapa posterior.
Al
analizar los distintos signos zodiacales casi no he considerado el efecto que
producen sobre el cuerpo físico. Esto constituye en si una ciencia,
estrechamente ligada a la teoría de la curación espiritual. Quisiera, sin
embargo, ocuparme de la relación que tiene Géminis con la forma física, porque
simboliza con tanta realidad el proceso del desenvolvimiento divino, que es por
eso muy oportuno tratarlo aquí.
Géminis
rige los brazos y las manos, indicando el servicio mutuo que deben prestarse
los dos hermanos para lograr la disolución (regido por Plutón) de la relación
separatista que durante tan largo tiempo ha existido entre ellos. Lo que aquí
se debe considerar es el factor salud durante la vida; por esta razón Géminis
gobierna también la oxigenación de la sangre, que proporciona la actividad en
la vida, la libre interacción y la circulación del aspecto alma-espíritu por
todo el complejo organismo de la forma corporizada. Cuando fluye libremente la
fuerza de la vida y nada impide la circulación de su fluido a través de la
sangre, se tendrá en consecuencia y normalmente perfecta salud. La comprensión
de esta ley produce en el iniciado un estado de salud controlada y la
inmortalidad elegida, objetivo establecido en numerosas escuelas de curación
mental. Éstas (sin excepción) como bien saben, son estrictamente tan místicas y
carentes de ciencia, que prácticamente sus realizaciones son nulas o conservan
el ideal sin llevarlo a su consumación.
Géminis
rige también el sistema nervioso y las reacciones fluídicas de todo el
organismo nervioso. En este signo y su actividad tenemos la tendencia de
controlar oportunamente los dos aspectos del alma a los cuales me he referido
constantemente en los libros: el aspecto de la vida asentado en el corazón,
empleando la corriente sanguínea para su interacción y expresión dadora de
vida, y el aspecto conciencia asentado en la cabeza, empleando el sistema
nervioso como modo, condición o proceso de expresión. A esto debe agregarse el
efecto directo e indirecto de los rayos que rigen el signo. Por la comprensión
de la vida y de la conciencia, tal como están regidas por Géminis, puede
obtenerse mentalmente la liberación final. Reflexionen sobre esta afirmación
porque, en Géminis, el discípulo puede llegar a captar, inteligentemente, lo
que podríamos denominar el mecanismo de la conciencia y de los procesos de la
vida, que le permite finalmente al hombre ser lo que es. Géminis rige también
la glándula timo, inactiva en la actualidad en la persona adulta, debido a que
el centro cardíaco aún no ha despertado en la mayoría. Sin embargo, entrará en
actividad cuando “el hermano inmortal inunde al hermano mortal con la luz y la
vida de Dios”. Entonces el centro cardiaco, con su correlacionante actividad de
conciencia (comprensión y amor grupales) actuará libremente. El misterio del
signo concierne en realidad al secreto de la respuesta, que oportunamente debe
existir y existirá entre los dos hermanos, entre los dos polos -alma y forma- y
entre el yo mortal o personalidad, y el yo inmortal o alma. La sensibilidad y
la reacción rápida son características de la gente nacida con el Sol en este
signo o con Géminis en el ascendente. En las primeras etapas y en la persona no
evolucionada conduce a una versatilidad fluida; en etapas posteriores y más
avanzadas conduce a una análoga comprensión fluida, pero analítica, de los
hombres y las circunstancias. Esto se efectúa por la constante actividad, el
incesante movimiento y las eternas condiciones internas cambiantes, inherentes
al signo mismo; éstos “palpitan entre los dos aspectos” de este signo dual, y
se destacan por el hecho de que Géminis es el aspecto más importante de la Cruz
Mutable, estableciendo o determinando los cambios y sus grados de progresión.
En
el polo opuesto de este signo, Sagitario, la interacción entre ambos hermanos,
o los yoes superior e inferior, está enfocada o condicionada en un esfuerzo
unido y dirigido. El hombre versátil y cambiable llega a ser el discípulo
autodirigido, que realiza un esfuerzo autocentrado, conservando no obstante la
versatilidad desarrollada anteriormente, pero controlando y rigiendo la
tendencia a la fluidez, a los movimientos superfluos y a los cambios mal
dirigidos. Anteriormente me he ocupado mucho de esto, cuando estudiamos el
signo de Sagitario siendo, por lo tanto, innecesario repetirlo.
Es
de gran interés para el iniciado o el discípulo avanzado, saber que en este
signo no cae ni está exaltado planeta alguno. La clave de este misterio se
halla oculta en que, en las etapas intermedias entre Géminis y Sagitario, el
equilibrio, la estabilidad, la fusión y la mezcla, son los objetivos del ente
luchador consciente, pero casi ciego. La armonía debe obtenerse evitando en
consecuencia todos los extremos. Los siete signos -inclusive Géminis y Sagitario-
son de suma importancia en lo que concierne a la humanidad:
Géminis.
- De naturaleza subjetiva. Vital. No está enfocado en el plano físico, sino en
el hermano mortal.
Cáncer
Leo Son signos estrictamente humanos que reconocen la
cualidad,
Virgo
Libra acentuada en el signo central Virgo
Escorpio
Sagitario
- De naturaleza subjetiva. Vital. No está enfocado conscientemente en el plano
físico, sino en el hermano inmortal. En Sagitario existe la misma condición.
Ningún planeta cae ni está exaltado. Sin embargo, Mercurio está en detrimento o
disminuye su influencia. En Géminis ocurre lo mismo con Júpiter. Esotéricamente
hablando, esto ocurre por ser uno de los secretos de la iniciación. La clave
del misterio subyace en el fundamental dualismo espiritual de Júpiter, en
contraposición al dualismo cuerpo-alma de Géminis; en Sagitario, el dualismo de
Mercurio se expresa a través de la mente superior-inferior y es trascendido por
la mente espiritual o universal. No es posible dar por el momento otra
indicación.
En
conexión con los decanatos y sus regentes, es interesante observar que Sefarial
y Alan Leo dan regentes planetarios totalmente distintos y ambos están en lo
cierto. Sefarial da algo excepcional en él, tres planetas, Júpiter. Marte y
Sol, indicando así los regentes esotéricos del signo, sobre la rueda del
discipulado. Generalmente su elección es exotérica y no esotérica. Alan Leo, en
este caso, da Mercurio, Venus y Saturno, que rigen la rueda de la vida común, y
entre los tres abarcan la rueda que gira en ambas direcciones. Observarán que
dos de los planetas regentes de los decanatos, en el caso de la rueda común,
sirven para destacar los regentes planetarios del signo. Géminis y Saturno
ofrecen, en una etapa bastante avanzada, la necesaria oposición como para
producir una revolución básica. Observen esta frase. Toda la cuestión, respecto
a la rueda giratoria en su acción y efecto duales sobre la conciencia (y por lo
tanto todo el problema de los tres decanatos en cada signo del zodíaco). debe
permanecer como un problema abstruso y difícil, hasta el momento en que los
astrólogos hayan desarrollado una conciencia cuatridimensional y conozcan el
verdadero significado de la frase bíblica: “La rueda que gira sobre sí misma”.
En realidad la rueda no gira hacia atrás o hacia adelante como las ruedas
comunes, sino simultáneamente en ambas direcciones. Le resulta imposible a la
conciencia humana captar todavía este hecho.
La
complejidad que implica el progreso a través de los decanatos -condicionando
también los regentes- está basada en esta múltiple acción de la rueda. En
consecuencia, no gira únicamente en la dirección de las agujas del reloj, sino
simultáneamente en ambas direcciones y también en ángulo recto.
Evidentemente
el significado de las dos palabras de este signo no requiere elucidación por su
parte. Para el hombre común el Verbo indica: “que la inestabilidad realice su
trabajo”; pero para el discípulo el Verbo lo enuncia el alma misma: “Reconozco
mi otro yo, y en la decadencia de ese otro yo, resplandezco y crezco.”
Fluidez,
¡ reconocimiento de la dualidad, control por el alma!
Éstas
son las notas clave de este signo y debieran ser la nota clave de vuestra vida,
porque pertenezcan o no a este signo en esta vida, en algún momento y muchas
veces ha condicionado la experiencia, y los resultados están plasmados en la
vida del discípulo avanzado.
TAURO,
EL TORO
Hemos
llegado al último de los doce signos considerados hasta ahora, y también el
último de los que afectan a la humanidad. Es el segundo que -después de la
reorientación que precede al discipulado produce cambios y oportunidades para
el discípulo. Se lo denomina además “el signo del mayor incentivo de la vida”,
porque Tauro es el símbolo del deseo en todos sus aspectos. Si el hombre
subjetivo es impulsado por el deseo, o el discípulo es impelido al sendero de
retorno por el impulso de la aspiración, o el iniciado está controlado por la
voluntad de colaborar con el Plan, responden a la más potente manifestación de
un aspecto de la divinidad de la que poco se sabe y comprende y a la que damos
el inadecuado nombre de la Voluntad de Dios.
Voluntad,
poder, deseo, aspiración, ambición, móvil, propósito, impulso, incentivo, plan -estas
palabras intentan expresar uno de los mayores atributos subyacentes y causas
fundamentales (el hombre apenas sabe cuál de ellos) de la manifestación, o de
los procesos evolutivos y de la voluntad de ser, o la voluntad de vivir. La
gran triplicidad deseo-aspiración-orientación (voluntad) sólo son tres palabras
que tratan de describir el progreso y el prejuicio de la personalidad hombre,
del hombre, el alma, y del hombre, el canal para el espíritu o la vida. Las
tres señalan inadecuadamente la causa de la triple expresión que reside en
todos los acontecimientos progresos y eventos, en tiempo y espacio.
El
Buddha esclareció, para el hombre, la naturaleza del deseo y sus resultados,
con los desafortunados efectos que produce el constante deseo cuando no está
iluminado. El Cristo enseñó la transmutación del deseo en aspiración que, según
expresa El Nuevo Testamento, constituyó el esfuerzo de la voluntad humana
(hasta ahora animada o expresada por el deseo) para adaptarse a la Voluntad de
Dios -sin comprensión pero con conformidad, y perfecta confianza y seguridad
interna, de que la voluntad de Dios deberá ser todo lo que es bueno, tanto en
el individuo como en la totalidad.
Ahora
que la fuerza de Shamballa comienza a afluir en el mundo, el hombre busca otra
interpretación de la voluntad de Dios, que no implique, como hasta ahora, la
ciega obediencia y la ineludible aceptación de los inescrutables dictados de
una potente e inescudriñable Providencia, sino que traerá una colaboración
comprensiva del Plan divino y una fusión iluminada de la voluntad individual
con la gran Voluntad divina, para el mayor bien de la totalidad. Para esta
actitud deseable se está llevando a cabo una preparación mundial que surge, en
forma sencilla y recatada, fomentando gradualmente la voluntad al bien en todas
partes y también la demanda, universalmente proclamada, para que las
condiciones humanas sean más verdaderamente iluminadas, vivamente polarizadas
en bien de la totalidad, y más definidamente subordinadas al innato impulso divino
hacia la belleza, la síntesis y la libre expresión del misterio oculto que está
en el corazón de todas las formas. Esto se está llevando a cabo por el esfuerzo
constante para comprender e interpretar el Plan para la humanidad, a medida que
sus amplios contornos comienzan a ser evidentes a la inteligencia en desarrollo
del hombre.
Todo
esto indica una creciente respuesta por parte del hombre, a las influencias
entrantes de Shamballa y la consecuente evocación del aspecto voluntad de la
naturaleza humana. Esto debe producir resultados deseables e indeseables,
debido al grado de evolución del hombre moderno, que es por lo tanto
responsable de gran parte de lo que hoy acontece en el mundo. La trémula
respuesta de la humanidad (por medio de las personas más iluminadas y sensibles
de cada país) a esta influencia, y la correspondiente interacción magnética
entre el gran centro Shamballa y el centro humano, está llegando a ser una
creciente realidad, registrada y observada por la Jerarquía observadora, que
hace inevitables e ineludibles ciertos cambios importantes. Esto es un buen
augurio para el futuro, a pesar del mal uso temporario de las fuerzas.
Necesaria y simultáneamente, esta interacción evoca respuesta de las personas
no preparadas y desprevenida y de las que están erróneamente orientadas y
egoístamente polarizadas. Estimula en el individuo la voluntad de poder, y
fomenta la errónea integración de la personalidad y la imposición de sus
deseos. Así, por medio de estas personalidades y sus erróneos énfasis y
enseñanzas, las naciones son engañadas -temporariamente y la fuerza de
Shamballa empleada y dirigida equivocadamente. El resultado de este efecto dual
de la fuerza de Shamballa en la actualidad, es la precipitación del proceso
purificador, pero terrible, denominado Guerra. La guerra es la culminación del
conflicto entre los pares de opuestos y la dualidad fundamental de la
manifestación, no estando básicamente motivada por todas las guerras
anteriores. Cuando me refiero a este conflicto debo recordarles que, para
nosotros (los trabajadores del aspecto interno), el conflicto de 1914 y el
actual, son dos fases de una misma situación.
Cuando
los Guías de la raza enfoquen firmemente la guerra y no permitan que se
prolongue demasiado ni que sea muy cruenta, podrá contribuirse definidamente a
los fines de la evolución, creando situaciones que fomenten el desenvolvimiento
mental, guiados espiritualmente, exigiendo claro pensar (algo raro de hallar),
eliminando las condiciones indeseables, y destacándolas, haciendo desaparecer
sus fuentes originadoras y además los efectos definido producidos en el cuerpo
emocional de la humanidad, debido al sufrimiento y dolor colectivos. Tales
sufrimientos, privaciones, ansiedades y miserias pueden llevar a una reversión
de la orientación humana en la rueda de la vida, así como sucede con el
aspirante individual; conducir y enfocar las tendencias de la vida en un mundo
de realidades y valores más verdaderos e inaugurar de esta manera esa nueva y
mejor civilización que todos esperamos. Si pudieran mirar el mundo actual como
lo vemos nosotros los instructores en el aspecto interno, percibirían en todas
partes estos reenfoques y reorientaciones.
Sin
embargo, entra en juego nuevamente el elemento tiempo (ese sentido de
percepción condicionado por el cerebro) y el problema que concierne ahora a la
Jerarquía, que consiste en procurar que el actual conflicto no dure demasiado
tiempo, despertar a todas las naciones, sin excepción, el sentido de la
dramática importancia del momento presente, su responsabilidad y la parte que
le corresponde desempeñar, e ingeniar así una culminación en la que se aprenda
correctamente la lección mundial, por la cual el mundo pueda ser purificado,
eliminando los elementos indeseables que obstaculizan, en la nueva era, el
surgimiento de una civilización más espiritual, que rechace las fuerzas del
odio, de la crueldad, del materialismo y de la oscuridad, dondequiera se
encuentren, ante la arremetida arrolladora de las Fuerzas de la Luz.
Podría
señalar que así como la Era Acuariana viene a la manifestación para nuestro
planeta, trayendo en su estela la percepción universal de las nuevas
expresiones de la síntesis del mundo, los intereses humanos y la religión
mundial, así la humanidad, el discípulo mundial, comienza a ser influido por
Tauro, lo cual traerá en esta época la reversión de la rueda de la vida para
esos miembros de la familia humana que están preparados, y son hoy numerosos.
Esto está sucediendo y sus resultados son inevitables e ineludibles. El
interrogante principal es: ¿ Producirá esta influencia taurina, acrecentada
como lo está por las entrantes fuerzas de Shamballa, el enfoque de la luz que
Tauro custodia, o fomentará simplemente los deseos, aumentará el egoísmo y
llevará a la humanidad a las “ardientes cumbres del autointerés”, en vez de
llevarla al monte de la visión y de la iniciación?
Ésta
es la situación que enfrentan los Conocedores de la raza, en sus diversos
grados de conocimiento e iluminación. Ninguna de estas influencias -la taurina
o la acuariana- pueden ser eludidas. Como verán, cuando estudiemos este signo y
entremos a considerar sus regentes, Tauro forja los instrumentos para la vida
constructiva o destructiva, forja las cadenas que atan o crean, llave que abre
el misterio de la vida; este proceso forjador, con su consiguiente clamor se
está llevando a cabo ahora en forma muy potente. Vulcano controla el proceso
del tiempo y, semejante a un yunque, asesta el golpe que da al metal esa forma
deseada, y esto es verdad hoy más que nunca.
Tauro
está forjando el camino para el esperado Avatar, el Cual vendrá en el momento
adecuado, personificando en Sí la Voluntad de Dios, la divina voluntad al bien,
la paz por medio de la comprensión y las correctas relaciones entre los hombres
y entre las naciones.
La
influencia taurina debe ser considerada hoy como de excesiva potencia,
particularmente desde el ángulo de los valores espirituales subjetivos; Tauro
es el regente y la influencia guiadora de lo que está ocurriendo en todas
partes.
Quisiera
llamar la atención sobre el hecho de que éste es un signo sintético, en el
sentido de que expresa en el plano físico, un anhelo interno de cierta
naturaleza definida, y lo hace porque su cualidad básica se manifiesta como
deseo en la masa, y como voluntad o propósito dirigido en el discípulo o
iniciado. Además se exterioriza como testarudez en el hombre común (lo cual es
literalmente una adhesión volitiva a los objetivos de la personalidad), o como
voluntad inteligentemente expresada -actuando por el impulso del amor- en el
hombre avanzado, significando adhesión al propósito del alma. Los taurinos, por
naturaleza e inclinación natal, harían bien en considerar este enunciado y
comprobar todas sus principales actividades determinantes, interrogándose: ¿ Mi
actitud actual, mi trabajo o intención son impulsados por el deseo de la
personalidad, o trabajo y planeo directamente por el impulso e incentivo del
alma? Esto debería proporcionar la nota clave de todos los problemas taurinos.
El secreto del propósito y alineamiento divinos está oculto en este signo,
debido fundamentalmente a la relación que tienen las Pléyades con la
constelación de la Osa Mayor y con nuestro sistema solar. Esto constituye uno
de los triángulos más importantes de toda la serie cósmica de relaciones, y tal
importancia es destacada por el hecho de que “el ojo del Toro” es el ojo de la
revelación. La meta subyacente en el proceso evolutivo -“la embestida del Toro
de Dios”, como se lo denomina esotéricamente- revela firme e incesantemente el
estupendo y sublime plan de la deidad. Éste es el tema que la luz revela.
En
la actualidad, debido a la afluencia de la fuerza de Shamballa, se establece
una peculiar relación o un alineamiento, entre la constelación de Tauro (y su
propio alineamiento específico con las Pléyades y la Osa Mayor), el planeta
Plutón y nuestra Tierra. Esto causa la mayor parte de las dificultades actuales
en el mundo, y el astrólogo moderno debería tenerlo en cuenta. Constituye hoy
uno de los triángulos cósmicos principales que condicionan gran parte de lo que
está sucediendo.
Es
la fuerza de Shamballa, que procede de lugares muy distantes, “aventa e
intensifica la luz, eliminando las obstrucciones, y desde lejanos lugares
comienza a iluminar a través del ojo esas esferas de influencia en el
acongojado planeta Tierra, impeliendo al Toro en su embestida”, según reza en
El Antiguo Comentario. Su importancia reside en que la energía de la voluntad
-recientemente liberada por Sanat Kumara sobre nuestro planeta- emana, por
intermedio del centro coronario del Logos planetario desde la Osa Mayor; su
vibración es aminorada por una de las Pléyades (de allí su influencia sobre la
materia y también sus pronunciados efectos taurinos sobre la humanidad), y así
entra en el sistema solar. Allí es absorbida por ese centro importante de
nuestra vida Planetaria denominado Shamballa. Su efecto es necesariamente dual.
Produce en ciertas naciones, razas e individuos, una irrupción de la propia
voluntad o voluntad al poder, característica de la naturaleza inferior
desarrollada, el aspecto personalidad de la individualidad integrada, y -aunque
no tan fácilmente un estímulo de la voluntad de servir al plan, tal como lo
captan los aspirantes, discípulos e iniciados del mundo. De esta manera son
materializados los propósitos de la Deidad.
Debido
al existente espejismo mundial, el verdadero propósito y el ideal presentado a
las fuerzas planetarias por la Voluntad Omnicreadora, es distorsionado por
innumerables personas, las cuales no están polarizadas en la voluntad divina
sino centradas todavía en sus personalidades, de ahí que sólo una minoría
aprecie la belleza de la vida, el propósito y la fusión grupales designados. La
vida grupal tiende a que se cumpla el libre albedrío y la libre subordinación
de la voluntad inferior al propósito superior cuando se presta servicio en
forma grupal. Sin embargo, por el contacto hecho con el espejismo, esta
actividad y vida grupales se truecan en voluntad impuesta y en el concepto del
superestado. Esto trae el aprisionamiento de la mente y el cercenamiento de
toda libertad, libre pensamiento y libre albedrío. El individuo se convierte en
cautivo del gobierno establecido por el hombre. Esto da la clave de gran parte
de lo que sucede hoy y del progreso obstinado de las personas embargadas por el
espejismo, de la terquedad de los individuos en sus idealismos separatistas y
equívocos y de la aceptación de una norma y de un orden de vida impuesto a
ellos por la fuerza, que no constituyen la libre expresión de un pueblo libre.
La
misma fuerza trae a los pueblos y los individuos cierta medida de iluminación
-iluminación que revela la síntesis subyacente e indica el dualismo que
finalmente debe desvanecerse y también el secreto de las correctas relaciones
humanas. La reacción produce una embestida del sistema de vida, pensamientos y
deseos materialistas, irrumpiendo ciegamente hacia adelante debido a la fuerza
de su propio impulso, produciendo una etapa de poderosa expresión y movimiento
activo; la otra se manifiesta como una lejana visión de posibilidades y de
constante progreso, a pesar de los peligros y dificultades inmediatos.
El
Toro, por lo tanto, tiene una doble expresión. Actualmente vemos el impulso
volitivo de la naturaleza inferior de la humanidad, personificado en las
fuerzas agresivas y el progreso voluntarioso de esas personas y pueblos que
tratan, aunque sin plena comprensión, de realizar los planes de Dios,
procediendo a despecho de los demás. Hasta aquí ha conducido a la humanidad el
proceso evolutivo, de ahí la situación crítica actual. Surge el interrogante: ¿
Triunfará el Toro del deseo o el Toro de la expresión divina iluminada?
Éste
es un signo de tierra, y la situación del Plan o el cumplimiento del deseo,
debe ser llevado a cabo en el plano externo de la vida. Esta voluntad o deseo
debe expresarse en el plano de la vida externa y en el medio ambiente, sea el
de un individuo, de una nación o de un conjunto de naciones.
Como
bien se sabe, los astrólogos durante mucho tiempo, han señalado que este signo
concierne, entre otros factores, al cuerpo físico, y la salud o plenitud del
cuerpo está estrechamente vinculada con la expresión del deseo en el pasado y
en el idealismo actual, lo cual se debe tener en cuenta. Actualmente la
curación o el cuidado del cuerpo físico es prácticamente para todos de
primordial importancia, y los pensamientos de todos los pueblos sin excepción,
estén en guerra o no, están dirigidos hacia esto. El énfasis puesto sobre la
plenitud de la vida física individual es el símbolo del cuerpo externo de la
humanidad, considerando a todos los seres humanos como una unidad.
El
oro es el símbolo que en la actualidad rige los deseos del hombre, sean ellos
nacionales, económicos o religiosos; está vinculado con este signo e indica que
en la actualidad el conflicto de la situación económica mundial está basado en
la acrecentada irrupción del deseo. En forma exotérica, un antiguo libro de
profecías dice:
“El
ojo áureo de Tauro indica el camino a quienes tienen análoga visión. El oro responderá
también algún día y pasará de Oriente a Occidente en una horrible época, en que
el anhelo de acaparar el oro regirá la parte inferior (el aspecto personalidad
de los hombres y las naciones -A.A.B.) El Toro de la Vida, el Toro de la Forma,
dirige la búsqueda del oro y de la divina luz dorada. Ambos deben encontrarse,
y al encontrarse chocarán. Así desaparecerá el oro...”
La
triplicidad terrena de Capricornio, Virgo y Tauro, forma un triángulo de
expresión materialista, muy interesante cuando se lo estudia desde el ángulo de
la ronda común del zodíaco, seguida por la humanidad común y no desarrollada, o
desde el ángulo del discípulo, donde el sendero del progreso zodiacal está
revertido.
En
el primer caso, Capricornio marca el punto de mayor densidad y expresión
concreta y demuestra que la vida divina está profundamente incrustada en la
sustancia. Éste es el verdadero estado de la muerte en lo que a la vida
concierne, es el cautiverio en la forma. Sin embargo en Virgo esa vida hace
sentir su presión interna, y el movimiento -tenue pero real- de la vida oculta
empieza a palpitar en la forma concreta, produciendo en Tauro esa reacción al
deseo y esa embestida y movimiento poderoso hacia adelante, que caracteriza el
progreso evolutivo del individuo, actuando por impulso del deseo. Recuerden que
el primer estremecimiento o respuesta de la vida crística es hacia la
atracción, el anhelo o sugestión de la naturaleza forma en la cual se
encuentra. Más tarde, cuando todos los recursos de la naturaleza forma
(extraídos por el deseo) se han agotado y la vida crística es excesivamente
fuerte y se apronta a revelarse por la muerte de la Madre, la forma, entonces y
no antes, se detiene el progreso de la rueda y tiene lugar la revolución, y el
aspecto vida se revierte en la rueda. Entonces el discípulo (expresión de la
vida crística en sus primitivas etapas manifestadas) que ha transmutado el
deseo en aspiración, empieza su carrera -objetivamente y con plena conciencia-
en el signo de Tauro y “en alas de la aspiración”, y sigue hacia Virgo, y “por
ser tanto la Madre como el Niño, entra en la Casa del Parto”. Desde esa casa, y
a su debido tiempo, el discípulo llega a Capricornio, donde finalmente subyuga
a la materia, forma o expresión concreta para fines y propósitos divinos,
demostrando así el triunfo y la potencia de la vida crística.
El
secreto de los triángulos o triplicidades, en su cuádruple expresión, de lo
cual nos ocuparemos más adelante, no ha sido aún explorado en la investigación
astrológica.
Por
lo tanto, el signo de Tauro es el undécimo en la rueda común del énfasis y la
vida exotéricos, y precede a cada nuevo ciclo de encarnación. Cuando el
individuo desciende a la encarnación y adopta un cascarón astral, entra
definitivamente en un ciclo taurino, pues el deseo lo impele al renacimiento, y
la potencia de Tauro es quien lo lleva a cabo. Como este tema concierne a la
astrología del vehículo astral no nos extenderemos sobre él, pues es una fase
de la investigación para la cual la humanidad no está preparada todavía.
Éste
es también el segundo signo subjetivo, en la rueda. revertida, preparatorio
para el reconocimiento consciente de la correcta relación de las dualidades en
Géminis. Cavilen sobre esto. Por lo tanto tenemos en este signo las siguientes
cualidades o aspectos yuxtapuestos:
1. Deseo-que conduce a la aspiración en la rueda revertida.
2. Ceguera-que conduce eventualmente a la visión.
3. Oscuridad-que conduce finalmente a la luz.
4. Muerte-que conduce finalmente a la liberación.
En
último análisis, volvemos a las eternas dualidades, conduciendo como siempre a
la interacción de los polos opuestos, al flujo y reflujo cíclicos de la vida
interna, a la periferia externa de la expresión y a esas atracción y repulsión
que conducen a un constante cambio de la fuerza de atracción hacia un llamado
cada vez más elevado y amplio. Es el secreto de la síntesis eventual,
iluminación final, vista a través del ojo de Tauro. Por esta razón se lo
considera a este signo de movimiento universal, de grande y constante actividad
bajo el impulso del deseo materialista, o el anhelo de la voluntad divina,
cuando es reconocido y sentido. El triángulo de expresión está formado por
energías potentes:
1. Deseo aspiración voluntad.
2. El hombre el discípulo el iniciado.
3. El materialismo la
dualidad la divinidad.
4. La forma el
Alma el Espíritu.
5. La humanidad la
Jerarquía Shamballa.
Hago
resaltar constantemente estos cambios, pues el considerarlos inteligentemente
conducirá eventual e inevitablemente a fusionarlos en la conciencia individual.
Mi
intención no es referirme brevemente a la Cruz Fija, de la cual Tauro es uno de
los brazos. Me ocupé de ello anteriormente cuando tratamos las constelaciones
Leo, Escorpio y Acuario, por lo tanto les pido que revisen mis comentarios
anteriores. Como habrán comprendido, Escorpio es el brazo dominante por
intermedio del cual la potencia más efectiva afluye en la rueda revertida, en
lo que a la humanidad avanzada respecta, porque es el signo de prueba para la
humanidad, donde el ser humano se sumerge en las profundidades o asciende a las
alturas. Tauro es la corriente dominante de energía en la Cruz Fija, en lo que
concierne al hombre común. La energía liberada a través de esta Cruz tiene
efectos estupendos, produciendo finalmente la gran reversión y renunciación. En
esta Cruz, Tauro es el Iniciador, pues impulsa a la voluntad, produciendo
movimiento e ímpetu. En consecuencia, tenemos (si se me permite repetir
implicaciones anteriores) en conexión con las tres Cruces, las siguientes
condiciones y analogías:
1. La Cruz Cardinal Espíritu Voluntad Shamballa.
2. La Cruz Fija Alma Conciencia Jerarquía.
3. La Cruz Mutable Forma Actividad Humanidad.
Iniciado
es aquel que está en proceso de relacionar en sí mismo, consciente y
efectivamente las tres Cruces. ¡ El hombre, triángulo esencial de energía; el
hombre, el cuadrado; el hombre, en la Cruz, y, finalmente, el hombre, la estrella
de cinco puntas! En estas cuatro y sencillas formas simbólicas reside toda la
historia del cuarto reino de la naturaleza. El triángulo y la estrella son
expresiones subjetivas de una conciencia fija, enfocada en la realidad,
mientras que el cuadrado y la Cruz son expresiones objetivas del hombre
enfocado externamente.
Entraremos
ahora a estudiar brevemente los Regentes de este signo. Debido a que Tauro está
tan cerca de Aries, hablando esotéricamente, el cual -en este ciclo mundial- es
un signo de comienzo, constituye, hablando en forma relativa, un conglomerado
de fuerzas muy complejo, relacionado no sólo a Aries con sus contactos
cósmicos, sino también a las Pléyades y a la Osa Mayor, aunque al mismo tiempo
su expresión es muy simple porque está regido sólo por dos planetas. Venus es
su regente exotérico y Vulcano su regente esotérico y jerárquico. Tocamos aquí
uno de los misterios de la Sabiduría Eterna. Venus mantiene una relación
excepcional con la Tierra, distinta de la de cualquier otro planeta, dando
lugar por lo tanto a una relación mucho más estrecha entre Tauro y la Tierra,
como ninguna otra relación zodiacal en lo que a nuestro planeta se refiere, es
decir, en este ciclo mundial particular y en la etapa peculiar de desarrollo
evolutivo en que la humanidad se halla ahora. Todo está en un estado de flujo y
cambio; a medida que el hombre desarrolla su conciencia, otras constelaciones
pueden entrar en una pronunciada actividad, en conjunción con el signo
controlador y también otras establecer contacto y causar efectos más remotos.
Sin embargo, Tauro, Venus y la Tierra, tienen una relación kármica muy estrecha
y un dharma muy definido que llevar a cabo conjuntamente. Lo que puede ser tal
karma y relación está más allá de la comprensión humana común, pero puede
tenerse una idea de ello, relacionando mentalmente las palabras: Voluntad,
Deseo, Luz y Plan. Al enunciarlas lo único que hago es aminorar la distorsión
de la relación, pero hasta que el hombre no piense en símbolos simples y sin
palabras, e interprete correctamente los símbolos no reconocidos hasta ahora,
nada más puedo agregar.
Para
comprender la relación de Venus y la Tierra, quisiera que meditaran sobre lo
que he dado anteriormente en el Tratado sobre Fuego Cósmico.
Toda
esta relación ha sido resumida en las palabras: El planeta Venus es para la
Tierra lo que el Yo superior para la Personalidad. Recuerden que Venus es uno
de los siete planetas sagrados, mientras que la Tierra no lo es. Esta
declaración involucra, como bien pueden ver, el profundo misterio de la
relatividad, de la interacción y de la eventual revelación. Esta revelación,
respecto a la relación del “alter ego” de la Tierra con el mundo de la vida
humana, será revelada únicamente en la tercera iniciación, cuando se haya
disipado todo espejismo e ilusión y cuando “la luz brille libremente a través
del ojo del Toro” e ilumine la oscuridad.
Venus
significa para nuestras mentes, aunque sólo tengamos un destello de la verdad
oculta, lo mental, lo que concierne a la sublimación final, cuanto atañe al
sexo y lo que debe desarrollarse como expresión simbólica en el plano físico.
Éstos son los principales conceptos que acuden a nuestras mentes cuando Venus y
Tauro son considerados al unísono. Tales factores de expresión han estado relacionados
siempre con ellos, desde la noche de los tiempos, porque son esencialmente
básicos y eternamente cósmicos en sus implicaciones. Tauro es uno de los signos
que vela cierto misterio divino. Para beneficio de los discípulos en
entrenamiento estos cuatro conceptos han sido brevemente resumidos en un
escrito arcaico de gran significado:
“Los
santos Hijos de la Mente abrazaron a ambos. Vieron y comprendieron Así nació el
sexo y así se cometió el gran error. La mente se dirigió hacia afuera. La forma
se hizo visible, pero no la vida.
“Desde
la oscuridad clamaron los santos Hijos de la Mente. En su dolor lloraban
desconsoladamente. Miraron hacia adentro y vieron el error que habían cometido,
pero no sabían qué hacer... El Señor respondió y les dio el signo de la
resurrección”
¿
Llegarán a comprender la significación de este enunciado? Les daré un indicio.
La triplicidad terrestre ha sido descrita por los astrólogos como la
personificación de la idea de las llanuras (Tauro), de las cavernas (Virgo) y
de las rocas (Capricornio). Puede decirse que las cavernas existen en las
rocas, profundamente debajo de las llanuras. Estoy hablando en forma figurada y
simbólica De la caverna rocosa emergió el Cristo y volvió a caminar en las
llanuras de la Tierra y desde entonces “la mujer no Lo conoció”. La forma ya no
Lo aferraba, porque Él la venció en las profundidades En la caverna de la
Iniciación, la luz de la resurrección penetra cuando se aparta la piedra que
oculta la entrada. El ser humano va desde la vida en la forma hasta la muerte
de la forma -profundamente, en el lugar rocoso, abajo, en las criptas del
Templo. Pero a ese lugar afluye la nueva vida, que trae fresca vida y
liberación; lo viejo desaparece y la oscuridad se Convierte en luz.
Entonces
sabe que el sexo es en realidad sólo la relación de la naturaleza inferior con
el Yo superior; luego es elevado a la luz del día, a fin de que el hombre pueda
alcanzar la completa unión con la divinidad. El hombre descubre que el sexo
(que hasta entonces ha sido una función puramente física, realizada a veces
bajo el impulso del amor) es elevado a su correcto plano como el matrimonio
divino, realizado y consumado en los niveles de la percepción del alma. Esta
gran verdad subyace en la historia sórdida de la expresión del sexo, la magia
sexual, y las distorsiones de la moderna magia tántrica. La humanidad ha
aminorado el simbolismo y sus pensamientos han envilecido al sexo, hasta
convertirlo en una función animal, y no fue elevado al reino del misterio
simbólico. Los hombres han tratado de obtener, por medio de la expresión
física, la fusión y la armonía internas que anhelan, y esto no se puede hacer.
El sexo sólo es el símbolo de una dualidad interna que debe ser trascendida y
llevada a la unidad. No se trasciende por medios o rituales físicos, sino que
es una trascendencia en la conciencia.
El
regente esotérico de Tauro es Vulcano, el forjador de metales, que trabaja en
la expresión más densa y concreta del mundo natural -desde el ángulo humano.
Desciende a las profundidades para hallar el material sobre el cual ejercer su
arte innato y modelar lo que es bello y útil. Por lo tanto Vulcano es aquello
que representa al alma, el hombre individual, interno y espiritual; en su
actividad tenemos la clave de la tarea que realiza el alma en la eterna ronda
de la rueda de la vida. Quizás recuerden en qué forma Hércules tuvo que forjar
sus propias armas en la Cruz Fija antes de triunfar en la lucha. En realidad se
refiere al arte de Vulcano, que rige al hombre interno y guía su modelamiento.
Vulcano
rige también las naciones cuando están en esa etapa en que el alma se expresa
en forma embrionaria, como en la actualidad, y rige sus actividades, modelando
sus instrumentos de guerra, cuando la guerra y el conflicto son los únicos
medios para lograr la liberación. Pobres de aquellos por cuyo intermedio se
desatan las guerras. Entonces se hace cargo Vulcano y -desde la Edad Media- ha
puesto bajo el control humano al reino mineral desde las “profundidades de
donde extrae el mineral necesario”. En la guerra actual Vulcano está implicado,
conjuntamente con Venus, en la relación entre un hombre y otro y entre el
hombre y el reino mineral. Venus, la energía mental de la humanidad, establece
relaciones entre los hombres y entre las naciones, mientras que Vulcano
establece relaciones entre el cuarto reino de la naturaleza y el primero.
Vulcano, como veremos más adelante, está regido por el primer rayo, y el primer
rayo y el primer reino están definidamente ligados. Por lo tanto, esto atrae la
fuerza de Shamballa, y así tenemos un triángulo esotérico de energía-voluntad,
humanidad y reino mineral, los cuales están en estrecha relación, tanto desde
el punto de vista del Plan como de la expresión del egoísmo materialista. A
ello se debe el gran empleo de minerales (hierro, cobre, etc.) en la Segunda
Guerra Mundial, donde textualmente el reino mineral fue empleado contra el
humano. La humanidad descendió a las cavernas y a las profundidades de la
concreción, y ahora está preparada para un cambio o movimiento ascendente, pero
esta vez realizado en forma consciente y conjunta. Esta difícil situación no
puede comprenderla el hombre común, pero todo el problema del empleo consciente
de lo que existe en el planeta y también su aplicación destructora, están vinculados
a otra situación muy crítica. Parte de la solución vendrá en líneas similares,
y a esto se refiere la profecía que está penetrando hoy en la percepción
racial, sobre la existencia de aquellos “que duermen en las cavernas de la
tierra y despertarán y traerán la liberación”. Pero no hay que ser demasiado
textuales en la interpretación, pues “lo que pertenece a la tierra puede
también hallarse en el cielo”.
Vulcano
es jerárquicamente el regente que condiciona al planeta y determina el hecho de
que el hombre es el macrocosmos del microcosmos y que el cuarto reino modela o
condiciona a todos los reinos subhumanos
Resulta
difícil comprender este signo debido a su subjetividad. Hasta que la humanidad
no haya alcanzado o captado la naturaleza de la voluntad, no será comprendido
el verdadero significado de la influencia taurina. Los signos Aries y Tauro
tienen que ver con el impacto inicial de la energía sobre la forma o de las
energías sobre el alma. Hoy el hombre va siendo lentamente consciente de la
diferencia que existe entre los opuestos y va comprendiendo vagamente la
verdadera naturaleza del deseo. Pero sigue estando en el valle de la ilusión y
-mientras esté allí- no podrá ver con claridad. Uno de los primeros opuestos
que el discípulo debe comprender es el de los mundos objetivo y subjetivo.
Tres
signos están estrechamente vinculados con la iniciación. El secreto oculto en
Aries, Tauro y Géminis, es revelado en las tres iniciaciones sucesivas:
1. El secreto de Aries es el secreto de los comienzos, los ciclos y
la oportunidad emergente. En la tercera iniciación, el iniciado empieza a
comprender la vida del espíritu o el aspecto más elevado; hasta ese momento, ha
expresado primero la vida de la forma y luego la vida del alma dentro de esa
forma. Esta experiencia es de naturaleza tan elevada que sólo quienes han
pasado por ella podrían comprender cuanto yo pueda decir.
2. El Secreto de Tauro es revelado en la segunda iniciación por el
repentino retiro o desaparición del espejismo mundial, mediante la energía
cegadora de la luz, constituyendo la actividad radiante final que lleva a la
culminación la acción de la fuerza taurina sobre la humanidad, durante el largo
trayecto cíclico que debe recorrer el hombre. El individuo efectúa en pequeña
escala lo que la humanidad -en su totalidad- realizará cuando reciba la
iniciación en Tauro.
3. El secreto de Géminis debe ser captado en la primera iniciación,
porque constituye el misterio de la relación del Padre, la Madre y el Niño. El
nacimiento del Cristo-Niño, en el plano físico, es la gloria culminante de la
fuerza de Géminis.
Todo esto concierne a las energías
subjetivas que se expresan por intermedio de la personalidad o aspecto forma.
Por lo tanto, cuando hablo de energías subjetivas, me refiero a las fuerzas que
afluyen del alma (en los niveles del alma) a la naturaleza forma, en su propio
nivel de conciencia. Podría ilustrar esto diciendo que el deseo no es (desde el
ángulo de la realidad) una cualidad subjetiva, excepto en la medida en que sea
una distorsión o un empleo ilusorio de la energía de la voluntad. El deseo es
la fuerza de la naturaleza forma; la voluntad es la energía del alma expresada
como acuerdo, dirección y progreso del Plan. Desde el punto de vista del
individuo, el Plan es todo lo que puede captar y comprender de la presentida
voluntad de Dios, en cualquier etapa particular de su experiencia. Estas
diferenciaciones merecen también ser consideradas. El ser humano puede
considerar el deseo como subjetivo, porque está tan completamente identificado
en los planos externos con la vida de la forma, que los impulsos e incentivos
que le llegan a través de la corriente de la conciencia, los ve como
intangibles y místicos. En realidad son meras radiaciones y reacciones de la
forma y no son verídica y técnicamente subjetivos. El superior llamado del
deber y el sentido de responsabilidad son de naturaleza ciertamente subjetiva,
porque provienen del alma y constituyen la respuesta del alma al “tirón” de la
forma. Gradualmente, el discípulo aprende a diferenciar entre estos aspectos
característicos de la energía y la fuerza, que hacen incesantemente impacto
sobre su conciencia. A medida que pasa el tiempo analiza en forma más aguda y
discriminadora, hasta que finalmente sabe cuál es una expresión de la fuerza
(que viene de la forma) y cuales son contactos de la energía (que llegan del
alma).
Esta
disgresión era necesaria, porque es esencial que los astrólogos esotéricos
comprendan que los tres signos, Aries, Tauro y Géminis, tienen (desde el punto
de vista del discípulo y del iniciado) efectos estrictamente subjetivos dentro
de la vida de estos signos. Sólo pueden expresarse externamente en la vida del
sujeto y ser conscientemente dirigidos y controlados en Cáncer, conduciendo así
a la gran liberación que tiene lugar en Capricornio, el polo opuesto de Cáncer,
y también en Acuario y Piscis. Esto se refiere, lógicamente, a los efectos
producidos en el hombre que está en la rueda revertida. Estos seis signos, en
cierto sentido, constituyen dos triángulos principales de fuerza.
He
indicado el aspecto superior o espiritual del Sello del Rey Salomón. Cuando
estos seis tipos de energía se fusionan y mezclan y forman una unidad, entonces
surge la “Estrella del Cristo”. Éste es uno de los símbolos de la sexta
iniciación y la analogía interna de la estrella con la cual están
familiarizados. A fin de que puedan comprenderlo más claramente, señalaré que:
1. Lo iniciado o “penetrado” en la primera iniciación, se consuma y
completa en Piscis.
2. Lo que impulsó a llevar a cabo los procesos de involución y
evolución (el deseo de encarnar) toma forma en la segunda iniciación, en la
voluntad de liberarse en Tauro, y halla la liberación por medio de la voluntad
de servir universalmente en Acuario.
3. Lo que es fluido y mutable en Géminis, produce en la conciencia el
gran cambio que diferencia al iniciado del discípulo. Esto se convierte, en la
tercera iniciación, en una actitud fija en Capricornio. La vida de la forma
concreta es trascendida y el hombre interno se reorienta y asume una dirección
inmutable.
Piscis
Capricornio Acuario
Tauro Géminis
Aries
Quizás
se pregunten por qué me ocupo aquí de estas abstracciones. Se debe a que, en el
esfuerzo por comprender y captar la verdad que se halla más allá del
razonamiento de ustedes (aún considerándolo como una hipótesis no comprobada
hasta ahora), están desarrollando gradualmente un aspecto de la mente, muy
necesario en los procesos del conocimiento, y deben ser llamados a realizar un
servicio efectivo durante la iniciación. Tal esfuerzo es importante si queremos
tener una verdadera comprensión; la iniciación constituye una demostración de
la comprensión intuitiva, expresada en forma práctica.
Reasumiendo
nuestro tema inicial, llamaré la atención sobre el hecho de que por medio de
Venus, planeta exotérico u ortodoxo, el signo Tauro está relacionado con
Géminis, Libra y Capricornio. Es interesante observar, por lo tanto, que Tauro
está relacionado con la Cruz Mutable por una corriente vinculadora de energía,
vía Venus, pero al mismo tiempo está dualmente conectado con dos brazos de la
Cruz Cardinal, a través de una conexión venusina con Libra y Capricornio. El
verdadero taurino que llega a la iluminación, tiene un vínculo con los aspectos
de expresión del cuerpo y el alma, y dos vínculos: con el alma y el espíritu
-octava superior de la manifestación. Así se demuestra la perfección del
proceso de sublimación, porque la aspiración ha reemplazado totalmente al deseo
como agente motivador. El alma está vinculada a la forma, pero su vínculo
principal es con el espíritu. Por esta razón, el hombre alcanza en Tauro el
punto donde aparece la meta real o verdadera visión. El deseo, en su expresión
inferior, está vinculado con la forma, en Tauro. La aspiración idealista, en su
expresión más elevada, se logra también en Tauro. Sin embargo, la aspiración
está vinculada con el alma en su expresión inferior y en la más elevada con el
espíritu. La autovoluntad relaciona al hombre con la forma; la voluntad de Dios
relaciona al alma del hombre con el espíritu. Es necesario recibir tres
iniciaciones para que el discípulo comprenda esto con claridad.
Considerando
el asunto desde otro ángulo: en Libra, Venus, la mente o el alma, revela al
hombre el significado exotérico y los resultados del deseo. En Géminis, Venus
revela el mutuo deseo de los pares de opuestos, pues este tema subyace en todo
el proceso creador y evolutivo -la interacción de los opuestos. En Capricornio,
Venus revela al hombre el deseo por el todo, lo universal, característica del
iniciado y la verdadera expresión de la vida espiritual.
Al
considerar el regente esotérico de Tauro, nos enfrentamos con Vulcano, uno de los
planetas velados y ocultos, que es por lo tanto poco conocido y comprendido.
Anteriormente me he referido a Vulcano como el Modelador de la expresión
divina. En sentido peculiar, la energía que fluye desde Vulcano es
fundamentalmente la fortaleza y la potencia que pone en movimiento el proceso
evolutivo mundial; personifica también la energía de primer rayo, esa fuerza
que inicia u origina y también destruye, dando lugar a la muerte de la forma
para que el alma pueda liberarse.
Vulcano
es el rayo o el planeta del aislamiento, pues rige en un sentido peculiar, la
cuarta iniciación, donde son sondeadas las profundidades de la soledad y el
hombre permanece completamente aislado. Permanece desapegado “de lo que está
arriba y de lo que está abajo”. Llega el momento dramático en que renuncia a
todo deseo; la voluntad de Dios o el Plan, es considerado como el único
objetivo deseable, pero el hombre todavía no ha comprobado para sí ni para el
mundo de los hombres ni para su Maestro, si posee la fortaleza necesaria para
seguir adelante en la línea de servicio. Allí se le revela (como le fue
revelado al Cristo en la cuarta gran crisis iniciática de Su vida) que debe
emprender una obra definida y activa que personifica ese aspecto de la voluntad
de Dios, que es función peculiar del hombre apropiarse de ella y hacer posible
su expresión. Esto ha sido denominado en la fraseología cristiana “la
experiencia en Getsemaní”. El Cristo arrodillado al lado de la roca (símbolo de
las profundidades del reino mineral y de la actividad de Vulcano, el modelador)
eleva sus ojos hacia donde despunta la luz de la revelación y en ese momento
realmente sabe lo que tiene que hacer. Ésta es la prueba de Vulcano que rige a
Tauro, la del alma que gobierna al deseo, la del Hijo de Dios que modela Su
instrumento de expresión en las profundidades, captando el propósito divino y
doblegando la voluntad del yo inferior a la del Yo superior. Las profundidades
han sido alcanzadas, y nada queda por hacer. La luz proveniente del ojo del
Toro, que con acrecentada luminosidad ha guiado al alma luchadora,
oportunamente debe ceder su lugar a la luz del Sol, pues Vulcano es un
sustituto del Sol; a veces se dice que está velado por el Sol y otras que
representa al Sol mismo, pues se halla entre el hombre y el Sol, el alma. Por
lo tanto, en conexión con estos tres símbolos de la luz tenemos:
1. Tauro. - El ojo de la iluminación o de la luz. El ojo del Toro.
Iluminación. Exotéricamente el Sol físico.
2. Vulcano. - El que revela lo que está profundamente oculto y lo
trae a la luz. Esotéricamente el corazón del Sol.
3. El Sol. - El gran Iluminador. Espiritualmente el Sol, central
espiritual.
Así,
desde todos los ángulos, la iluminación sigue siendo el tema de este siglo.
Hemos
hecho una parcial consideración sobre los rayos y sus efectos y relaciones,
cuando, por intermedio de Tauro y sus regentes, derraman su fuerza y energía
sobre el hombre individual o la entera humanidad. Los dos rayos que afectan
directamente al signo son, como hemos visto, el quinto (por intermedio de
Venus) y el primero (por intermedio de Vulcano). Ambos, cuando son considerados
en combinación con la Tierra (expresión de} tercer rayo), demuestran una
combinación de rayos muy difícil, pues todos pertenecen a la línea de primer
rayo de energía:
ler.
Rayo. El Rayo de Voluntad o Poder.
5to.
Rayo. El Rayo de Conocimiento
Concreto.
3er.
Rayo. El Rayo de Inteligencia
Activa.
Esta
combinación aumenta grandemente la ya difícil tarea del taurino. El segundo
Rayo de Amor-Sabiduría y su línea subsidiaria de energía aparece sólo en forma
indirecta y, por lo tanto la persona nacida en este signo carece frecuente y
notablemente de amor y sabiduría. Un hombre así tendrá mucho amor, estima y
respeto propio y estará egoístamente centralizado o enfocado en la
personalidad. Será inteligente, pero no sabio; tendrá aspiraciones, pero al
mismo tiempo será obstinado y determinante, de manera que su aspiración no lo
llevará rápidamente muy lejos. Actuará esporádicamente y con impulsos
incontrolados, pues un constante y mesurado progreso en el Camino le resulta
difícil. No le es fácil aplicar en forma práctica el conocimiento obtenido, el
cual tiende a permanecer como una adquisición mental y no como una experiencia
práctica. Será casi dolorosamente consciente de la dualidad, pero en lugar de
luchar por obtener la unidad, a menudo lo embarga una fija y estática
depresión. Será destructivo, porque es “testarudo” debido a que predomina el
aspecto martillador de Vulcano. Como posee cierta medida de luz, lo afligirá el
poder de destruir que posee.
Necesita
comprender el aspecto espiritual de Venus, el cual acentúa que el Hijo de Dios,
el Hijo de la Mente, es el instrumento del amor de Dios, debiendo, por lo
tanto, aprender a transmutar el conocimiento en sabiduría. Debe trascender el
aspecto destructor de Vulcano, y también el de primer rayo, y trabajar en
cambio como “modelador de almas”, incluyendo la propia. Debe aspirar a obtener
una clara visión, una pura y gozosa voluntad y matar el deseo de la
personalidad. Tal es la meta del discípulo taurino.
Por
intermedio de los otros tres brazos de la Cruz Fija y sus tres corrientes de
energía divina, la fuerza del amor puede ser llevada indirectamente a ejercer
influencia sobre el hombre nacido en Tauro. Los regentes de dos de estos
signos, Leo y Escorpio, incluyen al Sol (2do. rayo), Marte (6to. rayo) y
Mercurio (4to. rayo). El Sol y Marte son regentes esotéricos de Leo y Escorpio,
y Mercurio es el regente jerárquico de Escorpio. Urano es el regente ortodoxo y
Júpiter el regente esotérico de Acuario. La Luna también está presente, pero
nuevamente vela a Vulcano, cuya influencia ya hemos considerado. La única
influencia de rayo que falta es la del tercer rayo y básicamente está también
presente, porque es el rayo de la Tierra. Por lo tanto, en este importante
signo, la persona taurina se halla -directa o indirectamente- bajo la
influencia de los siete rayos, porque el deseo, que conduce a la iluminación
final, los motiva a todos. Tal es la sorprendente situación que enfrenta el
hombre -particularmente el discípulo y el iniciado- nacido en este signo. Tales
son las dificultades con las cuales él está enfrentado, que crean también su
inmensa oportunidad de progresar.
Un
nuevo campo de estudio se abrirá evidentemente ante los astrólogos de la nueva
era y una nueva luz estará disponible evidentemente sobre esta ciencia, la más
grande de todas, cuando el investigador pueda determinar la edad relativa de la
persona o del grupo, cuyo destino debe ser determinado y cuyo horóscopo se está
confeccionando. En tales casos se ha de considerar oportunamente cada uno de
estos cuatro signos desde:
1. El ángulo del hombre no evolucionado, centrado en:
a. alguno de sus vehículos,
b. la personalidad integrada, antes de la experiencia del Sendero.
En
éstos controla la Cruz Mutable.
2. El ángulo del ciclo de las vidas, donde las dualidades se
reconocen y el aspirante se “revierte en la rueda”.
Entonces
controla la Cruz Fija.
3. El ángulo del iniciado.
Aquí
comienza a controlar la Cruz Cardinal.
Las
Cruces también son conocidas como:
La
Cruz del Cristo Oculto-La Cruz Mutable.
La
Cruz del Cristo Crucificado-La Cruz Fija.
La
Cruz del Cristo Resucitado-La Cruz Cardinal.
Las
Cruces individual, planetaria y cósmica.
Poder
determinar estos ángulos implicará, entre otras cosas, hacer un agudo análisis
de las cualidades de las cuatro energías que actúan sobre la humanidad por
intermedio de cada brazo de la Cruz. Un aspecto de esto determinará en forma
oportuna y estadística el promedio de los signos que rigen a los diferentes
tipos de hombres.
Se
ha dicho que “cuatro energías constituyen un hombre, ocho energías un Maestro y
doce energías un Buddha de Actividad”. Durante este proceso de “modelación”,
tienen lugar grandes cambios en la conciencia y también otros fundamentales por
medio de este signo, que -en combinación con su polo opuesto, Escorpio- es uno
de los principales signos condicionadores del zodíaco. Bajo el impacto de su
energía se producen profundas desorganizaciones y alteraciones del carácter, de
la cualidad y de la orientación. Es un signo peligroso, porque fácilmente se
exageran los aspectos destructivos y se aplican tan inteligentemente a las
circunstancias, que la trayectoria del Toro puede ser destructiva dentro de su
campo de contacto, y al mismo tiempo autodestructora, hasta el momento en que
la autovoluntad o deseo egoísta, es atemperado por la aspiración. La aspiración
cede su lugar oportunamente a la actividad inteligente y a la aceptación de la
voluntad que emana del Centro espiritual de la vida. Esto conduce a colaborar
con el Plan, en el sentido más pleno de la palabra, y a terminar con el
autocentrismo individual. El temperamento, tan característico en el Toro, debe
ceder su lugar a la energía espiritual dirigida, pues el temperamento sólo es
energía incontrolada, que beneficia a la personalidad; la ceguera (el Toro es
ciego durante gran parte de su trayectoria) debe ceder su lugar a la visión, al
correcto enfoque de la vista, lo cual disipará finalmente las ilusiones y los
espejismos autoengendrados del aspirante; la autoconmiseración, efecto de una
concentración constante sobre la frustración del deseo en la vida de la
personalidad, debe ser reemplazada por la compasión hacia la humanidad y
desarrollada en servicio altruista que presta el iniciado salvador. La tarea
del taurino es dura, pues contiene en sí, en grado muy notable, limitaciones
destacadas sobre los procesos de la evolución espiritual; sin embargo, no hay
dificultades insuperables, y el taurino liberado es siempre una fuerza
constructiva, planificadora, creadora y progresista; tales hombres son muy
necesarios en estos días críticos de reajuste y esfuerzo.
Como
bien saben, Tauro rige el cuello y la glándula tiroides. Ésta es esencialmente
la región de donde debe emanar la actividad creadora del hombre que se halla en
el Sendero. La energía del centro sacro debe ser elevada a la laringe para que
la creación, por medio del amor y la voluntad, compruebe oportunamente el
efecto sublimador que produce la trasferencia de la energía sexual, cuando es
aplicada en forma más elevada. El correcto empleo de los órganos de la palabra
proporciona la clave de los procesos por los cuales el discípulo debe efectuar
ciertos cambios básicos. El taurino que se halla en el camino de liberación,
debería aplicar el método de la palabra en forma directa y motivada, y en forma
exteriorizada y explicativa, a fin de transformarse de una persona que sigue
voluntariamente el modo de ser de su personalidad, en un sabio colaborador del
Plan. Con esto quiero decir que cuando el hombre traduce sus ideales en
palabras y actos, efectúa una transformación, transmutación y, oportunamente,
una traslación a la cima de la montaña de la Iniciación. Los resultados del
trabajo creador de materializar la visión, deben ser llevados a una
demostración efectiva en Escorpio, en cuyo signo se aplican las pruebas finales
para comprobar que la energía fluye libremente, y sin impedimentos ni obstrucciones,
entre los centros laríngeo y sacro, y demostrar que la correcta orientación ha
sido lograda y que no existe temor alguno de que el sujeto de Tauro caiga
ciegamente en el autointerés, pues en el futuro seguirá inteligentemente el
Camino de la Liberación -camino que traerá su propia liberación y, al mismo
tiempo, lo impulsará a realizar esas actividades que llevarán la liberación a
otros. El hombre que en Escorpio ha aprendido sus lecciones, en Tauro deberá
demostrar esa creatividad que actuará bajo la inspiración de la aspiración y de
la visión y tratará de expresar constructivamente la belleza velada
intrínsecamente por todas las formas, proporcionando así la revelación de ese
propósito subyacente que motiva todos los acontecimientos y formas. Los aspectos
que producen cambios básicos en el propósito, interés y orientación, deben
manifestarse en Escorpio, comprobando así la efectividad de los procesos
evolutivos, sufridos en la repetida gran transición de Escorpio a Tauro y de
Tauro a Escorpio. Este ciclo de movimientos constituye (con el ciclo mayor) un
ritmo de experiencia de enorme importancia. Estos siete signos son
preeminentemente signos de experiencia en la vida. El signo anterior a Aries es
el “signo de la institución”, mientras que los cuatro que le siguen a Escorpio
prueban ser los signos del discipulado y la iniciación. Esto sucede en la rueda
revertida, y las implicaciones sobre esta misma línea en la rueda común, pueden
ser fácilmente aplicadas por ustedes.
El
reconocimiento de estas metas y la comprensión de los problemas taurinos
aclararán la posición de los planetas en este signo. Vuelvo a recordarles que
la exaltación de un planeta en cualquier signo particular, su caída dentro de
la esfera de influencia de un signo, así como también la disminución de una
influencia planetaria particular, en cualquier ciclo de un signo (que,
técnicamente hablando, va “en detrimento”) son puramente simbólicos, en cuanto
a los efectos que produce la energía cuando hace impacto sobre la naturaleza
forma, aunque halle o no resistencia y evoque o no respuesta, de acuerdo con la
calidad del instrumento planetario sometido al impacto. La Luna está exaltada
en este signo. Simbólicamente, significa que el aspecto forma de la vida es un
factor que controla poderosamente y que el hombre debe tenerlo siempre en
cuenta. La Luna es la Madre de la forma, y en este caso vela u oculta a Vulcano
-lo cual era de esperarse. Por lo tanto, la Luna representa aquí al moldeador o
modelador de la forma, proporcionando los aspectos masculino y femenino en la
construcción de la forma, función dual Padre-Madre. Esto deben recordarlo los
astrólogos. Tal proceso de interacción desarrolla dos fases del necesario
moldeamiento:
1. Un proceso en el cual se crea una forma de gran potencia, donde el
autointerés y los objetivos y deseos de la personalidad son los móviles que
propician la actividad. Actividad de la Luna y de Tauro.
2. Los procesos autoaplicados por el taurino que va despertando,
donde es modelada nuevamente la naturaleza forma y motivada en forma distinta,
y así “elevada a los cielos”, irradiada y glorificada. Actividad de Vulcano y
de Tauro.
La
exaltación de la forma, regida por la Luna, puede ser trazada a través de todo
el zodíaco, proporcionando en sí una historia interesante y progresiva que no
intento considerar aquí, la cual ha sido narrada por las diversas mujeres que
aparecen en las diferentes constelaciones, y algún día se erigirá alrededor de
ellas la astrología de la forma. Tenemos a Casiopea, Venus, Cabellera de Berenice,
Andrómeda y una o dos más, así como también Virgo, la Virgen, la más importante
de todas. Aquí sólo puedo indicar un campo de pensamiento e investigación
astrológica, no abordado hasta ahora, pero no dispongo de tiempo para
interpretar este vasto y provechoso campo de conocimiento. “Nuestra Dama, la
Luna” está relacionada con todas ellas, y antes de la gran desintegración del
sistema solar anterior, que convirtió a la Luna en un planeta muerto, las
energías de esas estrellas y de algunos planetas fueron producidas por sus
actividades que estaban enfocadas en la Luna y transmitidas por ésta en forma
muy misteriosa y sin embargo poderosa. Por medio del deseo traducido en
términos de voluntad espiritual, la forma es esotéricamente exaltada, y la exaltación
de la Luna en Tauro es un símbolo de este hecho. Esto está testimoniado por el
símbolo astrológico común de los cuernos del Toro. Es la Luna creciente, y
también el símbolo de la naturaleza destructora de la vida de la forma del
Toro. Recuerden que la destrucción o muerte de la forma y por ello la
terminación de la influencia de la forma, es la meta del proceso que cambia el
deseo en aspiración.
Urano,
el planeta del misterio oculto y uno de los más esotéricos, cae en este signo,
trayendo la acentuación y la marcada división entre cuerpo y alma, destacada
característica del sujeto de Tauro. Prepara al hombre interno para la aguda
interacción y conflicto, en el siguiente signo, Géminis. En consecuencia, la
presencia de la Luna exaltada y de Urano caído, da una imagen maravillosa de la
historia del hombre durante la etapa de desarrollo y poder de la personalidad.
La tarea de Urano, oculta en las profundidades, consiste en despertar y evocar
la respuesta intuitiva de Tauro hacia una luz siempre creciente, hasta el
momento en que se logra la plena iluminación, así como también el desarrollo de
la conciencia espiritual -sustituyendo las reacciones inferiores de la forma
por los aspectos superiores del alma. Es interesante observar que en Escorpio,
Urano está exaltado, lo que indica el éxito de la tarea que emprendieron las
fuerzas uranianas. Así se alcanza la realización.
Marte
se halla en detrimento en este signo. Su actividad acrecienta constantemente la
naturaleza guerrera de Tauro, pero la potencia de la lucha taurina es tan
grande, hablando esotéricamente, que el efecto de Marte se pierde en el todo
mayor. “Acrecienta el espejismo y la confusión y, sin embargo, contiene en sí
una esperanza para el hombre luchador.”
En
este signo se acentúa constantemente el factor lucha. Es una lucha cósmica,
planetaria e individual, pues el deseo-voluntad subyace en las actividades
manifestadas del Logos, de la Vida planetaria y del hombre, y también de todas
las formas de la naturaleza. Es la lucha de lo que está profundamente oculto en
la oscuridad, para alcanzar la luz del día; es la lucha del alma oculta para
controlar y dominar la forma externa; es la lucha para transmutar el deseo en
aspiración y la aspiración en voluntad de lograr la realización; es la lucha
por alcanzar la meta, revelada por una acrecentada luz. Tan potente es esta
lucha, que culmina en la rueda común (antes de que el alma que busca encarnar
vuelva a entrar en Aries) en el deseo fijo, fortaleciéndose cada vez más para
seguir la rueda del renacimiento; en el progreso revertido alrededor del
zodíaco, la lucha consiste en dominar y destruir todo lo que ha sido tan
laboriosamente realizado en la rueda común, para demostrar, en Escorpio (por
medio de las terribles pruebas aplicadas allí), que la forma ya no controla,
pero que las lecciones aprendidas, mediante el empleo de la forma, han sido
retenidas; la lucha se libra para llevar a cabo la iniciación en Capricornio, y
de esta manera liberar al alma de la rueda giratoria y liberarse finalmente de
la esclavitud del deseo y de cualquier tipo de control ejercido por la forma.
Esto
está curiosamente remarcado en este signo por los regentes de los decanatos.
Ambos astrólogos, Alan Leo y Sefarial, prácticamente y para todos los intentos
y propósitos, concuerdan en la asignación de planetas para gobernar los triples
aspectos del signo. Disienten exotéricamente en un punto, pues mientras
Sefarial da la Luna como rigiendo el segundo decanato, Alan Leo da Venus como
rigiendo al primero. Sin embargo, Venus y la Luna a menudo se emplean en forma
intercambiable, y ambos expresan o irradian la misma energía básica de
inteligencia activa en sus aspectos superior e inferior. Uno expresa amor
inteligente, el otro la inteligencia de la materia; este énfasis dual tiene que
ver con el dominio que ejerce la naturaleza de la forma en el sujeto taurino y
su liberación por intermedio del Hijo venusino de la Mente. La Luna o Venus,
Mercurio y Saturno, controlan los decanatos, y la consideración que hemos hecho
de estos planetas en los signos anteriores, les habrá indicado la correcta
interpretación, tanto aquí como en otra parte. La vida de la forma, la
actividad inteligente y la lucha intensa, resumen el problema taurino, mientras
que Mercurio, el Mensajero de los Dioses, recuerda al hombre que lucha, que
siempre debe llegar a ser lo que esencialmente es, evadiéndose así de la
ilusión y penetrando en la luz.
Las
notas clave de este signo son, como de costumbre, claras en sus implicaciones.
Una, enuncia la nota del aspecto forma: “Que se luche sin desmayo”. El Verbo de
la forma consiste en tomar, aferrar e ir valientemente tras lo deseado. El
Verbo del alma es: “Veo, y cuando el Ojo está abierto, todo es luz”. El ojo del
Toro cósmico de Dios está abierto, y desde él la luz afluye radiantemente sobre
los hijos de los hombres. El ojo de la visión del hombre individual debe
también abrirse en respuesta a esta luz cósmica. De allí que la victoria sea
inevitable, pues la potencia de la energía cósmica, infaliblemente y a su debido
tiempo, subyugará y reorientará la energía de la humanidad.
Ya
he considerado brevemente y creo, sin embargo, constructivamente, algunas de
las influencias y significados subjetivos de los doce signos del zodíaco. He
abordado su mutua interrelación y su interacción planetaria y he tratado de
presentarles las reacciones de la humanidad a estas múltiples energías y
fuerzas. Dichas fuerzas afluyen desde fuentes cósmicas y hallan su camino hacia
nuestro sistema solar, al que son atraídas por medio de una cualidad análoga o
-bajo la Ley de Contradicción, o Ley de los Contrarios- encuentran su camino
hacia ciertos planetas, afectando y condicionando así a unidades de vida que
hay en cada uno de estos planetas receptores. Hemos visto al hombre instado a progresar
por la naturaleza de las fuerzas de la atracción divina y hemos observado las
diversas cualidades divinas que esta actuación de energías evoca en la
humanidad -así como también en las demás formas de vida. Quizás he acentuado,
casi hasta la confusión, el vasto conjunto de impelentes energías que actúan
por todo nuestro cosmos; el hombre individual puede muy bien anonadarse por
sentirse desvalido y exageradamente fútil, pero sólo se debe al estado
relativamente subdesarrollado de su “mecanismo de recepción”. Cuando se sienta
anonadado debe recordar que potencialmente posee la capacidad creadora de
construir y desarrollar gradualmente un mejor mecanismo de recepción que le
permitirá finalmente responder a todos los impactos y a cada tipo de energía divina.
Esta capacidad es indestructible y constituye en sí un enfoque divino de
energía, que debe llevar y llevará adelante indefectiblemente el bien que se
está haciendo, bajo la inspiración del Gran Arquitecto del Universo. Él modela
todas las cosas para un fin divinamente previsto, y en este signo -por
intermedio de Sus agentes, Venus y Vulcano, tipificando la forma y al alma-
conducirá al hombre de lo irreal a lo real.
TERCER
CAPÍTULO
LA CIENCIA DE LOS TRIÁNGULOS
INTRODUCCIÓN
LLEGAMOS
al fin de la tercera extensa parte del segundo capítulo sobre los Efectos
Espirituales de las Constelaciones y sobre el Zodíaco y los Rayos. En esta
parte se tratará la naturaleza de la astrología esotérica y en la introducción
se consideró brevemente la significación del esoterismo en forma general,
aplicado a la astrología moderna; además se consideraron las tres Cruces y se
hicieron breves referencias sobre la relación que tienen los signos con los
centros; no obstante hemos dedicado la mayor parte de nuestro tiempo a un
análisis del significado y de la interrelación de los doce signos del zodíaco
entre sí, con los planetas y la Tierra, tratando, apenas, el efecto que
producen sobre el individuo, excepto en un sentido general. Ahora
consideraremos la tercera y más importante parte de este estudio astrológico
titulado La Ciencia de los Triángulos, dividido, como ya se indicó, en tres
partes:
1. Los Triángulos de Energía constelaciones.
2. Los Triángulos de Fuerza triplicidades planetarias.
3. Los Triángulos y los Centros planetarios
y humanos.
He
analizado aquí el punto alcanzado en nuestro estudio, pues ansío que conozcan
dentro de lo posible hasta dónde hemos llegado en nuestro intento de arrojar la
luz de la comprensión esotérica sobre el actual y total estudio exotérico de la
astrología.
Por
lo tanto, antes de proseguir con este tema, algo difícil, quisiera decir
algunas palabras y recordarles ciertas cosas respecto a nuestra actitud
general.
En
esta serie de estudios astrológicos no he expuesto la parte matemática
vinculada a mis afirmaciones. Ciertos cambios básicos se están produciendo en
la inclinación del eje de la Tierra y esto traerá gran confusión en los
cómputos de los astrólogos, cambios que se efectúan lenta y progresivamente y
de acuerdo a la ley cósmica. A medida que esto sucede resulta imposible hacer
cómputos y deducciones exactas. Cuando la orientación y el “punto de dirección”
del polo de la Tierra haya sido nuevamente estabilizado, podrán obtenerse, con
exactitud, las nuevas cifras matemáticas condicionantes. En verdad, desde los
antiguos días egipcios, no se ha podido lograr una verdadera exactitud.
Cualquier cosa que pueda realizarse en estas líneas sólo es aproximado y, por
lo tanto, resulta imposible hacer el análisis, la predicción y la
interpretación verídicos. Todo el tema es muy confuso y completamente
incomprensible para el astrólogo común y, lógicamente, para el estudiante
común. Sin embargo les recordaré que en el gran ciclo de vida de la Tierra se
ha producido varias veces el cambio de las “estrellas polares” y que nuestra
actual estrella polar no ha estado siempre en la misma posición. Esto también
la ciencia lo reconoce.
En
cada uno de los grandes deslizamientos del eje de la Tierra, hubo convulsiones,
confusiones y cataclismos previos a la reconstrucción, estabilización y
aparente y relativa calma. Estos acontecimientos macrocósmicos tienen analogías
microcósmicas similares, tanto en la vida de la humanidad como en la del hombre
individual, de allí que la crisis mundial actual -aunque precipitada por el
error y el pecado humanos, por el karma pasado y el idealismo emergente,
respondiendo al desarrollo del intelecto y a la aparición de la intuición- sea
básicamente el resultado de combinaciones de corrientes de fuerzas mucho más
grandes y más vastas, en las relaciones macrocósmicas.
En
resumen, podría decirse que las causas cósmicas y del sistema dadas a
continuación, son responsables de las actuales y difíciles crisis y situaciones
mundiales:
1. La irrupción de fuerza magnética en Sirio que, por medio de la
Jerarquía, produce efectos en nuestro sistema solar y, particularmente, en la
Tierra.
2. El deslizamiento de los polos de la Tierra, debido a la atracción
de un gran centro cósmico, que afecta poderosamente la orientación de la Tierra
y es responsable de los actuales terremotos de las erupciones volcánicas y los
innumerables temblores de tierra en los últimos ciento cincuenta años.
3. El gran tránsito del sol alrededor del zodiaco mayor (un período
de 250.000 años, o una ronda completa) finalizó cuando el sol entró en Piscis,
hace más de dos mil años. Este proceso de salir o entrar en un signo particular
e influencia cíclica, abarca un período de cinco mil años, en lo que concierne
a esta ronda mayor o ciclo. Este período de cinco mil años abarca el ciclo
completo de transición, hasta que se logra la completa libertad de actuar bajo
la inspiración del nuevo signo. Por lo tanto, no estamos aún libres de un
desbarajuste incidental.
4. El paso de nuestro Sol del signo de Piscis al de Acuario, es otra
de las condiciones originantes de la confusión actual. Esta confusión de
fuerzas en el sistema solar, está afectando notablemente a nuestro planeta.
Durante el proceso de pasar de un signo a otro, por ejemplo el tránsito de
Piscis a Acuario, como sucede ahora, abarca un período de aproximadamente
quinientos años.
Los
astrólogos harían bien en considerar estos puntos. Vuelvo a recordar a los
estudiantes que cuando hablo de signos me refiero a las influencias de las constelaciones,
tal como están representadas por los signos, llamándoles la atención sobre el
hecho de que, en el gran proceso evolutivo y debido a ciertos desplazamientos y
discrepancias astronómico-astrológicas, el Sol no se halla en la constelación a
la cual se refiere un signo particular en un momento dado. Les he llamado la
atención sobre ello en una parte anterior de este tratado.
5. Otro factor poco conocido es que actualmente la Luna se está
desintegrando con creciente rapidez, y esto afecta necesariamente a la Tierra y
tiene resultados terrenales.
Los
estudiantes hallarán interesante aplicar los siguientes grandes acontecimientos
cíclicos a los propios procesos en que aparecen y actúan en tiempo y espacio:
1. La sucesión de las grandes rondas del zodíaco, o un período de
ciclos de aproximadamente 250.000 años, tiene su analogía en el ciclo de vida
de la Mónada.
2. La progresión del Sol cuando pasa por los signos del zodíaco,
durante uno de estos ciclos de 25.000 años, halla su analogía en el ciclo de
vida del ego o alma.
3. El zodíaco menor, abarcado -desde el ángulo de la extrema ilusión-
en el curso de un año, corresponde a la vida de la personalidad.
Al
considerar estos puntos debe recordarse siempre que los grandes desplazamientos
o grandes expansiones de conciencia, son seguidos inevitablemente por
trastornos en las formas externas. Esto es verdad en la vida de una deidad
solar, de un Logos planetario, de la entera humanidad y de un hombre. De allí
también el actual problema mundial. Un gran acontecimiento, por ejemplo, como
un cambio en el eje de la Tierra, está relacionado a una iniciación del Logos
planetario. Por lo tanto, los estudiantes pueden observar aquí la relación que
tiene con la vida individual al cambiar constantemente su conciencia en el
proceso de desarrollo vital en el Sendero del Discipulado y en el de la
Iniciación. Anteriormente en este tratado me he referido a un hecho que siempre
debe tenerse presente, y es que las grandes energías que actúan sobre nuestro
planeta ejercen un efecto obstaculizador o estimulante, producen retardo,
concreción, cristalización y retraimiento, o aferramiento a lo antiguo y
caduco, o estimulan y ocasionan fluidez, acrecentamiento y expansión. El
cuidadoso investigador de los asuntos humanos observará esto de acuerdo a cómo
estudie los acontecimientos que se suceden hoy ante sus ojos.
Hablando
en forma amplia y general, puede decirse que los tres grupos de fuerzas
principales que afectan a nuestro planeta son de naturaleza zodiacal, del
sistema y planetaria y -nuevamente generalizando- pueden también decirse que:
1. Las energías zodiacales pasan a través de Shamballa y están
relacionadas con el primer Rayo de Voluntad o Poder, y afectan a la Mónada.
2. Las energías del sistema pasan a través de la Jerarquía y están
relacionadas con el Segundo Rayo de Amor-Sabiduría o, como se lo denomina a
menudo en la astrología esotérica, el Rayo de Coherencia Atractiva, y afectan
al alma.
3. Las fuerzas planetarias hacen impacto sobre la humanidad y pasan a
través de ella, y están relacionadas con el tercer Rayo de Inteligencia Activa,
y afectan a la personalidad.
Me
he referido a esto anteriormente, pero he vuelto a enunciarlo, pues quiero que
lo tengan siempre presente, a medida que avanzamos en nuestros estudios.
Tenemos aquí una triplicidad mayor de energías que emergen de un vasto e
incomprensible conjunto de fuerzas y energías, que son para ellas lo que la
Vida Una es para este triángulo de menor importancia.
Debe
recordarse también que estos tres grupos de energía producen efectos diferentes
de acuerdo con el tipo de mecanismo (dependiendo éste del grado de evolución y
de la etapa de desarrollo) sobre el cual hace impacto. Por ejemplo, el efecto
de una fuerza zodiacal y del sistema sobre un planeta sagrado u otro no
sagrado, es muy característico, así como el efecto de estas energías cuando
hacen su impacto en el hombre dependerá de si evoca respuesta de la mónada, del
ego o de la personalidad, o si hacen impacto sobre la conciencia de la masa, el
ente autoconsciente, o la conciencia iluminada de la humanidad, o si de hecho
-en lo que al hombre se refiere- actúan sobre el no evolucionado, el
evolucionado o los discípulos e iniciados. El tipo de mecanismo y la cualidad
de la conciencia determinan la recepción y la respuesta. Este enunciado es de
fundamental importancia, y hasta que los astrólogos no lleguen a un grado de
desarrollo en que el mundo de verdaderos significados se abra ante ellos y el
alcance de su conciencia sea ampliamente incluyente, no les será posible ser
realmente exactos en sus interpretaciones de los horóscopos grupales o
individuales. Insisto sobre esto porque la Ciencia de los Triángulos se refiere
totalmente a las energías subjetivas al condicionar la conciencia y no al
condicionamiento creado por las mismas energías sobre las formas externas en el
plano físico.
Quizás
dirán “cómo un hombre piensa así es él” y la expresión de esa energía
significará, en último análisis, lo mismo. Esto no es exactamente verdad. La
respuesta de la humanidad y del individuo a la vida mental interna y a la
conciencia subjetiva, no es inmediata. Toma mucho tiempo (especialmente en las
primeras etapas) para que una idea se abra camino hacia la mente y de allí pase
al cerebro, condicionando a la naturaleza emocional en sus progresos y
procesos. Por lo tanto, se dedicarán varias vidas a registrar los efectos
producidos por estas energías sobre la vida mental, y también se registrará la
respuesta de la vida en el plano físico una vez captados. Por esta razón he
afirmado que la Ciencia de los Triángulos subyace en todo el sistema
astrológico y sólo ahora está en proceso de revelación. Tengan presente que el
efecto de estas energías que vamos a considerar, y su triple relación, se
producirá en el reino de las ideas y en el mundo de la conciencia y su
expansión, y abarcará, por lo tanto, la vida mental sensible de un Logos solar,
un Logos planetario, la humanidad y el hombre.
No
me ocuparé por lo tanto de lo que producen los acontecimientos, excepto en la
medida en que todas las ideas llegan a la expresión en el plano de la
manifestación, lo cual, repito, depende de la cualidad y naturaleza del
mecanismo de respuesta, sea un sistema solar, un planeta, el cuarto reino de la
naturaleza o un ser humano.
Agregaré
aquí una sexta razón que explicará la actual presión y tensión en la respuesta
de la familia humana en esta crisis mundial, porque está relacionada por entero
a la respuesta consciente a las fuerzas subjetivas que se expresan como ideas y
vastas corrientes de pensamiento. Por este hecho la humanidad está girando al
revés en la gran rueda zodiacal, tal como lo hace el discípulo individual el
punto de reversión y el signo o signos en los cuales tiene lugar, marcan un
punto de crisis muy importante en la vida de este reino de la naturaleza,
producen tumultos, dificultades y toda la gama de reajustes necesarios para la
reorientación. Si agregan a esta razón las otras cinco, no les asombrará que la
situación actual sea hoy casi increíble por su dificultad y la extensión que
abarca.
En
cada triplicidad hay tres cualidades principales que se manifiestan, o tres
energías básicas que tratan de expresarse o influir. Al manifestarse en tiempo
y espacio, el hombre descubre que esto es verdad y que constituye una ley de la
naturaleza, y podría decirse que la tarea del discípulo es llegar ser
plenamente consciente -como Observador desapegado- de estas energías y las
cualidades que van expresándose a medida que actúan dentro de el mismo. Esto lo
realiza en el Sendero de probación, en el Sendero del discipulado y en el
Sendero de la iniciación. Debe llegar a ser consciente de:
1. La triple energía, la personalidad, de la cual el cuerpo vital es
la expresión sintética.
2. La triple alma, de la cual el loto egoico es la expresión.
3. La triple mónada, cuya expresión es la gran bifurcación, una gran
difusión en tiempo y espacio de tres corrientes de energía creadora. Quizás
esta última definición sea de poco significado para el no iniciado, pero debe
ser suficiente para él.
El
aspecto que se manifiesta en estas triplicidades es el resultado de la
interacción de las tres fuerzas y está condicionado por ellas. Ésta es su plena
expresión y el resultado de su exitosa actividad:
1. En la personalidad, es el cuerpo físico.
2. En el alma, es el capullo central abierto dentro del loto egoico.
3. En la mónada, es el “sonido que se abre camino geométricamente
hacia la visión del Observador” -frase profundamente esotérica que simboliza lo
que no puede ser expresado ni reducido a la tangibilidad de la forma.
Si
los estudiantes aplican esta idea al estudio y a la comprensión de los
triángulos astrológicos y no pierden de vista las triples energías
relacionadas, simplificarán grandemente sus estudios. Cuando el microcosmos es
conocido, contiene siempre la clave del Macrocosmos, el cual se refleja
eternamente en el hombre, el microcosmos, y por eso el hombre tiene dentro de
sí la posibilidad y la potencialidad de la comprehensión total.
Por
lo tanto, en las innumerables triplicidades que se estudiarán, descubriremos
analogías con la mónada, el alma y la personalidad del hombre, y hallaremos que
una línea del triángulo incorpora una fuerza determinante y dominante y dos
líneas que -durante un ciclo particular- están condicionadas por ella. Tenemos,
por ejemplo, una ilustración interesante de ello en la naturaleza del fuego,
esotéricamente entendido, en su triple expresión en tiempo y espacio durante un
ciclo de manifestación, pues, como saben, la Sabiduría Eterna enseña que
existe:
1. El fuego eléctrico voluntad mónada fuego iniciático.
2. El fuego solar Amor-sabiduría alma fuego
cualificador.
3. El fuego por fricción actividad
personalidad fuego purificador. Intelectual.
Doy
esta triplicidad porque es muy conocida y, al mismo tiempo, constituye una
buena ilustración de una ley básica.
1.
Triángulos de Energía-Constelaciones.
Detrás
de los innumerables triángulos entrelazados en nuestro sistema solar,
condicionándolos en amplia medida (aunque hoy en forma más potencial que
expresiva), hay tres energías que provienen de tres constelaciones principales,
emanaciones de la Osa Mayor, de Sirio y de las Pléyades. Podría decirse que:
1. Las energías que vienen de la Osa Mayor están relacionadas con la
voluntad o propósito del Logos solar, y son para ese gran Ser lo que la mónada
es para el hombre. Éste es un profundo misterio que ni el iniciado más avanzado
puede aún captar. Sus energías séptuples unificadas pasan a través de
Shamballa.
2. Las energías provenientes del sol, Sirio, están relacionadas con
el aspecto amor-sabiduría o el poder de atracción del Logos solar, con el alma
de ese gran Ser. Esta energía cósmica del alma está relacionada con la
Jerarquía. Se ha dicho que la Gran Logia Blanca de Sirio tiene su reflejo,
método de servicio espiritual y exteriorización, en la gran Logia Blanca de
nuestro planeta, la Jerarquía,.
3. Las energías provenientes de las Pléyades, conjunto de siete
energías, están conectadas con el aspecto inteligencia activa de la expresión
logoica, e influencian el aspecto forma de toda la manifestación. Se enfocan
principalmente por intermedio de la Humanidad.
Conectada
con este triángulo principal y afectando poderosamente a todo nuestro sistema
solar hay una triple y muy interesante interrelación, que tiene una relación
especial y peculiar con la humanidad. Este triángulo de fuerzas pone en
relación a una de estas constelaciones principales, a uno de los signos
zodiacales y a uno de los planetas sagrados de nuestro sistema solar.
Primer
Triángulo:
Las Pléyades Cáncer
Venus
La Humanidad
Segundo
Triángulo:
La Osa Mayor Aries Plutón
Shamballa
Tercer
Triángulo:
Sirio Leo Júpiter
La Jerarquía
Me
pregunto si pueden captar, por lo menos parcial y simbólicamente, el hecho de
que estos triángulos no ocupan siempre el mismo lugar, estática y eternamente,
ni son tridimensionales. Deben ser considerados como que se mueven rápidamente,
giran eternamente en el espacio y avanzan incesantemente, y su extensión es de
cuádruple y quíntuple dimensión. No hay manera de describirlos ni llevarlos
visualmente a la atención, pues sólo el ojo interno de la visión puede imaginar
su progresión, posición o apariencia. Estos tres triángulos principales se
expresan todavía parcialmente, en lo que respecta a nuestro sistema solar y
sólo un punto del gran triángulo -como por ejemplo, un punto de la Osa Mayor-
constituye una línea de fuerza relacionada con Aries; únicamente un punto de
Aries -dentro de sí mismo o su propio campo de interacción con Leo y
Capricornio (véase la tabulación VIII) está relacionado con Plutón. Por lo
tanto, toda la trama cósmica y del sistema solar es una intrincada serie
entretejida de triángulos en constante movimiento, y de cada punto del
triángulo, emanan tres líneas o corrientes de energía (nueve en total); cada
serie responde análogamente y recibe las energías -también de naturaleza
triple- que se hallan dentro de su periferia o esfera de influencia y actividad
vibratoria.
Es
inútil que los estudiantes traten de desenredar este conglomerado de
entrelazadas corrientes de energía. Todo lo que es posible para el hombre, con
su equipo actual, es aceptar hipotéticamente estos enunciados, acerca de
ciertos triángulos principales que afectan a la humanidad, tratar de comprobar
sus efectos y esforzarse por obtener alguna comprensión de esta intrincada red
entretejida que él mismo posee y denomina “cuerpo etérico”. De esta manera
puede llegar a comprobar la exactitud de un enunciado, por la cualidad
demostrada del aspecto vida, su condicionamiento y sus resultados en la vida y
acontecimientos microcósmicos. Esto es lo que ha tratado de hacer la
astrología, en conexión con los eventos tangibles en el plano externo de la
existencia; sin embargo, trataremos de llevar nuestro esfuerzo por la línea de
la historia y los acontecimientos de la vida sicológica y no por la de los
acontecimientos físicos. Esta diferencia es fundamental y debe siempre tenerse
en cuenta. Los astrólogos han comenzado a tener una tenue idea de la energía de
los triángulos entrelazados, en lo que concierne a nuestra Tierra, dividiendo
algo arbitrariamente las doce constelaciones en cuatro triplicidades, descritas
en términos cualificativos, como triplicidad terrestre o triplicidad ígnea,
compuesta cada una de un signo cardinal, uno fijo y otro mutable. De esta
manera dividen el zodíaco en un cuádruple grupo de triplicidades entrelazadas e
interrelacionadas, que están condicionadas por uno de los elementos básicos y
así cualificadas. Constituyen una serie de triángulos básicos que tienen una
relación definida con nuestra vida planetaria. Dado el constante movimiento que
existe en todas partes, inherente al sistema solar y al zodíaco -adelante,
interno y giratorio- podemos captar alguna idea de la complejidad de todo el
diseño. A fin de captar la belleza esencial del movimiento coordinado y
organizado y su poder de cualificar y condicionar todo el diseño universal,
puede obtenerse una ayuda adicional de quienes han estudiado algo de los
diferentes triángulos que se hallan en el cuerpo etérico del hombre, por medio
de la interrelación de los siete centros a que me he referido en mis libros.
Cuando estos centros están despiertos o vivificados, son impelidos finalmente
dentro del radio de acción de cada uno; desde el punto de vista de la energía
viviente, la circunferencia de estas ruedas o vórtices de fuerza se agrandan
tanto que, oportunamente, se superponen y tocan, presentando en pequeña escala,
una condición análoga a la serie de triángulos entrelazados que hacen contacto
con los ya mencionados.
Detrás
de estos conceptos de la relación existente en tiempo y espacio, entre las
constelaciones de la Osa Mayor, las Pléyades, el sol Sirio y nuestro sistema
solar, debe recordarse que existe una inmensa serie de triángulos entrelazados
entre las estrellas que componen estas constelaciones internamente y nuestro
sistema solar. Por lo tanto tenemos una relación entre:
1. Las siete estrellas que componen la Osa Mayor,
2. Las siete estrellas que componen las Pléyades, denominadas a
veces, las siete “hermanas” o “esposas” de los Rishis, o Vidas que animan a la Osa
Mayor, y
3. El sol Sirio,
formando
así triángulos principales de fuerza, sujetos dentro del radio de la Vida de
ese Gran Ser cuya intención, expresa y manifiesta, es traída a la existencia
por medio de estos tres grupos relacionados y nuestro sistema solar. Como
insinué en el Tratado sobre Fuego Cósmico, estos cuatro grupos de estrellas
constituyen el aspecto manifestado o la personalidad de una Vida grande y
desconocida.
A
este respecto trato de presentar únicamente una imagen general, porque no tengo
la intención de ocuparme de los triángulos cósmicos. Consideraremos sólo a esas
constelaciones que se hallan dentro del zodíaco mayor y los astrólogos saben
que producen un efecto definido sobre la humanidad y nuestra vida planetaria.
Por
eso, al estudiar estos triángulos estableceremos (para nuestra guía) ciertas
reglas que, de acuerdo a la Ley de Analogía, pueden facilitar la comprensión
del significado y de las verdades subyacentes:
1. Los triángulos que estudiaremos serán considerados como que expresan:
a. Una principal energía condicionante, que produce la manifestación.
Esto
corresponde al aspecto Mónada.
b. Una energía cualificadora secundaria, que produce conciencia.
Esto
corresponde al aspecto Ego o Alma.
c. Una expresión de fuerza menor, que produce tangibilidad.
Esto
corresponde al aspecto Personalidad.
2. Estas tres energías estarán, por lo tanto, relacionadas con los
tres aspectos de la vida manifestada, denominados en este tratado Vida,
Cualidad y Apariencia.
3. Dichas energías producen el cambio dentro de sí mismas y a veces
una de ellas emitirá la nota predominante y a veces lo hará otra; también de
vez en cuando, una energía secundaria se convertirá en principal fuerza
condicionante, y en otras oportunidades la expresión menor ascenderá a la
cumbre y se convertirá, durante el ciclo, en la característica sobresaliente
del triángulo. Dichos acontecimientos cósmicos están regidos por la Gran Ley de
Conveniencia, evocada por el proceso evolutivo e incidental al movimiento
zodiacal y su propio condicionamiento matemático interno -éste es un tema de
tan vastas dimensiones y misterio que ninguna Vida, dentro de nuestro sistema
solar, ha podido presentir su significación. La expresión cíclica de la vida
depende de la constante mutación y de los procesos infinitamente cambiantes.
4. Los enunciados que he hecho en este esfuerzo -pues no es mucho más
que eso- por indicar las líneas principales de acercamiento a la nueva ciencia
de la astrología esotérica, no pueden aún ser comprobados. Más adelante tal
prueba estará disponible. Todo lo que les pido por ahora es que se interesen
por la presentación, procuren ver el cuadro general que intento describir y
capten parcialmente la relativa síntesis que subyace en todo lo manifestado.
Partiendo de lo que hoy se acepta, estén dispuestos a seguir, desde allí, hacia
un nuevo campo de posibilidades y de probabilidades presentidas. El tiempo
corroborará la información que he pedido que acepten como hipótesis.
Luego
me ocuparé de analizar tres grupos de triángulos que son actualmente de
primordial importancia para la humanidad y que siguen a la información dada con
anterioridad. De estos grupos de triángulos emanan energías que llegan a través
del espacio al hombre individual, las que no pueden por lo tanto ser ignoradas,
ellas son:
La Osa Mayor las
Pléyades Sirio
Transmiten
energía a través de
Leo Capricornio Piscis
Estas
transmiten energía a través de
Saturno Mercurio Urano
Llegando
a los siguientes centros
Centro coronario planetario Centro ajna planetario Centro cardíaco planetario
Desde
allí al
Centro coronario del discípulo Centro ajna del discípulo Centro cardíaco discípulo
y
oportunamente controlan
El centro en la base de El centro laríngeo El centro plexo solar
la columna vertebral
Consideraré
también algunos puntos e indicaciones, insinuados en la Tabulación IX, pág. 317
relacionada a los doce signos del zodíaco. Se observará que hay ciertas
corrientes principales de energía condicionantes, relacionadas entre sí y con
nuestra Tierra, divididas en dos grupos:
1. Las energías de rayo que, según dicen, emanan de la Osa Mayor en
siete grandes corrientes de fuerzas que se irradian externamente.
2. Las energías inherentes a las doce constelaciones, que se mezclan
con las energías de rayo, produciendo el dualismo esencial de la vida
manifestada, e incidentalmente son responsables de las peculiares dificultades
que la humanidad, en el arco de la experiencia evolutiva enfrenta en nuestro
planeta.
Les
repito que lo que les diré se relaciona con las actuales condiciones mundiales,
con la humanidad y también -para la enseñanza y aplicación prácticas- con la
vida del discípulo individual. Lógicamente estas energías tienen una
significación cósmica, planetaria y del sistema, pero ningún discípulo puede
captarlas todavía; para llegar a comprender tan sólo las primeras etapas de
estos misterios, se debe trascender la personalidad, cosa que aún no han
logrado, pero inevitablemente algún día lo alcanzarán.
Cuando
el hombre es impersonal y se libera de las reacciones del yo inferior y cuando
su conciencia está iluminada por la clara luz de la intuición, entonces la
“ventana de su visión” se clarifica y ve sin obstáculos la realidad. Las
obstrucciones (erigidas por la humanidad misma) desaparecen, ve la vida y las
formas en su verdadera relación y llega a comprender y hasta ver ocultamente
“el paso de las energías”.
La
relación existente entre ciertos rayos y triángulos cósmicos será más clara si
estudian con cuidado la siguiente tabulación:
NOTA:
Las siete estrellas de la Osa Mayor son las fuentes originantes de los siete
rayos de nuestro sistema solar. Los siete Rishis (según se los denomina) de la
Osa Mayor se expresan por intermedio de los siete Logos planetarios que son Sus
Representantes, para Quienes representan el Prototipo cósmico. Los siete Dioses
planetarios se manifiestan por medio de los siete planetas sagrados. Cada uno
de estos siete rayos es trasmitido a nuestro sistema solar por intermedio de tres
constelaciones y sus planetas regentes.
TABULACIÓN IX. UNA SERIE CÓSMICA DE
TRIÁNGULOS INTERRELACIONADOS
Rayo Planetas
Constelaciones Ortodoxos Esotéricos
Aries Marte Mercurio
1.
Voluntad o Poder Leo El Sol El Sol
Capricornio Saturno Saturno
Géminis Mercurio Venus
2.
Amor-Sabiduría Virgo Mercurio La Luna
Piscis Júpiter Plutón
Cáncer la Luna Neptuno
3.
Inteligencia Activa Libra Venus Urano
Capricornio Saturno Saturno
Tauro Venus Vulcano
4.
Armonía a través Escorpio Marte Marte
del Conflicto Sagitario Júpiter La
Tierra
Leo El Sol El Sol
5.
Ciencia Concreta Sagitario Júpiter La Tierra
Acuario Urano Júpiter
Virgo Mercurio La Luna
6.
Idealismo. Devoción Sagitario Júpiter La Tierra
Piscis Júpiter Plutón
Aries Marte Mercurio
7.
Orden Ceremonial Cáncer la Luna Neptuno
Capricornio Saturno Saturno
Procuraré
ahora trazar ciertas corrientes principales de energía condicionante, que
surgen desde sus fuentes emanantes -vía ciertas constelaciones y planetas- y
llegan a la Tierra y -desde dentro del radio de la Tierra- al discípulo
individual, también a través de ciertos centros planetarios principales. Así
esa Gran Síntesis (la Vida cualificada de apariencia o manifestación) puede
verse actuando en forma definida, produciendo efectos solares, planetarios e
individuales y demostrando esa relación intrincada que une el átomo humano con
las Grandes Vidas, suma total de lo manifestado.
La
analogía entre el microcosmos y el macrocosmos será por lo tanto de ayuda, y la
relación entre una célula o un átomo, en uno de los órganos abdominales, por
ejemplo, y el alma en su propio plano, ilustrará con exactitud una relación e
interacción aún mayor. En esta interacción de Vidas y Sus corrientes de fuerzas
y energías emanantes y en las principales y determinantes actividades de la
vida de Aquel en quien todas las formas -incluso la humana- viven, se mueven y
tienen su ser, se hallará la inevitabilidad del logro final, la inalterabilidad
de la ley y, finalmente, la expresión del Propósito divino inmutable. En los
efectos evolutivos de esta relación, entre la Vida y la Forma, tenemos también
el método indesviable de una conciencia en expansión y siempre en
desenvolvimiento -sea macro o microcósmico. De allí que la Voluntad de Dios
mueve los mundos, y el Amor de Dios determina los resultados.
En
esta consideración de la básica Ciencia de los Triángulos (casi diría “en la
contemplación de la básica Ciencia de los Triángulos”, pues lógicamente es lo
que debería ser, si queremos obtener la comprensión como verdadera recompensa
de nuestros esfuerzos) debe tenerse en cuenta la relación existente entre las
tres energías fundamentales que afectan a nuestro sistema solar y el efecto
predominante de una de ellas, en cualquier expresión cíclica en tiempo y
espacio. Un ejemplo de esto surgirá en forma normal en nuestras mentes si recordamos
que en este ciclo mundial, en la manifestación de nuestro sistema, el segundo
aspecto o aspecto conciencia (el del segundo Logos), es el factor dominante y
condicionador, que establece la nota para el desarrollo evolutivo y absorbe la
atención de las unidades humanas en evolución, lo cual se lleva a cabo aunque
estén presentes y activos otros factores. Por lo tanto, todos los acercamientos
a la verdad y al conocimiento durante este ciclo, deben hacerse en la
conciencia. En otro ciclo, tal acercamiento podrá enfocarse en la voluntad, o
en algún atributo divino existente, pero incomprendido, para el cual aún no
tenemos denominación. En consecuencia, todo lo que el hombre puede proporcionar
para captar la experiencia de la vida, o comprender una ciencia esotérica, como
la de los Triángulos, es una conciencia desarrollada hasta un grado definido y
personal de percepción o conciencia. Este punto de percepción depende del
desarrollo individual y también del estado de conciencia de toda la humanidad,
y significa que existen dos condiciones de percepción distintas, aunque
interrelacionadas.
Técnicamente
hablando, la percepción y la respuesta, o la actividad de la conciencia que
percibe y observa -llevada a cabo por medio del mecanismo de respuesta- depende
de la condición o vivencia de los centros, o de su pasividad. Esto es verdad
para el hombre impelido a la actividad por medio de sus siete centros, un Logos
planetario que actúa por medio de siete centros planetarios, un Logos solar que
actúa por medio de grandes centros de reacción vibratoria, o Vidas aún mayores
que actúan a través de un conjunto de sistemas solares. La ciencia de la
astrología depende de esta actividad y su comprensión, y en esta afirmación les
doy la clave de lo que algún día podrá revolucionar el actual acercamiento a la
astrología.
Los
doce signos del zodíaco se dividen en dos grupos de signos y la relación de su
síntesis tiene mucho que ver con la Ciencia de los Triángulos y son:
1. Siete signos relacionados con el desarrollo de la conciencia
planetaria en la Tierra, implicando sólo incidentalmente a la cuarta Jerarquía
Creadora, la Jerarquía Humana.
2. Cinco signos, relacionados con el desenvolvimiento, en tiempo y
espacio, de la Jerarquía humana. Estos cinco signos son de gran importancia
condicionadora y pueden ser enumerados de la manera siguiente:
a. Cáncer
b. Leo
c. Escorpio
d. Capricornio
e. Piscis
Estos
cinco signos están relacionados, en sentido planetario, con las cinco grandes
razas, de las cuales nuestra raza actual, la Aria, es la quinta. Estas cinco
razas, bajo la influencia de los cinco signos, producen las exteriorizaciones
denominadas los cinco continentes -Europa, África, Asia, Australia y América.
Estos cinco continentes son para la Vida planetaria lo que las cinco glándulas
endocrinas principales son para el ser humano y están relacionados con los
cinco centros.
Todas
estas apariencias, expresiones de cualidades y evidencias. materiales de vida,
son símbolos o signos externos y visibles de realidades internas y espirituales
o de Vida, y todo lo que ustedes quieran significar con dichos términos. Para
nuestro propósito podría definirse la Vida como energía que emana de esas
Grandes Vidas que están detrás de nuestro sistema solar y como su vida y
fuente, análogamente a como la Mónada está detrás de la apariencia del hombre
en el plano físico o del alma en su propio nivel. Puede decirse que el hombre
es la expresión de siete principios y de la vida o actividad de cinco planos.
En la suma de 7 + 5 se debe descubrir la clave del misterio de las siete y de
las cinco constelaciones zodiacales.
Dentro
de esta suma total de energías activas y cualificadas, tenemos (actuando hoy)
influencias e impulsos provenientes de tres constelaciones mayores, que
afluyen, a través de algunos otros planetas y constelaciones, y van hacia tres
centros planetarios mayores: Shamballa, la Jerarquía y la Humanidad. Me ocuparé
de estos tres centros y continuamente me referiré a ellos y sus
interrelaciones. Quisiera que tuvieran presente que estas energías son
trasmitidas de un punto a otro, o atravesadas de un centro a otro con efectos
transmutadores, llevando su propia cualidad vibratoria y también la del centro
de transmisión. Durante el tránsito de la energía, desde un centro principal a
un ser humano, y cuando la energía está finalmente introducida en el centro del
discípulo, observarán que constituye entonces una fusión de seis energías.
Estos tres grupos de energías (cada uno es una fusión de seis) se convierten en
diez y ocho energías dominantes y controlan al ser humano; esto contiene la
clave del misterio de la “marca de la bestia”, el 666, siendo el número del
hombre inteligente activo que diferencia su naturaleza forma de su naturaleza
espiritual, el 999. Las tres líneas o corrientes de energía en el hombre pueden
ser enumeradas como:
I II III
Voluntad. Propósito Amor-Sabiduría Inteligencia Activa
Espíritu Conciencia Forma
1.
La Osa Mayor Sirio Las
Pléyades
Cósmico Cósmica Cósmica
2.
Leo Piscis Capricornio
Zodiacal Zodiacal Zodiacal
3.
Saturno Urano Mercurio
Del sistema Del sistema Del
sistema
4.
SHAMBALLA JERARQUIA HUMANIDAD
Tierra Tierra Tierra
Centro
coronario Centro
cardíaco Centro
ajna
planetario planetario planetario
5.
Centro coronario Centro
cardíaco Centro
ajna
Iniciado Discípulo Aspirante
Propósito egoico Amor egoico Mente espiritual
(abstracta)
6.
Base de la columna Plexo solar Centro laríngeo
vertebral
Iniciado Discípulo Aspirante
Voluntad personal Deseo personal Creatividad personal
Al
estudiar esta clasificación se demostrará que existe una estructura de muchos
triángulos de fuerza, y unos son cósmicos, algunos zodiacales, otros del
sistema y aún otros planetarios, y sus reflejos en el cuerpo etérico de los
discípulos del mundo de todos los grados. Por medio del gran triángulo,
Shamballa, la Jerarquía y la Humanidad, es enfocada la fuerza cósmica, zodiacal
y del sistema, y las tres se convierten a su vez, en un triángulo macrocósmico
de energías relacionadas con el ser humano individual en el planeta. Tenemos
así las siguientes líneas de transmisión de fuerza:
Shamballa Jerarquía Humanidad
Centro Coronario Centro
cardíaco. Centro ajna.
Base de la columna vertebral. Plexo solar Laríngeo.
Omitimos
un centro importante porque está principalmente relacionado con el cuerpo
físico y lo que expresa la perpetuación de la vida, y éste es el centro sacro.
Así como el verdadero esotérico considera que el cuerpo físico no es un
principio, también el centro sacro es considerado como “la evocación necesaria
entre lo superior y lo inferior y entre lo que se ha emitido desde el centro
laríngeo y aquello que responde a una nota profundamente emitida”.
En
conexión con esto existe un interesante triángulo subsidiario de fuerza formado
por:
1. El loto egoico.
2. El centro laríngeo.
3. El centro sacro.
Cuando
este triángulo está activo, hay un triángulo subsidiario de fuerza, formado
por:
1. El centro laríngeo.
3. El centro sacro.
4. El cuerpo físico -cuyo símbolo son los órganos genitales.
Nos
detendremos un momento para señalar que en este estudio de los Triángulos sólo
podemos analizar algunos de los principales grupos de triángulos y muy poco de
los triángulos más importantes, en lo que concierne a la humanidad. Es de valor
para los seres humanos comprender que hay otras evoluciones y formas de
expresión logoica, que tienen la misma importancia que la propia. En realidad
existe una variada multiplicidad de triángulos, pues ésta es la forma
geométrica básica de toda manifestación y según pueden verlo (quienes tienen
ojos para ver) subyace en toda la trama de la manifestación, sea la de un
sistema solar, una ronda zodiacal, las triplicidades cósmicas o el minúsculo
reflejo de esta divina triplicidad que llamamos hombre. Cuando el ser humano
está en latencia, pero aún no se ha manifestado verdaderamente, el triángulo
que simboliza esta manifestación lo constituyen los dos ojos y el tercer ojo:
1. El ojo derecho-el ojo de budhi, de la sabiduría y de la visión.
2. El ojo izquierdo-el ojo de la mente, del sentido común y de la
vista.
3. El ojo de Shiva-el ojo que todo lo ve, el que dirige la voluntad y
los propósitos de la Deidad.
Los
tres, en realidad, son:
1. El ojo del Padre-que trae la luz desde la Osa Mayor.
2. El ojo del Hijo-que trae la luz desde Sirio.
3. El ojo de la Madre-que trae la luz desde las Pléyades.
Esta última “energía de luz” está
necesaria y peculiarmente activa cuando el signo Tauro predomina en cualquier
horóscopo planetario o individual.
En
forma poco común (desde el punto de vista humano), todo lo que concierne al
desarrollo del género humano ha sido expresado por él -en el transcurso de las
épocas- en términos de iluminación y conocimiento, de visión y de entrada de
luz, conduciendo así a la revelación e, incidentalmente, al verdadero tema de
la interpretación astrológica. Por lo tanto, desde este ángulo peculiar,
podemos encarar los grandes Triángulos que ahora nos conciernen y ocuparnos de
su significación en términos de Luz, significación y acercamiento resumido en
las estanzas de El Antiguo Comentario que -si es estudiado cuidadosamente
arrojará mucha luz sobre el tema de este tópico particular.
I
“La
séptuple luz del Padre extrajo del caos en el día designado, Su propósito y Su
plan. Los siete Dioses supremos se doblegaron a este propósito y con voluntad
unida ordenaron el Plan.
La
Osa y el León se unieron y proyectaron sus planes de acuerdo con el plan y
propósito del Señor que los controlaba. Recurrieron al Padre Tiempo (Saturno.
A.A.B.) en demanda de ayuda y fuerza, el Cual respondió a su triple llamado.
También a este llamado respondió el Joven Eterno (Sanat Kumara, Señor de
Shamballa), el cual se abocó nuevamente a estudiar el plan, ayudado por el
Padre Tiempo, sin ser afectado por el Señor del Tiempo, porque Él mismo era el
eterno tiempo, aunque no lo eran las Vidas que Él abarcaba en Su pensamiento y
Plan...
Luego
la triple luz, que provino desde la Osa en Su elevado lugar, desde Leo en su
lugar inferior, y desde Saturno en su pequeño lugar, afluyó al lugar planetario
de poder. Shamballa vino a la manifestación. El Señor de la Vida y del Mundo
entraron en actividad...
El
pequeño ser dentro del gran Todo (el discípulo humano individual. A. A. B.)
respondió también a la triple luz, pero no lo hizo hasta que los ciclos pasaron
repetidas veces. Al atardecer de un día determinado en el tiempo, Shamballa
emitió un llamado, retransmitido de una voz a otra y resonó sobre el O.M. El
discípulo, al oír este sonido, alzó la cabeza; un impulso desde la base
ascendió en tiempo y espacio. Leo, dentro del corazón y la cabeza, gritó y
permaneció, mientras Saturno hizo su trabajo...; de esta manera los dos fueron uno.
II
“La
luz central de Sirio brilló a través del ojo del Hijo; vino la visión. La luz
de la sabiduría penetró en las aguas y lanzó el esplendor de los Cielos a las
profundidades. Al oír este llamado atrayente, la diosa ascendió a la superficie
(las diosas-peces, el símbolo de Piscis. A.A.B.) y dio la bienvenida a la luz
en las profundidades, y se la adjudicó como propia. Ella vio al Sol, y habiendo
visto a su Hijo, desde ese día el Sol nunca la abandonó. La oscuridad no
existe. Siempre hay luz.
Luego
los cielos “dentro del círculo infranqueable” respondieron a la luz de Sirio
que, pasando a través del mar de Piscis, elevó los peces a la esfera celestial
(Urano), apareciendo así una triple luz menor, el radiante sol de los soles, la
luz acuosa de Piscis, la luz celestial de Urano. Esta luz descendió sobre la
esfera expectante, y encendió sobre la Tierra la galaxia de pequeñas luces. Una
Jerarquía de Luz surgió desde su propio lugar; el planeta fue iluminado.
III
“El
pequeño ser, en el diminuto mundo, respondió lentamente a esa luz, hasta que
ahora el pequeño mundo de los hombres empieza a palpitar rítmicamente al
unísono. Se producen cambios. El corazón cósmico, el corazón del sistema, y el
pequeño corazón del hombre, empiezan a latir como uno, y a medida que este
latido pulsa con mayor fuerza, mezcla una nota menor (la del plexo solar. A. A.
B.) dentro de sí mismo, así suaviza su aspereza y su nota de temor, poniendo
fin a la ilusión. Entonces nuevamente los dos son uno.
IV
“Las
siete Madres fusionan su luz y se trasforman en seis (se refiere a la Pléyade
perdida. A. A. B.) y, sin embargo, las siete están aún allí. Su luz es distinta
de las otras luces. Esta luz evoca respuesta de quienes claman en voz alta. Soy
el punto más denso de todo el mundo concreto (Capricornio. A. A. B.) Soy una
tumba y también la matriz. Soy la roca que se sumerge en lo profundo de la
materia. Soy la cima de la montaña sobre la cual nace el Hijo, donde se ve el
Sol y aquello que capta los primeros rayos de luz. Hacia mi viene un Mensajero
(Mercurio. A.A.B.) y dice 'La Aurora del día proveniente de lo alto está en
camino, enviada por el Padre a la Madre'. En su camino hacia esta estrella
inferior denominada Tierra, se detuvo en un radiante sol, donde brilla la luz
del amor (Sirio. A.A.B.), recibiendo el abrazo del amor. Así trae al hombre
radiantes dones. Porque Él es el hombre mismo, y de los tres (Las Pléyades,
Capricornio, Mercurio. A. A. B.) el Hombre adopta la naturaleza que hoy posee.
Hijo de la Madre, nacido de la tumba, expresa después del nacimiento la luz que
ha recibido de todos ellos.
Entonces
se dirige a los tres inferiores, convirtiéndose con el tiempo en el Mensajero
de estas almas aprisionadas. De este modo el Señor de Mercurio se repite a sí
mismo. El Hijo desciende nuevamente al lugar de tierra y hierro. Y nuevamente
conoce a Su Madre.
Así
el pequeño ser, en la más diminuta esfera, se transforma en el más grande Dios.
Desde el centro directriz de su vida en la Tierra se esfuerza, trabaja y lleva
a cabo el Plan. (El centro ajna es el centro directriz. A. A. B.). También él
se despierta ante la necesidad, y desde el lugar elegido (el centro laríngeo,
A. A. B.) emite el Sonido que con el tiempo se convierte en el Verbo. Luego los
tres son dos y ambos Uno.”
Continua
y repetidamente, los estudiantes deben recordar que estamos considerando el
impacto de la energía sobre las unidades de energía (todas cualificadas y que
producen la apariencia) y la respuesta de estas unidades de energía a las
corrientes de fuerza que le llegan desde “el centro más lejano”. La
sensibilidad necesaria, se obtiene cuando se desarrolla la respuesta a los
puntos distantes de contacto y fuentes emanantes de energía. Hablando en forma
general, la sensibilidad es de naturaleza triple:
1. Sensibilidad a lo que hay dentro de uno mismo. Cuando la
conciencia es adecuadamente autosuficiente, abre una puerta para la entrada de
energías que provienen del “centro medio”. Hablo en forma simbólica para que
puedan comprenderle aquellos que conocen el lugar cósmico y los puntos en
tiempo y espacio; al no iniciado le diré simplemente que “responia al impacto
de su alma”.
2. Sensibilidad a lo que emana de los “centros que han sido
trascendidos” o a esas corrientes de energía vital que están activas y
enfocadas debajo del umbral de la conciencia incipiente, las cuales agitan los
hilos de la memoria, hacen mirar retrospectivamente (y hay magia subyacente en
la energía del ojo) hacia el punto que avanza -el Peregrino en su camino-, y
condicionan por medio del antiguo hábito la respuesta de los entes en la forma.
3. La sensibilidad desarrollada que emerge desde el “centro más
lejano”, al principio inconscientemente empleada y luego conscientemente
dirigida y sintonizada -sensibilidad completamente magnética y atrayente.
Recuerden que la verdadera interacción impone como condición la reciprocidad y
que los dos puntos o terminales de una línea vibran eventualmente al unísono
Será
iluminadora una consideración de la insinuación hecha anteriormente sobre el
simbolismo y la significación de los tres ojos que el hombre puede emplear, y
su relación con el corazón y la garganta evocará conocimiento, los cuales se
relacionan con los tres centros mencionados, y en una más amplia acepción, con
los tres centros planetarios: Humanidad, Jerarquía y Shamballa; existe una
relación posterior con los centros cósmicos de la Osa Mayor, Sirio y las
Pléyades. Entre estos centros planetarios, a los cuales me he referido, y sus
arquetipos cósmicos distantes, hay tres centros del sistema que en la
actualidad, y de acuerdo a la ley cíclica, son: Saturno, Urano y Mercurio.
Entre ellos se encuentra también un triángulo zodiacal: Leo, Piscis y
Capricornio. Para los propósitos de nuestra inmediata consideración tenemos, en
consecuencia, los tres triángulos siguientes:
Leo Piscis
Saturno Shamballa Urano Jerarquía
Capricornio
Mercurio Humanidad
Cuando
se capte la significación de esto se comprenderán otros puntos interesantes.
Los expondré por el valor que puedan tener, lo cual depende de la meta que
tienen ante sí, y donde están ubicados actualmente en tiempo y espacio.
El
tercer triángulo describe la interacción de tres corrientes de fuerza que, en
este ciclo mundial particular, condicionan y básicamente influyen sobre la
humanidad común. Recuerden que la humanidad misma constituye un gran centro en
la vida del Logos planetario:
a. Capricornio significa densidad, bases firmes, concreción, el monte
del karma que mantiene sujeta al alma luchadora, o la montaña de la iniciación
que debe ser escalada y superada oportunamente. Significa también la gran
fuerza de liberación que impele hacia la experiencia y pone fin, desde el
ángulo de la humanidad. Ésta es hoy la principal corriente de fuerza en este
triángulo particular.
b. Mercurio da esa mente rápida e intuitiva que interpreta la
experiencia, fomenta el desarrollo de la intuición y relaciona al hombre
espiritual interno de tal manera con el ser humano externo, que su unidad de
propósito, plan y esfuerzo futuros están asegurados. Mercurio trae esos cambios
en la percepción mental que oportunamente permiten a la humanidad actuar como
intérprete mediador entre los mundos superiores y los tres inferiores de la
naturaleza; así Mercurio instituye la triple actividad de ese centro en el
cuerpo del Hombre celestial, que nos esforzamos por percibir y comprehender y
constituye las tres fases de la mente.
1. La mente abstracta-manas puro.
2. El Hijo de la Mente-alma, manasaputra.
3. La mente concreta-cuerpo mental.
y
sus analogías en la sustancia-energía:
1. El ojo derecho.
2. El ojo izquierdo.
3. El tercer ojo.
En
este particular ciclo mundial, Capricornio produce el momento de crisis -una
crisis de iniciación más que una crisis de destrucción (relacionada
principalmente con el reino mineral), al mismo tiempo que una crisis de
percepción mental, precipitada por Mercurio. Esta percepción mental, más la
participación mundial al “derrumbarse la montaña de Karma” anuncia la visión
del nuevo día desde la cima de la montaña.
Aquí,
en lenguaje pictórico, me he esforzado en describir las tres corrientes de
energía que se unen en el centro denominado Humanidad, que implican por lo
tanto:
1. La inteligencia activa del hombre, latente en el centro humano.
2. La actividad iniciadora de Capricornio.
3. La radiación iluminadora de Mercurio.
Esta
combinación de energías produce hoy una triple actividad de suprema
importancia.
El
segundo triángulo ha sido llamado el “triángulo del hombre avanzado”; asociado
con el reino de las almas, el quinto reino de la naturaleza, así como también
está relacionado con el cuarto. Esta triplicidad de fuerzas actúa sobre el
tercer triángulo, extrayendo de él esas unidades de energía que (como resultado
de la actividad de Capricornio, Mercurio y la Humanidad) están preparadas para
recibir influencia jerárquica y ser desviadas, por consiguiente, por distintas
corrientes de fuerza, hacia quienes hasta ahora habían evocado respuesta:
1. Piscis es hoy particularmente potente en la vida de la Humanidad.
debido a que este signo está perdiendo su influencia a medida que progresamos
en la gran rueda del zodíaco. Este signo con su combinación de energías, ha
producido una actividad vibratoria tan potente en la Humanidad que, exitosa y
oportunamente, podrá actuar como Salvador Mundial. Piscis es el signo de esta
salvación, siendo también el de la muerte, como bien saben, y en el aspecto
muerte vemos la analogía pisciana del primer aspecto, el aspecto destructor del
Logos. Este aspecto muerte está naturalmente activo al final de la era pisciana
y, en consecuencia, produce la actual muerte de la forma en los tres mundos.
2. Urano es el planeta del ocultismo porque “vela lo que es esencial;
oculta lo que debe ser descubierto y, en el momento apropiado, transmite el
conocimiento del misterio oculto”. Actualmente, para la masa humana, no existe
el ocultismo; para el aspirante y el discípulo se está convirtiendo rápidamente
en una fuente y sistema de revelación, a medida que penetran en la sabiduría de
la Jerarquía.
El
triángulo Piscis-Urano-Jerarquía se está haciendo magnéticamente atrayente para
el triángulo de la Humanidad, Urano y Mercurio combinados forman una dualidad
que el discípulo aprende a resolver, y durante dicho proceso cambia su enfoque
del reino humano al quinto reino, la Jerarquía de almas. Piscis y Capricornio
producen al unísono esos cambios que “extraen al discípulo de las aguas que lo ahogan
rápidamente, llevándolo a la cima de la montaña desde donde puede observar el
receso de las aguas. Así sabe que él es un iniciado”.
En
la actual crisis mundial deberá verse y se verá, una estrecha y muy poderosa
fusión de los dos triángulos, y esta sincronización parcial (por estrecha que
pueda ser, no constituirá todavía un proceso de identificación general)
producirá la séxtuple energía necesaria para traer la nueva sexta raza y el
nuevo período mundial, donde el compañerismo y la hermandad se manifestarán en
todas las relaciones humanas.
El
primer triángulo se forma por la interrelación de energías provenientes de Leo,
Saturno y Shamballa. Lógicamente su potencia se siente más directamente en el
triángulo de la Jerarquía que en el de la humanidad. A estas tres energías se
las denomina a veces (en un esfuerzo para que sean más fácilmente comprendidas
y se simplifique su captación) “la triple energía de la VOLUNTAD”:
a. La voluntad de autodeterminación-Leo
b. La voluntad de sacrificio-Piscis.
c. La voluntad de elección-Capricornio,
porque
la fuerza shambállica se halla detrás de los otros dos triángulos, y es la
receptora de la energía proveniente de las tres constelaciones ya citadas,
mezcladas en la conjunta expresión de la voluntad, demostrando así ser custodio
del propósito divino. Los triángulos que expresan la Jerarquía y la Humanidad
responden acrecentadamente a Shamballa -el centro jerárquico responde
mayormente y el centro humano en forma gradual. El primero o triángulo
fundamental, está oculto, en el verdadero sentido de la palabra, hasta para el
ocultista entrenado y la mayoría de los miembros de la Jerarquía. Por lo tanto,
poco puede decirse sobre él, y poco contiene para permitirle al discípulo
avanzado obtener una real comprensión. La información debe ser forzosamente
académica y teórica.
1. Leo, constituye la voluntad de manifestar de la Entidad
autoconsciente; contiene la clave y el indicio de todo el problema del ser
autoconsciente, sea la voluntad de ser de un Logos planetario, de un grupo o de
un hombre. La autoconciencia del hombre es inherente al planeta mismo, el cual
es la expresión de la vida de un Ser plenamente autoconsciente. El empleo de la
voluntad, por intermedio del centro Shamballa, implica que el Logos planetario
emplea conscientemente esa energía, y esto evoca respuesta del mundo de los
hombres en términos de voluntad, superior e inferior. El hombre mundano y
voluntarioso (con voluntad propia) es más propenso a responder a esta fuerza de
Shamballa que el discípulo y el aspirante, porque están más sintonizados con la
suave vibración de la Jerarquía. Anteriormente he dicho que esta fuerza de Leo,
proveniente de Shamballa, entra directamente en el centro humanidad, en vez de
hacerlo indirectamente vía la Jerarquía, como ha sucedido hasta ahora. Las
implicaciones de esto son muy evidentes.
2. Saturno. Esta energía se ocupa principalmente de presentar la
oportunidad a la Jerarquía y a los discípulos afiliados. La frase “Saturno es
el planeta del discipulado” es básicamente verdad, porque el hombre común,
excepto grupalmente, no está bajo su influencia en forma tan poderosa. La
Jerarquía -como grupo- está enfrentando una gran crisis de acercamiento a
Shamballa, análoga a la que enfrenta hoy la Humanidad, cuando trata de acercarse
a la Jerarquía y hacer contacto con ella. En consecuencia, hay dos crisis
interrelacionadas que afectan a la Humanidad y a la Jerarquía y deben producir
-si se efectúan correctamente- lo que se llama alineamiento o integración,
dando por resultado que afluya más libremente la energía divina. Ambos
“acercamientos” (que son simplemente tirones magnéticos y atrayentes) están
condicionados por Saturno; en el caso de la Humanidad este tirón viene vía la
Jerarquía y -aparte de esa Jerarquía- el género humano no puede superar ni
manejar apropiadamente la crisis. Esto debe recordarse y deberá acelerar el
trabajo de los discípulos y aspirantes del mundo a medida que luchan por la
liberación humana y la obtención de la intervención divina, deseada
intervención que deberá venir vía, la Jerarquía, para que no sea demasiado
destructiva en su efecto. La última y principal intervención en los días
atlantes se produjo por conducto de Shamballa y dio por resultado la
destrucción parcial de continentes y países enteros.
Por
lo tanto, estos tres triángulos de energía pueden ser considerados como básicos
y determinan y producen los asuntos y sucesos planetarios. Por eso he dedicado
mi esfuerzo para que comprendan esta fundamental ciencia astrológica.
2.
Triángulos de Fuerza-Planeta
Es
evidente al mismo tiempo, que en relación con estos triángulos simples surgen
también ciertos triángulos entrelazados como, por ejemplo, el triángulo
zodiacal Leo-Piscis-Capricornio y el triángulo planetario similar
Saturno-Urano-Mercurio. Ambos triángulos vierten sus seis corrientes de fuerza
actualmente en nuestros tres centros planetarios, vitalizando y estimulando al
triángulo planetario Shamballa-Jerarquía-Humanidad. Detrás de estos tres reside
un triángulo cósmico del que emanan tres corrientes de energía que afluyen a
los tres triángulos menores, y a través de ellos afectan poderosamente a cada
reino de la naturaleza. Este triángulo cósmico es el formado por la Osa
Mayor-Sirio-Pléyades. Este párrafo resume simplemente las páginas que anteceden
e indica la relación que existe entre los cuatro triángulos de energía.
Uno
o dos puntos subsidiarios son de interés para el astrólogo esotérico y
podríamos enumerarlos brevemente en relación con estos triángulos efectivos,
empleando esa palabra para significar resultados condicionantes y potentes. En
el actual ciclo mundial todos los resultados tienen un significado poco común y
se acentúan extraordinariamente en la conciencia humana.
1. Saturno, a través del cual la energía fluye desde Leo, por
conducto de Shamballa, a la humanidad, rige dos decanatos de Capricornio. De
allí su extrema potencia actual en el triángulo de la Humanidad. Saturno
destruye las condiciones existentes por la fuerza de su impacto de energía,
permitiendo que la influencia de Mercurio sea expresada más plenamente.
Entonces, podrá percibirse intuitivamente la visión cuando las obstrucciones
hayan sido removidas.
2. Leo, es uno de los signos de nacimiento del zodiaco que, como bien
saben, significa el nacimiento de la autoconciencia. Capricornio es también un
signo de nacimiento, porque es un aspecto o uno de los brazos de la Cruz
Cardinal -la Cruz de aquello que inicia o trae a la existencia. Esto tiene una
relación peculiar con la Humanidad. Es el nacimiento de dos tipos de conciencia
-autoconciencia y conciencia crística- llevadas a conocimiento de la humanidad,
porque esta fuerza de Leo afluye a la humanidad a través de Saturno y conduce a
una más estrecha relación con Shamballa y la humanidad, por intermedio de
Capricornio, el cual está activo por intermedio de Mercurio.
En
este punto quisiera detenerme e intercalar unas palabras en respuesta a una
pregunta perfectamente normal, que puede presentarse en la mente de los
estudiantes y aspirantes reflexivos. ¿ De qué sirve toda esta afirmación tan
abstrusa y abstracta para un mundo agonizante y afligido? La valiosa utilidad
de la información impartida, que condicionará la astrología del futuro, está
más allá del período de posguerra, cuando nuevamente se abra el campo de
servicio mundial y los hombres tengan tiempo para pensar y reflexionar
debidamente. Quizás el servicio mundial se está hoy llevando a cabo en mayor
escala que nunca, y se ha limitado únicamente a la liberación de la esclavitud,
a aliviar el dolor y el sufrimiento y a prestar ayuda más estrictamente física.
El servicio a que me refiero aquí, es el del proceso educativo, que traerá la
civilización venidera y su correspondiente cultura, la cual se basará en todos
los procesos culturales del pasado y del presente, descartando en lo posible
todo lo que ha producido los desastres actuales. Esto significa la futura y la
gradual aplicación del conocimiento de las potencias subyacentes, porque pueden
indicar las líneas de menor resistencia para el emergente bien y la crisis de
desarrollo que inevitablemente se producirá en el período de reconstrucción.
Pero algo muy bueno puede surgir aún del estudio de estas cuestiones en la
actualidad, siempre y cuando el estudiante de esoterismo no se contente con el
estudio (empleado como escape del desastre presente) sino que vaya paralelo a
la comprensión de las causas y de las condiciones, acompañada de un definido
esfuerzo en un sentido práctico y definidamente físico.
Todo
lo que he dicho testimonia la realidad emergente y dominante: las condiciones
mundiales de hoy, precipitadas por la codicia y la ignorancia humanas, están
sin embargo básicamente condicionadas por la voluntad al bien, cualidad
primordial de las energías y fuerzas que provienen de las grandes Vidas en las
cuales toda existencia vive, se mueve y tiene su ser. La Ley del Universo (y ¿
qué es la ley sino la actuación y los propósitos de estas omniabarcantes Vidas,
Sus impulsos y Sus planes?) constituye eternamente el bien del todo y nada
puede impedir que ello suceda; pues ¿ quién puede detener el impacto de estas
energías que actúan en nuestro planeta y a través de él? Al decir esto, al
mismo tiempo señalo la errónea actitud de muchos estudiantes que
inevitablemente participan en los acontecimientos mundiales y afirman que “tal
es la ley y tal el karma de los pueblos y naciones y el destino
predeterminado”. Creen -a veces sinceramente- que todo lo que debería hacerse
es simplemente esperar los resultados y que se cumplan el karma y el destino.
Sólo entonces todo irá bien, pero olvidan que el karma se cumple en relación
con la naturaleza forma, en la cual agota su energía y el proceso es muy lento
donde hay una condición estática y pasiva, porque la vida de la forma no experimenta
el forzoso y necesario despertar, debiendo inevitablemente repetirse el proceso
que tiene por delante hasta que llegue el momento de evocar la actividad y
respuesta. Esto conduce a resistir la aparente necesidad kármica, la cual trae
la liberación. Sólo resistiendo al mal (y en este período mundial y de
kali-yuga, como lo denominan los instructores orientales, constituye una
actitud básica esencial) puede ponerse fin al karma. La ley de la materia aún
rige los tres mundos de la experiencia humana y “el fuego por fricción” debe
consumir aquello que vela el creciente brillo del fuego solar. El
reconocimiento del “fuego solar” -cuando se demuestra como idealismo y
radiación trascendentales- por parte del idealista ignorante, y su simultánea
negativa de colaborar durante este período de necesidad kármica, prolonga la
difícil y cruel situación y hace que se sumerja, individual y profundamente, en
el espejismo. La simplificación del problema del mundo, en términos de materia,
se logra reconociendo el dualismo esencial que subyace en los acontecimientos.
Recomiendo este pensamiento a los estudiantes y sugiero que basen su optimismo
en la amplia visión respaldada por los Cielos y corroborada por la actividad de
las estrellas, y así estarán seguros de que finalizará esta situación trágica
inmediata.
Resulta
interesante observar que el séptimo Rayo de Ley y Orden Ceremonial actúa por
intermedio de Urano, que ahora trasmite a la Jerarquía la fuerza de Sirio por
intermedio de Piscis. Desde ese “centro medio” pasa a ese sensitivo grupo de
discípulos, aspirantes y trabajadores, en cuyos corazones y manos se les ha
confiado la pesada tarea incidental a la reorganización y reconstrucción de la
destrozada estructura mundial. Los Conocedores a veces han denominado en forma peculiar
al séptimo rayo, al considerarlo como “el Rayo de la Decencia Ritualista”. Éste
ayuda e inaugura la aparición de un nuevo orden mundial, basado en un impulso
espiritual y en la aspiración, la libertad mental, la comprensión amorosa y el
ritmo en el plano físico, que ofrece la oportunidad para la plena expresión
creadora. Para realizar esto, la energía proveniente de Shamballa
(personificando la voluntad al bien) se fusiona y mezcla con la energía
organizadora del séptimo Rayo, y luego es llevada a la humanidad a través de la
corriente de amor que emana de la Jerarquía. Piscis rige este esfuerzo de la
Jerarquía, porque el aspecto más elevado de Piscis, que actualmente la
humanidad puede de algún modo comprender, es el de Mediador. Ésta es la energía
de la mediación y de las correctas relaciones. Hoy más que nunca la Jerarquía
es el “transmisor mediador” entre:
1. La Humanidad y la voluntad de Dios. La revelación del verdadero
propósito y significación de esa voluntad que se halla detrás de todos los eventos
mundiales, hoy más necesaria que nunca, posible de obtener por medio de una
relación más estrecha entre la Jerarquía y la Humanidad.
2. La Humanidad y su karma, porque es análogamente esencial que se
comprendan con toda claridad las leyes para transmutar el karma en un bien
activo actual.
3. La Humanidad y el mal cósmico, enfocado durante muchos milenios en
lo que se ha denominado la Logia Negra. Hacer conjeturas respecto a esta Logia
y Sus actividades es tan infructuoso como peligroso.
Esto
último es responsable del tan difundido ataque a la Masonería, durante este
siglo. La Masonería -inadecuada y corrompida, como ha sido, y culpable del
excesivo énfasis puesto sobre ciertos símbolos- constituye sin embargo el
germen o simiente del esfuerzo jerárquico futuro, cuando ese esfuerzo -en fecha
futura- se exteriorice en la Tierra. La Masonería está regida por el séptimo
rayo, y cuando ciertos cambios importantes sean hechos y se comprenda el
espíritu de la Masonería en vez de la letra, veremos entonces aparecer una
nueva forma de esfuerzo jerárquico para ayudar a la restauración de los
antiguos y sagrados Misterios entre los hombres.
La
energía de Urano que afluye sobre y dentro de la humanidad despierta el anhelo
de mejorar las condiciones, a fin de proporcionar mejores formas para llevar
una vida ocultista y esotérica y fusionar más adecuadamente al hombre externo e
interno. Ésta es una de las razones por las cuales se dice a menudo que la Luna
oculta a Urano. La Luna es utilizada frecuentemente como pantalla cuando se
refiere a Urano. La Luna es hoy un mundo muerto y esto se debe a que el anhelo
uraniano llegó a ser tan fuerte en esa lejana época en que existían formas
vivientes en la Luna, que condujo a la total y final desocupación de la Luna y
a la transferencia de su vida a nuestro planeta, transferencia que no es
necesaria ahora, porque la conciencia de la humanidad es de tal naturaleza, que
pueden producirse los cambios necesarios sin un procedimiento tan drástico.
Esta influencia uraniana, sin embargo, se halla detrás del actual traslado de
habitantes por toda Europa y Gran Bretaña, y es responsable del constante
movimiento de los pueblos de Oriente a Occidente, de Asia a Europa. en la
historia primitiva de ese continente, y de Europa al hemisferio oriental en
tiempos más modernos.
El
estudio del entrelazamiento de estos triángulos, evidenciará al estudiante que
la combinación de las influencias de Sirio, Leo y Urano, ha sido muy necesaria
en estos momentos para fomentar y lograr esas condiciones que permitirán al
género humano, que se halla bajo la constante influencia de la Jerarquía,
recibir la primera iniciación y “dar nacimiento al Cristo”, revelando así y
trayendo a la luz del día al Hombre espiritual interno oculto. En Leo, el
hombre pasa por las etapas preparatorias de esta primera iniciación, se
encuentra a sí mismo y llega a ser autoconsciente; luego alcanza la etapa del
discipulado inteligente; formula un programa o propósito interno consciente,
bajo la constante presión del Cristo que mora internamente; comienza a agotar y
rechazar las demandas y deseos de la naturaleza inferior. Este ciclo de
experiencia es seguido por una penosa vida de reorientación consciente -ciclo
en el cual obtiene el equilibrio y empieza a “permanecer en el ser espiritual”,
como resultado de constantes pruebas y experiencias. Finalmente está preparado
para la prueba y el abrazo de fuego que preceden a la primera iniciación. La
Humanidad está ahora en esta etapa final. Si se agrega (como sucede hoy) la
influencia de Urano a las otras influencias, y al mismo tiempo el séptimo rayo
entra en un ciclo principal de actividad en la Tierra, entonces se tiene la
energía necesaria para precipitar la crisis de iniciación y producir un gran
despertar rítmico. Los astrólogos hallarán interesante observar combinaciones
similares en el horóscopo individual.
No
debe olvidarse que Leo marca la cumbre de la realización para el alma humana, y
esto es estimulado por la fuerza de Shamballa que afluye ahora al centro
humanidad. Esta afluencia continuará su trabajo crítico hasta que en la Era de
Acuario, que tan rápidamente viene a la expresión, la actitud centralizada (¿o
debería llamarla autocentrada?) del sujeto de Leo se convierte en la expansión
de conciencia y en la actitud descentralizada del hombre acuariano. Por lo
tanto, verán cuán lleno de promesa está el futuro.
En
la Era de Acuario, el poder del planeta Venus se convierte en un factor
dominante en el último decanato. Esto ya lo mencioné cuando estudiamos ese
signo. En la rueda revertida, en el caso dei hombre espiritualmente orientado y
del discípulo, Venus rige el primer decanato que influye en su nacimiento, y
esto debe ser recordado. Se dice que Venus fue el planeta responsable de la aparición
de la conciencia individualizada en el hombre -combinado con otras influencias
y fuerzas. En la Era acuariana, Venus ejercerá también una influencia análoga,
pero con la diferencia de que el surgimiento a la manifestación de un
acrecentado individualismo y de una realización autoconsciente, estará
subordinado a la aparición de las primeras etapas de una expansión de la
conciencia en toda la humanidad -la conciencia de la responsabilidad grupal o,
en otras palabras, una forma de individualismo grupal.
Por
lo tanto, detrás de estos acontecimientos puede verse el difuso delineamiento
de un triángulo menor de energías, una mezcla de la energía de tres planetas:
Venus Urano
La Tierra
Esto
produce una combinación de energías de:
3er.
Rayo Inteligencia Activa.
7mo.
Rayo Orden Ceremonial o Magia.
5to.
Rayo Mente Concreta.
Puede
observarse cómo esta combinación de energías, que actúa sobre el alma de
Alemania que pertenece al Rayo de Armonía a través del Conflicto y su personalidad
de primer rayo, que pertenece al Rayo de Poder y del Destructor (que responde a
Shamballa), es responsable de gran parte del conflicto actual, debido a que ese
país ha reaccionado (bajo la influencia de sus actuales gobernantes) en el
aspecto material y no en el espiritual.
Los
estudiantes hallarán útil releer algunas de las instrucciones precedentes
respecto a los signos Leo-Piscis-Capricornio, para familiarizarse con la
naturaleza, cualidad e influencias expresadas por este gran triángulo, ver pág.
326, mediante el cual la humanidad está siendo guiada hacia adelante en el
sendero de retorno. A este respecto es conveniente recordar que la serie de
triángulos que hemos tratado, se refieren a, y producen cambios en la
conciencia humana. Otra serie de triángulos dada en la pág. 312, involucran a
la Osa Mayor, a Sirio y las Pléyades. Estos triángulos conciernen al aspecto
espiritual de la vida planetaria y de la humanidad, así como también a los
demás reinos de la naturaleza. La humanidad es particularmente importante en
conexión con estos triángulos, porque el destino de la humanidad es trasmitir
vida a los reinos subhumanos. No consideraré los triángulos de fuerzas
superiores, porque no será posible obtener una respuesta consciente de su
influencia, hasta que llegue el cíclico momento de recibir la tercera
iniciación. Menciono simplemente esta influencia para que comprendan que no hay
contradicción o discrepancia real alguna. En la pág. 296 he dado otra
enumeración de los triángulos de energía, que emanan de las tres constelaciones
principales, y también es correcta y no contradictoria En este conjunto de tres
series de triángulos -nueve en total- con sus analogías entrelazadas y sus
relaciones triangulares menores y también con sus puntos de fusión, se encierra,
en un “misterio de potencias”, la historia pasada, presente y futura de la
evolución humana. Esto explica el variado énfasis de esa historia, su cambiante
diseño caleidoscopico, los sucesivos puntos de fusión y su constante progreso,
por medio de un mutable proceso hacia una revelación final.
Quisiera
referirme brevemente al hecho de que, como puede esperarse, las influencias de
Leo-Piscis-Capricornio, que dominan la actual situación mundial por conducto de
Shamballa, la Jerarquía y la Humanidad, producen potentes efectos, frecuente- /
mente ignorados, sobre el individuo. Establecen cambios en sus centros y en el
enfoque de su vida, así como han llevado a cabo los cambios correspondientes en
los tres centros planetarios. En vista de ello, pueden acentuarse ciertas ideas
básicas:
1. La influencia de Capricornio, por intermedio de Mercurio, tendrá
un efecto dominante en el reino humano, y es en sí un centro planetario.
2. Por lo tanto, el discípulo individual responderá más fácilmente a
la influencia capricorniana. Esto constituirá la línea de menor resistencia,
ofreciendo una oportunidad, así como también la probabilidad de un posible
desastre si se maneja erróneamente. La correcta respuesta acercará al discípulo
al portal de la iniciación; la respuesta errónea lo devolverá a las
profundidades de la cristalización y concreción.
3. Los discípulos que responden necesariamente a las influencias
mencionadas, serán ampliamente condicionados por los rayos de sus ego y
personalidad. Por ejemplo, los discípulos de primer rayo responderán a la
influencia de Shamballa, trasmitida desde Leo y Saturno, más fácilmente que los
discípulos de segundo rayo. A su vez, éstos reaccionarán más rápida y
consistentemente a la Jerarquía, trasmitiendo energías desde Piscis y Urano.
4. Los citados hechos demostrarán la naturaleza y cualidad de la
respuesta de los discípulos que pertenecen a los rayos 1 .3.5.7 y 2.4.6. y debe
tenerse presente que esto atañe a los discípulos, a los hombres y también a las
naciones.
5. De acuerdo a la respuesta, así se evocará la actividad de los
centros, o de un centro. Pero -y esto es algo de suma importancia- actualmente
todos los discípulos deben descubrir cuál es su reacción dominante al responder
en forma planeada a la influencia de la Jerarquía y a las energías trasmitidas
por Ella. Como regla general, el impacto de la fuerza de Shamballa
(particularmente en el caso de un discípulo que pertenezca a los rayos
1.3.5.7.) será de naturaleza personal, cuyo resultado planeado debería ser el
estímulo del centro cardíaco, con el consiguiente control del centro plexo
solar. El centro cardíaco debe dominar al plexo solar extrayendo sus energías y
llevándolas al corazón.
6. No ha llegado aún el momento para que el aspirante o el discípulo,
relacionen, sin peligro, el centro coronario con la base de la columna
vertebral, en respuesta a una definida y consciente apropiación de la fuerza de
Shamballa. Sea lo que fuere, lo que tiene lugar automática, normal y naturalmente
mediante la evolución del discípulo, debe y deberá permitírsele que tenga lugar
siempre y cuando no exista la intención consciente y sí un análisis profundo y
un cuidadoso control de la vida de la personalidad.
7. El despertar del centro ajna con el consiguiente y subsiguiente
control consciente del centro laríngeo, debe inevitablemente tener lugar
siempre que el discípulo cumpla dos condiciones. Entonces podrá llegar a ser
consciente, a estar seguro y a ser correctamente creador. Ambas condiciones son:
a. Una consciente orientación hacia el alma y la Jerarquía.
b. Un profundo amor a la humanidad, basado en la percepción mental y
en la comprensión intuitiva y no en la reacción emocional.
8. Cuando se llenan los requisitos mencionados, el impacto de las
energías afluyentes producirá el estímulo y despertar requeridos.
Esto
es todo lo que tengo que decir sobre cómo responden los centros en el ser
humano a la actividad de los centros planetarios. bajo el estímulo del sistema
y del zodíaco. No escribo un tratado sobre el entrenamiento individual del
discípulo, sino que trato de demostrar la realidad de la interacción cósmica,
zodiacal y del sistema, planetaria y humana, que a su vez constituye un inmenso
y viviente Todo -expresión de la Vida de un Ser de Quien sólo sabemos que el
amor y la voluntad al bien, expresados por medio de la Mente universal, son sus
características sobresalientes, y emergen constantemente con creciente
radiación.
3.
Los Triángulos y los Centros.
Debe
recordarse que todas las influencias que hacen impacto sobre el individuo o la
humanidad, pasan por intermedio de los centros planetarios, o son trasmitidas
por cualesquiera de ellos. Poco he dicho acerca de estos centros, excepto
referirme a los tres principales que llamamos Shamballa, Jerarquía y Humanidad.
Son conocidos como:
I.
Shamballa Poder.
Propósito. Centro coronario Voluntad
planetario rectora.
II.
Jerarquía Amor. Sabiduría Centro cardíaco Amor dirigido.
planetario
III.
Humanidad Inteligencia Centro ajna Mente dirigida.
planetario
Quedan
por considerar otros cuatro: el centro laríngeo, el centro plexo solar, el
centro sacro y el centro en la base de la columna vertebral planetarios.
En
la vida logoica planetaria -como en el caso del hombre individual, el
microcosmos del Macrocosmos- ciertos centros han despertado más que otros y
vibran al unísono, más plenamente que otros, impulsados por el sistema. En el
caso del Logos planetario de nuestra pequeña esfera, los centros coronario,
ajna, cardíaco, laríngeo y plexo solar, son los cinco puntos focales de energía
que están muy activos y vibrantes. El centro sacro va quedando lentamente
debajo del umbral de la conciencia logoica,, mientras que el centro de la base
de la columna vertebral está práctica y totalmente pasivo, excepto en relación
con sus efectos pránicos sobre la vida-forma, engendrando la voluntad de vivir,
el anhelo de sobrevivir y la vitalización de las formas. Estos hechos darán una
idea de nuestra categoría planetaria en la gran familia del sol central, e
indica por qué nuestro planeta no es sagrado. Ningún planeta es sagrado a no
ser que el centro en la base de la columna vertebral (hablando simbólicamente)
esté despierto y se haya efectuado la resultante gran fusión de energías. Me
refiero a este ciclo mundial y período particulares y al estado en que se
encuentran los asuntos en la actual quinta raza raíz o Aria. Los que han
estudiado mis libros y La Doctrina Secreta deben recordar que cualquier
contradicción que pueda aparecer, sólo existe respecto al factor tiempo; cuando
este factor sea debidamente comprendido y el estudiante sepa a que ciclo
específico debe aplicar la información, desaparecerán éstas aparentes
inexactitudes.
Lo
que es verdad respecto a la humanidad, por ejemplo, en la tercera raza raíz,
podrá no serlo en la quinta raza raíz. Por lo tanto, lo único que puede hacerse
es estudiar y relacionar, reflexionar y aplicar la Ley de Analogía, sabiendo
que a medida que la conciencia del iniciado entrenado se expande y es más
incluyente y reemplaza a la actual percepción humana, estos debatidos puntos
quedarán esclarecidos, asumirán una verdadera consistencia y desaparecerán las
contradicciones.
El
centro planetario que corresponde al de la base de la columna vertebral en el
ser humano, no será despertado hasta la séptima raza raíz, y eso sucederá sólo
cuando quede establecida la correcta relación entre el centro sacro planetario
(relacionado con el tercer reino de la naturaleza, el reino animal) y el centro
laríngeo planetario, funcionando adecuadamente y al unísono.
En
el primer tomo de este tratado algo se insinuó sobre estos centros planetarios
y los rayos de energía que afluyen a través de ellos, a los que quisiera
referirme aquí porque están relacionados con la Ciencia de los Triángulos.
Deben observar, por lo tanto, que los tres reinos inferiores de la naturaleza
constituyen en sí mismos un triángulo de fuerza y son esencialmente reflejo de
un triángulo planetario determinado. Sería conveniente clasificar en forma
breve algunas de estas principales inferencias -pues sólo son hoy inferencias y
nada más. Aquí hay algo de verdadero interés. He dicho que la Humanidad es la
analogía, en la Vida planetaria, del centro ajna individual. Anteriormente he expresado
que el quinto Rayo de Conocimiento Concreto está relacionado con el centro ajna
y, por lo tanto, en el ciclo mundial actual, tenemos:
La
Humanidad ... centro ajna planetario
5to.
Rayo de Conocimiento ... 5ta. raza raíz.
Por
lo tanto, cinco centros van despertándose rápidamente en el hombre. Estas
relaciones se comprueban recíprocamente, pero sólo cuando son consideradas en
relación con el ciclo mayor. En una época la humanidad fue la analogía del
plexo solar planetario, y algún día cambiará el foco de su receptividad al
centro cardiaco planetario; cuando esto tenga lugar, también la Jerarquía
cambiará su foco de receptividad dentro de la esfera de influencia de
Shamballa. La presencia del loto de doce pétalos en el centro más elevado de la
cabeza (el punto de relación entre el centro cardíaco y el alma en su propio
plano) garantiza este cambio. En consecuencia, deben tenerse presentes las
relaciones siguientes:
I.
Centro coronario Shamballa 1er. Rayo 1era y 7ma. razas Voluntad;
la meta.
Energía de la Vida. Síntesis
Siete centros despiertos y activos
En la primera raza raíz viven y
vibran tenuemente
En la séptima raza raíz están
plenamente despiertos
II.
Centro cardíaco Jerarquía 2do. Rayo 6ta. raza raíz Amor;
la meta
Enegía de la Identificación.
Realización de la fusión
Seis centros activos
El punto focal de la conciencia
egoica divina
El quinto reino. El reino de Dios
III.
Centro ajna Humanidad 5to. Rayo 5ta. raza raíz Intuición; la meta
Energia de la Iniciación. EL
desarrollo de la inclusividad.
Cinco centros que despiertan
rápidamente
El punto focal de la personalidad
El reino humano, el cuarto reino de
la naturaleza
IV.
Centro laríngeo Animal 3er. rayo 3ra. raza raiz Intelecto; la meta
Enegía de la iluminación. Creación
de la luz
Cuatro centros activos
El punto focal de la conciencia
instintiva
El tercer reino de la naturaleza
V.
Plexo Solar Vegetal 6to. ayo 4ta.
raza raíz Instinto; la
meta
Energía de la aspiración. Desarrollo
de la sensibilidad.
Tres centros activos
El punto focal de respuesta síquica
El segundo reino de la naturaleza
VI.
Centro sacro Evolución Dévica 7mo. Rayo 2da. raza raíz Respuesta; la meta
Enegía del magnetismo. poder para
construir
Dos centros activos: cardíaco y
sacro
El punto focal de la respuesta
vibratorio al “ojo de Dios”
VII.
Base de la columna vertebral Mineral 4to. Rayo 7ma.
raza raíz Síntesis; la meta
Energía de la Síntesis fundamental.
Consumación
Todos los centos funcionan como uno
El punto focal de la evolución
Primer reino de la naturaleza
Esta
clasificación puede servir para aclarar algo más el actual plan general, o
anteproyecto del desarrollo evolutivo de la conciencia. Otros desarrollos
prosiguen simultáneamente, tal como el de la respuesta del aspecto forma y la
evolución de los devas o ángeles, que va paralela a la humana y a la cual me he
referido en el Tratado sobre Fuego Cósmico. Un tercer gran esquema de la
evolución se está llevando a cabo y sólo puedo referirme a él como desarrollo
del propósito divino en su propio plano, sobre esto la humanidad no tiene
todavía ni la más mínima idea, porque su conciencia se halla aún sujeta a las
limitaciones de su propio reino de la naturaleza; la Jerarquía está tratando de
responder a esta forma de energía.
Hay
otro punto de interés al cual deseo referirme, que es aún poco comprendido por
el estudiante esotérico común. Me refiero a las salidas de energía planetaria
mediante las cuales se producen grandes y generales efectos en la vida
planetaria externa. En esta quinta raza raíz existen sólo cinco de esas
salidas, en lo que concierne a los efectos que producen sobre la humanidad; la
respuesta del hombre a las mismas se manifiesta en la relativa importancia con
que se condicionan los escritos y asuntos mundiales. Donde existe una de estas
salidas de fuerza espiritual, habrá también una ciudad de importancia
espiritual en el mismo lugar. Estos cinco puntos son:
1. Londres-Para el Imperio Británico.
2. Nueva York-Para el hemisferio occidental.
3. Ginebra-Para toda Europa, incluyendo a la U.R.S.S.
4. Tokio-Para el Lejano Oriente.
5. Darjeeling-Para toda el Asia central y la India.
Más
adelante serán agregados dos puntos o salidas de la energía, pero el momento no
ha llegado aún. Por intermedio de estos cinco lugares y sus zonas vecinas
afluye la energía de cinco rayos, condicionando al mundo de los hombres,
produciendo efectos de significado planetario y determinando el curso de los
acontecimientos Un estudio de la historia y de los asuntos actuales traerá
alguna comprensión de su importancia en conexión con cuatro de ellas. El efecto
de la fuerza que afluye por intermedio de Darjeeling, aunque no aparentemente
inmediato, es de gran importancia como agente distribuidor para la Jerarquía y
particularmente para Sus miembros que se ocupan o influyen sobre los actuales
acontecimientos humanos, en estos momentos de importante crisis.
Estos
cinco puntos de energía condicionante en su interrelación, producen dos
triángulos de fuerza:
1. Londres-Nueva York-Darjeeling.
2. Tokio-Nueva York-Ginebra
Por
intermedio de los dos centros, Ginebra y Darjeeling, puede ser dirigida la
energía espiritual pura, con más facilidad que por intermedio de los otros
tres, constituyendo por lo tanto, los puntos superiores de sus respectivos
triángulos. estos son más subjetivos en su influencia que Londres, Nueva York o
Tokio. Juntos forman actualmente cinco centros de energía impelente.
Les
interesará conocer también los rayos regentes y los signos astrológicos de
estos cinco lugares, hasta el punto en que puedan ser dados en la actualidad y
durante el ciclo actual. Recuerden que los rayos de la personalidad cambian de
un período a otro, en relación con los países y ciudades, así como sucede con
el individuo.
RAYOS
Ciudad Alma Personalidad Signo
1.
Londres 5to 7mo Géminis.
2.
Nueva York 2do 3ro Cáncer.
3.
Tokio 6to 4to Cáncer.
4.
Ginebra 1ro 2do Leo.
5.
Darjeeling 2do 5to Escorpio.
Si
estudian esta relación y la dada en otra parte, respecto a otras naciones y
ciudades, se observará que las interrelaciones que emergen ahora de los asuntos
mundiales, son el resultado de la acción de estas fuerzas y energía que
resultan por lo tanto inevitables. La energía puede emplearse en líneas
erróneas, produciendo separatividad y dificultad o, en líneas correctas,
conduciendo a la armonía y a la comprensión, pero la energía está allí y debe
causar efectos en todos los casos. Así en la vida del individuo cualesquiera de
los rayos dominará y controlará a través de los resultados de la acción de la
vida del alma sobre el aspecto forma. Si la persona o nación está orientada
espiritualmente el resultado del impacto de la energía será bueno y conducirá
al desarrollo del plan divino, siendo totalmente constructivo. Allí donde
domina la fuerza de la personalidad, los efectos serán destructivos y
obstaculizarán el surgimiento del propósito divino. Sin embargo, también la fuerza
destructiva puede trabajar y finalmente lo hace para el bien porque el curso de
la fuerza evolutiva es inalterable. Puede demorarse o acelerarse de acuerdo al
propósito, la aspiración y la orientación de la entidad (humana o nacional);
puede expresar el propósito del alma o el egoísmo de la personalidad, pero el
impulso hacia el mejoramiento inevitablemente triunfará.
Al
estudiar esta Ciencia de los Triángulos se debe recordar que hay siempre un
punto del triángulo -en una crisis determinada o en “un acontecimiento en la
conciencia”- que es energía emanante, dinámica, condicionante. Durante el ciclo
(grande o pequeño, mayor o menor) en que controla de esta manera, los otros dos
puntos expresan receptividad y son considerados esotéricamente como corporificando
fuerzas. Por lo tanto, cada triángulo es la expresión de una energía
fundamental y de dos fuerzas secundarias. Éste es un enunciado básico de
importancia y también la formulación de una ley bajo la cual todas las
triplicidades de energía funcionan en tiempo y espacio. En consecuencia,
tenemos:
1.
Un centro emanante de energía:
Expresión
dinámica del propósito cíclico.
Energía
que sale del rayo, cualificada y positiva.
Energía
planetaria, del sistema, zodiacal y cósmica.
La
base de la expresión hilozoística (viviente).
2.
Un centro receptivo de fuerza:
Expresión
evocadora de la energía impulsora inicial.
Síntesis
de las dos fuerzas, la emanante y la receptiva.
Energía
secundaria, cualificada y condicionadora
Energía
fusionada, motivadora, que no es positiva ni negativa.
3.
Un punto de respuesta, de energía negativa:
Centro
principal que completa la introducción de la energía emanante.
Responde
principalmente al segundo punto del triángulo. Fuente emanante de la violenta
interacción entre los dos puntos de la línea base.
Este
centro distribuidor puede ser un sistema solar, considerado como centro
cósmico, un planeta que es un centro en el sistema, uno de los centros planetarios
mencionados sobre los cuales me he referido, una nación o un individuo, o uno
de los centros en el cuerpo etérico humano.
Un
estudio cuidadoso de estas corrientes de energía demostrará dos movimientos
principales:
I. Un descenso de energía de un centro emanante. Esto conduce
a:
1. Su fusión con la energía de un centro de recepción y su
consiguiente cualificación.
2. Su transmisión y efecto evocador sobre un segundo punto, o punto
focal de recepción.
Nota: Aún está incompleto un lado del triángulo.
3. Los tres tipos de energía (o más bien una energía y dos fuerzas)
prosiguen luego con las siguientes actividades:
a. Energetización evocadora de un triángulo secundario.
b. Descenso por uno de los lados de este triángulo reflejado, yendo
hacia la expresión evocada en el plano físico.
c. Producción de la manifestación, la cualidad y la actividad.
d. Formación de una reserva de energías descendentes y
equilibradoras.
El
estudiante puede obtener alguna luz sobre este tema tan abstracto si trata de
comprender que el diagrama dado anteriormente y la subsiguiente enunciación,
describe su propia historia involutiva y evolutiva, la interacción de su vida
monádica, de la energía del alma y de la fuerza de la personalidad, al
enfocarse los tres en el plano físico, trayendo manifestación y apariencia.
II. La afluencia de esta energía cualificada que retorna a su
fuente emanante, el punto más elevado del triángulo principal, produce:
1. La culminación de los dos triángulos -el Real y el irreal. La
construcción del antakarana es un aspecto de esta culminación. Concierne a la
construcción final de las últimas etapas del antakarana por parte del iniciado.
2. La transmisión de fuerza del reflejado o secundario triángulo, en
los tres mundos del esfuerzo humano (o en los cinco mundos en el caso de la
evolución de los miembros de la Jerarquía) hacia el mismo punto focal en la
línea base del triángulo superior que recibió la energía emanante original.
3. En consecuencia, tenemos en el triángulo superior dos puntos de
gran importancia:
a. El punto emanante de la positiva energía condicionadora.
b. El punto que recibe la energía superior y las fuerzas. inferiores.
Este punto se denomina el aspecto alma del triángulo, y es siempre el agente
que registra la conciencia, produciendo por lo tanto las crisis, porque el
punto donde se unen. varias energías es la fuente de las crisis en la vida
externa.
c. Éstas son crisis de la iniciación y atañen a los hombres
individualmente, a las naciones y a la humanidad como un todo.
d. El triángulo que ejerce influencia es el factor que produce,
mediante su afluencia dentro y fuera del triángulo secundario, “los momentos en
el tiempo y los acontecimientos en el espacio, que conducen a esos episodios de
la vida del alma donde la fuerza se trasforma en energía y la energía se
convierte en vida”. Este acontecimiento o crisis importante tiene lugar hoy en
la vida de la humanidad.
Esto
es todo lo que puedo impartir sobre esta línea. El tema es demasiado vasto,
abstruso y complicado. Sin embargo, he dado bastantes indicaciones para arrojar
alguna luz sobre esta intrincada ciencia. Resumiendo lo expuesto:
1. Las energías emanantes, evocadoras y magnéticas, constituyen los
tres tipos de energía que afluyen desde el “triángulo superior”.
2. La fuerza receptiva distribuidora y decisiva constituye los tres
tipos de energía distribuida por el “triángulo inferior o reflejado”.
3. Dos puntos de energía comparten ambos triángulos en la línea base.
Cuando se ha completado el trabajo, la línea base se trasforma en dos
corrientes de energía fusionada que personifican las energías de ambos
triángulos.
4. Un punto de energía (el punto magnético) produce involución y
exteriorización durante el proceso de formación del triángulo inferior. En una
etapa subsiguiente -como fusión de energías. induce al retorno de todas las
energías a la fuente emanante.
Los
estudiantes también deben recordar que -debido a la Gran Ilusión- quizás les parezca
que los triángulos están incompletos durante el proceso evolutivo Sin embargo,
la realidad es que en el Eterno Ahora, los tres lados de los triángulos existen
y persisten eternamente El problema sólo existe en la conciencia del sujeto,
pero no en la realidad.
5. El estudiante debe observar que:
a. Las masas expresan la energía que desciende desde el centro
magnético. Su correcta tendencia en la actualidad es descender a la
manifestación y experiencia físicas.
b. Los aspirantes y probacionistas responden a la atracción del
centro evocador. Su anhelo es alcanzar el sendero de retorno.
c. Los discípulos aceptados y los iniciados expresan la interacción
en la línea base entre los puntos evocador y magnético.
d. Los iniciados avanzados y los Maestros utilizan y expresan la
energía fusionada en el centro magnético. Retornan o responden al centro
emanante.
De
esta manera se completa el séxtuple triángulo objetivo y subjetivo.
Evidentemente,
no será posible considerar los diversos triángulos de energía que producen
efectos sobre nuestra Tierra e incidentalmente afectan a la humanidad en forma
exhaustiva, los cuales son legión. Pero ciertas relaciones triangulares podrían
ser consideradas a modo de ensayo, y más adelante dilucidar el lugar que ocupan
en los horóscopos planetario e individual. En la nueva astrología, la del alma,
no se dará tanta importancia a las doce casas (como sucede ahora), sino que se
pondrá el énfasis sobre las tres Cruces que juntas forman doce brazos, y la
energía que fluye a través de éstos y el lugar que ocupan en el horóscopo del
alma asumirán gran importancia. Me extenderé sobre ello cuando tratemos el tema
de las tres Cruces. Las doce casas conciernen a la personalidad; los cuatro
brazos de las tres Cruces al alma, y los doce y su figuración o no en el
horóscopo, regirán el horóscopo dei alma. Las cuatro influencias de las tres
Cruces estarán presentes en el mapa de un Maestro. Por lo tanto es de valor dar
aquí una explicación de cuáles son las constelaciones que están principalmente
relacionadas con el desarrollo de la conciencia y la evolución de la
comprensión espiritual.
El
principal triángulo cósmico actúa hoy especialmente por intermedio de seis
constelaciones y -también en la actualidad- la constelación cósmica y las dos
energías zodiacales se enfocan a través de un planeta particular, empleándoselo
como agente transmisor para la Tierra. Por lo tanto, tenemos:
Estas
seis influencias ayudan grandemente a desarrollar la auto- conciencia y luego
la conciencia espiritual en el hombre que ha alcanzado el punto de
reorientación en la gran Rueda. No me refiero a las influencias, inclinaciones
y determinaciones de la personalidad, tal como aparecen en el mapa del hombre
común, sino a las influencias y a esas energías determinantes que afluyen sobre
el hombre que está en el sendero de retorno y va hacia el centro de la vida,
por lo tanto, me refiero a las tres etapas finales en el Sendero de evolución.
Podría,
en consecuencia, establecerse que las fuerzas de:
1. Cáncer-Capricornio-Saturno (expresión de la energía de Sirio)
capacitan al aspirante para hollar el sendero de purificación o probación.
Estas energías enfocan y cualifican la energía de la gran Logia del Altísimo en
ese distante Sol. Afluyen a través de la Jerarquía sobre la masa humana y
permite al ente de esa. masa “aislarse y volver la espalda al pasado y
encontrar su camino hacia ese sector del Sendero en que aprende a sentir”.
2. Géminis-Sagitario-Mercurio (expresión de las Pléyades) permiten al
discípulo en probación pasar al sendero del discipulado aceptado. Entonces es
cada vez más intuitivo y se centraliza acrecentadamente, mientras comprende con
mayor claridad la naturaleza de los pares de opuestos. Es comprendida la relación
del aspecto Madre (tal como está corporificada en las Pléyades) y del
Cristo-Niño, oculto en la forma de la personalidad, y el hombre interno
espiritual instituye el proceso de la identificación inicial con la entidad
espiritual, en su propio plano; el pequeño yo entonces comienza a reaccionar
conscientemente, y con acrecentada frecuencia hacia el Yo superior. El hombre
“sigue adelante en este Sendero, en el cual aprende a ver”.
3. Aries-Líbra-El Sol (expresión de la Osa Mayor) enfocan la energía
en la vida del discípulo, que le permite actuar consciente y determinadamente
en el sendero de iniciación. Penetra en el reino de los mundos amorfos, porque
Aries, el signo de los comienzos, lo facilita; por medio de la potencia de
Libra ha obtenido ese punto de equilibrio que le posibilita evadir finalmente
los pares de opuestos. Ahora conoce el verdadero significado de ser, por medio
del sentimiento trascendido y de la identificación con la Visión percibida.
Este
triple proceso puede ser descrito también por medio de tres palabras:
Sensibilidad, Iluminación e Inspiración.
Podríamos
también tocar otro grupo de energías, aunque no es posible su verdadera
elucidación, porque concierne a las energías enfocadas en los siete sistemas solares,
de los cuales el nuestro es uno. Estas energías (seis en total) llegan a
nuestro sistema solar a través de las constelaciones de Tauro y Escorpio y el
planeta Marte.
Tauro
IV.
SEIS SISTEMAS Actuando a través de Marte
Escorpio
Su
naturaleza peculiar, su objetivo en la evolución y su propósito básico, le son
revelados únicamente al iniciado que ya ha recibido la quinta iniciación.
Conciernen al problema del deseo (problema de la humanidad, pero no en sus
octavas superiores) y su transmutación en voluntad espiritual y propósito
divino. Son los que originan conflicto y están estrechamente relacionados con
el cuarto Rayo de Armonía por medio del Conflicto, teniendo por lo tanto una
relación peculiar con la cuarta Jerarquía Creadora, la humana, y con la Tierra
en esta cuarta ronda.
En
estas ocho constelaciones tenemos las influencias que se ocupan principalmente
de la evolución del alma -en el sistema solar, en el planeta Tierra y en el
hombre. Constituyen las “ocho potestades del Cristo”; rigen el desarrollo
síquico de la vida en todas las formas. Son de máxima significación para el
aspirante.
Cuatro
constelaciones han sido omitidas en esta lista:
Leo Virgo Acuario Piscis
Autoconciencia Conciencia crística Conciencia grupal Conciencia
universal.
Atañen
fundamentalmente a la manifestación de la conciencia en los planos externos de
expresión, o a la fusión del alma y de la forma, a fin de demostrar plenamente
un estado de percepción.
Estos
hechos serán evidentes si a los cuatro planetas esotéricos, vinculados con
estas constelaciones, se los considera y relaciona:
El Sol La Luz Júpiter Plutón
El Alma La Forma Vida benéfica Muerte.
El
astrólogo del futuro podrá ver así sobre qué líneas trazará el mapa del alma;
los principales triángulos y las tres Cruces cósmicas controlarán sus
deducciones referentes al desarrollo de la conciencia. Los triángulos indican
la posibilidad, las Cruces los procesos y puntos de crisis.
Como
ya se ha dicho, no hay manera de considerar extensa o exhaustivamente esta
Ciencia de los Triángulos, pues es la ciencia del anteproyecto geométrico
universal que subyace en los mundos fenoménicos y está estrechamente
relacionada con el karma. Atañe a la primera precipitación de la interacción y
efecto de la dualidad de la manifestación, el espíritu-materia, pues
constituyen una sola sustancia. Pero en relación con la astrología esotérica es
posible indicar ciertas interpretaciones fundamentales de esta relación que
permitirá al astrólogo desarrollar oportunamente la astrología del alma,
delinear el horóscopo del ego y trazar los nuevos tipos de mapas que
demostrarán el propósito del alma en su propio plano y las relaciones grupales
en el plano físico, lo que será de ayuda para la personalidad dedicada e
inteligente. Reflexionen sobre esto.
Existe
una triple energía cósmica de suprema importancia en nuestro planeta, y la
influencia unida de sus tres constelaciones eventualmente hará que el Logos
planetario reciba la iniciación; esto garantiza el hecho de que por cualquier
futura expresión planetaria de Su vida se lo denomine “planeta sagrado”. La
Tierra no es considerada hoy un planeta sagrado. Más tarde, cuando las tres
energías hayan producido el efecto adecuado y realizado los cambios planetarios
necesarios, el término sagrado será considerado correcto y apropiado.
Lógicamente, este enunciado significa hoy poco para cualquier estudiante, pero
el caso será diferente cuando sea capaz de comprender dos cosas:
Primero,
que las triples energías que están detrás de la actividad del centro en
Shamballa conciernen al Logos planetario; la humanidad está llegando a ser
lentamente sensible a esa influencia, pero sólo en forma masiva, no
individualmente. Un discípulo puede observar este hecho únicamente en forma
teórica.
Segundo,
estas influencias actúan sobre ese aspecto de la vida humana denominado Mónada;
por lo tanto, tendrán un acrecentado efecto en el Sendero de Iniciación.
Estas
tres constelaciones son Leo-Virgo-Piscis. Esotéricamente se hace referencia a
ellas como “las Productoras de lo que se conoce, las Animadoras de lo que ha
despertado y las Constructoras de los métodos para fusionar la Sabiduría.
Producen la unidad, destruyen lo que Ellas han producido, sólo para volver a
producirlo con mayor belleza y más plenitud”. Estas palabras son claras. Éste
es un triángulo invertido, y las energías de Leo están en estrecho contacto con
nuestra vida planetaria. El triángulo a continuación lo demostrará con más
claridad:
Estas
tres están definida y acrecentadamente relacionadas con el desarrollo de la
conciencia humana, en tres aspectos principales.
Debe
fomentarse el desarrollo de la autoconciencia, porque es el principal efecto
-como bien saben- de la fuerza de Leo. La influencia de esta constelación ayuda
a manifestar la voluntad, el amor y la inteligencia individuales; fomenta el
“ahamkara” o principio egotista; pone el énfasis sobre la actitud de Yo soy,
etapa necesaria antes de que el individuo pueda sumergirse en el Todo como una
unidad consciente, que se respeta a Sí misma. Pero detrás de esa influencia, y
presionando para manifestarse, se halla la fuerza ele Virgo (madre o custodio
de la conciencia erística) que destruye eventualmente la síntesis y la unidad
inferior producida por la energía de Leo; estimula al alma dentro de la forma,
y también al alma dentro de cada átomo de la forma, porque el genio y la
excepcionalidad de Virgo produce la forma, y estimula la vida dentro de esa
forma y, por lo tanto, nutre y energetiza simultáneamente dos vidas. Es una
poderosa energía dual, expresión potente del ánima mundi o alma del mundo. El
reconocimiento de esto hizo que los antiguos astrólogos fusionaran a Virgo y a
Leo en un solo signo. Luego, cuando el dualismo del espíritu humano
(espíritu-materia) fue una realidad en la conciencia del hombre, el signo fue
dividido en dos y la guerra de los pares de opuestos se convirtió en una
“guerra con un propósito” y está incidentalmente llegando hoy a su culminación.
Este hecho será evidente para los verdaderos esotéricos.
Otra
corriente de energía está también ejerciendo presión y produciendo efectos
sobre esos miembros de la familia humana que no sólo responden a la influencia
de Leo y por consiguiente son, en su propia conciencia, individuos, sino que
responden también a la creciente expansión de la conciencia crística, de la
cual están llegando a ser cada vez más conscientes en su propia experiencia
individual. Éste es el aspecto superior de la energía de Piscis y constituye la
percepción del grupo, del todo, del universo. Es la energía de budhi, el
aspecto superior de la naturaleza síquica inferior; el aspecto del mediador, en
contraposición con el médium; el control intuitivo, en vez del dominio
intelectual de Leo y las limitaciones de Virgo.
Estas
tres energías actúan poderosamente sobre la humanidad y producen:
1. La autoconciencia en el hombre, cuando sale de la masa.
2. El reconocimiento de la vida y de la naturaleza crísticas, cuando
el aspirante a la primera iniciación sale del grupo mundano de individuos.
3. La percepción, de naturaleza universal, del iniciado, cuando sale
de las filas de los discípulos mundiales.
Todo
esto se realiza en la actualidad por la constante afluencia de las energías de
Leo-Piscis-Virgo, y se halla detrás del excesivamente rápido desarrollo de los
tres tipos de conciencia que se encuentran en diferentes grados en la humanidad
actual.
Como
he señalado anteriormente, hay siete grandes crisis vinculadas al ser humano en
el sendero de evolución, y abarcan las primeras, intermedias y finales etapas
de crecimiento. Debe tenerse presente que son precipitadas por medio de las
influencias condicionantes de siete grandes constelaciones. Las consideraremos
brevemente, y son:
LAS
CRISIS DEL ALMA
Crisis Cualidad Constelación Cruz
Crisis
de la Encarnación Individualización Cáncer
Cardinal.
Crisis
de la Orientación Reversión Aries Cardinal.
Crisis
de la Iniciación Expansión Capricornio
Cardinal.
Crisis
de la Renunciación Crucifixión Géminis Mutable.
Crisis
del Campo de Conflicto
Escorpio Fija.
Batalla
Crisis
del Lugar de Iniciación Virgo Mutable.
Nacimiento
Crisis
de la Tierra Liberación Leo Fija.
ardiente
Observarán
que dos de las constelaciones que acabamos de considerar -Leo y Virgo- figuran
en la enumeración. Hay cinco constelaciones que no atañen tan íntimamente a las
crisis humanas masivas, sino que tienen una relación más definida y específica
con el desarrollo del discípulo individual, y son: Sagitario, Libra, Tauro,
Piscis y Acuario. Sin embargo, Piscis se relaciona hoy excepcionalmente con las
siete constelaciones productoras de las grandes crisis humanas, completando
también el mancomunado esfuerzo final del triángulo: Leo, Virgo, Piscis. El
constante impacto de la fuerza pisciana ha llevado finalmente a la humanidad,
el discípulo mundial, al portal de la iniciación. Durante más de dos mil años, la
influencia pisciana ha estado actuando sobre el género humano, dando lugar a la
demanda de un reajuste mundial, desarrollando el espíritu internacional,
conduciendo a la formación de grupos en cada sector del vivir humano y
erigiendo así la base para la futura síntesis en Acuario. La influencia de este
triángulo se expresa simbólicamente en la vida del individuo autoconsciente que
logra la autopercepción en Leo, la cultura en Virgo y la autoliberación final
en Piscis.
Aquí
podríamos dedicar un poco de tiempo a las lecciones prácticas que deben
aprenderse sobre las siete crisis a través de las cuales atraviesa el hombre,
el individuo, la humanidad y la totalidad.
Considerando
estas crisis que tienen lugar en la historia de la vida del alma, desde su
primera encarnación hasta su liberación final, se hallará que siete
constelaciones importantes y sus influencias, afluyen a través de los planetas
exotéricos y esotéricos, y presentan las circunstancias y condicionan el medio
ambiente del hombre espiritual progresista. Cuando cualesquiera de estas
constelaciones ejerza una influencia predominante, aparecerán ciertas vidas, y
dichas constelaciones producirán ese enfoque de fuerzas que -dado el equipo
particular del hombre en cualquier momento determinado- evocará de éste el
máximo esfuerzo posible, permitiéndole avanzar hacia un estado de conciencia
más iluminado. Observarán que no digo “permitirán triunfar”. Un hombre puede
triunfar, venciendo las condiciones de prueba y conquistando las circunstancias
en el plano físico y, sin embargo, ser derrotado. La razón de esto estriba en
que sí la lucha y el surgimiento no producen cambios básicos en la conciencia y
un horizonte más amplio, resultarán inútiles para llevar a cabo su tarea
asignada.
Al
estudiar los momentos de crisis, debe recordarse que se experimentan
aproximadamente tres veces. de acuerdo al ciclo mayor de vida y también a que
son recapituladas en menor grado en una vida particular o en un conjunto de
vidas. Los tres ciclos de mayor importancia en la conciencia del ego
reencarnante son:
1. El ciclo evolutivo, desde la individualización hasta la
liberación, desde la etapa del hombre primitivo hasta que aparece en el
escenario de los asuntos mundiales un Maestro de Sabiduría, un Buddha o un
Cristo.
2. El ciclo de aspiración, desde la etapa del hombre inteligente
integrado hasta la del discípulo aceptado, y desde la expresión intelectual en
los tres mundos a la del probacionista que intenta pasar las pruebas del Sendero
y empieza conscientemente a tomar por su cuenta el desarrollo espiritual.
3. El ciclo de iniciación, desde la etapa preparatoria del discípulo
aceptado hasta la de Maestro y de grados aún superiores. Estas siete crisis se
repiten durante el proceso de autoiniciación en el mundo del significado y de
la realidad: Constituyen la nota clave o el móvil de cada una de las siete
iniciaciones, las cuales permiten entrar en un estado de conciencia divina en
cada uno de los siete planos de experiencia y expresión divinas.
Las
influencias de estas siete constelaciones están simbolizadas por tres
triángulos y una síntesis final o punto focal. Esotéricamente, estos triángulos
están representados generalmente como superpuestos, pero para mayor claridad
los separaremos:
Tenemos
aquí tres triángulos, pero, al mismo tiempo, sólo siete influencias para que
produzcan efecto las fuerzas condicionantes de los dos triángulos
predominantemente activos en los dos primeros ciclos, estando fusionadas y
mezcladas en el tercero. Estas influencias fusionadas (con la ayuda de las
restantes cinco constelaciones: Sagitario, Libra, Tauro, Piscis y Acuario)
permiten al discípulo salir del reino humano y entrar en el reino de las almas.
Por lo tanto, tenemos:
1. Siete constelaciones.
Cáncer,
Aries, Géminis, Escorpio, Capricornio, Virgo y Leo, que llevan al hombre de la
etapa de la individualización al sendero del discipulado.
2. Ocho constelaciones (que incluyen tres de las siete) que llevan al
discípulo de la etapa del yoísmo a la del alma perfecta autoiniciada.
No
intento analizar estas crisis, pudiendo hacerlo el estudiante sensato y
observador.
Diré también que, necesariamente, he descrito los tres
triángulos en cierto orden, cuyos puntos inferiores expresan la energía de ciertas
constelaciones que, de esta manera, describen los efectos y resultados finales
de una determinada serie de tres crisis. Debe recordarse que tales resultados
sólo se obtienen por la constante repetición y el frecuente esfuerzo enfocado.
Una crisis se produce debido a cierto hábito mental, desarrollado en el
vehículo; sólo es superada con el tiempo, por cierta costumbre y ritmo en el
contenido espiritual de la naturaleza del hombre. El establecimiento de cierto
ritmo objetivo produce una crisis; el surgimiento de un ritmo subjetivo
particular, permite al hombre superar la crisis y capitalizar la oportunidad.
Les ruego tener esto en cuenta.
Las
siete crisis pueden también relacionarse con los siete centros en el cuerpo
vital o etérico; los estudiantes avanzados verán más adelante que existe una
estrecha relación cíclica entre:
1. Los siete planos de la expresión divina.
2. Los siete estados de conciencia resultantes.
3. Las siete crisis que conducen a la expansión de conciencia.
4. Las siete iniciaciones en que culminan estas expansiones.
5. Los siete centros donde se obtienen estos resultados.
Permítanme
recordarles que las doce constelaciones traen el desarrollo evolutivo y la
oportuna liberación del hombre de la Gran Rueda de la existencia viviente. Sin
embargo, siete de ellas son muy útiles para producir las siete crisis del alma,
mientras que cinco son complementarias en las etapas finales del Camino,
permitiendo al discípulo o iniciado, utilizar la experiencia y los valores
adquiridos para penetrar en el quinto reino de la naturaleza. Por lo tanto,
tenemos 12 + 7 + 5, total 24, y éstos encierran los “24 episodios que marcan la
Cruz de la Vida”. Desde el punto de vista del simbolismo cristiano (aunque su
interpretación es todavía inadecuada) las crisis corresponden a las siete
estaciones de la Cruz que marcan el camino del progreso del Salvador del mundo.
Referente
a las cinco constelaciones que están particularmente activas en la vida del discípulo
avanzado y del iniciado, las influencias se dividen en dos triángulos de
fuerza, porque Leo -enfocando la energía de las siete constelaciones- está
incluido, vinculando así el aspecto autoconsciente con el espíritu:
No
rehuyan estas crisis por duras y difíciles que parezcan ser. Son difíciles,
pero no olviden que el hábito de enfrentar las crisis ha estado largamente
establecido en la conciencia de la humanidad. El hombre tiene el “hábito de las
crisis”, si puedo denominarlo así. Sólo son puntos para analizar la fortaleza,
el propósito, la pureza, el móvil y la intención del alma. Cuando son superadas
evocan confianza y producen una amplia visión. Fomentan la compasión y la
comprensión, porque el dolor y el conflicto interno que han engendrado nunca se
olvidan, pues extraen su fuerza de los recursos del corazón y liberan la luz de
la sabiduría dentro del campo del conocimiento, enriqueciéndose el mundo.
4.
Conclusiones.
Hemos
llegado a un punto en nuestra consideración de la Ciencia de los Triángulos,
donde podemos hacer una pausa para ocuparnos de nuestro próximo acercamiento a
este tópico y elegir el tema por el cual podamos arrojar más luz sobre el
mismo. Ahora será evidente que esta Ciencia de los Triángulos concierne a la
benevolencia de la Deidad y que, por medio de las combinaciones intrincadas de
los triángulos cósmicos, del sistema y planetarios, actúan los propósitos de
Dios, los cuales están motivados por el amor. Por intermedio de estas
relaciones se expresa el amor, se llevan a cabo los cambios necesarios para su
expresión y la conciencia humana es conducida al necesario estado de
inclusividad.
Por
medio de los cuadrados, o relación cuaternaria, el aspecto forma es puesto en
relación y adecuación con la voluntad de la Deidad que se expresa por
intermedio del aspecto conciencia, la cual se va desenvolviendo gradualmente.
Explico esta situación en palabras simples, porque será evidente que sólo
cuando el alma ilumina a la mente puede captarse la significación de la
enseñanza. Unicamente cuando haya sido alcanzada la etapa iniciática, emergerá
el verdadero significado. Al mismo tiempo he tratado de despertar en las mentes
una reacción hacia la verdad abstracta, subyacente en los dos enunciados
siguientes:
1. La Ciencia de los Triángulos está relacionada con la expresión
total de la triplicidad divina de la manifestación: voluntad, amor e
inteligencia, o vida, conciencia y forma. Por lo tanto, mientras el discípulo
no exprese en sí mismo una integración similar a estos tres aspectos, no podrá
captar el significado de esta ciencia astrológica subjetiva.
2. En nuestro planeta, la Ciencia de los Triángulos está relacionada
con los tres aspectos principales cuando se expresan por intermedio de
Shamballa, la Jerarquía y la Humanidad. Nuevamente enfrentamos la necesidad de
que el ser humano integrado se acerque a esta ciencia, porque sólo el hombre
que responde a estos tres puntos focales de energía puede comprender la
interacción. En efecto, sólo podrá comprender la verdad subyacente aquel cuyos
dos centros en la cabeza y su centro en el corazón formen un triángulo de
energías que fluyen.
A
este respecto les recordaré lo que dije anteriormente en este tratado, que la
Ciencia de los Triángulos está relacionada con el espíritu y la síntesis.
Quisiera recordarles además lo que he escrito sobre astrología en este tratado
de los Siete Rayos, destinado a instruir a los discípulos a fines de este siglo
y durante el período de posguerra. Nuevamente señalaré lo que he enunciado ya,
que esta ciencia debe ser siempre encarada desde el ángulo de las tres energías
fundamentales: las que proceden de la Osa Mayor, de las Pléyades y de Sirio;
porque (condicionadas en tiempo y espacio) estos tres tipos de energía afluyen
por intermedio de los tres centros principales, Shamballa, la Jerarquía y la
Humanidad.
Mi
problema ha consistido en seleccionar cuál de los miles de relaciones
triangulares entrelazadas consideraré, a fin de presentar esta ciencia de tal
modo que sea de verdadero interés. La red interna de luz, denominada cuerpo
etérico del planeta, es esencialmente una red de triángulos que se habrá
organizado cuando el proceso evolutivo se haya completado. El actual diseño de
cuadrados constituye la principal trama de la red, pero esto va cambiando
lentamente a medida que se desarrolla el plan divino. Las redes etéricas de los
planetas sagrados son en gran parte triángulos, mientras que la del Sol está
formada por círculos entrelazados. El esfuerzo a realizarse hoy en la tierra
(tal como lo ve el Logos planetario) consiste en llevar a cabo una
transformación de la red del planeta, y cambiar lentamente así los cuadrados
existentes, en triángulos. Esto no se hace sólo creando divisiones, aplicando
la Ley de Separación, sino también por el reconocimiento, en la conciencia, de
la dualidad, más la aplicación del movimiento dirigido y la aparición de los
dos triángulos, en lugar de un cuadrado. Cuando esto tiene lugar, la conciencia
perceptora reconoce su identidad y termina el reinado del cuadrado. Estas
palabras me las dijo una vez un antiguo vidente que biseccionó esotéricamente
el cuadrado, formando dos triángulos, uniéndolos en una nueva manifestación
para formar la Estrella de la Vida. Reflexionen sobre esto.
Por
esta razón los astrólogos del futuro pondrán énfasis sobre la relación y la
interrelación de los triángulos. Como ya he señalado, el nuevo astrólogo pondrá
el énfasis sobre esto:
1. La Ciencia de los Triángulos, como resultado de la acrecentada
comprensión iniciática.
2. El signo ascendente, pues indica el camino del alma.
3. El lugar de las tres Cruces (la Cruz Cardinal, la Cruz Fija y la
Cruz Mutable) en la vida del alma. Esto reemplazará oportunamente a
las casas en el horóscopo y los doce brazos de las tres Cruces tomarán el lugar
de las doce casas, cuando se confeccione el horóscopo del alma.
Repetiré
nuevamente el hecho de que la nueva astrología se ocupará de confeccionar el
mapa de la vida del alma. Cuando las doce constelaciones desempeñen su parte en
la vida del discípulo por intermedio de sus agentes distribuidores, los
planetas esotéricos regentes transformarán gradualmente la forma exotérica del
mapa del individuo, lo cual se deberá al enfoque, consciente e
intencionadamente, de las diferentes energías en el hombre, y no tendrá que ver
con su reacción negativa a las energías condicionantes.
Quisiera
llamar la atención aquí sobre un punto interesante de influencia definida sobre
el poder del individuo para captar la nueva astrología y comprender la Ciencia
de los Triángulos. Los símbolos astrológicos de Virgo y Escorpio son de
naturaleza triple -son los únicos dos. Cuando el discípulo capte el significado
que está detrás de esa triplicidad, estará preparado para comprender el
significado de esta ciencia abstrusa y trabajar con la nueva astrología. Virgo
y Escorpio son dos signos relacionados con el crecimiento de la conciencia
crística; marcan puntos críticos en la experiencia del alma -puntos de
integración en los cuales el alma se está unificando conscientemente con la
forma y al mismo tiempo con el espíritu. He dicho la experiencia del alma, no
la experiencia del hombre en el plano físico. Cuando la experiencia pasada en
Virgo llegue a culminar en Piscis, y las pruebas en Escorpio conduzcan a la
iluminación en Tauro, entonces el efecto de estas cuatro energías (Virgo,
Piscis, Escorpio, Tauro) convertirán al hombre en el verdadero triángulo,
expresando los tres divinos aspectos o energías, cuando provienen de las tres
constelaciones principales: la Osa Mayor, las Pléyades y Sirio.
Podría
llenar volúmenes con las indicaciones respecto a los innumerables triángulos,
cuando se descubra que están relacionados en tiempo y espacio y que, de acuerdo
a la voluntad de la Deidad y a la inalterable energía en el corazón del zodíaco
manifestado, producen, al finalizar el ciclo mundial, los cambios en la
conciencia, que hacen divino al hombre. Pero el tema es demasiado vasto y todo
lo que trato de hacer es indicar el camino hacia una nueva ciencia y hacia esas
combinaciones esotéricas de energía que, cuando sean reconocidas, capacitarán a
la humanidad para evolucionar más rápidamente, fusionar y mezclar las energías
de los tres centros planetarios y transformar nuestra Tierra (por medio del
pensamiento humano, reaccionando a las influencias zodiacales) en un planeta
sagrado. Por lo tanto, la influencia y la combinación de energías, a medida que
afectan a los aspirantes y discípulos del mundo, deberán ser suficientes para
una acrecentada comprensión; consideraré gradualmente a éstas y daré también al
final de esta parte una exégesis de la tabulación, en la cual se da la relación
que existe entre los rayos y las constelaciones, lo cual es básico en sus
implicaciones.
Algunas
de las fuerzas que estamos considerando rigen a la humanidad en forma peculiar,
y el efecto de su influencia es lograr la unificación de los tres centros
planetarios.
Como
bien saben, hay cuatro constelaciones que imparten las energías necesarias que
harán divina a la humanidad, y son: Aries, Leo, Escorpio y Acuario. No es
necesario analizarlas pues ya lo hice cuando estudiamos previa y separadamente
cada una de ellas. Sin embargo, quisiera señalar que cada una está
estrechamente vinculada, como transmisora de energías, con ciertas estrellas foráneas
a nuestro zodíaco, vinculando así a nuestro pequeño planeta con algunos grandes
puntos focales de energía.
Aries,
el iniciador de los impulsos (el impulso para venir a la encarnación o volver a
la fuente de origen), está en íntimo contacto con una de las estrellas de la
Osa Mayor denominada “El Puntero” en la expresión común, que es una “estrella
de magna dirección”, pues por medio de ella (en este ciclo mundial) afluye la
voluntad de unificar y de obtener la síntesis. Esta fuerza da lugar a la fusión
e integración de la personalidad, la unificación de la personalidad y el alma,
la unificación de la humanidad o el Gran Acercamiento de la Jerarquía a la
Humanidad. Producirá también la integración de nuestra Tierra al grupo de los
“planetas sagrados” y el consiguiente establecimiento de un triángulo de fuerza
formado por el Puntero, Aries y la Tierra. Esta relación triangular tendrá un
efecto potente en el sistema solar, así como en el planeta, y es también uno de
los factores causantes del deslizamiento del eje de la Tierra. Relacionado con
este triángulo hay otro secundario, dentro de la órbita de nuestro Sol,
compuesto por Vulcano, Plutón y la Tierra. En los archivos de la Gran Logia se
hace referencia a esto, simbólicamente, como:
Éste
es uno de los símbolos astrológicos más interesantes e informativos que he
dado, e indica una relación de máxima importancia. Tenemos aquí dos energías
mayores y tres menores estrechamente relacionadas, siendo análogas a los dos
rayos mayores y a los tres menores que condicionan a un ser humano en
manifestación. Estas cinco energías se relacionan con la vida que anima a
nuestro planeta. Llevan a cabo en la humanidad la evolución consciente, la
dirección y la fundación de Shamballa en la Tierra. Éstas son las cinco energías
vinculadas con la voluntad de ser, desde el ángulo de la conciencia y no de la
expresión material de la manifestación. Sus actividades e influencias unidas
produjeron, en el reino de la conciencia, la aparición de otro triángulo: Leo,
Polaris y otro de los Punteros, y ambos grupos forman una dirección
entrelazada, poderosamente efectiva en la evolución de la conciencia.
En
consecuencia, por medio de estos triángulos relacionados, aparecen Shamballa y
la Humanidad -los dos polos de la expresión divina- voluntad y actividad.
Llegamos
ahora a otro triángulo, cuya actividad produce la manifestación de la Jerarquía
-el intermediario entre Shamballa y la Humanidad: Escorpio, Sirio y Marte.
Éstos, en relación con nuestra Tierra, producen las cuatro corrientes de
energía (iniciadoras y transmisoras) que conducen a la humanidad hacia el
discipulado y la iniciación.
Cuando
el trabajo de todos estos triángulos haya terminado, la humanidad (y en un
sentido misterioso nuestra Tierra) funcionará a un ritmo perfecto y responderá
a las energías que afluyen desde Alcyone.
No
puedo insistir demasiado en que la astrología esotérica concierne totalmente a
las fuerzas y energías que afectan al aspecto conciencia del ser humano y
condicionan la vida de la personalidad. Este punto debe ser considerado por
sobre todo lo demás. En otras palabras, la astrología esotérica concierne al
alma y no a la forma y, por lo tanto, todo lo que tengo que decir se refiere a
la conciencia, a su expansión, al efecto que produce sobre sus vehículos, la
forma, y -en último análisis (como se comprobará más adelante)- a la Ciencia de
Iniciación. Esto ya lo he señalado antes, pero la idea es tan nueva y el
acercamiento tan universal o cósmico, que no resulta fácil, para quienes están
entrenados en la astrología exotérica moderna, comprender realmente la
significación de esta enseñanza. Al considerar los Triángulos que he elegido
para emplear como temario de la elucidación de este grandioso tópico, no debe
olvidarse el énfasis puesto sobre el aspecto conciencia.
Lo
que resta de esta parte sobre la Ciencia de los Triángulos, lo dedicaré a esos
triángulos que en este momento y ciclo mundial producen efectos en la
conciencia humana, los cuales son de dos tipos: los muy generalizados no son
fácilmente discernibles y afectan a las masas, y los que obtienen resultados
más específicos, tienen mayor efectividad tangible y sirven para condicionar la
conciencia de los aspirantes, discípulos e iniciados del mundo. Hoy, este
movimiento dual de energías continúa produciendo un lento y constante despertar
de la conciencia de la masa, a fin de que en amplia escala mundial la
autoconciencia individual sea su resultado y produzca un acelerado estímulo de
la conciencia ya despierta de la humanidad avanzada, para poder lograr la
iniciación.
La
eficacia de este proceso dual puede percibirse si se comprende que los signos
-Leo, Sagitario y Acuario- están hoy excesivamente activos y actúan en estrecha
y mutua relación. Las energías de estos tres signos afectan a toda la humanidad
como un todo -un reino de la naturaleza. Leo: el signo del individuo
autoconsciente, es potente en su efecto masivo, y hoy, por el apremio de las
circunstancias y los terribles resultados de ciertos acontecimientos, miles de
hombres y mujeres están saliendo del estado de rebaño, de la conciencia masiva
y del profundo sueño de la irresponsabilidad, llegando a ser conscientes de sí
mismos como entidades desapegadas y activas. Sagitario afecta poderosamente a
los aspirantes del mundo, conduciéndolos a esas actitudes mentales que traerán
una lealtad inquebrantable a los valores espirituales y una adhesión
inalterable al bien de la humanidad. Acuario -con igual potencia- afecta a los
discípulos e iniciados del mundo y los conduce al servicio mundial en vasta
escala, produciendo la actividad grupal y utilidad vital, características del
discípulo consagrado. La influencia que ejercen estas tres constelaciones se
siente por intermedio de sus planetas esotéricos, y el movimiento masivo de la
conciencia (del cual Leo es responsable) puede ser considerado, aún por el
neófito, como una posibilidad, cuando comprende que el Sol constituye en Leo
los planetas regentes desde tres ángulos: exotérico, esotérico y jerárquico. El
movimiento conjunto hacia la autoconciencia individual se ha intensificado hoy
enormemente, como también el movimiento paralelo individual hacia la
iniciación.
Leo
reaparece ahora en otro triángulo importante: Aries, Leo, Virgo -que ayuda
poderosamente a la inauguración de la Nueva Era, la cual se caracterizará por
una humanidad poderosamente autoconsciente, condicionada por una conciencia
crística, manifestándose paulatinamente. La potencia de Aries, al iniciar esos
acontecimientos, pondrá en movimiento las causas que traerán la Nueva Era, observándose
ya la tendencia de los nuevos movimientos en la formulación de los nuevos
órdenes mundiales. en los descubrimientos de la ciencia y en el surgimiento de
nuevas especies en los diversos reinos de la naturaleza. Esta actividad se ha
sentido desde 1835; la potencia de Leo puede ser trazada desde entonces en el
gran número de personas que están llevando a cabo la integración de la
personalidad, llegando a ser autoconscientes, así como también en la aparición
de millares de aspirantes autoconscientes en el mundo, que están subordinando
gradualmente sus personalidades integradas al bien del grupo. La influencia de
Virgo aparece en las innumerables organizaciones, movimientos religiosos,
espiritualistas y mentales, que indican en forma muy directa el despertar de la
conciencia crística en la humanidad. Así estos triángulos pueden ser vistos
como factores vivientes y vibrantes que producen cambios mundiales y dan un
enorme impulso progresivo al desarrollo humano.
Es
interesante recordar que así como cada signo está dividido en tres decanatos,
regidos por planetas específicos, en forma análoga el zodíaco es una parte de
un zodíaco mayor, y está también dividido en tres partes. La triple división
del zodíaco está regida por tres constelaciones, que son para este zodíaco
mayor lo que los planetas para los decanatos. Las tres constelaciones regentes
son Escorpio (en la Cruz Fija), Tauro (también en la Cruz Fija) y Piscis (en la
Cruz Mutable). Esto necesariamente es así porque las pruebas, el deseo, la
iluminación, la materia, la forma y la salvación, son las notas claves de
nuestro sistema solar y de nuestra Tierra en particular. El actual sistema
solar expresa el segundo aspecto de la divinidad, de allí el énfasis puesto
sobre las fuerzas que afluyen a través de Escorpio, Tauro y Piscis. Reflexionen
sobre esto, pues hay un indicio respecto a nuestro zodíaco, que es de suprema
importancia para el astrólogo del futuro. En el decanato cósmico, al cual me
refiero aquí, se hallará que tres grandes hijos de Dios han expresado para
nosotros la cualidad, la nota clave y el desarrollo manifestado por cada
decanato:
Hércules-Escorpio. Fortaleza por medio de la
prueba.
Buddha-Tauro.
Iluminación por medio de la
lucha.
Cristo-Piscis.
Resurrección por medio del
sacrificio.
En
un sentido peculiar, los tres constituyen un triángulo iniciático y son de
primordial importancia en dicho proceso iniciático. Manifiestan: fortaleza
iluminación y amor en plena expresión.
Leo
reaparece en la actual situación mundial, como parte de un triángulo de crisis,
porque la combinación de las tres constelaciones implicadas: Leo, Libra y
Capricornio, producen invariablemente crisis. Leo, cuando dominó el triángulo,
produjo en el pasado la crisis de la individualización. Más tarde en la
historia humana, cuando fue alcanzado el punto de equilibrio, volvió a ser
poderoso. H.P.B. señala que llegó un momento en que se logró el equilibrio
entre el espíritu y la materia, y desde entonces la tendencia de la humanidad
fue hacia la evolución, fuera de la materia, y no hacia la involución, dentro
de la materia; la humanidad se dirigió al Sendero de Retorno y no al Sendero de
Ida; esto es cada vez más evidente. Hoy Capricornio está produciendo una
tercera crisis en la muy larga historia del género humano -crisis de
iniciación-, existiendo la posibilidad de que tal crisis sea eficaz y produzca
la aparición de un nuevo reino de la naturaleza en la Tierra, lo cual es cada
vez más factible. Quisiera recordarles aquí la referencia que hice respecto a
otro triángulo, en el cual Leo está activo, y a otro de los grandes triángulos
que condicionan a la humanidad: Tauro, Leo y Acuario. Tauro incita a la
experiencia y a la obtención del conocimiento; Leo conduce a la expresión de
esa experiencia en la vida diaria y al esfuerzo para justificar el
conocimiento; Acuario toma esa experiencia y el conocimiento adquirido,
empleándolos conscientemente para prestar servicio al grupo. Podría expresarse
también de la manera siguiente:
Tauro-se
manifiesta en la etapa final de desarrollo, como la conciencia iluminada.
Leo-produce
el verdadero hombre autoconsciente.
Acuario-es
el hombre de espíritu, de vida y de dedicación para la divina expresión del
servicio. Aquí puede verse la importancia de los regentes esotéricos. Estos
triángulos, formados por tres constelaciones, están (de acuerdo a la ley
cíclica) dominados en un momento dado por cualesquiera de los tres, quedando
subordinados a los otros dos. En los Archivos de la Logia estos triángulos son
llamados “Triángulos en Revolución”; en un momento dado, una de las tres
constelaciones será el factor controlador, en otro será otra y posteriormente
una tercera. Cada una de ellas a su turno, hace afluir su fuerza por intermedio
de sus regentes esotéricos, y las otras dos energías son de importancia
secundaria. Cuando esta información se vincule a la enseñanza sobre los rayos,
será evidente cuán necesario es conocer cuál de los triángulos es el punto
focal de transmisión, porque de esta manera se descubrirá qué energía de rayo
tiene mayor o menor expresión.
Como
hemos visto, Leo es, por ejemplo, un agente transmisor muy importante en la
actual crisis mundial. Esto significa que los rayos 1ro. y 5to. están
excesivamente activos, y también que la influencia del Sol es potente, tanto
exotérica como esotéricamente. Significa además que los planetas relacionados
con ambos rayos estarán, muy activos, por lo tanto, Plutón y Venus predominan
en la producción de resultados mundiales. Cito esto como un ejemplo de la interrelación
de los planetas, las constelaciones y los rayos; un cuidadoso estudio de la
crisis mundial indicará la plausibilidad de la premisa respecto a la actividad
de Leo como fuerza principal del triángulo, que actualmente es responsable de
la situación mundial.
En
este tratado he dado anteriormente la relación existente entre los rayos y las
constelaciones y enuncié que cada uno de los siete rayos se expresa por
intermedio de tres constelaciones, o por un triángulo de energía. Esta relación
es la base de toda la Ciencia de los Triángulos y por consiguiente de la
astrología misma y está además relacionada con los rayos, las constelaciones,
sus planetas regentes y nuestra Tierra, en una gran síntesis de energías;
relaciona a nuestro sistema solar con el todo mayor y a nuestro pequeño planeta
no sagrado con el sistema solar. Permítanme repetir este enunciado y de este
modo indicarles algunos hechos vitales, respecto a este mundo de energías
entretejidas. Los rayos afluyen a través de las siguientes constelaciones. y
son expresados y trasmitidos por su intermedio:
1er.
Rayo Aries Sagitario Capricornio.
2do.
Rayo Géminis Leo Piscis.
3er.
Rayo Cáncer Virgo Capricornio.
4to.
Rayo Tauro Libra Sagitario.
5to.
Rayo Leo Escorpio Acuario.
6to.
Rayo Virgo Sagitario Piscis.
7mo.
Rayo Aries Cáncer Capricornio.
Emergerán
algunos hechos interesantes si esta clasificación es estudiada cuidadosamente.
Enumeraré algunos de ellos, dejando que ustedes apliquen la información como
mejor les parezca:
1. Esta interrelación es efectiva en el actual ciclo mundial y
seguirá siéndolo hasta el final de la era acuariana. Con esto quiero significar
que los siete triángulos de energía están ahora derramando su fuerza por
intermedio de una de las constelaciones de cada triángulo.
2. Los puntos de los triángulos de energía o las constelaciones en
los triángulos, dadas a continuación, constituyen hoy los factores
controladores:
ler. Rayo. - Aries: Esta constelación, como
podría esperarse es la fuente de la energía inicial, que introduce la Nueva
Era.
2do.
Rayo. - Virgo: Esta constelación produce la acrecentada actividad del principio
crístico en el corazón de la humanidad.
3er.
Rayo. - Cáncer: El movimiento masivo hacia la libertad, la liberación y la luz,
que predomina hoy, es causado por la energía de este signo.
4to.
Rayo. - Escorpio: Por intermedio de esta constelación es probada la humanidad,
el discípulo mundial.
5to.
Rayo. - Leo: Produce el desarrollo del individualismo y de la autoconciencia,
tan prevaleciente hoy en escala mundial.
6to.
Rayo. - Sagitario: Produce el esfuerzo enfocado y centralizado del aspirante
mundial.
7mo.
Rayo. - Capricornio: La energía capricorniana produce la iniciación y el
vencimiento del materialismo.
3. En esta clasificación se observará que varias de las
constelaciones se hallan en uno o más triángulos de energía, demostrando que:
a. El 4to. rayo está relativamente inactivo.
b. El 7mo. rayo, igual que el 1ro., está activo en los tres puntos,
aunque Aries es el más potente y activo.
c. El 6to. rayo, como es de esperarse, es igualmente expresivo y
efectivo.
4. Cinco de las constelaciones -Tauro, Géminis, Libra, Escorpio y
Acuario- se hallan en uno de los distintos triángulos.
a. Tauro (4to. rayo) no está activo exotéricamente, porque el 4to.
rayo no está actualmente en manifestación.
b. Por medio de Escorpio, el 4to. rayo enfoca esotéricamente el
trabajo de los discípulos del mundo, preparándolos para la iniciación.
c. Géminis se encuentra solamente en el triángulo de 2do. rayo y, en
la actualidad, Virgo y Piscis llevan a cabo la tarea principal de transmitir
energía de 2do. rayo. Hoy el mundo está enfocado (espiritual o materialmente) y
las fluctuaciones de los pares de opuestos han disminuido mucho,
temporariamente. Por lo tanto, Géminis es el punto inactivo del triángulo,
aunque todavía potente desde el ángulo esotérico individual del discípulo o el
iniciado.
d. Libra también está relativamente inactivo en el triángulo de 3er.
rayo. Actualmente no hay un verdadero equilibrio, pero la oposición entre
espíritu y materia es tan violenta, que la fuerza de Libra está relativamente
pasiva. El 3er. rayo se expresa por intermedio de Cáncer, en lo que se refiere
a la masa, y de Capricornio, en menor escala, en relación con los discípulos
del mundo. Esotéricamente, Capricornio conduce a la exteriorización de los
Misterios.
e. Actualmente, Acuario no es el punto activo para la transmisión de
la energía de 5to. rayo. Sin embargo, en breve, cuando el Sol penetre más
plenamente en el signo de Acuario, el triángulo volverá a girar y llevará el
punto acuariano a una posición controladora.
5. Es conveniente recordar que el 5to. rayo rige la evolución de la
conciencia mediante la revolución de su triángulo: Leo, Sagitario y Acuario.
Esto acontece desde el ángulo del esfuerzo jerárquico, como ya lo he señalado.
A través de la evolución humana, este triángulo principal rige la relación
entre la humanidad y la Jerarquía, por intermedio de la mente y el acercamiento
de esa Jerarquía al centro humano de energía. Recordaré los siguientes hechos
respecto a ello:
El
acercamiento de la Jerarquía En la época
lemuriana.
Continúa
siempre
EL
PASADO El ímpetu dado entonces
todavía
persiste
Sagitario Desarrollo mental Instinto.
Intelecto. Intuición
El trabajo
del Maestro Masón Elevar a la humanidad
a la cima
del
monte de la Intuición.
El trabajo de
la Jerarquía Elevar
la conociencia de
la
masa
EL PRESENTE Capitalizar el ímpetu
original
de
este signo
Leo Desarrollo
síquico El
desarrollo del mecanismo de
respuesta
y la síntesis de la
percepción
interna
El Trabajo
del Aprendiz Aceptado Aprender a
adquirir conocimiento
La
realización de la Jerarquía La
autoconciencia de Leo cede su
lugar
a la conciencia
Acuario mundial
de Acuario.
EL FUTURO La fusión del centro humano y
la
Jerarquía
La expansión
del Alma El
reconocimiento de las relaciones.
El Trabajo
del Compañero Artesano La construcción y el servicio
prestado
al templo de la
humanidad
Desde
el punto de vista de nuestro tema (la evolución de la conciencia), nunca debe
olvidarse que la meta es llevar al Angel solar, el Hijo de la Mente (denominado
en La Doctrina Secreta el divino Manasaputra), al sitial de poder. Esta tarea
está preeminentemente confiada a las tres grandes Vidas que actúan por
intermedio de Géminis-Libra-Acuario.
Aquí
surge un punto de suma importancia, mejor dicho, una pregunta: ¿ Cómo un
insignificante planeta no sagrado puede ser considerado de tanta importancia,
como para que estas grandes Vidas se preocupen de desarrollar la mente de la
humanidad? La respuesta es que no se preocupan. Es la humanidad que -debido al
anhelo producido por las grandes energías que entran y salen- se preocupa del
problema del desarrollo mental. En último análisis, el problema de responder e
interpretar los contactos ambientales es el de todo planeta, especialmente de
los no sagrados; tal respuesta debe ser evocada no sólo en el cuarto reino de
la naturaleza sino en todos los reinos. En nuestro sistema solar la
sensibilidad al contacto constituye la cualidad dominante; está en proceso de
llegar a ser cósmicamente consciente; es impulsado por la necesidad y las
circunstancias cósmicas ambientales para desarrollar el amor-sabiduría,
palabras que describen y expresan el aspecto conciencia. Amor es respuesta al
contacto y esto -en el ser humano- significa comprensión, inclusividad e
identificación. Sabiduría implica habilidad en la acción, como resultado del
amor desarrollado y de la luz de la comprensión; es ser consciente de los
requisitos y de la capacidad para reunir, en una relación fusionada, la
necesidad y lo que la satisfará. Servicio es esencialmente un modo científico
de expresar amor-sabiduría, influido por cualquiera de los siete rayos, según
el rayo a que pertenece el alma del discípulo servidor. El problema concierne a
nuestro Logos planetario. Podría decirse (a fin de que el tema sea
comprensible) que el proceso evolutivo -desde el punto de vista del ser humano
común- consiste en hacer que el planeta no sagrado, nuestra Tierra, responda a
los impactos cósmicos, produciendo una integración interna más
interrelacionada, dentro del cuerpo logoico de expresión. Existen otros
propósitos, pero sólo después de la tercera iniciación el hombre comienza a
comprenderlos.
Estas
tres constelaciones, cíclica y eternamente, conducen al “Eterno Peregrino” a lo
largo del sendero del desenvolvimiento mental, y la etapa final de la evolución
mental tiene lugar en el sendero de iniciación. La iluminación, término
aplicado a esta etapa final, es la síntesis del instinto, el intelecto y la
intuición. Los estudiantes deben recordar que:
1. Géminis-expresa la relación de los pares de opuestos cuando
impulsan al hombre a la actividad y evocan su percepción mental. Con la ayuda
de los planetas regentes (Mercurio y Venus) la mente empieza a funcionar, y
cuando el planeta esotérico se expresa y transmite potencia, “el Mensajero y el
Angel intercambian sus puntos de vista”. (Venus y los divinos Manasaputras
están estrechamente relacionados. A.A.B.)
2. Libra-expresa el punto de equilibrio alcanzado, previamente a una
actividad secundaria, y al período en que la mente asimiló las experiencias
pasadas. Estos procesos, cuando son llevados a cabo con éxito, evocan la
intuición y ponen en actividad lo que se denomina la supermente, que es la
respuesta de la mente iluminada a la mente de Dios.
3. Acuario-expresa la actividad de la mente que ha sido iniciada en
los propósitos de la Mente Universal. Es el signo que lleva al alma a colaborar
en forma activa con el plan interno de Dios. A esto se lo denomina servir.
Por
lo tanto, tenemos grandes Triángulos de energía que afectan al mecanismo mental
de respuesta de la humanidad y al triángulo mencionado, concerniente al
desarrollo de la mente, y se le pueden agregar dos más:
1.
Tauro Deseo
el incentivo para el desarrollo evolutivo en el reino humano
I. 2. Escorpio Aspiración la clave
para la prueba del discípulo
3. Capricornio Iluminación la
liberación del iniciado
1. Sagitario Dirección expresión
de la intuición
II. 2. Cáncer Encarnación experiencia
de la realidad
3. Leo Autoconciencia Método
de desarrollo
Existen
otros triángulos mayores, y se los denomina “triángulos en la conciencia”. Como
bien se sabe, el triángulo Cáncer, Leo y Acuario, es el más importante en la
actualidad para el género humano, porque las influencias que afluyen a través
de estos tres signos son básicamente responsables del acrecentamiento de la
comprensión humana, y no sólo del desarrollo del mecanismo de respuesta del
hombre, la naturaleza forma, sino también de la ampliación de la percepción de
aquello con lo cual se entra en contacto. Este triple proceso, regido por las
tres constelaciones, produce finalmente la identificación con lo percibido como
esencia divina, subyacente en la forma. La identificación con lo que es el Yo
subjetivo y real, y el alejamiento de lo que es el no-yo, constituye la nota
clave de la cuarta iniciación.
De
ser consciente de la masa en Cáncer, el hombre se convierte en un individuo en
Leo, trasformándose la lenta e ignorante subconsciencia de rebaño, en la
autopercepción del hombre desarrollado La reacción instintiva cede el lugar a
la actividad intelectual consciente. A su vez, esta actividad dual cede el
lugar a la conciencia grupal, facultad conferida por la actividad acuariana;
entonces el hombre divino superconsciente trasciende su autoconciencia
limitada, y el intelecto es reemplazado por la intuición.
En
la etapa de desarrollo alcanzada por la conciencia humana, muy poco más puedo
decir sobre la Ciencia de los Triángulos. Me he referido a la estructura de
triángulos de luz viviente, movibles, enfocadores y transmisores, que deberá
subyacer (y eventualmente subyacerá) en el universo manifestado. He señalado
ciertas relaciones entre las diferentes constelaciones, los planetas esotéricos
y nuestra Tierra. He trasladado el acercamiento del estudiante de astrología,
del mundo de los acontecimientos tangibles, de los sucesos precipitados y las
características personales (que caracteriza a la astrología exotérica moderna)
al mundo de las energías condicionantes, de los incentivos controladores, de
los impulsos y de las causas, y así he establecido la base de una astrología
esotérica interna, que en el futuro deberá regir esta antigua ciencia. He
acentuado en la conciencia la red de luz y energía receptora de las fuerzas
zodiacales y de otras foráneas al sistema, y he señalado el primer esbozo de la
astrología del alma y de la conciencia humana en desarrollo. He presentado
algunos hechos esotéricos, que durante un tiempo deben permanecer como
hipótesis y teorías probablemente inaceptables para el astrólogo común; he hecho
enunciaciones necesariamente de naturaleza revolucionaria y por lo tanto
perturbadoras, a veces aparentemente falsas o basadas sobre premisas que niegan
todo lo que el astrólogo moderno ha desarrollado y hasta ahora ha apreciado. A
este respecto existen dos ideas básicas, en lo que se refiere a la astrología
del alma:
1. La reversión de la vida del discípulo en la Rueda de la Vida, por
cuyo medio su progreso es contrario a las agujas del reloj.
2. La influencia del signo ascendente que, según sostienen los
astrólogos esotéricos, indica la posibilidad y la dirección del alma, en
contraposición a la oportunidad de la personalidad, ofrecida por la naturaleza
del vehículo de respuesta.
Ambas
ideas son evidentemente revolucionarias y si a ellas se agrega la nueva serie
de regentes planetarios que he dado, no me sorprenderá que el lector sienta la
vastedad del tema astrológico. Sin embargo, esa fue la primera reacción que
esperé recibir de ustedes. La astrología debe argumentar ahora de lo universal
a lo particular, porque en el futuro ha de ocuparse del desarrollo del alma y
no del horóscopo de la personalidad, como hasta ahora.
En
este punto, quisiera recordarles que nada de lo que he expuesto se opone a la
confección del horóscopo de la personalidad, como se hace en el caso del hombre
común que sigue la Rueda de la Vida en el sentido de las manecillas del reloj.
Todo lo que he hecho es llevar la astrología, de la conciencia humana, del
ángel solar, del hijo de la mente, el hombre espiritual, al campo de la
investigación astrológica.
Al
finalizar este siglo, se demostrará que es verídico lo que he impartido,
especialmente en lo que se refiere a los discípulos, los aspirantes altamente
desarrollados y los iniciados. La antigua astrología exotérica persistirá aún y
demostrará su utilidad cuando se trate del hombre común, enfocado en la vida de
su personalidad y orientado hacia el mundo material.
Posteriormente
se logrará un gran progreso en la correcta comprensión de la astrología, cuando
estén disponibles ciertas nuevas meditaciones sobre los doce signos del
zodíaco. Cuando el mundo se apacigüe nuevamente, viva en forma más pacífica y
se ajusten las condiciones a un ritmo más estable, estas nuevas meditaciones
podrán constituir una útil y poderosa fuente para “la iluminación de la trama
de la vida” y el establecimiento de una vida espiritual más efectiva entre los
hombres.
El
problema de todos los discípulos es el mismo, es decir, vivir simultáneamente
la vida interna, agudamente sensible, y la del Peregrino en el sendero de la
vida, el ser humano en el mundo de los acontecimientos humanos; vivir la vida
grupal del discípulo consagrado y la vida masiva de la humanidad; cumplir con
su propio destino espiritual, por intermedio de una personalidad controlada y,
al mismo tiempo, participar plenamente de la vida de la humanidad en la Tierra
-esto no es una tarea fácil.
He
finalizado lo que creí posible comunicarles acerca de la Ciencia de los
Triángulos -ciencia que concierne a todo el diseño subjetivo de la
manifestación, cuyo significado está estrechamente interrelacionado con la
Trinidad de la manifestación. Otro nombre para esta ciencia es la Ciencia de la
Estructura Etérica o Sustancia. Siendo así, esta ciencia se ocupa de la vida,
la cualidad y la apariencia, en los tres mundos del Propósito y la Voluntad
divinos; por eso, lo único que puedo hacer en este tratado, es impartir ciertos
pensamientos simientes que -en fecha futura- florecerán como la básica Ciencia
de las Relaciones. Esta relación subjetiva será vertical y horizontal,
particular y universal, específica y general. Con el equipo mental actual de la
humanidad, todo lo que el hombre puede realizar es captar ciertos hechos y presentir
vagamente ciertas implicaciones e ideas intuitivas. Más tarde, percibirá
intuitivamente la estructura subyacente en las ideas y sentirá la síntesis
básica que la vida misma contiene. Hoy no podrán ir más allá de lo que he dado.
Pero
el corolario de la guerra cambiará todo esto. Cuando se haya llegado a
eliminar, en cierta medida, la tensión nerviosa y estabilizado nuevamente la
oscilación del movimiento del mundo, la humanidad se trascenderá a sí misma.
Los valores espirituales emergerán con más claridad, la realidad del mundo
interno ya no será puesta en duda, porque la acrecentada sensibilidad del
hombre le permitirá responder a la impresión superior y a la inspiración
interna; su capacidad para vivir la vida vertical del espíritu y la vida
horizontal de relación, aumentará en cada década.
Entonces.
la relación de la vida con la forma, del espíritu con el cuerpo, del alma con
la personalidad, se demostrará en el reino de la cualidad, y la cualidad del
aspecto divino inmediato. la conciencia crística, emergerá en forma no soñada
hasta ahora por ninguno de ustedes, ni siquiera por los pensadores más
avanzados. Es inútil hacer conjeturas sobre ello. Sólo el tiempo servirá para
demostrar la veracidad del panorama que he descrito y la validez de la estructura
espiritual interna. Esta estructura siempre ha existido, pero ha sido
pesadamente revestida por los deseos materialistas de la humanidad. Una gruesa
costra (si puedo emplear tal palabra) de formas mentales vela y oculta el reino
interno de la belleza y el significado de la cualidad y de la conciencia
espiritual. Esta costra está siendo desprendida de acuerdo a la actual
condición catastrófica del mundo. Al terminar la guerra actual, los hombres
sentirán como si nada les quedara y como si hubieran sido privados y despojados
de todo lo que hace a la vida digna de vivirse -pues han dependido demasiado
del denominado alto nivel de vida. Pero estas actitudes servirán de escalones a
una nueva vida y a un mejor y más sencillo modo de vivir; se liberarán nuevos valores
que los hombres comprenderán y se revelarán nuevas metas. Llegará el día, en la
experiencia humana, en que el hombre mirará retrospectivamente los siglos de
preguerra y se extrañará de su ceguera, asombrado de su pasado egoísta y
materialista. El futuro brillará con mayor gloria, aunque existirán las
dificultades, los problemas incidentales al reajuste mundial y las nuevas
relaciones entre el hombre espiritual y su ambiente material, se comprobará que
el futuro será lo mejor que se ha vislumbrado hasta ahora. Surgirán
dificultades en todos los planos hasta la última iniciación, pero la
destructividad del proceso de la vida nunca será nuevamente tan potente. La
razón de esto se debe a que la humanidad está emergiendo muy definidamente de
la esclavitud de la materia; en tales casos la destrucción a la par del impacto
producido por el espíritu al descender sobre la materia opositora. Reflexionen
sobre este enunciado.
CAPITULO IV
LOS
PLANETAS SAGRADOS Y LOS NO SAGRADOS
Como se han de imaginar, poco puedo decir sobre este tópico, pues
concierne a uno de los grandes y principales misterios de la iniciación. Trata
y se relaciona con el estado espiritual de los Logos planetarios, esos grandes
Seres en quienes todas las formas de vida de los planetas viven, se mueven y
tienen su ser. Se ocupa de Sus estados evolutivos, de Sus metas y objetivos en
el Sendero cósmico y de la iniciación, para la cual Ellos -en su vivencia
incomparable e incomprensible- se están preparando.
Puede
decirse fundamentalmente que un planeta es considerado sagrado cuando la Vida
espiritual que lo anima ha recibido cinco iniciaciones cósmicas mayores y se
considera no sagrado aquel cuyo Logos planetario no ha recibido tales
iniciaciones. Esta definición es inadecuada y sólo podrán comprenderla si
tienen presente que la iniciación es el proceso por el cual se desarrolla la
inclusividad.
1.
El Hombre está llegando a ser incluyente en
sentido planetario; las cinco iniciaciones mayores oportunamente lo llevan a
un campo de percepción, infinitamente más allá de todo lo que él puede concebir
en la actualidad. Estas iniciaciones le otorgan la “libertad en el planeta”.
Entonces, responde a todos los estados de conciencia dentro del círculo
infranqueable planetario, llegando a ser sensible a la percepción
extraplanetaria.
2.
El Logos de un planeta no sagrado está llegando a
ser incluyente en Su conciencia, respecto a todo lo que se halla dentro del
“círculo infranqueable” solar. Está estableciendo una “relación comprensiva”
esotérica con todo lo que vive dentro del cuerpo de manifestación de un Logos
solar y también expresando una respuesta sensible a la cualidad de la Vida que
anima al Sol Sirio. El Logos ha recibido tres iniciaciones cósmicas.
3. El Logos de un planeta sagrado
trasciende los conocimientos, las reacciones y las respuestas que son
estrictamente las del sistema solar; es consciente de, y responde vitalmente a
la vida de Sirio, y comienza a responder conscientemente a las influencias
vibratorias de las Pléyades. En conexión con esto es necesario tener en cuenta
que las Pléyades -aunque se considera que personifican el aspecto materia de la
manifestación- son en realidad y literalmente la expresión de ese Principio de
la Vida que llamamos vitalidad, prana en sus diferentes etapas o grados, éter o
sustancia. El Logos de un planeta sagrado ha recibido cinco iniciaciones
cósmicas.
4.
El Logos de un sistema solar es denominado
esotéricamente el “Triángulo Sagrado de Omnincluyente Fuerza”, porque este
gran Ser incluye dentro de Su enfocada percepción los campos de expresión de
la Osa Mayor, las Pléyades y Sirio, que son para Él, lo que los centros
cardíaco, coronario y laríngeo son para el iniciado avanzado de este planeta.
Ha recibido esas iniciaciones sobre las cuales ni el iniciado más avanzado de
nuestra Tierra tiene el menor concepto. Recuerden que en otra parte he dicho
que hay aspectos y características divinas que aún no han sido totalmente
revelados ni a la más avanzada humanidad. Ningún ser humano que no haya
recibido la tercera iniciación puede percibir tenuemente y difícilmente
reaccionar a estos factores que subyacen en la existente manifestación divina.
Hoy apenas ha empezado a comprender la significación de la voluntad y su
diferencia con la determinación, la fortaleza y la intención fija. Así como no
tendría ningún significado explicarle al salvaje, en lo más oscuro de las zonas
no desarrolladas del mundo, qué es la intuición, o la naturaleza de la
revelación eterna; tampoco tendría significado para ustedes explicarles qué
son estos desconocidos atributos divinos. Todo lo que pueden llegar a
comprender (y eso con la máxima dificultad) son los tres aspectos divinos
-voluntad, amor e inteligencia. Existen otros, porque nuestro Logos es un Ser séptuple
y los cuatro aspectos restantes no han sido revelados todavía a la humanidad,
aunque sí, sentidos por la Jerarquía. Estos son “objetivos de la espiritual
atención esotérica” de los Logos, dentro de Su “círculo infranqueable”.
Por lo
tanto, verán que este capítulo que ahora emprendemos, será necesariamente
breve, porque consideraremos factores que deben continuar siendo
incomprensibles Por consiguiente, sería pérdida de tiempo tratar extensamente
este tema, tanto para ustedes como para mí.
Podrán obtener
alguna comprensión de la diferencia que existe entre un planeta sagrado y otro
no sagrado, si se dan cuenta de que existe una analogía paralela entre la
conciencia del iniciado (hasta la tercera iniciación inclusive) y la conciencia
del Logos de un planeta no sagrado. Alma y cuerpo, conciencia y forma, se
mezclan, teniendo lugar una definida fusión. Dos aspectos divinos están en
proceso de relacionarse íntimamente. El discípulo efectúa esta relación dentro
de su pequeño sistema, y el Logos planetario lo hace en una escala mucho mayor
dentro de su campo de influencia y control. Durante este proceso lleva consigo
los cuatro reinos de la naturaleza. Para ambas vidas -micro y macrocósmica-
esta fusión trae la Transfiguración, la tercera iniciación. El Logos de un
planeta sagrado ha continuado el trabajo divino y se ocupa de sintetizar la
tarea en un solo ente que responde y actúa conscientemente sobre el aspecto
superior divino, el de la Mónada, el aspecto voluntad. Cuando esto se realiza,
la voluntad, el amor y la inteligencia, están fusionados, y el espíritu, el
alma y el cuerpo, se han unificado. Entonces la cualidad de la divina
expresión constituirá el propósito divino, impulsado por la voluntad, motivado
por el amor y llevado adelante por la inteligencia.
Los
astrólogos deberían observar que, en su trabajo, no han considerado debidamente
(al tratar con las doce casas o mansiones del alma) si el planeta es sagrado o
no. El efecto de las influencias de un planeta sagrado es muy distinto del de
las de un planeta no sagrado, pues uno afectará principalmente la vida en los
tres mundos, mientras que un planeta sagrado será de valor en los procesos que
afectan la fusión del cuerpo y del alma, de la conciencia y de la forma, y
también activará la intuición (el alma espiritual), aspecto inferior de la
Mónada. Como bien saben, los planetas sagrados son siete:
1.
Vulcano
2.
Mercurio
3.
Venus
4.
Júpiter
5.
Saturno
6.
Neptuno
7.
Urano
Los
planetas no sagrados son cinco:
1.
Marte
2.
La Tierra
3.
Plutón.
4.
La Luna, que oculta un planeta.
5.
El Sol, que vela un planeta.
Resulta
interesante observar aquí, que los planetas no sagrados rigen las casas
primera, cuarta, quinta y octava, en el zodíaco menor. La Tierra es también un
planeta no sagrado. Por lo tanto, ‘existen cuatro planetas no sagrados que
controlan o rigen a un quinto planeta no sagrado -analogía de los cuatro
aspectos del hombre inferior. Tenemos así, primero, el cascarón físico externo,
el cuerpo etérico o vital, el cuerpo astral y el cuerpo mental, más una fusión
con el quinto cuerpo, la personalidad. Se evidencia con claridad la tarea de
nuestro Logos planetario y la de los seres humanos avanzados. Considerado desde
una actitud más amplia y sintética, tenemos cuatro reinos de la naturaleza, más
el quinto reino oculto, el reino de Dios. Desde otro ángulo tenemos:
Aries-regido
por Marte.
Cáncer-regido
por la Luna, que oculta un planeta sagrado.
Leo-regido
por el Sol, que vela un planeta sagrado.
Escorpio-regido
por Plutón.
Observarán
que menciono aquí a Plutón y no a Marte, como planeta no sagrado que rige a
Escorpio. La razón estriba en que hay una relación entre Marte y Plutón,
análoga a la de Venus y la Tierra. Hablando esotéricamente, Marte es el alter
ego de Plutón; la actividad de Plutón en la actualidad y en este ciclo mundial
menor es muy importante debido a su acercamiento esotérico a la Tierra,
impelido a ello porque su vida ha sido vivificada por un despliegue de energía
marciana. La Tierra, Marte y Plutón forman un triángulo interesante, teniendo a
Venus detrás de la escena, actuando como lo hace el alma impelente hacia una
personalidad que se integra rápidamente. Cuando se confecciona el horóscopo,
debe recordarse que este triángulo indica una relación y una posibilidad que
puede constituir (aunque no a menudo) un importante factor determinante, antes
de entrar en el sendero de probación. Las cuatro casas, regidas por los cuatro
planetas no sagrados (sin contar al Sol), son “casas de la personalidad, orientadas mundanamente”, y la razón de esto no está
muy lejos. Las siete casas restantes, regidas por los siete planetas sagrados
no son tan estrictamente materialistas ni están tan exotéricamente orientadas,
aunque las doce indican limitación, o lo que impide que el Morador de la
mansión expanda su conciencia, si se deja aprisionar por ellas. Por otra parte,
ofrecen una oportunidad si está orientado hacia la vida superior.
Quisiera
señalar nuevamente que Marte es el transmisor de la fuerza de sexto rayo y esto
hace que la primera casa de actividad que corresponde al cuerpo físico sea la
del devoto que lucha por lo que desea o aspira. El guerrero, consagrado a una
causa, viene a la existencia en el campo de acción, la Tierra, que es en sí
misma una expresión del tercer Rayo de Actividad Inteligente. Aries, la primera
casa, Marte y la Tierra, inician el conflicto, enfocado en una forma.
Repito, la
Luna es el regente de Cáncer, está relacionada con el cuarto rayo y rige la
cuarta casa. He aquí una idea de que la forma custodia la esencia espiritual
viviente, el hogar, aunque el hogar sea el cuarto aspecto inferior de la
personalidad, el cuarto reino de la naturaleza, pero todos regidos por el
cuarto Rayo de Armonía a través del Conflicto -armonía que debe lograrse dentro
de la forma, en la Tierra.
El Sol, el
transmisor de la energía de segundo rayo, rige la quinta casa o mansión del
alma, el cuerpo causal en este caso; la fuerza de Leo está también implicada,
la fuerza del alma autoconsciente. El hombre espiritual, consciente de su
identidad en esta casa expresa: “Soy la causa eterna de toda relación. Soy y
existo”. El hombre comprende el dualismo del segundo rayo, el personificado
quinto principio, primero en la quinta casa.
Plutón, que
trasmite energía de primer rayo, rige a Escorpio, el signo del discipulado, del
hombre preparado para la fusión, obtenida mediante la influencia de los
planetas sagrados, y rige la casa de las principales separaciones y de la
muerte. “La flecha de Dios perfora el corazón y tiene lugar la muerte”. A este
respecto debe recordarse que la muerte es producida definitivamente por el
alma. El alma lanza la flecha de la muerte. (La flecha que apunta hacia arriba
es el símbolo astrológico de Plutón).
Sólo en el
ciclo actual el Sol y la Luna “velan” a ciertos planetas y son los símbolos
exotéricos de ciertas fuerzas esotéricas. A medida que sigue la evolución, los
planetas no estarán velados ni sus influencias serán tan remotas. En la
actualidad, el mecanismo de la mayoría de la familia humana no está sintonizado con la recepción de los rayos desde Vulcano, Urano y Neptuno,
mientras que Plutón actualmente, sólo evoca respuesta. de los grupos, o esos
discípulos que están suficientemente evolucionados como para responder
correctamente. Los tres planetas velados -Vulcano, Urano y Neptuno-, son
sagrados y personifican las energías de los rayos primero, séptimo y sexto.
Vulcano no es un regente exotérico, y únicamente entra en actividad cuando un
hombre se halla en el sendero, mientras que Urano y Neptuno son regentes de las
casas undécima y duodécima y rigen a Acuario y a Piscis. Creo que las
implicaciones son claras.
No intento
considerar las casas en detalle. Los astrólogos modernos lo han hecho en forma
relativamente satisfactoria, pues las casas se refieren a la prisión del alma y
a sus limitaciones, y con éstas hay una amplia familiaridad. Como saben, me
ocupo de la astrología del alma y de las influencias de los planetas esotéricos.
Sin embargo, haré tres sugerencias:
1.
Si el astrólogo investigador sustituye los
planetas exotéricos ortodoxos (que ya enumeré en conexión con estos signos del
zodíaco) por los esotéricos, obtendrá gran información instructiva y (si
persevera) verificará mis ideas.
2.
Si distingue los efectos entre los planetas
sagrados y los no sagrados, hallará que los planetas sagrados se esfuerzan por
fusionar la personalidad y convertirla en el instrumento del alma y que los
planetas no sagrados influyen más específicamente sobre la naturaleza forma;
entonces podrá afluir mucha luz sobre la atracción de los pares de opuestos.
3.
Si estudia la “zona fluida” donde los planetas
velados por el Sol y la Luna entran en juego, y comprende que él debe decidir
(por el estudio del mapa del sujeto y cualquier conocimiento que pueda tener)
cuál es el punto alcanzado en la evolución y cuál de los tres planetas velados
es el regente, obtendrá mucha comprensión intuitiva. Hallará que es capaz de
arrojar mucha luz sobre el problema del discípulo en probación, cuando
considera la influencia de los regentes exotéricos y los. problemas de los
discípulos al tratar los regentes esotéricos.
Si el
astrólogo considera estos tres puntos y está dispuesto a experimentar con
ellos, habrá dado un gran paso en la revelación de la astrología del alma.
También será útil establecer las analogías superiores de las realidades
materiales representadas por las casas. Proporcionaré alguna idea sobre las
analogías relacionadas con las dos primeras casas:
Primera
Casa:
Cuerpo
físico o forma. - El cuerpo causal del alma.
Apariencia
o manifestación. - El surgimiento del alma.
La cabeza.
El cerebro. - El centro coronario.
Actividad
personal. - Expresión del alma.
Modalidades,
etc. - Tipos y cualidades de rayo.
Segunda
Casa:
Finanzas. -
Intercambio monetario. - Prana.
Gastos. -
Empleo de energía.
Posesiones.
- Control de la forma.
Pérdidas. -
Abandono de la materia.
Ganancias.
- Adquisición de poderes espirituales.
Ustedes
pueden establecer las otras diez casas por sí mismos. Resulta interesante
observar, por ejemplo, en relación con la segunda casa (y la misma idea puede
ser aplicada a todas) que Tauro, la madre de la iluminación, y Venus, que
otorga la mente -más el alma ya incorporada, están relacionados y activos en
esta casa. La luz de la materia y la luz del alma están implicadas en el empleo
de la energía y en el problema de lo que se desea, o lo que se considera
perdido y el objetivo alcanzado. Por lo tanto, es la casa de los valores
espirituales o materiales.
1. Los
Centros, los Rayos y los Signos.
Vamos ahora
a considerar -en forma breve e inadecuada, pero espero que sea sugestivo- los
centros tal como se relacionan los planetas, observándolos como expresiones y
transmisores de las influencias de rayo.
Se darán
cuenta que me refiero sólo a la interacción entre los planetas y los centros,
en lo que se refiere al hombre, y lo hago en un sentido amplio y general,
porque esa interacción depende:
1.
Del grado de evolución.
2.
De si el enfoque de la vida se halla:
a.
Abajo del diafragma.
b.
Arriba del diafragma.
c.
En proceso de trasferible de lo inferior a lo
superior.
3.
Los rayos de la personalidad y del alma.
4.
La condición de los centros, ya despiertos,
despertándose o pasivos.
Unicamente
son posibles estas generalizaciones, dada la vastedad del tema y los incontables
detalles en el mundo de los efectos. Otra dificultad reside en que así como
existen siete centros principales, existen doce planetas que condicionan a los
centros en tiempo y espacio. Los centros de los iniciados están regidos
únicamente por los siete planetas sagrados; en el hombre común dominan algunos
de los planetas sagrados y no sagrados. En el hombre no evolucionado,
controlan los cinco planetas no sagrados, y los centros cardíaco y coronario
están regidos por dos planetas sagrados, determinados por los rayos del alma y
de la personalidad. Debido a que el tipo del rayo no aparece hasta no haber
obtenido un desarrollo avanzado, es evidente que el tema se complica aún más, y
las aseveraciones dogmáticas no serán posibles hasta el momento en que el astrólogo
esté seguro de cuáles son los dos rayos principales del sujeto. No obstante
pueden hacerse ciertas afirmaciones básicas:
1.
Todos los centros están regidos por uno de los
rayos.
2.
Los rayos emplean a los planetas como agentes
transmisores y sabemos qué rayos -en este ciclo mundial- están relacionados
con los diferentes planetas, que fueron dados anteriormente, y son:
1. Vulcano 1er, rayo 1. Marte 6to. Rayo
2. Mercurio 4to. rayo 2. La
Tierra 3er, rayo
3. Venus 5to. rayo 3. Plutón ler. Rayo
4. Júpiter 2do. rayo 4. La Luna 4to. Rayo
5. Saturno 3er.
rayo (que oculta un planeta)
6. Neptuno 6to.
rayo 5. El Sol 2do.Rayo
7. Urano 7mo.
rayo
3.
La humanidad común está regida por los planetas
exotéricos, y la humanidad avanzada, los discípulos y los iniciados, por los
planetas esotéricos.
4.
El signo del Sol -con los regentes exotéricos
planetarios- rige la personalidad, indica la herencia y el equipo, y resume lo
que ha sido, proporcionando así el trasfondo.
5.
El signo ascendente, con los regentes esotéricos
planetarios, indica el propósito del alma y señala el camino para el futuro,
ofreciendo la oportunidad.
6.
El horóscopo, erigido alrededor del signo del Sol,
es adecuado para la humanidad común. Los planetas exotéricos rigen al hombre
que vive dentro de las limitaciones de las doce casas.
7.
El horóscopo erigido alrededor del signo
ascendente, teniendo como regentes a los planetas esotéricos, comunicará el
destino del discípulo. Como ya he expresado, el discípulo responderá más tarde
a las influencias de los doce brazos de las tres Cruces, a medida que ejercen
sus influencias por intermedio de los regentes planetarios esotéricos, por
conducto de las doce casas.
8.
El signo del Sol, regido por los planetas
esotéricos regentes y el signo ascendente, regido también por los planetas
esotéricos, pueden emplearse ambos al confeccionar el horóscopo del iniciado;
cuando se superponen, aparecerán la vida externa del iniciado en los tres
mundos y la vida interna de la realización subjetiva. Este método de
superposición será una de las características de la nueva astrología.
9.
Si se establece en un mapa el signo del Sol, con
los regentes. exotéricos y el signo ascendente, con los regentes esotéricos en
otro, y si ambos se superponen, entonces aparecerá el problema del discípulo en
una encarnación dada.
Si se
agregan estos enunciados a los tres dados anteriormente, tendrán doce sugerencias
respecto a las líneas que debe seguir la nueva investigación astrológica,
proporcionando una prueba de la exactitud de la deducción astrológica y la
garantía de la verdad de lo que expongo.
Resulta
imposible determinar cuál de las influencias planetarias condicionan los
centros en el cuarto reino de la naturaleza o en la Tierra (considerándola como
el vehículo del Logos planetario) como también en el hombre, el individuo, a
no ser que se conozca su grado de evolución, o determine en qué etapa del
Sendero de Retorno se halla el Morador de la forma -macro y microcósmica. El
tema cambia constantemente, así como el ser humano individual cambia su enfoque
o actúa primero en una zona de su “cuerpo de fuerza” (los tres cuerpos
sustanciales) y luego en otra.
Cada
personalidad que cambia ve entrar un rayo de fuerza distinta, y cada rayo rige
o trasmite su fuerza por intermedio de uno de los siete centros; el signo del
Sol será diferente en cada encarnación, conduciendo, lógicamente, a un signo
ascendente distinto y, por lo tanto, a una serie completamente nueva -de
influencias planetarias. Así los centros del cuerpo vital quedarán bajo
distintas presiones y estímulos. El estímulo aplicado puede en una vida tender
a vivificar el plexo solar, o a impulsar sus energías hacia arriba a un punto
más elevado de transferencia, el centro cardíaco. En otra puede vérselo
enfocado en el centro laríngeo y, por una actividad indirecta, afectar al
centro sacro -de acuerdo a la esencial Ley de Atracción-, produciendo una
elevación de la fuerza al foco creador superior.
Como
teóricamente saben, la Ciencia del Ocultismo es la Ciencia de las Energías y de
las fuerzas sobre las cuales ellas hacen su impacto; esto, cuando concierne al
hombre, el individuo, y a los centros dentro del vehículo humano (mayores y
menores), conducen a la Ciencia del Laya Yoga, o ciencia de los centros de
fuerza. También éstos, de acuerdo a la deducción astrológica, quedan bajo la
influencia de ciertos regentes planetarios, que a su vez los relacionan con
ciertos grandes Triángulos de Fuerza, formados por tres principales
constelaciones condicionantes. A ello se debe el énfasis puesto sobre la
Ciencia de los Triángulos y su incluyente Ciencia de la Astrología Esotérica,
la cual debe inevitablemente erigirse en términos de energía, recibida, transferida
y empleada, y arrojar luz sobre los factores abstrusos que condicionan los
centros y llevan al hombre a ser lo que es en un momento dado, siendo veraz la
afirmación de que el mundo del ocultismo es el mundo de las energías, de las
fuerzas, de su origen, de su punto de impacto y de los métodos para su
asimilación y transferencia, o eliminación. Sin embargo, a no ser que exista
algún método científico de captación, algún modo de adaptar la vida a estos
factores y algún proceso de experimentación, a fin de comprobar el hecho, la
enunciación es relativamente inútil para el ser humano inteligente, resultando
una hipótesis que debe ser comprobada o no. El hombre que trata de dominar su
naturaleza inferior y tiene como meta expresar su divinidad innata, necesita el
hilo dorado por el cual hallar el camino que lo saque de las cavernas de la
confusión y de las zonas de especulación y de exploración. La Ciencia de la
Astrología Esotérica y sus ciencias subsidiarias, proporcionarán con el tiempo
este proceso de investigación, deducción y comprobación. La base ha sido
establecida. Lo que aquí expongo puede constituir otro paso y arrojar más luz.
Podría decirse que hasta que no se esté construyendo definidamente el
antakarana (el puente de luz entre las mentes superior e inferior, entre la
Tríada espiritual y la triple personalidad), estas ciencias permanecerán a
oscuras para el intelecto común. Sin embargo, cuando la intuición pueda entrar
en acción, por conducto del antakarana, la luz empezará a afluir gradualmente.
El mundo debe comenzar a aceptar y dar importancia a las conclusiones a que
llegan los intuitivos, pues ellos han dado siempre los necesarios primeros pasos,
en el desarrollo de la conciencia humana. La complejidad de los detalles es
principalmente responsable de la confusión. La intuición (tal como el filósofo
la comprende) es la capacidad de llegar al conocimiento por medio de la
actividad de algún sentido innato, aparte de los procesos del razonamiento o de
la lógica. Entra en actividad cuando los recursos de la mente inferior han sido
empleados, explorados y agotados. Sólo entonces empieza a entrar en acción la
verdadera intuición, es el sentido de síntesis, la capacidad de pensar en
términos del todo y entrar en contacto con el mundo de las causas. Cuando esto
llegue a ser posible, el astrólogo investigador hallará que las complejidades
del problema desaparecerán y los detalles se encasillarán de tal manera que la
suma total aparecerá con una exactitud asombrosa. Según el proverbio, los
árboles impiden que los estudiantes puedan ver el bosque, y el proverbio es
exacto. Estas ciencias se interpretan mutuamente.
Durante el
ciclo de vida de la humanidad por el cual estamos pasando ahora, vemos en
relación a los centros y los rayos y a los centros y los planetas, que los
centros están regidos por los rayos siguientes:
1. Centro Coronario primer rayo Plutón.
2. Centro Ajna quinto
rayo Venus.
3. Centro Laríngeo tercer
rayo La Tierra.
4. Centro Cardíaco segundo
rayo El Sol
5. Centro Plexo Solar sexto
rayo Marte.
6. Centro Sacro séptimo
rayo Urano.
7. Centro en la base de la columna
vertebral, primer rayo Plutón.
1. Centro Coronario primer rayo Vulcano.
2. Centro Ajna quinto
rayo Venus.
3. Centro Laríngeo tercer
rayo Saturno.
4. Centro Cardíaco segundo
rayo Júpiter.
5. Centro Plexo Solar sexto
rayo Neptuno.
6. Centro Sacro séptimo
rayo Urano.
7. Base de la columna vertebral
primer rayo Plutón.
A estos
rayos debe añadirse (en los dos grupos de seres humanos) el cuarto rayo que rige a la humanidad como
centro en el cuerpo del Logos planetario, llevando así todas las influencias de
rayo a una séptuple corriente de energía, que actúa sobre el yo inferior en los
tres mundos, o sobre quienes están entrando en el quinto reino de la naturaleza,
o forman parte de él. Intensificando el problema de la humanidad como un todo,
existe el problema del individuo dentro de ese todo. A las influencias a que
está sujeto como individuo por su pasado y su propio horóscopo particular, y a
las que participa como integrante del cuarto reino de la naturaleza, deben
agregarse los efectos de sus dos rayos principales (personal y egoico). Éstos
indican el tipo del mecanismo y la cualidad del alma. No debe olvidarse que sus
siete centros están en estrecha relación con los centros planetarios y que está
condicionado no sólo por los centros de su propia naturaleza y sus rayos, sino
por los centros que se hallan dentro del reino humano y también por los
planetarios, los cuales Consideraremos a continuación
2. Las
Razas, los Rayos y los Signos.
Este tema
es de interés general y no de importancia individual. Arguyendo como debe
hacerse siempre desde lo universal a lo particular, es esencial que la
humanidad relacione su propio mecanismo con el mecanismo mayor por medio del
cual funciona la Vida planetaria, y vea a su alma como una parte infinitesimal
del alma del mundo. Por lo tanto, es necesario que relacione su signo del Sol
con su signo ascendente y su alma con su personalidad, considerando a ambos
como aspectos y partes integrantes de la familia humana, y esto sucederá en
forma acrecentada. Este proceso comienza a manifestarse en la constante
expansión de la conciencia grupal, nacional y racial, que la humanidad
demuestra en la actualidad -conciencia que se expresa como inclusividad
espiritual (desde el punto de vista del alma) o como una tentativa anormal y
maléfica de fusionar y unificar todas las naciones en un solo orden mundial,
basado en cuestiones materialistas y dominado por una visión materialista. Nada
espiritual había en la visión de los conductores de las denominadas potencias
del Eje. Pero la intención espiritual del género humano se va acrecentando
lentamente y la gran Ley de los Contrastes traerá eventualmente la iluminación.
Me he
referido a la actual situación mundial, porque si lo que tengo que decir no
tuviera un valor práctico durante este siglo del
destino, podría dedicarme a otros modos y métodos de elevar la conciencia
humana. Pero existen quienes ven con toda claridad los resultados y aplican
debidamente las verdades impartidas, y para ellos escribo.
Nuestro
tema concierne a los centros planetarios, los rayos y los signos que los rigen
y controlan. Ante todo, quisiera llamarles la atención sobre los’ siguientes
hechos, que merecen ser repetidos:
1.
Nuestra Tierra, por ser un planeta no sagrado,
está en proceso de convertirse en un planeta sagrado, lo cual significa un
intervalo de convulsiones, caos y dificultades.
2.
Esta transferencia de los estados inferiores de
conciencia, expresados por intermedio de los centros inferiores, a un estado
superior, puede tener lugar y lo tendrá, en este período mundial y en este
siglo, si la humanidad lo desea, si las fuerzas de la Luz triunfan y si el
nuevo orden mundial viene a la existencia. Esto lo hará si se aprenden las lecciones
de la guerra y le sigue como resultado la correcta acción.
3.
Tres factores deben tenerse en cuenta, y son:
a.
El entero problema es tan vasto que la conciencia
humana no puede captarlo, porque concierne a la experiencia de la vida y a un
punto de crisis en la vida del Logos planetario.
b.
Él, el Señor del Mundo, está liberando nuevas
energías sobre el aspecto forma, es decir, en la Vida y las vidas de los
distintos reinos de la naturaleza. Por estar la humanidad muy desarrollada
-desde el ángulo del mecanismo de la conciencia- constituye el punto de mayor
respuesta. El reino mineral, debido al excesivo empleo de su forma para
satisfacer las necesidades de la guerra -municiones, barcos, aviones, etc.-
está siendo profundamente afectado, así como los edificios, por ejemplo, en las
ciudades devastadas; el reino vegetal está casi tan profundamente afectado
como el anterior, debido a la destrucción de vastas zonas de bosques, campos y
amplios espacios de vegetación.
c.
La fuerza de Shamballa, rigiendo su trabajo de
destrucción, es un aspecto de la voluntad y de la intención del Logos
planetario, pero su primer y principal efecto ha sido estimular la voluntad al
poder y la voluntad de poseer de determinados grandes
grupos no espirituales. Más adelante, este aspecto de la voluntad evocará la
voluntad al bien y la voluntad de construir, y la humanidad responderá a ella
en vasta escala. Por eso el mal que ahora es diseminado por los opositores de
las Fuerzas de la Luz, será neutralizado por la intención fija de los hombres y
mujeres de buena voluntad de trabajar por el bien del todo y no para
determinada parte.
Por lo
tanto, podría decirse que, en realidad, lo que sucede hoy en el mundo es la
transferencia de la energía del plexo solar planetario al centro cardíaco
planetario. Las fuerzas de la voracidad, de la agresión, del espejismo y de la
codicia, serán transmutadas en la hoguera del dolor y la terrible agonía y
serán elevadas al centro cardíaco. Allí se transformarán en poder de
sacrificarse, en dedicación incluyente, en una clara Visión de la totalidad y
en colaboración que es un aspecto del principio de participación
Al decir
esto no hablo en forma idealista ni mística. Estoy señalando la meta inmediata,
indicando un problema de nuestra Deidad planetaria y dando la clave de un
proceso científico que se lleva a cabo ante nuestros ojos y se halla hoy en un
punto de crisis.
Como ésta
es la quinta raza raíz o Aria (y no aplico este término en el sentido
germanófilo materialista y falso), existen hoy en el cuerpo de Aquel en Quien
vivimos, nos movemos y tenemos nuestro ser, cinco puntos focales de energía
espiritual, expresándose por intermedio de cinco centros, que han despertado en
ese cuerpo, y son:
1.
Ginebra. - El continente europeo.
2.
Londres. - La Comunidad Británica de Naciones.
3.
Nueva York. - El continente americano.
4.
Darjeeling - Asia central y occidental.
5.
Tokio. - El lejano Oriente.
Actualmente
estos cinco centros están siendo estimulados y vitalizados en forma anormal y deliberada
La energía que fluye de ellos está afectando profundamente al mundo y
constituyendo una gran esperanza para el futuro, pero produciendo efectos
destructores y desastrosos en lo que se refiere al aspecto material de la vida
humana. Hay dos centros en la Vida planetaria que están todavía relativamente
pasivos, en lo que atañe a cualquier efecto mundial, a los cuales no les asigno
ningún otro punto focal, fuera de señalar que algún día se descubrirá uno
dentro del continente africano y, mucho después (varios millones de años), otro
será descubierto en la región de Australia. Sin embargo, sólo nos conciernen
los cinco centros de esta quinta raza raíz.
La fuerza
que el centro de Ginebra está expresando (sin ningún efecto, aunque más tarde
se producirá un cambio) es la de segundo Rayo de Amor-Sabiduría, con su
principal énfasis puesto sobre la cualidad de la inclusividad. Atañe a la
“unión por medio del amor fraterno” y a la expresión del servicio. Este centro
planetario, que condiciona a esa pequeña nación, Suiza, ha tenido un poderoso
efecto sobre ese país; un estudio de esto demostrará la posibilidad futura del
mundo, cuando la afluencia de su energía esté menos obstruida. Ha producido la
fusión, en forma grupal, de tres tipos raciales poderosos, pero no mediante una
mezcla como en los Estados Unidos; ha permitido que dos sectores relativamente
antagónicos de la fe cristiana actuaran juntos con un mínimo de fricción; ha
hecho que en Ginebra se originara la Cruz Roja -esta actividad mundial actúa
imparcialmente con los nativos de todos los países y a favor de los prisioneros
de todas las naciones- y albergó a ese penoso aunque bien intencionado
experimento que se denominó Liga de las Naciones; ha protegido a ese pequeño
país del golpe agresivo de las potencias del Eje. El lema o la tónica de este
centro es “Trato de fusionar, mezclar y servir”.
La fuerza
centrada en Londres es de primer rayo, Rayo de Voluntad o Poder, en su aspecto
constructivo y no destructivo.
El servicio
a la totalidad se está ensayando a un alto costo, y el esfuerzo consiste en
expresar la Ley de Síntesis, lo cual constituye el nuevo énfasis que afluye
desde Shamballa. De allí que los gobiernos de muchas naciones hallaron asilo en
Gran Bretaña. Análogamente, si triunfan las Fuerzas de la Luz, por la colaboración
de la humanidad, la energía que se expresa mediante este poderoso imperio será
potente para establecer un orden mundial de justicia inteligente y una
equitativa distribución económica. La nota clave de esta fuerza es “Sirvo”,
como lo he señalado anteriormente en este tratado (véase la última página del
Tratado sobre los Siete Rayos, T. 1.).
La fuerza
que se expresa por intermedia del centro ubicado en Nueva York, es de sexto
Rayo de Devoción e Idealismo. De allí los conflictos prevalecientes en todas
partes, entre las diversas ideologías, y el conflicto mayor entre quienes
representan el gran ideal de la unidad mundial, llevado a cabo por el esfuerzo
unido de las Fuerzas de la Luz, respaldadas por el esfuerzo colaborador de
todas las naciones democráticas y la actitud materialista y separatista de
quienes tratan de impedir a los Estados Unidos asumir su responsabilidad y su
lugar correcto en los asuntos del mundo. Si triunfa en su esfuerzo, este último
grupo negará a los Estados Unidos la parte que le corresponde de “los dones que
aportarán los dioses en la era venidera de paz que vendrá después de este
momento de suspensión crítica”, según reza en El Antiguo Comentario. El sexto
rayo es militante y activo o místico, pacífico y actualmente fútil; ambos
aspectos condicionan hoy a los Estados Unidos. La nota clave de este centro
mundial es “Ilumino el Camino” y éste es el privilegio de los Estados Unidos si
su pueblo lo decide y permite que el autosacrifícío humanitario y mundial
(autoiniciado) y la firme decisión de apoyar la rectitud, gobierne su política
y actitudes actuales. Esto va sucediendo lentamente, y las voces egoístas de
los idealistas miopes, de los temerosos y los separatistas, están
desvaneciéndose. Ello se debe a la inspiración de prestar servicio, motivado
por el amor. De esta manera, las dos democracias principales pueden restaurar
oportunamente el orden mundial, negar el antiguo orden de egoísmo y agresión e
inaugurar el nuevo orden de comprensión, participación y paz mundiales. La paz
será el resultado de la comprensión y la participación y no su origen, como lo
insinúan tan a menudo los pacifistas.
La fuerza
que afluye a través de Darjeeling, en la actualidad, es de primer Rayo de
Voluntad o Poder. El rayo egoico de la India es el primero y de allí que el
inmediato efecto de la fuerza que afluye de Shamballa consiste en estimular la
voluntad al poder de todos los dictadores, sean los seudos dictadores mundiales
como Hitler y su grupo de hombres malignos, dictadores eclesiásticos de
cualquier religión, dictadores financistas de cualquier grupo económico en
cualquier parte del mundo, o esos pequeños dictadores, por ejemplo, los tiranos
del hogar. Resulta interesante señalar que la nota clave de la India es “Oculto
la Luz” y esto ha sido interpretado como que la luz afluye desde Oriente y que
el don que otorga la India al mundo es la luz de la Sabiduría Eterna. En cierto
sentido ello es verdad, pero hay otro más amplio y profundo que demostrará ser
verdad. Cuando el intento y el propósito de la gran Vida que actúa por
intermedio de Shamballa sea llevado a cabo y esté en proceso de expresarse,
será revelada una luz que nunca ha sido vista ni conocida. Una frase en las
Escrituras cristianas dice “En esa luz veremos la luz”, lo cual significa que
por intermedio de la luz de la sabiduría, derramada en nuestros corazones,
mediante la Sabiduría Eterna, veremos eventualmente la Luz de la
Vida algo sin significado e inexplicable para la humanidad actual, pero que
será revelado más tarde cuando se haya dominado la crisis actual. Sobre su
naturaleza y efecto, nada tengo que decirles ahora.
Deseo
intercalar aquí algunas observaciones. Es de profunda importancia comprender
que Gran Bretaña y los Estados Unidos están estrechamente relacionadas y que
esta relación hará inevitables ciertas realidades y actividades, cuando el
alma de cada nación esté funcionando poderosamente, y también que la India y
Gran Bretaña están relacionadas por intermedio de la personalidad de primer
rayo de Gran Bretaña y el rayo egoico de la India. Las implicaciones son claras
e interesantes y también alentadoras. El aspecto conciencia del pueblo
británico está cambiando constantemente hacia la expresión de su alma de
segundo rayo, y debido a esto han aprovechado ahora la oportunidad de prestar
servicio a la humanidad a tan inmenso precio. Lo mismo le sucede al pueblo
norteamericano. Como he señalado, el problema del cambio de idealismo es muy
grande, y tienen la tendencia a ocultarse detrás del espejismo de la lucha por
un ideal, en vez de reaccionar a la necesidad mundial y no al rayo del alma, el
segundo rayo de amor.
Las fuerzas
que afluyen a través de Tokio son de primer Rayo, en su aspecto materialista
inferior. Japón está regido por el rayo del alma mediante la conciencia de sus
conductores. Su personalidad de sexto rayo responde al llamado de la energía de
primer rayo, de allí las actuales actitudes y actividades poco felices, y
también su vínculo con Alemania, a través del rayo del alma de ambas naciones,
y con Italia, por medio de los rayos de la personalidad, y de allí, por lo
tanto, la existencia del Eje.
Señalaré
que en estas interrelaciones no hay un sino inevitable ni un destino
ineludible. El objetivo del discípulo individual consiste en manejar las
fuerzas que actúan a través de él, sólo para obtener un bien constructivo,
pudiendo emplear mal la energía, o bien aplicarla a los fines del alma. Lo
mismo pasa con las naciones y las razas. El destino de las naciones está
generalmente en manos de sus conductores, los cuales distribuyen las fuerzas
de las naciones, enfocan la intención nacional (si son suficientemente
intuitivos) y desarrollan las características de los pueblos, dejando tras
ellos el recuerdo de los símbolos de la intención, corrupción o ideales
nacionales. Esto puede verse actuando ya manifiestamente en dos grandes grupos
orientadores de conductores mundiales: el primero está formado por los tres
grupos de conductores del Eje, dominados por el maligno grupo alemán; Italia y Japón luchan a intervalos (rara vez conscientemente,
pero a menudo inconscientemente) contra la mala influencia, y el segundo grupo
formado por los conductores que representan a sus naciones en la Causa Aliada.
No importa lo que la historia pasada indique respecto a muchas naciones aliadas
(agresiones pasadas, antiguas crueldades y actos erróneos), ellas trataron de
colaborar con las Fuerzas de la Luz y se esforzaron para salvar la libertad
humana -política, religiosa y económica.
Indicaré
además que las dos divisiones principales del mundo -Occidente y Oriente-,
están regidas por ciertas energías de rayo:
Occidente Rayo del Alma 2do. Rayo.
Rayo de la Personalidad 4to. Rayo.
Oriente Rayo del Alma 4to.
Rayo.
Rayo de la Personalidad 3er. Rayo.
Quisiera
recordarles que estamos en un período de rayos mutables, que cambian para
individuos y naciones, como para hemisferios y planetas. Todo puede
trasladarse de un rayo menor a otro mayor, si el destino lo ordena. Un estudio
de la clasificación que antecede arrojará mucha luz sobre la relación
interhumana. Actualmente, tres grandes países tienen el destino de la humanidad
en sus manos: los Estados Unidos de América, Gran Bretaña y Rusia. Grandes
fusiones y experimentos raciales se están llevando a cabo en estos países, en
los cuales se está desarrollando el gobierno por el pueblo, aunque todavía en
etapa embrionaria. En Rusia se ha retrasado debido a la dictadura que terminará
pronto; en los Estados Unidos por la política corrupta y en Gran Bretaña por
las antiguas tendencias imperialistas; pero están desarrollando los principios
democráticos, aunque todavía no controlan; la unidad religiosa se va
estableciendo, aunque aún no actúa y los tres países están aprendiendo rápidamente,
aunque los Estados Unidos en la actualidad, lo hace con más lentitud.
Oriente y
Occidente están ligados por el rayo de la personalidad de Occidente y el rayo
egoico de Oriente, y esto indica una comprensión eventual una vez que el alma
occidental de segundo rayo llegue a ser el factor dominante. Cuando las diferentes
relaciones sean en parte comprendidas por los pueblos del mundo, se tendrá la
clave de los diferentes acontecimientos que tienen lugar actualmente y se
comprenderán, con más claridad, la meta y el método de lograrlo. Hay mucho
trabajo de profunda investigación a realizar, pues la ciencia de las relaciones de la energía está todavía en su infancia. En los años próximos
verán su desarrollo. Lo que realmente sucede es que la conciencia humana cambia
su enfoque de las energías individuales, que actúan a través de un específico
“círculo infranqueable” (individual, nacional, continental o racial) a una
comprensión de su interrelación y efectos mutuos. Esta ciencia puede ser estudiada
de varias maneras, desde:
1.
El ángulo de los antagonismos, que parecen
inevitables y pueden justificarse por las energías de rayo y contrarrestarse
por las energías del alma correctamente empleadas.
2.
El ángulo de la similitud de fuerzas, que conduce
inevitablemente a los intereses y actividades similares.
3.
El ángulo de la fusión, de la unidad, de la visión
y de las metas.
4.
El ángulo de toda la humanidad. Si se recuerda que
la humanidad está regida principalmente por dos rayos (el segundo y el
cuarto), se hallará que estas naciones y países, cuyos rayos regentes son
también el segundo y el cuarto, deben desempeñar, y desempeñarán, una parte
importante en la determinación del destino humano.
En
consecuencia, a través de los cinco centros principales del planeta, afluye hoy
la energía espiritual y, de acuerdo con el vehículo de expresión que recibe su
impacto, así será la reacción y la actividad y también el tipo de conciencia
que la interpretará y empleará. La antigua verdad oculta es exacta: “La
conciencia depende de su vehículo de expresión y ambos, para existir, dependen
de la vida y la energía”. Ésta es una ley inmutable.
Las cinco
ciudades que constituyen la expresión exotérica del centro esotérico de fuerza,
a través del cual la Jerarquía y Shamballa tratan de actuar, son la analogía en
el cuerpo planetario, de los cuatro centros a lo largo de la columna vertebral
y del centro ajna en el cuerpo de la Humanidad y del individuo. En los tres
casos, son “puntos focales vivientes y vitales de fuerza dinámica”, en mayor o
menor grado. Algunos expresan predominantemente energía del alma y otros
alguna fuerza de la personalidad; algunos están bajo la influencia de
Shamballa y otros de la Jerarquía. El centro coronario de Occidente está
empezando a reaccionar a la energía de segundo rayo y el centro ajna a la
energía de cuarto rayo, y en esto reside la esperanza de la raza de los
hombres.
3. Centros
planetarios y del sistema.
Aquí y en
otra parte he impartido todo lo que es posible dar hoy acerca de los centros
planetarios y los rayos, incluso los rayos de las naciones y las razas. Si
investigan debidamente y reúnen el material en un todo coherente, hallarán
informaciones valiosas ocultas en mis diferentes enunciados. Les pediría que
estudien y comparen, lean, busquen por tópicos, y extraigan todo lo que he
dicho respecto a las diferentes naciones, sus constelaciones gobernantes y sus
regentes planetarios. Hay aquí un amplio campo de investigación, que se
clasificará en varias categorías.
1.
Investigación sobre la naturaleza de los centros
del hombre, la naturaleza y las influencias de sus planetas regentes, sus
interrelaciones desde el punto de vista de la energía y la cualidad de las
fuerzas de rayo que tratan de expresarse, más un conocimiento de los rayos de la
personalidad y del alma. De ello sobrevendrá una captación comprensiva de la
constitución humana, que revelará todas las relaciones y producirá dos
“acontecimientos básicos en el tiempo”:
a.
La fusión de la vida subjetiva y objetiva del
individuo, en la conciencia vigílica.
b.
Una nueva relación, establecida entre los hombres,
que tendrá como base la antedicha fusión.
2.
Investigación sobre los diferentes centros
nacionales y sus energías esotéricas regentes, que revelan, en forma más
universal y con horizontes más amplios, el destino de la humanidad en relación
con sus unidades grupales, grandes y pequeñas. Se estudiarán las cualidades del
alma y de la personalidad de las naciones. Se observarán los centros de cada
nación que enfocan ciertas energías de rayo, y se investigarán las emanaciones
cualitativas de sus cinco o seis ciudades principales. Les daré aquí un ejemplo
de lo que quiero significar. Las influencias de las ciudades de Nueva York,
Washington, Chicago, Kansas y Los Ángeles, serán tema de investigación
científica; se estudiarán la atmósfera síquica y la demanda intelectual; se
hará un esfuerzo para descubrir la cualidad del alma y la naturaleza de la
personalidad (las tendencias espirituales y materialistas) de las grandes
aglomeraciones de seres humanos que vendrán a la manifestación en ciertas
localidades fijas, porque son expresiones de los centros de
fuerza en el cuerpo vital de la nación. Similarmente, en relación con el
Imperio Británico, se realizará un estudio de Londres, Sydney, Johannesburg,
Toronto y Vancouver con estudios subsidiarios de Calcuta, Delhi, Singapur,
Jamaica y Madrás, todas subjetivamente relacionadas en forma no prevista para
las estudiantes de hoy. De acuerdo al plan y supeditada a las energías que
afluyen a través de los cinco centros planetarios vitales, existen tres grandes
energías fusionadores o centros vitales en nuestro planeta:
a.
Rusia, que fusiona y mezcla a Europa Oriental y a
Asia Occidental y Septentrional.
b.
Los Estados Unidos (y posteriormente Sudamérica)
que fusionan y mezclan a Europa Central y Occidental y a todo el hemisferio
occidental.
c.
El Imperio Británico, que fusiona y mezcla a razas
y hombres en todo el mundo.
En las
manos de estas naciones reside el destino del planeta. Éstos son los tres
principales bloques mundiales desde el ángulo de la conciencia y de la síntesis
mundial. Otras naciones menos importantes participarán en el proceso con plena
independencia y colaboración, voluntariamente y a través del perfeccionamiento
de su vida nacional en bien de toda la humanidad y del deseo de expresar y
preservar la integridad de sus almas y de sus propósitos nacionales purificados
(cuya purificación se está llevando a cabo ahora). Sin embargo, la nota clave
de la vida humana será emitida por Rusia, Gran Bretaña y los Estados Unidos
-no por su poder, su pasado histórico y sus recursos materiales o extensión
territorial, sino porque están en posición de fusionar y mezclar los numerosos
tipos, poseen una visión amplia respecto a su propósito mundial, no son básicamente
egoístas en su intención, y porque el gobierno del pueblo llega a las
profundidades de cada nación y es básicamente para el pueblo. Sus fundamentales
Constitución, Carta Magna y Acta de Derechos, son humanas. Otras naciones serán
puestas, gradualmente, en línea con estos requisitos espirituales básicos o -si
ya se basan sobre estos principios humanos y no sobre el gobierno de una
poderosa minoría que explota a una mayoría infeliz- colaborarán libremente con
estas grandes naciones en una federación de propósitos e intereses, hasta el
momento en que todas las naciones del mundo tengan una clara visión, abandonen
sus objetivos egoístas y se pongan de acuerdo para trabajar unidas en bien de
la totalidad. Entonces la humanidad surgirá a la luz de la
libertad y revelará una belleza y un propósito espiritual, hasta ahora
desconocidos.
3.
Investigación de la relación que existe entre los
centros planetarios y los del sistema, los planetas sagrados y las energías
que afluyen a través de ellos, desde las constelaciones que rigen en sentido
esotérico. Ésta es una de las paradojas del ocultismo, pero puede ser
comprendida si el estudiante recuerda que los centros de su cuerpo etérico
rigen al planeta en la medida en que ellos son o no receptivos a las influencias
que emanan desde el planeta, por intermedio de los centros planetarios
Estudiando
primero el microcosmos, como clave del macrocosmos, pero tratando al mismo
tiempo de visualizar el macrocosmos, a fin de comprender el microcosmos, el
hombre establecerá algún día una relación inteligente con el todo, del cual es
una parte, y lo hará colaborando conscientemente Así la mente superior y la
inferior, lo abstracto y lo concreto, lo subjetivo y lo objetivo, serán
llevados a una unidad funcionante, y el hombre será integro.
No puedo
dar la relación de los centros planetarios con los centros humanos, o de los
centros del sistema con los planetas, porque sería dar mucho conocimiento
demasiado pronto y antes de que exista suficiente amor en la naturaleza humana
para contrarrestar el posible mal empleo de la energía con sus consecuencias
a menudo desastrosas. Los colores, el grado matemático de las vibraciones
superiores que emanan de los centros -individuales, planetarios y del sistema-
y la cualidad (esotéricamente comprendida) de las energías, deben constituir el
tema de la investigación humana y han de ser autocomprobados. Las claves y las
indicaciones han sido dadas en la Sabiduría Eterna. El método mas lento de
investigación es actualmente el más seguro. En el próximo siglo y a comienzos
del mismo, vendrá un iniciado que continuará esa enseñanza y lo hará bajo la
misma égida, porque mi tarea no ha terminado y esta serie de tratados que
vinculan el conocimiento materialista del hombre con la ciencia de los iniciados,
tiene aún otra faz que recorrer. El resto de este siglo debe ser dedicado a
reconstruir el santuario de la vida humana, la forma de la vida humana, la
nueva civilización, erigida sobre los cimientos de lo antiguo, y a reorganizar
la estructura del pensamiento y la política mundiales, más la redistribución
de los recursos del mundo de acuerdo al propósito divino. Sólo entonces será
posible hacer una revelación mayor.
Todo
depende del triunfo de las Fuerzas de la Luz y la consiguiente victoria de
quienes representan la libertad humana. Si las fuerzas del materialismo y la
crueldad triunfan, y los intereses y ambiciones pecaminosas y egoístas
nacionales prevalecen, también se hará la revelación, pero vendrá mucho más
tarde. El resultado no está en juego y no es necesario desesperar. El valor de
los que luchan por la libertad es inigualable. La Jerarquía permanece. La luz
está penetrando en el mundo, a medida que lo real de la situación emerge con
más claridad.
Alégrense,
porque no existe una verdadera derrota del espíritu humano, no hay una final
extinción de lo divino en el hombre, porque la divinidad siempre surge
triunfante desde el más oscuro abismo del infierno. Sin embargo, es necesario
sobreponerse a la inercia materialista en respuesta a la necesidad humana, en
forma individual y por las naciones que no están absorbidas por las
esencialidades de la situación. Hay signos de que esto está sucediendo. Ningún
poder en la Tierra puede evitar que el hombre avance hacia su meta destinada y
ninguna combinación de poderes puede detenerlo.
CAPITULO V
LAS
TRES CONSTELACIONES PRINCIPALES Y EL ZODIACO
Existe
actualmente una interrelación entre tres constelaciones sobre las que quisiera
extenderme algo más, porque en la actualidad están llegando a la máxima
potencia y culminación. Desde 1975 en adelante, esa potencia disminuirá
grandemente hasta desaparecer. El período de la interacción de estas tres
grandes energías y sus potentes efectos enfocados en nuestro planeta empezó en
1875, adquirió impulso en 1925, alcanzará su máxima expresión (para bien o para
mal) en 1945 y luego declinará lentamente hasta 1975. Estas tres constelaciones
son: Leo, Capricornio y Piscis, las cuales están curiosa y muy misteriosamente
relacionadas con el cuarto reino de la naturaleza y, por lo tanto, con la
evolución y el destino de la familia humana. Agreguen a éstas la energía
emergente de Acuario y tendrán cuatro energías que actúan sobre los vehículos
del hombre produciendo efectos peculiares -tanto destructivos como
constructivos.
Esta
relación o intensificación de la vibración ocurrió anteriormente dos veces: una
fue en la época en que vinieron a la Tierra los Hijos de la Mente, durante la
era Lemuriana, la otra en el período Atlante, cuando culminó el conflicto entre
los Señores de la Faz Oscura y los Señores del Rostro Luminoso. (Véase T. III
de la Doctrina Secreta o el Vishnu Purana. A. A. B.). En la era Lemuriana
estuvo activa la constelación de Géminis y en la Atlante la de Sagitario.
Entonces, el efecto se produjo en el plano físico (el primero fue en el plano
mental) produciéndose el Diluvio Universal que atestigua La Biblia. Causó la
destrucción de la humanidad de entonces, pero liberó la vida que moraba
internamente para que adquiriera mayor experiencia y desarrollo.
1. Leo, Capricornio y Piscis.
Los
efectos producidos son masivos y los regentes de estas constelaciones que
entran hoy en actividad son los enumerados en una de las tabulaciones que he
dado.
Leo.
- Regente: El Sol, que vela a Urano, el planeta del ocultismo y de lo que
gobierna las relaciones grupales, las organizaciones y la undécima Casa.
Relaciona la influencia de Leo con Acuario.
Capricornio.
- Regente: Venus, que rige la segunda Casa, concierne a la economía, a la
distribución del dinero y los metales, y rige a Tauro, la “casa de las
simientes” de la iluminación y la nueva luz emergente. Venus rige también a
Libra exotéricamente y a la séptima Casa, donde se conocen los enemigos y se
efectúan las uniones y amistades.
Piscis.
- Regente: Plutón, que gobierna la octava Casa, la casa de la muerte, de la
disolución y del desapego, y rige a Escorpio, el signo de las pruebas y del
discipulado.
Esta
clasificación y las relaciones que infiere, merecen un cuidadoso estudio a la
luz de los asuntos modernos y de la actual situación mundial. Desde el ángulo
de las energías de rayo implicadas, que tratan de controlar la vida humana,
tenemos la influencia del séptimo Rayo de Ley Ceremonial, Orden y Magia, del
quinto Rayo de Conocimiento Concreto o Ciencia, y del primer Rayo de Voluntad,
llevando a cabo conjuntamente cambios fundamentales e introduciendo la nueva
era. Esta combinación es terriblemente potente y produce la precipitación de
las fuerzas internas, acrecienta la actividad de la mente inferior y la
afluencia de la fuerza proveniente de Shamballa -combinación cuya actuación
puede observarse como nunca anteriormente en el sector de la vida planetaria.
El gran efecto producido se debe a la acrecentada sensibilidad del género
humano, si se lo compara con las otras dos épocas cuando -en evolución cíclica-
estaban activas estas tres constelaciones. Tal combinación se manifiesta hoy en
los asuntos humanos. Fue responsable de la organización que estuvo detrás de la
Guerra Mundial -organización que implicaba los tres niveles del triple mundo de
la evolución humana, afectando también a los tres reinos de la naturaleza y
culminando en el cuarto. Es responsable del empleo del poder mental en vasta
escala, especialmente en forma materialista como en la actualidad, y de
satisfacer el deseo humano, además de la voluntad egoísta de unos cuantos
hombres malignos que responden a los aspectos inferiores de esa fuerza, debido
a la simiente del mal que posee su propia naturaleza, y es responsable además
de la constante y creciente voluntad al bien de los muchos que van despertando.
Un
cuidadoso análisis de estas constelaciones, sus regentes planetarios y las
fuerzas de rayo que ellos transmiten, más una apreciación de las casas donde se
sentirán principalmente estos efectos, aclarará los problemas mundiales en
forma asombrosa. La breve clasificación dada a continuación será de valor,
aunque signifique una repetición de lo dicho anteriormente:
Constelación Regente Rayo Casa
Leo El Sol Séptimo Undécima.
(Urano)
Capricornio Venus Quinto Segunda
y Séptima.
Piscis Plutón Primero Octava.
Por
lo tanto, las energías que afluyen serán sentidas principalmente en esos
aspectos de la vida humana que están influidos por los regentes de ciertas
casas.
El
séptimo Rayo de Orden Ceremonial u Organización, es sentido en la casa de las
relaciones, de las organizaciones, del esfuerzo mutuo y de la aspiración (sea
para bien o para mal). Las fuerzas de este rayo actúan sobre el séptimo plano o
físico -plano donde se efectúan las principales cambios en todas las formas y
en el que el discípulo debe permanecer firme cuando recibe la iniciación.
Este
séptimo rayo impulsa al mundo de las fuerzas hacia una actividad organizada y
dirigida en la esfera externa de la manifestación, y precipita el karma que, en
este caso, conduce a:
1. La expresión de todo el mal subjetivo en la vida de la humanidad,
que trajo la guerra mundial.
2. La iniciación del Logos planetario y -con Él- todos los que están
de parte de las Fuerzas de la Luz. Esto adopta varias formas en lo que a la
humanidad se refiere:
a. La iniciación de la conciencia de las masas humanas, en la era
acuariana, sometiéndolas a las nuevas influencias y poderes, y permitiéndoles
responder en tal forma, que de otra manera no sería posible.
b. La iniciación de los aspirantes del mundo, en el sendero del
discipulado aceptado.
c. La recepción de ciertas iniciaciones mayores en el caso de esos
discípulos mundiales que son suficientemente fuertes y están preparados para
recibirlas.
A
pesar de la enorme destrucción en todas partes, el trabajo del séptimo rayo se
hace sentir en forma acrecentada; continúa la destrucción de las fuerzas del
mal, a un elevado precio para las Fuerzas de la Luz; simultáneamente hay un
reagrupamiento y reordenamiento de las actitudes y del pensamiento humano,
resultado de la enorme demanda de dirección y guía elevada, por los pensadores
del mundo. De esta manera ya puede observarse la estructura nebulosa y los
delineamientos confusos de la civilización de la Nueva Era.
El
espíritu subyacente de libertad, triunfará a medida que se organiza en una
revolución contra la esclavitud. A este fin, el séptimo rayo contribuirá
acrecentadamente.
Leo,
la constelación cuya nota clave es la plena autoconciencia, está dominando cada
vez más. Los asuntos involucrados en la situación actual van aclarándose en las
mentes de las masas, las cuales pueden actuar y actuarán, con plena percepción
y propósito intencional consciente, cuando llegue el momento apropiado y
comprendan, en forma hasta ahora imposible, las implicaciones y el precio
involucrado. De allí el significado de mi reiterada afirmación de que las
cuestiones y determinaciones de la actual situación están en manos de la
humanidad. Las “estrellas en sus órbitas” ayudarán a la humanidad o traerán
destrucción, de acuerdo a la determinación humana. Los hombres pueden alcanzar
la libertad y organizarse para la Nueva Era, con su excepcional civilización y
síntesis constructiva, o suicidarse (hablando simbólicamente) y entregar su
futuro inmediato a las fuerzas del mal y de la muerte, las cuales trabajan para
que mueran los verdaderos valores y todo aquello por lo que ha luchado el
espíritu humano.
El
aspecto autoconciencia del ser humano se está expandiendo constantemente bajo
esta primordial interacción, mediante las fuerzas transmitidas por Urano, por
intermedio de la undécima casa, y cederá su lugar, finalmente, a la conciencia,
relaciones y trabajo grupales. De allí la tendencia actual a la amalgamación, a
la federación, a las esferas de acción y a los muchos grupos que caracterizan
acrecentadamente el intercambio humano. El espíritu grupal y las formas a
través de las cuales se expresará se están manifestando acrecentadamente
constituyendo así una verdadera iniciación para la raza. Es el surgimiento de
la gloria del espíritu humano en forma más definida y determinada, e implica
una orientación hacia la libertad, que figurará más tarde en los registros
históricos como la característica sobresaliente de esta era de gran conflicto.
La humanidad participa ya en las pruebas preparatorias para la iniciación -la
iniciación del discípulo mundial. Grande es el privilegio que tienen ustedes de
tomar parte en esto. Recuerden que el once es el número del Iniciado, y que
actualmente la undécima casa domina; no olviden que Acuario, el undécimo signo,
es el signo de las relaciones, la interacción y la conciencia universales. Para
esto la combinación de los signos Leo, Capricornio y Piscis, está preparando a
la raza.
Los
hombres malvados que guiaron el destino de Alemania hablaban de grupos
mundiales y del Orden de las Naciones Europeas, pero era una agrupación que
tenía a Alemania como centro para sus intereses egoístas. Las agrupaciones,
parte del Plan divino, no deben estar formadas alrededor de ninguna nación,
sino basadas en el ideal de la hermandad, en la voluntad al bien y en la
libertad de la totalidad. Uno expresa la distorsión materialista egoísta, y el
otro un objetivo espiritual.
Capricornio
está relacionado, como ya he dicho, con la iniciación; es también el signo del
venidero Salvador del mundo, y estos aspectos superiores de las influencias
capricornianas pueden ser potentemente demostrados si la humanidad así lo desea
y se aprovecha la influencia venusina para, emplear la mente como reflector del
propósito del alma. Si esto no sucede, la actual situación se convertirá en
algo mucho peor -situación donde las masas humanas deberán “comenzar nuevamente
en la Tierra y se verán obligados a dar la espalda a luz que amanece”. Un
oscuro período de civilización surgirá. En vez de la caverna oscura de la
iniciación, donde la luz de la propia naturaleza del iniciado ilumina la
oscuridad, demostrando así su control de la luz, tendremos la tenebrosa caverna
del materialismo y del control físico y animal que reemplazará al “Camino
Iluminado”. El aspecto terreno capricorniano, el aspecto concreto más inferior
de la mente y el acrecentado control ejercido por el espíritu taurino, en su
peor forma, ocupará el lugar de la posibilidad divina de entrar en la luz
mayor, la manifestación de la naturaleza del alma y el reconocimiento de la
“luz que reside en el ojo del Toro”.
Tales
son las posibilidades que enfrenta el mundo de los hombres en la actualidad; el
resultado depende del triunfo final de las Fuerzas de la luz (actuando por
intermedio de las Naciones Aliadas) o del control de las fuerzas del
materialismo. Alemania ha representado el materialismo en Occidente y Japón en Oriente.
Agregaré también que quienes en ambas naciones (y hay muchos de ellos)
personifican el “Camino iluminado”, están aprisionados en su medio ambiente, y
sus personalidades dominadas por las formas mentales de sus poderosos
gobernantes, que les imposibilito realizar una acción correcta, cosa que impele
a la Jerarquía a un esfuerzo renovado. Las Fuerzas de la Luz reconocen el bien
espiritual de todos los pueblos y trabajan por él, independientemente de sus
relaciones nacionales, tratando también de liberar a Alemania del espejismo que
aferró a su pueblo. La Jerarquía establece una diferencia entre la masa
confundida, la juventud erróneamente educada y los conductores obsesionados en
todos los sectores del gobierno. Los últimos son “cascarones” obsesionados por
entidades malévolas, y a ello se debe su poder dinámico y centralizado y
también su máxima capacidad de astucia, basadas en su antigua experiencia
maligna y en la casi ridícula falsedad de su propaganda. Son el espíritu
personificado del materialismo, despojados de todo verdadero sentimiento y
percepción, carentes de la luz del amor y la comprensión, pero poderosamente
animados por la energía de la sustancia misma. Ha llegado la hora de que los
hombres adviertan la naturaleza de esos seres que tratan (bajo la agrupación
actual de las constelaciones) de esclavizar a la raza. La influencia terrestre
de Capricornio posibilitó su actividad, los cuales han sido evocados desde su
malévolo pasado por el aspecto materialista de la misma humanidad y la potencia
del egoísmo masivo del género humano. De manera similar, las Fuerzas de la Luz
pueden ser evocadas con enorme potencia, pero sólo por la aspiración masiva y
los deseos espirituales de los pueblos de la Tierra. Ya hay signos de esta
evocación.
La
influencia venusina -como habrán observado- trae análogamente las influencias
de Libra. Nos hallamos hoy en un ciclo donde se ha logrado un balance apropiado
o punto de equilibrio, analogía del gran punto de equilibrio en el Sendero de
Involución, cuando el espíritu y la materia se equilibraron recíprocamente e
hicieron que el arco ascendente de la evolución fuera el posible y siguiente
paso a dar. Ahora el equilibrio se hará en niveles mentales; en la crisis
anterior se hizo en el plano físico. Este punto de equilibrio es para la
humanidad, los Hijos de la Mente, lo que el punto de crisis anterior fue para
el Logos planetario. Esto debe recordarse y ocupar su debido lugar en el
pensamiento. El problema a resolver es: ¿ Qué aspecto de la humanidad triunfará
finalmente y alterará el equilibrio para que predomine el espíritu o la
materia, el alma o la personalidad? Tal es la naturaleza de estos puntos de
crisis. Como en la crisis planetaria, si el espíritu, llegara a triunfar
comenzaría a manifestarse una nueva modalidad, función o cualidad de la
divinidad -la mente superior. Lo mismo podría suceder en la crisis humana. Si
triunfara el espíritu del hombre entonces sería posible que surgiera el aspecto
del verdadero amor, en su naturaleza divina, con su énfasis grupal. Esto es lo
que está en juego.
A
fin de hacer una plena presentación de la elección e indicar el método por el
cual el espíritu del hombre puede triunfar, se hizo un llamado, o más bien fue
evocada la influencia de Piscis. Las condiciones son las que se evocan,
ayudadas a veces por las Palabras de Poder pronunciadas por la Jerarquía.
Piscis, por intermedio de sus regentes, Plutón (que rige a la masa y a los
discípulos, esotéricamente), necesitó del triunfo de la muerte -no
necesariamente la muerte física- la cual conduce a la disolución de la forma
del hombre. Frecuentemente es la muerte, o el fin de las antiguas
civilizaciones que cíclicamente aparecen y desaparecen, muerte de la enseñanza
religiosa que ya no llena la necesidad de la naturaleza espiritual del pueblo
(como sucede ahora) y también de los procesos educativos que ya no educan la
naturaleza en desarrollo del hombre y sólo sirven para engañar y aprisionar. Al
decir esto, no quiero significar la muerte de la religión o de las corrientes
de pensamiento. Me refiero a la muerte como la gran Liberadora que destruye las
formas que provocan la muerte de lo que está corporificado. Alemania ha
respondido a esta muerte filosófica en su aspecto más inferior. La destrucción
de la religión, que Alemania trató de llevar a cabo, no es el preludio para
establecer un mayor acercamiento a la divinidad, sino el esfuerzo para evocar a
los antiguos dioses, deificar las formas de la materia y hacer del estado el
fin supremo de la vida de los hombres, ignorando el espíritu de amor y de
correctas relaciones individuales -relaciones que son características
fundamentales del Reino de Dios.
El
acercamiento totalmente ateo de Rusia al problema de la religión, en el momento
de la revolución y durante el período de duración, es mucho más sensato que el
acercamiento alemán. Puede confiarse en que el espíritu del hombre, en su
divinidad esencial, surgirá indemne de la experiencia, en respuesta al llamado
del espíritu imperecedero. Esta demanda puede ser enunciada claramente en el vacío
y evocada por el tiempo y las circunstancias -el cual tendrá oposición si la
única dificultad que debe enfrentar es un espíritu agnóstico y una actitud
incrédula. Pero la imposición de los antiguos mitos, en un esfuerzo por acallar
la demanda de conocimiento de la verdad, y el ataque cuidadosamente planeado
contra el Cristo mundial, son peligrosos, malignos y causantes de una
retrogresión. De esto fueron culpables los gobernantes de Alemania. No
consiguieron apagar la vida espiritual de la nación, porque la religión no
estaba corrompida como en Rusia, ni necesitaba una purificación tan drástica.
Los pensadores harían bien en recordar tales cosas. En la Rusia mística, las
simientes de la vida espiritual están germinando con una nueva belleza, y
también se halla en camino de manifestarse un ideal religioso triunfante; en
Alemania las antiguas y cristalizadas creencias son enfrentadas con algo aún
más antiguo, y la combinación del desagrado del mundo y las formas decadentes
harán que la suerte del pueblo alemán sea muy trágica. En la consiguiente lucha
por lo que está espiritualmente vivo, en el esfuerzo por recuperar la creencia
en la realidad de la revelación divina y en la determinación de rectificar el
mal efectuado al mundo por sus gobernantes, Alemania puede algún día volver a
expresar la vida del alma. Con este fin, antes debe primeramente liberarse del
gobierno del mal y después debe ser ayudada para recuperar su posición
espiritual.
Por
lo tanto, Plutón entra con toda su fuerza y expresión a fin de conducir las
pruebas del discípulo mundial, para lo cual trae la potencia de Escorpio, el
signo del discipulado. Bajo estas influencias puede tener lugar la muerte de
las formas, liberando al discípulo; debe sobrevenir la disolución de viejas
estructuras grupales de pensamiento, que personifican ideas e ideales caducos y
disolverse y desaparecer las cristalizadas antiguas formas, pero en su lugar el
espíritu imperecedero -impresionado por la revelación y sensible a los nuevos
conceptos de la verdad que emerge- creará las necesarias y nuevas formas para
la adecuada expresión.
Tales
influencias están dominando actualmente al mundo y se expresan de acuerdo al
tipo de vehículo que reacciona a su impacto. El tipo de respuesta, consciente y
la actividad resultante -como el ocultista bien lo sabe- depende de la cualidad
del vehículo receptor de cualquier tipo de energía. La interacción de la
energía y del vehículo despierta entonces algún tipo de conciencia. Ésta es una
ley básica e inalterable.
Con
lo poco que he podido decir respecto a estas constelaciones y su relación
actual con nuestro planeta, espero haber puesto en claro y en forma práctica,
algo que los astrólogos esotéricos deben captar incesantemente. Una vez
establecido qué constelaciones ejercen
influencia sobre nuestra Tierra en un momento dado, qué planetas exotéricos o
esotéricos, transmiten su influencia y que rayos están en consecuencia activos,
se podría entonces comprobar la realidad de las energías distribuidas, porque
aparecerán en la Tierra y entre los hombres sus resultados apropiados y la
respuesta esperada.
2.
Las tres principales influencias planetarias actuales.
Dentro
del sistema solar mismo, tres de los planetas sagrados se hallan peculiarmente
activos, y son:
1. Urano. Este planeta es el regente exotérico de Acuario, el regente
esotérico de Libra y el regente jerárquico de Aries. Está particularmente
activo en la actualidad y trae la energía del séptimo rayo. La circulación de
sus energías puede ser representada por el siguiente símbolo o diagrama:
La
triple afluencia de la energía de séptimo rayo, matizada por la fuerza de las
tres grandes constelaciones, es poderosa para efectuar grandes cambios en
nuestro pequeño planeta. Es interesante comprender que Aries, el Inaugurador,
llega a ser eficaz sobre la Tierra por medio del poder organizador de Urano.
Aries es el origen, el comienzo y el iniciador de la Nueva Era y sus
civilizaciones venideras, de la aparición del Reino de Dios en la Tierra y del
individuo iniciado en los Misterios. Acuario es el actual Determinador del
futuro. Lo que es iniciado ahora en Aries se manifestará en Acuario, y Libra
impulsará a la adquisición de un punto de equilibrio o (hablando
esotéricamente) a “eludir a las fuerzas opositoras que se hallan en el punto
medio entre la fuente de origen y la meta”.
2. Mercurio. Expresa la energía de cuarto rayo y está, como bien
saben, peculiarmente relacionado con el cuarto reino de la naturaleza, el
humano. Es el regente esotérico de Aries (por eso “conduce a los misterios”) y
también el regente exotérico de Géminis, signo de los grandes opuestos en lo
que respecta a la humanidad, porque significa alma y personalidad, conciencia y
forma; es también el regente exotérico de Virgo, la Madre del Cristo-Niño, o la
forma y aquello que mora en la forma, y es, finalmente, el regente jerárquico
de Escorpio, el signo del discipulado.
En
consecuencia, esto pone en estrecha relación a cuatro grandes constelaciones,
cada una de las cuales tiene una relación peculiar con las dualidades que
conciernen, en forma definida y evolutiva, al hombre. Éstas son expresadas en
forma excepcional para la humanidad por intermedio de Aries, Géminis, Virgo y
Escorpio; el siguiente diagrama describe la naturaleza de esta relación:
Cuando
se visualizan estos diagramas, el símbolo debe verse girando rápidamente.
Mercurio, el Mensajero de los Dioses, lleva a la humanidad cierto tipo de
fuerza, que precipita un punto de crisis y da lugar a la siguiente gran
revolución, que conducirá al género humano a una nueva experiencia y a la
revelación de la divinidad que el hombre está destinado a revelar.
3. Saturno. Este planeta aplica las pruebas y ha sido elegido o
invocado con ese fin, porque el tercer rayo no sólo constituye su rayo
particular sino que es también el de nuestro planeta, la Tierra. Las dos notas
se sincronizan. Saturno es también el regente jerárquico de Libra y, por lo
tanto, trae a la manifestación de la humanidad y a las diferentes Jerarquías
involucradas, un punto de crisis, para el cual la clave y el resultado reside
en el reconocimiento del equilibrio. Debido a que Saturno controla también a
Capricornio en dos de sus tres expresiones o campos de influencia, es poderoso
en los tres campos -exotérico, esotérico y jerárquico- y si se relaciona lo que
digo aquí con lo que he dicho anteriormente en este tratado, referente a
Capricornio, se verá que el signo de la
iniciación se cierne sobre nuestro planeta y también sobre el destino del
discípulo individual. Por lo tanto, existe una expresión de la fuerza de tercer
rayo que el siguiente diagrama aclarará:
Esto
hace efectivo y claro que el signo del equilibrio y de la iniciación puede ser
empleado ahora inteligentemente para producir efectos sobre nuestra Tierra, e
inevitablemente lo hará.
Estas
afirmaciones ponen fin a lo que creí necesario decir. La iniciación
-caracterizada por la autoiniciación- es la actual demanda del hombre. Las
estrellas lo declaran y lo decretan. Por lo tanto, la Jerarquía colabora en
forma intencionada. La demanda implorante y las aspiraciones del hombre indican
que el hombre valora la oportunidad y reconoce comprensivamente la necesidad
comprobada. El Espíritu de Vida hará que esto se cumpla.
LAS TRES CRUCES
NO podré tratar detalladamente el tema de las
tres Cruces zodiacales -las Cruces Mutable, Fija y Cardinal- porque conciernen
a las totalidades o a la síntesis de la manifestación y a la experiencia
unificada de una entidad encarnante, sea Dios
o el
hombre. Por lo tanto, sólo pueden comprenderlo quienes poseen conciencia
incluyente, es decir, percepción iniciática. Sin embargo, pueden hacerse
algunos comentarios generales.
Las tres cruces son, como bien saben:
1. La Cruz del Cristo Oculto - La Cruz Mutable.
a. Es la Cruz de las cuatro energías principales, que
producen las circunstancias condicionantes y traNsforman al hombre animal en un
aspirante.
b. Es la Cruz de la personalidad o del ser humano, que se
desarrolla en forma constante, integrándose finalmente. Esto tiene lugar,
primero, en respuesta a las circunstancias y luego, a la inclinación del alma.
c. Es la Cruz del cambio temporal y temporario, de la
fluidez y de esos ambientes que se alteran constantemente e impulsan al alma,
que anima la forma, a ir de una extrema experiencia a otra, de manera que la
vida oscile entre los pares de opuestos.
d. Es la Cruz de la forma que responde, nutre y desarrolla
la vida del Cristo que mora internamente, el alma oculta o Señor del Ser.
Los
cuatro brazos de esta Cruz son Géminis-Virgo-Sagitario-Piscis. Algunas veces se
la denomina la Cruz Común, porque condiciona al rebaño común, la masa humana.
2. La Cruz del Cristo Crucificado - La Cruz Fija.
a.
Es la Cruz
compuesta por las cuatro energías que condicionan la vida del hombre, que es
ante todo un
discípulo en
probación y luego un discípulo aceptado o consagrado.
b.
Es, destacadamente, la Cruz del alma. El hombre
que se halla en la Cruz Fija está llegando a ser acrecentadamente consciente de
su orientación e influencia, y no responde tan ciegamente como el hombre que se
halla en la Cruz Mutable. No “asciende, en un sentido técnico a esta Cruz de
Correcta Orientación”, hasta no haber alcanzado, en cierta medida, contacto con
el alma y recibido un toque de iluminación y de intuición espiritual -no
importa cuán fugaz pueda ser ese destello.
c.
Es la Cruz de “la visión fija y de ese intento
inmutable que impele al hombre a ir desde un punto de luz hasta la brillante
luz solar”. El hombre en la Cruz Fija dice: “Soy el alma y aquí permanezco.
Nada moverá mis pies fuera del estrecho lugar en el que permanezco. Enfrento la
luz. Soy la Luz, y en esa luz veré la Luz”.
d.
Es la Cruz cuyas cuatro energías se mezclan con
las energías del sistema solar mismo y las trasmiten. Esto puede hacerlo el
hombre porque en la Cruz Fija está llegando a ser acrecentadamente consciente
de los acontecimientos más importantes que él, y más absorbentes que sus anteriores
intereses que conciernen a la humanidad, en su relación con las fuerzas
solares, no sólo con las fuerzas planetarias. Va siendo cada vez más sensible a
un todo mayor.
e.
Las energías de esta Cruz continúan evocando
respuesta hasta el momento de recibir la tercera iniciación.
Los cuatro
brazos de esta Cruz son Tauro-Leo-Escorpio-Acuario. Se la denomina Cruz Fija
porque el hombre está crucificado en ella por la directa elección y la
intención inamovible de su alma. Una vez tomada esta decisión no puede
retroceder.
3.
La Cruz del Cristo Resucitado - La Cruz Cardinal.
a.
En esta Cruz, de acuerdo a la paradoja ocultista y
al tiempo y espacio, el Espíritu es crucificado. Sus cuatro energías rigen y
dirigen al alma cuando avanza en el Sendero de Iniciación. Lógicamente,
tratándose de un estado de conciencia tan excelso, poco puedo decir respecto a
esta Cruz. excepto hacer vagas generalizaciones.
b.
Por lo tanto es preeminentemente, la Cruz de la
Iniciación y de los comienzos. Concierne fundamentalmente “al comienzo del
interminable Camino de la Revelación” que se inicia cuando se entra en el
Nirvana, para lo cual todas las etapas previas al Sendero de Evolución no han
sido más que preparatorias.
La citas
dadas acontinuación pueden aportar comprensión y ayuda a fin de iluminar este
tema tan difícil, indicando el significado de esta Cruz Cardinal como influencia
culminante y revelando lo que tienen por delante quienes logran la categoría
jerárquica:
“Toda
belleza y bondad, todo lo que contribuye a la desaparición del dolor y la
ignorancia en la Tierra, debe ser dedicado a ‘la Gran Culminación. Entonces,
cuando los Señores de Compasión hayan civilizado espiritualmente a la Tierra y
hecho de ella un Cielo, quedará revelado para el peregrino el interminable
Sendero que se extiende hasta el Corazón del Universo. El hombre, que entonces
ya no será hombre, habrá trascendido la naturaleza, e impersonalmente, no
obstante en forma consciente, unificado con todos los Seres Iluminados, ayudará
a cumplir la Ley de la Evolución Superior, de la cual el Nirvana no es más que
el principio”. (Yoga Tibetano y Doctrinas Secretas.)
c.
Ésta es la Cruz de los “brazos extendidos, del
corazón abierto y de la mente superior”, y quienes se hallan en ella conocen y
gozan de la significación subyacente en las palabras: Omnipresencia y
Omnisciencia, y están en proceso de desarrollar los aspectos superiores del
Ser, que inadecuadamente describimos con la palabra Omnipotencia.
d.
Las energías de la Cruz Cardinal se fusionan con
esas energías a las cuales sólo podemos dar el nombre de energía. cósmica,
aunque ésta no les signifique nada. Contienen la cualidad de Aquel del Cual
Nada Puede Decirse, y están “matizadas con la Luz de los siete sistemas solares”,
de los cuales nuestro sistema solar es uno.
e.
El alcance y el ciclo de su influencia en la vida
del iniciado son absolutamente desconocidos, incluso para nuestro Logos
planetario, que está crucificado sobre sus “brazos abiertos”.
1. La Cruz
del Cristo Oculto.
Hablando en
forma general, la Cruz Mutable rige por lo tanto a la forma o naturaleza
corpórea; controla todo el ciclo de vida del alma individual a través de las
etapas de las experiencias inferiores de la humanidad, etapas estrictamente
humanas, y los procesos integrantes del desarrollo de la personalidad, hasta
que el hombre se trasforma en una persona alineada, reorientándose lentamente
hacia una visión superior, una captación horizontal y vertical más amplia de
la realidad, y convirtiéndose en aspirante. Esta Cruz rige a la triplicidad
inferior en manifestación y a los tres mundos de la evolución humana. La Cruz
Fija rige al alma, que ahora es consciente dentro de la forma humana y en los
tres mundos, pero controla todo lo denominado “los cinco mundos de la realización
humana” -los tres niveles de actividad estrictamente humanos y los dos superhumanos,
es decir, la trinidad inferior y la Tríada espiritual. Concierne a toda la vida
de la experiencia y la expresión del alma, después que la Cruz Mutable ha
obligado, en realidad, al hombre a pasar los senderos de purificación y del
discipulado. Se relaciona con la integración del alma y la personalidad y su
total mezcla o fusión. La Cruz Cardinal rige la manifestación de la Mónada en
toda su gloria y belleza, ciclo de influencia que tiene dos etapas: Una, en que
la Mónada se expresa en los seis planos de manifestación, en “sabiduría, fuerza
y belleza”, por intermedio del alma y de la personalidad integradas. Esta etapa
es relativamente breve. La otra, en que -retirado y abstraído de esas formas
de Ser- “el UNO prosigue en un Camino superior y pasa a reinos desconocidos,
hasta para los más elevados Hijos de Dios en nuestra Tierra.
Podría
decirse que la Cruz Mutable constituye la influencia condicionante de ese gran
centro planetario denominado humano; la Cruz Fija constituye eminentemente la
principal serie controladora de energías regentes, trasmitidas por el centro
denominado Jerarquía planetaria; la Cruz Cardinal rige y condiciona (en forma
desconocida para los hombres) ese gran centro planetario denominado Shamballa.
Por lo
tanto, verán cuán grandioso es mi tema. Permítaseme repetir que sólo quienes
pueden pensar en términos de cualesquiera de las tres Totalidades mencionadas,
sabrán de lo que hablo; las mentes menos capacitadas obtendrán una imagen o
visión de posibilidades trascendentales que los ayudará a obtener una expansión
de conciencia, pero lo que expondré permanecerá en el nivel de lo
(momentáneamente) inalcanzable.
Técnica y
académicamente se aclarará el tema, si puntualizo que:
1.
La Cruz Mutable es la Cruz del Espíritu Santo, de
la tercera Persona de la Trinidad Cristiana, pues organiza la sustancia y evoca
la respuesta sensible de la sustancia misma.
2.
La Cruz Fija es la Cruz del Hijo de Dios, de la
segunda Persona de la Trinidad, impulsado por el amor a encarnar en la materia
y a ser conscientemente crucificado en la Cruz de la materia
3.
La Cruz Cardinal es la Cruz del Padre, el primer
aspecto de la sagrada Trinidad, que envió al Espíritu Santo (el Aliento) porque
la Mente de Dios visualizó un destino para la materia, que ha tardado mucho
tiempo en cumplirse, “ya cercano el momento”, el Hijo cumplió la ley en
colaboración con el Espíritu Santo, y esto en respuesta al “hágase” del Padre.
Estas tres
Cruces en su total manifestación se relacionan con las tres energías básicas,
que trajeron a la existencia el sistema solar; constituyen las tres expresiones
principales y sintéticas de la Voluntad suprema, motivadas por el amor y
expresadas por la actividad. En estas Cruces, la capacidad de Ver el Todo,
propósito-móvil-expresión, vida-cualidad-apariencia, se trasforma y cambia. En
la Cruz Mutable, el hombre crucificado no ve nada. Sufre, agoniza, desea,
lucha, y es la víctima aparente de las circunstancias, caracterizándose por la
visión velada y los anhelos incipientes, que gradualmente toman forma hasta
que alcanza la etapa de aquiescencia. y aspiración. Luego, en la Cruz Fija,
empieza a comprender la totalidad del propósito de la experiencia en la Cruz
Mutable (en lo que a la humanidad concierne) que hay un propósito jerárquico
que puede ser captado sólo por el hombre que está dispuesto a ser crucificado
en esa Cruz. Alcanza la etapa de la responsabilidad, de la autopercepción y de
la correcta dirección. Su orientación es ahora “espiritualmente vertical, lo
que implica la incluyente horizontal”. En esta etapa va adquiriendo forma, en
su conciencia, el Plan del Logos. En la Cruz CarcZi~w2, el propósito y la
culminación unificada de las dos crucifixiones anteriores evidencia en forma
casi cegadora, aparece con toda claridad la visión de la intención unificada de
las tres Personas de la Trinidad subyacente -cada una en Su Propia Cruz.
Quizás la
simplicidad de los tres símbolos que se darán a continuación, puedan servir de
algo para aclarar lo que he tratado de impartir.
La Cruz
Mutable, de cambio material y movimiento constante, ‘puede ser representada por
la svástica. El Hombre es inconsciente
de la
naturaleza de las cuatro energías entrantes y poco puede interpretar en
términos del alma. Las energías hacen impacto sobre él y lo impulsan a la
actividad material. La Cruz de la personalidad hace que el hombre crucificado
en ella, se dedique a las cosas materiales, para poder en su oportunidad
emplearlas divinamente. Los nazis eligieron de esta Cruz el aspecto inferior
del símbolo, expresando así al finalizar el ciclo material de la existencia
humana, el falso y maligno empleo de la materia, cuya clave es la separatividad.
la crueldad y el egoísmo. El mal uso de la sustancia y la prostitución de la
materia y de la forma para fines malignos, constituye el pecado contra el
Espíritu Santo. Podría decirse que la svástica “lleva a un terrible peligro y
a erróneos caminos a aquellos cuya codicia es grande y no ven la belleza de la
Cruz que alborea ni sienten amor por las vidas humanas”. Para quienes no
responden a los aspectos y efectos inferiores de la Cruz que gira (según se la
denomina a veces), “la svástica los arroja lejos y fuera de sí misma hasta que
se detienen en la Cruz de la crucifixión elegida”, la Cruz Fija del discípulo
consagrado.
El símbolo
de la Cruz Fija (en lo que a la humanidad se refiere) puede ser expresado así.
Ésta es la Cruz de la Humanidad.
En ella el
hombre obtiene la iluminación y es consciente de los ‘efectos del ciclo
completo (indicado por el círculo) de las cuatro energías, a las cuales estaba
sometido en la Cruz Mutable.
El símbolo
de la Cruz Cardinal es más complicado y puede ser representado así:
He aquí el
triángulo de la Mónada manifestada, más los tres ciclos de cuatro energías,
enfocadas y mezcladas en una unidad, y también la línea de la evolución (la
evolución de la conciencia) descendiendo profundamente e incluyendo a la
materia y, al mismo tiempo, extendiéndose a los “Espacios de la Divinidad”.
Mucho de lo
que puede decirse sobre las tres Cruces ya se ha expuesto en forma diseminada,
cuando fueron considerados separadamente cada uno de los doce signos del
zodíaco, y es innecesario repetirlo. Este tratado, igual que La Doctrina
Secreta está destinado a incitar la investigación y tiene el poder de
desentrañar y buscar, porque el proceso produce un efecto definido sobre las
células del cerebro y conduce al estímulo necesario. En el estudio de las
Cruces, el verdadero significado de sus influencias sólo aparecerá cuando
empiecen a pensar en términos de síntesis o en relación con las cuatro
corrientes de energía que fluyen en forma unida sobre y a través de cualquier
tipo de manifestación divina. Esto no es fácil de realizar, pues la capacidad
de pensar sintéticamente recién está comenzando a aparecer en las mentes más
destacadas de la raza, lo cual puede ser ilustrado. y ello analíticamente (que
siempre niega la síntesis), afirmando en lo que respecta a la Cruz Mutable,
que, por ejemplo, la síntesis de la evolución, su problema y su meta, aparecen
como si estuvieran unidos en una total presentación, cuando las influencias
son observadas como:
1.
Géminis - la presentación de la dualidad.
2.
Virgo - la presentación de la vida y la forma
fusionadas.
3.
Sagitario - la presentación de la energía
enfocada.
4.
Piscis - la presentación de una radiación
fusionada.
Esta
radiación culminante es el resultado del enfoque de la vida, la intención y la
energía en un “punto de poder radiante”. Se ha dicho que, en conexión con la
Cruz Mutable, actualmente el signo Piscis es el más poderoso y, cuando el
trabajo de la Cruz Mutable ha sido realizado, el discípulo pasivo pasa a la
Cruz Fija y se prepara para las pruebas y experiencias de la iniciación. Esto
lo expresa El Antiguo Comentario en su simbología oculta, de esta manera:
“La Luz
brilla porque la luz mayor y la menor se acercan y se invocan mutuamente. Sus
luces mezcladas, aunque todavía no son un sol radiante, se están fusionando
rápidamente. Estas luces fusionadas revelan el Camino Iluminado.
El hombre
se ve a sí mismo siguiendo al otro Camino, el de las totalidades iluminadas,
que conduce desde la forma al alma, desde la oscuridad a la luz, y así
alrededor de la Rueda. Retrocediendo sus pasos y yendo hacia atrás en el Camino
(la rueda revertida del zodíaco, A. A. B.), avanza.
Penetra una
nueva luz. Las siete hermanas desempeñan su parte (las Pléyades en Tauro son el
primer signo de la Cruz Fija), entonces brillan tres luces. Y así aparece un
radiante sol”.
El tema de
las tres Cruces es fusión e integración. La fusión de la personalidad en un
todo funcionante; la fusión consciente del alma y la personalidad; la fusión de
la triple expresión de la divinidad -Mónada, ego y personalidad, a fin de que
aparezcan las energías fusionadas. La nota clave de sus influencias es el
poder de incluir y la plena expresión en forma simultánea de la vida vertical y
horizontal en tiempo y espacio.
Debería observarse que hay siete
formas de luz, relacionadas con la sustancia de los siete planos, los cuales
son estimulados y realzados por las doce formas de luz de las Jerarquías
Creadoras, relacionada cada una con cualquiera de los doce signos del zodíaco.
No puedo extenderme sobre esto, pues se relaciona con los misterios de las
iniciaciones superiores. Las enuncio simplemente para que puedan apreciar una
realidad oculta, que aún no pueden comprobar. Una afirmación paralela sería que
la luz de los siete centros en el hombre (cuando están realzados por la luz de
los siete centros planetarios) y los cinco reinos de la naturaleza (7 + 5 12)
además de las doce luces del zodíaco, culminarán la efectividad de la luz que
posibilitará la expresión de la totalidad, y esto por medio de la humanidad.
Esta afirmación fundamental tiene muy poco significado para ustedes todavía,
pero constituirá -en el próximo siglo- un pensamiento simiente o “sonido clave”
para la próxima revelación de la Sabiduría Eterna.
Mientras la
significación de las tres Cruces no sea comprendida en forma más plena y
sintética por los astrólogos y los investigadores de la astrología es casi
imposible hallar las palabras necesarias para trasmitir con claridad el
significado designado. Hasta ahora no ha habido una real tentativa, por parte
de los astrólogos (aún de los más avanzados), para llegar a una comprensión
general o sintética del efecto que producen las Cruces sobre la humanidad.
Todo lo que hasta ahora se ha trasmitido es el efecto que ejerce un brazo de la
Cruz sobre el sujeto nacido en un signo particular. Pero hay una fusión de
energía que debe observarse cuando, hablando esotéricamente, el hombre “permanece
en el punto medio donde se unen las cuatro energías”. El hombre cuyo signo del
Sol está en Géminis, por ejemplo, está sujeto a las fuerzas que afluyen a
través de toda la Cruz, a menos que sea un ser humano de grado muy inferior;
será sensible a las influencias de los otros tres signos, cuando entran a
ejercer poder, a medida que el zodíaco menor del año desempeña su parte. Más
tarde, cuando el valor práctico de la astrología esotérica sea mejor
comprendido, los hombres aprovecharán las tres energías de los otros tres
signos de la Cruz en la que está ubicado el signo del Sol. Éste es un futuro
desarrollo de la ciencia de la astrología esotérica. En términos más simples y,
por lo tanto, limitando necesariamente la significación, podría decirse que el
hombre, cuando está en Sagitario, tratará de practicar la centralización sobre
determinada línea; cuando se halle en Virgo, sabrá que tiene la oportunidad
de poner a la forma bajo la influencia del Cristo oculto y que, en Piscis, la
sensibilidad a la impresión superior será su derecho y privilegio. Estas cuatro
posibilidades, en lo que al iniciado avanzado se refiere, están bellamente
demostradas para nosotros en la vida de Jesús, el Maestro que pertenece al
sexto rayo.
El aspecto
Géminis de Su vida está demostrado en la fusión perfecta de la dualidad básica
que reside en la humanidad: lo humano y lo divino.
El aspecto
Virgo vino a la expresión en Su duodécimo año, cuando dijo: “No sabéis que debo
ocuparme de los asuntos de mi Padre”, indicando con ello la subordinación de la
vida de la forma a la voluntad del Cristo interno; lo cual fue consumado cuando
“la divinidad descendió sobre Él” en el Bautismo.
La energía
de Sagitario Lo capacitó para decir, cuando enfrentaba con pleno conocimiento
el inminente sacrificio que tendría que hacer: “Debo ir a Jerusalén”, y leemos
que entonces Él “volvió Su rostro” y recorrió el Sendero del Salvador, que
conduce a la liberación de la humanidad.
El aspecto
Piscis, en su expresión más elevada, está demostrado por Su sensibilidad al
contacto inmediato e ininterrumpido con Su “Padre en los Cielos”; Él estaba en
comunicación constante con la Mónada, probando así al mundo que Él había sido
iniciado en esos estados de conciencia de los cuales la tercera iniciación es
sólo el comienzo.
Todo ello
demuestra que las tres Cruces funcionaron simultáneamente en Su Vida -algo
hasta entonces desconocido en la perfección que Él demostraba. la perfección de
la perfecta respuesta y también la perfecta demostración del resultado, dándonos
una manifestación y un ejemplo de la fusión de las doce energías en una sola
Personalidad divina (expresando la Individualidad) en el plano físico.
Completaré brevemente la demostración de esta verdad -la verdad de que en el
iniciado de grados superiores las doce energías zodiacales pueden enfocarse
simultáneamente y producir una total manifestación de la divinidad, que está
destinada oportunamente a expresarse a través de la humanidad en este planeta.
He dado la forma en que se expresa la Cruz Mutable. Consideraremos las otras
dos en relación con el Cristo y con el Cristo cósmico.
Tauro. - El
Cristo dijo (como lo dijeron todos los Hijos de Dios que conocieron la
verdadera significación de la Cruz Fija) “Yo soy la luz del mundo”, y añadió,
“si tu ojo fuese iluminado. todo tu cuerpo estaría pleno de luz”. Tauro es,
como habrán oído decir, la Madre de la Iluminación, y el “ojo del Toro” es el
símbolo del ojo al cual se refirió Cristo.
Leo. - Es
el signo de la identidad autoconsciente Esto lo testimonio el Cristo en las
palabras que pronunció a sus discípulos: “¿ De qué le serviría al hombre ganar
el mundo y perder su alma ?“ o su propio centro de autoconciencia -ese
significativo punto de realización que debe preceder a los más incluyentes
estados de conciencia
Escorpio. -
La significación de este signo en la vida del Cristo ha sido eliminada de El
Nuevo Testamento, pero conservada para nosotros en la antigua leyenda cristiana
que -en la cuna misma- Cristo mató o estranguló a dos serpientes, refiriéndose
a los pares de opuestos, los cuales ya no podían controlarlo
Acuario. -
La expresión de esta influencia nos ha sido bellamente dada en la historia de
la Ultima Cena. El Cristo envió a Sus discípulos a la ciudad para que buscaran
al hombre que llevaba un cántaro de agua” sobre sus hombros. Éste es el símbolo
del signo Acuario, en el cual la universalidad del agua de la vida llegará a
ser un factor en la conciencia humana; entonces todos compartiremos
oportunamente la comunión del pan y del vino. Se refirió indirectamente a la
misma idea cuando dijo que Él era “el Agua de la Vida”, que apaga la sed de la
humanidad.
Por medio
del empleo de las energías de los cuatro signos de la Cruz Fija, el Cristo
demostró la perfección.
En los
cuatro signos de esta Cruz hallamos que Él también manifestó sus energías en
su forma más elevada (desde el ángulo de la comprensión humana), aunque más por
implicación que por enunciación directa.
Aries. - El
signo de los comienzos proporcionó el impulso de la energía que Lo capacité
paran inaugurar la era cristiana; inició, por Su intermedio, la “era del
Amor”, que sólo ahora está empezando a tomar forma, y su potencia es tan grande
que ha traído (en forma paradójica) la actual separación mundial.
Cáncer. -
La potencia de este signo está expresada en las palabras del Cristo, a menudo
mal interpretadas: “Otros corderos tengo que no son de este rebaño, y a esos
también debo traerlos”. Se refiere a la conciencia masiva, en oposición a la
conciencia iniciática de Sus discípulos. Cáncer es el signo de las masas.
Libra. - El
Cristo permaneció en el punto de equilibrio de la evolución humana; permaneció
entre el viejo mundo y el nuevo, entre Oriente y Occidente. En la era cristiana
se obtiene un “punto de equilibrio”, o esas crisis de equilibrio en el reino
humano.
Capricornio.
- Este signo marca el punto de concreción y cristalización que trae
oportunamente la muerte de la forma, y es lo que está sucediendo actualmente.
En Su triunfo sobre la muerte y Su resurrección a la vida, el Cristo indicó el
profundo misterio de Capricornio.
Un estudio
de estas pocas sugerencias respecto a la vida del Cristo, traerá luz y vivencia
sobre el tema de las tres Cruces. Es innecesario recordarles aquí, que en el
Monte Gólgota las tres Cruces están representadas como:
1.
La Cruz Mutable-el ladrón que no se arrepiente.
Humanidad.
2.
La Cruz Fija-el ladrón arrepentido. Jerarquía.
3.
La Cruz Cardinal-la Cruz del Cristo. Shamballa.
2. La Cruz
del Cristo Crucificado.
Para
quienes lean este tratado, la Cruz de primordial importancia es la Cruz Fija
de los Cielos. El número de aspirantes a los Misterios aumenta constantemente
en la actualidad, y esto implica su reorientación hacia la luz, su reversión consciente
en la rueda del zodíaco y su comprensión respecto a los objetivos de los
procesos a los cuales se han dedicado en la Cruz Fija. Los discípulos tienden a
pensar que el hecho de ocupar su lugar en esa Cruz y demostrar su disposición
para someterse a las pruebas y manifestar una inalterable estabilidad,
constituye el principal factor implicado. Pero en realidad no es así. Cada una
de estas Cruces hace sentir su presencia como una cuádruple esfera de
influencia o un potente centro de energía, por intermedio de un “sonido
invocador”. Este sonido se eleva de cada una de las Cruces y produce
resultados y respuesta en alguna parte. Este nuevo dato respecto a las Cruces
es importante y lo trataré brevemente. Sólo cuando la influencia de los cuatro
brazos de cada Cruz haya producido un efecto en el sujeto, tendrá lugar una
transición en la conciencia, de una Cruz a otra -marcando cada transición un
punto de crisis, tanto en el individuo como en el todo mayor. Entonces se
iniciará un proceso de invocación -al principio inconscientemente, y será en
este caso algo así como un esparcido llamado y luego, conscientemente, cuando
adquiera la forma de un llamado enfocado.
Cuando
llega el momento de la transición de la Cruz Mutable a la Cruz Fija, suceden
tres cosas:
1.
La influencia de las cuatro energías de la Cruz
Mutable ha proporcionado a la forma una vasta experiencia de la vida.
2.
Actualmente existe una gradual, creciente y
profunda disconformidad en la conciencia del hombre que realiza la transición.
Ha agotado en gran medida el deseo material, ya no le atrae el sendero que
lleva a la materia; no lo dominan las necesidades de la naturaleza física;
teme a los impulsos que emanan del plano astral: está mentalmente despierto y
activo como una personalidad funcionante, pero permanece insatisfecho y está
penosamente consciente de ello.
3.
Se dedica a invocar. Este proceso de invocación se
divide en dos etapas:
a.
La etapa de la aspiración irregular y vaga, pero
que gradualmente adquiere poder.
b.
La etapa del misticismo, fusionándose con el
ocultismo (el estudio de lo que está oculto). La dualidad es ahora consciente y
penosamente reconocida, y se pone en contacto con el camino superior y la
visión espiritual. El deseo cede el lugar a los vagos impulsos de lo que podría
llamarse amor. Este amor es la actividad producida en la personalidad por ese
emergente aspecto divino, el cual él trata de invocar. Cuando es adecuadamente
fuerte, entonces tiene lugar la verdadera evocación y el discípulo (el hombre
es eso ahora) asciende a la Cruz Fija.
Lo que
antecede es aplicable al discípulo individual y también a la entera humanidad
y, como he dicho a menudo, este proceso de invocación está teniendo lugar en la
familia humana, produciendo la terrible crisis actual. Las dos etapas ya
descritas están presentes hoy en la humanidad en forma general y potente.
El
reconocimiento de estas dos etapas en la humanidad, me indujo a dar, bajo
instrucciones de la Jerarquía, como puntos ampliamente separados en el tiempo,
dos estrofas de un gran mántram oculto. La primera, empleada en 1936, se
refería a Ja vaga aspiración general del conjunto de pueblos del mundo,
evidenciada hoy más que nunca y enfocada cada vez más hacia el verdadero
bienestar.
Que las
Fuerzas de la Luz iluminen a la humanidad.
Que el
Espíritu de Paz se difunda por el mundo.
Que el
espíritu de colaboración una a los hombres de buena voluntad dondequiera estén.
Que el
olvido de agravios, por parte de todos los hombres, sea. la tónica de esta
época.
Que el
poder acompañe los esfuerzos de los Grandes Seres.
Que así
sea, y cumplamos nuestra parte.
El empleo
de esta primera estrofa, obtuvo un éxito inmediato y plena respuesta de esas
personas buenas y bienintencionadas, cuyo enfoque es predominantemente astral y
anhelante y cuya meta es paz y tranquilidad. La paz y la tranquilidad proporcionan
una “zona de conciencia” en la que puede florecer la aspiración, alcanzarse el
bienestar físico y emocional y posibilitar el reconocimiento de la visión
mística.
La segunda
estrofa se dio luego, y estaba destinada a ser una prueba o “punto decisivo en
un momento de crisis”.
Que surjan
los Señores de la Liberación.
Que traigan
ayuda a los hijos de los hombres.
Que
aparezca el Jinete del Lugar Secreto
Y con su
venida salve.
Ven, oh
Todopoderoso.
Que las
almas de los hombres despierten a la Luz,
Y que
permanezcan en conjunta intención.
Que el
Señor pronuncie el fíat:
¡Ha llegado
a su fin el dolor!
Ven, oh
Todopoderoso.
Ha llegado
para la Fuerza Salvadora la hora de servir.
Que se
difunda por el mundo, oh Todopoderoso.
Que la Luz,
el Amor, el Poder y la Muerte
Cumplan el
propósito de Aquel que Viene.
La VOLUNTAD
de salvar está presente.
El AMOR
para llevar a cabo la tarea está ampliamente difundido.
La AYUDA
ACTIVA de quienes conocen la verdad, también está presente.
¡Ven, oh
Todopoderoso y fusiona a los tres!
Construye
la muralla protectora.
El imperio
del mal debe terminar AHORA.
Esta
invocación fue dada a las masas durante esta prueba, pero estaba principalmente
destinada a ser empleada por esos aspirantes y discípulos que no sólo son
místicos, sino que han logrado por lo menos un pequeño progreso en su
tentativa de hollar el camino oculto; están mentalmente enfocados y reconocen
el camino superior; han visto la visión y están ya preparados para algo más
cercano y real. Por lo tanto, la última estrofa está destinada principalmente a
los que han ascendido o están en proceso de ascender a la Cruz Fija.
Por eso fue
relativamente limitado el empleo de la segunda parte de la Gran Invocación,
repudiada (a veces casi violentamente) por las personas de tipo emocional que
no pueden ver más allá de la belleza de la paz -expresión de la meta en el
plano astral. Su visión del todo mayor y la evocación de la voluntad al bien
(que no es voluntad por la paz) estaba extremadamente limitada, aunque no por
su culpa. Simplemente indicaba el lugar que ocupaba en la escala de la
evolución, y marcaba un punto relativamente útil de servicio, pero en proceso
de ser trascendido. Los pueblos del mundo ya están comprendiendo (por medio
del sufrimiento y su consiguiente reflejo) que existe algo más grande que la
paz, y es el bien de la totalidad, y no únicamente pacíficas condiciones individuales
o paz nacional. Esta reorientación de la conciencia humana es creada por la
actitud determinada de las almas de los hombres en forma masiva y fusionada,
organizada y enfocada por la visión del bienestar general de la humanidad.
Sin
embargo, fue esencial que las diferenciaciones en las actitudes aparecieran con
toda claridad y, por lo tanto, dimos las dos estrofas de la Gran Invocación, en
forma separada y en distintos momentos. Así aprendieron a apreciar la
diferencia entre las actitudes de la masa de personas bien intencionadas del
mundo y las actitudes correctamente orientadas de los aspirantes y discípulos
inteligentes. Esto fue necesario antes de que pudiera tener lugar una acción
más amplia. Hago una pausa aquí para recordarles que ambos grupos son
necesarios: el primero -emocional e idealista- tiene que desempeñar su parte
para enfocar la masiva aspiración fluida, cuya responsabilidad es hacia el
público en general. El otro grupo de pensadores entrenados y personas que están
principalmente animadas por la voluntad al bien (que es de mayor importancia en
este ciclo mundial que la voluntad para la paz) tienen la función de evocar
respuesta jerárquica, contestando a la aspiración del primer grupo. Enfoca su
aspiración en el plano mental, creando una forma mental que personifica el
objetivo y proyecta el “llamado” que puede llegar a oídos de los Señores de la
Liberación.
La
invocación fusionada y el llamado unido, elevará una poderosa demanda desde los
distintos niveles de la conciencia humana hasta los Centros ocultos de la
“Fuerza Salvadora”. Tal el llamado unido que deben ahora organizar. Así la masa
de la humanidad será estimulada para pasar de la Cruz Mutable a la Cruz Fija, y
el nuevo ciclo mundial que empieza en Acuario (un brazo de la Cruz Fija), será
definitivamente inaugurado por la humanidad misma.
Por lo
tanto, podría decirse que la Gran Invocación, tal como fue dada la primera vez,
es para que la empleen aquellos que están crucificados en la Cruz Mutable, la
Cruz del cambio, mientras que la Segunda Invocación es para quienes están crucificados
en la Cruz Fija, la Cruz de la correcta orientación, y también para que la
empleen esos hombres y mujeres cuya finalidad es expresar la voluntad al bien,
y pensar en términos de servicio mundial, porque están orientados hacia la luz
-la luz del conocimiento, la luz de la sabiduría y de la comprensión y la luz
de la vida misma.
En la Cruz
Fija, la influencia unida de sus cuatro corrientes de energía, cuando se
expresan plenamente por intermedio de un discípulo individual y de la
Jerarquía, produce también tres condiciones emergentes:
1.
Hay una vasta experiencia de vida, actividad y
percepción grupales. El hombre autoconsciente en Leo, se convierte en el hombre
consciente del grupo en Acuario.
2.
Surge en la conciencia del discípulo una visión
del “Camino interminable, del cual el Nirvana no es más que el principio”.
3.
Reconoce su trabajo mediador, tarea principal de
la Jerarquía, que media entre Shamballa y la Humanidad. Sabe que debe llevar
adelante simultáneamente, la tarea dual de invocación y evocación -la evocación
(por medio de la correcta invocación) de la voluntad al bien de los pensadores
y aspirantes del mundo y, además, la voluntad de salvar de los Señores de
Shamballa, por conducto de la Jerarquía, pues él está en posición de acercarse
directamente. Señalo grandes misterios.
Por lo
tanto, al principio se despierta en él una vaga determinación que cede su
lugar, con el tiempo, a la evocación de la voluntad en sí mismo. Esto
oportunamente lo relaciona con el aspecto voluntad de la Deidad cuando emana y
desciende aminorado, desde Shamballa, por conducto de la Jerarquía, en cuya
organización espiritual está siendo gradualmente integrado, mediante la
experiencia de la Cruz Fija. Aquí debería observarse que:
1.
La experiencia en la Cruz Mutable íntegra a un
hombre en el centro denominado Humanidad.
2.
La experiencia en la Cruz Fija íntegra al
discípulo en el segundo centro planetario denominado la Jerarquía.
3.
La experiencia en la Cruz Cardinal integra al
iniciado en el principal Centro planetario que denominamos Shamballa.
Oportunamente,
se convierte en un radiante centro de voluntad espiritual que afecta a la
humanidad y evoca su voluntad al bien, la fusiona con la de la Jerarquía hasta
donde puede, y a su vez fusiona esta voluntad humana con la actividad jerárquica,
en un esfuerzo por evocar respuesta desde Shamballa.
3. La Cruz
del Cristo Resucitado.
No puedo
extenderme más sobre este tema, ni será útil que lo haga, respecto a las
condiciones que emergen en la conciencia del iniciado en la Cruz Cardinal. Mis
palabras no tendrían significado. La mayoría de ustedes se halla en el estado
de transición, en el que están estabilizando la voluntad individual y tratando
acrecentadamente de expresarla como voluntad al bien. Quisiera que
comprendieran profundamente que si están condicionados por la voluntad para la
paz, significa que aún actúan en niveles emocionales, y que deberán trabajar
con Ja primera estrofa de la Gran Invocación y distribuirla a las masas. Si la
voluntad al bien los influye y dirige, entonces, a la tarea de despertar la
aspiración de las masas, deben agregar la de evocar respuesta a la necesidad
mundial en los pensadores y aspirantes, por medio de la segunda estrofa,
fusionando los dos acercamientos en un esfuerzo por evocar -por conducto de la
Jerarquía- la voluntad de salvar de Shamballa.
LOS
RAYOS, LAS CONSTELACIONES Y LOS PLANETAS
(Según
la Tabulación X)
LLegamos a la última parte de nuestro estudio sobre el
zodíaco y su relación con los siete rayos. Hemos considerado los signos y sus
efectos, y la nueva y profundamente esotérica astrología, que reemplazará en
forma gradual a la actual astrología mundana. Al final de este siglo habrá
conquistado el lugar que le corresponde en el pensamiento humano, pero hay algo
que deben recordar constantemente. Ahora que la guerra ha terminado y los
momentos de aguda prueba y tribulación ha llegado a su fin, se producirá un
gran despertar espiritual –de calidad y naturaleza actualmente impredecibles.
La guerra habrá enseñado a la humanidad muchas lecciones y arrancado la venda
que el yo inferior puso sobre los ojos. Los valores que hasta ahora han sido
expresados y comprendidos sólo por aquellos cuyos “ojos están puestos en
Dios" serán la meta y el deseo de incontables millares; la verdadera
comprensión entre hombres y naciones será el objetivo anhelado. Lo que la
humanidad decide obtener, siempre lo logra. Constituye una ley oculta, pues el
deseo es la fuerza más poderosa en el mundo; el deseo organizado y unificado
fue la razón fundamental de los primeros y asombrosos éxitos del Eje. El único
factor que puede oponerse triunfalmente al deseo es la Voluntad, empleando la palabra
en su significado espiritual y como expresión del primer gran aspecto divino.
Muy poca voluntad espiritual organizada fue demostrada por las Naciones
Aliadas, aunque, lógicamente, estaban animadas por el deseo de obtener la
victoria y llevar a un fin a este cataclismo mundial omniabarcante, por el
deseo de paz y de retornar a la estabilidad, terminar con las guerras de una
vez por todas y romper con su constante repetición cíclica, y por un
acrecentado deseo de finalizar con el terrible sufrimiento, la crueldad, la
muerte, el hambre y el temor, que están estrangulando a la humanidad para
acabar con su vida.
1. La
Naturaleza de la Voluntad.
Esta
determinación, en la mayoría de los casos, es simplemente la expresión de un
deseo fijo y unido, no el empleo organizado de la voluntad. El secreto de la
voluntad consiste en reconocer la naturaleza divina del hombre. Sólo esto
puede evocar la verdadera expresión de la voluntad. En verdad debe ser evocada
por el alma, cuando domina a la mente humana y controla a la personalidad. El
secreto de la voluntad está también estrechamente ligado al reconocimiento de
la naturaleza inconquistable de la bondad, y a la inevitabilidad del triunfo
final del bien. Esto no es una determinación ni la activación y estimulación
del deseo para poder ser trasmutado en voluntad; tampoco es un enfoque
implacable, inmutable e inconmovible de todas las energías, por la necesidad
de triunfar (los enemigos de las Fuerzas de la Luz son expertos en eso). La
victoria para las Naciones Aliadas residió en el esfuerzo por producir este
enfoque con mayor efecto que del enemigo. El empleo de la voluntad no se
expresa mediante una determinación férrea por mantenerse firme y no ceder a las
fuerzas del mal. La determinación, el enfoque de la energía y la demostración
de un total esfuerzo por la victoria, fueron sólo (respecto a las Naciones
Aliadas) la expresión de un firme deseo por obtener la paz y terminar con el
desorden. Las masas pueden hacer este tipo de esfuerzo y ambos bandos lo han hecho
en este conflicto.
Sin
embargo, hay un factor plus, un algo más que le trajo la victoria a los
Aliados. Vino por medio de un inconsciente esfuerzo por expresar y comprender
la cualidad de la Voluntad espiritual; la manifestación de esta energía divina
hizo que el primer aspecto divino de voluntad o poder, sea lo que es, rasgo
característico de la fuerza de Shamballa; esta cualidad es tan diferente,
peculiar y distintiva de la divinidad, que ni el Mismo Cristo pudo expresarla
con facilidad y comprensión. De allí el episodio de Getsemaní. No me resulta
fácil expresar su significación en palabras. Han pasado dos mil años desde el
episodio de Getsemaní, y desde que Cristo estableció el primer contacto con las
fuerzas de Shamballa; por este medio y en bien de la humanidad, estableció una
relación que, después de XX siglos, sólo es una frágil y débil línea de energía
vinculadora.
Sin
embargo, esta fuerza de Shamballa está disponible para ser empleada
correctamente, pero el poder de expresarla reside en su comprensión (hasta
donde sea posible en este punto medio. de la evolución humana) y su empleo
grupal. Es una fuerza unificadora sintética, pero puede ser utilizada como una
fuerza
regimentadora
y estandarizante. Permítaseme repetir las dos palabras clave para el empleo de
la energía de Shamballa: Empleo y Comprensión grupales.
El género
humano ha tenido mucha dificultad en comprender la significación del Amor. Si
esto es así, su problema en relación con la Voluntad será lógicamente aún más
difícil. Para la vasta mayoría de los hombres el verdadero amor constituye sólo
una teoría. El amor (como generalmente lo interpretamos) se expresa como
bondad, pero es una bondad hacia el aspecto forma de la vida y de las
personalidades que están a nuestro alrededor, y se satisface a sí mismo a
menudo mediante el deseo de cumplir con nuestras obligaciones, y sin obstruir
en forma alguna esas actividades y relaciones que tienden al bienestar de
nuestros semejantes. Se expresa por el deseo de terminar con los abusos y lograr
mundialmente condiciones materiales más felices; se demuestra en amor materno y
entre amigos, pero raras veces como amor entre grupos y naciones. El amor es el
tema de la enseñanza cristiana, así como la voluntad divinamente expresada
constituirá el tema de la futura religión mundial, siendo el impulso que
subyace en gran parte del buen trabajo realizado en los campos de la filantropía
y del bienestar humano, pero, en realidad, el amor no ha sido nunca expresado
-excepto por el Cristo.
Si esto es
así quizás me preguntarán, ¿ por qué hago tanto hincapié sobre este superior
aspecto divino? ¿ Por qué no esperar hasta que sepamos algo más sobre el amor y
cómo manifestarlo en nuestro medio ambiente? Porque, en su verdadera expresión,
la Voluntad es necesaria hoy como fuerza propulsora y expulsora, y como agente
clarificador y purificador.
El primer
registro de las palabras que el Cristo pronunció a Su madre fueron (símbolo del
aspecto sustancia de la divinidad) “¿ No sabéis que debo ocuparme de los
asuntos de mi Padre?” Esos asuntos que Él relacionó con el primer aspecto
divino, la Mónada o aspecto Padre, fue llevar a cabo el propósito y cumplir la
intención, la voluntad y el propósito de Dios. Su segunda enunciación fue
pronunciada durante el Bautismo, en el Jordán, cuando dijo a Juan el Bautista:
“Deja que esto sea así, pues nos corresponde cumplir con toda rectitud”. Aquí,
en esta segunda iniciación -que simboliza Ja conquista del deseo-, el Cristo
penetra en el reino de la realización, del cumplimiento y de la correcta
actividad planeada. Su propio deseo personal (necesariamente de orden superior,
debido a Su elevado grado de evolución) sustituye a la Voluntad divina.
Nuevamente, al final de Su vida, en la experiencia de Getsemaní, exclama:
“Padre, no mi voluntad sino la Tuya sea hecha”. Aún entonces, incluso para Él,
era casi imposible poder expresar plenamente la voluntad, porque todavía
estaba consciente del inherente dualismo de Su posición y del contraste entre
Su voluntad y la voluntad de Dios. En estas tres enunciaciones, Cristo demostró
Su reconocimiento de los tres aspectos emergentes de la vida, la cualidad y la
energía de Shamballa:
1.
La Voluntad que condiciona el aspecto vida.
2.
La Voluntad que trae el cumplimiento de correctas
relaciones humanas.
3.
La Voluntad que, finalmente, conquista a la
muerte.
Estos tres
aspectos están relacionados con las tres expresiones divinas de espíritu, alma
y cuerpo, o vida, conciencia y forma, o vida, cualidad y apariencia. Este
aspecto de la expresión de la vida del Cristo nunca ha sido debidamente
estudiado, sin embargo, aunque sea una pequeña captación y comprensión de ese
aspecto, ayudaría a la humanidad a hacer retroceder el mal (individual.
grupal y planetario) al lugar de donde vino y también a liberar a la humanidad
del terror que ahora acecha en todas partes, desafiando a Dios y al hombre.
Por lo
tanto, la energía de Shamballa es aquello que está relacionado con la vivencia
(por medio de la conciencia y de la forma) de la humanidad; no es necesario que
consideremos su relación con el resto del mundo manifestado; concierne al establecimiento
de correctas relaciones humanas, y constituye esa condición de ser que,
oportunamente, niega el poder de la muerte. Por lo tanto, es el incentivo y no
el impulso, es el propósito realizado y no la expresión del deseo. El deseo
asciende desde y a través de la forma material; la voluntad desciende a la
forma, doblegándola conscientemente al propósito divino. Uno es invocador, Ja
otra evocadora. Cuando el deseo está acumulado y enfocado, puede invocar a la
voluntad; cuando la voluntad es evocada, da fin al deseo y se convierte en una
fuerza inmanente, propulsora e impulsora, estabilizando, clarificando y
finalmente -entre otras cosas- destruyendo. Es mucho más que esto, pero, en la
actualidad, es todo lo que el hombre puede comprender, para lo cual posee ya
el mecanismo de comprensión. Esta voluntad -despertada por la invocación- debe
ser enfocada en la luz del alma y dedicada a servir los propósitos de la luz y
establecer correctas relaciones humanas, que deben ser aplicadas (con amor)
para destruir todo lo que obstaculiza la libre afluencia de la vida humana y
está produciendo la muerte (espiritual y real) de la humanidad. Esta Voluntad
debe ser invocada y evocada.
No me
refiero aquí a una de las dos Grandes Invocaciones ni a la tercera que ha sido
dada últimamente, sino a la conciencia enfocada de hombres y mujeres de buena
voluntad, cuyas vidas están condicionadas por la voluntad de llevar adelante
con amor los propósitos de Dios, que tratan de comprender altruistamente esos
propósitos y no temen a la muerte.
Hay dos
grandes impedimentos para la libre expresión de la fuerza de Shamballa en su
verdadera naturaleza. Uno, es la sensibilidad de la naturaleza inferior a su
impacto, y su consiguiente prostitución para fines egoístas, como en el caso
del sensitivo y negativo pueblo alemán, y el empleo por parte de las naciones
del Eje para fines materialistas. El segundo es la oposición bloqueadora,
obstaculizadora, confusa pero masiva, de los pueblos bien intencionados del
mundo, que hablan vaga y bellamente sobre el amor, pero se niegan a considerar
las técnicas de la voluntad de Dios en acción. Según ellos nada tiene que ver
personalmente con esa voluntad, y se niegan a reconocer que Dios ejerce Su
voluntad por intermedio de los hombres, así como también Él trata de expresar
Su amor a través de ellos; no creen que esa voluntad pueda expresarse mediante
la destrucción del mal, con todas sus consecuencias malignas. Tampoco pueden
creer que un Dios de Amor emplee el primer aspecto divino para destruir las
formas que obstruyen la libre actuación del espíritu divino; esa voluntad no
debe infringir el concepto que ellos tienen del amor. Tales personas son
individualmente de poco valor e importancia, pero su negatividad masiva
constituyó un real detrimento para dar fin a la guerra, así como la
negatividad masiva del pueblo alemán y su incapacidad de emprender la correcta acción,
cuando los propósitos de Hitler fueron descubiertos, hicieron posible la gran
afluencia del antiguo y enfocado mal, que trajo al hombre la actual catástrofe.
Tales personas, similares a una piedra de molino atada al cuello de la
humanidad, malogran el verdadero esfuerzo, susurrando “Amemos a Dios y amémonos
mutuamente”, pero no hacen nada más que repetir plegarias y necedades, mientras
la humanidad agoniza.
Fácilmente
podrán apreciar el hecho de que la evocación de la energía de la voluntad y su
efecto sobre las personas sin preparación y materialistas, podría ser y sería
un desastre. Serviría simplemente para enfocar y fortalecer su propia voluntad
inferior, nombre dado a determinados deseos satisfechos. Entonces podría crear
una fuerza tan impulsora, dirigida hacia fines egoístas, que las personas se
convertirían en monstruos de maldad. En la historia de la raza, una o dos
personalidades avanzadas han hecho esto con terribles resultados, tanto para
ellos como para los pueblos de su época. Uno de estos personajes de la
antigüedad fue Nerón; el ejemplo más moderno fue Hitler. Sin embargo, el que
este último fuera un enemigo tan peligroso para la familia humana, hizo que la
humanidad, durante los últimos dos mil años, haya avanzado hasta un punto en que
también puede responder a ciertos aspectos de esta fuerza de primer rayo. Por
lo tanto, Hitler encontró asociados y colaboradores que añadieron su
receptividad a la suya, de manera que todo un grupo se convirtió en agente que
respondía a la energía destructora expresada en su aspecto más inferior. Esto
les permitió trabajar sin piedad poderosa, egoísta, cruel y exitosamente, en la
destrucción de todo lo que trataba de impedir sus proyectos y deseos.
Sólo existe
una manera por la cual la enfocada maligna voluntad, debido a que puede
responder a la fuerza de Shamballa, puede también ser superada, y ello,
oponiendo una voluntad espiritual igualmente enfocada, demostrada por hombres
y mujeres de buena voluntad que responden y pueden entrenarse para llegar a ser
sensibles a este tipo de nueva energía entrante y aprender a invocarla y
evocarla.
En
consecuencia, podrán ver que en mi mente había algo más que el uso casual de
una palabra común, cuando consideré los términos buena voluntad y voluntad al
bien. Mantuve en mis pensamientos no sólo la bondad y la buena intención, sino
la enfocada voluntad al bien que puede y debe evocar la energía de Shamballa y
utilizarla para detener las fuerzas del mal.
Comprendo
que esta idea es relativamente nueva para muchos lectores; para otros
significará poco o nada; algunos podrán tener débiles vislumbres de este nuevo
acercamiento y servicio a Dios que puede y debe hacerse, repito, para
reconstruir y rehabilitar al mundo. Quisiera indicar aquí, que sólo se entra
en contacto con el aspecto voluntad desde el plano mental y, por lo tanto,
quienes trabajan con la mente y por intermedio de ella, pueden empezar a
apropiarse de esta energía. Aquellos que tratan de evocar la fuerza de
Shamballa se están acercando a la energía del fuego. El fuego es el símbolo y
la cualidad del plano mental y también un aspecto de la naturaleza divina,
aspecto sobresaliente de la guerra. El fuego, producido por medios físicos y por la ayuda del reino mineral, fue el elegido y amenazante gran medio
de destrucción en esta guerra; y dio cumplimiento a la antigua profecía de que
la tentativa de destruir a la raza Aria sería por medio del fuego, así como la
antigua Atlántida fue destruida por el agua, pero, la ardiente buena voluntad y
el uso enfocado y consciente de la fuerza de Shamballa, pueden contrarrestar
el fuego con el fuego, y esto debe hacerse.
No puedo
decirles mucho más sobre este tema, hasta haberlo estudiado durante un tiempo,
tratando de comprender el empleo de la voluntad, su naturaleza, propósito y
relación con lo que entienden por voluntad humana. Deben reflexionar sobre
cómo debería ser empleada y de qué manera los aspirantes y discípulos,
mentalmente polarizados, podrían enfocar esa voluntad y hacerse cargo, sin
peligro, de la responsabilidad de emplearla inteligentemente. Después, cuando
conozcan más al respecto, les proporcionaré mayor conocimiento sobre la
materia. Sin embargo, quisiera hacer una sugerencia práctica. ¿ No se podría
organizar un grupo que tomara este asunto como tema de meditación, y tratara de
capacitarse -por medio de la correcta comprensión- para hacer contacto con la
energía de Shamballa y aplicarla? ¿No sería posible elaborar gradualmente el
tema de la revelación de la voluntad divina, para que el tópico general pueda
estar preparado para presentarlo al público reflexivo cuando llegue verdaderamente
la paz? Muchas cosas se han de considerar a este respecto. Tenemos la
demostración de los tres aspectos de la voluntad, tal como han sido enumerados
anteriormente: la preparación del individuo para expresar esta energía; una
madura consideración de la relación de la Jerarquía con Shamballa, llevada a
cabo a medida que los Maestros tratan de desarrollar el propósito divino y ser
Agentes distribuidores de la energía de la voluntad. Además tenemos que hacer
el esfuerzo para comprender algo de la naturaleza del primer aspecto y su
impacto directo sobre la conciencia humana, aparte de todo el centro jerárquico
-un impacto hecho sin ningún proceso de absorción ni aminoración, al cual lo
somete la Jerarquía. En otra parte me he referido a este contacto directo, que
puede ser más directo y completo cuando haya mayor seguridad, como resultado de
un acercamiento humano más comprensivo.
Una de las
causas de la Segunda Guerra Mundial consistió en el establecimiento de un
contacto prematuro -un contacto hecho por ciertas mentes egoístas, de cualidad
relativamente elevada, ayudadas por la Logia Negra. Para contrarrestar esto y,
oportunamente, eliminar la influencia de las fuerzas oscuras de nuestro
planeta, debe haber un empleo consciente y activo de las fuerzas de Shamballa
por la Logia Blanca, ayudada por hombres y mujeres cuya voluntad al bien es
suficientemente fuerte como para salvaguardarlos del peligro personal en su
Trabajo, y de ser desviados hacia líneas erróneas y peligrosas. Esta ayuda necesita
ciertos contactos e interacción definidos y planeados, entre los dos centros:
la Humanidad y la Jerarquía. Cuando esté se haya establecido mejor, podrá haber
una cooperación real y organizada, y los miembros de los dos grandes centros
“unirse en intención masiva , lo cual será la analogía, en el plano mental, de
la intención masiva del público en general, cuyos labios y corazones poseen el
poder de la demanda. A esta demanda puede añadirse la voluntad enfocada de los
pensadores e intuitivos mundiales, que utilizarán sus mentes y cerebros para
reafirmar los derechos.
Debido a
que estaba involucrado el aspecto voluntad, procuré que el último punto a
considerar sobre los siete rayos fuera: Los Rayos, las Constelaciones y los
Planetas, tal como se dan en la Tabulación X. La interrelación dada concierne
al primer aspecto de la voluntad, como ya he indicado. El análisis de esta
clasificación completará nuestra consideración de la astrología esotérica.
Las siete
estrellas de la Osa Mayor son las fuentes originantes de los siete rayos de
nuestro sistema solar. Los siete Rishis de la Osa Mayor se expresan por medio
de los siete Logos planetarios, que son Sus representantes, y de quienes son
Su Prototipo. Los siete Espíritus planetarios se manifiestan por intermedio
de los siete planetas sagrados.
Cada uno de
estos siete rayos, provenientes de la Osa Mayor, son trasmitidos a nuestro
sistema solar por intermedio de tres constelaciones y sus planetas regentes. La
siguiente tabulación aclarará esto, pero debe ser interpretada sólo en términos
de la actual vuelta de 25.000 años de la gran rueda zodiacal.
2. Varios
Aspectos de la Voluntad.
Tenemos
ahora la difícil tarea de considerar un aspecto de la manifestación divina,
poco evidente aún en el plano físico, que carecemos de la palabra exacta para
expresarlo, y los términos disponibles inducen análogamente a error. Sin
embargo, intentaré proporcionarles ciertos conceptos, relaciones y paralelos
que puedan servir para concluir esta parte sobre astrología y sentar las bases
para la futura enseñanza, alrededor del año 2025. Por este método vendrá toda
revelación. Se da un pensamiento; se describe un símbolo; se delinea una idea.
Entonces, a medida que las mentes de los hombres reflexionan sobre ellos y los
intuitivos del mundo captan el pensamiento, sirve como pensamiento simiente
que, oportunamente, fructifica mediante la presentación y el despliegue de una
revelación que sirve para que la raza de los hombres se acerque más a su meta.
Aries El Carnero Marte Mercurio
1ro.
Voluntad o Poder Leo El León El
Sol El Sol
Capricornio
La Cabra Saturno
Saturno
Géminis Los
Gemelos Mercurio Venus
2do.
Amor-Sabiduria Virgo
La Vigen Mercurio La Luna
Piscis
Los Peces Júpiter Plutón
Cáncer El Cangrejo la Luna Neptuno
3ro.
Inteligencia Activa Libra La Balanza Venus Urano
Capricornio
La Cabra Saturno Saturno
Tauro El
Toro Venus Vulcano
4to.
Armonía a través Escorpio El Escorpión Marte Marte
del
Conflicto Sagitario El Arquero Júpiter La Tierra
Leo El
León El Sol El Sol
5to.
Ciencia Concreta Sagitario El Arquero Júpiter La Tierra
AcuarioEl Portador de Urano Júpiter Agua
Virgo La Vigen Mercurio La Luna
6to.
Devoción Idealismo Sagitario El Arquero Júpiter La
Tierra
Piscis Los
Peces Júpiter Plutón
Aries El Carnero Marte Mercurio
7mo. Orden
Ceremonial Cáncer El Cangrejo la Luna Neptuno
Capricornio La Cabra Saturno Saturno
Estamos
considerando la expresión de la fuerza de Shamballa en términos de Voluntad, es
decir, del propósito divino, latente en la mente de Dios desde Los principios
del tiempo y en los albores de la creación. Esa idea existe total y completa en
la mente de Dios. En la manifestación es una actividad
gradual evolutiva, autorreveladora y manifestada. Conocemos algo del aspecto
inteligencia de Dios, que está revelado en la actividad viviente de la
sustancia. Lentamente vamos aprendiendo algo respecto al amor de ese Gran
Pensador, y su revelación ha llegado a la etapa en que la mente humana puede
comparar su método de actividad viviente con el amor de la Deidad visualizado
y sentido, expresado hasta ahora por el deseo de correctas relaciones humanas
y el correcto trato de todo lo que no es humano. Acerca de la voluntad y el
propósito de Dios, la humanidad nada sabe, porque la voluntad individual o la
voluntad humana colectiva, que podría actuar como intérprete revelador y
también servir como método de contacto, está dedicada al egoísmo y es ciega a
los niveles más elevados de la expresión divina. La así llamada aceptación de
la voluntad de Dios, por el género humano, está basada en su vida de deseo, en
su negatividad y en la visión de los santos, cuya nota clave fue la sumisión, y
su punto de contacto espiritual más elevado estaba matizado por el dualismo y
condicionado por los métodos humanos de interpretación.
De acuerdo
al método ocultista, debemos comenzar por lo universal y el todo; a su tiempo,
lo individual y lo particular serán revelados, pero siempre en relación con el
todo. Debería ser posible, mediante un estudio de los siete rayos, de sus
constelaciones relacionadas y sus agentes transmisores, los planetas, obtener
una idea general de la afluencia de la energía de Shamballa, como propósito
emergente en el plano físico.
Anteriormente,
me he referido a las tres expresiones principales del aspecto voluntad.
Tenemos la voluntad, como condicionador del aspecto vida. Esto no se refiere a
ciertos acontecimientos u ocurrencias, sino a la naturaleza de las manifestaciones
de la vida en cualquier ciclo, a través de cualquier nación o raza, en lo que
concierne a la humanidad, y se refiere, además, a las amplias líneas generales
que, en un momento dado en el planeta, determinan el progreso de la evolución
de las formas que tienen básicamente que ver con la fuerza y la persistencia de
la vida, que al manifestarse crea esas condiciones externas cualificadas y
expresadas en términos de vida, cualidad y apariencia. La palabra vida, en
esta triplicidad de términos, se refiere a la vida tal como la humanidad la
comprende. Aquí me refiero a la palabra vida que H. P. 13. considera como la
que sintetiza espíritu, alma y cuerpo. (La Doctrina Secreta, T. 1) En realidad,
es esa cuarta Cosa indefinida que está detrás de toda manifestación, objetos,
expresiones cualificadas de la divinidad, insinuada en El Bhagavad Cita con
las palabras: “Habiendo compenetrado todo el universo con un fragmento de Mi
Mismo, Yo permanezco.”
Después
tenemos la voluntad que lleva a la realización, base de todas las relaciones y
procesos de interrelación en nuestro sistema solar y (en lo que a la humanidad
respecta) en el planeta. Es el principal factor responsable de la
inevitabilidad de la culminación divina; la causa de la fructificación de todas
las formas en todos los planos, y de la intención divina, y lo que está detrás
de la conciencia misma. No encuentro palabras para expresar esto y lo dicho
resulta totalmente inadecuado. Existe un reflejo vago e incierto de este
cumplimiento de la voluntad, en la alegría de la realización, tal como lo
registra el ser humano que ha hallado lo que su corazón desea. Largos procesos
de evolución y una extensa experiencia de la actividad viviente de la voluntad
de Dios, como Vida, preceden a esta realización. Este concentrado esfuerzo
evolutivo y propósito indesviable, ha exigido mucho más que el deseo y aún más
que la voluntad de estar activo. Existe una realización cumplida desde el mismo
comienzo, porque la divina voluntad de realizar precede al esfuerzo creador.
Es la síntesis de la creación o esfuerzo persistente, adhesión a la visión y
sacrificio total, y todos ellos en términos de la divina experiencia
experimentada, si puedo formular así la idea. Recuerden, por lo tanto, que a
través de todas estas experiencias de la voluntad divina corre el hilo de una
síntesis realizada. Esto es algo más que cohesión en tiempo y espacio, es más
que el principio de privación, del cual habla H. P. B., y también más que la
limitación autoimpuesta. Es el fin visto desde el principio, el Alfa y el
Omega, produciendo el todo completo y la perfecta fructificación de la voluntad
divina.
Finalmente,
constituye la voluntad que conquista a la muerte. Tampoco esto debe ser
interpretado en términos de muerte, tal como afecta a la naturaleza forma de la
manifestación. La tónica de la síntesis y del triunfo -realizada y completada-
persiste detrás de todo lo que podemos reconocer como muerte. Esta voluntad es
el principio de la historia, de la meta final de la vida cuando se logra la
fructificación es el triunfo final unido o la conformidad unificada, con un
propósito previsto hace tiempo del espíritu-materia, vida-forma, más ese algo
que constituye el sueño y la ¡neta y con el cual entran en contacto los más
altos iniciados de la Jerarquía -la revelación secreta de Shamballa. Nada más
puedo decir. Si el Cristo Mismo está esforzándose por adquirir ese
conocimiento, nosotros sólo podemos hacer conjeturas.
En estas
pocas palabras he tratado de dar una idea de una vasta comprensión subjetiva.
Lo que insinúo es en realidad el objetivo de ese “interminable Camino del cual
el Nirvana es la puerta abierta” -el Camino que conduce a la evolución
superior, para el cual nuestro proceso evolutivo prepara al género humano.
Señalo la meta de todo esfuerzo jerárquico. La humanidad está tan preocupada
con la actitud y el esfuerzo de la Jerarquía, respecto al bienestar y guía
humanos, que la meta de los esfuerzos de los Maestros de Sabiduría es
lógicamente pasada por alto. En realidad, no le concierne al hombre. Sin
embargo, la imagen del Plan divino, tan a menudo destacada en los libros y por
los instructores ocultistas, está desfigurada, a no ser que se comprenda que
así como la humanidad se esfuerza hacia la Jerarquía, Ella se esfuerza hacia
Shamballa. El Antiguo Comentario dice:
“Quien puede ver la luz
oscura de Shamballa, penetra hasta lo que está más allá de nuestra pequeña
esfera, aquello que puede ser presentido detrás del triángulo sagrado (Venus,
Mercurio, la Tierra. A. A. B.) Allí existe el punto de fuego radiante que
brilla dentro del ojo (Tauro), que arde sobre la cima de la montaña
(Capricornio) y que el agua no puede apagar (Acuario). Son los tres sagrados”.
Al
considerar los siete rayos, tal como están delineados en la Tabulación X, deben
recordar que los observamos como expresiones de esta triple voluntad. Los
siete rayos los hemos estudiado algo detalladamente en mis libros, desde el
ángulo de la conciencia y desde el punto de vista en que producen cambios y
expansiones de conciencia en el hombre, en las naciones y en las razas. Ahora,
dentro de lo posible, consideraremos estos rayos a medida que vayan expresando
la actividad viviente y pura de la Deidad, cuando se realiza a Sí misma en la
manifestación como incentivo puro, energía impersonal dirigida, e instinto
divino, siendo este último una mezcla de fuerza instintiva y energía intuitiva.
Podría decirse, a quienes poseen cierto grado de percepción esotérica, que
esta Vida sintética, por ser cósmica, emana de los planos cósmicos y no del
sistema. De allí la dificultad de comprenderla:
1.
La voluntad condicionadora es la síntesis de la
vida del plano físico-cósmico, del cual nuestros siete planos son los siete
subplanos. Por lo tanto, mientras la conciencia humana no se haya expandido más
de lo que está ahora, el hombre no podrá comprender tal realización sintética.
2.
La voluntad que trae realización es el divino
incentivo (pues. impulso no es el término apropiado) del plano astral cósmico.
3.
La voluntad que conquista a la muerte es una
emanación del plano mental cósmico.
Desde estos
tres planos cósmicos (abarcando la personalidad sagrada de los Logos solar y
planetario) llegan las energías unidas de las tres constelaciones que controlan
y energetizan a nuestro sistema solar: La Osa Mayor, las Pléyades y Sirio,
actúan por intermedio de los siete rayos y éstos a su vez se expresan por
intermedio de las doce constelaciones que forman la gran rueda zodiacal. Los
Señores o Poderes Regentes de estas doce fuentes de luz y vida aminoran la
potencia de estas tres energías mayores para que nuestro Logos solar pueda absorberlas;
ellas se sintonizan los aspectos de las tres Potencias que no son adecuadas a
nuestra vida del sistema, en este punto del proceso evolutivo, así como la
Jerarquía desintoniza o aminora, sobre nuestro pequeño planeta, las energías
provenientes de Shamballa. Estas tres energías mayores, se expresan en forma
misteriosa por intermedio de los siete rayos, así como todas las triplicidades
se subdividen en septenarios, conservando sin embargo su identidad. Estas
siete energías que emanan de las tres mayores y son trasmitidas por conducto de
las doce constelaciones, están corporificadas en los siete planetas sagrados y
representadas en nuestra Tierra por los siete Espíritus ante el trono de Dios
(el símbolo de la síntesis). Esta grandiosa interrelación está personificada
en el gran proceso de: Transmisión, Recepción, Absorción, Relación y Actividad
Viviente. El método es de Invocación y Evocación. Ambas frases contienen uno de
los indicios más importantes de todo el proceso evolutivo, la clave para el
enigma del tiempo y del espacio y la solución de todos los problemas. Pero el
factor más importante consiste en que toda la cuestión constituye la expresión
de la Voluntad enfocada.
Al
considerar este proceso, quisiera que estudiaran la Tabulación .X, la cual es
una forma simbólica que encierra lo que trato de impartir. Señalaré que el
aspecto voluntad -tal como está personificado en los rayos y trasmitido por las
constelaciones- actúa destructivamente cuando se concentra a través de un
planeta ortodoxo y constructivamente cuando se concentra a través de un planeta
esotérico. He aquí la guía secreta de la significación de la muerte y de la
inmortalidad. Esto es algo que el astrólogo común será incapaz de
comprobar, porque los ciclos involucrados son demasiado extensos, sin embargo,
puede captar intuitivamente la probabilidad de mi proposición. Volveré a
recordarles que nuestro tema es el plan, el propósito y la voluntad divinos, no
la evolución de la conciencia o del segundo aspecto de la divinidad. Concierne
al espíritu y no al alma. Trata de formular en cierta medida la vida del
Padre, la voluntad de la Mónada y el propósito del Espíritu. En éstos (los
tres aspectos de la voluntad) está germinando la simiente del próximo sistema
solar, el tercero, y la fructificación de la Manifestación de la Personalidad
del Logos. Por lo tanto, es necesario interpretar los siete rayos en términos
de voluntad y no de amor o conciencia. Esto es lo que trataremos de hacer
ahora.
ler. RAYO.
- La energía de Voluntad o Poder. Este rayo está destacadamente relacionado con
ese aspecto de la voluntad que conquista a la muerte, sin embargo, es el Rayo
del Destructor. Sobre esto les recordaré que la actitud humana de que la muerte
es el destructor, presenta un punto de vista limitado y erróneo. El primer
rayo destruye a la muerte, porque en realidad no existe tal cosa; ese concepto
es parte de la Gran Ilusión, una limitación de la conciencia humana, y está
básicamente relacionado con el cerebro y no con el corazón, por extraño que
parezca. Es, en un verdadero sentido, “una ficción de la imaginación”. Cavilen
sobre esto. La abolición de la muerte y la destrucción de la forma es una
manifestación de primer rayo, que en realidad trae la muerte de la negación e
inaugura la verdadera actividad. Es la energía que puede ser llamada
“incentivo divino”; es la vida que reside en la simiente, que destruye
sucesivamente todas las formas, a fin de que pueda efectuarse la fructificación
final. Ésta es la clave del primer Rayo. Es la Voluntad de Iniciar.
Hoy, en lo
que a la humanidad concierne, su más elevada realización es la iniciación.
2do. RAYO. - La energía de Amor-Sabduría. Esta
energía fundamental es la voluntad de unificar, sintetizar, lograr coherencia
y atracción mutua y establecer relaciones, pero -recuerden esto- son
relaciones totalmente independientes de la conciencia de la relación o la
realización de la unidad. Es la unificación tal como se ve desde el principio,
que existe siempre y eternamente en la Mente de Dios, Cuya voluntad abarca el
pasado, el presente y el futuro y Cuya mente no piensa en términos de evolución
o de proceso. El proceso es inherente a la simiente; el anhelo de evolucionar
acompaña inevitablemente la vida en manifestación. Es la Voluntad de Unificar.
Hoy, en lo
que a la humanidad concierne, su expresión más elevada es la visión mística.
3er. RAYO. - La energía de Inteligencia Activa.
Es la voluntad del propósito condicionado. Los factores que se desarrollan
por su intermedio llevan a cabo enérgicamente el plan reconocido, con una meta
inteligente, concebida con un incentivo activo, que lleva adelante el proceso
inteligentemente, por la fuerza de su propio impulso. Vuelvo a recordarles que
no me refiero a la conciencia humana, sino a la totalidad de esa empresa que
supedita a la materia y la adapta a la idea básica en la mente de Dios. Pero
ningún ser humano es aún capaz de concebir esa idea. Nadie sabe cuál es la
voluntad de Dios ni la naturaleza de Su propósito inteligente. Es la Voluntad de
Evolucionar.
Hoy, en lo
que a la humanidad concierne, su expresión más elevada es la educación, o el
desarrollo progresivo por medio de la experiencia.
4to. RAYO. - La energía de Armonía a través del
Conflicto. Ésta es fundamentalmente la voluntad de destruir las limitaciones,
que no es lo mismo que la voluntad de destruir la negación, como en el caso del
primer rayo, pero es un aspecto similar a ése. No me refiero al aspecto
conciencia que reconoce y se beneficia de esa lucha, sino a la energía inherente
a todas las formas, y particularmente fuerte en la humanidad (porque el hombre
es autoconsciente), que produce, ineludible e inevitablemente, la lucha entre
la vida y lo que ha elegido como limitación; esto oportunamente destruye o
rompe esa limitación en el momento en que se logra una verdadera armonía o
unificación. Esotéricamente podría decirse que cuando la forma (limitación) y
la vida se equilibran, aparece inmediatamente una brecha, y a través de ella
fluye una fresca emanación de la voluntad. Cristo tuvo que morir porque había
logrado la armonía con la voluntad de Dios, entonces, “el velo del Templo se
rasgó en dos de arriba a abajo”. Aquí aparecerá la significación de esta
fresca emanación de la Voluntad; el escenario está preparado para una nueva y
fresca actividad del principio viviente. En lo que a la humanidad se refiere,
las “simientes de la muerte” emergen por intermedio de este rayo, y la
inexorable parca, la muerte, no es más que un aspecto de la voluntad,
condicionado por el cuarto rayo que emerge del cuarto plano. La muerte es un
acto de la intuición, trasmitido por el alma a la personalidad y que, luego, de
acuerdo a la voluntad divina, lo lleva a cabo la voluntad individual. Ésta es
la Voluntad de armonizar.
Hoy, en lo
que a la humanidad concierne, su expresión más elevada es la intuición, cuando
se expresa a través de la actividad grupal. Siempre la muerte libera al
individuo para que entre en el grupo.
5to. RAYO. - La energía de la Ciencia Concreta
o Conocimiento. Para comprender esta expresión de la voluntad divina, el
estudiante debe recordar el aforismo ocultista que dice “materia es espíritu en
el punto inferior de la manifestación y espíritu es materia en su punto más
elevado”. Básicamente, esta voluntad puede producir concreción y, sin embargo,
al mismo tiempo constituir el punto donde espíritu y materia se equilibran y
equiparan. Ésta es la razón de por qué la perfección humana se lleva a cabo
conscientemente en el plano mental, el quinto plano; esto lo lleva a cabo el
quinto rayo, y en ese plano tiene lugar la liberación, al recibir la quinta
iniciación. Ésta es la voluntad inherente a la sustancia, y pone en actividad
a todos los átomos con los cuales están construidas las formas. También está
estrechamente relacionada con el primer sistema solar, aunque va liberando a
esos miembros de la familia humana que constituirán el núcleo alrededor del
cual se construirá el tercer sistema solar. La energía de este rayo es
inteligencia; es la simiente de la conciencia, pero no de la conciencia como la
entendemos nosotros; es la vida inherente a la materia y la voluntad para
trabajar inteligentemente; es ese algo viviente para lo cual no tenemos denominación,
producto del primer sistema solar. Constituye uno de los principales haberes de
Dios, el Padre, y también de la Mónada humana. Es la Voluntad de Actuar.
Hoy, en lo
que a la humanidad concierne, su más elevada expresión es la liberación -por
medio de la muerte o la iniciación.
6to. RAYO. - La energía de la Devoción o del Idealismo.
Es la voluntad que personifica la idea de Dios. Proporciona el poder motivador
que se halla detrás de la actuación de lo que pueda ser el propósito de la creación. No tenemos aún ni la más
mínima idea de lo que ese- propósito puede ser. Un ideal está relacionado con
el aspecto conciencia, en lo que a los seres humanos se refiere. Una idea se
relaciona con el aspecto voluntad. Este rayo personifica una potencia
dominante. Expresa el deseo de Dios y es la energía básica que emana del plano
astral cósmico. Oculta el misterio que contiene la relación entre la voluntad y
el deseo. El deseo se relaciona con la conciencia. La Voluntad no. Sin embargo,
no estamos considerando la conciencia, sino esa fuerza impersonal que impulsa
adelante a través de los siete planetas de nuestro sistema solar y hace de la
idea de Dios un hecho consumado en el Eterno Ahora. ¿ Significa algo este
enunciado para ustedes? Presumo que muy poco; es la enunciación básica de una
realidad oculta, respecto a la energía cuando se expresa en forma excepcional y
peculiar, por intermedio de la humanidad. Recordaré aquí un enunciado de La
Doctrina Secreta, “una idea es un Ser incorpóreo que no se sustenta por sí
misma, pero da figura y forma a la materia informe y se convierte en la causa
de la manifestación”. Esta afirmación nos lleva directamente a Dios Padre, a
la Mónada, al Uno. En consecuencia, está relacionada con la Voluntad y no con
la conciencia. La conciencia es en sí el reconocimiento de un plan progresivo.
La Voluntad es la causa, el Principio energetizante, la Vida? el Ser. Ésta es
la Voluntad de Causar.
Hoy, en lo
que a la humanidad concierne, su expresión más elevada es el idealismo, el
incentivo y la causa de la actividad humana.
7mo. RAYO.
- Es la energía de Orden Ceremonial. Constituye una expresión de la voluntad
que impele hacia la manifestación externa; contiene en sí la periferia y el
punto en el centro. Es la voluntad para “la síntesis ritualista”, si puedo
expresarlo así; la Necesidad es el principal factor condicionante de la
naturaleza divina -la necesidad de expresarse a sí mismo; la necesidad de
manifestarse en forma rítmica y ordenada; la necesidad de abarcar “lo que está
arriba y lo que está abajo” y, por medio de esa actividad, producir belleza,
orden, perfectas totalidades y correctas relaciones. Es la energía impulsora
que emana del Ser cuando aparece, toma forma y vive. Es la Voluntad de
Expresar.
Hoy, en lo
que a la humanidad concierne, su expresión más elevada es la organización.
En los
enunciados que anteceden, respecto a los rayos, pueden ver que todo el círculo
de su actividad es completo desde el ángulo de Dios, el Padre; la voluntad para
iniciar la manifestación y su expresión progresiva resultante, se une con la
voluntad para lograr la plena realización y la energía del Ser mismo -llega hoy
en tiempo y espacio (en la mente de Dios) a la plena consumación.
3. Las
Notas Claves de los Siete Rayos y el Aspecto Voluntad.
Las notas
claves de los siete rayos, debido a que constituyen la revelación de los siete
Grandes Seres, son:
Iniciación.
Unificación. Evolución. Armonización. Acción. Causación. Expresión.
Éstas son
las notas clave para la humanidad, en su punto actual de desarrollo evolutivo;
cuando estas siete energías actúan en la conciencia humana, en un esfuerzo por
producir y evocar el aspecto Voluntad en el hombre avanzado, producen:
Iniciación.
Visión. Educación. Intuición. Liberación. Idealismo. Organización.
Un
cuidadoso estudio de los siete rayos mayores y las siete notas clave menores,
revelará estas verdades y su promesa. Al final de la Era acuariana dichas notas
clave variarán algo, porque el reconocimiento de la Voluntad (que conduce a la
colaboración comprensiva) producirá grandes cambios en la polarización y
objetivos humanos -objetivos ya logrados.
Veamos
ahora cómo estas fundamentales energías de rayo actuarán en las relaciones
planetarias y zodiacales del hombre, y por qué ciertas constelaciones y
planetas están relacionados con algunos rayos y trasmiten influencias definidas
y específicas al centro que llamamos humanidad, produciendo ciertas
tendencias, evocando ciertas actitudes de la voluntad y conduciendo, por
consiguiente, a ciertos eventos inevitables, así como a definidos y
determinados modos de ser.
Siguiendo
con nuestra consideración de la Tabulación X, deben tenerse presentes ciertas
ideas fundamentales. Las enumeraré a fin de ayudarlos a comprenderlas:
1.
Consideramos el efecto de las siete energías de
rayo, que afluyen de cualesquiera de las siete estrellas de la Osa Mayor a
nuestro sistema solar. Estas energías son vida-cualidad de los siete Grandes
Seres, Prototipos de los Logos planetarios de los siete planetas sagrados.
Estos últimos son Sus reflejos en tiempo y espacio, así como el alma es el
reflejo de la Mónada en los seres humanos.
2.
Cada uno de los siete rayos se expresa a través de
tres constelaciones zodiacales. La analogía (no la correspondencia) reside en
que estas tres constelaciones son para la vida de uno de estos Seres de rayo,
lo que los tres aspectos mónada-alma-cuerpo, son para el hombre. Repito, aquí
también es sólo una analogía. Recuerden que analogía y correspondencia no son
lo mismo. En el primer caso el parecido es general, no en detalle. En el
segundo es prácticamente idéntica, por lo general en un nivel inferior.
3.
Estos siete grandes Seres se expresan en nuestro
sistema solar como custodios o exponentes del aspecto Voluntad de la Deidad.
Por lo tanto, Su efecto consiste en llevar a nuestro sistema solar y,
oportunamente, a nuestra vida planetaria, la energía de la Voluntad en su
aspecto planificador y constructor de Ja forma. Los libros esotéricos y la
enseñanza esotérica necesariamente han hecho hincapié sobre la conciencia,
porque expresa cualidad. Y así debe ser. Detrás de toda cualidad reside Aquello
de lo que la cualidad es la expresión, y detrás de todo eso se halla la
dinámica exteriorización (si se puede expresar así) que es el móvil de la
cualidad o conciencia, y la precipitación de la voluntad y de la cualidad de la
vida o apariencia.
4.
La naturaleza de la voluntad es todavía
indefinible, pues sólo la Mónada responde a su impacto; únicamente después de
la tercera iniciación puede el hombre llegar a captar algo de la naturaleza de
la voluntad. Todo lo que puede comprenderse en este breve resumen, es el efecto
que produce la voluntad cuando hace sentir su presencia y el resultado de su
expresión, acentuado por medio de las tres constelaciones.
5.
Las
constelaciones, en grupos de tres, trasmiten a nuestro planeta, por conducto
del Sol, las siete influencias de los siete rayos; las relaciones que doy aquí
están únicamente vinculadas con nuestra Tierra. No son aplicables en relación
a otros planetas de nuestro sistema solar, donde la configuración de la
relación es distinta. Esto depende de la naturaleza de la red etérica a través de la
cual tiene lugar toda la transmisión de energías. Las líneas de acercamiento
pueden ser indicadas de la manera siguiente:
6.
Este conjunto, en forma de rombo o “diamante”, de
las energías interrelacionadas, es el canon prototipo que se halla detrás de la
red etérica y su influencia final condicionante, en lo que a nuestra Tierra
concierne. Se hace alusión a ello cuando se refiere al “alma diamantina”, de la
cual el Buddha es un exponente. Lógicamente es un profundo misterio, pero la
correlación es interesante y una garantía.
7.
Estas siete energías de rayo, que expresan la
voluntad prototípica divina en siete formas son:
ler. Rayo. La voluntad de iniciar.
2do. Rayo La voluntad de unificar.
3er. Rayo La voluntad de evolucionar.
4to. Rayo La voluntad de armonizar o
relacionar.
5to. Rayo La voluntad de actuar.
6to. Rayo La voluntad de causar.
7mo. Rayo La voluntad de expresar.
Cuando todo
el trabajo creador esté completo, surgirá “un algo distinto”, para el cual no
tenemos denominación, pero que será la simiente del próximo sistema solar. Este
tercer sistema solar expresará la voluntad divina, al desarrollarse lentamente
a través del experimento y la. experiencia del amor divino.
8.
Estos siete aspectos de rayo de la voluntad, meta
de las iniciaciones superiores y personificación de lo que los Maestros Mismos
se esfuerzan por comprender, constituyen aquello que florece en la Mónada
cuando las almas han alcanzado la expresión perfecta a través de la humanidad.
En lo concerniente a la humanidad se expresan como:
ler. Rayo Lo que impele a alcanzar
la iniciación y la produce.
2do. Rayo Lo que causa la visión o el poder
de ver.
3er. Rayo Lo que convierte la comprensión
sensoria en conocimiento, el conocimiento en sabiduría y la sabiduría en
omnisciencia.
4to. Rayo Lo que es voluntad iluminada, la
base de buddhi o intuición.
5to. Rayo Lo que es la simiente cósmica de
la liberación. Un aspecto de la destrucción.
6to. Rayo Lo que es la causa de la
facultad de construir formas mentales, relacionada al impulso creador.
7mo. Rayo Lo que puede ser llamado el principio del
orden.
9.
Así como el deseo ha producido a este “hijo de la
necesidad” -nuestro sistema solar-, existe detrás de todas las energías del
Corazón de Dios y de todas las fuerzas que han producido el universo
manifestado, aquello que es el resultado de la necesidad divina; no la
correspondencia cósmica del cerebro, o sea la mente, o la intención enfocada,
como podrían suponer. Es ese algo sintético que pr9duce cohesión y da por
resultado fructificación o síntesis, como efecto o resultado final de la
manifestación.
Me es casi
imposible aclarar esto, porque me refiero a algunos aspectos y efectos finales
de las iniciaciones superiores. Sólo los menciono porque llevan a la
consumación y culminación de este estudio de la sicología divina, al
manifestarse por intermedio de Dios y del hombre. Estoy dando, simplemente,
pálidas e inadecuadas indicaciones de lo que emerge en la conciencia humana
después de la tercera iniciación -el punto donde la vida de la personalidad o
de la forma, es trascendida, y la Mónada se convierte en el objetivo de la
meta deseada; entonces, su presión espiritual es acrecentadamente sentida. Por
lo tanto, sólo es posible indicar metas distantes. Sin embargo, podemos obtener
algunas vagas interpretaciones humanas de las metas divinas, relacionando a
estos rayos y sus constelaciones transmisoras, con nuestra Tierra, y observando
cómo esta relación. triangular puede actuar sobre nuestro planeta. La
comprensión individual dependerá del grado de desarrollo, y sólo los iniciados
superiores comprenderán las verdaderas implicaciones de mis palabras.
Deben
recordar, cuando estudian estas profundas relaciones esotéricas, que las
encaramos desde dos ángulos -los únicos dos por ahora posibles para la mente
finita del hombre:
1.
La relación de las tres constelaciones con cada
uno de los rayos que expresan la cualidad de la Vida de una Entidad animadora
-el Ser que se está identificando por intermedio de una de las siete estrellas
de la Osa Mayor, Ursa Maior, como quizás debería denominarse a esa
constelación.
2.
Los tres aspectos de la Voluntad que expresan las
tres constelaciones, y a los cuales los seres humanos responden conscientemente
después de la tercera iniciación, y son:
a.
La voluntad que condiciona e inicia.
b.
La voluntad que trae realización.
c.
La voluntad que conquista a la muerte.
Antes de
entrar en un análisis más estrecho de nuestro tema, quisiera recordarles que,
en realidad, consideramos lo universal, simbolizado por el enorme conglomerado
de constelaciones con las cuales se relaciona nuestro tema:
1.
Las siete estrellas de la Osa Mayor o Ursa Maior,
están involucradas en una relación intrincada con la Osa Menor o Ursa Minor, y
las Pléyades. No nos ocuparemos de ello. Esta principal triplicidad de
constelaciones tiene una relación peculiar con ese Gran Ser a quien me he
referido a veces como Aquel del Cual Nada Puede Decirse. Todo lo que puede
indicarse es que éstas tres galaxias de estrellas son los tres aspectos de esa
Mónada Absoluta Indescriptible, Causa Inefable de los siete sistema solares
-de los cuales el nuestro es uno.
2.
Las doce constelaciones del zodíaco, cada una con
sus propias interrelaciones, peculiares a su propia Vida integral, forman parte
de un triángulo de energías. Cada uno de estos triángulos es una unidad en sí
mismo, pero, en conjunción con los otros triángulos, forma parte de ese
cuaternario mayor que es la analogía cósmica del cuaternario de la Vida Una
-alma y naturaleza síquica dual, llamada en algunos de los libros esotéricos
kama-manas, más la naturaleza. Estos cuatro son la expresión de la Causa Una
Inefable.
3.
Nuestro sistema solar (de suprema insignificancia)
es sin embargo parte de la séptuple apariencia de esa misma Causa Esencial.
Como sabrán, por La Doctrina Secreta, nuestro sistema solar es un diminuto
reflejo o réplica de los números 1, 3, 7, 12. Debido a esta innata e inherente
correspondencia, contiene en sí la capacidad de responder a las energías que
emanan de esa fuente de luz y voluntad. Nada más puedo decir, porque el tema es
demasiado vasto para el pensamiento humano, con sus limitaciones de conciencia
y lo inadecuado de su lenguaje. Pero aún una débil percepción de este vasto
conglomerado de Fuerzas inteligentes e inmensa concatenación de las estupendas
Intenciones divinas, servirá para aclarar la comprensión de que nuestro sistema
solar (y por consiguiente nuestro planeta) es parte de este vasto todo que se
mantiene vivo por su virtud, fusionado por su voluntad y conservado por su
Intención. Porque estas Fuerzas existen, existimos; porque persisten,
persistimos; porque se mueven en la forma, en el espacio y en el tiempo,
nosotros hacemos lo mismo.
4. Energías
Cósmicas y la Transformación.
Ahora les
daré una pequeña idea de estas corrientes de energía cuando se exteriorizan en
el espacio desde la Ursa Maior, y son trasmitidas por ciertas constelaciones
zodiacales a nuestro sistema solar, y de allí, por intermedio del Sol, a los
siete planetas sagrados. estos producen lo que se llama transformaciones en
nuestro pequeño planeta no-sagrado, la Tierra, poniéndolo progresivamente en
línea con el aspecto voluntad de la divinidad. El siguiente diagrama
explicatorio aclarará en gran parte el proceso:
Ésta es la
única manera por medio de la cual puedo darles una idea de la distribución de
las energías, su limitación dentro de los límites del zodíaco y su enfoque
dentro de la periferia de nuestro sistema solar. Seamos más específicos
respecto a uno de los rayos y su relación triangular, tal como es dada en la
Tabulación X:
1.
Por ser la Tierra uno de los cinco planetas no
sagrados, se indican sólo cuatro entre los grandes agentes trasfiguradores.
2.
Los planetas rayados indican los agentes
transmisores de las Fuerzas, que han pasado por el proceso de transformación,
llevado a cabo por el Sol.
3.
El Sol y la Luna figuran entre los planetas no
sagrados, pues son, en este caso, pantallas o velos.
4.
El origen del reloj de arena será observado en el
diagrama de las energías afluyentes.
5.
El diagrama que antecede puede ser empleado en
conexión con cualesquiera de los siete rayos, pero involucrará:
a.
El empleo de otros agentes transmisores, en forma
de tres constelaciones zodiacales apropiadas y sus regentes.
b.
La indicación de planetas diferentes de los
involucrados en la afluencia de la energía de primer rayo.
6.
La clave de todo el proceso en lo que concierne a
la Tierra -y al individuo que vive en ella- reside en las palabras:
Trascendencia.
- La causa trascendente.
Transmisión.
- Las constelaciones zodiacales.
Transformación.
- El Sol. El Alma.
Transfiguración.
- Los planetas.
A éstas
podría agregar una palabra en relación con la Tierra y su humanidad, la cual
está aliada a lo antedicho. ,Esta palabra es Traslación, porque cuando las
“almas de los hombres j0pstos son hechas perfectas”, tiene lugar un
proceso de traslación que eleva a la humanidad y la saca del planeta,
llevándola a cualquiera de los siete Senderos Cósmicos, para los cuales nuestras
siete iniciaciones son las puertas de entrada.
En lo que
respecta al individuo humano, en su progreso e iniciación o traslación, desde
un estado de conciencia a otro, tenemos una pequeña réplica de lo antedicho:
1.
El alma del hombre recibe de los tres centros o
grupos planetarios principales.
2.
Los lugares oscuros indican centros que están
despiertos o preparados.
3.
El diagrama indica el “mapa de la luz interna” de
un aspirante evolucionado, al borde del discipulado.
La
historia de la trayectoria del Uno a los Muchos y de los Muchos al Uno, está
contenida en estos diagramas macro y microcósmicos.
Tomemos
ahora cada uno de los siete rayos y veamos cómo personifican y trasmiten los
tres aspectos de la voluntad, por conducto de las tres constelaciones y sus
regentes, a nuestra Tierra. Entramos aquí en el reino de las causas y
consideramos esos propósitos, incentivos, impulsos y objetivos trascendentes
de Aquel en el Cual vivimos, nos movemos y tenemos nuestro ser. Esta gran Vida,
el Anciano de los Días, el Señor del Mundo, Sanat Kumara, el Joven Eterno, el
Logos planetario -Sus innumerables nombres son de importancia relativa-, la
única Existencia sobre nuestro planeta capaz de responder a los objetivos del
Logos solar y llevarlos a cabo. Éste, a Su vez, es el único en nuestro sistema
solar capaz de responder a la séptuple Causa Emanante, expresada por intermedio
de la Osa Mayor o Ursa Maior. Sin embargo, consideraremos los aspectos
sicológicos de las emanaciones de los siete rayos que personifican la voluntad
al bien.
Aries
Leo actuando a través de los cuatro planetas:
Marte, Mercurio, el Sol y Saturno
ler. RAYO.
Voluntad o Poder:
Capricornio
Esta
voluntad subyace en toda actividad iniciadora, es decir, en la iniciación de:
1.
Las etapas previas a la creación.
2.
El anhelo de evolucionar, avanzar, progresar.
3.
El proceso diferenciador a fin de poder producir.
Éstas son todas
expresiones o efectos de la actividad de la energía de rayo y pueden ser
resumidas, por un acto de voluntad enfocada, en el pensamiento de una dinámica
penetración a un nuevo estado de conciencia. Conduce inevitablemente a una
nueva comprensión del ser. En esta afirmación, tenemos una de las definiciones
básicas de la iniciación en lo que ella concierne al ser humano. Éstos son
débiles procesos dinámicos, a los cuales la Vida Una se somete al entrar en la
condición dual de espíritu-materia. Me refiero a la voluntad que subyace en el
dualismo, que es análoga a la recepción y enfoque de una idea inicial al entrar
en la mente de un ser humano creador y
evolucionado, sus procesos mentales y realizaciones. Llegará alguna
comprensión de esto si el discípulo considera qué tipo de aspiración fija,
visión de la meta y visión para seguir la voluntad al bien ha afectado su vida.
No puede ir más allá de esta realización, pero contiene la simiente cósmica de
la comprensión.
Debe
recordarse que en el sendero de iniciación todo el proceso de entrenamiento
está dirigido hacia la evolución de la voluntad, y ello es posible porque
detrás del desarrollo del amor se halla la revelación de la voluntad. Se dice
correctamente que la meta inmediata del hombre es el desarrollo (en plena
expresión) de la naturaleza del amor. Esto empieza a tener lugar y alcanza una
etapa relativamente elevada de desarrollo en el sendero del discipulado. El
detalle del proceso, en un sentido amplio y general, podría ser establecido de
la manera siguiente:
1.
El Sendero de Evolución y Probación
a.
Desarrollo del intelecto y de la percepción
sensoria.
b.
Respuesta al centro llamado Humanidad
c.
La mente asume el control. La personalidad actúa.
2.
El Sendero del Discipulado
a.
Desarrollo de la naturaleza del amor.
b.
Adquisición de la iluminación.
c.
Respuesta al centro llamado Jerarquía.
d.
Controla budhi o la intuición. El alma actúa.
3.
El Sendero de Iniciación
a.
Desarrollo de la voluntad
b.
Realización de la síntesis.
c.
Respuesta al centro denominado Shamballa
d.
Controla el porpósito dinámico. La voluntad al
bien. La Mónada actúa.
Esto abarca
un terreno familiar para todos ustedes, pero es necesario la constante
repetición en un esfuerzo por alcanzar una visión del todo. Ahora nos
ocuparemos de la tercera etapa del proceso evolutivo llevada a cabo en el
sendero de iniciación, en el cual, en lo que a la humanidad concierne, se entra
en la tercera y culmina en la séptima iniciación -la más fácilmente alcanzada
por las personas que pertenece al primer rayo, más que las que pertenecen a
otros rayos.
Esto -hasta
donde pueden captarlo actualmente- concierne principalmente a la voluntad
creadora cuando:
1.
Inicia la manifestación y condiciona lo creado.
2.
Da lugar al oportuno cumplimiento.
3.
Vence a la muerte o la diferenciación.
Todos los
iniciados deben expresar, y eventualmente lo hacen, voluntad dinámica creadora,
propósito enfocado, que sólo expresa voluntad al bien, y el esfuerzo sostenido
que lleva a la realización. Quisiera recordarles que el esfuerzo sostenido es
la simiente de la síntesis, la causa de la realización y aquello que
finalmente vence a la muerte. La muerte es, realmente, deterioración en tiempo
y espacio, y se debe a la tendencia de la materia-espíritu a aislarse,
mientras está en manifestación (desde el punto de vista de la conciencia). Este
esfuerzo sostenido del Logos mantiene a todas las formas en manifestación y
hasta conserva el aspecto vida como factor integrante en la construcción de la
forma y -lo que es también un acto de la voluntad sustentadora- puede abstraer
o retirar intacta la conciencia de la vida al finalizar un ciclo de
manifestación. Muerte y limitación son términos sinónimos. Cuando la conciencia
está enfocada en la forma y totalmente identificada con el principio de
limitación, considera la liberación de la vida de la forma como la muerte;
pero, a medida que prosigue la evolución, la conciencia se convierte acrecentadamente
en percepción de aquello que no es la forma, y en el reino de lo trascendente,
o el mundo de lo abstracto, por ejemplo, en lo que ha sido abstraído de la
forma y enfocado en sí mismo. Dicho sea de paso, esto es una definición de la
meditación desde el ángulo de la meta y de la realización. Un hombre puede
verdaderamente meditar cuando empieza a emplear la mente, reflejo del aspecto
voluntad, y lo aplica en sus tres aspectos: al iniciar su entrada en el mundo
de las almas, al condicionar su vida de la personalidad y al reforzar y,
oportunamente, crear, el propósito del alma en su plena expresión. Esto da por
resultado la total conquista de la muerte. Llevo todo este concepto a los
niveles del microcosmos, aunque se evidenciará que sólo el discípulo
consagrado, en preparación para la iniciación, puede empezar a comprender algo
de las significativas implicaciones.
Quizás
pueda resumir mejor la nota clave del primer Rayo de Voluntad y Poder, cuando
trata de expresarse como propósito dinámico en la Tierra en relación con el
ser humano, citando o parafraseando El Antiguo Comentario.
“El Uno
Trascendente, la Vida, el Todo, la Totalidad, entró en comunión Consigo Mismo y
por este acto se convirtió en un punto vital de vida y de poder enfocado.
Yo soy y no
soy. Mayor que Esto es Eso; más pequeño que Eso es Esto. Pero Eso debe mostrar
a Esto la naturaleza del todo y probarse Él mismo a Sí Mismo.
Yo soy el
principio. Soy el Camino externo e interno y vuelvo al punto de concentración,
y desde ese punto vuelvo a Mí Mismo, llevando dentro de mi amoroso corazón
aquello que Yo, el Uno, he servido y por lo cual me he sacrificado a Mí Mismo”.
En el
proceso de sacrificio, lo que es el Todo sustentador, el núcleo interno de toda
vida y principio de integración, realiza dentro de Sí Mismo las siguientes
etapas de conciencia:
1.
Se conoce a Sí Mismo como la voluntad
trascendente, la voluntad que ve todo el proceso desde el principio, pero que
se limita a sí misma a una gradual expresión de esa voluntad, debido a las
limitaciones de esos aspectos de Sí Mismo cuya conciencia no es la del Todo.
Aquello que inicia, ve el final desde el principio y trabaja hacia la meta en
etapas progresivas, no para Sí Mismo, sino para esos aspectos que aún están
limitados, inconscientes, ciegos y no ven ni razonan.
2.
Se conoce a Sí Mismo como la voluntad transmisora,
actuando desde el punto de síntesis, aminorando las energías distribuidas, de
acuerdo al plan creador evolutivo. La Vida de nuestro planeta es vivida en tres
etapas principales, particularmente desde el ángulo de la conciencia, es
decir, por conducto de Shamballa, la Jerarquía y la Humanidad. Desde allí la
Vida transmisora se exterioriza en todos los reinos de la naturaleza. Por lo
tanto, cada gran centro es un agente transmisor. La cuarta Jerarquía Creadora,
el reino humano, es el agente por el cual serán enfocadas oportunamente las
energías de Shamballa y de la Jerarquía para redimir la vida de todos los
reinos subhumanos. Esto podrá tener lugar sólo cuando la humanidad pueda actuar
con la voluntad enfocada, engendrada por la vida de Shamballa, inspirada por el
amor, fomentada por la Jerarquía y expresada por medio del intelecto, que la
humanidad misma ha desarrollado -aplicado todo dinámica y conscientemente bajo
la presión de lo que superior y más grande que Shamballa.
3.
Se conoce a Sí Mismo como la voluntad tras
formadora, o ese proceso aplicado y sostenido que da lugar a las mutaciones Y
cambios necesarios, por medio de la acción del constante incentivo de la
voluntad al bien. Sin embargo, al mismo tiempo, no está identificado de manera alguna con el proceso. Estas mutaciones
producen la transformación del Uno en los Muchos y más tarde, en tiempo y
espacio, de los Muchos en el Uno, llevándose a cabo desde un punto de voluntad
enfocada y dinámica, el “Punto en el Centro” que no cambia, sino que permanece
siempre infatigablemente sujeto a su propio inherente propósito.
Cuando el
discípulo o el iniciado puede también permanecer en el centro como voluntad
transformadora, entonces le es posible efectuar los cambios necesarios en la
naturaleza de la forma sin identificarse con ella ni ser afectado por los
mismos. Esto podría servir para aclarar lo que quiere significar.
4.
Se conoce a Sí Mismo como la voluntad
transfiguradora. Esta transfiguración constituye el cumplimiento del propósito
y la expresión final de la síntesis, llevada a cabo por la sustentadora
voluntad al bien de la trascendente, transmisora y transformadora voluntad.
Los
estudiantes harían bien en apartar sus ojos de la meta de la transfiguración
(realizada en la tercera iniciación y acrecentadamente presente en cada
iniciación anterior) y prestar mayor atención al reconocimiento de lo que
existe en ellos, lo cual “habiendo compenetrado su pequeño universo con un
fragmento de sí mismo, permanece”. Entonces habrán afianzado sus conciencias en
el centro del poder trascendente y garantizado la afluencia de la voluntad de
realizar. Desde ese elevado punto en la conciencia (alcanzado primero
imaginativamente y luego prácticamente), hallarán de valor trabajar en el
proceso de transmisión, reconociéndose como agentes de transmisión de la
voluntad al bien del Uno Trascendente. Después deberían pasar a la etapa de la
transformación, donde podrían visualizar y ver la necesaria y desarrollada
transformación, llevada a cabo en sus vidas; luego, con la misma expectativa,
deberían creer en la transfiguración de esas vidas, en línea con la voluntad
del Uno Trascendente, el éxito del Uno Transmisor y la actividad del Uno
Transformador -siendo todos Ellos el Uno, la Mónada, el Yo. Todo esto se hace
empleando Ja voluntad condicionadora, realizadora y superadora.
Volviendo a
nuestro tema del Todo mayor, dejando atrás por un momento los esfuerzos del
microcosmos para comprender al macrocosmos, consideremos la relación de las
tres constelaciones en la tarea de expresar el primer rayo:
1.
ARIES. A través de esta constelación afluirán las
condiciones iniciadoras a nuestro sistema solar. Personifica la voluntad de
crear aquello que expresará la voluntad al bien. Es el rayo monádico de nuestro
Logos planetario, cuyo rayo del alma es el segundo y el de la personalidad el
tercero. Por lo tanto, observarán que el rayo transmisor de nuestro Logos planetario
es el primero, de allí el lugar que ocupa Ja voluntad en el proceso evolutivo
humano; Su rayo transformador es el segundo, trayendo eventualmente la
transfiguración por intermedio del tercero; en esta combinación existe la razón
de por qué en la evolución del aspecto voluntad hay influencia de Marte y de
Mercurio -uno trae el conflicto y la muerte de la forma; el otro la iluminación
y el desarrollo de la intuición, como resultado de ese conflicto y muerte.
Nuevos ciclos de Ser y de conciencia son iniciados a través del conflicto. Esto
parece ser por ahora la ley de la vida y el factor gobernante en la evolución.
No obstante, si el resultado de esta voluntad iniciadora y energetizadora,
consiste en producir los efectos benéficos de la comprensión intuitiva y de la
actividad de Mercurio, como mensajero de los Dioses, podrá ciertamente
observarse el desarrollo de la voluntad al bien a través del conflicto.
2.
LEO. A través de esta constelación la voluntad de
realización o logro, afluye a la humanidad y al planeta. Es esencialmente el
espíritu de autodeterminación. Primero, la determinación del pequeño yo, la
personalidad, el individuo autoconsciente. Después, la determinación del Yo,
el alma, el individuo consciente del grupo, del Todo mayor y de sí mismo, como
parte integrante y básicamente unificada.
Esta
voluntad al bien (lograda por medio de la realización) actúa en relación con el
ser humano, por intermedio de tres puntos culminantes:
La voluntad
al bien, demostrada por la realización de la autoconciencia Es la primera etapa
de la completa realización divina. Significa cuerpo, apariencia. Es la
expresión del tercer aspecto.
La voluntad
al bien, demostrada en la tercera iniciación, cuando la autoconciencia cede su
lugar a la conciencia grupal. Es la segunda etapa del cumplimiento divino.
Implica alma, cualidad. Es la expresión del segundo aspecto.
La voluntad
al bien, demostrada en las iniciaciones superiores, cuando se logra la
conciencia de Dios. Es la tercera. etapa de la realización divina. Implica
Mónada, Vida. Es la. expresión del primer aspecto.
Resulta
valioso observar estas relaciones. Será también evidente por qué el Sol rige a
Leo, exotérica y esotéricamente. El Sol revela o ilumina las dos etapas de la
oculta voluntad: el sol físico, iluminando a la personalidad en el plano
físico, y el Corazón del Sol, revelando la naturaleza del alma.
3.
CAPRICORNIO. A través de esta constelación se
obtiene la voluntad conquistadora, que libera al hombre de la vida de la forma
y lo inicia en el reino donde se expresa el aspecto voluntad (no el aspecto
alma) de la divinidad. Recuerden que hay un estrecho vínculo entre la Tierra y
Capricornio. La razón de ello consiste en que la Tierra proporciona condiciones
ideales para este tipo particular de realización, porque está en proceso de
trasformarse de un “planeta no sagrado” en un “planeta sagrado”. Por eso
Saturno rige tan poderosamente y trasmite a la Tierra la cualidad dinámica de
primer rayo de poder. Esta afluencia de energía de primer rayo será grandemente
acelerada de ahora en adelante. Dichas energías y sus afluencias deben ser
cuidadosamente estudiadas, en relación con los diagramas dados anteriormente
en este tratado, recordando que la visualización, es siempre una energía
rectora, empleada para crear el efecto específico deseado.
Aries, el
Iniciador, Leo, el Yo, y Capricornio, el Agente Transfigurador, constituyen
algunas implicaciones relacionadas con el primer rayo y la humanidad.
Quisiera
señalar aquí que he dado este triángulo de constelaciones en el orden de sus
relaciones con la Gran Vida, que los emplea como agentes transmisores para las
actividades de primer rayo. Debe también observarse que la razón de esta
relación es inherente a la naturaleza de las Vidas que animan a las constelaciones
especificadas. Son en Sí Mismas expresiones de la voluntad al bien y, por lo
tanto, constituyen la línea de menor resistencia para la distribución de la
energía de primer rayo por todo nuestro sistema solar. Desde el ángulo de las
relaciones humanas, este triángulo se reajusta a sí mismo y llega a ser Leo el
dador de la autoconciencia; Capricornio es el signo donde puede ser recibida
la iniciación, y Aries es el incentivo hacia un nuevo comienzo. La ciencia de
la astrología obtendrá nueva luz cuando se comprenda la significación de las
diferencias que existe entre las constelaciones, como galaxias de estrellas, y
los signos, como influencias concentradas Esto está fundamentalmente conectado
con la diferencia que existe entre la relación de la energía de rayo y el
triángulo de constelaciones, y la relación humana. Nada más puedo decir, pero
esto dará un indicio al astrólogo intuitivo.
2do. RAYO.
Amor-Sabiduría: f ~rgo actuando por intermedio de cinco planetas: Mercurio,
Júpiter, Venus, la Luna, Plutón.
Piscis.
Esta “línea
de distribución” (si puedo expresarlo así) se relaciona con la voluntad que
produce la inevitable unión, unificación y síntesis, mediante el poder de
atracción, basado en la facultad de ver la visión. En el actual sistema solar y
durante este ciclo mundial y, por lo tanto en el planeta, y durante todo el
período en que nuestro planeta cambia su estado de planeta no sagrado al de
planeta sagrado, éste es el dominante aspecto voluntad de la Deidad, energía
que preocupa a nuestro Logos planetario. Esto ha traído a la existencia a la
Jerarquía, debido al impacto de la fuerza de Shamballa o de primer rayo. Sin
embargo, la energía jerárquica preocupa actualmente a la humanidad. En la
palabra preocupa, en relación con el Logos planetario y la humanidad, hallarán
la indicación de una creciente respuesta entre dos centros, Shamballa y la
Humanidad.
Los
esotéricos del mundo saben mucho sobre esta energía de rayo, por tres razones:
1.
En la enseñanza dada durante los últimos
trescientos cincuenta años el énfasis ha sido puesto sobre dicha energía.
2.
Los dos grandes exponentes de esta energía de rayo
son los dos Instructores y Salvadores del mundo más conocidos, desde el punto
de vista humano, tanto en Oriente como en Occidente: el Buddha y el Cristo.
3.
Los dos Maestros, Morya y K. H. han intentado
despertar a la humanidad en Occidente, para que comprendan a la Jerarquía, y
ambos trabajan en estrecha relación y expresan la energía de primero y segundo
rayos.
En este
ciclo predominan las notas claves: iluminación, visión, videncia o percepción
espiritual, y fusión del camino occidental o místico. El Buddha resumió en Sí
Mismo toda la luz del pasado, en lo que respecta a la humanidad. Fue el Mensajero
máximo y demostró las posibilidades innatas en la humanidad, irradiando la luz
de la sabiduría en relación con la luz de la sustancia y produciendo esa llama
dual o luz flamígera, aventada y nutrida (aunque no plenamente expresada) por
la humanidad, hasta ese momento. Surgió como florecimiento o fructificación
del pasado y como garantía de la capacidad innata en el hombre. Aunque el
Cristo también pudo decir “Yo soy la luz del mundo”, fue más allá en Su
manifestación, y proporcionó una visión del siguiente paso a dar, demostrando
la luz del alma e indicando el futuro, presentado así lo que podría ser, porque
Él había liberado en la Tierra el principio cósmico del amor. El amor es un
aspecto de la voluntad, algo muy poco comprendido por la masa humana. Es la
voluntad de traer y atraer hacia sí y cuando está dirigida hacia lo que no es
material, como reacción de la mente diferenciadora, lo denominamos Amor. La
humanidad tiene que saber ante todo lo que debe ser amado, antes de que ese
poder de la voluntad sea suficientemente evocado. Entonces puede trasformar la
visión en manifestación y la realidad en expresión.
Surge ahora
en nuestra conciencia la maravilla del trabajo del Cristo, el Señor de Amor.
Evidencia claramente que el amor que Él demostró, era un aspecto de la voluntad,
actuando por intermedio del segundo rayo; este poderoso amor liberó en el mundo
el principio cósmico de amor. También se evidencia la actuación de los tres
aspectos de la voluntad divina a través del segundo rayo:
1.
La voluntad de iniciar o condicionar, fue
demostrada por el Cristo en Su trabajo, cuando inauguró la era que hizo posible
la aparición del reino de Dios en la Tierra. En realidad, esto será una
demostración de la fusión de dos centros, la Humanidad y la Jerarquía. Por
fusión quiero significar su recíproca y total unificación. Inaugurará una era
en la cual -por medio de la acrecentada capacidad de ver la visión y el
incrementado poder de identificarse con ella- surgirá una raza de hombres cuya
vida expresará ese amor-sabiduría.
2.
La voluntad que lleva a la realización se
demuestra, a través del segundo rayo, por medio de esa fuerza impulsora que
permite al alma de segundo rayo alcanzar firmemente su meta, avanzando
inflexiblemente, sin permitir ninguna pausa y desviación, hasta lograr el objetivo
deseado. Ésta es una expresión distinta de la voluntad de primer rayo, la cual
es dinámica y arremete hacia adelante a pesar de todos los obstáculos; esto
último no requiere los lentos métodos de empuje constante.
3.
Es también la voluntad que conquista a la muerte,
debido a su intenso amor a la realidad y a ese “Uno persistente” que existe
detrás de todo fenómeno.
En El
Antiguo Comentario se habla de este tipo de voluntad -la voluntad de amar- en
los siguientes términos:
“El Uno Trascendente dijo:
Estoy solo. Debo levantarme y buscar con incesante anhelo aquello que produce
la culminación, cerrar Mi círculo, intensificar Mi vida y convertirme
verdaderamente en Uno, y esto porque reconozco a los Dos. Debo unirme con mi
otro Yo, el que yo presiento tenuemente. Atraje a ese otro hacia Mi corazón, y
atrayéndolo Le di iluminación; Lo doté con riquezas; di con largueza”.
Esto no
representa la visión mística de ese otro, sino el aspecto voluntad del Logos
planetario, el incentivo que está detrás de la vida de Shamballa. Es el Señor
del Sacrificio Que habla. La nota clave del sacrificio o “proceso de
integración” corre a través de todo lo que concierne al aspecto voluntad cuando
actúa por intermedio de los siete rayos; esto se evidencia bellamente en la
actividad del segundo rayo, pues es el canal para la voluntad de Dios.
Se conoce a
sí mismo como la voluntad trascendente, porque detrás de su expresión de amor
cósmico (atrayente, fusionante y cohesivo) hay una visión sintética de la Intención
divina. Discierne entre proceso y meta, iniciación y aquello que es revelado
por el proceso iniciador y ese algo aún desconocido para los iniciados de
categoría inferior a la de tercer grado. He aquí la diferencia entre el Cristo
y el Buddha. Este último reveló el proceso, pero el Cristo personificó en Sí
Mismo la meta y el proceso. Reveló el principio cósmico del amor y por su
intermedio -personificado en Sí Mismo- también produjo efectos y cambios
importantes en el mundo, a través de aquellos que le fueron presentados para
recibir la iniciación.
El segundo
rayo se conoce a sí mismo como la voluntad transmisora, pues por su intermedio
algo pasa entre los pares de opuestos (espíritu-materia) que los une hasta
que, oportunamente, forman un todo fusionado. Éste es un misterio básico
-misterio fundamental de la iniciación y concierne a la voluntad unificadora
que actúa por medio del amor. Su expresión inferior y su símbolo más material
es el amor entre los sexos.
Se conoce a
sí mismo también como la voluntad transformadora, porque todo el proceso
evolutivo (que es, en último análisis, la actuación de la interrelación entre
Dios y Su mundo, causa y efecto, Vida y forma) esta basado en la transformación
realizada por la atracción divina. Esto permite que el “espíritu suba a los
hombros de la materia”, tal como H. P. B. lo expresa, obligando a la materia a realizar la purificación que oportunamente hará que actúe
como algo trasparente para revelar la divinidad.
Finalmente,
se conoce a sí mismo como la voluntad transfiguradora. Esta transfiguración la
manifestó el Cristo cuando apareció ante los asombrados ojos de Sus discípulos
como la Luz encarnada y “se transfiguró ante ellos”.
Todo el
proceso de la trascendencia da por resultado la transfiguración; se lleva a
cabo en relación con el segundo rayo mediante las influencias combinadas de
las tres constelaciones, a través de las cuales este rayo “ha elegido actuar en
tiempo y espacio” por la acción de la adecuada voluntad. Considerémoslas por un
momento:
1.
GÉMINIS. Es la gran constelación simbólica de los
Dos Hermanos, expresando la interacción entre las dualidades. Debido a que está
regida por Mercurio y Venus, tenemos la luz de la intuición y de la mente,
fusionadas en un todo iluminado, típico de la fusión espíritu-materia y
expresión de su unicidad esencial. Como bien saben, Géminis es el signo de la
interacción divina, y es la vida del Padre (espíritu y voluntad) que afluye a
través de los Dos Hermanos, los polos opuestos, haciendo de ellos uno, en realidad,
aunque dos en manifestación. Su naturaleza real como “hermano mayor e hijo
pródigo”, es revelada por la intuición cuando se introduce en la mente. Pero
la voluntad de amar rige la relación, realizándose finalmente la síntesis
divina.
2.
VIRGO. Es la constelación que simboliza la segunda
etapa de la relación entre los pares de opuestos. He aquí, como ya saben, la
Madre del Cristo-Niño y el proceso que fomenta el intercambio que produce la
vida, el amor y su manifestación conjunta en una sola forma. Por lo tanto, el
segundo rayo está estrechamente relacionado con Virgo y su aspecto inferior,
el amor materno, con el cuidado instintivo de lo que debe ser nutrido y
protegido. Su aspecto más elevado es el Cristo encarnado, manifestado. Luego
el instinto es trasmutado en sabiduría y con ello se produce la voluntad de
manifestarse y de traer a la luz del día al Cristo hasta ahora oculto. Este
signo y esta voluntad de segundo rayo tiene una relación misteriosa con el
factor tiempo, con el proceso y con la vida sustentadora de la Madre (materia)
que, a través del período de gestación, nutre y cuida al Cristo-Niño en rápido
desarrollo. La Luna también tiene una función peculiar que sólo puede ser
expresada en la idea de la muerte -la muerte de las relaciones entre la Madre y
el Niño, porque llegará el momento en que el Cristo-Niño surgirá liberado en la
luz de la materia de la matriz del tiempo. Lógicamente, esto se deberá a los
numerosos factores inherentes, pero principalmente a la voluntad sustentadora
de la Madre, más la voluntad dinámica del Cristo-Niño. Aquí tenemos nuevamente
un aspecto de la curiosa y misteriosa relación que existe entre los rayos
primero y segundo.
3.
PISCIS. En este signo culmina el trabajo, y actúa
la voluntad del Padre, como voluntad de salvar por intermedio de la voluntad de
segundo rayo. En Géminis, tenemos a ambos, el par de opuestos y la voluntad de
relacionar; en Virgo, trabajan en colaboración, nutriendo la vida de ese
fenómeno de segundo rayo, un Cristo, culminación de la tarea de la materia, y
su elevación al cielo. En Piscis, culmina el trabajo de lo que el aspecto
materia ha hecho posible y el Cristo aparece como el Salvador del mundo. Esto
ha tenido lugar por medio del aspecto voluntad del segundo rayo, enfocado en
Shamballa, expresándose por intermedio de la humanidad y consumado en la
Jerarquía. Aquí tienen toda la historia de la unidad, realizada mediante la
vida y la voluntad de segundo rayo, produciendo el surgimiento de la conciencia
crística y la aparición del principio crístico a la objetividad.
En tiempo y
espacio y desde el ángulo de la humanidad, el triángulo de constelaciones es
Virgo, Géminis y Piscis y no en el orden dado aquí: Géminis, Virgo y Piscis,
visto esto último desde el ángulo de Shamballa.
Cáncer,
Libra actuando por intermedio de cinco
3er. RAYO.
Inteligencia Activa planetas: la Luna,
Venus, Saturno, Neptuno, Urano.
Capricornio.
En esta
expresión divina de la energía de rayo se halla la clave o indicio de lo que
comúnmente se denomina evolución. El énfasis se pone necesariamente en la
naturaleza de la forma y en el aspecto fenoménico. Sin embargo, el proceso
evolutivo puede ser considerado hoy desde dos aspectos: el de la evolución de
la forma y el de la evolución de la conciencia; la ciencia y la sicología
contribuyen a este cuadro o imagen, que se va desarrollando gradualmente. Pero
lo que estoy dilucidando aquí es la evolución de Aquello que es conciencia y
forma y, sin embargo, es algo más que cualesquiera de los dos, es decir, Aquel
que quiere manifestarse, saber o ser consciente. Esto es lo que subyace detrás
y es mayor que la Identidad en tiempo y espacio, y denominamos Logos. Por lo
tanto, me ocuparé de la Voluntad Creadora que va manifestándose dinámicamente,
estableciendo conscientemente contacto y que está persistentemente enfocada en
la forma, mientras existe tiempo y espacio.
Este tercer
aspecto de la expresión divina es el resultado de la actividad de los otros dos
rayos principales. Deben discernir cuidadosamente entre la materia de la Madre
y la sustancia, o “el Espíritu Santo que influye sobre la Madre”; de esto
último nos ocupamos aquí, pues estamos considerando todos los rayos en términos
de voluntad, espíritu y vida. Este tratado, por lo tanto, considera una idea
que está detrás de todo el contenido del conocimiento moderno y es, por
consiguiente, inexplicable para la mente finita. Sólo es posible indicar
Aquello improbable, incognoscible e intangible que existió antes de la
manifestación y persistirá después que haya pasado el ciclo de manifestación.
Esta inherente realidad es, para el Logos manifestado, lo que el presentido Yo
inmortal es para el hombre encarnado. A medida que la mente abstracta del
hombre se desarrolla, tales temas subjetivos, que conducen al Tema central de
la manifestación, se esclarecerán y la densidad del misterio se sutilizará.
Deben conformarse con esta promesa pues aún no son iniciados. El iniciado
presentirá a qué me refiero.
Esta
Realidad evolucionante está enfocada en el tercer Rayo de Inteligencia Activa
que, durante el “período aparición” -en este sistema solar-, ha emprendido la
tarea de desarrollar una consciente “conciencia de Sí Mismo en aquello que no
es”. Esto se realiza en tres etapas -todas resultado del proceso y el progreso
de la actividad de la mente, o la percepción inteligente, y son:
1.
La etapa donde la percepción sensoria es
trasmutada en conocimiento, y la forma, gradual y constantemente, se adapta a
los requerimientos del Yo que percibe.
2.
La etapa donde el conocimiento es trasmutado en
sabiduría o conciencia, utilizando el conocimiento gradualmente adquirido para
lograr el desapego de la forma, vehículo de la percepción.
3.
La etapa donde la sabiduría es trasmutada en
omnisciencia y la conciencia y la forma son reemplazadas por el Uno existente,
Que es consciente, pero más grandes que cualquiera de estas dos faces de la
vida divina. Este Uno quiere encarnar, conocer, ser consciente, pero no
constituye esencialmente ninguna de estas fases,
habiéndolas realizado antes de la manifestación.
La voluntad
de tercer rayo produce la síntesis externa en etapas sucesivas, llevadas a
cabo desde la síntesis temporaria hasta la existencia de una completa
unificación entre conciencia y forma y, más tarde, una total expiación entre
Eso que no es conciencia ni forma, sino el Creador de ambas, y el principio que
relaciona espíritu-materia. Se verá, por la definición anterior, que la
función del tercer rayo consiste en ser la voluntad de iniciar, en el plano
físico, aquello que expresará la divinidad; no sólo define la apariencia sino
que revela esa cualidad de la que la apariencia es el efecto o resultado;
inherente a estas dos proposiciones, es la tercera, la cual establece que esa
voluntad creadora no es sólo la causa de la manifestación y la garantía de la
realización, sino también la prueba de que la potencia de esa Vida siempre
vence y aniquila a la muerte. De esta manera volvemos a la proposición inicial
de esa divina trinidad de Vida-Cualidad-Apariencia (considerada en la introducción
del T.I.) y también a la creatividad de los tres rayos principales, a su
relación básica y a su síntesis duradera y persistente. El círculo de la
revelación se cierra; el ciclo se completa, las serpientes de la materia, de
la sabiduría y de la vida se unen en un todo, y detrás de las tres “permanece
el Eterno Dragón para engendrar siempre la triple serpiente, exclamando
continuamente: Ve y vuelve”. Así habla El Antiguo Comentario respecto a este
tema.
Tres
palabras se relacionan con esta triple manifestación:
Atracción,
Sustracción, Abstracción, y están relacionadas (en lo que se refiere al hombre)
con las tres primeras iniciaciones, pero sólo desde el aspecto voluntad y
definidamente en relación con el tercer rayo en el plano físico, o más bien en
el plano del cuerpo etérico, o de la actividad vital efectiva. Esto debe
tenerse presente cuando se considera el trabajo activo de la Trinidad: Padre,
Hijo y Espíritu Santo.
Esta
Trinidad en manifestación se conoce a Sí Misma como la Realidad Trascendente, y
pronuncia siempre las palabras:
“Habiendo
compenetrado todo el universo con un fragmento de Mí mismo, Yo permanezco”.
Esta
Trinidad en manifestación se conoce a Sí Misma como el Uno Transmisor, y dice a
través de las palabras del Cristo:
“Yo, si
fuera elevado, atraería a todos los hombres hacia Mí”, haciéndolo por medio del poder de atracción que trasmite el Uno
Transmisor.
Esta
Trinidad en manifestación se conoce a Sí Misma como el Agente Transformador, y
por medio de la voz de los muchos entona las palabras: “Gloria a Dios en las,
alturas, paz en la Tierra y buena voluntad entre los hombres” -gloria, paz y voluntad
al bien, son los efectos de la vida trasmitida por el Uno Trascendente.
Por último,
al finalizar la era, se conoce a Sí Mismo como el Uno Transfigurado, y se da
cuenta de que el cántico de los Angeles: “Gloria a Dios en las alturas”, es la
enunciación de su perfección y su triunfo finales.
¿ Qué más
podría decirse sobre este tema? Los Rayos mayores de Aspecto, personifican
toda la historia; los Rayos menores de Atributo contribuyen a los detalles del
proceso y de la empresa. Éstos están condicionadas por los tres Rayos mayores.
Por lo tanto, no tengo la intención de analizar los cuatro triángulos
restantes. En este tratado he dado bastantes indicaciones para que el
estudiante interesado desarrolle por sí mismo su tema subjetivo. Sin embargo,
consideraré brevemente las tres constelaciones relacionadas con el tercer rayo;
su significación es relativamente clara.
1.
CÁNCER. Esta constelación simboliza la voluntad de
la masa, y condiciona su sicología y respuesta. Éste no ha sido todavía el tema
del estudio astrológico, pues implica mucho más que la conciencia de masa.
Constituye básicamente el enfoque de la voluntad de la masa por intermedio de
la conciencia de la masa -algo desconocido hasta ahora, aunque los rudimentos
de este conocimiento pueden verse en ese factor peculiar, en la vida de la
humanidad, denominado opinión pública. Esto se está llevando ahora al campo
educativo por medio de lo que comúnmente se denomina propaganda. Las
implicaciones serán claras para ustedes. Una opinión pública entrenada e
iluminada es algo desconocido en escala mundial, aunque van apareciendo
rápidamente grupos iluminados. De la opinión pública (expresión enfocada de la
expansión de conciencia de la masa) surgirá la voluntad al bien de la masa,
inherente a cada individuo; para ello la humanidad debe trabajar y esperar.
2.
LIBRA. Como bien saben, esta constelación implica
el punto de equilibrio en la larga relación e interacción entre los pares de
opuestos. Indica la voluntad de expresar -en perfecta proporción y armonía- la vida del espíritu y la potencia de la
materia.
3.
CAPRICORNIO. Esta constelación representa la influencia
que llevará la voluntad de Shamballa a la Jerarquía o a los iniciados del
mundo, dándoles ese espíritu dinámico emprendedor que les permitirá llevar
adelante el cumplimiento de la Voluntad de Dios en la Tierra. El “ángel, nacido
bajo Capricornio”, se le apareció al Cristo en el Huerto de Getsemaní y
fusionó Su voluntad individual con la Voluntad divina, capacitándolo para
terminar Su misión. Esto no sólo trajo la revelación del amor divino al mundo
sino -como dice la leyenda en los archivos de los Maestros- vino “para hilar el
hilo sutil que ligó a ambos y vinculó el lugar del Altísimo (Shamballa) con la
Ciudad Santa (la Jerarquía). El puente entre el Lugar Santo y el Sanctum
Sanctorum fue así erigido firmemente. La voluntad de Dios pudo ser llevada a
la fructificación”. De acuerdo a la misma enseñanza simbólica, podríamos decir
que los términos siguientes caracterizan los tres rayos que hemos estado considerando.
I.
ler. Rayo. El Sanctum Sanctorum.
Shamballa.
La Morada del Altísimo.
Espíritu. Vida. Energía.
Voluntad. Identificación.
II.
2do. Rayo. El Santo Lugar.
Jerarquía.
El Lugar Secreto donde mora
la Luz.
Alma. Conciencia. Luz.
Amor. Iniciación.
III.
3er. Rayo.
El Atrio Externo. La
Humanidad.
Cristo en nosotros, esperanza de
gloria.
Forma. Apariencia. Cuerpo.
Inteligencia. Individualidad.
Recuerden,
sin embargo, que estos Tres son Uno. Detrás de ellos está eternamente Aquel que
permanece trascendente y también inmanente, mayor que nuestro todo, no
obstante, dentro de ese todo.
Por
intermedio del cuarto Rayo aprendemos a unificarnos con esta eterna síntesis y
voluntad; por intermedio del quinto Rayo, desarrollamos el medio de comprender
la naturaleza de esa síntesis y voluntad; por intermedio del sexto Rayo,
avanzamos hacia la total identificación con esa síntesis y voluntad, y por
intermedio del séptimo Rayo, demostramos en la Tierra la naturaleza de esa
síntesis a través de la forma que aparece y del propósito de esa voluntad
subyacente.
Y así los
Muchos son absorbidos en el Uno.
SUGERENCIA
PARA LOS ESTUDIANTES
La
Astrología en la Doctrina Secreta
1.
La mitología se refiere a los esfuerzos
astronómicos, teogónicos y humanos, al reajuste de órbitas y a la supremacía
de naciones y tribus. La “lucha por la existencia” y la “supervivencia del más
apto” reinó suprema desde el momento en que el cosmos vino a la existencia...
De allí:
a.
Las incesantes luchas de los Dioses, en las
antiguas Escrituras.
b.
“La guerra en los Cielos, de las antiguas
mitologías”.
D. S. I,
226.
2.
“Detrás de este velo.., de símbolos astrológicos
se hallaban los misterios ocultos de la antropografía y de la primitiva
génesis del hombre. D. S. I, 249.
3.
“La astrología existió antes que la astronomía”.
D. S. IV, 291.
4.
“La astrolatría, o la adoración a la Hueste
Celestial, es el resultado lógico de la astrología semirrevelada... Por eso es
que para los iniciados sea astrología divina, y para el profano astrolatría
supersticiosa”. D. S. V. 301.
5.
“La primitiva astrología está tan por encima de la
moderna astrología, como los Guías (planetas y signos zodiacales) lo están de
las luces de la calle”. D. S. V. 304.
6.
“La astrología ha dejado su eterna impronta en el
mundo”. D. S. V. 305.
7.
“La astrología está erigida sobre la relación
mística e íntima, entre los cuerpos celestiales y la humanidad, siendo uno de
los grandes secretos de la Iniciación y de los misterios ocultos”. D. S. IV.
67.
8.
“Las estrellas y las constelaciones ejercen una
influencia misteriosa y oculta en los individuos y están relacionadas con
ellos. Y si están relacionadas con ellos ¿ por qué no con todas las naciones,
las razas y el género humano? Ésta es una afirmación fundada en la autoridad de
los anales zodiacales”. D. S. II. 339-340.
a.
“Durante incontables edades se han hecho registros
por medio del zodíaco”. D. S. II. 339.
b.
“La astronomía, la astrología, etc., pertenecen al
plano físico y no al plano espiritual”. D. S. IV. 195 (llamada).
c.
“Unicamente los filósofos que estudiaron
astrología... supieron que la última palabra de esa ciencia debía buscarse y
esperarse en las fuerzas ocultas, que emanaban de las constelaciones”. D. S.
V. 197.
9.
“.... en presencia de la eterna conformidad de las
divisiones del zodíaco y de los nombres de los planetas aplicados en el mismo
orden y en todas partes, ante la imposibilidad de atribuir todo a la casualidad
o a la coincidencia... debe concederse al zodiaco una enorme antigüedad”. D. S.
II. 342.
10. “La
astrología ceremonial superior..., depende del conocimiento del iniciado sobre
esas Fuerzas inmateriales y Entidades espirituales que afectan y guían a la
materia”. D. S. II 342.
11. “.....
nuestra Tierra fue creada o formada por Espíritus terrestres; los Regentes (los
Espíritus de los Siete planetas, A.A.B.) fueron simplemente los supervisores.
Esto es el primer germen de aquello que más tarde se convirtió en el Árbol de
la Astrología y de la Astrolatría”. D. S. III. 38.
12. “Hay siete
grupos principales de tales Dhyan Chohanes. Constituyen los siete Rayos
primordiales... Hay siete planetas principales, las esferas de los siete
Espíritus que moran internamente y en cada uno de ellos nace uno de los grupos
humanos”. D. S. II. 269.
13. “Existen
sólo siete planetas, especialmente relacionados con la Tierra, y doce casas;
pero son incontables las combinaciones de sus aspectos. Debido a que cada
planeta puede representar para los demás doce aspectos diferentes, sus
combinaciones pueden ser casi infinitas”. D. S. II. 269.
14. “Lo que es
la Entidad superviviente en nosotros, es parte de la emanación directa de esas
mismas Entidades Celestiales”. D. S. 1. 249.
15. “El
descenso y reascenso de la mónada o alma, no puede desvincularse de los signos
del zodíaco... “. D. S. II. 357.
16. Las cinco
afirmaciones dadas a continuación son básicas:
1.
Cada uno de los siete Primordiales, los primeros
siete Rayos que conforma el Logos en manifestación, es también séptuple.
2.
Así como los siete colores del espectro solar
corresponden a los siete Rayos o Jerarquía, también cada uno de ellos se
subdivide en siete.
3.
Cada una de estas Jerarquías proporciona la
esencia (el alma) y es la constructora de uno de los siete reinos de la
naturaleza -los tres reinos elementales, mineral, vegetal, animal, y el reino
del hombre espiritual.
4.
Cada Jerarquía otorga un color específico al aura
de uno de los siete principios del hombre.
5.
Cada una de estas Jerarquías rige uno de los
planetas sagrados.
“Así vino a
la existencia la astrología cuya base es estrictamente científica”. D. S. VI.
120.
17. “Todos los
grandes astrólogos han aceptado que el hombre puede reaccionar contra las
estrellas”. D. S. V. 303.
18. “Este
sistema (o ciclos) no puede ser comprendido si la acción espiritual de estos
períodos -preordenados, por así decirlo, por la ley kármica- es separada de su
curso físico. Los cálculos de los mejores astrólogos fracasarían o serían
imperfectos, si esta razón dual no se tuviera en cuenta ni se la dominara. Tal
dominio, puede ser alcanzado únicamente por la iniciación”. D. S. II. 335.
19. Los
astrólogos modernos no dan correctamente las correspondencias de los días,
planetas y colores.
20. “Existen
dos astrologías, la blanca y la negra..., los buenos o malos resultados
obtenidos no dependen de los principios, que en ambas son iguales, sino del
astrólogo”. D. S. V. 303.
Nota: En el T. II. Sec. XVI y VI y en el T. V,
Sec. XXXVIII se trata del zodíaco, con referencias bíblicas, respecto al
zodíaco y de la astrología y los misterios de la Iniciación.
1.
“Cada una de las doce constelaciones, en forma
separada o en combinación con otros signos, tiene una influencia oculta, ya sea
para bien o para mal”. D. S. II, 113.
2.
“Enucko es el prototipo de la naturaleza dual del
hombre (espiritual y físico). Ocupa el centro de la Cruz Astronómica.., la
estrella de seis puntas... En el vértice de arriba del triángulo superior se
halla el Águila (Escorpio); en el ángulo izquierdo inferior se halla el León
(Leo) y en el derecho el Toro (Tauro), mientras que entre el’ Toro y el León...
se halla el rostro de Enucko, el hombre (Acuario).. . Éstos son los cuatro
animales, en Ezequiel y en el Apocalipsis”. U. S. III, 100, 101. (La Cruz Fija
de los Cielos).
3.
“Las constelaciones de la Osa Mayor y de las
Pléyades constituyen el misterio más grande de la naturaleza oculta”. D. S. IV,
117.
4.
“Desde el comienzo de la humanidad, la Cruz o el
Hombre con los brazos extendidos horizontalmente (la Cruz Fija tipificando su
origen cósmico), fue vinculada con su naturaleza síquica y con las luchas que
conducían a. la iniciación”. D. S. V, 136.
Nota: El tránsito de todos los Héroes de la
antigüedad a través de los signos del Sol y de los cielos... constituye, en
cada caso individual, la personificación de los sufrimientos, triunfos y
milagros de un adepto, antes y después de la iniciación.
5.
“Los signos del zodíaco: Cada uno era un signo
doble en la antigua magia astrológica. Tenemos así Tauro-Eva; Escorpio era
Marte-Lupa, o Marte con la Loba... Debido a que estos signos eran opuestos
estaban relacionados porque se unían en el centro”... D. S. V, 146.
Referencias
extraídas del Tratado sobre Fuego Cósmico
6.
“Mientras el misterio de la Osa Mayor no sea
develado y conocido tal como es, no se comprenderá la influencia que ejercen
las Pléyades ni será revelado el verdadero significado del triángulo cósmico formado
por:
a.
Los siete Rishis de la Osa Mayor,
b.
los siete Logos planetarios de nuestro sistema
solar, c. las siete Pléyades o Hermanas, y el karma de los siete planetas
sagrados permanecerá desconocido. Todo lo que podemos ver es su actuación en
el sistema solar. La complejidad total del tema será evidente si se tiene en
cuenta que no sólo estos tres grupos forman un triángulo cósmico, sino que
dentro de ese triángulo deben ser estudiados muchos triángulos menores.
Cualesquiera de los siete Rishis pueden formar un triángulo subsidiario con una
de las siete Hermanas, y estudiarse en ese sentido”. F. C. 639.
7.
“Otro factor mayor en la computación cíclica
reside en el efecto que producen las siguientes estrellas y constelaciones
sobre nuestro sistema solar y cualquier planeta particular dentro del sistema:
1.
La Osa Mayor (Ursa Maior)
2.
La Osa Menor (Ursa Minor),
3.
La Estrella Polar,
4.
Las Pléyades,
5.
La constelación de Capricornio
6.
El Dragón,
y todas las
otras constelaciones y estrellas afines del zodíaco. El misterio se halla
oculto en la astrología esotérica, y cuando se comprendan mejor las energías
que actúan por medio del cuerpo etérico, la radioactividad y la transmutación
de todos los cuerpos de un estado inferior a otro superior, se revelará el
verdadero misterio de la influencia que ejercen entre sí estos distintos
cuerpos”. F. C. 635.
8.
“La energía del universo puede ser diferenciado
como:
1.
Intercósmíca - que afecta a las constelaciones.
2.
Interplanetaría - que afecta a los planetas.
3.
Intercadenaria - que afecta a las cadenas de un
ciclo planetario.
4.
Interglobal - que produce un intercambio de fuerza
entre los globos de una cadena.
5.
Interseccional - que afecta la trasferencia de
fuerza entre los reinos de la naturaleza.
6.
Interhumana - interacción entre los hombres.
7.
Interatómica - el paso de la fuerza entre los
átomos”.
F. C. 810.
9.
“También hay que tener en cuenta la energía que
emana de una de las doce constelaciones o signos del zodíaco, de que trata la astrología.
Este tipo de fuerza concierne principalmente al estímulo planetario y a los
Logos planetarios y está oculto en Su karma cíclico, karma que implicará
incidentalmente a esas mónadas y devas que forman Sus cuerpos y centros”. F.
C. 827.
10. “Estos tres
grupos de cuerpos solares (la Osa Mayor, las Pléyades y Sirio) tienen
preponderante influencia en lo que concierne a la actividad cíclica espiral de
nuestra sistema. Así como en el átomo humano la actividad cíclica espiral es
egoica y está controlada desde el cuerpo egoico, así también en conexión con el
sistema solar, estos tres grupos están relacionados con la tríada espiritual
logoica, atma-budi-manas, y su influencia predomina en relación a la
encarnación, evolución y progresos solares”. F. C. 832.
1.
“Existen siete planetas principales, esferas de
los siete Espíritus moradores, y son:
a.
Los siete grupos principales de Dhyan Chohanes.
b.
Los siete Rayos Primordiales”. U. S. II, 269.
2.
“Sólo existen siete planetas especialmente
vinculados con la Tierra y también doce casas, siendo incontables las posibles
combinaciones de sus aspectos... Cada planeta puede representar para los
demás, doce aspectos diferentes”. D. S. II, 269.
3.
“Siempre y en todas partes a los planetas se los
denomina en el mismo orden”. D. S. II, 342.
4.
“Los siete Regentes planetarios (Logos
planetarios) son los siete Hijos de Sophia (Sabiduría)”. D. S. III, 209
(llamada).
5.
“Para Pitágoras, las fuerzas eran Entidades
espirituales, Dioses independientes de los planetas y de la materia, tal como
los vemos y conocemos en el planeta Tierra, Regentes del Cielo sideral”. D. S.
II, 192.
6.
“Los Siete Hijos de la Luz -denominados por los
nombres de sus planetas y a menudo identificados con ellos- eran Saturno,
Júpiter, Mercurio, Marte, Venus y presumiblemente el Sol y la Luna”. U. S. II,
270.
7.
“Los planetas tienen su crecimiento, cambios,
desarrolla y evolución gradual”. D. S. II, 304.
8.
“Platón representaba a los planetas como movidos
por un Rector intrínseco.., él y su morada eran uno, coma ‘un barquero en su
barca’ “. D. S. II, 192.
a.
“Los planetas no eran masas inanimadas, sino
cuerpos activos y vivientes”.
b.
“Los planetas eran inteligencias racionales
circulando alrededor del Sol”. D. S. II, 193.
9.
“Los siete planetas tienen por Espíritu supremo la
Fortuna y el Destino, que mantienen la eterna estabilidad de las leyes de la
Naturaleza a través de la incesante transformación y perpetua agitación. El
éter es el instrumento o medio por el cual todo es producido”. U. S. II, 362.
10.
“Los siete Dioses se dividen en dos tríadas y el
Sol:
a.
Tríada inferior-Marte. Mercurio y Venus.
b.
Tríada superior-Luna, Júpiter y Saturno
(La Luna
representa a un planeta oculto) U. S. IV, 32.
11.
“Saturno, Júpiter, Mercurio y Venus son los cuatro
planetas exotéricos y los otros tres que deben permanecer innominados (Plutón
y dos planetas ocultos. A. A. B.), fueron los cuerpos celestiales, en directa
comunicación astral y síquica -moral y física- con la Tierra, sus Guías y
Observadores. Las orbes visibles proporcionan a nuestra humanidad sus
características externas e internas, y sus Regentes o Rectores nos proporcionan
nuestras mónadas y facultades espirituales”. D. S. II, 271.
12.
“La Trinidad fue representada por el Sol (el
Padre), Mercurio (el Hijo) y Venus (el Espíritu Santo.. . ) “. D.S. IV, 108.
13.
“Allí había siete tabernáculos para ser habitados
por mónadas, de acuerdo a siete distintas condiciones kármicas”.
D. S. III,
211.
14.
“Se dice que cada raza, en su evolución, nace bajo
la influencia de uno de los planetas”. D. S. III, 38.
15.
“La Tradición de los setenta planetas que presiden
los destinos de las naciones, está basada en la enseñanza cosmogónica oculta,
la cual afirma que además de nuestra cadena de sistemas de planetas-mundos,
existen muchos más en el sistema solar”. D. S. II, 347 (llamada).
16.
“El espíritu del planeta es un creador en su
propio reino, como lo es el Espíritu de los cielos” (es decir, la vida de la
forma y la vida del alma del planeta, A. A. B). D. S. IV, 46.
17.
“Los siete planetas son los hermanos del Sol y no
sus hijos”. D. S. II, 150.
18.
“Los espíritus planetarios animan a todas las
estrellas en general y especialmente al planeta. Rigen los destinos los hombres
nacidos bajo cualesquiera de sus constelaciones”. D. S. 1, 167.
19.
“Cada planeta (de los cuales siete únicamente son
denominados sagrados, porque están regidos por los Regentes y Dioses más
elevados) ... es un septenario... “. D. S. I, 186.
20.
“La siguiente clasificación es sugestiva:
a.
Dios, el Padre-ler. Logos-Fuego Eléctrico-Osa Mayor.
El Sol.
b.
Dios, el Hijo-2do Logos-Fuego Solar-Sirio. Venus y
Mercurio.
c.
Dios, el Espíritu Santo-3er. Logos-Fuego por fricción-Pléyades.
Saturno. F. C. 105 (llamada).
21.
“El Espíritu planetario es otra denominación del
Logos de un planeta, uno de los siete Espíritus ante el Trono de Dios, por lo
tanto, uno de los siete Hombres Celestiales. Se halla en el arco evolutivo del
Universo y ha avanzado muchos estados más allá del humano. La Entidad
planetaria, se halla en el arco involutivo, y es una entidad de grado muy
inferior. Es la suma total de todas las vidas elementales del planeta”. F. C.
111 (llamada).
22.
“Los siete planetas sagrados están compuestos de
materia del cuarto éter, y los Logos planetarios (los siete Hombres
celestiales) cuyos cuerpos son los planetas, funcionan normalmente sobre el
cuarto plano del sistema, el plano búdhico”. F. C. 123.
23.
“Ciertos planetas son, respecto al Logos, lo que
los átomos permanentes al hombre. Personifican principios. Algunos planetas
representan, sólo temporariamente, hogares para dichos principios. Ésta es una
de las diferencias entre un planeta sagrado y otro no sagrado” F. C. 262.
24.
“La Tierra, Marte, Júpiter, Saturno y Vulcano,
están todavía desarrollando el principio mental”. F. C. 341.
25.
“Quienes trabajan en los esquemas de Urano,
Neptuno y Saturno, lo hacen en forma algo distinta de los que actúan en los
esquemas de Vulcano, Venus, Marte, Mercurio, Júpiter, la Tierra y en el
exotérico esquema de Saturno, haciendo lo mismo los Manasadevas (Ángeles
Solares) de la ronda interna. Se observará que aquí tenemos también una
triplicidad de grupos, que representa una triplicidad de fuerzas, y hay una
insinuación. En los otros, el grupo superior y el que está en el medio, dominan
por que estos planetas, los más esotéricos y sagrados en la manifestación, se
ocupan sólo de los egos que se hallan en el Sendero y, por lo tanto, están
grupalmente activos. Esto podría esperarse de Urano, Neptuno y Saturno, pues
son esquemas planetarios sintetizadores y proporcionan condiciones adecuadas
únicamente para las etapas más avanzadas, y se los denomina los planetas
cosechadores”. F. C. 622.
26.
“Mercurio y Venus, el Sol y la Luna, constituyen
los ‘Ángeles Guardianes de los cuatro extremos de la Tierra”:
Nota:
a.
El Sol y la Luna velan planetas ocultos.
b.
Éstos son los cuatro Maharajaes conectados con el
karma, la humanidad, el cosmos y el hombre.
c.
Estos son: el Sol o su sustituto-Miguel.
La Luna o
su sustituto - Gabriel.
Mercurio o
su sustituto - Rafael.
Venus o su
sustituto - Uriel. U. S. III, 459.
27.
“Saturno - rige las facultades devocionales.
Mercurio -
rige las facultades intelectuales.
Júpiter -
rige las facultades simpáticas.
El Sol -
rige las facultades gobernadoras.
Marte -
rige las facultades egoístas.
Venus -
rige las facultades tenaces.
La Luna -
rige las facultades instintivas”. D. S. VI, 104.
28.
“Los siete Ángeles, que presiden los siete
planetas, son los Constructores del Universo y Los Guardianes naturales de las
siete regiones de nuestro sistema planetario”. D. S. V, 116.
29.
“Los siete Arquitectos injertan las fuerzas
divinas y benéficas en la grosera naturaleza material de los reinos vegetal y
mineral, en cada segunda ronda”. D. S. V, 53.
30.
“Los siete Espíritus planetarios o Ángeles... son
idénticos a los Dhyan Chohanes de la doctrina esotérica y han sido trasformados
en los Arcángeles y Espíritus de la Presencia, por la Iglesia cristiana”. D.
S. V, 152.
31.
“Las siete Deidades principales.., son los rayos
de la ilimitada Unidad Una”. D. S. V, 210.
32.
“Cada una de las cámaras de la Pirámide era
conocida por el nombre de uno de los planetas”. U. S. V, 224.
33.
“Los Kabiris fueron los siete planetas.., que en
unión con su Padre, el Sol. .. formaban una poderosa ogdoada (o un óctuplo)”.
D. S. V, 283.
34.
“Los antiguos conocían siete planetas cercanos al
Sol... el séptimo y otros dos, eran planetas del misterio”. U. S. V, 283
(Llamada).
35.
“Desde los planos cósmicos superiores el sistema
solar se ve como un enorme loto azul, lo mismo sucede en la escala en orden
descendente; también puede decirse del pequeño átomo de sustancia... El
sistema solar es literalmente un loto de doce pétalos; cada pétalo está
formado por cuarenta y nueve pétalos menores. El loto planetario difiere en
cada esquema, y le revela al iniciado uno de los secretos de la iniciación
cuando se le confía el número de pétalos de:
a.
nuestro planeta Tierra,
b.
nuestro polo opuesto planetario y
c.
nuestro planeta complementario o equilibrador”. F.
C. 800.
36.
“En el Aula de la Sabiduría existe un sector del
que las modernas organizaciones astrológicas son un tenue e indefinido
reflejo. Los adeptos vinculados con él no trabajan con la humanidad; se ocupan
específicamente de ‘confeccionar los horóscopos’ de las diversas grandes vidas
que animan.., a los reinos de la naturaleza e investigan también la naturaleza
de las influencias kármicas que actúan en la manifestación de los tres Logos
planetarios (mencionados en el punto 35)... Efectúan la progresión de los
distintos horóscopos para el próximo ciclo designado y sus registros son de
profundo y significativo interés. Quisiera pedirles a los estudiantes que se
abstengan de formular cómputos cíclicos de cualquier tipo, porque las innumerables
constelaciones que existen únicamente en materia física de naturaleza etérica,
son desconocidas e invisibles. Sin embargo, su influencia es poderosa y hasta
que no se desarrolle la visión etérica todos los cálculos estarán equivocados”.
F. C. 831.
37.
“Un Logos planetario constituye el lugar de
reunión de dos tipos de fuerza, en primer lugar, espiritual o logoica, que
llega hasta El... desde los siete Rishis de la Osa Mayor, en su propio plano
y, en segundo lugar, de la fuerza búdhica trasmitida a través de las siete
Hermanas o las Pléyades, desde una constelación llamada el Dragón y de donde
proviene la denominación de ‘El Dragón de la Sabiduría’ “. F. C. 918-19.
Los Rayos y
los Planetas (Según A. Besant)
I. Voluntad
o Raja Yoga
Urano Llama.
Poder (representa al Sol)
II.
Amor-Sabiduría Raja Yoga
Mercurio Amarillo. Rosa.
Intuición
III. Mente Matemáticas
Venus Índigo. Azul.
Abstracta superiores. Bronce.
Filosofía.
IV. Conflicto. Tensión.
Saturno. Verde.
Nacimiento Hatha Yoga.
del hombre
V. Mente Inferior. Ciencia
La Luna. Violeta.
práctica.
VI. Devoción. Bhakti Yoga.
Marte Rosa. Azul.
VII. Magia. Ritual. Júpiter. Azul brillante.
Los
Planetas Sagrados y los no sagrados y los rayos.
1. Vulcano 1er. Rayo 1. Marte 6to. Rayo
2. Mercurio 4to. Rayo 2. La Tierra 3er. Rayo
3. Venus 5to. Rayo 3. Plutón 1er. Rayo
4. Júpiter 2do. Rayo 4. La Luna (planeta oculto) 4to. Rayo
5. Saturno 3er.Rayo 5. El Sol (planeta oculto) 2do. Rayo
6. Neptuno 6to. rayo
7. Urano 7mo. Rayo
NOTA: En
total son doce planetas, la división es esotérica.
38.
“Los planetas exotéricos no sagrados son llamados
en léxico ocultista ‘la ronda externa’ o círculo externo de iniciados. Nuestra
Tierra es uno de ellos, pero al estar alineada en forma peculiar con ciertas
esferas (o planetas) hay en la ronda interna una doble oportunidad para el
género humano, que facilita, aunque complica, el proceso evolutivo. A los planetas
sagrados se los denomina a veces ‘los siete grados de conocimiento síquico’ o
las ‘siete divisiones del campo del conocimiento’”. F. C. 918-19.
La
clasificación dada a continuación, extraída de la D. S. VI, 94, Diagrama II, es
sugestiva; su explicación, aunque exotérica, es deliberadamente engañosa porque
los planetas sagrados y los no sagrados están mezclados, y se han omitido
muchos de ellos.
1. Marte Kama-rupa Rojo
Martes
2. El Sol Prana. Vida Anaranjado Domingo
3. Mercurio Budhi Amarillo Miércoles
4. Saturno Kama-manas Verde Sábado
5. Júpiter Envoltura áurica Azul Jueves
6. Venus Manas. Mente superior Indigo
Viernes
7. La Luna Linga Sharira Violeta Lunes
Estas “pantallas” son frecuentes y necesarias
en la enseñanza ocultista, pero se las utilizará menos a m6dida que la
humanidad llegue a ser más espiritualmente perceptiva.
Siete
grandes Vidas sicológicas, cualificadas por siete tipos de fuerza vital, están
manifestándose por intermedio de siete planetas. Otras cinco Vidas se expresan
a través de cinco planetas, dos de los cuales aún no han sido descubiertos.
1. El Sol
(sustituye a Vulcano).
2. Júpiter.
3. Saturno.
I. 4. Mercurio.
5. Venus.
6. Marte.
7. La Luna (sustituye a Urano).
8. Plutón.
II. 9. Neptuno
10. La Tierra
11. No descubierto
III. 12.
No descubierto
Esta es la división exotérica
Los Reinos
de la Naturaleza y los Planetas. En el ciclo actual:
1.
El reino mineral - Plutón y Vulcano.
2.
El reino vegetal - Venus y Júpiter.
3.
El reino animal - La Luna y Marte.
4.
El reino humano - Mercurio y Saturno.
5.
El reino de las almas - Neptuno y Urano.
6.
Sintetizando estos cinco - El Sol.
Cada uno de
los siete planetas sagrados (a los cuales no pertenece el nuestro, la Tierra)
es la expresión de una de las influencias de los siete rayos. Estos siete
planetas pueden ser enumerados de la manera siguiente y los rayos que actúan a
través de ellos se dan con toda exactitud. Sin embargo, el estudiante debe
recordar tres cosas:
1.
Que cada planeta es la encarnación de una Vida,
Entidad o Ser
2.
Que cada planeta, a semejanza de un ser humano, es
la expresión de dos fuerzas de rayo -la personalidad y el alma.
3.
Que dos rayos están en conflicto esotérico en cada
planeta.
También
deberá observarse que si no se devela el misterio de la constelación de la Osa
Mayor, y si no se comprende la influencia que ejercen los Pléyades, y también
la verdadera significación del triángulo cósmico formado por:
a.
Los siete Rishis de la Osa Mayor,
b.
los siete Logos planetarios de nuestro sistema
solar,
c.
las siete Pléyades o Hermanas,
el destino
y la verdadera función de los siete planetas sagrados seguirán siendo
desconocidos. Dentro de este triángulo cósmico hay muchos otros menores.
Cualesquiera de los siete Rishis, conjuntamente con uno de nuestros Logos
planetarios y una de las siete Hermanas, pueden formar triángulos subsidiarios,
y las combinaciones a lograrse son numerosas y complicadas.
Nota:
En los
libros de ocultismo hay muchas enumeraciones de los planetas, que en su mayoría
son simples pantallas; los planetas sagrados y no sagrados están
deliberadamente entremezclados. En los libros de El Tibetano hallaremos varias
de estas enumeraciones, por ejemplo, las dos ya descritas y la que va a
continuación:
1.
Vulcano - el Sol, considerado exotéricamente.
2.
Venus.
3.
Marte.
4.
La Tierra.
5.
Mercurio.
6.
Saturno.
7.
Júpiter.
1.
Urano - 8
2.
Neptuno - 9
3.
Saturno
El Sol
El que
figura primero será considerado exacto para este período mundial, y también
será la base de nuestra enseñanza astrológica Las Vidas que animan a los siete
planetas sagrado5 se denominan.
1.
Los siete Logos planetarios
2.
Los siete Espíritus ante el Trono.
3.
Los siete Kumaras
4.
Las siete Deidades Solares.
5.
Los siete Primordiales
6.
Los siete Constructores
7.
Los siete Alientos intelectuales
8.
Los siete Manus.
9.
Las Llamas.
10. Los Señores
de Amor, Conocimiento y Sacrificio.
Desde el
ángulo de la forma. Orden natural. Retrogradación a través de los signos.
De Piscis
a Aries a través de los signos
1.
Piscis. - Y el Verbo dijo: Entra en la materia.
2.
Acuario - Y el Verbo dijo: Que el deseo rija la
forma.
3.
Capricornio.-Y el Verbo dijo: Que rija la ambición
y que la puerta quede ampliamente abierta.
4.
Sagitario - Y el Verbo dijo: Que se
busque el alimento.
5.
Escorpio - Y el Verbo dijo: que florezca Maya y
rija el engaño.
6.
Libra. - Y el Verbo dijo: Que se haga la elección.
7.
Virgo. - Y el Verbo dijo: Que reine la materia.
8.
Leo. - Y el Verbo dijo: que existan otros formas.
Yo rijo.
9.
Cáncer. - Y el Verbo dijo: Que rija el
aislamiento, sin embargo que exista la multitud.
10. Géminis. -
Y el Verbo dijo: Que la inestabilidad realice su trabajo.
11. Tauro. - Y
el Verbo dijo: Que la lucha siga sin desmayos.
12. Aries. - Y
el Verbo dijo: Que se busque la forma nuevamente.
Desde el
ángulo del alma. Orden espiritual. Tránsito correcto a través de los signos.
De Aries a.
Piscis, a través de los signos
1.
Aries. - Surjo, y desde el plano de la mente,
rijo.
2.
Tauro. - Veo, y cuando el ojo está abierto todo se
ilumina.
3.
Géminis. - Reconozco mi otro yo, y en la
declinación de ese yo crezco y resplandezco.
4.
Cáncer. - Construyo una casa iluminada y moro en
ella.
5.
Leo. - Yo soy Ése y Ése soy Yo.
6.
Virgo. - Soy la Madre y el Niño, soy Dios. Soy la
materia.
7.
Libra. - Elijo el camino que lleva entre las dos
grandes líneas de fuerza.
8.
Escorpio. - Soy el guerrero y surjo victorioso de
la batalla
9.
Sagitario. - Veo la meta. Alcanzo esa meta y veo
otra meta.
10. Capricornio.
- Estoy perdido en la luz suprema, no obstante vuelvo la espalda a esa luz.
11. Acuario. -
Soy el agua vertida para los hombres sedientos.
12. Piscis. -
Abandono el Hogar del Padre y al regresar, salvo.
Entidades
en manifestación. - El Logos solar.
Cuerpo de manifestación.
- El sistema solar.
Centro
receptor. - El polo del Sol central.
Radiación o
emanación desde la superficie. - Prana solar.
Movimiento
producido. - Rotación del sistema.
Efecto
distribuidor. - Radiación etérica solar (sentida cósmicamente).
Entidad en
manifestación. - El Logos planetario. Cuerpo de manifestación. - Un planeta.
Centro
receptor. - Un polo planetario.
Radiación o
emanación desde la superficie. - Prana planeta no.
Movimiento
producido. - Rotación planetaria. Efecto distribuidor. - Radiación etérica
planetaria (sentida dentro del sistema).
Entidad en
manifestación. - El Pensador, un Dhyan Chohan.
Cuerpo de
manifestación. - El cuerpo físico. Centro receptor. - El bazo.
Radiación o
emanación desde la superficie. - El aura de la salud.
Movimiento
producido. - Rotación atómica. Efecto distribuidor. - Radiación etérica humana
(sentida en el medio ambiente).
Referencias
extraídas de La Doctrina Secreta y del Tratado sobre Fuego Cósmico
1.
“Los siete Rishis son los Regentes de las siete
estrellas de la Osa Mayor y son por lo tanto de naturaleza similar a la de los
Ángeles de los Planetas, o los siete grandes Espíritus planetarios”. D. S.
III, 307 (llamada).
2.
“Los siete Rishis marcan el tiempo y la duración
de los acontecimientos en nuestro septenario ciclo de vida, y son tan
misteriosos como sus supuestas esposas, las Pléyades”. D. S. IV, 117.
3.
“Las primeras ‘siete estrellas’ no son planetarias.
Son las estrellas principales de siete constelaciones que giran alrededor de
la Osa Mayor”. D. S. V, 181.
4.
“En Egipto, la Osa Mayor fue la constelación
llamada... La Madre de las Revoluciones, y el Dragón de siete cabezas fue el
nombre asignado a Saturno, llamado también el Dragón de la Vida”. D. S. V, 181.
5.
“En el Libro de Enucko, la Osa Mayor se denomina
Leviatán”. D. S. V, 181.
6.
“Nuestro sistema solar con las Pléyades y una de
las estrellas de la Osa Mayor forman un triángulo cósmico o conjunto de tres
centros, en el Cuerpo de Aquel del Cual Nada puede Decirse. Las siete estrellas
de la Osa Mayor constituyen las analogías de los siete centros de la cabeza de
esta Gran Entidad”. F. C. 170.
7.
“Las vibraciones (energías) vienen a nuestro
sistema solar desde los siete Rishis de la Osa Mayor y, principalmente, desde
esos dos que son los Prototipos del quinto y séptimo rayos o Logos
planetarios”. F. C. 455.
8.
“Los avatares cósmicos representan la fuerza
personificada proveniente de Sirio y de una de las siete estrellas de la Osa
Mayor, animada por el Prototipo del Señor del tercer rayo mayor, tercer Logos
planetario”. F. C. 582.
9.
“El mal cósmico, desde el punto de vista de
nuestro planeta, se debe a la relación existente entre esa Unidad espiritual
inteligente o Rishi de la Constelación Superior -La vida animadora de una de
las estrellas de la Osa Mayor, nuestro prototipo planetario-, y una de las
fuerzas de las Pléyades... En tal relación, que actualmente no está perfectamente
ajustada, se halla oculto el misterio del mal cósmico... Cuando el triángulo
celestial esté debidamente equilibrado y la fuerza circule libremente a través
de una de las estrellas de la Osa Mayor, la Pléyade implicada y el esquema
planetario concerniente, entonces el mal cósmico será rechazado y se logrará
una perfección relativa”. F. C. 779-80.
10. “Las
grandes oleadas de energía que proceden de las siete estrellas de la Osa Mayor,
pasan cíclicamente por todo el sistema solar. La fuerza de estas vibraciones
depende de la intimidad del vínculo y de la exactitud del alineamiento entre un
Hombre celestial particular y Su Prototipo”. F. C. 827.
Referencias
extraídas de La Doctrina Secreta
1.
“Las Pléyades son las supuestas esposas de los
siete Rishis de la Osa Mayor, siendo también las nodrizas del Dios de la
Guerra, Marte, el comandante de los ejércitos celestiales”. D. S. IV, 117.
2.
“Las Pléyades constituyen el grupo central del
sistema de la astronomía sideral:
a.
Están en el pescuezo del Toro, la constelación de
Tauro.
b.
Se hallan en la Vía Láctea.
c.
Son consideradas (Alcyone en particular) como el
punto central alrededor del cual gira nuestro universo de estrellas fijas”. D.
S. IV, 119.
3.
“El número siete está íntimamente relacionado con
la significación oculta de las Pléyades, las seis presentes y la séptima
oculta”. D. S. IV, 183.
4.
“Las Pléyades fueron en un tiempo las Atlántidas,
vinculadas a la Atlántida y sus siete razas”. D. S. IV, 323.
5.
“Uno, de los ciclos más esotéricos se basa en
ciertas conjunciones y en las Posiciones respectivas de Virgo y de las
Pléyades”. D. S. IV, 416.
Extraído
del Tratado sobre Fuego Cósmico
6.
“Las Pléyades son, con respecto al sistema solar,
la fuente de energía eléctrica, así como el Sol es la personificación del
corazón o aspecto amor del Logos, el cual a su vez es el corazón de Aquel del
Cual Nada puede Decirse, así como las Pléyades son el opuesto femenino de
Brahma”. (El tercer aspecto). F. C. 151.
7.
“Nuestro sistema solar, con las Pléyades y una de
las estrellas de la Osa Mayor, forman un triángulo cósmico, o conjunto de
centros, en el Cuerpo de Aquel del Cual Nada puede Decirse”. F. C. 170.
8.
“Otros dos sistemas al vincularse a nuestro
sistema solar y las Pléyades constituyen un cuaternario inferior”. F. C. 170.
9.
“El Sol Sirio es la fuente de donde origina la
mente logoica (manas), en el mismo sentido en que las Pléyades están vinculadas
a la evolución de la mente de los siete Hombres’ Celestiales y Venus fue
responsable de que se’ implantara la mente en la cadena terrestre”. F. C. 298.
10. “Sirio, las
Pléyades y nuestro Sol forman un triángulo cósmico”. F. C. 298.
11. “Las
Pléyades están polarizadas negativamente con nuestros siete esquemas”. F. C.
321.
12. “Nuestros
siete Logos planetarios son los transmisores, por medio de Sus siete esquemas,
para las siete estrellas de las Pléyades”. F.C. 321.
13. “Tres
constelaciones están vinculadas con el quinto principio logoico, en su triple
manifestación: Sirio, dos de las Pléyades y una pequeña constelación cuyo
nombre debe ser reconocido intuitivamente... “. F. C. 564.
14. “Tres
grandes olas de energía pasan cíclicamente por todo el sistema solar. . .
procedentes de las siete Hermanas, las Pléyades y, aquella que en particular se
denomina ocultamente ‘la esposa’ del Logos planetario, cuyo esquema recibirá
oportunamente la simiente de vida de nuestro planeta, el cual no es considerado
un planeta sagrado.. . “. F. C. 827-28.
15. “El mal
cósmico.. . se debe a la relación existente entre esa unidad espiritual
inteligente o ‘Rishi de la constelación superior’, según se lo denomina (Vida
que anima a una de las siete estrellas de la Osa Mayor), nuestro Prototipo
planetario, y una de las fuerzas de las Pléyades... Las siete Hermanas son
denominadas ocultamente las ‘siete esposas’ de los Rishis.. . “. F. C. 779-80.
Referencias
extraídos de La Doctrina Secreta y de Tratado sobre Fuego Cósmico
1.
“Sirio fue llamada ‘la estrella del Perro’, Era la
estrella de Mercurio o de Buddha, llamado el ‘Gran Instructor del género
humano’ “. D. S. III, 359.
2.
“El Sol Sirio, es la fuente de origen de la mente
logoica (manas) así como las Pléyades están vinculadas con la evolución de la
mente de los siete Hombres celestiales y Venus fue responsable de que se
implantara la mente en la cadena terrestre”. F. C. 298.
3.
“Sirio, las Pléyades y nuestro Sol, forman un
triángulo cósmico”. F. C. 298.
4.
“Nuestro sistema solar está polarizado
negativamente con el Sol Sirio, el cual influye síquicamente sobre todo nuestro
sistema por medio de los tres esquemas sintetizadoras: Urano, Neptuno y
Saturno”. E. C. 321.
5.
“Las vibraciones emanan desde Sirio, por conducto
del plano mental cósmico”. F. C. 454.
6.
“Los Señores del Karma de nuestro sistema solar
están regidos, como lo estamos nosotros, por uno de los Señores Superiores del
Karma, que se halla en Sirio”. E. C. 468.
7.
“La conciencia del plano mental cósmico es la meta
a alcanzar para nuestro Logos solar; el Logos de Sirio es para nuestro Logos
solar lo que el ego humano o el alma, es para la personalidad humana”. F. C.
483.
8.
“Tres constelaciones se relacionan con el quinto
principio logoico en su triple manifestación: Sirio, dos de las Pléyades y una
pequeña constelación que debe ser reconocida intuitivamente” F. C. 564.
9.
“Los avatares cósmicos ... representan las fuerzas
personificadas provenientes de los siguientes centros cósmicos: Sirio, una de
las siete estrellas de la Osa Mayor, animada por el Prototipo del Señor del tercer
Rayo, y de nuestro propio centro Cósmico:
a.
Sólo una vez... (procedente de Sirio) ha visitado
nuestro sistema un ser de esa naturaleza, y fue en la época en que la
humanidad recibió la individualización.
b.
Aparecen, general y normalmente sólo cuando un Logos
solar recibe la iniciación”. F. C. 581-82.
Referencias
extraídas de La Doctrina Secreta
1.
“Júpiter... es la deidad símbolo y prototipo
del... culto ritualista. Es el sacerdote, el sacrificador, el suplicante y el
medio por el cual las plegarias de los mortales llegan a los Dioses”. D. S.
III, 58 (llamada).
2.
“Júpiter es considerado ‘el trono de Brahma’ “. D.
S. IV, 339.
3.
“Júpiter es la personificación de la ley cíclica”.
D. S. IV, 340.
4.
“Al Sol se lo solía llamar ‘el ojo de Júpiter’ “.
D. S. y, 251.
5.
“Platón mencionó a Júpiter como el Logos, el
‘verbo’ o el Sol”. D. S. V, 252.
6.
“Los Misterios.., fueron presididos por Júpiter y
Saturno”.
7.
“El ocultismo dice que Júpiter es de color azul
porque es el hijo de Saturno”.
8.
“El signo del advenimiento del Mesías es la
conjunción de Saturno y Júpiter en Piscis”. D. S. V, 145.
Referencias
extraídas del Tratado sobre Fuego Cósmico
9.
“Venus, Júpiter y Saturno deberían ser
considerados desde el punto de vista actual.. . como los vehículos de los tres
superprincipios o principales. Mercurio, la Tierra y Marte están estrechamente
aliados a estos tres; en esto se oculta un misterio”. F. C. 262.
10. “Venus y
Júpiter están estrechamente vinculados con la Tierra y forman, oportunamente,
un triángulo esotérico”. F.C. 315.
11. “En el
esquema de Júpiter los Hijos de la Mente están ahora comenzando su trabajo”. E.
C. 596.
Referencias
extraídas de La. Doctrina Secreta
1.
En respuesta a la pregunta: “¿ qué planetas, de
los conocidos por la ciencia común, además de Mercurio, pertenecen a nuestro
sistema de mundos.. . ?“. La respuesta fue: “Marte y otros cuatro planetas,
&obre los cuales la astronomía nada sabe. Se infiere que estos planetas A.
B. y Y. Z. existen en materia etérica”. D. S. 1, 195-96.
2.
“Marte, Mercurio y los ‘otros cuatro planetas’
están relacionados con la Tierra, sobre lo cual ningún Maestro... nunca
hablará”. D. S. 1, 196.
3.
“Marte se halla ahora en un estado de oscuración:
a.
Marte posee dos satélites sobre los cuales no
tiene ningún derecho (astral y mental. A. A. B.).
b.
Marte es una cadena septenaria”. D. S. 1, 197.
4.
“Marte era el Señor del nacimiento y de la muerte,
de la generación y de la destrucción”. D. S. III, 376.
5.
“A Marte se lo denominó el planeta de seis caras”.
D. S. IV, 367.
Referencias
extraídas del Tratado sobre Fuego Cósmico
6.
“Existe un triángulo formado por la Tierra, Marte
y Mercurio. La analogía con este triángulo reside en el hecho de que Mercurio
y el centro en la base de la columna vertebral están estrechamente
vinculados”. E. C. 169.
7.
“Mercurio, Marte y la Tierra están estrechamente
vinculados con estos tres, Venus, Júpiter y Saturno”. E. C. 262.
Referencias
extraídas de La Doctrina Secreta
1.
“Mercurio está saliendo ahora del estado de
oscuración:
a.
Mercurio no tiene satélites.
b.
Mercurio es una cadena septenaria”. D. S. 1, 197.
2.
“Mercurio es mucho más antiguo que la Tierra”. D.
S. 1, 189.
3.
“Mercurio es llamado el primero de los Dioses
celestiales, el Dios Hermes... a quien es atribuida la institución de la Magia
y de la primera iniciación de los hombres en ella... Mercurio es Budh,
Sabiduría, Iluminación o nuevo despertar en la ciencia divina”. D. S. II, 173.
4.
“Mercurio es el Señor de la Sabiduría”. D. S. III,
42.
5.
“Mercurio es aún más oculto y misterioso que Venus
siendo:
a.
Idéntico a Mithra,
b.
el compañero perpetuo del Sol de la Sabiduría,
c.
el conductor y evocador de almas,
d.
uno con el Sol”. D. S. III, 42-43.
6.
“Mercurio cura al ciego y restaura la vista mental
y física”. D. S. IV, 110.
7.
“Mercurio está representado como que tiene:
a.
tres cabezas, porque es uno con el Sol y con
Venus,
b.
un cubo, sin brazos, porque ‘el poder de la
palabra y la elocuencia pueden expresarse sin la ayuda de los brazos ni los
pies’ “. D. S. IV, 110.
8.
“La quinta raza nace bajo Mercurio”. (La raza
Aria. A. A.B.). D.S. III, 43.
9.
“Mercurio es el hermano mayor de la Tierra”. D. S.
III, 57.
10. “Mercurio
recibe siete veces más luz que ningún otro planeta”. D. S. IV, 108.
11. “Budhi y
Mercurio se corresponden mutuamente y ambos son de color amarillo y dorado
radiante. En el sistema humano el ojo derecho corresponde a Budhi y el izquierdo
a Manas, Venus o Lucifer”. D. S. VI, 90.
12. “Mercurio
es llamado Hermes y Venus Afrodita; a su conjunción en el hombre, en el plano
sicofísico, se le da el nombre de Hermafrodita”. D. S. VI, 100.
Referencias
extraídas del Tratado sobre Fuego Cósmico
13. “Venus,
Júpiter y Saturno podrían ser considerados... como los vehículos de los tres
superprincipios o principios superiores. Mercurio, la Tierra y Marte están
estrechamente relacionados a estos tres, pero aquí reside un misterio”. F. C.
262.
14. “La otra
indicación se refiere al triángulo formado por la Tierra, Marte y Mercurio. En
relación con este triángulo, la analogía reside en que Mercurio y el centro en
la base de la columna vertebral del ser humano están estrechamente vinculados.
Mercurio expresa al kundalini como actividad inteligente, mientras que Marte
expresa al kundalini latente”. F. C. 169.
15. “A mitad de
la quinta ronda, el Señor de Mercurio, con el Logos del esquema venusino y el
de nuestra Tierra, formarán un triángulo temporario de fuerza”. F. C. 310.
EL PLANETA
- LA LUNA (velando un planeta)
Referencias
extraídas de La Doctrina Secreta
1.
“La Luna es hoy el frío residuo, la sombra
proyectada por el nuevo cuerpo donde se han transferido los poderes vivientes;
está condenada a perseguir siempre a la Tierra durante largas épocas; a ser
atraída por ella y atraer a su progenie. Se halla constantemente vampirizada
por su hija, vengándose y saturándola totalmente con la nefasta, invisible y
ponzoñosa influencia que emana del aspecto oculto de su naturaleza. Es un
cuerpo muerto, y sin embargo vive. Las partículas de su cuerpo en
descomposición están llenas de vida activa y destructiva, a pesar de que el
cuerpo que habían formado carece de alma y vida”. D. S. 1, 189.
2.
“La Tierra es un satélite de la Luna”. D. S. 1,
189 (por ejemplo, como el alma es hoy un satélite de la forma).
3.
“La Luna es el símbolo del mal”. D. S. I,
245.
4.
“La Luna no es un planeta sagrado”. D. S. 111, 47.
5.
“La Luna es el rey de los planetas”. D. S. III,
368 (llamada).
6.
“La Luna es el soberano del mundo vegetal”. D. S.
IV, 63.
7.
“La Luna es un cuerpo inferior”. D. S. III, 57.
8.
“La Luna es la mente y el Sol es la comprensión”.
D. S. IV, 202 (llamada) (según cita de Shankaracharya).
9.
“La Luna es un planeta muerto del cual han
desaparecido todos los principios. Sustituye a un planeta que parece haberse
perdido de vista”. D. S. V, 100.
Referencias
extraídas del Tratado sobre Fuego Cósmico
10. “La Luna
está muerta.., y no puede contener vida porque el hombre y los devas
constructores se han retirado de su esfera de influencia”. F. C. 102.
11. “La Luna
está en proceso de desaparecer, sólo queda un cuerpo en decadencia; la vida del
segundo Logos y del primer Logos se han retirado y únicamente retiene la vida
latente en la materia misma”. F. C. 350.
12. “La Luna
fue:
a.
El lugar donde fracasó el sistema.
b.
Vinculada con los principios más inferiores.
c.
El origen de las penurias sexuales experimentadas
en nuestro planeta.
d.
Detenida en su evolución por la oportuna
interferencia del Logos solar.
e.
El origen del conflicto entre las fuerzas de la
luz y de la oscuridad.., puede ser atribuida a la Luna”. F. C. 776 (llamada).
Referencias
extraídas de La Doctrina Secreta y del Tratado sobre Fuego Cósmico
1.
“Neptuno no pertenece realmente a nuestro sistema,
a pesar de su aparente vínculo con el Sol. La relación es imaginaria”. D. S.
1, 147 (llamada).
2.
“Entre las orbes secretos o Ángeles estelares...
Neptuno no fue incluido”. D. S. II, 271.
3.
“Neptuno es el Dios del razonamiento”. D. S. IV,
349.
4.
“Sirio influye síquicamente sobre todo nuestro
sistema por medio de los tres esquemas sintetizadores -Urano, Neptuno y
Saturno”. F. C. 321.
5.
“Hay un grupo peculiar de Seres, vinculados con
cierta constelación y el Dragón menor, que tienen su morada en Neptuno y
trabajan con el sexto principio del sistema solar”. F. C. 440.
6.
“La ley de Sacrificio y muerte es... en forma
misteriosa, lo opuesto de la primera ley o Ley de Vibración. Es Vulcano y
Neptuno en oposición, lo cual resulta por ahora algo casi incomprensible para
nosotros”. F. 0. 487.
7.
“Ningún hombre empieza a coordinar el vehículo
búdhico hasta estar bajo la influencia de Neptuno... Cuando esto sucede, el
horóscopo de su personalidad demostrará que la influencia neptuniana domina en
alguna parte”. F. 0. 712.
8.
“El esquema neptuniano rige uno de los tres
senderos de retorno, y reúne en sí a todos esos Egos que han logrado la
realización, principalmente manejando energía de sexto rayo”. F. 0. 712.
9.
“Neptuno:
a.
Preside y hace posible la segunda iniciación.
b.
Es uno de los principales planetas sintetizadores.
c.
Es un planeta absorbente y abstrayente.
d. Está vinculado con el progreso de
la perfección”. F. C. 713.
10. “Neptuno es
considerado el custodio de las ‘llamas solares’ “. F. C. 903.
Referencias
extraídas de La Doctrina Secreta
1.
“Plutón es una deidad con los atributos de la
serpiente. Es sanador, dador de salud espiritual y física e iluminador”. D. S.
III, 41 (llamada).
2.
“En la leyenda, Orfeo busca en el reino de Plutón
su alma perdida. Krishna rescata de Plutón sus seis principios, II, 42, siendo
Él mismo el séptimo.. . el perfecto iniciado, la totalidad de los seis
principios que se fusionan en el séptimo”. D. S. V, 137.
Referencias
extraídas de La Doctrina Secreta y del Tratado sobre Fuego Cósmico
1.
“Saturno, padre de los Dioses, se ha trasformado,
de la duración eterna, en un período limitado”. D. S. II, 12Z.
2.
“Jehová fue identificado con Saturno y Vulcano”.
D. S. II, 273.
3.
“En el tiempo, el planeta Saturno fue vilipendiado
por los adoradores de otros Dioses”. D. S. II, 273.
4.
“Se vinculaba a Saturno con Lemuria”. D. S. IV,
323.
5.
“Venus, Júpiter y Saturno deberían ser
considerados, desde el punto de vista actual, como los vehículos de los tres
superprincipios. Mercurio, la Tierra y Marte, están estrechamente aliados a
estos tres, pero en ello se oculta un misterio”. F. C. 262.
6.
“Venus, la Tierra y Saturno, forman actualmente un
triángulo muy interesante:
a.
Están siendo vivificados.
b.
Aumentan la capacidad vibratoria de los centros
planetario e individual”. F. C. 169.
7.
“Hace tiempo que el Logos solar ha dirigido Su
atención a la Tierra y a Saturno, mientras que Urano está siendo estimulado”.
E. 0. 306.
8.
“El ocultismo triunfará antes de que llegue
nuestra era... al triple septenario de Saturno, en el ciclo de Europa
occidental, antes de finalizar el siglo XXI d. O.”. D. S. y, 39.
9.
“Saturno es uno de los más poderosos entre los
siete Ángeles creadores del tercer orden, el genio que preside al planeta y
también el Dios de los hebreos... es decir Jehová... al cual se le ha dedicado
el séptimo día o Sabhat, sábado o día de Saturno”. D. S. V, 115-116.
10. “El signo
del advenimiento del Mesías fue la conjunción de Júpiter y Saturno en el signo
de Piscis”. D. S. V, 145.
11. “Saturno
fue llamado el Dragón de la Vida”. D. S. V, 185.
12. “Saturno,
Shiva y Jehová son uno”. D. S. V, 185.
13. “Saturno
constituye el esquema que sintetiza los cuatro planetas que personifican única
y exclusivamente a manas, y es el principio resolvente de los cuatro menores y
con el tiempo de los Siete”. F. C. 315.
14. “Sirio
influye sobre todo nuestro sistema por medio de los tres esquemas
sintetizadores: Urano, Neptuno y Saturno”. F. C. 321.
15. “Saturno es
el punto focal para trasmitir la mente cósmica a los siete esquemas
planetarios”. F. 0. 321.
16. “El esquema
de Saturno es considerado esotéricamente como que ha absorbido los ‘fuegos por
fricción del espacio solar’ “. F. C. 903.
Referencias
extraídas de La Doctrina Secreta
1.
“El Sol es una estrella central. .. no un
planeta”. D. S. 144 (llamada). (Por lo tanto, el hecho de incluirlo, como se
hace comúnmente, entre los planetas, se debe simplemente a que representa o
vela a un planeta oculto).
2.
“El Sol es meramente uno de esos soles. que...
constituyen una multitud de girasoles de luz superior. Es la morada en el
vehículo de un Dios o de una hueste de Dioses, así como también de millares de
otros soles”.
3.
“El Sol es el depósito de la fuerza vital, el
nóumeno de la electricidad”. D. S. II, 230.
4.
“El Sol no fue un planeta sagrado”. D. S. III, 38.
5.
“El Sol... tiene su crecimiento, cambio,
desarrollo y evolución gradual”. D. S. II, 304.
6.
“El Sol es materia y el Sol es espíritu”. D. S.
II, 179.
7.
“El Sol es un gran imán”. D. S. II, 198.
8.
“La sustancia solar es inmaterial”. D. S. II, 198.
9.
“El Sol (por ejemplo, el sistema solar) tiene a
Alcyone, en las Pléyades, como centro de su órbita”. D. S. II, 201.
10. “El
Logos.., con las siete Jerarquías... constituyen un poder.., así como en el
mundo de la forma el Sol y los siete planetas principales constituyen una sola
potencia activa”. D. S. III, 38.
11. “El Sol, la
Luna y Mercurio fueron la primitiva trinidad de los egipcios -Osiris, Isis y
Hermes”. D. S. IV, 170.
12. “Los siete
rayos del Sol son paralelos a los siete mundos de toda cadena planetaria y a
los siete ríos del cielo y de la Tierra”. D. S. IV, 170.
13. “Los siete
rayos del Sol.., se expandirán al final del pralaya en siete soles y absorberán
el material de todo el universo”. D. 8. IV, 176.
14. “La Luna es
la mente y el Sol la comprensión”. D. S. IV, 202 (llamada).
15. “La
Trinidad está simbolizada por el Sol:
a. El Sol espiritual central Dios, el Padre.
b. El
Corazón del Sol Dios, el Hijo.
c. El Sol físico Dios, el Espíritu Santo.
16. “. ..es en
el Sol, más que en ningún cuerpo celeste (por ejemplo: en nuestro sistema
solar), que el Poder desconocido asentó su morada”. D. S. V, 196.
17. “El Sol
espiritual central está reflejado por el.. . sol”. D. S. III, 214.
18. “El Sol es
una de las nueve deidades que atestiguan toda acción humana”. D. S. V, 245
(llamada).
19. 19.’ “El Sol fue la imagen de la
inteligencia divina o sabiduría. .. La palabra ‘sol’ deriva de ‘solus’, el Uno
o el El Solitario, y su nombre ‘Helios’ significó ‘el Altísimo’ D. S. V, 252.
20. “El Sol
visible es sólo la estrella central, pero no el Sol espiritual central”. 13. S.
V, 252.
21. “El Sol fue
la luminaria dadora de vida y de muerte”. D. S. y, 260.
22. “El Sol es
el sustituto de un planeta invisible intermercurial”. D. S. VI, 100.
23. “La energía
pura de la inteligencia solar procede del luminoso asiento ocupado por nuestro
Sol en el centro del cielo, y es el Logos de nuestro sistema solar”. D. S. V,
196.
24. “Existe el
Sol de la iniciación en forma triple -dos de ellas son el ‘Sol del día’ y uno
el ‘Sol de la noche’ “. D. S. V, 195.
25. “Todos los
iniciados son ‘epitomadores de la historia del Sol’, cuyo epítome es otro
misterio dentro del misterio”. D.S. V, 136.
26. “El
misterio del Sol es tal vez el mayor de todos los innumerables misterios del
ocultismo”. D. S. V, 195.
27. “El Sol:
a.
Fue llamado ‘el ojo de Júpiter’ “. D. S. V, 251.
b.
Platón mencioné a Júpiter-Logos, el Verbo o el
Sol. D.S. y, 251.
c.
El verdadero color del Sol es azul. D. S. VI, 102
(llamada).
d.
El Sol fue adoptado como un planeta por los
astrólogos postcristianos que no habían sido iniciados”. D. S. VI, 102-103
(Llamada).
28. “Este Yo,
el más elevado, el uno universal, fue simbolizado en el ‘plano de los
mortales’ por el Sol, cuyo fulgor dador de vida fue a su vez emblema del alma
-que mata las pasiones terrenales que siempre han constituido el impedimento
para la reunión del Yo Ente (el Espíritu) con el Omni-Yo. De aquí el misterio
alegórico... establecido por los Hijos de la niebla Ígnea y de la Luz”. D. S.
V, 244.
Referencias
extraídas de La Doctrina Secreta y del Tratado sobre Fuego Cósmico
1.
“Urano fue conocido,.. l7Iajo otro nombre por los
antiguos”. D. S. 1, 144.
2.
“Cronos (el tiempo) ... es representado mutilando
a Urano... El Tiempo absoluto se ha convertido en finito condicionado” D. S.
II, 122. y
3.
“Entre los tres orbes secretos o Ángeles
estelares, no se incluyó a Urano”. D. S. II, 271.
4.
“Urano.., personificó todos los poderes creadores
y es sinónimo de Cronos”. D. S. III, 262.
5.
“Urano era desconocido por los antiguos, y se
vieron obligados a considerar al Sol entre los planetas... Urano es un nombre
moderno. Pero en verdad los antiguos conocían un planeta misterioso al cual
nunca nombraban. Este séptimo planeta no fue el Sol, sino el oculto Hierofante
divino”. D. S. V, 295.
6.
“Urano está siendo ahora estimulado” F. C. 306.
7.
“Es uno de los tres planetas sintetizadores, y
Sirio influye sobre todo nuestro sistema solar vía Urano, Neptuno y Saturno”.
F. C. 321.
8.
“Urano es el hogar del ‘fuego eléctrico’ “. F. C.
903.
Referencias
extraídas de La Doctrina Secreta y del Tratado sobre Fuego Cósmico
1.
“Venus.., no tiene ningún satélite.., y es mucho
más antiguo que la Tierra”. D. S. III, 46; II, 46.
2.
Venus es “el pequeño Sol en el cual el orbe solar
almacena su luz”, D. S. III, 39.
3.
“La luz viene a través de Venus, quien recibe una
triple Provisión y da un tercio de ella a la Tierra:
a.
Por eso se lo denomina ‘Hermanos gemelos’.
b.
El espíritu de la Tierra está subordinado a Venus.
D. S. III, 44.
4.
“Venus es el más oculto, potente y misterioso de
todos los planetas
a.
Su relación con la Tierra es muy prominente.
b.
Preside la generación natural del hombre.
c.
Es denominado ‘el otro Sol’.
d. Es lo primario de la Tierra o el
prototipo espiritual”. D. S. II, 44, 45.
5.
“El Logos planetario de Venus amaba tanto.., a la
Tierra, que encarnó... y le dio leyes perfectas que fueron desentendidas y
rechazadas.. .“. D. S. III, 46.
6.
“Cada pecado cometido en la Tierra es sentido en
Venus. Cada cambio producido en Venus se refleja en la Tierra”. D. S. III, 46-47.
7.
“Venus”... es el portador de la luz de nuestra
Tierra, tanto en sentido físico como místico”. D. S. III, 47.
8.
“Del Regente de Venus (el Logos planetario) ...
debe ocuparse el misticismo oculto”. D. S. III, 47.
9.
“La humanidad (aparecida en la época lemuriana)...
se dice que está bajo la influencia directa de Venus”. D. S. III, 39.
10. “El Sol
Sirio es el origen de la Mente logoica (manas), así como las Pléyades están
vinculadas a la evolución de la mente de los siete Hombres Celestiales y Venus
es responsable de que se implantara la mente en la cadena terrestre”. F. C.
298.
11. “Existe un
vínculo síquico entre el Logos planetario de Venus y el de nuestra Tierra:
a.
El esquema de Venus es más activo que el nuestro.
b.
Su humanidad está más avanzada que la nuestra.
c.
Sus radiaciones incluyen el plano búdhico, en lo
que concierne a la humanidad.
d.
Podría, en consecuencia, por medio del estímulo,
abrirse el mismo plano para la humanidad terrestre”. F.C. 313.
12. “Venus es
el segundo o el sexto esquema, según se lo tenga en cuenta, mística u
ocultamente”. F. C. 486.
13. “Venus es
de polaridad negativa, de allí que la Tierra absorbiera misteriosamente fuerza
venusiana... El vínculo kármico entre los dos Logos planetarios (uno en
encarnación positiva y negativa el otro) dio lugar a una alianza planetaria. La Luz brilló”. F. C. 381.
14. “El Señor
de Venus:
a.
Tiene su lugar en el, cuaternario logoico.
b.
Venus está en la quinta ronda.., y ha progresado
más que los otros planetas’. F. C. 263.
15. “En la
actual etapa de evolución los centros del sistema (los planetas) Venus, la
Tierra y Saturno, forman un triángulo de gran importancia:
a.
Está siendo vivificado.
b.
Aumenta la capacidad vibratoria de los centros
planetario e individual”. F. C. 169.
16. “Desde el
punto de vista actual podemos considerar a Venus, Júpiter y Saturno como los
vehículos de los tres superprincipios o principales. Mercurio, la Tierra y
Marte, están estrechamente aliados a estos tres; pero aquí se oculta un
misterio”. F. C. 262.
17. “En el
sistema humano, el ojo derecho corresponde a budhi y Mercurio, y el ojo
izquierdo a manas y Venus”. D. S. VI, 90, 100.
18. “En la
mitad de la quinta ronda, el Logos de Mercurio con el de Venus y el de nuestra
Tierra, formarán un triángulo temporario de fuerza”. E. 0. 316.
19. “Venus y
Júpiter están estrechamente conectados con la Tierra y formarán oportunamente
un triángulo esotérico”. F. C. 315.
20. “Por
hallarse en la quinta ronda, Venus desarrolló y coordinó el principio mente,
sintetizado en cuatro aspectos mentales menores, y proporcionó al aspecto
búdhico un instrumento para expresarse por medio del quinto principio”. F. C.
319.
21. “Hay tres
esquemas planetarios.., en los cuales manas se manifiesta, y dos en donde budhi
ya se está manifestando manásicamente. De estos dos, Venus es uno... “. F. C.
320.
22. “Venus pasa
por su última ronda y casi ha desarrollado a la perfección su cuarto reino”. F.
C. 596.
Referencias
extraídas de La Doctrina Secreta y del Tratado sobre Fuego Cósmico
1.
“Jehová fue identificado.., con Saturno y
Vulcano”. D. S. II, 273.
2.
“Vulcano está dentro de la órbita de Mercurio”. F.
C. 188 (llamada).
3.
“La Ley de Sacrificio y Muerte.., es en forma
misteriosa lo opuesto a la primera ley o Ley de Vibración. Por ahora es casi
incomprensible para nosotros la oposición de Vulcano y Neptuno”. F. C. 487.
4.
“En Vulcano, los Hijos de la Mente, casi han
terminado su trabajo”. F. C. 569.
Referencias
extraídas de La Doctrina Secreta
1.
“Los Dhyanis estuvieron relacionados con el
Cocodrilo y su morada en Capricornio”. D. S. 1, 240.
2.
“Capricornio.., es el décimo signo del zodíaco...
y hay en él veintiocho estrellas”. D. S. IV, 143-146.
3.
“Hay una conexión mística entre los nombres Makara
y Kumara:
a.
Significa el pentágono y está enlazado con él.
b.
Representa las cinco envolturas del hombre y, por
lo tanto, los cinco kumaras.
c.
Está relacionado con el Dios Océano.
d.
Personifica el fuego solar”. D. S. IV, 143, 144.
4.
“Capricornio está relacionado con el nacimiento
del microcosmos espiritual y con la muerte.. . del universo físico”. D. S. IV,
146.
5.
“Cuando el Sol salga de los treinta grados de
Capricornio y no llegue más al signo Piscis, entonces habrá llegado la Noche de
Brahma”. D. S. IV, 146 (llamada).
Referencias
extraídas del Tratado sobre Fuego Cósmico
6.
“El misterio de Capricornio está oculto en estos
cinco (hombre espiritual, aspirante, discípulo, iniciado y adepto) y en las
palabras bíblicas ‘los corderos y las cabras’ “. F.C. 569.
7.
“Sólo una vez, en la historia de cada esquema,
aparece en los niveles mentales un avatar procedente de la constelación de
Capricornio. Éste es el nivel inferior en el cual se exteriorizan dichas
deidades interplanetarias. Nada más puede decirse sobre esto. Aquí reside
oculto el misterio de la cabra. Este avatar hace Su aparición en la tercera
ronda de la tercera cadena y desaparece en la quinta ronda de la cuarta
cadena”. F. C. 584-585.
Referencias
extraídas de La Doctrina Secreta
1.
“Castor y Pólux, los brillantes Gemelos, nacieron
de un huevo de Leda”. D. S. II, 7.5.
2.
“La Leyenda de Cástor y Pólux se refiere a la
mitad mortal del hombre, la personalidad, y a la parte inmortal, el ego o
individuo espiritual. La personalidad nada tiene en sí que sobreviva a la otra
mitad, la cual es inmortal en su individualidad, debido a que su quinto
principio es traído a la vida por los Dioses que animan, vinculando así la
Mónada con la Tierra. Éste es Pólux, mientras que Cástor representa lo
personal, el hombre mortal, un animal, que no es de tipo superior cuando se
desvincula de la individualidad divina. D. S. III, 129:
a.
Cástor debe su inmortalidad a Pólux.
b.
Pólux se sacrifica por Cástor. D. S. III, 129.
Referencias
extraídas de La Doctrina Secreta
1.
“El esoterismo de la primera Jerarquía Creadora
(que en realidad es la sexta. A. A. B.) se halla oculto en el signo zodiacal de
Leo”. D. S. 1, 235.
Referencias
extraídas de La Doctrina Secreta
1.
“En el judaísmo y en el cristianismo el Mesías
siempre está relacionado con el agua y el bautismo”. D. S. II, 91:
a.
La segunda iniciación racial.
b.
La primera iniciación planetaria.
2.
Piscis... “brilla como símbolo de todos los
Salvadores espirituales del pasado, presente y futuro”. D. S. II, 346.
3.
.3. “Kepler
sostenía, como hecho positivo, que en el momento de la Encarnación (del
Cristo), todos los planetas estuvieron en conjunción en el signo de Piscis...
la constelación del Mesías”. D. S. II, 347.
4.
“En los pórticos de los edificios sagrados para
ofrendas votivas a los muertos, en la religión budhista, hay ornamentos de una
cruz formada por dos peces”. D. S. V, 144.
5.
“El signo del advenimiento del Mesías fue la conjunción
de Júpiter y Saturno en el signo de Piscis”. D. S. V, 145.
Referencias
extraídas de La Doctrina Secreta
“Todos los
Dioses-Soles.., han estado relacionados místicamente con la constelación de
Tauro y fueron denominados los Primeros”. D. S. II, 350.
“Tauro es
considerado como el grupo central de la Vía Láctea”.
NOTA: Las
Pléyades forman el grupo central del Toro, y Alcyone, una de las siete
Pléyades, se supone que es la estrella alrededor de la cual gira nuestro
universo.
Referencias
extraídas de La Doctrina Secreta
1.
“Uno de los ciclos más esotéricos está basado en
ciertas conjunciones y posiciones relativas a Virgo y las Pléyades. Virgo es
inseparable de Leo, las Pléyades y las Hyades”.
“En el
segundo sistema solar y en conexión con el método empleado, otro punto merece
nuestra atención. El fuego de la mente se origina en una constelación a la que,
hasta hace poco, la ciencia exotérica no le adjudicaba una íntima relación con
nuestro sistema solar, debido a su enorme distancia. El Sol “Sirio” es la.
fuente & origen del manas logoico, así como las Pléyades están vinculadas
con la evolución de manas de los siete Hombres celestiales y Venus fue
responsable de que se implantara la mente en la cadena terrestre. Cada uno
constituyó el primario del otro, o el agente que produjo el primer destello de
conciencia en los determinados grupos implicados. En todos los casos el lento
crecimiento evolutivo fue el método empleado, hasta que repentinamente
resplandeció la conciencia, en virtud de la interposición de la fuerza
proveniente de una fuente foránea.
1.
Logos. - Sistema solar. - Sirio.
2.
Siete Hombres celestiales. - Esquema planetario. -
Pléyades.
3.
Hombre celestial. - Cadena terrestre. - Venus”. F.
C. 298.
El Cuarto
Reino y la Jerarquía del Planeta
“El
estudiante ocultista común que haya reflexionado detenidamente sobre esta
enseñanza, habrá captado y comprendido ciertos hechos. Se habrá dado cuenta que
la conjunción de Espíritu-materia y mente o manas, se efectuó durante la
tercera raza raíz, y que la familia humana se hizo presente definitivamente en
la tierra desde esa época. Sabe que esto se produjo por el advenimiento, en
Presencia corpórea, de ciertas grandes Entidades; ha aprendido que vinieron
desde la cadena venusina, que lograron la necesaria conjunción, se hicieron
cargo del gobierno del planeta, fundaron la Jerarquía oculta y, aunque algunas
permanecen en la cadena, las restantes han vuelto a Su fuente de origen. Esto
puede, en muchos sentidos, resumir todo el conocimiento actual. Vamos a
ampliarlo brevemente, a corregir ciertas interpretaciones erróneas y a
comprobar uno o dos hechos nuevos. Podemos clasificar esto de la manera
siguiente:
Primero, el
estudiante de ocultismo debe tener presente que:
d.
Este advenimiento significó que el Logos
planetario adoptaría un vehículo físico, lo cual constituyó, literalmente, la
venida del Avatar.
e.
Dicho advenimiento fue consecuencia de un
alineamiento definido del sistema, que implicó:
Al esquema
venusino del sistema;
A la cadena
venusina del esquema terrestre;
Al globo
venusino de la cadena terrestre.
f.
El Logos planetario no vino del esquema venusino,
sino de la cadena venusina de Su propio esquema, el terrestre. Debido al
alineamiento del sistema, el kundalini logoico pudo circular por un determinado
triángulo, del cual Venus y la Tierra fueron dos de sus vértices. Esto hizo
acelerar la vibración y permitió al Hombre celestial de nuestro esquema recibir
una iniciación menor, y comenzar Sus preparativos para una iniciación mayor.
Segundo, se
ha de recordar también que, al considerar esta materia, debemos cuidar de
visualizarla no sólo en lo que afecta a nuestro globo y a su humanidad actual,
sino también desde el punto de vista del cosmos y del sistema, y su importancia
para un Logos planetario y un Logos solar. De allí la veracidad de que este
acontecimiento no sólo fue el resultado de que nuestro Logos terrestre
recibiera una iniciación menor, sino que el esquema venusino se destacó por
haber recibido una iniciación mayor, el Logos planetario de Venus, durante Su
quinta cadena. En lo que respecta a un Logos solar esto sucedió después de ser
estimulado uno de Sus centros, debido a la progresión geométrica del fuego al
circular a través del Triángulo ya mencionado.
Se ha
afirmado que ciento cuatro Kumaras vinieron de Venus a la Tierra; literalmente
el número es ciento cinco, si a la Unidad sintetizadora, el Señor del Mundo, se
la cuenta como uno. Permanecen aún con El los tres Buddhas de Actividad.
Quisiera llamarles la atención sobre el doble significado de este nombre
“Buddhas de Actividad”, pues confirma la realidad de que las Entidades que se
hallan en Su grado de evolución son amor-sabiduría activos, y personifican, en
Sí Mismas, los dos aspectos. Los tres Buddhas de Actividad corresponden a las
tres personas de la Trinidad”. F. C. 326-128.
“El Logos
planetario de este esquema es denominado ‘Primer Kumara’. el Único Iniciador,
y se afirma que vino de Venus a este planeta; Venus es el ‘primario de la
Tierra’. Es necesario dar alguna explicación sobre esto, aunque sólo es
permitido hacer muy pocas insinuaciones acerca de la verdad. Es una de las
cosas que guarda el mayor misterio acerca del desarrollo de nuestro esquema y
oculta el enigma de este ciclo mundial. No es fácil impartir la verdad, porque
las palabras ocultan y velan.
Quizás
podría darse un indicio, si decimos, que existe una analogía entre la entrada,
en pleno auge del Ego, y el dominio que éste ejerce durante ciertos períodos en
la vida del ser humano. Se dice que a los siete años y también en la adolescencia,
el Ego ‘se aferra’, y a los veintiún años ese aferramiento es cada vez mayor.
Análogamente. a medida que pasan las vidas, el Ego (en relación con un ser
humano) se aferra a sus vehículos y los doblega a su propósitos en forma más
eficaz y plena. El mismo procedimiento puede observarse en relación con el
Hombre celestial y Su cuerpo de manifestación, un esquema. Se ha de recordar
que cada esquema tiene siete cadenas, cada cadena siete globos, totalizando
cuarenta y nueve globos; que cada globo es ocupado por la vida del Logos
durante lo que llamamos siete rondas, textualmente, trescientas cuarenta y tres
encarnaciones o renovados impulsos para manifestarse. Hemos de agregar a estas
manifestaciones mayores otras menores, como las llamadas razas raíces, subrazas
y ramificaciones de razas, y nos hallamos con una complejidad capaz de aturdir
al estudiante común. La rueda planetaria de la vida hace girar, en escala
menor, la rueda de la vida del pequeño peregrino denominado hombre; a medida
que gira, impele la vida del Logos planetario evolucionante a nuevas formas y
experiencias, hasta que el fuego del Espíritu quema todos los fuegos menores.
Como se
indicó anteriormente, cada Hombre celestial está vinculado a uno de Sus
Hermanos, bajo la Ley de Atracción Mutua, la cual todavía se manifiesta en
forma muy degradada en el plano físico, por medio de la vida del ente humano,
aprisionada en la forma física. Síquicamente, el vínculo es de naturaleza
distinta; dicho vínculo existe entre el Logos planetario del esquema
denominado Venus y el Logos de nuestro esquema. Esta interacción síquica tiene
su flujo y reflujo cíclicos, así como fluye y refluye toda la fuerza de la
vida. En la época lemuriana hubo un período de íntima interacción que produjo,
en el planeta físico, la encarnación del Logos de nuestro esquema, el Guía de
la Jerarquía, el Único Iniciador. Esto no hubiera ocurrido si el Logos
planetario del esquema de Venus no hubiese estado en situación de vincularse
íntimamente con el nuestro”. F. C. 312-313.
“El Cosmos.
Nuestro sistema solar con las Pléyades y una de las estrellas de la Osa Mayor
forman un triángulo cósmico, o conjunto de tres centros en el Cuerpo de Aquel
del Cual Nada Puede Decirse. Las siete estrellas de la constelación de la Osa
Mayor constituyen las analogías de los siete centros de la cabeza, en el cuerpo
de dicho Ser, mayor que nuestro Logos. Asimismo otros dos sistemas, al
vincularse con él sistema solar y las Pléyades, constituyen un cuaternario
inferior, que con el tiempo se sintetizan en los siete centros de la cabeza,
como ocurre similarmente en el ser humano después de la cuarta iniciación”. F.
C. 170.
“La frase
‘Venus es el primario de la Tierra’ encierra un indicio que lleva a una
correcta comprensión. No puede decirse mucho acerca del misterio de que ‘Venus
es el alter ego de la Tierra, y tampoco es aconsejable, pero pueden sugerirse
ciertas ideas que, si se reflexiona sobre ellas, darán una comprensión más
amplia de la belleza que encierra la síntesis y la maravillosa correlación de
todo cuanto evoluciona en la naturaleza.
Quizás se
obtenga una idea a este respecto si recordamos que, en sentido oculto, Venus es
para la Tierra lo que el Yo superior para el hombre.
La llegada
a la Tierra de los Señores de la Llama estuvo regida por la ley y no fue
exactamente un acontecimiento accidental y afortunado, sino una cuestión
planetaria que tiene su analogía en el vínculo que existe entre la unidad
mental y el átomo manásico permanente. Repito, así como el hombre individual
construye el antakarana entre estos dos puntos, el hombre colectivo de este planeta
construye un canal que llega hasta su primario, Venus.
Con
respecto a estos dos planetas debe recordarse que Venus es un planeta sagrado y
la Tierra no lo es. Esto significa que ciertos planetas son, con respecto al
Logos, lo que los átomos permanentes con respecto al hombre. Personifican los
principios. Algunos planetas proporcionan sólo temporariamente hogares para
dichos principios; otros permanecen durante todo el mahamanvantara. Venus es
uno de éstos”. F. C. 261-262.
“Será
conveniente elucidar un poco más la conexión que existe entre Venus y la
Tierra, insinuada en algunos libros ocultistas y considerada brevemente en este
tratado. He dicho que la interacción entre los dos esquemas se debe, en gran
parte, a su polaridad positiva y negativa; he indicado que una relación similar
subyace entre las Pléyades y los siete esquemas de nuestro sistema solar, y
entre Sirio y el sistema mismo. Esto, por lo tanto, pone en estrecha
interacción a tres grandes sistemas:
1.
El sistema de Sirio.
2.
El sistema de las Pléyades.
3.
El sistema del cual nuestro Sol es el punto focal,
formando, como se habrá observado, un triángulo cósmico.
Dentro de nuestro sistema tenemos varios de esos triángulos, que varían en
distintas etapas; de acuerdo a la relación que existe entre ellos, la fuerza
diferenciada de los distintos esquemas puede pasar de un esquema a otro, y, de
esta manera, las unidades de vida que pertenecen a corrientes de fuerza de
distintos rayos, se entremezclan momentáneamente. En dichos triángulos
(cósmico, del sistema, planetario y humano), dos puntos del triángulo
representan una polaridad diferente, y el tercero, el punto de equilibrio, de
síntesis o de fusión. Esto se debe tener en cuenta al estudiar los centros
macro y microcósmicos, porque explica la diversidad de la manifestación en las
formas y en la cualidad.
También
puede indicarse aquí una analogía, que podría servir para iluminar a quienes
tengan ojos para ver: “El esquema venusino, por hallarse en la quinta ronda
desarrolló y coordinó el principio manas, sintetizado en los cuatro aspectos
manásicos menores, proporcionándole al aspecto búdhico un instrumento para
expresarse por medio del quinto aspecto perfeccionado. Nuestro Hombre
celestial, en la quinta ronda, habrá alcanzado un punto paralelo de evolución,
y el quinto principio, como ya se ha dicho, no será objeto de Su atención en lo
que atañe a los entes humanos”. F. C. 319-320.
“Así como
Venus constituye el polo negativo para el esquema terrestre, las siete
estrellas de las Pléyades son los polos negativos de nuestros siete esquemas.
Cabría
formularse una pregunta muy atinada. Se podría justamente preguntar (en
conexión con el punto en el cual Venus está negativamente polarizado y
análogamente las Pléyades) ¿ por qué se los califica como negativos si son
dadores y no receptores, puesto que ser negativo es, lógicamente, ser
receptivo? Así es, en efecto, pero el interrogante surge en nuestra mente
debido a la falta de información y a la consiguiente incomprensión. Venus habrá
tenido mucho que ver con el estímulo que trajo como resultado grandes
acontecimientos en la Tierra, por medio de la cadena venusina de nuestro
esquema, pero en forma misteriosa nuestro esquema dio más de lo que recibió,
aunque lo dado no haya sido de la misma naturaleza. El advenimiento de la
influencia venusina a nuestra cadena y a nuestro planeta, y el consiguiente
estímulo ejercido sobre ciertos grupos de la cuarta Jerarquía creadora, la
humana, produjo un acontecimiento paralelo de magnitud aún mayor en el esquema
venusino, que afectó a la sexta Jerarquía, una de las Jerarquías de los devas
que moran en el esquema de Venus. Este estímulo emanó a través de nuestra sexta
cadena (o segunda, según el punto de vista) que afecté> a la correspondiente
cadena del esquema venusino. La magnitud de la diferencia podemos verla en el
hecho de que en nuestro caso, solamente un globo fue afectado mientras que la
influencia de nuestra esquema sobre el venusino fue tal, que toda una cadena
quedó estimulada. Esto se produjo gracias a la polaridad positiva del Hombre
celestial del esquema terrestre”. F. C. 321.
“La
afirmación de que el gran Kumara o el Único Iniciador vino a este planeta desde
Venus, es veraz hasta donde se personifica. Su llegada a este planeta denso
(el cuarto) durante la cuarta cadena desde ese cadena de nuestro esquema
denominada ‘venusina’, la cual es la segunda. Vino por conducto del segundo
globo de nuestra cadena; Su vibración fue apenas perceptible (esotéricamente
percibida) en la segunda ronda; pero únicamente en la tercera raza raíz de la
cuarta ronda las condiciones permitieron que encarnara físicamente y que
viniera como el Avatar. Con toda reverencia podría decirse que las primeras
tres rondas y las dos razas raíces subsiguientes de esta cadena corresponden al
período prenatal; Su llegada a esta cuarta ronda, con el consiguiente
despertar de manas en los entes humanos, tiene su analogía en el despertar del
principio vida en el cuarto mes de la criatura nonata”. F. C. 316.
“Dos
indicaciones podrían darse aquí para una concienzuda consideración. En relación
con uno de los Hombres celestiales (cuyo nombre no puede ser revelado) existe
un triángulo de fuerza formada por tres centros:
1.
El centro de fuerza del que el Manu y Su grupo son
la expresión.
2.
El centro del que el Bodhisattva o el Cristo, y
Sus adherentes, son el punto focal.
3.
El centro del que el Mahachoan y Sus seguidores
son los exponentes.
Estos tres
grupos constituyen los tres centros de un gran triángulo -el cual no ha sido
vivificado totalmente en esta etapa del desarrollo evolutivo.
Otro
triángulo, en relación con nuestro Logos planetario, es el formado por los
siete Kumaras -los cuatro Kumaras exotéricos corresponden a los cuatro centros
menores de la cabeza y los tres Kumaras esotéricos corresponden a los tres
centros mayores de la cabeza.
La otra
indicación se refiere al triángulo formado por la Tierra, Marte y Mercurio. La
analogía de este triángulo reside en el hecho de que Mercurio y el centro en la
base de la columna vertebral del ser humano, están estrechamente vinculados.
Mercurio expresa al kundalini como actividad inteligente, mientras que Marte
expresa al kundalini latente. La verdad se halla oculta en sus dos símbolos
astrológicos. Mediante la transmutación y la geometrización planetaria puede
develarse el secreto.
... En
relación con nuestro Logos planetario, los tres planetas etéricos de nuestra
cadena -Tierra, Mercurio y Marte- forman un triángulo de excepcional
importancia, y puede decirse además que en el actual grado de evolución de los
centros logoicos, Venus, Tierra y Saturno, forman también un triángulo muy
interesante. Este triángulo en la actualidad está siendo vivificado debido a la
acción del kundalini; en consecuencia, acrecienta la capacidad vibratoria de
los centros, que lentamente se van trasformando en cuatridimensionales. No es
posible decir nada más respecto a los otros grandes triángulos.. . “. F. C 168-169.
“Existe una
razón oculta definida, de acuerdo con las Leyes de la Electricidad, detrás del
bien conocido hecho de que todo iniciado que se presenta ante el Iniciador, va
acompañado por dos Maestros, uno a cada lado. Los tres juntos forman un triángulo
que facilita el trabajo.” F. C. 191.
.... . En
dichos triángulos (cósmico, del sistema, planetario y humano) dos vértices del
triángulo representan polaridades diferentes y el tercero, el punto de
equilibrio, de síntesis o de fusión”. F. C. 319.
“Otro hecho
que se debe observar, respecto a estos grandes Seres, es que, considerados en
Sus siete grupos, forman:
a.
Puntos focales para la fuerza o influencia que
emana de otros centros o esquemas solares.
b.
Las siete divisiones de la Jerarquía oculta.
Estos existen,
como lo hace el Hombre celestial Mismo, en materia etérica, y literalmente son
grandes Ruedas o Centros de Fuego viviente, fuego manásico y eléctrico;
vitalizan el cuerpo del Hombre celestial, manteniéndolo unido como un todo
objetivo. Forman un triángulo planetario dentro de la cadena, y cada uno de
Ellos vitaliza un globo”. F. C. 329.
“Primero. Dos principios vinculadores son
necesarios. Para ello se requiere el Fuego espiritual viviente del principio
medio proveniente de los estados quinto y tercero del Pleroma. Dicho fuego es
propiedad de los Triángulos”. F. C. 550.
“Segundo,
como sucede en el caso del hombre, ciertos triángulos de fuerza se encuentran
en diferentes etapas de evolución, o (para expresarlo en otras palabras)
distintos centros se vinculan geométricamente, como, por ejemplo:
a.
la base de la columna vertebral,
b.
el plexo solar,
c.
el corazón;
o
a.
el plexo solar,
b.
el corazón,
c.
la garganta;
de la misma
manera ocurre un hecho similar en el caso de un Hombre celestial o en el Logos
solar. Tal acontecimiento tuvo lugar en esta ronda en conexión con el centro
que nuestro Logos planetario personifica. Este centro se vinculé
geométricamente con otros dos centros, de los cuales Venus fue uno, y el kundalini
logoico -circulando con enorme fuerza por este ajustado triángulo- produjo la
intensificación de la vibración en la familia humana, dando por resultado la
individualización”. F. C. 314.
“Aquí se
dará una indicación para quienes tienen el poder de ver. Tres constelaciones se
relacionan con el quinto principio logoico en su triple manifestación: Sirio,
dos de las Pléyades y una pequeña constelación que debe ser reconocida por la
intuición del estudiante. Las tres rigen la apropiación, por el Logos, de Su
cuerpo denso. Cuando el último pralaya finalizó y el cuerpo etérico se
coordiné, se formé en los Cielos, de acuerdo a la ley, un triángulo que
permitió la afluencia de fuerza, produciendo una vibración en el quinto plano
del sistema. Ese triángulo persiste aún y es la causa de la continua afluencia
de fuerza manásica; está vinculado con las espirillas de la unidad mental
Iogoica, y mientras persista Su voluntad de ser, la energía continuará
afluyendo. En la quinta ronda se hará sentir su máxima potencialidad”. F. C.
564.
“El corazón
del Sol y su relación con los cuerpos mentales, inferior y superior, producen
esa manifestación peculiar denominada cuerpo causal. A este respecto debe
recordarse que la fuerza que fluye desde el corazón del Sol actúa a través de un
triángulo formada por el esquema venusino, la Tierra y el Sol. Era de esperar
de acuerdo a la ley, que se formara otro triángulo, incluyendo a los dos planetas;
los triángulos varían de acuerdo al esquema implicado”. F. C. 538.
Se debe
reconocer otro triángulo dentro del esquema terrestre, el de las cadenas
llamadas “terrestres”, venusina y mercuriana; pero este triángulo concierne
totalmente a los centros del Logos planetario de nuestro esquema. Existe una
formación en el sistema, de gran importancia en la próxima ronda, que llevará
a tres esquemas:
el de la
Tierra, el de Marte y
el de
Mercurio,
a tal
posición en relación mutua que producirá el siguiente resultado:
1.
La formación de un triángulo en el sistema”. F. C.
330.
“Se debe
recordar que tres de los planetas sagrados constituyen el hogar de los tres
Rayos mayores, las formas personificadas de los tres aspectos o principios
logoicos. Otros planetas personifican los cuatro rayos menores. Desde el punto
de vista actual podemos considerar que Venus, Júpiter y Saturno constituyen, en
esta época, los vehículos de los tres superprincipios. Mercurio, Tierra y
Marte están estrechamente aliados a estos tres; pero en esto se oculta un
misterio. La evolución de la ronda interna tiene estrecha conexión con este
problema. Quizás pueda proyectarse alguna luz sobre este oscuro tema si
comprendemos que así como el Logos tiene (en los planetas no sagrados) su
analogía en los átomos permanentes del ser humano, así también la evolución
intermedia entre ambos (Dios y el hombre) la constituye el Hombre celestial,
cuyo cuerpo está formado por mónadas humanas y dévicas, teniendo análogamente
Sus átomos permanentes. Los tres principios superiores siempre pueden
diferenciarse de los cuatro inferiores de acuerdo a su importancia”. F. C. 262.
“Quienes
trabajan en los esquemas de Urano, Neptuno y Saturno, lo hacen en forma algo
distinta de aquellos que actúan en el esquema de Venus, Vulcano, Marte,
Mercurio, Júpiter, la Tierra y el esquema exotérico de Saturno, haciendo lo
mismo los Manasadevas de la ronda interna. Se observará que tenemos nuevamente
una triplicidad de grupos que representa una. triplicidad de fuerza, y aquí
hay una insinuación. En la lista central de esquemas, el grupo medio y el
inferior de Agnishvattas están activos. En los otros, el grupo superior y el
del medio son los que dominan, porque estos planetas, los más esotéricos y
sagrados de la manifestación, se ocupan sólo de los egos que se hallan en el
Sendero, y por lo tanto, están grupalmente activos. Esto es lo que se espera
de Urano, Neptuno y Saturno, pues constituyen los esquemas planetarios
sintetizadores y proporcionan condiciones aptas únicamente para las etapas muy
avanzadas. Son los planetas ‘cosechadores’ “. F. C. 622.
“Los
planetas Venus y Júpiter están muy estrechamente conectados con la Tierra y
forman, oportunamente, un triángulo esotérico”. F. C. 315.
“Cada uno
de los planetas -de los cuales sólo siete fueron considerados sagrados- sean o
no conocidos, constituyen un septenario como lo es la cadena a la cual
pertenece la Tierra... D. S. 1, 186.
“Los
planetas físicos densos:
Tierra 4ta. Cadena 4to. Globo
Júpiter
3ra. Cadena 4to.
Globo
Saturno 3ra. Cadena 4to. Globo
Marte 4ta. Cadena 4to. Globo
Vulcano 3ra. Cadena 4to. Globo
Venus 5ta. Cadena 5to. Globo
Mercurio 4ta. Cadena 5to. Globo”. F.C. 317.
“Urano
(7mo.) Escuela de Magia de décimo orden. Se lo denomina a veces ‘el planeta de
la fuerza violeta’, y sus egresados manejan el poder del prana etérico
cósmico.
Tierra (39)
Escuela de Respuesta Magnética. Otro nombre dado a sus discípulos es: ‘los
egresados del penoso esfuerzo’ o ‘los adjudicadores que se encuentran entre
los polos opuestos’... Puede extraerse otro indicio de los dos nombres dados,
y es que sus egresados son examinados en el tercer subplano astral.
Vulcano
(1ro.) Escuela de las Piedras Ígneas. Existe una curiosa relación entre los
entes humanos que pasan por sus aulas y el reino mineral. Los entes humanos, en
el esquema terrestre, son denominados en lenguaje místico ‘las piedras
vivientes’; en Vulcano se los denomina ‘piedras ígneas’.
Júpiter
(2do.) Escuela de los Magos Benévolos. A este planeta se lo llama a veces, en
términos escolásticos, ‘el Colegio de las Unidades de la Cuádruple Fuerza’,
porque sus miembros manejan cuatro tipos de fuerza cuando realizan el trabajo
mágico constructivo. Otro nombre dado a sus aulas es el de ‘el Palacio de la
Opulencia’, porque sus graduados trabajan con la Ley del Abastecimiento, y se
los denomina frecuentemente ‘los Sembradores’.
Mercurio
(4to.) A los discípulos de esta escuela planetaria se los denomina ‘los Hijos
de la Aspiración’ o ‘los Puntos de Luz Amarilla’. Tienen un estrecho vínculo
con nuestro esquema terrestre. No se proporciona el nombre de esta escuela.
Venus
(5to.) Escuelas como cinco Grados Estrictos. También es un esquema planetario
íntimamente relacionado con el nuestro, pero su Logos planetario pertenece a un
grupo de estudiantes más avanzados, en sentido cósmico, que nuestro Logos
planetario. La mayoría de sus instructores jerárquicos vienen del quinto plano
cósmico.
Marte
(6to.) Escuela de los Guerreros. O del estudio libre para los guerreros. Cuatro
de estas escuelas planetarias son responsables de la energía que afluye a
través de las ‘cuatro castas’. Se dice que sus instructores son los ‘graduados
de la Llama rojiza’, y frecuentemente se los representa vestidos con mantos
rojos... Trabajan con el primer aspecto logoico y entrenan a aquellos cuya
tarea corresponde a la línea del destructor.
Neptuno
(6to.) Esta escuela se ocupa de desarrollar y fomentar el elemento deseo, y a
sus egresados se los denomina ‘los Hijos de Vishnu’.” F. C. 920-21-2.
Las Escuelas
de Saturno, el Sol, la Luna y Plutón, no se han dado, pero completan los doce
planetas.